“Talent is no accident of birth” “EDUCADOS CON AMOR” En los años 30, Shinichi Suzuki (1898-1998) hizo una simple observación, “¡todos los niños hablan japonés!”. De hecho, todos los niños del mundo, y desde las más antiguas civilizaciones, crecen con un método educativo perfecto: su lengua materna. Todos los niños son capaces de aprender a través de la escucha, la imitación y la repetición y desarrollar esta habilidad. En el libro “Educados con amor”, Suzuki describe que en nuestra sociedad se cree que si un niño tiene malas notas en la escuela, es porque ha nacido así o porque tiene problemas de aprendizaje. Sin embargo, ¿cómo se explica que un niño pueda hablar con facilidad lenguas tan complicadas como el japonés o el chino? Si este niño fuera “tonto” no podría haber aprendido a hablar con tal soltura. “La gente de hoy en día es como los jardineros que miran tristemente sus arbolitos secos y menean la cabeza, diciendo que las semillas no eran buenas, sin percatarse de que la simiente era buena, pero su método de cultivo estaba equivocado”. Entonces, ¿qué es lo que ocurre? Hay varios factores que afectan a este problema. En la primaria, los alumnos tienen que seguir el plan de estudios obligatoriamente, sin considerarse su naturaleza humana. Se les impone un número de materias difíciles que van en aumento, y al no ser capaces de asimilar la información al ritmo de la clase, comienzan a desanimarse y a no progresar. Este hecho les generará desconfianza y frustración, y repercutirá en su desarrollo personal. A esta situación se une que los padres, “justifican” a sus hijos diciendo “nació así, es que no le gusta estudiar, etc.”, en vez de motivarles y crear el ambiente o entorno idóneo para desarrollar sus capacidades y ayudarles a ser mejores personas. Hacia 1945, en la Escuela Municipal de Matsumoto (Japón), Suzuki desarrolló un concepto que aplicó a la pedagogía musical y que llamaría Método de la Lengua Materna o Educación del Talento; este método, con el que los niños pueden empezar a tocar un instrumento a la temprana edad de tres o cuatro años, ha producido un gran interés y una difusión del mismo en el mundo entero. En el libro “Educados con amor”, Suzuki presenta su filosofía y sus principios; el Método Suzuki, como se le denominó en occidente, está orientado de manera que los niños desarrollen habilidades de forma natural y que a través de la música y de los valores adquiridos en su aprendizaje, el niño se convierta en un gran ser humano. Educados con Amor Observó cuidadosamente la manera en que los niños pequeños aprenden a hablar, así como el comportamiento y la reacción de los padres hacia ellos en sus primeras palabras, y del entorno en este proceso. Será determinante la destreza con la que los padres inculcan al niño entusiasmo y alegría al adquirir estas nuevas facultades. Muchos niños crecen en un ambiente no adecuado para el desarrollo de sus capacidades y, aunque gracias a la Ciencia se sabe que nacemos con diferencias psicológicas y fisiológicas hereditarias, Suzuki creía que la capacidad de la persona crece y de desarrolla según los estímulos externos. Por ello, la única cualidad superior que puede tener un niño al nacer es la capacidad de adaptarse con mayor rapidez y destreza a un determinado entorno. En este libro encontramos un claro ejemplo: “Si Einstein, Goethe o Beethoven hubieran nacido en la Edad de Piedra, ¿no habría tenido la misma capacidad cultural y la educación de los hombres de la edad de piedra?”. Para entender un poco más los principios de la Educación del Talento profundizaremos en su filosofía y en los puntos más importantes del Método. • Cada niño tiene la capacidad de aprender, solo hay que proporcionarle la oportunidad y el ambiente adecuado. • Aprender desde muy temprano: en la fase pre-natal, los sonidos más suaves y apacibles afectarán positivamente el desarrollo individual. Aunque la coordinación será mejor unos años más tarde, si queremos construir realmente un entorno musical adecuado, cuanto más joven sea el niño mejor. Está justo en la etapa de su vida en la que se está formando su personalidad y está adquiriendo nuevas capacidades. La ciencia nos ha demostrado que en el parvulario es cuando el niño tiene la capacidad de aprender más rápida e intensamente. Nunca será otra vez tan abierto, receptivo, libre de distracciones y tan ordenado en su mente. Este es el momento crucial, cuando la personalidad y facultades pueden ser dañadas y frustradas. Es precisamente con esta edad cuando deben ser cuidados con mucho cariño. • Apoyo paterno: los padres deberán comprometerse en practicar cada día con su hijo y tendrán que entender y respetar que cada niño necesita su tiempo de aprendizaje y centrarse en un solo aspecto de cada vez. Deben de conseguir que la práctica del instrumento forme parte de su rutina diaria, como lavarse los dientes o comer. La educación del Talento se basa en un triángulo que se forma entre el niño, el padre/la madre y el profesor. Los niños son educados realmente en su hogar. Así que para que adopte una buena postura y practique de forma adecuada en casa, es necesario que el padre tenga experiencia directa. Primero se enseña al padre antes que al niño a tocar una pieza para que sea buen profesor en casa. En cuanto al niño, primero escuchará a menudo una