IES ANDRÉS LAGUNA DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN FUENCISLA PASCUAL Y SUSANA ARÉVALO Mario Lázaro: “Piensa uno en una idea, pero esa idea te lleva a otra, y a otra. No puedes focalizar la atención.Y te bloqueas. Nadie puede comprenderlo si no lo ha pasado. Quieres aprender a leer y no puedes. O haces lo primero que se te pasa por la cabeza – impulsividad -, aunque después lo pienses y entiendes que está mal. No puedes evitarlo.” Luís Rojas Marcos: “Aún me distraigo: empiezas a pensar en una cosa y pasas a otra. Pero ya no tomo medicación. Bueno, a veces le quito alguna pastilla a mi hijo. Me ayuda a concentrarme. No tanto si debo relacionarme con gente, pues me pone algo más tenso… cuando era pequeño en los momentos más difíciles siempre aparecía algún ángel de carne y hueso que me rescataba. A veces era un amigo, a veces mi hermana. Mi madre fue el ángel más importante.” El TDAH es el tercer problema de salud en la infancia y adolescencia, siendo los dos primeros el asma y la obesidad. La tasa de niños hiperactivos va aumentando con los años. ¿QUÉ ES EL TDAH? Tres son los síntomas presentes en este trastorno: la desatención, la hiperactividad y la impulsividad. Desatención: dificultad en mantener la atención en actividades escolares y lúdicas; distracción con lo irrelevante; dificultad en tareas que exigen esfuerzo mental sostenido; no escucha, ni sigue instrucciones; descuidado, desorganizado, no finaliza tareas, extravía objetos. Hiperactividad: se mueve en exceso, se levanta, se remueve en el asiento, corre, salta en situaciones inapropiadas, “está en marcha”; dificultad en jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio; habla en exceso. Impulsividad: se precipita en las respuestas; dificultades para guardar turno, interrumpe o se inmiscuye en actividades de los otros. Este trastorno suele aparecer antes de los 7 años. La incidencia es mayor entre niños (cuatro veces más). Conlleva un gran deterioro social y académico, puesto que sus tres características son incompatibles con el rendimiento escolar. (Su capacidad intelectual en la mayoría de los casos es normal). Es un trastorno crónico. En la adolescencia los síntomas motores se moderan, persistiendo la desatención e impulsividad y manifestando también gran inquietud y desazón (más interno). Presentan rasgos de personalidad comunes, como inmadurez, baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, no aceptación de la autoridad, inmediatez de las recompensas, labilidad emocional. En el 60% de los casos presentan una patología asociada al TDAH. Un 10-20% presentan problemas emocionales, como ansiedad y depresión. El 40-60% manifiestan negativismo desafiante (hostiles, se encolerizan, discuten y molestan deliberadamente a otras personas; se muestran susceptibles, rencorosos y vengativos). Con la adolescencia la presencia de conducta disocial se observa en el 20% de los casos (viola los derechos de los demás y las normas sociales, conductas agresivas, daños en propiedades ajenas, huidas de casa…) ¿CUÁL ES SU ETIOLOGÍA? Las últimas investigaciones señalan los factores orgánicos- irregularidades en la producción de neurotransmisores. También señalan alteraciones funcionales en la parte frontal del cerebro, que es la responsable de las funciones ejecutivas. Por eso se dice que el TDAH es un trastorno de las funciones ejecutivas del cerebro, que son las capacidades mentales que permiten controlar el comportamiento, anticipar el futuro y preparar y dirigir la conducta hacia la consecución de un plan (planificar, organizar). Por tanto, podemos afirmar que su problema básico es la falta de autocontrol. -1- IES ANDRÉS LAGUNA DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN FUENCISLA PASCUAL Y SUSANA ARÉVALO Presentan alteraciones sensoriales y perceptivas. Procesan la información de forma más superficial, de forma desorganizada y por poco tiempo. Más que déficit de atención, difieren del resto en la forma en que focalizan y dirigen su atención. Nuestra atención es selectiva y filtramos lo que percibimos. Ellos tienen dificultad en filtrar la información y perciben toda la estimulación externa al mismo tiempo: sonidos, imágenes, olores, pensamiento… constituyen una maraña de información con la que deben luchar para adaptarse al medio. La desmotivación por la tarea tiene su origen en una mayor dificultad para procesar los estímulos y no en la vaguería o en la desgana. Se desmotivan con facilidad, pues tienen que realizar un mayor esfuerzo para mantener la atención. Parece que no pueden establecer un orden de prioridades entre los estímulos que se les presentan. Todo esto e explica por qué las personas con TDAH se desmotivan ante tareas, son