Lengua Alemana, lengua perteneciente al grupo germánico−neerlandés, que forma parte de la rama occidental de las lenguas germánicas, una subfamilia de las lenguas indoeuropeas. Está formado por dos grupos de dialectos, el alto alemán (lo que incluye el alemán literario normativo) y el bajo alemán. Se habla en Alemania, Austria, Suiza, Liechtenstein, Luxemburgo, y en las regiones de Alsacia y Lorena en Francia y Alto Adigio en Italia; un dialecto local es entendido por los hablantes de una región contigua, aunque no forzosamente por los de dialectos alejados. Características generales La evolución del alemán está afectada por mutaciones sistemáticas de las consonantes. La llamada mutación consonántica del alemán distinguió la antigua lengua proto−alemana de otras indoeuropeas. La mutación, que describe la Ley de Grimm, consiste en que las consonantes sordas indoeuropeas p, t, k, se convierten en las fricativas f, z, h del alemán respectivamente; análogamente las sonoras indoeuropeas b, d, g, pasan a ser las sordas alemanas p, t, k; por último las fricativas aspiradas indoeuropeas bh, dh, gh, pasan a ser las sonoras b, d, g. Después de que los dialectos occidentales del alemán hubieran desarrollado sus rasgos diferenciados, tuvo lugar la mutación en el alto alemán, lo que se documenta entre los años 500 y 700. Los dialectos del alto alemán surgieron de la otra lengua alemana occidental. Durante este periodo la p pasa a ser pf si está en posición inicial tras consonante o es doble, pp, (así "planta" es Pflanze en alto alemán y Plante en bajo alemán); pasa a ser ff o f si está en posición intervocálica o en sílaba trabada (así "esperar" es hoffen en alto alemán y hopen en bajo alemán, que mantiene su p intervocálica como en inglés hope). Otro tanto hace la t, que pasa a ser z (pronunciada ts como en Pflantze) o ss (así "comer" essen del alto alemán es eten en bajo alemán). En posición intervocálica la k se hace ch con sonido aspirado, no como la ch del español; en alto alemán machen, bajo alemán maken,; en otros casos no cambia, menos en el extremo meridional de Alemania, donde primero se hizo kch y después ch. El último cambio del bajo alemán hace que th, cuyo sonido es parecido a z pase a ser d (das, del alto alemán, es dat en bajo alemán). Una característica del alemán, como de otras lenguas germánicas, consiste en llevar el acento principal sobre la primera sílaba de una palabra; aunque en las combinaciones verbales, es la raíz y no el prefijo la que lleva el acento. Las características fonológicas del alemán son: la aparición de una oclusión implosiva ante las vocales acentuadas en las palabras simples o en cada una de las partes de las palabras compuestas; la labialización de la u como ü, y de la ö; las vocales largas son tensas, las breves relajadas; la articulación linguogutural de la r; la s es sonora ante vocal y en posición intervocálica; el ensordecimiento de las consonantes finales b, d, g, en p, t, k, respectivamente; la aparición de las africadas pf y ts; la pronunciación de la w como labiodental sonora v y de la v como labiodental sorda f. En las palabras tomadas del francés las vocales se nasalizan. El alemán es una lengua flexiva, con tres géneros, (masculino, femenino y neutro); posee cuatro casos, (nominativo, acusativo, genitivo y dativo), los adjetivos calificativos se declinan y conciertan con los sustantivos. Como posee un rico sistema de terminaciones gramaticales, tanto para la conjugación verbal como para la variación del grupo nominal, se identifican con más facilidad las partes de la oración que en el caso de otras lenguas menos flexivas. En cuanto al orden que ofrecen las funciones gramaticales en la oración está fijado según unas reglas; por ejemplo, se invierte el orden sujeto−predicado cuando precede un adverbio, un complemento preposicional o una oración subordinada; el