Revisión y nuevas perspectivas de estudio de la enfermedad producida por Mycoplasma suis (antes Eperytrozoon suis) Fuente: Norma Pereyra 1, 2, Fernando Cane 1 1- Instituto de Porcinotecnia, Ministerio de la Producción, Pcia. de Santa Fe. Ruta Prov. 93 Km 99, 2643 - Chañar Ladeado, iporcinotecnia@futurnet.com.ar. 2- Cátedra de Microbiología, Facultad de Ciencias Veterinarias, UNR, Bv. Colón y Ruta Nac. 33, 2170 - Casilda, npereyra@fveter.unr.edu.ar Introducción Mycoplasma suis (M. suis), antes Eperythrozoon suis, es una bacteria pequeña (0,2 a 2μ) y pleomórfica, que parasita los glóbulos rojos del cerdo causando una enfermedad que se caracteriza por cuadros de anemia aguda o crónica 10, 12 . En 1934, se describieron en Estados Unidos, casos de ictericia y anemia en cerdos los que se asociaron luego, en 1950, con un agente que fue caracterizado como una rickettsia a la que se denominó Eperythrozoon suis 19, 13 . Posteriormente la enfermedad 5 fue detectada en numerosos países ,en Argentina se reportó por primera vez en 1985 7. Si bien M. suis se consideró una rickettsia, hoy se incluye en el género Mycoplasma, junto con otras bacterias hemotróficas, en el grupo de los hemoplasmas 10, 12, 13 . Historia y caracterización de los hemoplasmas Los microorganismos hoy conocidos como hemoplasmas se incluían anteriormente en los géneros Haemobartonella y Eperythrozoon (Orden Rickettsiaceae, familia Anaplasmataceae). Son bacterias que infectan los eritrocitos de un amplio rango de huéspedes animales y que aparecen como pequeños cocos, anillos o bacilos sobre la superficie de esas células. Fueron clasificados como rickettsias debido a su pequeño tamaño y propiedades tintoriales, su estatus de no cultivables, su transmisión por artrópodos vectores y su carácter hemotrófico. Esta última característica parecía relacionarlas con el género Anaplasma (también integrante de la familia Anaplasmataceae) cuyas especies aparecen como cuerpos de inclusión dentro de los glóbulos rojos. Sin embargo Eperythrozoon y Haemobartonella difieren de Anaplasma en la ausencia de pared celular y en su capacidad de adhesión a la superficie de los glóbulos rojos sin invadir el interior. La asignación de estas especies a los géneros Eperythrozoon o Haemobartonella se había hecho en base a reportes que consideraban que las formas anillares eran comunes en el género Eperythrozoon mientras que eran poco comunes o estaban ausentes en el género Haemobartonella y a que además las bacterias de Eperythrozoon estaban tanto sobre la superficie de los eritrocitos como libres en el plasma, mientras que las de Haemobartonella raramente se encontraban libres. Hoy se ve que la utilización de estas características para ubicar las especies en alguno de los dos géneros era un argumento débil y arbitrario. Las especies que habían sido aprobadas dentro del género Eperythrozoon eran Eperythrozoon coccoides (ratón), Eperythrozoon ovis (oveja), Eperythrozoon suis (cerdo), Eperythrozoon parvum (cerdo) y Eperythrozoon wenyoni (bovino), mientras que dentro de Haemobartonella se había incluído a Haemobartonella canis (perro), Haemobartonella felis (gato) y Haemobartonella muris (roedores). Las especies individuales fueron nombradas como el huésped en el cual habían sido identificadas. Sin embargo, la idea de un único huésped debe ser revisada, porque el rango de animales susceptibles para la mayoría de las especies no ha sido totalmente explorado y probablemente se descubran nuevos huéspedes para hemoplasmas ya conocidos. Si bien anteriormente se había demostrado que no tenían pared celular, fue en 1997, que estas especies fueron estudiadas filogenéticamente demostrándose que no estaban relacionadas con las rickettsias sino con especies del género Mycoplasma. Muchas infecciones causadas por hemoplasmas son clínicamente inaparentes, pero algunas especies pueden causar enfermedades evidentes aún en huéspedes