EN RUSIA (1914 – 1922) En Europa, se realizaban las fundaciones durante el periodo situado entre el Capítulo de 1905 y la Congregación general de 1911; la mas interesante y también la más audaz fue la de San-Petersburgo en Rusia donde el Zar Nicolás Il ejercía su poder áutocrático. La entrada en este gran país celosamente cerrada a la influencia católica, había ya tentado a Madre Fundadora. ... M.M. de la Rédemption estimulaba las relaciones con algunas familias rusas que hacían todos los años largas permanencias en la capitales europeas; hubiera sido feliz de poder realizar un día el deseo de Madre Fundadora de entrar en este país... En 1906, por consejo del P.Rafael, la "Familia de María" formó un proyecto de fusión con el Instituto. Esta Congregación, fundada hacia mediados del siglo XIX para la educación en la fe catolica de los niños polacos residentes en Rusia; contaba con dos casas en Odessa, dos en Kiew, tres en SanPetersburgo, tres en Varsovia, con 105 hermanas de votos temporales o perpetuos y novicias. Las dos primeras FMM - M.M.de la Garde et M.M.Lucia – llegaron a Rusia en noviembre de 1907. La fundación FMM se hace in San-Petersburgo – Casa San Pedro – en enero de 1908; el proyecto de fusión progresa suavemente y las 11 capitulares de la Familia de Marìa lo votam per unanimidad en abril de 1908. M.de la Redemption recibe en todas partes una calurosa acogida. En la casa San Pedro empieza un pequeño taller, donde trabajan una 60 jovenes, polacas de un lado y rusa del otro, para evitar hostilidades. En la Congregación general de 1911, M.M.St Jean, Vicaria general de la Familia de Marìa en 1908, ha llegado a ser Assistente général del Instituto; las casas de Rusia y Polonia formaban parte de la Provincia de l‘Annonciation1 y en vísperas de la guerra que iba a preparar el terreno a la revolución de 1917, es bueno anotar las casas y obras citadas en el informe anual de 1913: 1 En San-Petersburgo había todavía en esta época la casa de San Pablo (línea 140) con 21 religiosas, 10 novicias y 5 agregadas para un orfanato de 115 chicas y una escuela pobre para 150 niñas. En el mismo año, por razón de algunas intrigas, el gobierno decidió el cierre de la casa San Pedro. En la casa de San Nicolás (Micolajowska), en la otra orilla del Neva, 6 religiosas, 10 agregadas para sesenta huérfanas, trabajando todas en el campo, apoyo de la casa de SanPetersburgo. Además un pequeño asilo de ancianos con una religiosa y 2 agregadas. En Kiev se había cerrado una de las dos casas por orden del gobierno, en 1911 . En la otra casa, quedaban todavía 10 religiosas para sostener el orfanato y la escuela. En Odessa dos casas: una para el noviciado que contaba con 15 novicias, la otra para las obras: orfanato, escuela, escuela industrial. En Varsovia, entre las dos casas, las obras eran las mismas: orfanato, escuela y pequeño ropero, había 30 religiosas, 2 novicias y 6 postulantes. Esta provincia estaba formada por Austria, Manchuria, Mongolia, Polonia y Rusia del Norte. La provincial era M.M. Hildegardis Guerra de 1914 En la escasez general llegada a Rusia por la guerra de 1914, nuestras casas, con gran número de niñas para alimentar, conocieron horas muy difíciles. M.M. Mélanie-Rose2 fue el apoyo moral de todas y también proveedora material; su confianza ilimitada en la Providencia obtuvo verdaderos milagros y su ejemplo arrastraba a todas, religiosas y niñas, a soportar los sacrificios cotidianos, en la unión y la paz. En Rusia, como en los otros países de Europa, las hermanas se dedicaban enteramente a los heridos. En los alrededores de Odessa, el Comandante Sobancki, pariente de M.M. de St Jean había abierto una ambulancia en Obodowska. M.M. Lena fue nombrada directora; estaban con ella M.M. Christiana y