CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom INTRODUCCION Hablar de J. A. Schumpeter (Austria, Febrero 8 de 1883 – EE. UU. Enero 8 de 1950) es hablar del más grande economista del siglo XX junto a Keynes (Drucker, 1986). Fue protagonista de una época prolija en corrientes y posturas variopintas del mundo económico, las cuales surgieron con carácter tanto positivo como normativo. Estudioso de la historia del capitalismo, el profesor Schumpeter fue testigo de dos grandes referentes de éste: vivió la gran depresión de los años 30 del siglo XX y fue conocedor de la crisis del capitalismo de la segunda mitad del siglo XIX. Tuvo a primera mano la obra de Marshall, de Marx, de Keynes sólo por citar los más destacados. Para el no economista su nombre posiblemente signifique poco, pero para los profesionales de la economía Schumpeter es un referente obligado de un paradójico análisis pro capitalista del fin del capitalismo. Los estudiosos de las organizaciones, especialmente los administradores, encontrarán en su obra ideas claves sobre el papel del profesional de la gestión dentro de la dinámica del sistema capitalista e incluso dentro del sistema socialista (donde difícilmente se puede emplear el término empresario), con racionalidades técnicas coincidentes. Por ahora este escrito se enfoca a estudiar el primero dejando pendiente la asunción del segundo. El método de Schumpeter, con características de histórico y deductivo, enseña al gestor organizacional a asumir los estudios desde la complejidad, mirando las bases mismas de la realidad social interna y circundante. Se recuerda que Schumpeter escribió como economista y siempre hizo énfasis en tal cosa, por ello el esfuerzo interpretativo del presente escrito es un reordenamiento de sus ideas que guarda permanentemente la admiración y respeto por su sentido original. Esta investigación tiene un carácter monográfico y explicativo, es un ejercicio personal de interpretación que sale a la arena pública con el fin de crecer dentro del mismo tema o con el fin de asociarse a disertaciones sobre distintos autores que pudieran resultar complementarias. Hacer una clasificación de los temas que Schumpeter propone y que pueden ser parte de la teoría organizacional implica agregarle una simplificación y parcelación que no son originales de él, pero que son necesarias para asumir una visión CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom alternativa tal que revele elementos de análisis para el objeto de estudio organizacional. Muchos lectores podrán no estar de acuerdo con ellas puesto que son resultado de la interpretación personal del autor de este texto y como tal refleja su propia subjetividad, que fue minimizada en lo posible. Por todo ello, a priori esta propuesta reconoce la legitimidad de otras posiciones individuales en aras de fomentar una visión pluralista e inter subjetiva. Los insumos básicos del presente escrito son los textos “Teoría del desenvolvimiento económico” de 1912 y “Capitalismo, Socialismo y Democracia” de 1945. En el primero, el autor hace su propia propuesta sobre el crecimiento del mercado (aunque en sentido estricto el habló de sistema económico) mientras que en el último, Schumpeter retoma varias de las ideas del primero pero esta vez con el ánimo de elaborar su propia prognosis del futuro del mercado y el sistema político que lo sustenta. Sea este texto el punto de partida para profundizar las ideas aquí expuestas, para ello busca servir de guía a quienes asuman tal cometido. Con miras en el futuro, la investigación sobre el tema Schumpeteriano también podrá continuar preguntándose por el papel del empresario en el mundo socialista (si es que esto existe) y por el contexto histórico que influye en su obra, sin desmedro de nuevas preguntas de investigación. CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom ESTUDIO INICIAL DE LOS APORTES DE J. A. SCHUMPETER A LA TEORIA ORGANIZACIONAL Carlos Tello Castrillón, MBA Administrador de empresas - Economista Profesor Asistente Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira 1. CONCEPTOS PRELIMINARES: La idea de “sistema capitalista” (que corresponde al término usado por Schumpeter) debe recordarle al lector la sustancia primaria de la economía de mercado. A su vez esta última es el escenario de fondo, casi omnipresente en la literatura organizacional. En el texto “Teoría del desenvolvimiento económico” Schumpeter en sus propias palabras, describe el modelo conceptual que emplea para explicar el sistema capitalista. Tal explicación opera a través de “..Tres partes correspondientes de oposiciones. Primero, la oposición entre dos procesos reales: la corriente circular, o la tendencia al equilibrio, de un lado, y una alteración de los canales de la rutina económica, o de los datos económicos que resultan del propio sistema, de otro. En segundo lugar la oposición entre dos aparatos teóricos: la estática y la dinámica. En tercer lugar la oposición entre dos tipos de conducta que podemos representar siguiendo a la realidad, por dos tipos de individuos: los simples gerentes y los empresarios” (1997, p. 92) Estas oposiciones irán apareciendo a lo largo del presente texto que para efectos de la esquematización, y en la ya citada matización forzada, se han encasillado en los conceptos de competitividad, la organización unidad básica del sistema, la historia en el método de análisis, las instituciones, el porque del cambio en el mercado, el rol del administrador y, la conducta del empresario. De manera injusta, este último parece ser el único tema por el cual los estudios organizacionales recuerdan a Schumpeter. Drucker (1986) recuerda como Schumpeter realza ese papel del empresario - gestor organizacional privado y como expresa sus temores por la falta de disciplina de los administradores públicos representados por los políticos que conducen las entidades estatales1, al final lo fundamental es que el primero es la verdadera esencia del capitalismo2. 