¡Cómo hemos cambiado! En el año 1936, cuando empezó la guerra Civil española, nació Jaime, mi vecino y amigo de la familia de toda la vida, en una familia trabajadora de 5 hermanos. Eran tiempos muy difíciles la gente pasaba muchas necesidades y los niños tras estudiar en el colegio la educación primaria (E.G.B.), la mayoría no podían seguir estudiando porque tenían que ayudar a sus padres, y eso lo hacían trabajando. Jaime estuvo ayudando a su familia en un horno de pastelería. Cuenta que se levantaba a las 3 de la madrugada para hacer la masa de los dulces y el pan. Con el hambre que había dice que la primera bandeja de dulces que salía del horno se la comían él y sus compañeros, para coger fuerzas y seguir trabajando. Una vez hechos los dulces y el pan Jaime los cargaba en una bicicleta, para llevarlos a otros pueblos de la comarca. Todas estas faenas las realizó desde muy pequeño, además del esfuerzo que realizaba se tenía que levantar muy temprano y esos días que ayudaba en el obrador faltaba al colegio. Cuando iba al colegio daban Matemáticas, Naturaleza, Geografía, Historia de España, Historia Sagrada, Dibujo, Catecismo y las niñas hacían también Costura, todo esto en un mismo libro. Enseñaban reglas de urbanidad en las que explicaban como debían comportarse ante las personas. En aquellos tiempos cada día al entrar y al salir de la escuela se rezaba y cuando algún profesor o alguna persona mayor entraban en la clase, se ponían de pie. En los recreos jugaban a saltar a la comba, a las canicas, a la tanga o la pelota. En el colegio hacían teatro, rezaban, cantaban… ¡En conclusión a Jaime le gustaba mucho ir al colegio! Pasaron los años y siendo adolescente mi vecino entró a trabajar en la Electromecánica, donde ya estaría el resto de su vida y donde aprendió todo lo que sabe. Pasados los 20 años conoció a su mujer, con la que se casó y tuvo 2 hijos, un varón y una hembra, María. La infancia y la juventud que vivió su hija fue muy distinta a la que vivió míJaime. Ella sí pudo estudiar e ir a la universidad. Su hija María antes de entrar al colegio fue a una “amiga” donde aprendió a escribir y a leer (era el equivalente a la guardería o escuela infantil de ahora) y, a los 5 años, empezó el cole. Era un colegio sólo de niñas y había monjas que daban clase, pero sólo estuvo allí 1º y 2º de primaria, porque Jaime y su mujer se mudaron y para seguir yendo a ese colegio María debía ir una hora en autocar, lo cual le sentaba muy mal y se mareaba. En 3º entró a un colegio público donde también había niños, y allí estuvo hasta 8º de primaria. Las asignaturas eran: Matemáticas, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Religión, Educación Física, Lengua y Literatura, Música. En la asignatura que ahora se llama Plástica se hacían muchos trabajos manuales: mosaicos, cuadros con puntillas e hilos de lana, dibujos que se rellenaban de papel de seda de colores, aprendió punto de cruz, hacían figuras de madera que se cortaban con segueta, se coloreaban muchas figuras de escayola, dibujos con carboncillo y también se utilizaba el papel de calco. También rezaban, hacían pequeñas representaciones y recitaban poesía. Tenían unos vestuarios donde se guardaba el material para la gimnasia: potros, colchonetas, pelotas, etc. En el recreo se jugaba a policía y ladrón, a la tanga, a la goma, al látigo, a pollito inglés, al trompo, a la comba. Y lo que sí no existía antes eran el aula matinal, el comedor escolar y, normalmente, se iba también al cole por la tarde, de 3 a 5. Como se mudaron, ya no se veían mi familia y ellos tan a menudo, solamente de vez en cuando. Después de 17 años sin verlos, un día llamó María por teléfono diciendo que habían tenido una niña, y que de nuevo se iban a mudar a nuestro barrio. ¡Toda mi familia se alegró mucho! A los pocos meses nací yo. La hija de María, Sonia, y yo fuimos a la misma guardería y más tarde al mismo colegio. Nuestras asignaturas eran Matemáticas, Lengua, Conocimiento, Francés, Inglés, E.F., Plástica, Religión, Música y Biblioteca. Poco a poco fuimos siendo muy amigas y todos los días jugábamos juntas en el recreo y con nuestros compañeros al pilla pilla, a pollito inglés, a pañuelito, a policía y ladrón, a la palmada del moro… Todo esto se lo contábamos a nuestras madres y ellas nos contaban como era la escuela en sus tiempos y decían esta frase: ¡Lo que ha cambiado la escuela, y lo que cambiará …!