UNCTAD CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE COMERCIO Y DESARROLLO Nº 1, octubre de 2007 Cómo superar la crisis del mercado financiero Vuelven las turbulencias a los mercados financieros. Tras varios años de calma relativa, los cambios en el mercado hipotecario estadounidense de alto riesgo han generado incertidumbre y temor entre los participantes en el mercado en muchos países, incluidos algunos mercados emergentes1. Esto ha propiciado la adopción de medidas enérgicas de parte de las autoridades de varias economías desarrolladas. En un primer momento, los mercados financieros se calmaron merced a la inyección masiva de liquidez por varios bancos centrales y las operaciones de rescate de parte de los gobiernos para determinados bancos. Posteriormente, la reducción de 50 puntos básicos en los tipos de interés oficiales de la Reserva Federal el 18 de septiembre hizo creer que los bancos centrales estaban dispuestos a estabilizar la economía real y evitar que cundiera el pánico en el entorno financiero. A pesar de que estas medidas de política permitieron efectivamente estabilizar el mercado interbancario, varios observadores han criticado las medidas de la Reserva Federal de los Estados Unidos y del Banco Central Europeo sosteniendo que las autoridades monetarias debían haber optado por una política más radical, similar a la adoptada inicialmente por el Banco de Inglaterra (que, sin embargo, cambió la orientación de su política para impedir que un banco británico importante fuera objeto de una estampida bancaria). Estas críticas se basan en cuatro argumentos: i) los bancos centrales no deberían rescatar a los participantes del mercado que obtuvieron grandes beneficios gracias a su participación en actividades de riesgo; ii) los bancos que necesiten préstamos de emergencia deberían ser penalizados con tasas de interés más elevadas; iii) los bancos centrales no deberían aceptar títulos de alto riesgo como garantía, ni siquiera durante las crisis, y iv) los bajos tipos de interés de los Estados Unidos a principios de la década de 2000 fueron el principal factor que desencadenó la burbuja inmobiliaria, por lo que una reducción de los tipos de interés ahora no podría sino generar otra burbuja y agravar los problemas en el futuro. Aunque, a primera vista, estas críticas pueden parecer justificadas, todo apunta a que se basan en una idea errónea. En lo que respecta al primer argumento, la inyección de liquidez a los mercados para estabili1 zar un tipo de interés oficial (véase el gráfico) no implica necesariamente una operación de rescate. Las pérdidas individuales originadas por préstamos imprudentes aparecerán en los balances de los bancos aun cuando el banco central trate de evitar los daños colaterales inyectando liquidez durante una contracción del mercado monetario. La razón de proceder a la inyección de liquidez es evitar una volatilidad excesiva del tipo de interés indicativo y no rescatar a los bancos. En lo que respecta al segundo argumento, cualquier incremento repentino en los tipos de interés a corto plazo penalizará a todos los participantes en el mercado monetario y no sólo a los que llevan a cabo actividades crediticias imprudentes. De acuerdo con los dos primeros argumentos, el hecho de aceptar un nivel de menor calidad para los títulos reembolsables puede justificarse como otra manera de estabilizar los tipos a corto plazo. Rescatar a los depositantes de un solo banco, como ocurrió en el Reino Unido, resulta más problemático, ya que puede provocar el tipo de riesgo moral que condujo a los participantes en el mercado a realizar operaciones demasiado arriesgadas. Sin embargo, rescatar a los depositantes de un banco con problemas no es lo mismo que rescatar a los dueños y directivos del banco. La pérdida de confianza en el banco afectará a las actividades futuras del banco, aunque la intervención de los gobiernos proteja a los depositantes privados. Por lo que respecta al cuarto argumento, la reducción de los tipos de interés durante las turbulencias financieras se justifica si existe una amenaza significativa de que esas perturbaciones se extiendan a los sectores reales y pongan en peligro el objetivo de empleo del banco central directamente o su meta de inflación indirectamente. El mercado inmobiliario de los Estados Unidos es uno de los pilares más fuertes de esa economía y el peligro de un debilitamiento repentino de ese pilar incidirá inevitablemente en la evaluación de riesgos del banco central. Por otra parte, no hay indicios claros de que la política monetaria estadounidense haya sido demasiado flexible después del fin de la burbuja «puntocom». Teniendo en cuenta la postura dogmática y más bien restrictiva de la política monetaria europea en aquel momento, así como la incapacidad del banco central japonés de escapar éase