inmunocompetentes. La enfermedad clínica incluye anemia hemolítica desde suave a severa y es usualmente fatal en gatos, ratones, cerdos y corderos. Otra característica es que pueden persistir por años infectando animales en forma latente sin producir enfermedad. Si se somete a los animales infectados a esplenectomía, estrés u otros factores predisponentes, usualmente se provoca la aparición de numerosas bacterias en sangre e inclusive signos clínicos. Los hemoplasmas son los únicos micoplasmas que parasitan los glóbulos rojos pero, según evidencias clínicas, podrían también infectar crónicamente tejidos de órganos reproductivos, aunque esta posibilidad no está bien investigada La enfermedad producida por Mycoplasma suis 10, 12, 13 . Patogenia Durante mucho tiempo se habló de Eperythrozoon suis, patógeno, y de Eperythrozoon parvum, más pequeño y apatógeno. Hoy se reconoce que es una sola especie que cambia de forma y tamaño a medida que madura. Durante una infección aguda se ven formas adultas e inmaduras, con gran variedad de formas y tamaños. Se sabe también que el microorganismo produce una deformación del eritrocito en forma de fosa o invaginación. No se conocen todos los aspectos de la patogenia de la enfermedad. Durante las parasitemias masivas se produce la fagocitosis del mircoorganismo adherido a la membrana del eritrocito lo que lleva a hemólisis intravascular y bilirrubinemia. También hay remoción de los glóbulos infectados por parte del sistema reticuloendotelial del bazo y de los nódulos linfáticos. Se produce además una anemia hemolítica autoinmune mediada por aglutininas frías o asociada con éstas. Durante la interacción entre M. suis y la membrana eritrocitaria se produce la liberación de antígenos enmascarados o la modificación de antígenos existentes que entonces son vistos como extraños por el sistema inmune. Se producen así autoanticuerpos que se unen a los eritrocitos de los animales infectados. Estos anticuerpos son aglutininas frías del tipo de las IgM que aglutinan los glóbulos a temperaturas menores a la corporal (0-5ºC) dando lugar a acrocianosis en las extremidades. Cuando la sangre vuelve a la circulación central, la aglutinación revierte pero el eritrocito es más susceptible a la fagocitosis. Aparentemente, en un mismo animal podrían darse los dos picos de anemia: el primero durante la parasitemia masiva, y el segundo con baja parasitemia y presencia de crioaglutininas. La infección aguda va acompañada de acidosis e hipoglucemia. Los GR parasitados utilizan más glucosa , lo que lleva al aumento del ácido láctico; por otro lado hay una alteración en el intercambio de gases a nivel pulmonar debido a la anemia 4, 9, 11 . Detección de M. suis en el laboratorio El diagnóstico clásico de una infección aguda con M. suis se basa en la observación directa de extendidos de sangre teñidos con coloración de Wright-Giemsa. Sin embargo, este método tiene limitaciones porque las parasitemias son transitorias. M. suis sólo se detecta en sangre cuando se inicia la etapa con sintomatología clínica; luego las bacterias en sangre son escasas. En las formas crónicas M. suis se encuentra en muy poca cantidad y generalmente no puede detectarse en frotis 5, 10. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es una técnica altamente sensible y específica que puede detectar microorganismos aún cuando se encuentran en muy bajas cantidades 10, 11. Se han desarrollado métodos de detección de anticuerpos contra M. suis. El más utilizado ha sido la hemaglutinación indirecta aunque se reconoce que esta prueba puede arrojar resultados falsos negativos 5. En estudios serológicos para detectar la frecuencia de infección por M. suis en cerdos de Estados Unidos, en los que se utilizó la técnica de hemaglutinación indirecta, se vio que el 15% del total de los cerdos analizados presentaban títulos elevados de anticuerpos y que dentro de los criaderos infectados la