Unidad Didáctica VIII LA SOCIEDAD 2 1. La Evolución de la Sociedad Las formas humanas de reunirse y formar grupos y sociedades han cambiado a lo largo del tiempo. Las formas de las sociedades humanas no dependen del capricho, sino que se encuentran condicionadas por una multiplicidad de factores (culturales, demográficos, históricos, orográficos, hidrológicos, climatológicos, religiosos, económicos y políticos). La sociedad humana no siempre ha sido igual, ya que los factores que la conforman no se han dado con la misma intensidad. Por ello podemos distinguir entre diferentes formas de comunidad o sociedad humana. Ha habido un proceso de complejificación de la estructura social. 1.1. Grupalidad Animal Los grupos humanos, en sus inicios, eran parecidos o iguales a otros grupos de mamíferos. Lo que comenzó a diferenciar al ser humano de los otros mamíferos fue la utilización de un lenguaje complejo. Esta etapa de grupalidad animal se caracteriza por: - Finalidad reproductora: los grupos necesitaban a individuos del sexo contrario para la reproducción. Cuando se agotaban las mujeres y aparecer el peligro de endogamia, se acudía al intercambio o captura de mujeres. - Mantenimiento de las crías: dada la incapacidad del ser humano para valerse por sí en los primeros años de su vida, es necesario que los seres humanos adultos cubran las necesidades básicas de las crías y las protejan de los depredadores, por un espacio de tiempo superior al que normalmente se da en otras especies animales. - Defensa común: además el ser humano necesitaba la vida en común, no para cazar (era recolector de frutos), sino para no ser cazado. El ser humano, comparado con otros seres vivos, tiene una enorme debilidad física que le impide defenderse con eficacia. El grupo proporciona al conjunto de los hombres una fuerza que individualmente no posee. - Variación demográfica: el crecimiento o la disminución de la población depende de los depredadores y del número de alimentos encontrados. 3 1.2. Sociedades Primitivas - Economía cazadora: el hombre deja la simple recolección de frutos y, aprovechando su número, pasa a alimentarse de los animales que mata. Esto produce un primer desarrollo tecnológico ante la carencia de “armas” en la estructura corporal del hombre. - Nomadismo: el ser humano comienza a desplazarse largas distancias para buscar caza allá donde se encuentre. El nomadismo produce que los seres humanos conozcan territorios diferentes a los que estaban acostumbrados, así como que se tengan que adaptar a diferentes ambientes. - Variación demográfica: al mejorar levemente las condiciones de vida, crece la población, pero las enfermedades y la alimentación no asegurada causan pérdidas rápidas de población. 1.3. Sociedades Sedentarias Posiblemente sea el sedentarismo el paso fundamental en la configuración de la sociedad humana tal y como la conocemos hoy. Actualmente no podemos pensar una sociedad con las características de la grupalidad animal o la sociedad primitiva, aunque algunos grupos humanos se encuentren en estos estadios. - Sedentarismo: el hombre se establece de forma permanente en el mismo espacio, componiendo pequeños grupos de población organizados en función de las necesidades ganaderas, agrícolas y defensivas. El ser humano ya no necesita defenderse de los animales, sino de los otros seres humanos. - Economía ganadera y agrícola: los seres humanos descubren que los animales pueden ser domesticados1 y que pueden beneficiarse de sus frutos (leche, pieles, etc) y no sólo de su carne. La ganadería implica que el hombre se encarga de alimentar y gestionar la vida de otros seres que hasta entonces les eran extraños y amenazadores. Con casi toda seguridad, la actividad que más ha transformado la existencia de la sociedad humana ha sido el descubrimiento y explotación de la agricultura. La agricultura implica conocimiento sobre los ciclos climáticos y de una química elemental para aportar abonos y 1 Domesticar significa, etimológicamente, “hacer de la casa”. 4 cuidados a los cultivos. La agricultura de cereales permite el almacenamiento de los excedentes y poder afrontar con una alimentación suficiente los tiempos de carestía. El ocio nace como consecuencia de la existencia de excedentes. - Aparición de la artesanía: el ser humano sigue desarrollando instrumentos que suplante sus insuficiencias corporales ante las nuevas funciones que va desarrollando. - Crecimiento demográfico: dada la existencia de excedentes alimentarios y la mayor seguridad en los nacientes núcleos urbanos comienza, a aplazarse la muerte y a conservarse el número de nacimientos. 