1 “…capitalism would be destroyed by its own success. This would breed what we would now call the new class: bureaucrats, intellectuals, professors, lawyers, journalists, all of them beneficiaries of capitalism's economic fruits and, in fact, parasitical on them, and yet all of them opposed to the ethos of wealth production, of saving, and of CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom 2. COMPETITIVIDAD: No es menester del presente escrito discutir la validez del concepto de competitividad (término que no fue usado por Schumpeter) ni sus implicaciones éticas, epistemológicas etc. el término per se aquí es utilizado para indicar el poder de mercado de la organización, que se expresa en su facultad de imponer precios, calidades y cantidades de producto en un segmento de mercado determinado. El progreso técnico que da poder de mercado nace en manos de los empresarios innovadores. Pero no se piense que en Schumpeter se van a encontrar propuestas del tipo “pop management” respecto a la innovación y su consecuente competitividad, el término es la base teórica del origen fundamental de la “destrucción creadora” que se abordará líneas abajo. Es interesante encontrar en Schumpeter referentes tácitos de la competitividad o visión estratégica, sin que estas fueran sus fijaciones, ni siquiera aparecen estos términos como tal, pero en su obra se encuentra algo que el autor de este artículo ha sospechado desde tiempos atrás fruto de su experiencia en los cursos sobre Economía y sobre Planeación: la sistemática “violación” de los supuestos y premisas de la competencia perfecta hace competitiva a una empresa. El administrador que quiera mejorar el posicionamiento de su organización podrá tomar estas asociaciones como referentes de pensamiento para la gestión3. Los supuestos y premisas de la competencia perfecta son explorados en relación a los estudios organizacionales en el artículo “Definición preliminar de mecanismos de mercado y su relación con los mecanismos de no mercado” del mismo autor Tello Castrillón (2006). Para cualquier mediano conocedor de la economía es claro que el modelo de competencia perfecta sólo pertenece al mundo de la ciencia formal, pero constituye un referente obligado para “medir” la imperfección de un mercado, e imperfección significa poder de mercado para quien se allocating resources to economic productivity. The forty years since this book appeared have surely proved Schumpeter to be major prophet.” Mas adelante Drucker agrega que “…Schumpeter was not very sanguine about the politician's capacity for self-discipline.” 2 “…innovation - that is, entrepreneurship that moves resources from old and obsolescent to new and more productive employments - is the very essence of economics and most certainly of a modern economy.” 3 Tello Castrillón (2003) expone este concepto como parte del análisis sectorial. CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom adapte y a su vez poder de mercado implica la supervivencia de la organización4. Schumpeter habla por ejemplo de que las empresas defienden su mercado a través de “una reputación de calidad y servicio a la clientela” (1996, p. 119), esto incumple con uno de los supuestos de la competencia perfecta: la condición de producto homogéneo. Este estudioso de la economía sostiene la tesis de que la competencia perfecta lleva el mercado al estado estático mientras que las prácticas imperfectas son las que le imprimen dinámica y sus resultados son mas benévolos que lo esperable por los defensores de la primera. 3. LA ORGANIZACIÓN UNIDAD BASICA DEL SISTEMA: Schumpeter posiciona a la organización en el mundo capitalista como su unidad básica. Ella es el módulo que se repite para armar el tejido del sistema, “la ordenación capitalista, tal como está materializada en la institución de la empresa privada, encadena, efectivamente, al estrato capitalista a sus tareas (…)” (1996, p. 109), “el sistema de empresa ha sido la primordial fuerza propulsora” (1996, p. 181) del capitalismo. Pero circunscribe la actividad empresarial al sector privado mientras que trata a las organizaciones estatales como legisladores y reguladores del sistema. Por ello claramente se nota que su manejo del hombre organizacional es la del hombre económico del sector privado con ánimo de lucro. Y si a su vez este hombre es emprendedor recibirá recompensas mas allá de “los salarios análogos a los que se pagan por el trabajo administrativo corriente” (1996, p. 184). Las decisiones básicas y los procesos iniciales del mercado residen en las organizaciones y Schumpeter puntualmente coincide con los economistas Neo clásicos al considerar que los agentes organizacionales son sujetos racionales económicamente y por lo tanto se comportan de forma maximizadora. De la organización surge la energía vital del proceso evolutivo del capitalismo – pero cumple un papel menor en el estado de equilibrio o corriente circular del sistema- , porque este sistema como cualquier otro sistema social vive en permanente cambio, un cambio que no mantiene el mismo ritmo sino que se 4 “Ni Marshall, ni Wicksell ni los clásicos, vieron que la competencia perfecta constituye la excepción, y que, aun cuando fuese la regla, habría mucha menos razón para congratularse que lo que pudiera pensarse” (p. 115) esta “razón” es que los vaivenes propios de la flexibilidad de la competencia perfecta acabarían con cualquier empresa y no permitirían retener las ventajas de una innovación, por lo tanto desmotivarían al empresario. CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom presenta “en acometidas discontinuas” (1996, p.121) cuyos efectos pueden tomar “décadas o centurias” (1996, p. 121). Tal cambio se