seroprevalencia era del 16 al 40% 5 . Recientemente, en un estudio de prevalencia hecho en 285 cerdos de Argentina utilizando una técnica específica y sensible como la PCR desarrollada por Messick y col., se determinó que el 65% de los animales estudiados estaba infectado con M. suis, lo que dice que este microorganismo puede considerarse endémico en la población porcina de nuestro país. Los porcentajes de este trabajo son considerablemente superiores a los reportados en los anteriores estudios serológicos, sin embargo se sabe que los títulos de anticuerpos declinan rápidamente por lo que no son útiles para detectar cerdos crónicamente infectados 16 . Sí coincidieron ambos estudios en que la prevalencia es menor en los animales jóvenes con respecto a los animales de mayor edad. Posiblemente ese aumento se deba al progresivo contacto de los animales con ectoparásitos y fomites (artrópodos vectores como moscas, mosquitos, piojos y ácaros de la sarna, y de elementos contaminados con sangre como agujas, bisturís o elementos de sujeción) que hasta ahora se consideran responsables de la transmisión de M.suis a partir de una fuente de infección. Se admite que los reales mecanismos de transmisión no están totalmente investigados 5, 10. La única técnica capaz de reproducir la enfermedad bajo condiciones experimentales es la esplenectomía. Ello indica que la eliminación de las células infectadas por parte de los macrófagos esplénicos es fundamental para el control del microorganismo 5, 10. Sintomatología Si bien históricamente, la enfermedad se consideró una icteroanemia aguda y febril de los cerdos de engorde 5, más recientemente se amplió el rango de edades afectadas y actualmente se reconocen 4 síndromes: 1- Anemia crónica y fallas reproductivas en cerdas, caracterizadas por celos irregulares, muerte embrionaria, abortos y muerte perinatal. Pirexia, anorexia, depresión, disminución en la producción de leche e inadecuada conducta maternal asociadas con el estrés del post–parto 2, 5, 6, 10, 14. 2- Anemia, ictericia y debilidad en lechones recién nacidos con una susceptibilidad aumentada a enfermedades respiratorias y digestivas 2, 5, 6, 10 . 3- Inadecuada conversión del alimento en las etapas de recría y terminación 5, 6, 8, 10 . 4- Anemia, ictericia, debilidad, dificultad respiratoria y muerte en cerdos de recría y terminación 1, 3, 5, 6, 7, 8, 10 . Aunque M. suis está ampliamente distribuido en la población porcina, deben estar presentes ciertos factores para que se desencadene la enfermedad en un cerdo infectado, y en general se acepta que son aquellos que producen estrés. En general se considera que existe asociación entre la aparición de enfermedades producidas por hemoplasmas y la existencia de enfermedades virales, neoplásicas e inmunomediadas. En el caso de los cerdos se han observado casos asociados con brotes de peste porcina clásica y en criaderos con PRSS, con influenza y con pseudorabia 4, 5, 10, 15 . Recientemente 17 se ha detectado el agente en casos de PMWS . En general los animales están predispuestos a la infección aguda por hemoplasmas según la edad, enfermedades concurrentes, inmunosupresión o esplenectomía. En los animales afectados crónicamente, la enfermedad clínica está oculta o pobremente definida. Estas infecciones crónicas ocurren en animales sanos e inmunocompetentes y no sometidos a esplenectomía pero en el caso de los cerdos también en estos huéspedes pueden darse infecciones agudas por lo que se deduce que intervienen además otros factores en la aparición de la clínica 5, 10 . La detección de la anemia requiere una inspección minuciosa. En lechones de menos de cinco días se aconseja ver el pabellón auricular al trasluz para ver la falta de color, examinar la esclerótica y las mucosas. La observación de la red de vasos sanguíneos del pabellón auricular y su rellenado luego de hacer presión a blanco es una buena estimación de la