as aguas per Karla Peregrina Reusar o reciclar el agua debiera ser ya una práctica común, empezando por la propia casa. ~CÓMO USAMOS en casa el agua potable? Para el Valle de México, por ejemplo, se estima' que en beber, preparar los alimentos y lavar los utensilios de cocina gastamos -en promedio- un 11%; al uso de la regadera destinamos el 30%; 15% al lavado de ropa y 4% a usos varios. La proporción mayor, el 40%, se va en.. . idescargar los excusados! Cada día consumimos alrededor de 200 litros por persona; esto significa que la cantidad de agua potable que utilizamos en actividades domésticas que bien podrían realizarse con agua de inferior calidad -como la descarga de excusados, el lavado de patios y vehículos, y el riego de jardines- es de entre 50 y 100 litros diarios por habitante. Adalberto Noyola Robles, Subdirector de Hidráulica y Ambiental del Instituto de Ingeniería de la UNAM, cuestiona esta situación: "Es inaceptable que en una ciudad que sufre por el desabasto de agua se continúe utilizando agua potable para descargar los desechos sanitarios en los nuevos desarrollos habitacionalesy de oficinas", señala. Al drenaje Una vez que el agua potable se ha utilizado para fines domésticos, comerciales, ' Fuente: El desafío del agua en México: avances y perspectivas, Centro de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable, 1998. industriales o de servicios, compone las aguas residuales municipales, que van a dar al sistema de drenaje. En el mejor de los casos, explica Noyola, ciertas industrias cuentan con plantas de pretratarniento dentro de sus instalaciones con el fin de retirar sólidos, grasas y aceites, material flotante, metales disueltos, controlar un pH extremo o altas temperaturas, antes de vertirlas al drenaje. Y el mejor de los casos no es el común, de acuerdo con los datos que aporta el investigador: en México, en el sector industrial y para el año 2000, las aguas residuales generadas fueron del orden de 170 m3/s (metros cúbicos por segundo) como caudal total. Se reportaron en operación 1 399 plantas, con un caudal de 25.3 m3/s, esto es, el 15% de la descarga total. No obstante, sólo 504 plantas cumplieron con la calidad de agua tratada requerida por la autoridad ambiental; esto representa sólo el 5% del total de las descargas industriales. En cuanto al tratamiento de las aguas residuales municipales, en la Ciudad de México, hay 24 plantas de tratamiento operadas por el Gobierno del D.F. que tratan en forma conjunta un caudal de apenas 4 m3/s. Así, el 85% de las aguas residuales municipales que se generan en el Valle de México no reciben ningún tratamiento antes de ser liberadas nuevamente al ambiente. Noyola puntualiza: "Se liberan a través del sistema de drenaje del Valle de México y van hacia los valles del Mezquita1y de Tula, donde se aprovechan para el riego agrícola, en condiciones de incumplimiento con la disposiciones legales en la materia, ya que es un reuso de aguas residuales sin tratamiento". El investigador señala que desde hace varios años existe la propuesta de construir dos "megaplantas" para el tratamiento de aguas residuales, siguiendo el concepto conocido como "Al final del tubo", que consiste en tratar las aguas residuales al término del sistema de drenaje, en el punto donde se liberan al ambiente. Noyola, empero, considera más apropiado un proyecto que incluya la construcción de un mayor número de plantas de menor capacidad que estuvieran ubicadas en sitios estratégicos donde, una vez tratadas, las aguas pudieran ser reutilizadas. "Si decidimos tratar el agua en las megaplantas "Al final del tubo", estaríamos literalmente tirando un valioso recurso que no sólo es de primera necesidad en esta ciudad sino que ha costado mucho dinero y trabajo, primero extraerlo del subsuelo o traerlo desde el Lerma y el Cutzamala, y posteriormente darle tratamiento luego de que ha sido utilizado. Vamos a darle siquiera otra vuelta antes de desechar el agua", recomienda el experto. Lo más conveniente sería instalar estas plantas en zonas aledañas a sitios donde se concentren desarrollos industriales o habitacionales. Así, una vez tratada, el agua podría volver a ser utilizada para riego de áreas verdes, en procesos industriales que no requieran agua de alta calidad, o para la descarga de desechos sanitarios en hogares, oficinas, escuelas o zonas comerciales. Un grave problema que día a día se recrudece en el Valle de México es el de la sobre explotación de los acuíferos que, en combinación con la pérdida del suelo de conservación -sitios en donde el agua de lluvia se filtra y recarga los acuíferos-, han resultado en alteraciones dramáticas del ambiente metropolitano. Según datos del Gobierno del Distrito Federal, la Ciudad wtr de México sufre un hundimiento de entre seis y 28 centímetros cada año. El des~lazamientodel suelo disloca la infraestructura hidráulica de la ciudad, lo cual contribuye a elevar las fugas hasta un 37% del total de agua que circula en la red. Además, el hundimiento altera los patrones de flujo del líquido al cambiar las pendientes entre segmentos de la red de tuberías, y contribuye