materializa primero en el progreso técnico implementado en una empresa que así pasa a ser la fuente primaria de la “destrucción creadora”. Luego se desencadena una alteración en la totalidad del sistema. Todo esto es la esencia del desenvolvimiento del sistema capitalista, todo esto es lo que lo remoza. Una vez iniciado el proceso, “toda empresa capitalista tiene que amoldarse a ella (la destrucción creadora)5 para sobrevivir” (1996, p. 121). Respecto de las organizaciones de los Estados nacionales, para J. A. ellas han tanto favorecido como entorpecido el desarrollo del sistema de empresa. En sus inicios se convirtieron en el medio de supervivencia de las decadentes clases feudales las cuales mutaron a “cortesanos, funcionarios administrativos, diplomáticos, políticos y en oficiales militares” (1996, p.187) que terminaron por congraciarse con la naciente clase burguesa. Pero de otro lado apunta que las excesivas regulaciones estatales que reflejan “la persecución de todas las prácticas que pueden calificarse de restricción comercial” pueden acabar con los incentivos de la iniciativa privada, porque estas prácticas, en tanto síntomas de competencia imperfecta, si son bien manejadas llegan a ser los soportes de un mercado más estable. La sustancia del cambio no puede nacer en una organización de competencia perfecta que sólo tiene como referente la competencia por precios y cuenta con una estructura de producción idéntica a sus pares. Tal esencia está en otro tipo de competencia cuyos componentes son “la aparición de artículos nuevos, de una técnica nueva, de fuentes de abastecimiento nuevas, de un tipo nuevo de organización (la unidad de dirección en gran escala, por ejemplo), es decir, la competencia que da lugar a una superioridad decisiva en el costo o en la calidad y que toca no ya a los márgenes de los beneficios y de la producción de las empresas existentes, sino a sus cimientos y su misma existencia” (1996, .122) Esta es una alusión a la diferenciación en las organizaciones. Para llegar a ser una diferenciación trascendente debe socavar las bases mismas de la estructura actual del 5 El texto en itálica es de Tello Castrillón CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom mercado. Así cabe esperar comportamientos estratégicos que impulsen a cada competidor a hacer lo propio. Schumpeter piensa que esta realidad es un inquisidor permanente en la mente del empresario y al final termina haciéndolo comportar de manera similar al competidor perfecto, “en muchos casos” (1996, p. 123). El comportamiento estratégico organizacional6 que lleva a restringir las cantidades ofertadas y por tanto lleva a aumentos de precios es justificable según Schumpeter porque se asegura la provisión continua del bien garantizando el retorno de la inversión para el oferente. La dinámica de “la destrucción creadora” irá eliminando industrias obsoletas, pero para que este no sea un proceso traumático, trauma cuyos orígenes son reconocidos en la dependencia ínter organizacional, “tiene sentido evitar su derrumbamiento estrepitoso” para lograr “una retirada ordenada” (1996, p. 129). Esta última puede utilizar la vía de la reasignación de factores organizacionales a las industrias que estén en crecimiento. Para el gestor organizacional es importante saber que el poder de mercado debe llevarlo a tener precios mas bajos por unidad de calidad de lo contrario no sobrevivirá su organización. El lector puede percibir en el pensamiento Schumpeterano la idea de lo que hoy se llama “barreras de entrada” a un sector económico. En tal pensamiento se considera la defensa de un mercado como algo ciertamente racional en el sistema, para ello las empresas acuden a medios como “políticas de precios”, “exceso de capacidad de producción”, “otros medios para asegurarse los clientes en perspectiva” (1996, pp. 126127). También ejemplifica como en las grandes industrias los competidores existentes disuaden a los nuevos competidores resaltando las altas exigencias de capital o de experiencia. El poder de mercado afianza la presencia de las empresas existentes y no las somete al vaivén de un mercado competitivo donde no se pudiera hacer planeación hacia el largo plazo. El economista austriaco deja ver que la acción del capitalismo va favoreciendo la aparición los monopolios (que son mas escasos en la realidad que la misma teoría 6 Recuérdese que esto sólo puede hacerse si el competidor tiene poder de mercado CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom perfecta) especialmente monopolios de corto plazo, en la medida que premia con poder de mercado a las organizaciones exitosas en la destrucción creadora. “la empresa en gran escala o gran unidad de dominio económico tiene que ser aceptada como un mal necesario, inseparable del progreso económico” (19966, p. 149) y es “el motor mas potente” (1996, p. 149) del sistema de mercado. Al final esta presencia no es tan malévola como se espera desde el análisis tradicional puesto que el monopolista como maximizador que es no desaprovechará las oportunidades de rebajar costos, teniendo la mirada fija en las posibles mejoras que pudieran llegar desde otros agentes del mercado. Aunque sus propuestas están primordialmente ancladas en la relación organización y medio ambiente, Schumpeter deja ver preocupación por los efectos que sobre el interior de la organización acarrean la despersonalización - surgida en la estandarización de procesos sociales y organizacionales -, y la des materialización de la esencia de la organización7. Tanto los empleados que son tratados impersonalmente como el público en general pierden la identidad organizacional. La consecuencia mas sentida es la debilitación de la propiedad cuando ya no se tiene conciencia física de la organización. Este proceso: Menoscaba el poder del arma que en otro tiempo fue tan fuerte, esto