verbo ocupa la posición final en las oraciones subordinadas introducidas por relativo o por conjunción completiva. Para crear palabras nuevas el alemán emplea la composición como procedimiento y puede encadenar dos o más palabras plenas, añadir prefijos y derivar con sufijos (Oberbaumeister, Handelsluftalhrt; Geteilheit; teilbar). Es un idioma particularmente rico en el léxico poético, filosófico, científico y técnico. Alto alemán 1 Hasta el 1100, época en la cual empezó a aparecer una lengua general basada en el llamado alemán superior, se habló el antiguo alto alemán, conjunto de dialectos sin una lengua literaria normalizada. El alto alemán moderno procede del medio, análogo al que en el siglo XVI empleara Lutero para traducir la Biblia. Se suele decir que la línea divisoria que delimita el uso del alto alemán va de este a oeste desde Aquisgrán, sur de Düsseldorf, Kassel, Magdeburgo y Berlín hasta Frankfurt del Oder. A su vez el alto alemán se subdivide en: el alemán superior, que se habla en Suiza, Austria, Liechtenstein y sur de Alemania, y el alemán medio, que se habla en Luxemburgo y la zona media de Alemania. El alemán superior está integrado por (1) el alamán o alamánico (llamado suábico en el noreste de la región), que se habla en las regiones meridionales de Baden−Württemberg y Alsacia, en el suroeste de Babiera y en las zonas germanófonas de Suiza que incluyen las ciudades de Basilea, Zurich y Berna; (2) el bábaro, que se habla en las regiones bábaras de Alemania suroriental, al este del río Lech, y al sur de Nuremberg, con la ciudad de Munich, y en Austria, en la zona comprendida entre las ciudades de Innsbruck, Viena y Graz; (3) el fráncico en sus dialectos, fráncico meridional, que se habla entre Karlsruhe y Heilbronn, y el dialecto fráncico oriental, que se habla en las proximidades de Nuremberg, Würzburgo, Bamberg y Fulda; también es parte del alemán superior el longobardo, que se habla en el norte de Italia, en su día ocupada por la tribu germánica longobarda, lo que únicamente queda registrado en una serie de topónimos. Este dialecto ofrece un enorme interés por ser el primer dialecto germánico documentado, (segunda mitad del siglo VII); aunque la mayoría los dialectos del alemán están documentados entre los siglos VIII y X. El alemán medio con: (1) el fráncico del Rin, que se habla en el Palatinado y Hesse, con las ciudades de Maguncia, Heidelberg, Frankfurt del Main y Marburgo; (2) el fráncico del Mosela, que se habla a las dos orillas del río, cuyo centro es la ciudad de Trier; (3) el ripuarino que se habla entre Aquisgrán y Colonia; (4) el turingio, que se habla en los alrededores de Weimar, Jena y Erfurt; (5) el alto sajón, que se habla en Sajonia, con las ciudades de Dresde y Leipzig; y por último (6) el silesio que se habla en la Alta y Baja Silesia, al noroeste y sureste de Wroclaw (antes llamada Breslau y hoy Polonia). Bajo alemán Es la segunda gran división de esta lengua: en general puede decirse que se habla en el norte de Alemania, incluye (1) el bajo fráncico, que está íntimamente relacionado con el neerlandés (flamenco−holandés) y sólo se habla en una estrecha franja occidental entre Holanda y Alemania; (2) el bajo sajón que se habla en las tierras bajas del norte, a orillas del río Elba, en las ciudades de Münster, Kassel, Hannover, Hamburgo y Magdeburgo. No existe una norma culta única. Como consecuencia de la colonización que llevaron a cabo los reyes teutones de las tierras bálticas, el bajo alemán se extiende a lo largo de la margen derecha del río Elba hasta el mismo Brandeburgo, Mecklemburgo y la Pomerania, así como a algunas zonas de Prusia. El bajo alemán sustituyó a las lenguas escandinavas de las que tomó prestados algunos léxicos, pero la lengua fue cediendo en la misma medida en que la Liga Hanseática iba perdiendo poder. Historia Hasta mediado