102 Dani Codina Las ciudades medianas de la segunda corona son susceptibles de ser el escenario de futuras opciones que requieran una ocupación espacial que puede desdibujar su equilibrio interno si no se ejecuta con una cuidadosa planificación. Este equilibrio interno es esencial para la correcta relación con el resto del territorio. Las ciudades de la segunda corona TEXTO Joan Aguado Masdeu Alcalde de Vilafranca del Penedès LOS MONOGRÁFICOS DE B.MM NÚMERO 5 tendiendo a la ortodoxia de los estudios que comportan la detección y definición territorial del fenómeno metropolitano, es manifiesto que el ámbito de la región metropolitana de Barcelona va más allá de la conurbación y delimitación de lo que se conoce como área metropolitana de Barcelona. Sin embargo, cuando se realizan estudios comparativos que permiten situar a Barcelona y su entorno metropolitano en posiciones importantes en la escala de las economías de aglomeración urbana, es el ámbito de la región el que permite visualizar una situación preponderante y la fuerza real de este territorio. Precisamente, esta complejidad del sistema, formado por una ciudad central potente, con una conurbación de municipios diferentes que aportan masa crítica y unas coronas con un territorio articulado alrededor de polaridades vinculadas a ciudades históricas, es una de las características que dan singularidad al hecho metropolitano barcelonés y en la que radica buena parte de su fuerza y competitividad. Es alrededor de las polaridades formadas por las ciudades históricas donde se han desarrollado economías vinculadas a actividades endógenas con una fuerte especialización, que, sin constituirse en grandes empresas multinacionales, han sabido adaptarse a la economía global, se han vuelto sólidamente competitivas, han aportado peso específico a la región metropolitana y han utilizado la marca “Barcelona” como factor para su promoción. Estas ciudades del arco metropolitano también contribuyen a la consolidación de un territorio sin “periferias”. A diferencia de la mayoría de las grandes áreas metropolitanas europeas, la de Barcelona, con el dinamismo de los municipios, ha conseguido borrar buena parte de las situaciones de marginalidad creadas por el expansionismo descontrolado de los años sesenta y setenta, y por lo tanto la periferia de A 103 “La segunda corona tiene un papel importante como espacio equilibrado, que acoge ciudades dinámicas alrededor de las cuales se generan importantes economías, manteniendo unos ámbitos cohesionados socialmente, que podrán contribuir al conjunto metropolitano”. La “Declaració de Vilafranca” reconoce el modelo metropolitano basado en una ciudad potente y un sistema territorial de carácter policéntrico y articulado alrededor de las ciudades medianas. En la página anterior, ciudades históricas como Granollers forman parte de la seguna corona que se articula alrededor del área metropolitana. Dani Codina la ciudad central no es sinónimo de conflicto, sino que es el escenario de diferentes potencialidades que se pueden desarrollar al amparo de ciudades medianas socialmente cohesionadas. Estas ciudades medianas de la segunda corona articulan territorios caracterizados por una distribución jerárquica de los sistemas, funcionalmente madura, y por una mayor disposición de suelo que la conurbación central. Por lo tanto, son susceptibles de convertirse en el escenario de futuras opciones que necesiten una determinada ocupación espacial, que, si bien pueden dar nuevas oportunidades al conjunto del territorio, también pueden desdibujar el equilibrio interno si no se ejecutan con una cuidadosa planificación. Este equilibrio interno de la segunda corona es esencial para la correcta relación de la región metropolitana con el resto de territorio catalán. Es evidente que gran parte de las oportunidades y debilidades de la segunda corona metropolitana provendrán del papel que desempeñe el conjunto de la región metropolitana y, por lo tanto, en un contexto de crecimiento es más necesaria que nunca una planificación conjunta e inteligente que aproveche las oportunidades globales del territorio. Se debe superar decididamente el planteamiento del Plan Territorial General de Cataluña de que Barcelona es un área congestionada y de que se deben potenciar sistemas de