anemia en animales normalmente hidratados. En los más afectados no se ven los vasos sanguíneos y la ictericia es evidente. La intensidad de la ictericia varía mucho de cerdo a cerdo dentro de una camada. Se vio que si no hay complicaciones secundarias, a la semana desaparece la ictericia y se restituye la circulación en la oreja (se ven los vasos sanguíneos y la apariencia es más rosada), pero en los cerdos recuperados hay una gran variación en tamaño y vigor y al momento del destete lo que persiste es la presencia de grupos desparejos; sólo ocasionalmente aparecen anemia e ictericia en criaderos muy afectados. Se comprobó también que en criaderos donde se afecta esta categoría es raro ver icteroanemia en cerdos de engorde probablemente porque se adquiere cierta inmunidad. Pero en presencia de otras enfermedades, la anemia generalmente no se resuelve y se pasa a una anemia crónica; en estos criaderos las enfermedades respiratorias y digestivas parecen más difíciles de resolver. Diferentes autores observaron en criaderos infectados cuadros de anemia aguda en cerdas bajo estrés: 2 a 4 días después de haber sido introducidas en la sala de parto, en el posparto y cuando se reagrupan para el servicio. Estos animales manifestaban anorexia por 1 a 3 días, temperatura entre 40 y 41.7ºC, ictericia leve en esclerótica, ocasionalmente edema mamario y vulvar, disminución en la producción de leche y pérdida de la conducta maternal; al reagruparse luego del destete, se notó anorexia y letargia transitorias y fiebre, lo que resultaba en la no concepción durnate el primer estro aunque sí concebían en el segundo. En estas cerdas los episodios agudos se resolvían sin tratamiento pero volvían a repetirse en el siguiente parto. También se registraron formas crónicas con debilidad, palidez, ictericia, falta de estro o de concepción en repetidos servicios 5, 6 . Diagnóstico Para establecer un díagnóstico se necesitan tres pasos: observar signos clínicos que incluyan anemia e ictericia, confirmar la anemia (el hematócrito es una prueba sencilla que permite el estudio de muchos animales tanto para realizar el diagnóstico como para verificar los resultados del tratamiento una vez instaurado), y tener evidencias de que el microorganismo está presente a través de frotis de sangre, de serología o de PCR 5, 6, 10 . Los frotis de sangre acarrean varios problemas en su preparación e interpretación y muchas veces este método arroja resultados falsos negativos. La serología podría ser utilizada para detectar piaras infectadas pero se sabe que es ineficiente para detectar cerdos crónicamente infectados o portadores. La implementación de técnicas complejas como la PCR confirmarían la presencia de M. suis 11 pero la utilización de la misma como diagnóstico de rutina no es posible actualmente, además siendo un germen tan ubicuo, no puede diferenciar entre un animal portador y uno enfermo. Tratamiento Los tratamientos de los casos clínicos se basan en la aplicación de tetraciclinas. Estos son efectivos para reducir el nivel de infección y mitigar los efectos de la enfermedad pero no esterilizan la infección, por lo que los cerdos afectados se transforman en portadores 5. Se aconseja la aplicación de oxitetraciclina inyectable en aquellos animales que presenten síntomas como debilidad, palidez o disnea, y de oxitetraciclina en la ración que consumen los lotes afectados 5. Debido a que el agente es un micoplasma, podría ser sensible a aquellos antibióticos eficaces en otras enfermedades producidas por micoplasmas. Para la eperitrozoonosis que sufren los terneros esplenectomizados se utilizó con éxito la tilosina 9. Siendo que está confirmada la transmisión a través de ectoparásitos y de instrumental contaminado con sangre, es necesario el control de piojos, ácaros de la sarna, moscas y mosquitos, y la desinfección de todo el instrumental entre animal y animal cuando se realicen maniobras