M.M. Cecylia, novicia y diez enfermeras seglares. La novicia, M.M. Cecylia, cuidando a los soldados enfermos de tifus contrajo la enfermedad y murió “con una radiante sonrisa” escribe M.M Lena quien relata que el entierro de la joven religiosa fue un triunfo: todo el pueblo como una condecoración a título póstumo. Eran todavía los tiempos del Zar... Revolución de 1917 El tiempo de la guerra había tenido sus sufrimientos, pero éstos no eran nada al lado de los que iba a traer la revolución de 1917. Los Anales de mayo-junio de 1920 describen las hora de terror vividas en Odessa: “Cinco meses bajo el terror bolchevique“. “En San-Petersburgo y en Mikolajowska, la casa de campo en la otra orilla de Neva, fue todavía peor. No solamente visitas y registros continuos, provisiones confiscadas, rebaños dispersos, sino lo que todavía era peor, miedo por las huérfanas cuando llegaban los soldados con frecuencia borrachos. Estas dos casas fueron cerradas después de una dura lucha sostenida por M.M. Mélanie-Rose que fue heroica y la llevó a la cárcel. Varias de las nuestras fueron a la cárcel. Una de ellas, Sr. Salomeya fue enviada a Siberia donde estuvo 9 años aislada, porque había pasado la correspondencia del Vaticano a Mons. Cieplak entonces en prisión. Para no descubrir esta correspondencia, ella la ingirió y fue enviada a Siberia.3 La persecución bolchevique hacía cada vez más estragos, Mons. Cieplak, el párroco de Malestki que iba ser nombrado obispo, y 14 sacerdotes fueron enviados a Moscú y encarcelados. Allí durante más de un año, dos hermanas FMM preparaban la comida de los prisioneros, Ia llevaban a la cárcel, se ocupaban de su ropa, en una palabra les ayudaban tanto como era posible. Lo pagaron con largos años de prisión y exilio4. Se sabe que M.M.Marietta, M.M.Ludowika, S.M.Marilka fueron de estas. Conservamos también el nombre de M.M.Aloysia, la asistente de la casa San Pablo de San Petersburgo y que guardó un tiempo la casa de Luga fundada en 1914 para acoger a sesenta niñas. Su intrépido valor le hacía respetar por los dirigentes bolcheviques a los cuales osaba resistir; encarcelada, después liberada, moría en 1923. El relato de todas las molestias sufridas durante el régimen comunista sería demasiado largo, concluía M.M.Majella. Hubiera, quizá sufrido su humildad al relatar los actos heroicos que con M.M.de St Jean5 M.M. Mélanie Rose — Mélanie Jablowska, polaca; nacida el 21 de diciembre 1868; entró en la Familia de María en 1887; votos perpetuos en el Instituto el 14 de septiembre de 1908; superiora y maestra de novicias en Odessa de 1887 a 1908,;superiora de la casa de San Pablo en San-Petersburgo hasta 1924; superiora de l’Annunziata (Austria) en 1924; provincial de la provincia de l‘Annonciation de 1926 hasta su muerte; volvió a Dios el 3 de octubre de 1946 en Varsovia. 3 Recuerdos escritos por M.M. Majella en 1962. 4 Recuerdos escritos de M.M. Mélanie Rose. 5 M.M. de St Jean — Maria Drzewiwcka, polaca, nacida el 16 de octubre de 1846; entró en la Familia de María 2 2 debieron hacer en Odessa. La confianza en Dios que no cesaban de irradiar permitía a las hermanas y a las 200 niñas que estaban todavía con ellas, continuar haciendo su deber de cada día en paz y unión. Esta unión entre todas se hizo en Odessa en torno a M.M.St Jean, como junto a M.M.Melanie-Rose en San Petersburgo, la gran fuerza de las hermanas; supieron mantener el valor, comunicar a las otras la fuerza que sacaban cerca del Señor y mantenerse unidas al Instituto, a pesar de Ia imposibilidad de cartearse, todas estas religiosas que sólo formaban parte del Instituto desde hacía algunos años. El testimonio de una novicia de entonces, se vive de heroísmo sin saberlo, simplemente siguiendo las enseñanzas de Madre Fundadora, “Maman