reequilibrio basados en el desbordamiento del sistema central barcelonés, porque desde la óptica de las ciudades de la segunda corona sólo con una ciudad central potente, capaz de ofrecer servicios diferenciales, con una densidad y una masa crítica importante, se puede aspirar a un lideraje europeo. La segunda corona tiene un papel importante como espacio equilibrado, que acoge ciudades dinámicas alrededor de las cuales se generan importantes economías, manteniendo unos ámbitos cohesionados socialmente, que podrán contribuir al conjunto metropolitano en la medida en que puedan participar en las grandes decisiones territoriales y tengan acceso a una determinada distribución de servicios. Desde esta perspectiva, habrá que reclamar una coordinación territorial, que se ve negada por la incapacidad de llevar adelante los instrumentos pensados para este fin, como puede ser el Plan Territorial Parcial de la Región I y que quizás una metodología como la del Plan Estratégico puede facilitar. LA DECLARACIÓ DE VILAFRANCA Desde hace muchos años, los ayuntamientos de Mataró, Granollers, Sabadell, Terrassa, Martorell, Vilafranca del Penedès y Vilanova i la Geltrú mantienen un debate conjunto sobre temas de interés común, sobre todo de aquellos relacionados con el ordenamiento territorial, la movilidad y las infraestructuras. Con este debate se ha ido tomando conciencia de la importancia del hecho metropolitano y de la incidencia en las respectivas áreas de influencia, así como del papel que tienen que desempeñar dentro de este marco territorial. Las siete ciudades configuran el grupo denominado “ciudades del arco metropolitano de Barcelona”, también denominado “arco tecnológico”, “ciudades medianas” o “ciudades de la segunda corona metropolitana”. Como resultado, han surgido documentos como la Declaració de Vilafranca, firmada por los alcaldes de estas ciudades, en la que se reconoce el modelo metropolitano, basado en una ciudad central potente y un sistema territorial de carácter policéntrico y articulado alrededor de las ciudades medianas. En dicho documento se pone de manifiesto la voluntad de participación en los procesos de debate de alcance territorial y de corresponsabilización respecto al proyecto global metropolitano, así como de potenciación del grupo de trabajo existente y continuación de su tarea como instrumento de reflexión y PLAN ESTRATÉGICO METROPOLITANO 104 formulación de propuestas que establezcan las bases para la participación coordinada de estas ciudades. En esta declaración se hace hincapié en los siguientes aspectos, que se reproducen casi textualmente: I.- Durante la última década, estas ciudades han llevado a cabo reuniones de trabajo para examinar problemáticas comunes, para intercambiar experiencias y, muy especialmente, para seguir los trabajos de elaboración del Plan Territorial Parcial de la Región Metropolitana de Barcelona. II.- Las reuniones de trabajo parten de una realidad metropolitana basada en una ciudad central potente y un sistema territorial de carácter policéntrico, articulado alrededor de las ciudades medianas. Esta organización compleja de carácter policéntrico, que parte de un equilibrio territorial existente, es un factor de singularidad en relación con otras áreas metropolitanas del continente. Y, posiblemente, en el aspecto productivo, también es el principal activo de competitividad de nuestro país y de la región metropolitana de Barcelona. III.- Las ciudades medianas de la segunda corona metropolitana quieren participar activamente en los procesos de debate de alcance territorial, con pleno conocimiento y corresponsabilidad, aportando la visión de una amplia parte del territorio y con voluntad integradora en el proyecto global metropolitano. IV.- En esta declaración se toma la decisión de dar continuidad al grupo de trabajo, con voluntad de potenciarlo como instrumento de reflexión y de formulación de propuestas. Se parte de seis primeras líneas de trabajo que apuntan una determinada visión metropolitana y que son la base de la participación coordinada de estas ciudades: 1. Apostar por una política de movilidad equilibrada y fundamentada en la intermodalidad. 2. Reconocer el papel de ciudades dinamizadoras del sistema metropolitano. Fortalecer los subsistemas urbanos de cada ciudad. 