sobre varios individuos para frenar la diseminación 5 . La enfermedad en nuestro país Cerdos de engorde La mayoría de los reportes en Argentina se refieren a la iocteroanemia aguda en cerdos en crecimiento y engorde 1, 3, 7, 8 , especialmente en establecimientos al aire libre y con más frecuencia en meses de temperaturas elevadas. En los casos observados en el Instituto de Porcinotecnia (IP) de Chañar Ladeado, los animales afectados tuvieron entre 12 a 40 kg de peso, más raramente eran más pesados (50 a 60 Kg). El problema comenzaba con la aparición de un animal muerto súbitamente con lesiones típicas a la necropsia; posteriormente se observaba síntomatología en algunos animales del lote: debilidad, dificultad en el desplazamiento, anorexia, aumento de la temperatura, dificultad respiratoria, mucosas pálidas o ictéricas. La morbilidad promedio fue del 4% y la mortalidad promedio del 2%. Los hallazgos de necropsia más importantes fueron: esplenomegalia muy marcada, hidropericardio, hidrotórax, ascitis, ictericia en mucosas y subcutáneo, hígado pardoamarillento, ganglios aumentados de tamaño y sangre pálida. Los valores de hematócrito oscilaron entre 12,38 y 28,30%. Se observaron formas compatibles con M. suis en el 38% de los frotis de sangre examinados. El resultado de la PCR fue positivo para las muestras que pudieron ser analizadas. En todos los casos se realizaron tratamientos con oxitetraciclinas y se obtuvieron resultados satisfactorios. Lechones lactantes Se registró un caso (IP) en lechones de 10 a 15 días de edad (3 a 5 Kg de peso) en una granja de ciclo completo de 150 madres, con sistema de cría semiconfinado (gestación bajo techo, resto al aire libre). Se observó palidez de piel y mucosas, pelo hirsuto, disnea, muerte por goteo y falta de respuesta a los antibióticos. A la necropsia se observó leve ictericia del tejido subcutáneo que se hacía más evidente al inspeccionar la túnica visceral aórtica, sangre pálida, delgada y acuosa, con líquido abundante en cavidad toráxica y abdominal. Los pulmones no presentaban lesiones aparentes. El resultado promedio de hematócrito sobre 12 animales muestreados fue de de 27,40 % con valores mínimos de 21,81 %.Se instauró una medicación parenteral con oxitetraciclina a razón de 20 mg/Kg de peso durante 3 días con resultados satisfactorios. Se observó el microorganismo en poca cantidad en 4 de los 12 frotis sanguíneos realizados pero se detectó M. suis por PCR en las 5 muestras analizadas. En otro caso comunicado por la Facultad de Ciencias Veterinarias de La Plata (FCVLP) se vió anemia en cerdos lactantes provenientes de cerdas infectadas. Pudo observarse M. suis en frotis de sangre en lechoncitos de tres horas de vida. Lechones destetados Se registró (IP) un aumento en la mortandad y desmejoramiento general en las salas de destete en una granja de ciclo completo de 220 madres en confinamiento total. La edad promedio de destete era de 19 días de vida. En un 15% de los animales se observó pobre aumento de peso, pelo hirsuto, palidez de la piel, en algunos animales ictericia leve en mucosa bucal, conjuntivas y entrepiernas, disnea suave y algunas muertes súbitas. A la necropsia se vió ictericia de distinta intensidad en tejido subcutáneo, fascias y mesenterio, líquido amarillo tenue en cavidad toráxica y abdominal, ganglios levemente aumentados de tamaño en general, en algunos animales el hígado mostraba una coloración pardo amarillenta El resultado promedio del hematócrito de 10 muestras fue de 25,22 % (valor mínimo 16,41%). Se observaron microorganismos compatibles en 7 de los frotis sanguineos realizados y las diez muestras fueron positivas por PCR. Se medicó con oxitetraciclina de efecto retardado por vía IM y en dosis única de 20 mg/Kg de peso y oxitetraciclina base en cantidad de 400 ppm en la ración de destete con resultados satisfactorios. Al ser medicados los animales mejoraron pero al pasar a las