el siglo XIV el latín fue la lengua oficial en los documentos escritos del Sacro Imperio Romano Germánico, que se extendía por la mayor parte de las actuales zonas de la Europa germanohablante. En el reinado del emperador Luis IV (1314−1347), el alemán se adoptó como la lengua de los documentos de la corte. Entre los años 1480 y 1500 se introdujo como lengua oficial en muchos ayuntamientos, y también en las cortes de Sajonia y Meissen; las universidades de Leipzig y Wittenberg adoptaron su uso. En el 1500 ya era una lengua aceptada por las cortes de Sajonia y Turingia y se había convertido en la lengua de las clases cultas y de los documentos escritos de uso publico. Se añade la edición de libros en alemán medio en las ciudades de Wittenberg, Erfurt y Leipzig para divulgar su empleo, junto a su extensión a las ciudades occidentales de Maguncia, Estrasburgo, Basilea, Nuremberg y Augsburgo. Semejante empuje ayudó a la 2 desaparición y normalización de las diferencias dialectales de la lengua escrita. El alemán como lengua escrita de uso generalizado surgió durante el primer cuarto del siglo XVI en las tierras orientales comprendidas entre las ciudades de Erfurt, Meissen, Dresde y Leipzig, donde sus habitantes ya hablaban los dialectos del alto alemán que se conocen como medio y superior. El alto alemán se difundió por las tierras medias orientales hasta el resto de las regiones, gracias a la traducción al alemán que hizo de la Biblia Martín Lutero, además del uso de esta lengua en panfletos, himnos, salmos y catecismos. Así pues, el término alto alemán, por un lado, se refiere a todos los dialectos, excepto a los de la rama llamada bajo alemán; y por otro lado, se refiere a la lengua escrita de uso generalmente aceptado. En torno al 1600, la lengua escrita ya estaba fijada, aunque su forma actual no se consolidó hasta mediado el siglo XVIII. A principios del siglo XX, existían varias normas escritas, vigentes en las diferentes regiones alemanas y en cada país donde se habla esta lengua. En 1901, se reunió una conferencia internacional en la que tomaron parte los representantes del norte y sur de Alemania, de Austria y de Suiza y concluyeron que se debía adoptar un sistema uniforme de ortografía. El sistema fue organizado por el filólogo Konrad Duden y se conoce por Rechtschreibung der Deustschen Sprache (Ortografía de la lengua alemana), de la que se han publicado muchas ediciones. Aunque no existe una norma de pronunciación, en el año 1898 se reunió una comisión compuesta por personas del mundo universitario y representantes del mundo del teatro cuyo trabajo consistió en redactar unas normas de pronunciación, que fueron generalmente bien acogidas. Esta normativa se ha publicado en Deutsche Buhnenaussprache (Pronunciación alemana actual), cuya primera edición es de 1898 y que se reeditó bajo el título Deutsche Hochsprache (alemán culto). El idioma, hablado por las gentes de mayor nivel cultural, incluye la pronunciación originaria de sus respectivos dialectos. Se puede distinguir con claridad los diferentes grupos germanohablantes, suabos, sajones, austriacos y suizos, por su característica forma de entonación y pronunciación. Uso Cien millones de personas hablan alemán en el mundo: más de 80 millones en Alemania a los que hay que añadir las comunidades alemanas que viven en el extranjero y mantienen su lengua de origen; siete millones en Austria, 300.000 en Luxemburgo, 3.400.000 en la Suiza septentrional y millón y medio en las regiones de Alsacia y Lorena. Ocupa el sexto lugar entre las lenguas del mundo por el número de hablantes con que cuenta. También hay germanohablantes en la Europa oriental. Fuera de Europa existen varias comunidades que hablan este idioma como Brasil, con medio millón de personas, Canadá, con unas 330.000 y Argentina con algo más de un cuarto de millón de alemanes de ori 3