3. Potenciar la rehabilitación de los tejidos urbanos existentes frente a los crecimientos en extensión. 4. Descentralizar los equipamientos, las dotaciones y las funciones de capitalidad. Desarrollar un modelo de red para distribuir funciones. 5. Proteger de forma efectiva los espacios abiertos. Preservar la identidad del territorio. 6. Definir de forma clara y transparente las reservas para las infraestructuras y dotaciones medioambientales de alcance supralocal. V.- Teniendo en cuenta que la región metropolitana de Barcelona es el marco en el que se sitúan los sistemas urbanos de las ciudades aquí representadas, queremos, con el papel que nos corresponde, participar en los ámbitos de debate territorial donde se discuta la configuración metropolitana a fin de contribuir a una visión más global, que aporte la coherencia de reconocer y sumar las distintas realidades. La Declaración señala que estas ciudades no sólo contribuyen a la potencialidad económica sino también al equilibrio interno y la cohesión social del conjunto de la región metropolitana. También se destaca que su situación de segunda corona les otorga una posición inmejorable para articular el sistema metropolitano con el resto del territorio. Finalmente, se hace patente la voluntad política de participar con la ciudad central reuniendo los potenciales de cada uno, se pretende propiciar un marco de discusión que permita hablar globalmente de los retos metropolitanos; planificar desde una visión amplia las infraestructuras, los equipamientos, las dotaciones, etc., y luchar para que se hagan realidad. Como se puede observar, consideramos imprescindible nuestra participación en este ámbito de decisión territorial. LAS LÍNEAS DE TRABAJO La Declaración señala seis líneas de trabajo, que son las siguientes: 1. Apostar por una política de movilidad equilibrada y fundamentada en la intermodalidad. Se tienen que aprovechar, racionalizar y adecuar al máximo las vías de comunicación ya existentes, aplicando criterios de minimización de impactos ambientales en su rediseño y de corrección de los impactos funcionales que provocan peajes como éste de Cardedeu-Granollers. Dani Codina LOS MONOGRÁFICOS DE B.MM NÚMERO 5 105 “La futura línea del tren de alta velocidad con sus estaciones constituye un elemento fundamental para la proyección exterior del territorio y acabará siendo una pieza clave de su estructura funcional”. En Rubí, las infraestructuras viarias y ferroviarias garantizan el equilibrio territorial del municipio con el resto de la región metropolitana. Enrique Marco Es necesario dar prioridad a las vías de comunicación que enlazan las ciudades de la segunda corona metropolitana y éstas con el resto del territorio, tanto con los sistemas urbanos más próximos, metropolitanos, como con los del resto del territorio catalán. Se tienen que aprovechar, racionalizar y adecuar al máximo las vías de comunicación ya existentes, aplicando criterios de minimización de impactos ambientales en su rediseño y de corrección de impactos funcionales provocados por los peajes en algunas de estas vías. Es conveniente sacar el máximo rendimiento de las infraestructuras existentes y no pensar siempre en más y nuevas vías para resolver los nuevos problemas y requerimientos dimensionales. Asimismo, es conveniente entender desde la lógica territorial y funcional el papel que la Autovía Orbital tiene que desempeñar en lo referente a la estructuración en red del territorio metropolitano y muy concretamente de las ciudades de la segunda corona entre ellas y respecto de la ciudad central y sus necesidades de movilidad. No obstante, será imprescindible plantear la implantación de nuevas infraestructuras viarias con una resolución muy detallada de la problemática ambiental que ésta pueda provocar. La futura línea del tren de alta velocidad con sus estaciones constituye un elemento fundamental para la proyección exterior del territorio y acabará siendo una pieza clave de su estructura funcional. En este sentido, debe prestarse una atención especial a las propuestas definitivas de trazado y diseño del recorrido del tren de alta velocidad y de sus infraestructuras complementarias, así como a la propuesta de construcción de estaciones con criterios de servicio a las ciudades de la segunda corona y su radio