a la formación de grietas que facilitan la infiltración de contaminantes hacia los acuíferos. se muestran reticentes ante la posibilidad de obtener "agua tratada de tan buena calidad que pudiera ser destinada para rellenar un acuífero sobre explotado". Noyola explica que esta agua debería inyectarse "a una cierta distancia de los pozos de extracción para garantizar que no pueda incorporarse inmediatamente al volumen de agua bombeada sino hasta después de haber recorrido una distancia y un tiempo adecuados". La idea es que en esa distancia y durante ese tiempo se haya diluido lo suficiente, al mezclarse con el agua del acuífero, como para no alterar las propiedades originales de ésta. En su libro La contaminación ambiental en México (2001), Blanca Jiménez Cisneros, también del Instituto de Inge- residuales son tan eficientes que Jiménez señala que un estudio realizado en el estado de Denver, en los Estados Unidos, puso de manifiesto que la calidad del agua tratada de reuso podía incluso alcanzar niveles de pureza más elevados que los de algunas muestras de agua considerada como potable. Nueva tecnología En el Instituto de Ingeniería de la UNAM un grupo de investigadores, dirigidos por Adalberto Noyola, desarrolló una tecnología para eliminar materia orgánica y nitrógeno de aguas residuales tanto domésticas como municipales, denominada "Proceso anaerobio-anóxico-aerobio", que se muestra en las siguientes páginas. Con ella se han construido ya tres plantas de tratamiento. Las plantas en las que se utiliza este proceso presentan varias ventajas en relación a las convencionales, entre ellas: el costo de operación es bajo, no se usan agitadores ni sedimentadores, producen muy poca cantidad de lodos de desecho, el efluente contiene oxígeno disuelto y su operación es muy sencilla. El agua tratada, después de una desinfección, puede usarse en varias actividades, como son el riego de áreas verdes y jardines, el lavado de automóviles, la construcción, el control de incendios, para fuentes de ornato y descarga de excusados. /.. botada, el agua podria vollmr a ser utilizada para riego de breas verdes, en procesos industriales que no requiemn agua de olia calidad, o para lo descarga de desechos sr~nirciriosen hogares, afin'nm#escuelas o zonas comerciales. Una Recuperar acuíferos "Una gran posibilidad para reutilizar las aguas tratadas podría ser la reinyección de los acuíferos con agua tratada de muy buena calidad", señaló Noyola. Pero en este punto el problema adquiere dimensiones un tanto complejas porque, según Noyola, las autoridades mexicanas niería de la UNAM, explica que "la reinyección de aguas residuales tratadas a partir de su infiltración en lagunas superficiales, hasta llegar al acuífero, va mejorando sustancialmente su calidad. Señala que este procedimiento es consecuencia de la gran actividad bacteriana que caracteriza al estrato superior del suelo, que aunada a su capacidad de intercambio, genera resultados tan buenos que incluso son comparables con los de una planta de tratamiento de tipo biológico secundario. Técnicamente, algunos procesos de remoción de contaminantes a partir de aguas Karla Peregrina es biologa Se ha dedicado al periodismo de ciencia y fue colaboradora de la pagina de ciencia del diario Reforma y de la agencia de noticias de la Academia Mexicana de Ciencias Tratamiento de aguas residuales Proceso AAA (anaerobio-anóxico-aerobio) desarrollado en la UNAM microorganismos que literalmente "se comen" a los contaminantes del agua, y como producto de esta reacción química liberan un biogás 3. Reactor anaerobio El agua residual libre de sólidos gruesos, arena y material flotante entra a este reactor en donde se elimina en un 70 a 80% la materia orgánica. Opera con base en una mezcla de reacciones bioquímicas y filtración. En el fondo del reactor hay un lecho de "Iodos" (gránulos de microorganismos pegados unos a otros) que funciona como un "biofiltro". Dichos microorganismos no detienen físicamente a los residuos orgánicos sino que se los comen y reducen. Como producto de la reacción anaerobia se incrementa el nitrógeno amoniacal. ' filtro sumergido 4. Reactor anóxico (desnitrificador) 5. Reactor aerobio (nitrificador) El agua que entra a este reactor es una mezcla del agua proveniente del reactor anaerobio y del efluente recirculado del reactor nitrificador, el cual contiene nitratos (nitrógeno oxidado). Aquí, el nitrógeno oxidado se transforma en nitrógeno molecular (N,) que es inocuo para el medio ambiente. La corriente que sale de este reactor lleva un contenido muy bajo de materia orgánica y una concentración de nitrógeno amoniacal igual o ligeramente superior al agua del influente. En este reactor se produce la oxidación del nitrógeno amoniacal a nitratos por medio de bacterias y con ayuda de una aireación continua. Los microorganismos están adheridos en forma de biopelícula sobre un material de soporte, el cual puede ser piedra o bien piezas de plástico. Dado que el agua tratada contiene nitratos, parte de la corriente de salida se recircula al reactor anóxico en donde se convierte y elimina como nitrógeno molecular.