1.4. Sociedades Urbanas - Dinero: el dinero es la representación abstracta del valor de uso y del valor de intercambio. Por medio del dinero se adquiere una mayor libertad y facilidad para el traslado de productos, superando el comercio por intercambio (trueque). Al ser la moneda muy fácilmente transportable, permite el desplazamiento desde los centros de producción agrícolas y ganaderos a los centros de intercambio (ciudades comerciales) para vender los excedentes, adquirir productos que no se producen en la comunidad de origen y cumplir con determinadas funciones religiosas, que se suelen centralizar en las ciudades. Estos dos aspectos, el comercial y el religioso, se mezclarán durante mucho tiempo. - Comercio: es una actividad basada en adquirir, transportar y vender bienes que el comerciante no produce. El comercio se da en lugares privilegiados por motivos geográficos (accesos fáciles), religiosos (lugares de culto más importantes de la religión de la población circundante) o políticos (sede de la comunidad que ejerce más poder e influencia sobre las demás). En los lugares donde se dan el comercio, éste se convierte en la principal actividad de ese núcleo urbano, junto a una artesanía especializada. El comercio ocasiona que acudan más personas y aumente la población de estos lugares sobre los demás. 1.5. Sociedades industriales y fuertemente industrializadas Desaparece la industria artesanal y aparece la industria moderna (la producción en cadena). 5 - Se producen desequilibrios demográficos entre el campo y la ciudad, a favor de la ciudad. Aumenta espectacularmente el número de habitantes de las ciudades. - La producción económica del campo es por y para las ciudades. - Políticamente las ciudades se convierten en el centro de decisión política. La población de las ciudades es la principal destinataria de la acción política de los gobernantes. - La cultura se convierte urbana e industrial. Sólo se considera relevante la cultura que refleja los valores de la población urbana y los productos de la racionalidad moderna, despreciándose cualquier vestigio de la cultura agraria y tradicional. La población agraria es sometida a una plena inasistencia cultural. 1.6. Sociedades postindustriales - El sector terciario (de servicios) adquiere una importancia primordial. - Hay una gran revolución en los medios de transporte y de comunicación. Cambia la relación del hombre con el espacio y el tiempo. Se constituyen servicios públicos para la generalidad de los ciudadanos, aunque el acceso a los más eficientes dependen de la capacidad económica. Desaparecen las diferencias entre el campo y la ciudad. - Hay una tendencia a la cobertura universal de las necesidades básicas. - La economía depende de la clase media, pues es la que proporciona la mayor parte de la mano de obra y es la principal encargada de mantener los niveles de consumo necesarios para la viabilidad del sistema económico. La crisis de la clase media es la crisis de la economía. - Las decisiones relevantes en todos los ámbitos dependen de élites de expertos independientes del poder político (tecnócratas). - La economía se internacionaliza y se agrupa en torno a grandes grupos empresariales (las multinacionales). Tienden a desaparecer las diferencias nacionales. 6 - Se crea una cultura “modelo” para todos los sectores, con referentes en todos los ámbitos: gastronómico, musical, cinematográfico, reflexivo, arquitectónico, etc. 1.7. Sociedades del Tercer Mundo - Las sociedades del Tercer Mundo se caracterizan, en líneas generales, por fortísimos desequilibrios. Se produce un gran desplazamiento de población a las ciudades. - La política se encuentra en manos de élites, generalmente familiares, que protegen los intereses de los grupos dominantes y son muy sensibles a las indicaciones de los grandes grupos empresariales internacionales, así como a las de los Estados más fuertes. - Estas sociedades carecen de un verdadero sistema económico. La agricultura que utiliza técnicas obsoletas, depende de los cambios en las condiciones meteorológicas y carece de adecuados cauces de distribución. - Si la economía permite la subsistencia, estas sociedades tienen una altísima tasa de natalidad. - En lo cultural y en la educación existen grandes centros de alta calidad, inaccesibles a la mayoría de la población. Las instalaciones culturales para la mayoría de la población o bien son inexistentes o bien tienen recursos muy deficientes. Las élites completan su formación en prestigiosas instituciones extranjeras. - Los medios de transporte son escasos, en cambio los medios de comunicación, especialmente los televisivos, tienen un alto desarrollo con la finalidad de “adormecer” a la mayoría. - Por su falta de equipamiento, estas sociedades son extremadamente sensibles a las catástrofes naturales. - Incluso en las sociedades más desarrolladas pueden darse situaciones de tercermundismo: a esto se le ha denominado “cuarto mundo”. Se da entre grupos que se encuentran al margen (marginales): etnias minoritarias, inmigrantes, etc. 7 2. La Sociedad 2.1. Proceso de socialización Los seres humanos cuando nacemos tenemos que incorporarnos a la sociedad. A esa incorporación