de influencia, y asegurar el acceso con transporte público desde estas ciudades con la nueva estación: la infraestructura al servicio de las ciudades y no sólo el territorio al servicio de la infraestructura. Al mismo tiempo, hay que potenciar los sistemas de transporte público para mejorar la movilidad metropolitana: deben extenderse el metro regional y los trenes de cercanías, y dar prioridad a los autobuses interurbanos con criterios de intermodalidad e integración tarifaria; completar la red ferroviaria de forma que sea posible la relación entre ciudades con el ferrocarril (el eje Vilanova – Vilafranca, el eje Papiol – Mollet, el eje Granollers – Mataró, el eje Terrassa – Martorell) para configurar, en definitiva, lo que será un trazado orbital ferroviario. Además, hay que prever la instalación centros de intercambio modal de segundo nivel, situados de forma descentralizada, sin perjuicio de que exista un gran centro de conexión intermodal, de escala regional, en la conurbación de Barcelona. Por último, para garantizar el equilibrio territorial, es necesario plantear la planificación de las infraestructuras de comunicación e intercambio de datos al mismo nivel que las infraestructuras viarias y ferroviarias. Sólo así se podrá aprovechar al máximo su potencial en el terreno de la racionalización y el control de la movilidad. 2. Reconocer el papel de ciudades dinamizadoras del sistema metropolitano. Fortalecer los subsistemas urbanos de cada ciudad PLAN ESTRATÉGICO METROPOLITANO 106 La gestión territorial debe reconocer y potenciar los sistemas urbanos que se configuran alrededor de las distintas ciudades medianas del entorno metropolitano. Es un hecho –y hay que reconocerlo– que alrededor de las ciudades medianas de la segunda corona metropolitana se articulan diferentes subsistemas urbanos basados en la interdependencia de determinados municipios a estas ciudades y en la capacidad de éstas de generar la estructura necesaria que garantice un desarrollo de las partes suficientemente integrado y equilibrado. En este sentido, las áreas dinamizadoras del territorio metropolitano tienen que hacerse coincidir con los núcleos urbanos ya existentes, reforzando sus propias dinámicas de creación de centralidades de alcance metropolitano y garantizando un mejor equilibrio entre las necesidades de desarrollo, el consumo de suelo y el aumento de las demandas de movilidad. Este refuerzo de las dinámicas de las propias ciudades se tiene que llevar a cabo, básicamente, apostando por el desarrollo y la rehabilitación de sus centros urbanos, mejorando su accesibilidad y potenciando en ellas los servicios y actividades terciarias y productivas; o bien –y sólo complementariamente– de acuerdo con la lógica de las nuevas áreas de servicios definidas por cada subsistema urbano en función de las dinámicas generadas por las nuevas comunicaciones y por la mejora general de la accesibilidad. 3. Potenciar la rehabilitación de los tejidos urbanos existentes frente a los crecimientos en extensión Las propuestas de gestión territorial y de definición de un modelo metropolitano tienen que incidir, de una forma esencial, en el fundamento de aquellas actuaciones que ayuden en los procesos, generalmente complejos, de renovación y mejora de los tejidos urbanos preexistentes, tanto los centrales e históricos como los barrios que extendieron la ciudad y que cada vez más requieren intervenciones para garantizar su adecuación a la demanda urbana y para prevenir que en ellos tengan lugar procesos de degradación de difícil reparación. Estos procesos de renovación y mejora deben plantearse tanto desde el punto de vista de las infraestructuras, los servicios y las dotaciones públicas y privadas como también desde la rehabilitación de la vivienda y la creación de nuevas centralidades mediante la mejora de la estructura interna de los barrios y su apertura al conjunto de la ciudad. Es conveniente tener presente, en todo momento, la especial importancia que estos tejidos urbanos preexistentes tienen en el desarrollo y consolidación de las ciudades medianas de la región metropolitana. Su regeneración y rehabilitación permitirán evitar nuevas y extensivas ocupaciones de suelo libre o la creación de nuevos núcleos residenciales segregados y artificiosos que agraven