tan variables en su rendimiento, no atienden. Muestran un gran déficit en la memoria de trabajo, y por eso presentan dificultades en la capacidad de abstracción, que requiere manejar mentalmente datos, operar con ellos y buscar una respuesta. Tienen dificultades en recurrir a sus experiencias pasadas para decidir la mejor actuación en el presente. (Aunque se les castigue varias veces por lo mismo, no aprenden). Tienen dificultad en aprender y recordar lo aprendido. Poseen un escaso sentido del pasado y del futuro, y demuestran un excesivo interés por todo lo que ocurre en el presente, de manera que si están teniendo una buena semana, pero han tenido un problema en el presente, se centrarán en el problema y pensarán que la semana ha sido mala. Son más susceptibles a las modificaciones del ambiente y les cuesta mucho controlar su comportamiento. Cuando se encuentran en medio de un conflicto entre compañeros (o ante la dificultad en la realización de una tarea), no disponen de las habilidades necesarias para detenerlo y reconducirlo. Actúan de cualquier manera; presentan dificultades en la autorregulación de sus emociones, lo que les lleva a actuar impulsivamente, no interiorizando el lenguaje, que debería guiarles en todo momento, y la reconstrucción (la función ejecutiva más compleja) que les permite detenerse, acudir a experiencias pasadas y reconducir su comportamiento. ¿EN QUÉ CONSISTE EL TRATAMIENTO? El tratamiento para la persona con TDAH se basa en el tratamiento farmacológico y el tratamiento psicológico. Si se combinan ambos tipos de tratamiento el éxito es del 68%, siendo inferior si se da solo uno de ellos: farmacológico (56%) y psicoterapia (34%). La medicación (estimulante) produce frecuentemente una mejoría inmediata en el comportamiento, mejora la atención, el autocontrol, la agresividad (lo que aumenta su rendimiento). Las terapias psicológicas con más éxito para estas personas se basan en las técnicas cognitivas (autoinstrucciones, autoevaulación, pensamiento en voz alta, solución de problemas, adelantar consecuencias) y conductuales (reforzar comportamientos positivos, ignorar conductas inadecuadas, economía de fichas, etc.). El enfoque es multidisciplinar, con tratamiento médico, psicológico y psicopedagógico. No solo abarca a las personas con TDAH si no a sus familias, las cuales requieren un gran asesoramiento y también asistencia a terapia psicológica. En el ámbito escolar recibirán una intervención psicopedagógica para mejorar sus habilidades académicas. Se debe dejar claro que sus problemas de aprendizaje y su comportamiento disruptivo son consecuencia de su trastorno. -2- IES ANDRÉS LAGUNA DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN FUENCISLA PASCUAL Y SUSANA ARÉVALO ¿CÓMO SE DEBE ACTUAR EN EL AULA? ORIENTACIONES GENERALES PARA EL AULA: Situar al alumno cerca del profesor reduciendo al máximo los estímulos que le pueden distraer. Debe despejar de su mesa todo el material no relevante para la realización de la actividad. En ocasiones que esté solo al lado de la pizarra, pero no utilizarlo como castigo, no con la intención de decirle que trabaje cuando se distrae, si no como algo positivo para él y libre de distracciones. Colocarle con modelos positivos. Cuando observemos que pierde la atención en la explicación, acercarse a su mesa, preguntarle, etc. Mucha supervisión. Encargarle que sea el que cierra o abra la clase a la hora de los recreos, así se evitará que salga corriendo por los pasillos. Utilizar la actividad como recompensa: hacer un recado, limpiar la pizarra, repartir hojas, etc. Esto es importante pues además de que le damos responsabilidades, lo cual hace que se sienta importante y además aumente su motivación, le permitimos realizar actividades que impliquen movimiento. Le consentiremos descansos frecuentes y regulares. Darle un respiro si creemos que ha estado trabajando y necesita moverse. Mostrar interés cuando esté trabajando correctamente en su mesa. Podemos acercarnos a su sitio y observarle. Le reforzaremos, animándole a que siga trabajando. Establecer reglas muy claras. Simplificar las normas. Instrucciones muy claras, y a continuación que las repita. Ambiente estructurado y predecible; estructurar mucho la clase. Exponer los cambios de horarios y cualquier variación en la rutina; anticipar novedades. Para estos alumnos resulta indispensable la utilización de la agenda para anotar sus deberes, controles. Que considere la agenda como algo útil más que como otro trabajo costoso. Intentar prever momentos clave en que sabemos que pierde fácilmente el control: tareas poco planificadas, aburrimiento, momentos sin actividad, esperas. Tener en clase fichas de laberintos, sopas