Passion“. Si no se puede escribir todo este “martirologio“, sin embargo hay que citar a las agregadas que eligieron quedarse en San Petersburgo y Odessa para no abandonar a los católicos que quedan allí. Servían de intermediarias entre los sacerdotes encarcelados y sus feligreses. Uno de los Padres Asuncionistas que había sido liberado de prisión vino a dar testimonio de ello a M.M.Marguerite du S. Coeur. En 1919, después del tratado de Versalles de 1918 reconociendo la independencia de Polonia, se autorizó al fin la salida de las polacas que estaban en Rusia. En este momento las hermanas pudieron hacer salir a las huérfanas en pequeños grupos que acompañaban dos o tres religiosas. Terribles viajes durante semanas con detenciones de ocho días en la frontera en los campos militares, que permitieron salvar a estas jóvenes y también a las postulantes que, a pesar de la guerra y la revolución, habían tenido el valor de entrar tales como M.M.Dulcina y S. M.Viviana (Maria Wojtukiewicz). En Odessa, no obstante los sufrimientos, la obras habían continuado; durante la guerra se había abierto un hospital de guerra en Obodowska bajo la dirección de M.M. Lucia de Catalagirone. Esta pudo dejar Odessa con M.M.Lena, la superiora de la segunda casa de Odessa y un grupo importante de religiosas (unas treinta) y niñas (unas cincuenta): todo el mundo fue aceptado “gratis pro deo“ por el hermano de M.M. Marcelle Hélène (Mireille Durand), oficial de marina enviado a Odessa para la repatriación en previsión de la próxima llegada de los bolcheviques. “M.M.de St Jean, Asistente general y yo quedamos en Odessa con un grupo de unas veinte religiosas, de media edad y hemos vuelto en 1922 después de un año y tres meses de trámites."6 De las hermanas todavía en libertad, M.M.Mélanie-Rose fue la última en partir; en su dosier se encuentra una emocionante libreta de apuntes donde semana a semana escribía sus resoluciones; dos frases la sostuvieron durante este tiempo y fueron sus directivas: “O Crux ave, Spes unica“ y “Misericordias Domini in aeternum cantabo“ y si quiso que se le repitieran en su lecho de muerte, es porque había sabido vivir en la aceptación día por día sufrimientos que hacían su “Unión a Jesús“ y en reconocimiento de protecciones milagrosas de las que fue testigo. Así termina la permanencia en Rusia del Instituto. (Nuestra historia, VI, 6, p. 714 a 732 — extractos) el 12 de diciembre de 1879; votos perpetuos en el Instituto el 15 de agosto de 1908; Superiora en Odessa hasta 1919; Asistente general desde 1911 ; encargada de las casas de Rusia y Polonia; fundadora y superiora de la casa de Labunie en Polonia en 1922; superiora de la casa de Varsovia en 1927; falleció en Labunie en 1933. 6 Carta de M.M. Majella, 17 de junio de 1962. 3 Algunos extractos de cartas y diarios A Ias páginas precedentes, demasiado cortas, sobre los sufrimiento de nuestras hermanas en Rusia, se añade aquí una carta de M.M. Mélanie-Rose que en su sencillez revela un poco el heroísmo de cada día vivido en las casas de Rusia. "En cuanto a nosotras hay siempre grandes pruebas que continúan. El proyecto de poner el establecimiento para nuestros gastos se ha suspendido. El bosque de abetos y “datcha“ siguen como estaban con nuestro personal. EI asilo de Wyborska y la casa central n° 27 están todavía libres, pero por todas partes somos perseguidas de manera diabólica y tunosa. En cuanto a las gran casa n° 25, ésta va mal. La Srta. Wanda ha sido despedida y reemplazada por dos comunistas; continuamos nuestro trabajo como si los comunistas no estuvieran allí. Monseñor nos apoya en esta manera de actuar, vemos ahí la voluntad de Dios, sin esto se tendría miedo de que fuese una temeridad. Nuestras niñas son admirables para defender su