los problemas de movilidad, de déficits dotacionales y, esencialmente, de articulación social. La ciudad, regenerada, abierta y diversa frente a la consolidación de barrios degradados, aislados y muchas veces excesivamente especializados. Es conveniente una planificación del sistema de espacios libres para que se tenga en cuenta el interés histórico, agrícola, forestal, paisajístico e hidrológico de zonas como los viñedos del Penedès. En la página siguiente, es necesario disponer de los instrumentos necesarios para que el sistema de ciudades medianas de la región metropolitana, como Mataró o Sant Cugat del Vallès, ejerza de forma efectiva funciones de capitalidad. Nelson Souto “El desarrollo de la red de ciudades metropolitanas acercará los servicios y dotaciones a las demandas de los ciudadanos del conjunto del ámbito y corregirá la tendencia a la congestión funcional y de movilidad”. LOS MONOGRÁFICOS DE B.MM NÚMERO 5 107 Miguel Raurich 4. Descentralizar los equipamientos, las dotaciones y las funciones de capitalidad. Desarrollar un modelo en red para la distribución de funciones Es necesario disponer de los instrumentos para que el sistema de ciudades medianas de la región metropolitana, las de la primera y segunda corona alrededor de Barcelona, situadas sobre los principales ejes de comunicación que les garantizan una buena accesibilidad, ejerza de forma efectiva funciones de capitalidad. En este sentido, será conveniente la descentralización de dotaciones, servicios y funciones de carácter singular y de alcance o interés nacional e internacional para evitar que todas estas actividades se desarrollen y se concentren en la ciudad central del sistema. El desarrollo de un modelo en red, la red de ciudades metropolitanas, acercará efectivamente los servicios y dotaciones a las demandas de los ciudadanos y las ciudadanas del conjunto del ámbito y corregirá la tendencia a la congestión funcional y de movilidad del área central del sistema. Este modelo, entre otras cosas, tiene que permitir que la ciudad central del sistema, Barcelona, adquiera la verdadera dimensión de capital europea, y que se resuelvan, con un encaje territorial más amplio, las problemáticas funcionales que se puedan derivar con su dinámica de transformación y especialización. 5. Proteger de forma efectiva los espacios abiertos. Preservar la identidad del territorio Los espacios libres y abiertos alrededor de las ciudades de la segunda corona metropolitana son, cada vez más, espacios estratégicos cuya preservación es imprescindible garantizar y en los que se tienen que llevar a cabo políticas activas de regeneración y mejora. Hay que controlar la tendencia a la ocupación del suelo al servicio de la extensión de las ciudades, tanto para usos urbanos como para la implantación de nuevas infraestructuras y actividades inducidas por éstas. Para el modelo de un sistema de ciudades en red acabará siendo tan importante el sistema urbano como el sistema de espacios libres. El espacio libre debe alcanzar un papel vertebrador para cuya eficacia se debe evitar la fragmentación de las piezas grandes y propiciar la continuidad de aquellos fragmentos separados por la urbanización. No sólo se tiene que acabar con la ocupación ilegal del suelo y la proliferación de urbanizaciones sino que, además, se deben implantar políticas que contribuyan a devolver a su origen aquellos terrenos que han sido objeto de ocupaciones no planificadas. No siempre se tiene Enrique Marco que contemplar la legalización de los procesos de ocupación como mecanismo de reconducción de estos procesos. La gran mayoría de los espacios libres que hoy en día aún están sin ocupar por la urbanización y la extensión de las ciudades se tendrían que integrar en el sistema territorial de espacios libres con voluntad de permanencia indefinida. El suelo no ocupado en términos urbanos es, actualmente, imprescindible para garantizar el equilibrio territorial y, en este sentido, debe garantizarse su pervivencia tanto funcional como económicamente. Es conveniente una planificación del sistema de espacios libres que tenga en cuenta, cuidadosamente, su interés histórico, agrícola, forestal, paisajístico, hidrológico; sus condiciones de regeneración y recuperación, y su función para garantizar la conectividad