es, el poder del propietario sobre sus bienes, debilitando primero la posibilidad efectiva para hacer lo que a uno le plazca con lo que le pertenece, y después porque el tenedor de un titulo abstracto pierde la voluntad de combatir económica, física y políticamente por “su” fábrica y por el dominio directo sobre la misma hasta morir si es preciso sobre sus peldaños (1996, p. 193) 4. LA HISTORIA EN EL METODO DE ANALISIS: La historia es clave en la comprensión del fenómeno económico. Schumpeter resalta las condiciones previas y futuras del sistema que alimentan a su desarrollo económico y a las organizaciones dentro de él. Por lo tanto se alinea con los autores que asumen el estudio socio económico dentro la complejidad, reconociendo interdependencia entre las distintas 7 La “evaporación de lo que podemos denominar la sustancia material de la propiedad - su realidad visible y tangible” (1996, p. 193) CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom variables sociales8. Los efectos de los procesos sociales solo son comprensibles cuando se les mira en períodos de tiempo muy largos, los “cortes” analíticos anulan la validez de una conclusión. Las características organizacionales responden a un sistema político, condiciones históricas, lógica social y racionalidad económica particulares. El autor señala, por ejemplo, que las propuestas de los economistas clásicos reflejan los intereses de un clase: la burguesa; pero en un país particular: Inglaterra; en una época particular: 1776-1848 (1996, pp.111-112). Históricamente el nacimiento del capitalismo coincidió con cinco “circunstancias extraordinarias”, no necesariamente connaturales a él, que alteraron el orden institucional de sus organizaciones: “la acción estatal”; “el oro” (término que incluye la política monetaria en general); el ingreso poblacional (“el aumento de la población”); “el descubrimiento de nuevos países” y “el progreso técnico” (1996, pp. 149-154). Basado en estadísticas, de las que señala sus posibles deficiencias, y en un ejercicio consciente de su poca rigurosidad metodológica, Schumpeter propone que el capitalismo creciendo a un ritmo del 2% anual puede aumentar el tamaño de la economía 2.7 veces en cincuenta años, de acuerdo a lo que auguró para el período 1928 - 1978. Esto es posible aún en presencia de “depresiones de tanta severidad” (p. 98) como las que se repiten cada 55 años aproximadamente (p.e. la crisis de 1873 1877 luego la crisis 1929 -1939). El origen de estos ciclos es tanto institucional como organizacional. Para el primer grupo es el estado el principal elemento en tanto legislador y regulador del sistema socio económico y en tanto gestor de política fiscal; para el segundo grupo es el proceso de “destrucción creadora” la pieza clave de la explicación. La historia es el sustento principal de la inviabilidad de la competencia perfecta, nunca existió “una edad de oro de la competencia perfecta” (1996, p. 118) y el crecimiento capitalista siempre ha ido de la mano con las prácticas monopólicas. J. A. argumenta que muchas de las críticas que recaen sobre la competencia imperfecta reflejan una visión cortoplacista, porque sólo en el largo y mediano plazo es que aparecen las 8 “el proceso de la vida social constituye una función en la que figuran tantas variedades (de las que muchas no son susceptible de medida alguna), que incluso la mera diagnosis de una situación dada se hace materia dudosa, aparte de las formidables fuentes de error que se manifiestan tan pronto como intentamos una prognosis” (1996, pp. 95) CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom ventajas de un mercado que alterna períodos de estabilidad y cambio debido a la presencia de grandes empresas. Las ventajas del capitalismo incluyen las mejoras en la calidad y la variedad de productos disponibles para el ciudadano medio, de forma tal que la calidad de vida general se ha elevado aun por encima de las clases altas del pasado pre capitalista en cierto tipo de bienes. Recuérdese que esto significa un aumento de la renta real del trabajador. 5. LAS INSTITUCIONES: El economista austriaco sugiere que las organizaciones están articuladas dentro de un orden institucional en general compuesto por El estado y sus regulaciones a favor y en contra de la competencia perfecta; la presión socialista; y el progreso técnico. Este último se posiciona como el más importante elemento del orden institucional. El autor utiliza el número de horas de trabajo necesarias para adquirir un bien que va incrementado su calidad como referente del bienestar creciente del sistema. Según esto, los precios no son el indicador más adecuado para conocer las ventajas en el consumo obtenidas por los trabajadores ya que no reflejan esta mejora cualitativa en la composición de su canasta y el tiempo que se invierte para devengar el ingreso necesario para comprarla. La producción parece ser el centro de la actividad empresarial y de ahí el centro del sistema económico dentro del esquema Schumpeterano, pero aún así una empresa es primordialmente una unidad económica. “El objeto de la producción tecnológica está determinado por el sistema económico; la tecnología solamente crea métodos productivos para los bienes ya demandados” (1997, p.28) La racionalidad económica permea todos los estamentos de la empresa y subordina los otros tipos de racionalidad aun cuando en muchos casos sea semejante a la racionalidad productiva. Aquí aparece una semejanza del autor respecto a la postura tradicional sobre el oficio administrativo que asume que el administrador ordena recursos y personas que entran a la organización: “producir significa, lo mismo desde el punto de vista tecnológico que económico, combinar las cosas y fuerzas a nuestro alcance.” (1997, p. 27). Schumpeter recuerda que muchas empresas no asumen la tecnología mas