fe: esto recuerda los primeros tiempos de cristianismo. Por supuesto, al empezar el año escolar todo cambiará. Si el buen Dios no hace un milagro seremos expulsadas de San Pablo. Si supiera, Mère querida, cómo se esfuerzan nuestros enemigos por arruinarnos. Como nos imputan el crimen de clericalismo no llegarán a expulsarnos porque el puebIo está por nosotras, por tanto han inventado que somos espías políticas. De esta manera, consiguieron sacar a la Srta. Wanda. Ahora quieran adueñarse de la casa donde está la capilla. Sería una gran desgracia porque la capilla está abierta, a pesar de las persecuciones de varios meses, el pueblo está aficionado a esta capilla de una manera excepcional, justamente a causa de que han luchado tanto y sufrido por este santuario... Nuestras hermanas de Odessa tienen para comer y tienen la Misa todos los días, solamente que están muy aisladas y la epidemia de tifus hace estragos en la ciudad y los alrededores… En todo caso, todas esta luchas hacen mucho bien a las almas; los católicos se han hecho más fervorosos y las rusas se despiertan también de su sopor. El peligro de vernos cerrar todas nuestras iglesias continúa siempre. Se había prometido hacerlo ayer en Petrograd7 el puebIo cuidaba las iglesias hasta la tarde y la jornada ha pasado tranquilamente. Uno se siente feliz y honrado de encontrarse en medio de esta lucha por la fe... Sin embargo, rezad por nosotros para que el buen Dios nos dé fuerzas físicas y morales, porque estas luchas continuas influyen en los nervios. Mis compañeras, sobre todo las que tiene la responsabilidad, están muy cansadas y yo desde hace algún tiempo, siento débil la cabeza; hay días en que no puedo trabajar mentalmente. Inútil contarle que cada día nos trae nuevas zozobras o inquietudes: visitas de nuestros perseguidores, amenazas abiertas u ocultas. Pero si es dificil vivir en este país, es tanto más atrayente ir a las casa del buen Dios.“ (Carta de M.M. Mélanie-Rose, 9 de agosto de 1922) Algunos extractos del Diario de la Casa San Pablo de Petrogrado darán una visión de la valentía y la confianza en Dios de M.M.Melanie Rosa durante estos primeros años de la revolución Bolchevique. Febrero de 1917 — El 23 de febrero estalla la revolución .Desde el inicio Dios nos rodeó de una protección especial. Previendo largos y grandes desórdenes, hemos comprado 800 kilos de harina que algunas de nuestras hermanas han podido transportar a la casa casi bajo los golpes de los fusiles. Estas provisiones han salvado a nuestros niños del hambre que comenzó con la revolución. Las bandas de soldados ebrios entraban en las casas bajo pretexto de registros, pero en realidad eran verdaderos saqueos. Varias veces cada día, trataron de derribar nuestras puertas de madera, Los muros temblaban pero ninguna vez consiguieron entrar en la casa. Nosotras atribuimos este hecho a la exposición del Santísimo Sacramento y a la presencia de los pobres que, durante estos días, horrorizados y desafiando las balas, venían a nuestra casa para poder comer. 7 Petrograd: nombre dado a San Petersburgo después de la revolución de octubre. 4 Septiembre de 1917 — Durante los primeros días de septiembre estalla el movimiento de Kornitoff.. nuestra casa de la Sapinière se encontraba justo en el paso de los cosacos, todo se podía temer de hombres que quemaban y saqueaban todo a su paso; ahí también sentimos la fuerza de la oración delante del Santísimo Sacramento que fue nuestro único amparo. Octubre de 1917 - La segunda revolución Bolchevique estalla con violencia contra el gobierno de Kerenski. Combates sangrientos por las calles.El terror reina. El Obispo nos permite la adoración nocturna. El nuevo gobierno Bolchevique decreta la pena de muerte para los bandidos. Un órden relativo