natural. Y a fin de garantizar su preservación y hacer posibles las políticas activas de regeneración, es necesaria una planificación urbanística integrada del espacio urbano y el espacio libre, de tal modo que estos espacios formen parte integrante de la identidad urbana y se gestionen con criterios urbanísticos. Un plan de espacios libres territorial de alcance metropolitano podría ser el instrumento adecuado para alcanzar este nivel de planificación integrada. Será imprescindible encontrar nuevos mecanismos de gestión del espacio abierto y libre. El mantenimiento de la agricultura y la gestión de los bosques, en gran parte del ámbito metropolitano, están quedando fuera del mercado, o, aunque sean rentables, pueden acabar no siendo competitivos respecto de otros usos o expectativas de desarrollo. Únicamente con nuevas fórmulas de sostén económico se podrá garantizar el mantenimiento, la calidad y el nivel de servicio a la población metropolitana. 6. Definir de forma clara y transparente las reservas para las infraestructuras y dotaciones medioambientales de alcance supralocal La complejidad que generalmente acompaña al emplazamiento de infraestructuras medioambientales que han de servir a un conjunto de municipios: las correspondientes al ciclo del agua, los vertederos de escombros, las plantas de tratamiento de residuos, etc., hacen que éstas requieran –cada vez más– la transparencia en la planificación y la participación abierta a las diferentes administraciones, sea cual sea la asignación competencial concreta. Sólo garantizando la información y participación en la planificación, dimensionamiento y niveles de servicio se podrá reclamar y PLAN ESTRATÉGICO METROPOLITANO 108 “El Plan Estratégico de la Región Metropolitana ha sido determinante para dar un paso decisivo de cara a poner en claro las relaciones entre esta red de ciudades y su capital, que conforman nuestro modelo territorial”. Para asegurar la coherencia de las distintas iniciativas en todo el ámbito de la región, es conveniente que municipios cercanos al área metropolitana, como es el caso de Mollet del Vallès, establezcan una red permanente de coordinación estratégica. Miguel Raurich garantizar una distribución territorial adecuada y una relación servicio/demanda apropiada. REDES DE COORDINACIÓN ESTRATÉGICA El 4 de octubre de 2002, los alcaldes de las siete ciudades medianas de la región metropolitana de Barcelona y el alcalde de Barcelona, como presidente del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona, firmaron un acuerdo por el que se ponía en marcha la Comisión de Enlace entre el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona y las mencionadas ciudades. Como se especifica en el documento base de la Comisión de Enlace, este acuerdo tiene que permitir coordinar su planteamiento estratégico con el del área metropolitana, y debe tener en cuenta que el denominado sistema regional de ciudades tiene que basarse en la capacidad local de identificar sus necesidades y ponerlas en común para conseguir una visión estratégica compartida que no venga determinada exclusivamente por las necesidades del área central. LOS MONOGRÁFICOS DE B.MM NÚMERO 5 Desde el propio Plan Estratégico de Barcelona se reconoce la conveniencia de establecer una red permanente de coordinación estratégica con las ciudades más cercanas de la región metropolitana para asegurar la coherencia de las distintas iniciativas en todo el ámbito de esta región. Asimismo, se contempla la próxima firma de un convenio entre las ciudades del Arco Metropolitano de Barcelona y el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat, de manera que puedan participar en el proceso de definición del Plan Territorial de la Región Metropolitana. Todo ello con un mismo objetivo: el reconocimiento de una realidad territorial y el peso específico que para el desarrollo de la propia región y del conjunto de Cataluña poseen las ciudades del arco metropolitano. Sin su participación no es posible diseñar un modelo equilibrado y de desarrollo sostenible en la zona. El Plan Estratégico de la Región Metropolitana así lo ha entendido, y ha sido determinante para dar un paso decisivo de cara a poner en claro las relaciones entre esta red de ciudades y su capital, que conforman nuestro modelo territorial.