Al Foro de Chagas: La transmisión oral de la enfermedad de Chagas Les adjunto parte de una de las conferencias del 1re congreso por internet de la FAC, que comenta sobre este tema. Un abrazo. Dr. Javier Encinas Landivar Cochabamba - Bolivia La transmisión por vía oral fue inicialmente sospechada por Chagas, pero claramente mencionada por Mazza, en 1934, al señalar un caso de transmisión por leche materna. En los años 50, principalmente autores venezolanos han hecho gran número de experimentos con perros, monos y otros mamíferos, señalando la gran facilidad de su inoculación a través de la vía oral con formas infectantes del parásito adicionadas en varias comidas, a partir de las ejecciones del vector, del vector integralmente injerido, de formas de cultivo, de sangre infectada y mismo de la ingestión por carnívoros de pequeños mamíferos infectados. En los años 60 y 70, un gran número de observaciones de terreno en Argentina, Brasil, Costa Rica y Venezuela aumentan en mucho las informaciones sobre el ciclo selvático del T.cruzi, dándose como habitual la transmisión oral del parásito entre los reservorios silvestres y también entre aquellos sinantrópicos, por ingestión del vector y de pequeños mamíferos infectados. A partir de los 60, señalánse brotes de probable transmisión oral de la TA humana en episodios bien conocidos en Teutônia (Rio Grande do Sul, Brasil), en Belém (Pará, Brasil), en Jalisco (México) y en Catolé do Rocha (Paraíba, Brasil), con varios casos agudos infectados por alimentos contaminados a partir del vector y posiblemente de orina de marsupiales. Se señalan dos nuevos casos de transmisión por leche materna en Brasília, Brasil, y, en los 90, transmisión oral a partir de jugo de pequeños cocos de palmeras infestadas con Rhodnius sp. es detectada por Valente, en el Norte de Brasil. También en ciertas regiones, especialmente entre poblaciones nativas cazadoras y/o acostumbradas a la alimentación con carne cruda (especialmente de armadillos, monos y cobayos silvestres), se admite la posibilidad de contaminación vía oral, aunque no se conozcan registros de esto en la Literatura. Mientras tanto, como hecho adicional, Maria Deane y cols. verifican la existencia de un ciclo particular del parásito en las glándulas anales de marsupiales brasileños, lo que también posibilita la contaminación directa de personas, alimentos y otros animales susceptibles, a partir del lanzamiento de estas secreciones en el medio externo (Dias & Ocurra, 1997). La transmisión accidental ha sido registrada desde los años 50, generalmente en laboratorios de investigación, en hospitales que lidian con casos agudos y en órganos de salud dedicados al manejo del vector. Segundo Zigman Brener, en los años 70 ya se conocían oficialmente registrados más que 50 casos ocurridos, en su mayoría en laboratorios de investigación americanos o europeos