se restablece en la ciudad. Noviembre de 1917 — Las dificultades de abastecimiento son cada vez mayores. ¿cómo nutrir a los cientos de niños, de pobres y de religiosas? El transporte de las legumbres de nuestra casa de Datcha supone grandes peligros, no sólo por parte de los soldados que vigilan sino del río que empieza a helarse y hay que atravesar. Tocamos con la mano la protección de San Antonio, a quien hemos confiado nuestros niños. Los carros parecían guiados por una mano invisible para que llegaran a puerto seguro. Diciembre de 1917 — El peligro de una masacre se extiende por la ciudad. La comunidad de la Sapinière estaba en grave riesgo. Las casas de nuestros vecinos habían sido saqueadas; algunos habían pagado muy caro a las milicias para defenderlos. Nosotras no teníamos más defensa que el Santísimo Sacramento y pasamos todo este tiempo terrible con toda confianza. Al final del año 1917, nuestras 4 casas estaban llenas de niños, de ancianos, de pobres de toda clase. Los pobres de fuera venían a buscar su comida, pues el hambre era cada vez mayor. Octubre de 1918 - Es el terror. En la casa de Datcha todo viene registrado: patatas, trigo, etc. De nuevo amenazas de nacionalización de escuelas, casas de huérfanos, etc. El Obispo dice que debemos oponernos a la nacionalización todo el tiempo posible ya que ésta supone la supresión de las capillas y de la formación religiosa, educación y habitación conjunta y lecciones de moral libre. En la visita de inspección, el Inspector, viendo a los niños tan bien atendidos, no habla más de nacionalización, pero esto será solo por un tiempo. Diciembre de 1918 — Visita de los Bolcheviques polacos. Declaran que vendrán después de Navidad para poner órden en nuestra casa. Redoblamos la oración y confiamos todo al Arcángel San Miguel. El Arzobispo Ropp viene para Navidad. Su presencia nos conforta. Enero de 919 - La epidemia de tifus aumenta en la ciudad; se muere de frío, de hambre y de epidemia. En la ciudad, confusión, a causa de una nueva movilización. Los Bolcheviques polacos vienen a la Sapinière para decretar la nacionalización inmediata; se obtiene un retraso de 2 días.Ellos no llegaron gracias a la intervención de un joven ruso, el Señor Borris, quien, viendo que los Bolcheviques rusos querían nacionalizar nuestros establecimientos, obtuvo que el comité viniera a visitar los lugares. Una vez más los niños pudieron quedarse. La gripe española hizo estragos en nuestras casas; varias hermanas la sufrieron. Mayo de 1919 - Persecución cada vez más fuerte contra todo lo que sea católico. Monseñor Ropp es encarcelado. Los católicos hacen una gran manifestación y obtienen que solamente sea custodiado en una casa con libertad vigilada. Pero esto duró poco tiempo. En breve, también la casa de la Sapinière iba a ser nacionalizada, bajo pena de rechazo de alimentos. Había provisiones sólo para 5 dias. Madre M. Eva obtuvo este retraso de 5 días, pero ¿dónde encontrar alimentos? En la noche, 7 niños fueron enviados de la Sapinière a la casa San Pablo. Tres hermanas partieron con provisiones y billetes de vuelta. Era arriesgar la cárcel, pero mientras que la comunidad estaba en oración, todos los víveres aportados por 18 personas eran colocados en los vagones del tren. Las 3 hermanas llegaban a descargarlos en la Sapinière. Fue el último tren, ya que el puente saltó apenas terminó de pasar. El 31 de mayo era necesario, sin embargo, renovar las provisiones. Dos hermanas fueron a pedirlas a la Comisaría. Todo el mundo decía que era locura y que nos 5 encarcelarían, pero, mientras que rezábamos, las hermanas obtuvieron del comisario lo que pedían. Este mismo mes recibimos correo de Odessa con algunas noticias de Madre General y el permiso para que 20 de nuestras