salas de recría la uniformidad de los lotes se veía afectada. Los síntomas, las lesiones, los resultados de laboratorio y de los tratamientos fueron la base del diagnóstico. Cerdas Hubo un solo reporte de enfermedad (FCVLP) en reproductoras y sus crías. En una granja de ciclo comlpeto en confinamiento y con problemas reproductivos (repeticiones de celos regulares e irregulares) se detectó M. suis en frotis de sangre en el 33% de las reproductoras. Se habían descartado otras causas infecciosas y de manejo. También fueron positivos los frotis de los lechones lactantes provenientes de esas cerdas, los cuales presentaban un cuadro de anemia. En los lechones posdestete también se detectó M. suis aunque en estos animales los valores hematológicos eran normales 2. Asociación con otras enfermedades En 1990 se comunicó (IP) la asociación de eperitrozoonosis con casos de peste porcina clásica 15 . Recientemente se detectó (IP) M. suis conjuntamente con el síndrome del desmedro multisistémico postdestete (PMWS) causado por el cCircovirus porcino tipo 2 en tres granjas porcinas. Se sabe que en el PMWS se produce una inmunosupresión que deriva en coinfecciones bacterianas.Se observaron animales de 20 a 25 kg de peso con enflaquecimiento, disnea, debilidad y coloración amarillenta en la piel. En la mayoría de los animales el curso fue agudo pero en todas las granjas se observaron también casos sobreagudos. En promedio para las tres granjas, la morbilidad fue del 4%, la mortalidad del 3% y la letalidad del 70%. Se registraron lesiones típicas de ambas enfermedades y anemia. Se observaron formas compatibles con M. suis en extendidos de sangre y lesiones histopatológicas indicativas de PMWS en cortes de tejidos 17. Comentarios finales M. suis está mundialmente distribuido y se ha asociado a distintas formas clínicas, pero el síndrome icteroanémico agudo de cerdos en crecimiento y engorde es la forma clínica más ampliamente reportada en nuestro país. Esta presentación es la que menos dificultades ofrece para el diagnóstico. Las formas crónicas requieren para su detección una anamnesis y revisación más minuciosa. Ante la sospecha de la enfermedad en una granja se necesita la inspección detenida de los animales buscando palidez e ictericia leves. A pesar de la prevalencia, los casos clínicos reportados en nuestro país son escasos. Probablemente el uso común de tetraciclinas evite la manifestación de la infección, o bien la aplicación de este antibiótico en animales con disnea remita los síntomas sin llegarse al diagnóstico de la enfermedad. Lo anterior, sumado a las dificultades en la detección del microorganismo, conduce a un subdiagnóstico. Si bien en nuestro país sólo se describe un caso en donde el agente fue observado en cerdas con problemas reproductivos y en sus camadas, y debido a que este agente está tan difundido, debería ser más intensamente investigado como causa de problemas reproductivos. Ante la sospecha de la enfermedad es importante el envío al laboratorio de sangre con anticoagulante (EDTA) de varios animales del lote afectado. Debe tenerse en cuenta la posible asociación de M. suis con enfermedades virales como las circovirosis. Dado que existen aspectos todavía no bien comprendidos de la enfermedad producida por M. suis, la PCR es una técnica que, al mejorar el diagnóstico, podrá ser utilizada para determinar el efecto de la infección sobre la productividad de las cerdas y su descendencia, las formas de transmisión de la infección y de cómo el parásito exacerba otras infecciones, es decir permitirá conocer mejor el impacto que M. suis tiene sobre la producción porcina. Bibliografía 1. Anziani OS, Ford CA, Tarabla HD. Eperythrozoonosis porcina en la República Argentina. Rev Med Vet 67:99-101, 1986. 2. Arauz MS, Pintos MA, Stornelli MA, Stornelli MC, Pereda R, Rodríguez Durán MF, Chalar A, Perfumo JC. 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