avanzada porque en CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom algunos casos el empleo de tecnología obsoleta se presenta como económicamente más viable “en realidad en la vida práctica, admitimos que el elemento técnico debe someterse, cuando entra en conflicto con el económico.” (1997, p. 26). Las grandes empresas incorporan o no nuevos métodos de producción dependiendo de si estos significan un ahorro en costos, y por tanto un aumento en la ganancia, respecto de los métodos antiguos. Schumpeter sostiene que el reemplazo tiene lugar considerando el tiempo de vida útil de las instalaciones nuevas frente a las antiguas en consonancia con los planes hechos con anterioridad. Piensa que no es racional incorporar en la organización cuanta mejora tecnológica aparezca puesto que muchas veces esta mejora es sólo “un eslabón de una cadena de perfeccionamientos y puede anticuarse rápidamente.” (1996, p. 139). El orden económico que prima en las organizaciones no tiene una naturaleza pura, sustentando esta idea Schumpeter ratifica el aspecto institucional implícito en su forma de estudio “el proceso social es en realidad un todo indivisible. Con su mano clasificadora, el investigador saca de una manera artificial de su gran corriente los hechos económicos. La designación de un hecho como económico supone ya una abstracción, la primera de las muchas que nos imponen las condiciones técnicas de la copia mental de la realidad” (1997, p. 17) Esta manera de hacer su propuesta abre las puertas para muchos estudios administrativos relativos al mismo gran objeto de estudio: el progreso del sistema económico de mercado (si se quiere un término más organizacional en vez del sistema económico se podría hablar del entorno o mercado). Entonces el estudioso organizacional o administrativo se puede ir adentrando desde lo esencialmente económico (con la salvedad ya hecha) que consiste en la “satisfacción de necesidades” (1997, p.24) sociales al menor costo hacia “la lógica interna de los métodos” (1997, p.26) que consiste en aspectos por fuera de lo económico. Ahí se podría incluir, por ejemplo, todo lo que el management prevé. Otro aspecto institucional sustenta la motivación del hombre de negocios capitalista. Esta surge de “un molde puramente económico” (1996, p. 108) donde “ascender y descender significa hacer dinero y perder dinero” (1996, p. 108). Este esquema es CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom simple y eficaz, no es difícil comprobar esta realidad. Para el profesor Schumpeter las recompensas y castigos del sistema son “desproporcionadas”, un sujeto competente obtiene gigantescas ganancias y su opuesto gigantescas pérdidas. Esto genera una suerte de método de selección biológica donde sólo los mejores ascienden. Pero la inversión requiere de ciertas medidas institucionales que ayuden a retener sus beneficios “como el seguro o el arbitraje” (1996, p. 126); y “como las patentes o el secreto temporal de procedimiento o, en algunos casos, contratos a largo plazo asegurados de antemano.” (1996, p. 126). Schumpeter sostiene que la contratación está llena de legalidades y muestra su preocupación por asuntos cercanos a lo que hoy se conoce como problemas de agencia, para él esto último limita fuertemente las elecciones de las partes. En sus textos también plantea que los legisladores y reformadores sociales que han decidido ser críticos del capitalismo parecen no reconocer que las demandas que formulan están fundadas en dos hechos propios de éste: la pre existencia de la riqueza fruto del éxito capitalista (por cuya repartición se lucha al punto que tal riqueza alcanzaría para subvencionar los menos favorecidos) y el saber que muchas de las reformas fueron impulsadas por los mismos capitalistas. El orden institucional que permite un capitalismo basado en el trabajo infantil, la sobre explotación, el hacinamiento y demás también va camino a su “plena madurez” (1996, p. 106), camino en el cual provee medios para los desfavorecidos del sistema. Nótese como este rasgo fundamental que expone Schumpeter se puede asociar a la idea difundida de “responsabilidad social” de la organización (p.e. Koontz, 1998, pp. 6274). Sin importar los posibles intereses pecuniarios de esta idea o sus implicaciones subjetivas y morales, los aportes que la organización haga a su entorno significan una tonificación de la demanda donde se incorporan al mercado agentes que previamente estaban imposibilitados de entrar debido a sus carencias de oferta. Al mismo tiempo significa reconocer la interdependencia de las ofertas y las demandas creadas por todas las organizaciones, que permanentemente recomponen su supra sistema. No es nuevo recordar que de no ser así, el colapso del sistema como un todo acabaría con la mayoría CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom de las organizaciones. Esto es resaltado por Schumpeter cuando habla de los clásicos y cita que “el mérito principal de los clásicos consiste en haber refutado, juntamente con otros muchos grandes errores, la idea ingenua de que la actividad económica en la sociedad capitalista, por el solo hecho de girar en torno al móvil del lucro, tiene que ir, necesariamente, en contra de los intereses de los consumidores; o bien, para expresarlo de una manera diferente, que el ganar dinero aparta, necesariamente, a la producción de sus objetivos sociales” (1996, p. 111) El ocaso de la empresa capitalista y del sistema en si se explica vía institucional. Schumpeter sostiene que los economistas clásicos incorporaron en sus estudios la desaprobación de las instituciones que favorecían a los terratenientes y la aprobación de aquellas que mejoraran a los comerciantes y fabricantes (algo no consecuente con la defensa del libre mercado que los identifica). Continua diciendo que el ascenso del capitalismo socavó