Basílica Parroquial El inicio de la fábrica data de finales del siglo XV; edificada según algunas fuentes sobre los muros de una antigua fortaleza, de la que aún podemos contemplar parte del lienzo de la muralla. Sobre la torre del homenaje se levanta el campanario, bajo el que podemos contemplar un enorme escudo de los Reyes Católicos. Corona la torre un esbelto Chapitel de piedra, en tres cuerpos, simulando una campanilla a manera de la que coronara el Giraldo de la Catedral de Cuenca. Su única y esbelta nave muestra la monumental verticalidad de un majestuoso templo proyectado en estilo Gótico y rematado en pleno Renacimiento. Rodean la nave central seis capillas, góticas las más cercanas al presbiterio, que con todo el primer tramo de la Iglesia manifiestan el estilo conocido como “Isabelino” o de los “Reyes Católicos”. Las siguientes siguen el orden renacentista, culminando la variedad estilística la Capilla del Rosario, manifestación plena de la arquitectura Barroca llevada a su máxima expresión, incluida la ornamentación, especialmente pictórica, llevada a cabo por el inconfundible Felipe Navarro, a mediados del siglo XVIII. Destacan en el interior de la iglesia varios retablos de diferente cronología en su factura: tardo-gótico (o proto-renacentista), el de San Martín. Datado en el primer tercio del siglo XVI y atribuido al sevillano Alejo Fernández. En las capillas del Pilar y Dolorosa encontramos dos exponentes del Barroco procedentes del antiguo Convento de San Francisco. La Capilla del Rosario cubre su cabecera con otro del mismo estilo dedicado a la imagen titular de la capilla, y a Santo Domingo. Pero la joya es el retablo del Altar Mayor, de notable influencia churrigueresca, obra documentada de Francisco Montllor (h. 16931697). La Parroquia ostenta el título de Basílica por bula papal de Pío IX. El edificio fue declarado Monumento de Interés Nacional por Derecho de fecha 12 de noviembre de 1982.