El ladrón de historias Johan M. Camargo Historiador Universidad del Valle Esto era un hombre acostado boca arriba jirafas florentinas desfilantes del muro de sobre una litera alemana en un buque Bizancio. francés. Aparentemente contando sus parpadeos el hombre boca arriba cuyo nombre era Eneldo, olor a yerbabuena con frío en los pies, pasaba la noche estival porque no tenía sueño. En esas redondeces de sueño que saben tener los dulcísimos niños, se hilaba como lana virgen de oveja ramera, que se puede dar tal, una historia compleja y simple como las bellas cosas, como la Entre tanto, un niño dulcísimo dormía con transparencia cristalina del vidrio; he ahí arenilla en sus ojos. Soñaba con unas tres palabras traslúcidas como decir tres nubes de papel violeta, un anciano que gotas de agua. He ahí una imagen usaba el sombrero al revés sin caer de su compleja y simple, pero siempre bella: un cabeza; soñaba el dulcísimo niño con cristal de ámbar insondable y taciturno, y trescientas jirafas florentinas desfilando la imagen desdibujada de lo que se ve a por los muros de Bizancio, y en el iris de través de él. Decía que la historia se daba una de ellas, la imagen de una hoguera maravillosa, y era el mejor cuento del calentaba la noche flagelante de tres mundo, la más pasmosa novela, el poema bosquimanos hambrientos y matemáticos antes y después del Gilgamesh, la última puros. Soñaba que en el amarillo de esa frase del último sabio; podría haber sido la hoguera iba vislumbrándose el vestido de trama delirio de detectives y empresa de la reina Melibea XVI, cuyos satines eran calabreses, entuerto de sicilianos, caricia ejemplo y verbigracia junta de aquella de japoneses con sus dragones Yakuzas y llama de la hoguera bosquimana, que a la misoginias medievales. Podía ser el pétalo vez era el brillo del iris de una de tantas perfecto aquella historia o el pelo más hermoso de la hija de un florista tuerto, incluso las dos al tiempo, y esa historia saltimbanquiadas envidiable y compleja, y hermosa, y casuísticas, poética, estefalolilipudas, tan buenas y claras, tan y desenvolviéndose literaria… en la estaba cabeza del dulcísimo niño. y resonancias dedalociformes, icáricas, rítmicas que incluso aquella trama podía ser la canción de canciones y provocar la Trataba de un lugar remoto que puede ser cualquier lado si se le mira desde su muerte de doce cardenales, nueve masones o tres mormones aterrados y nerviosos. opuesto geográfico, y trataba sobre Sin embargo, cuando la historia iba en su animales humanizados y humanos más cauce con avidez y generosidad, como olas humanos que cualquier sádico conocido. aterciopeladas por caminos de granito La trama hablaba del amor, la vida y la blanco, se fue esfumando el mundo muerte, y las Guerras Médicas y el Mar maravilloso del que pendía la historia de Jónico la caperuza azul de una campesina manera tan simple y contundente como la holandesa danzando por campos de roca que se patea y de la cual se sostenía azucenas una con un lobo polígloto y amanerado. telaraña inglesa. Todo fue desapareciendo de manera confusa sin Podía tratar de cualquier cosa más, incluso tú y a excepción mía. Estaba escrita en el lenguaje de los sueños que carece de palabras y es riquísimo en mixturas. El nombre de las cosas era totalmente diferente de cualquier cosa conocida. La palabra macilento, por ejemplo, no podía decirse, en cambio sí olerse, y para poder hacer uso del calificativo nefelibato hacía falta subir a lomos de un elefante de Asia saberse lenta o rápida, porque los mundos de ensueño carecen de sincronía; primero se esfumó lo primero, luego los besos de las mujeres hermosas, después los rumores, por último dos tortugas viejas de jade azul que conversaban en perfecto bantú. Incluso las tortugas bilingües se esfuman en almibares que procura el viento onírico de los niños dulcísimos soñadores. y arrancar la verruga donde se encontraba Cuando el otrora soñador despertó, tenía el morfema. En ese complejísimo lenguaje una sonrisa guasona en el lado izquierdo de acento diáfano la historia corría con de su boca, pero no recordaba lo más tumbos mínimo. Absolutamente nada de nada. y piruetas, también Porque los sueños son crueles y traicioneros, y deben ser recordados escuchando la canción “Perfidia” mentalmente. Mas, la historia contenida en el cuento no había desaparecido, no se había esfumado, porque las historias de ensueño no se evaporan o se gastan; está claro que el sueño con la historia magnífica fue víctima de robo. El robo de un noctámbulo ultramarino a bordo de un buque francés sobre una litera alemana.