las instituciones feudales en un proceso simbiótico con las clases sociales existentes de aquel entonces, donde los nobles aportaban el soporte político para el nuevo orden y la burguesía el soporte económico9. Por ello a su vez esta última es susceptible de sufrir el mismo fenómeno con la aparición del sistema socialista, pero no vía explotación como lo sostienen los marxistas sino por el decaimiento del papel del empresario. Recuérdese que “unidad industrial gigante” (1996, p. 184) es el inevitable resultado de la dinámica del mercado y ésta desaloja a los pequeños competidores al tiempo que aboga por la estandarización de procesos. El hombre de empresa quien fue el héroe del nacimiento de un nuevo ciclo económico luego se encuentra con que la innovación ha sido estandarizada y programada. Así en tanto hombre económico perdería su incentivo y se convertiría en un burócrata sostenido por “la administración corriente” (p. 180). En este punto hay que señalar que autores administrativos explican la vida organizacional como un ciclo donde justamente la burocratización madura lleva al ostracismo y al decaimiento del ente10. Daft (2000) la incluye como síntoma típico de las organizaciones grandes cuya supervivencia se vería afectada mientras que Mouzelis 9 De hecho este fenómeno es recurrente en la historia, el caso colombiano es ilustrativo al respecto y el actual éxito del modelo chino se explica por las grandes rentas que el capitalismo provee al monopolio del poder político. El mismo J. A, duda hasta cierto punto de la desaparición plena del orden institucional feudal y cita en algunos apartes posibles vigencias de sus esquemas morales y sociales. 10 Daft (2000, Pp. 161-199) presenta como cuatro las etapas del ciclo de vida de la organización: Empresarial, Colectividad, Formalización y Elaboración. En las dos últimas la burocracia está asentada y sus crisis están caracterizadas por el apego a la formalización y la pérdida de capacidad innovadora. CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom (1991, pp. 7-43) acusa a la lentitud burocrática de ser la responsable principal de la caída del aparato Estatal tanto capitalista como Socialista. La despersonalización y automatización del progreso económico (1996, p. 182) vuelven colectivo lo que fuera una tarea de emprendimiento individual. Siendo así las cosas no es necesario el caudillaje del empresario y se pone en peligro su membresía al estrato burgués, al mismo tiempo que el mismo status social del estrato burgués decae. Schumpeter encuentra que el final de la organización empresarial y por lo tanto del sistema se encuentra cerca cuando “industriales, comerciantes, financieros y banqueros” (1996, p. 183) se alejan de los negocios (entendidos éstos como las innovaciones citadas arriba) y se dedican más a “la mera administración corriente de una posición heredada” (1996, p. 183). Otra señal de alarma viene con la pérdida de apoyo popular de la gran organización con alta concentración del mercado que puede traducirse en determinados resultados electorales. Se puede complementar esta idea pensando no sólo en resultados electorales sino también en resultados de mercado. Las instituciones mas perjudicadas en este proceso son la propiedad misma y “la libertad de contratación” (1996, p. 192). En la primera, tres grupos representativos de la organización (que en lenguaje administrativo de hoy serían parte de los stakeholders) horadan la estabilidad: los ejecutivos asalariados quienes no se identifican con los intereses de la organización como tal11; los grandes accionistas quienes se comportan de acuerdo a una lógica financiera pero no con la lógica plena de un propietario; el tercer grupo son los accionistas menores quienes poco hacen por la administración de la organización pero si aprovechan su condición cuando se trata de molestar como retaliación al maltrato que reciben12. 6. EL PORQUE DEL CAMBIO EN EL MERCADO. Son dos los momentos que muestra un sistema económico y que implican categorías distintas para el decisor organizacional: el primero de ellos es “la corriente circular” (1997, p.17), esta es el más frecuente 11 Ibarra (1987) entre varios autores de corte marxista, donde cabrían las influencias de Braverman, resaltan la organización como un reflejo de la sociedad caracterizada por la lucha entre los dueños del capital y los asalariados 12 “la evolución capitalista, al sustituir los muros y las maquinas de una fabrica por un simple paquete de acciones, desvitaliza la idea de propiedad” (1996, p. 193) CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom estado del sistema económico. Aquí el mercado marcha con crecimientos lentos y esperables, algo así como un entorno estable donde el administrador puede sistematizar los procesos y comportarse mecánicamente. El estudioso de la Administración recordará que en este tipo de entorno tanto el mercado como las organizaciones están inmersos en una relativa pasividad. Para este momento del mercado, Schumpeter resalta que son los consumidores los que marcan el camino que siguen los oferentes al motivarlos a satisfacer necesidades conocidas con métodos conocidos. Pero la explicación del crecimiento del mercado reside en otro momento de esencia distinta: “el desenvolvimiento” (1997, p. 74), donde pasa a ser el productor el dictaminador del rumbo del mercado “educando incluso a los consumidores si fuera necesario; les enseña a necesitar nuevas cosas o cosas que difieran en algún respecto de las ya existentes” (1997, p. 76). Este dictamen con el que se identifica el desenvolvimiento “se define por la puesta en práctica de nuevas combinaciones”: 1) la introducción de un nuevo bien –esto es, uno con el que no se hayan familiarizado los consumidores- o de una nueva calidad de un bien. 2) la introducción de un nuevo método de producción, esto es, de uno no probado por la experiencia den la rama de la manufactura de que se trate, que no precisa fundarse en un descubrimiento nuevo desde el punto de vista científico, y puede consistir simplemente en una forma nueva de manejar comercialmente una mercancía. 