UNCTAD, Recent developments on global financial markets (TD/B/54/CRP.2, 28 de septiembre de 2007). Para V un examen más general de las cuestiones de desarrollo conexas, véase UNCTAD, Informe sobre el Comercio y el Desarrollo, 2007 (UNCTAD/TDR/2007, Nº de venta: S.07.II.D.11). UNCTAD CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE COMERCIO Y DESARROLLO Meta del BCE y tipo de interés Euribor 460 Turbulencias financieras 440 Puntos básicos 420 Euribor 1 semana Objectivo del BCE 400 380 360 340 320 04.10.2007 20.09.2007 06.09.2007 23.08.2007 09.08.2007 26.07.2007 12.07.2007 28.06.2007 14.06.2007 31.05.2007 17.05.2007 03.05.2007 19.04.2007 05.04.2007 22.03.2007 08.03.2007 22.02.2007 08.02.2007 25.01.2007 11.01.2007 28.12.2006 14.12.2006 30.11.2006 16.11.2006 02.11.2006 19.10.2006 05.10.2006 21.09.2006 07.09.2006 24.08.2006 280 10.08.2006 300 Fuente: Cálculos de la secretaría de la UNCTAD basados en información proporcionada por Thomson Financial Datastream y el Banco Central Europeo. Si bien la respuesta a corto plazo a la crisis ha sido en su mayor parte apropiada, las políticas a largo plazo para los países desarrollados y en desarrollo requieren una reflexión más amplia y profunda. Obviamente, la falta de transparencia es una de las causas de la crisis actual. Ello se debe principalmente a que, en lugar de propagar el riesgo de forma transparente, como lo prevé la teoría económica, los operadores del mercado optaron por «titularizar» los activos de riesgo sin evaluar claramente el peligro. Además, las agencias de calificación crediticia no comprendieron esos productos financieros estructurados y el hecho de que fueran objeto de escaso comercio dio lugar a una situación en la que se desconocía incluso su valor aproximado. Así pues, las políticas a largo plazo deberían tener como objetivo aumentar la transparencia de los productos financieros estructurados, lo cual dista de ser fácil porque, por su naturaleza intrínseca, los productos estructurados son instrumentos complejos. Sin embargo, hay por lo menos dos medidas que deben considerarse en el plano multilateral: • El papel de las agencias de calificación crediticia. Las agencias de calificación crediticia que deberían solucionar los problemas de información y aumentar la transparencia parece que han hecho todo lo contrario y han aumentado la opacidad del mercado. Las agencias calificadoras desempeñan una función ambigua, ya que el marco reglamentario actual hace que las decisiones sobre la calificación determinen qué activos pueden tener en cartera ciertos tipos de intermediarios financieros. Por otra parte, las agencias de calificación no están plenamente sujetas a una disciplina del mercado que pueda aumentar la precisión de sus calificaciones. Para lograr una mayor transparencia es imprescindible reformar el papel que esos organismos desempeñan en la evaluación de instrumentos financieros complejos. Los partidarios de la disciplina de mercado apuntan a que podrían evitarse los conflictos de interés renunciando a utilizar las calificaciones crediticias para determinar el tipo de activos que pueden mantener las entidades reguladas. Otro punto de vista es partidario de la creación de un organismo regulador que supervise el funcionamiento de las agencias de calificación crediticia y certifique que los activos AAA tienen realmente una probabilidad mínima de incumplimiento. • Desajustes en los plazos de vencimiento de las instituciones financieras no bancarias. Las turbulencias recientes surgieron en parte debido a los desajustes en los plazos de vencimiento de las agencias no bancarias que gozan de garantías de liquidez de las instituciones matrices. Concretamente, los bancos trataron de aumentar la rentabilidad sin someterse a los requisitos de capital impuestos por el Acuerdo de Basilea mediante la creación de instrumentos fuera de balance que generaron grandes beneficios transformando pasivos a corto plazo en activos a largo plazo. El problema de esos instrumentos de inversión es que conllevaban un desajuste en los vencimientos y, cuando perdieron el acceso al mercado de títulos comerciales respaldados por activos, las instituciones matrices tuvieron que intervenir y proporcionar la liquidez necesaria. Por lo tanto, la crisis de liquidez que se había originado fuera de la banca se extendió de inmediato a todo el sector. Esto indica que debería prohibirse o señalarse con total transparencia la vinculación de los bancos con entidades muy poco reguladas que podrían contagiar los problemas + 4 1 2 2 9 1 7 5 8 2 8 – u n c t a d p r e s s @ u n c t a d . o r g – w w w . u n c t a d . o r g unctad/press/PB/2007/1 de la trampa del tipo de interés de valor cero de deflación duradera, las fuertes reducciones de la Reserva Federal han contribuido de manera positiva a la estabilización de la economía mundial.