220-68940, octubre de 1998 Ref: Intereses Moratorios Se recibe su escrito radicado con el número 311.083-0, a través del cual solicita se le de información respecto de cómo deben ser liquidados los intereses moratorios. En primer lugar ha de tenerse en cuenta que esta Superintendencia ejerce la inspección y vigilancia sobre las sociedades mercantiles a fin de que en su formación y funcionamiento se ajuste a la ley y a los estatutos, razón por la cual el tema materia de su consulta resulta extraño. No obstante lo anterior y a título meramente ilustrativo el Despacho se permite efectuar las siguientes consideraciones: Previo a resolver, se hace aclaración en el sentido de que la petición inicial remitida por el gerente de esa compañía se envió a la Superintendencia Bancaria, la cual se abstuvo de resolver por considerarlo competencia de esta Superintendencia. Se parte diciendo que los principios que gobiernan la formación de los actos y contratos y las obligaciones de derecho civil, sus efectos, interpretación, modo de extinguirse, anularse o rescindirse, son aplicables a las obligaciones y negocios jurídicos mercantiles, a menos que la ley establezca cosa distinta. Así, y como quiera que se trata de un contrato, habrá de tenerse en cuenta que el convenio celebrado implica necesariamente una negociación y por consiguiente el paso a ese proceso dinámico en el cual, dos partes que desean obtener cada una algo de la otra, llegan a acuerdos sobre la base de aceptar una tercera posición como resultado de la expresión libre de la voluntad. Es necesario tener en cuenta que la buena fe ha de estar presente en la etapa precontractual, so pena de tener que indemnizarse a la parte perjudicada. Debe considerarse igualmente que todas las conversaciones preliminares enderezadas a preparar la producción de un consentimiento contractual no son intrascendentes; sino antes por el contrario una vez formalizados forman parte integral del contrato mismo. Existe dentro de nuestra legislación mercantil el artículo 884, norma a todas luces supletiva en aquellos casos en que no se hayan pactado por las partes intervinientes los denominados intereses remuneratorios, cuando establece que en los negocios comerciales se vayan a pagar réditos de un capital, sin especificación del interés, éste será el bancario corriente certificado por la Superintendencia Bancaria, y si las partes no han convenido el interés moratorio, es el doble y si sobrepasa cualquiera de esos montos el acreedor pierde todos los intereses cobrados en exceso. Estos últimos que pueden ser a título de intereses remuneratorios o moratorios, según se trate, se aumentarán en un monto igual, de donde se tiene que el deudor tiene derecho a solicitar la inmediata devolución de las sumas que se hayan cancelado por concepto de los respectivos intereses, más una suma igual al exceso, a título de sanción. No debe dejarse de lado el hecho de que la nombrada certificación emanada de la Superbancaria trae consigo no sólo el interés a cobrar, sino igualmente la fecha en la cual empieza a regir. Se hace señalamiento en el sentido de que para el pago por cuotas periódicas, la simple mora del deudor en la cancelación de la obligación no otorga derecho alguno al acreedor para cobrar la totalidad del crédito en su totalidad, salvo que se haya pactado circunstancia diferente. Así tenemos entonces que los límites máximos de tasas de interés si hablamos de moratorios no puede exceder del doble del interés remuneratorio convencional ni del doble del interés bancario corriente; el remuneratorio no puede exceder del interés bancario corriente más la mitad de éste. De otra parte digamos simplemente que para el límite máximo de los intereses moratorios es preciso tener en cuenta que en el caso de que la tasa establecida para el interés de usura sea inferior, se debe tener la última como límite en materia de intereses. Para terminar, el artículo 829 (3) del C de Co., prorroga la fecha de vencimiento que concurrió con un día feriado, expresando que en el evento en que se configure la mora cuando el deudor no paga en el día hábil siguiente concedido por la ley, los intereses a cobrar con ocasión de su retraso se deben contabilizar desde el primer día señalado por la ley como fecha de vencimiento, esto es el día hábil siguiente, y no desde el día feriado en donde en principio ocurrió originalmente el vencimiento, puesto que la ley de pleno derecho ha aumentado ese plazo. En estos términos se responde la inquietud planteada, y se recuerda que los alcances del texto son los del artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.