3) la apertura de un nuevo mercado, este es, un mercado en el cual no haya entrado la rama especial de la manufactura del país de que se trate, a pesar de que existiera anteriormente dicho mercado. 4) la conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento de materias primas o de bienes semi manufacturados, haya o no existido anteriormente, como en los demás casos. 5) las creación de una nueva organización de cualquier industria, como la de una posición de monopolio (por ejemplo la formación de un trust o bien la anulación de una posición de monopolio existente con anterioridad” (1997, p. 77) Nótese que estas ideas de “nuevas combinaciones” pertenecen de una manera u otra a los campos del conocimiento que son familiares para el Administrador: la mercadotecnia para los puntos 1, 2, 3; Administración de la producción para el punto 3; Administración estratégica para los puntos 4 y 5; y finalmente Diseño organizacional para el punto 5. Esto sin olvidar que pueden existir elementos de juicio para categorizar de otra manera. CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom 7. EL ROL DEL ADMINISTRADOR. El administrador para Schumpeter tiene a grandes rasgos dos características separadas que usualmente otros autores como Marshall (Schumpeter 1997, p. 87) o Mintzberg13 (1986) presentan juntas en el mismo agente: la función de hombre de negocios y la función de empresario. Se acostumbra en los textos Administrativos a hablar parcialmente de Schumpeter sólo centrados en un empresario y una innovación ahistóricos y descontextualizados, como si Schumpeter fuera otro Gurú más14 cuyos aportes son universalmente asimilables y entendibles. Esta situación no se compadece con la grandeza de su obra, como hasta el momento debe parecer evidente aún para el neófito en el tema. Se invita a mantener latente esta queja mientras se leen los brevísimos recuentos respecto al papel del administrador y al papel del empresario. En la Administración se reconoce que el administrador (sea hombre de negocios o empresario) es primordialmente un gestor que toma decisiones. De forma adicional a todos los elementos estratégicos que se han venido compilando a lo largo de este escrito, cabe señalar que Schumpeter postula varios elementos de juicio para el decisor tomando el entorno como fuente. Uno de ellos es su opinión sobre el crédito y recalca que el dinero y el crédito tienen “la explicación de fenómenos importantes en la forma capitalista de organización económica (…)” (1997, p. 82). Para ilustrar esta explicación acudir a la naturaleza de los objetivos propuesta por Sallenave para cualquier organización: (1994, p.67) “supervivencia, rentabilidad y crecimiento”. El crédito es explícitamente determinante del último de ellos y está indirectamente relacionado con los otros dos: por ser un influjo adicional, el crédito más que la reinversión de recursos propios permite el crecimiento de la empresa. En contraste, el flujo habitual de recursos de la organización sólo le permite mantener su supervivencia15. 13 En su clásico texto sobre las verdaderas funciones del gerente, agrupadas en 10 roles, donde cuestiona la propuesta de Fayol al respecto Mintzberg pone en el mismo conjunto el rol de empresario y el rol de hombre de negocios, entre otros, al final concluye que la labor del gerente es mas rutinaria que inventiva. 14 Jackson (2003) piensa que en los discursos de los Gurús hay muchas cosas ya sabidas por su audiencia y su papel no está sustentado por la calidad de sus propuestas sino que está más soportado por la “retórica” y por la dramaturgia estudiada en el “fantasy theme analysis” (análisis de temas de fantasía). En esa categoría incluye a Cohen, Hammer y Senge, entre otros. Drucker fue considerado el primer gurú aunque nunca gustó de este señalamiento porque el término implica más esoterismo que cualquier otra cosa. 15 Es conocido en la teoría micro económica que el punto de cierre de la empresa está determinado por el punto a partir del cual el ingreso marginal no alcanza a cubrir los costos variables, lo cual sucede aun después de ser incapaz de cubrir los costos fijos promedios. (véase Varian, 1999, p. 404) CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom La racionalidad del gerente es similar a la de cualquier otro agente del sistema. Desde el agente de bolsa hasta el campesino se conducen “con la misma argucia y egoísmo” (1997, p. 90), por ello siguen siendo racionales y encajan en el tipo de individuo esperado por Pareto o Walras. Pero esta racionalidad, fundamentada en prácticas que son reconocidas y que por ello pudieron rutinizarse, mantiene la corriente circular más no soporta el desenvolvimiento. Aunque no lo dice explícitamente, el concepto de gerente Schumpetereano es aproximado al de un agente maximizador que ostenta el tipo de comportamiento que en economía es llamado expectativas racionales, puesto que la estandarización de la situación le permite “planear su conducta en forma racional en todos sus detalles” (1997, p. 94). “la función de dirigir a los demás es mero trabajo como cualquier otra, a pesar de ser necesaria, y puede compararse al servicio de atender una máquina. (….) el director tiene su rutina como los otros las suyas, y su función directiva consiste solamente en la corrección de aberraciones individuales.” (1997, p.94). Por su naturaleza normalizable, el tipo de juicios que hace el gerente es hereditario y transmisible de una generación a otra. 8. LA CONDUCTA DEL EMPRESARIO. El hombre de negocios diferenciado del empresario es semejante al gerente descrito por