de letras, de razonamiento lógico, etc., para los alumnos que terminen antes la tarea; nos permitirá tener a los rápidos controlados y motivar a los lentos para que terminen. ORIENTACIONES PARA MEJORAR SU COMPORTAMIENTO: Intentar reforzar sus conductas adecuadas y las cualidades positivas del alumno que seguro que las tiene. Encontrar la ocasión para decirle frecuentemente lo positivo frente a terceros (iguales y adultos). Permitirle que muestre sus habilidades (que las tendrá) delante de sus compañeros. Utilizar los refuerzos de forma adecuada: reforzar positivamente cuando esté sentado trabajando y tratar de ignorarle cuando acuda al profesor sin el trabajo terminado, cuando se levante de su sitio, cuando presente movimientos continuos, grititos, ruidos, etc. Es muy importante que prestemos atención a sus conductas adecuadas, por escasas que éstas sean y que normalmente pasan desapercibidas (cuando no se levanta de la silla, está en silencio, no interrumpe, etc.). Normalmente nos dirigimos a estos alumnos cuando su comportamiento es incorrecto, de manera que obtienen como consecuencia nuestra atención (aunque ésta sea mediante regañinas, gritos o enfados), siendo muy probable que se sigan comportando así en el futuro. Pasamos mucho tiempo tratando de convencerles mediante discursos, regañinas y razonamientos de que no deberían haber actuado así, pero este es un modo de prestar atención a sus comportamientos inadecuados. Estos niños están muy etiquetados y se confirma en ellos “la profecía autocumplida”, es decir se tienen que portar mal pues continuamente verbalizamos ante ellos la maldad de sus acciones. -3- IES ANDRÉS LAGUNA DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN FUENCISLA PASCUAL Y SUSANA ARÉVALO Por tanto, y aunque nos cueste mucho, ante las siguientes conductas: levantarse de su sitio, mover sillas, interrumpir, hacer ruidos, lo que haremos es no hacer nada, es decir ignorar esas conductas. Nos va a costar, pues es tremendamente difícil y porque estamos acostumbraos a hacer lo contrario. Intentaremos no reaccionar de ninguna manera, pues si lo hacemos reforzaríamos su comportamiento. No mantendremos contacto visual, no le hablaremos, no le atenderemos, nos alejaremos físicamente de él y realzaremos actividades con los demás. Informaremos de esta estrategia a sus compañeros para que actúen de igual modo. En la mayoría de los casos, la forma en que reaccionará ante una falta de atención es predecible: intentará conseguir la atención con mayor persistencia y sus conductas problemáticas aumentarán. Lo más probable es que la conducta empeore un poco antes de mejorar mucho. Por tanto es al principio cuando se debe mantener la postura y continuar ignorándole, incluso cuando parezca que su conducta empeora en lugar de mejorar. Ésta es una estrategia que implica muchísima paciencia, es la más difícil de llevar a cabo; hay que ser constantes y contar con la colaboración de todos. Con solo una vez que se le preste atención, la conducta inadecuada vuelve a ser reafirmada. Para estos alumnos es importantísimo que existan límites y normas claras y concretas. Simplificarlas. Explicar lo que no se va a permitir a nadie. Indicar las consecuencias. Observar conductas que anteceden a la agresión y permitirles un respiro. Encontrar por pequeña que sea, algún tipo de motivación, algo que le guste, que se interese por ello. Enseñarle comportamientos adecuados, es decir, otras maneras de atraer nuestra atención y la de sus compañeros, puesto que tal vez utilice sus maneras incorrectas como medio de ganarse la atención y porque en realidad no sabe comportarse de otra manera. Ayudar a imitar comportamientos aceptables en situaciones simuladas y practicar después esas formas aceptables de ganarse la atención en situaciones reales. Mostrarle otras maneras de exteriorizar la indignación o insatisfacción, a través de habilidades de comunicación y de relación. Enseñarle a autoevaluarse y autoinstrucciones. Las autoinstrucciones sirven para todo, para enfrentarse a una tarea escolar, a cualquier problema con los amigos, ante cualquier situación: 1.- En primer lugar me paro, miro y digo todo lo que veo. 2.- ¿Qué tengo qué hacer?. 3.- ¿Cómo lo haré?. 4.- Tengo que prestar mucha atención. 5.- ¡Adelante, ya puedo hacerlo!. 6.- Genial me ha salido muy bien ¡Me felicito!. 7.