hermanas hicieran los votos. Esta carta fue un gran consuelo y renovó los ánimos de todas. Julio de 1919 Monseñor Ropp y varios rehenes fueron conducidos a Moscú. Los ejércitos blancos rodeban Petrogrado por todas partes. La alimentación no era tan difícil de obtener como el año pasado: es así como pudimos aumentar en nuestras casas el número de niños internos y externos. Agosto de 1919 - La situación de la casa de Datcha es cada vez más dificil. El ganado es decomisado. Septiembre de 1919 - La comunidad de Datcha acababa el Retiro; M.M.Melanie Rose, sabiendo que los soviéticos iban a venir para nacionalizar esta casa, fue a su encuentro. A su llegada, ellos comenzaron por amenazarla de muerte por haber educado a los niños en el temor de Dios. M.M.Melanie Rose, inspirada, dijo que era peligroso nacionalizar esta casa sin el consentimiento de los padres de los niños. Se dejó el asunto para el día siguiente, pero como el lider de los Soviéticos era Kajiro, un hombre malo que había decidido la clausura de la casa, no había ninguna esperanza. M.M. Melanie Rose, sin embargo, no la perdía porque al día siguiente se terminaba la novena a San Miguel. Y así fue, porque este mismo día llegaba el Señor Juan Sym, un ruso amigo de las casas, que tuvo el presentimiento de venir a la Datcha y había logrado un mandato del comisario central como inspector del departamento al cual pertenecía nuestra casa de Datcha. Una vez más fuimos salvadas por este lado, pero la lucha recomenzaba por la casa San Pablo. Octubre - noviembre de 1919 Los ejércitos blancos deben retirarse, pero bombardean Petrogrado en su retirada. Llega el invierno y falta la leña: una de las casas de madera, en San Pablo es demolida por los soviéticos para tener leña. Es necesario cobijar a los niños en la otra casa que, afortunadamente no ha sido dañada. No tenemos ninguna noticia de Odessa. Vivimos como en un desierto, rodeadas de animales feroces. Sólo Dios nos queda. Qué consuelo, estar seguras de que somos protegidas y custodiadas por Aque que todo lo puede y que nos ama. Navidad de 1919 — Ha llegado la hora de nacionalizar la casa de San Pablo. Los Bolcheviques polacos envían una delegación para ejecutar la órden con intimidación. Prevenimos a los padres de los niños para que vengan a ayudarnos y se opongan a esta medida. Obtenemos que la nacionalización se retrase de algunos días. El 30 de diciembre, cuando llegan los soviéticos, encuentran algunos cientos de personas que les esperan. Entre tanto, se ha decidido entregar la casa a la Comisaría rusa y no a los Bolcheviques polacos. La señora Ours, presenta a los soviéticos su mandato como delegada de la Comisaría Central y declara que en este establecimiento ha visto reinar siempre la verdad y la caridad. Esto enfurece a los Bolcheviques que se esfuerzan en demostrar que la casa es un centro contra-revolucionario y que es necesario encarcelar a su directora. Las mujeres, los niños y los empleados se dejan llevar por la indignación. Las mujeres arrancan el abrigo y atrancan la puerta a uno de los Bolcheviques que quería salir para llamar al ejército. Una verdadera disputa que, como resultado, permitió a la buena señora Ours firmar un protocolo confiando la casa a la comisaría Central. Los bolcheviques polacos estaban furiosos, pero una vez más habíamos escapado de ellos... No era una victoria completa porque significaba una nacionalización próxima sin embargo, al final de este año, viendo nuestros niños tan numerosos y tan unidos, nuestras ancianas tan bien dispuestas, los católicos que nos rodeaban tan firmes en su fe, cantamos el Te Deum, la tarde del 31 de diciembre con un corazón lleno de reconocimiento, porque la Cruz es el bien mayor para la eternidad. (Capítulo XXXIII Apéndice) 6