Mintzberg (op. Cit) con una tarea mayoritariamente rutinaria. En el caso de Schumpeter este hombre de negocios tiene como mayor mérito el saber interpretar las rutinas y mantenerse en ellas. Esta categoría enfatiza el comportamiento reactivo del decisor. Si a esto se suma la ya citada estandarización del entorno de la corriente circular con la experiencia y la referencia en el pasado como criterios prioritarios, el comportamiento organizacional también es del tipo reactivo, aunque J. A. no utilizó este término. La evolución del capitalismo separó al “empresario” del “capitalista” del “experto técnico”, roles que en el pasado estaban en cabeza de la misma persona (1997, p.87) pero que aún hoy se repiten en las pequeñas empresas, según señala el propio Schumpeter. El autor en estudio también separa al “promotor” (Ibíd.) porque aunque es parcialmente un “empresario profesional” (es decir, a sueldo) “no es el creador ni el poder impulsivo del proceso” (1997, p. 87) y “se limita con frecuencia a actuar como CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom agente a comisión, que desarrolla la técnica financiera necesaria para lanzar la nueva empresa” (Ibíd.). El empresario se acerca más a la idea del “capitán de industria” (1997, pp. 87-88) estilo “empresario comercial de la Venecia del siglo XII”, estilo “John Law” (1997, p.88) y es quien lleva “efectivamente a la práctica nuevas combinaciones”. Ser empresario no es una condición permanente, ni transmisible ni hereditaria, porque se emprende una sola vez en una misma empresa y aunque supone un ascenso social mediado por el dinero su posición sin “tradición o actitud cultural” (1997, p. 99) que lo sostenga no es prestigiosa en la sociedad ni en el análisis científico. El empresario no tiene una racionalidad especial que lo distinga de los otros incluso, en palabras que no son de Schumpeter, es un tomador de decisiones satisfactorias más no óptimas, cercano al tipo de racionalidad que propone Simon para el decisor: salirse del molde implica conjeturar y experimentar y estas acciones evidencian que puede existir una certeza sólo parcial. Pero esta racionalidad por fuera de lo corriente es en mayor grado una “racionalidad consciente” (1997, p.95) que la racionalidad de la rutina. El empresario tiene una voluntad especial para insistir en su nueva empresa. Ya que la naturaleza humana y social se aferra a lo conocido a toda innovación se opone una resistencia, y esto también se manifiesta en la dificultad de llegar a los consumidores. Como el mismo Schumpeter lo aclara16, su obra no es una exaltación del empresario, es un ejercicio descriptivo y pretendidamente objetivo. Liderazgo: En la propuesta de Schumpeter no se habla del empresario como el líder que considera la teoría administrativa. El empresario no persuade a otros a que le sigan, sino que se impone sobre los otros y los hace seguirle aún contra la voluntad de aquellos. El empresario es oportunista y generalmente no es quien hizo la innovación, su rasgo distintivo es la puesta en práctica de ella. Igualmente la ya citada condición social del empresario no le hace un tipo de imitar o anhelado. El empresario viene a ser un cazador que aprovecha lo que existe. 16 “por lo tanto puede no ser superfluo señalar que nuestro análisis del papel del empresario no supone una glorificación del tipo” (1997, p. 99) CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom Motivación: aunque el empresario es conducido por la satisfacción de necesidades, tanto las individuales como las de su núcleo familiar, no responde al tipo de individuo hedonista: no busca la satisfacción a través del consumo, (el tipo no empresarial mostraría así un carácter de determinación social de su necesidad acercándolo a dos de las necesidades inferiores en la escala de Maslow como son la necesidad de seguridad y la necesidad de aceptación17) sino que su satisfacción reside en un referente individual (nuevamente, en Maslow correspondería a las necesidades superiores: la necesidad de estimación y la necesidad de autorrealización – Ibíd.- ). “No es ninguna coincidencia que el periodo de auge del tipo del empresario diera origen también al utilitarismo” (1997, p. 101). Para Schumpeter el empresario no busca un punto de equilibrio que indique el óptimo entre la “desutilidad del esfuerzo” (ibid.) y la utilidad del consumo sino que “sólo se retiran de la arena cuando se ha agotado su fortaleza y no se sienten a la altura de su función” (Ibíd.). En la mente del empresario figuran los siguientes como motivos de su obra (1997, p.102) 1. “El ideal y la voluntad de fundar un reino privado, aunque no necesariamente una dinastía”. Obviamente está fundada en la posibilidad de propiedad privada en el sistema y su origen es la ganancia pecuniaria. 2. “La voluntad de conquista”: es del deseo de ganarle a otros y de hacer alarde del triunfo. Especialmente si este viene dado por el éxito financiero 3. “el gozo creador”: es semejante a lo que en textos administrativos se plantea como la característica humana de buscar desafíos a su capacidad, para Schumpeter el empresario busca como “ejercitar la energía y el ingenio” y este “gozo creador” “es indudablemente el mas anti hedonista” de los motivos. 17 En Koontz, (1998, pp. 506-510) se encuentra una exposición del tema CCaarrllooss TTeellloo CCaassttrriilllóónn U miirraa Unniivveerrssiiddaadd N mbbiiaa –– SSeeddee PPaallm Naacciioonnaall ddee CCoolloom BIBLIOGRAFIA DAFT, RICHARD (2000). Teoría y diseño organizacional. México D.F.: International Thomson Editores. DRUCKER, PETER F. (1986) “Modern Prophets: Schumpeter or Keynes?” en “The Frontiers of Management”, Ch. 12. New York: Penguin Putnam, Inc., pp. 104-115 (originalmente publicado como: “Schumpeter and Keynes” Forbes. May 23, 1983: 124128). 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