- Me he equivocado ¿Por qué? La próxima vez iré más despacio. Si el alumno pierde completamente el control le sacaremos del aula y le llevaremos sin perder los nervios a Jefatura de Estudios o Departamento de Orientación. Si desafía al adulto, no centrar su atención en él sino decirle que cuando acabe la clase hablaremos con él. Se ha de evitar el abuso de la expulsión de estos alumnos del aula, pues esta estrategia no favorece su autocontrol. ORIENTACIONES EN EL APRENDIZAJE Y TAREAS ESCOLARES: Clarificarle lo que tiene que hacer, con instrucciones claras y precisas. Se intentará que realicen la misma tarea que sus compañeros, pero estructurándola en pasos, y tareas más cortas que el resto; fraccionar una tarea en pequeñas partes e ir elogiando su sucesivo cumplimiento, y no esperar a la realización entera de la misma y entonces premiarla. Es muy importante dosificar su trabajo y no pedirle lo mismo que a los demás. Reducir el número de problemas que tiene que hacer o fraccionarlo. (Si hay 20 problemas de matemáticas, no debemos de darle todos de golpe, sino decirle que primero tiene que hacer 5 y que no se puede levantar hasta que no los termine y después le daremos los otros 5). Estableceremos un tiempo para la realización de la tarea. Le daremos un tiempo de latencia para que nos exprese verbalmente o por escrito lo que se le pide y cómo lo va abordar (qué pasos debe seguir). De esta manera reduciremos su impulsividad. -4- IES ANDRÉS LAGUNA DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN FUENCISLA PASCUAL Y SUSANA ARÉVALO Para evitar al máximo la variabilidad en su trabajo, que hace que un día realice con éxito una tarea y al día siguiente no, asegurarse de que sabe en cada momento qué debe hacer y de que se encuentra motivado para llevarlo a cabo. Disminuir los contenidos irrelevantes. Darles información global, libre de datos irrelevantes. Ayudarle a distinguir los estímulos relevantes de los irrelevantes: ante un problema, subrayar los datos y redondear la palabra clave. Metodología por proyectos. Autoevaluación y autocontrol con registros de sus propios progresos. Representar gráficamente los problemas. Utilizar recordatorios visuales. Utilizar estrategias de concentración antes de la realización de una área: que rellene puntos un pequeño círculo, captar diferencias en dibujos, etc. Respecto a las tareas para casa, disminuir la cantidad. Que sepa lo que tiene que hacer. Estos alumnos con 15 minutos tiene la sensación de que llevan toda la tarde haciendo deberes. ¿CÓMO SE DEBE ACTUAR EN CASA? Que existan normas claras y bien definidas. Simplificar las normas en casa. Anotar las normas y que ocurrirá cuando las normas se cumplan y cuando no. Ayudarle a realizar las cosas paso a paso. Asegurarse que sus instrucciones son comprendidas. Darle la consigna una vez, dos, por si acaso no ha oído y si no responde, ir a buscarle y sin chillar obligarle a hacer lo que se le ha pedido. No darle demasiadas órdenes a la vez. Se le deben poner límites educativos de una forma estable y firme y no dejarse manipular por sus caprichos. Mantener el principio de autoridad. Evitando en todo momento la sobreprotección. Coherencia ambos padres. Evitar centrar la autoridad en uno solo de los padres. Un ambiente ordenado y organizado. Importancia de las rutinas. Ayudarle a planificar su vida diaria. Crear hábitos en casa; si se acostumbra a la rutina de hacer su cama, arreglar su habitación, se ahorrará perseguirle todos los días. Enseñarle a ser organizado. Utilizar listas y horarios y situarlas en lugares visibles. Intentar que haya un lugar para cada cosa. Importancia de una agenda. Favorecer y estimular su autonomía. Permitirle que haga cosas aunque se equivoque y no hacerlas por él. Evitar las reprimendas, los gritos y los castigos. El manifestar ansiedad ante sus dificultades empeora la situación. Reforzar su autoestima. Descubrir sus potencialidades y manifestárselo, ayudarle a descubrir en qué es bueno. Creer en él. Ayudarle a aceptar sus limitaciones. Utilizar mensajes positivos (en vez de “eres un desordenado”, “tu habitación está desordenada”). Disminuir sus comportamientos inadecuados. No prestarle atención. Tiempo fuera. Aumentar las conductas adecuadas. Reforzar de inmediato sus buenas conductas. Hay que pillarle portándose bien y decírselo. Economía de fichas: un sistema de premios por las que gana puntos cuando se porta bien o los pierde cuando se porta mal. Por ejemplo, acumular puntos cuando ordena su cuarto y perderlos por no hacer una tarea. Al final de la semana puede recibir un premio en relación con la cantidad de puntos que haya acumulado. Motivar su aprendizaje. Dar importancia al esfuerzo y no a las calificaciones. Establecer con él un horario de estudio. Anotar tareas concretas (en vez de “estudiar lengua”, “estudiar oraciones sintácticas”). Importancia de implicarle en actividades de grupo, campamentos, actividades deportivas. Una sola habilidad por un periodo de tiempo. SÉ QUE PUEDES POR ESO TE ENSEÑO Y TE EXIJO. Y COMO SÉ QUE TE CUESTA ESFUERZO, TE LO RECONOZCO. -5-