grabación de la pieza que aprenderá. La correcta educación del niño depende de esto. La idea es hacer que el, despertado su deseo a través Educados con Amor del padre, diga “yo también quiero tocar”. Su primera pieza sonará todos los días en casa y en la clase observará la clase de su madre y del resto de los niños. Se crea así el ambiente apropiado para el niño. Iniciar a los niños con la diversión de jugar, haciendo que este espíritu les guíe en la dirección correcta es la manera en que se debería comenzar toda enseñanza para niños. • Escuchar las grabaciones: el niño desarrollará su sensibilidad hacia un sonido bello y un ritmo y entonación correctos. No es necesario que el niño esté escuchando atentamente, ponerlo como música de fondo es también muy positivo. • Aprender de oído y memorizar: así como en el aprendizaje de la lengua materna, en los primeros años, se aprende sin partituras y por repetición. Suzuki observa que una de las características de la vida humana es la experiencia y es por ella por lo que una persona es capaz de recordar. La memoria es algo extremadamente valioso, y el hecho de que concibamos ideas y de que lleguemos a conclusiones se debe a que poseemos la memoria como base de la razón. Sólo porque se tiene memoria es posible la experiencia, y gracias a la experiencia se puede razonar. • Animar: no hay que escatimar en comentarios positivos hacia el niño. Un trabajo productivo solo se desarrolla en un ambiente constructivo. Suzuki decía que “lo que cuenta primero es el esfuerzo, solo después el resultado”. • Revisión de las piezas: Suzuki creía que la habilidad desarrolla más habilidad. Debemos darle la pieza en pequeños pasos que el niño pueda comprender y perfeccionar. De este modo el conocimiento llega a habilidad, y construyendo sobre las habilidades que ha desarrollado, estas se extienden y crecen. Desde el principio, cada técnica necesaria para las piezas que siguen, se introducen secuencialmente y el niño continua tocando las anteriores para mantener las ya adquiridas, de ahí la importancia del repaso: “si los cimientos del bloque no son estables no hay base sólida sobre la que construir una torre”. • Crear un ambiente estimulante: asistir a las clases colectivas y de otros niños, seminarios y cursos, conciertos, organizar recitales en casas con otros compañeros, etc. Cultivando la apreciación por lo artísticamente bello se construye un ser humano sensible y espiritual, pudiendo ser una filosofía para la vida en general. Suzuki, en su libro “Educados con amor”, nos enseña otros puntos de su filosofía o de su forma de ver la vida: • ¿Qué nos enseña la sociedad de hoy? tanto en la música como en otros campos vivimos en un entorno muy competitivo. En música nos han inculcado siempre que hay que estudiar para el recital de fin de trimestre, para un concurso del conservatorio, para estar en el primer atril de una orquesta, etc. Nos enseñan bajo esta premisa: “Hay todo un Educados con Amor mundo fuera para luchar: practica y ganarás”. Él dice esencialmente: “fuera hay todo un mundo para cooperar en él; esto no significa que no exista la competitividad pero, sin embargo, se trata de desarrollar una sana clase de competición, de buscar lo mejor que podemos encontrar en un niño y ofrecer el regalo de mostrarle lo bien que lo está haciendo”. • Todos tenemos defectos. El más común es la tendencia a decir “haré esto o lo otro”, y después, no lo hacemos de inmediato. Esta costumbre de falta de decisión influirá en el destino de una persona durante su existencia. Desarrollar una capacidad depende del trabajo y de la concentración para hacer las cosas. Debemos invertir el tiempo en convertir nuestras debilidades en méritos. Sólo unos pocos siguen adelante con su propósito y lo consiguen. Cualquiera que sea la tarea, la forma de tener éxito es, después de todo, mantener firmemente las intenciones hasta el final. Todos somos capaces de hacerlo; sólo depende de la voluntad de cada uno. Si resistimos y continuamos dedicando nuestras energías a alcanzar una meta, desarrollaremos la paciencia necesaria. En su libro, Suzuki describe un ejemplo con un árbol: “Se planta una semilla en la tierra. No vemos cuándo comienza la germinación. Tenemos que esperar pacientemente. No podemos escarbar en la tierra para ver si la planta crece realmente; hacerlo sería destruirlo todo. De pronto, nace un brote. Es toda una ilusión y satisfacción verlo crecer. Al mismo tiempo, la raíz, oculta en el suelo, se hace fuerte y adquiere la potencia necesaria para convertirse en un árbol grande y vigoroso”. En analogía con la habilidad una vez que la semilla de la capacidad ha sido sembrada, hay que cuidarla con atención y paciencia. Al final, el brote, o talento, hace acto de presencia, y ha de ser entonces criado y educado con perseverancia hasta que la raíz se hace poderosa y queda unida a la personalidad. Se puede decir que es un verdadero logro el hecho de que una persona pueda llevar a cabo esta virtud durante toda su vida. En qué se convertirá un niño dependerá en cómo ha sido educado. El propósito del Método de Educación del Talento, aplicado a cualquier campo, no solo en la música, es proporcionar un entorno adecuado para el desarrollo de grandes seres humanos. “Lo que se es a los tres años, se es a los cien”, (viejo proverbio japonés)