Psicología Motivación básica y cotidiana D efinimos la motivación, en el número pasado, como una de las variables psicológicas más importantes que influyen en el rendimiento físico y deportivo del jugador de golf, así como en el de otros deportistas que practican cualquier otra disciplina deportiva. Es momento pues de aclarar cuáles son las características que posee esta variable, fundamentalmente cuando estamos refiriéndonos a ella dentro del deporte de competición, ya que esta parcela, debido a la gran evolución de los jugadores/as de golf españoles y a los grandes resultados conseguidos en los últimos años, es la que más nos interesa. Dos tipos de motivaciones Es preciso, para centrar este asunto, referirse a dos tipos de motivación, la motivación básica y la motivación cotidiana, a los cuáles vamos a dedicar las próximas líneas. La Motivación Básica se refiere a la base estable de motivación que determina el compromiso del deportista con su actividad. En el deporte de competición, tiene que ver con el interés y ambición de los deportistas por los resultados deportivos, su rendimiento personal y/o las consecuencias beneficiosas de ambos. La motivación básica en un jugador de golf se referiría al interés que el jugador/a tiene por conseguir determinadas competiciones y por el reconocimiento personal o social que supondría haberlas conseguido (celebraciones, concesión de premios,etc.). La motivación cotidiana se refiere al interés del deportista por la actividad diaria ‘per se’ y la gratificación inmediata que produce ésta, con bastante independencia de los logros deportivos. Tiene una mayor relación con el rendimiento personal cotidiano y el disfrute de la actividad y las circunstancias que la rodean (ambiente de trabajo, relación con compañeros,...). En este caso, se referiría a la diversión y disfrute que produce en un jugador/a de golf haber realizado un entrenamiento más, consiguiendo unos objetivos determinados y compartiendo ese tiempo con compañeros y entrenadores, con los que se mantiene una relación positiva y existe un buen ambiente de trabajo. Ambos tipos de motivación están relacionados y se complementan entre sí. Una dosis elevada de motivación básica propicia una buena disposición de los jugadores hacia la actividad y facilita, por tanto, que pueda desarrollarse la motivación cotidiana (aunque sobre esta buena base o disposición favorable sea necesario adoptar medidas específicas para desarrollarla). 38 RFEG Carencias contrarrestables Sin embargo, en ausencia de motivación básica, los deportistas no adquieren el suficiente compromiso con la actividad como para afrontar retos deportivos verdaderamente ambiciosos, y en estos casos una elevada motivación cotidiana propicia que la experiencia diaria sea más grata, pero aumenta el riesgo de un estado de conformismo que dificulta que se desarrolle el interés por objetivos deportivos que exijan un compromiso más alto. Ahora bien, cuando la motivación básica atraviesa momentos críticos, una buena dosis de motivación cotidiana puede ayudar a los deportistas a superar esos momentos. Y al contrario, cuando las circunstancias de la actividad diaria no propician que la motivación cotidiana sea alta, es más probable que los deportistas continúen esforzándose al máximo si su motivación básica es elevada. En definitiva, queda claro que tanto los entrenadores como los psicólogos que trabajan y asesoran a los jugadores, deben tener en cuenta estos dos tipos de motivación. Como prioridad, deben fomentar y fortalecer, para que sea elevada y estable, la motivación básica; y como complemento muy importante de ésta, deben propiciar la motivación cotidiana. El próximo artículo lo dedicaremos a enumerar los factores que determinan una elevada motivación básica y cotidiana. Encarna María Lozano Casero Psicóloga Especialista en Actividad Física y Deporte