Manifestarse es un derecho que debe ser protegido Las recientes manifestaciones estudiantiles en contra la Bachillerato General Unificado (BGU) han dejado saldos indeseables. El pasado jueves 15 de septiembre, Edison Cocíos, estudiante del colegio Mejía, fue impactado en su cabeza por una bomba lacrimógena produciéndole una fractura craneal, fue intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones y ahora permanece en estado de coma el Hospital Eugenio Espejo. En el lugar también fueron atendidos Raúl Bonilla del Colegio Odilo Aguilar y a Daniel Cajas de la Universidad Central. De acuerdo a los testimonios de los estudiantes la Policía habría ingresado a los Colegios Montúfar y Mejía, lanzando bombas dentro de los establecimientos, una de las cuales hirió a Edison. El mismo día representantes de las diferentes autoridades gubernamentales se ofrecieron a realizar una investigación imparcial tendiente a identificar y sancionar al culpable. Las protestas estudiantiles ante los anunciados cambios en el vigente sistema educativo, deben ser el marco para un debate público que permita evaluar las políticas educativas, teniendo como referencia central el marco de los derechos humanos y el reconocimiento constitucional de que la educación de calidad es un derecho fundamental, pues esta es una herramienta necesaria para la superación de la desigualdad y la discriminación. Es obligación 1/3 Manifestarse es un derecho que debe ser protegido del Estado asegurar una educación de calidad y accesible a todos, a fin de consolidar el estado democrático. Con respecto a la represión policial, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos considera que los agentes pueden imponer limitaciones razonables a los manifestantes para asegurar que sean pacíficas o para contener a los que son violentos, así como dispersar manifestaciones que se tornaron violentas u obstructivas. No obstante, el accionar de las fuerzas de seguridad no debe desincentivar el derecho de reunión sino protegerlo, por ello la desconcentración de una manifestación debe justificarse en el deber de protección de las personas. El operativo de seguridad desplegado en estos contextos debe contemplar las medidas de desconcentración más seguras y rápidas y menos lesivas para los manifestantes. Las manifestaciones pacíficas son parte de todo proceso democrático y por ende debe ser protegida, por cuanto representa el ejercicio del derecho a la libertad de expresión, a contrario el uso de la violencia en dicho contexto es lamentable y debe ser adecuadamente investigado, máxime si la violencia es ejercida por agentes del Estado que están llamados a proteger a los ciudadanos y respetar la ley, el uso de los equipos antimotines debe ser utilizado de tal forma que no provoque daño en la población, el uso de la fuerza debe efectuarse dentro de los límites establecidos por la ley, pues cualquier abuso de dicha fuerza constituye una violación a los derechos humanos. El Comité de Derechos Humanos de la ONU, en una de sus recomendaciones a Ecuador en su informe de octubre de 2010 dijo que el Estado debe tomar medidas inmediatas y eficaces para poner fin a esos abusos, vigilar, investigar y cuando procesa, enjuiciar y sancionar a los funcionarios de la policía que cometan actos de malos tratos. 2/3 Manifestarse es un derecho que debe ser protegido La Cedhu ha solicitado al Ministerio del Interior que además de cumplir con el ofrecimiento de investigar y sancionar al responsable, instruya al personal de la policía que al interactuar con la sociedad civil respeten en todo momento los derechos humanos garantizados en la Constitución y convenios internacionales de los cuales el Ecuador es Estado parte. 3/3