se le denomina “proceso de socialización”. Este proceso se divide en dos grandes partes: la socialización primaria y la socialización secundaria. La socialización primaria suele dar en la familia o en un grupo que tenga relaciones análogas de afectividad y consanguinidad, esencialmente dentro de la familia. La dinámica de premios y de castigos, junto a la imitación de lo comportamientos, constituye el modo de adquisición de conocimientos y habilidades sociales. La socialización primaria se da implícitamente, esto es, que no hay momentos explícitos de socialización porque lo son todos. Durante esta fase el individuo aprende a comportarse con los restantes seres humanos, los elementos culturales básicos, hábitos cotidianos y las reglas fundamentales que rigen la vida de las personas, así como un grado suficiente de autoconciencia y de seguridad. Y sobre todo aprendemos el principal código e instrumento que es la lengua. Las normas no se obedecen porque sean conforme a un criterio que tengamos por bueno o porque se les reconozca. Lo bueno es bueno y lo malo es malo porque así lo ha determinado la autoridad familiar (con la que hay una fuerte vinculación afectiva) y porque cuando se actúa conforme a lo bueno se es premiado y cuando se actúa conforme a lo malo se es castigado. La socialización primaria es fundamental para el posterior desarrollo de los individuos. Del éxito de la socialización primaria dependerá la correcta y plena inserción de una persona dentro de la sociedad. Una socialización patológica en la fase primaria implica una socialización deficiente o patológica también en la fase secundaria. Si una persona no comparte unos mínimos valores aprendidos en esta fase padecerá exclusión, inadaptación o marginación. La socialización secundaria se da en ámbitos a los que unas persona pertenece a los que no les une relaciones familiares. En los países modernos el principal agente de la socialización secundaria es la escuela donde no elegimos a nuestros compañeros, ni maestros, ni los contenidos, ni el horario. 8 En la socialización primaria las normas ya no son emitidas por una autoridad familiar, sino por una entidad anónima a la que Berger y Luckmann denominan “el otro generalizado”. Ahora el individuo no se tiene que adaptar a un conjunto elemental de contenidos culturales y normativos, ocupando un lugar determinado, sino que pasa a ser un elemento más y a desarrollar una función social, primando lo que se hace, la función que desarrolla, sobre lo que se es. La socialización secundaria se presenta como “artificial” frente a la naturalidad de la primaria y se experimenta como formal y distanciada ante lo emocional de la socialización primaria. El individuo no tiene una socialización secundaria válida para todas las circunstancias, sino que el proceso de socialización secundaria se va abriendo y cerrando según a los diferentes ámbitos sociales que el individuo tenga que adaptarse. Esto no quiere decir que siempre empecemos de nuevo, sino que esta fase del proceso no termina como sí lo hace la primaria, aunque no siempre tiene la misma intensidad. Los agentes de la socialización secundaria suelen ser la escuela, el centro de trabajo, los grupos de iguales, los medios de comunicación y otros grupos con los que se interactúan aunque no tengan como primera función la socializar individuos. La socialización no exitosa o patológica el individuo, como hemos indicado, provoca desviaciones sociales. En determinadas ocasiones la desviación solamente puede ser corregida por medio de una resocialización primaria y secundaria que es sumamente difícil que sea exitosa. Socialización Primaria Agentes Consecuencias La familia Se establecen lazos Los primeros años en afectivos en la la escuela relación de la persona Los amigos, que son con el mundo. los amigos de la familia Socialización Secundaria Agentes Consecuencias Grupos de amigos, Se establecen que no tienen que ser relaciones por lazos de necesariamente interés, en función de amigos de la familia. los fines que se Medios de quieran obtener. comunicación social. Se intentan cubrir Universidad. intereses lúdicos y Trabajo. afectivos. 2.2. La Familia Dentro de las sociedades nos encontramos con “instituciones sociales”. Las instituciones sociales son un sistema estático en el presente, 9 pero dinámico en la historia. Éstas transmiten pautas y cosmovisiones de generación en generación. La institución social prototípica es la familia, pero en la actualidad ha cambiado tanto el concepto como las funciones de la familia dentro de la sociedad. Actualmente se tiende a reducir a la familia a la “familia nuclear” (padres e hijos), desapareciendo la conciencia de familia que integre grupos más amplios; ello se ha reforzado con el establecimiento de los grupos familiares en lugares distantes, la entrada de los dos cónyuges en el mercado laboral y la bajada de la natalidad. Las familias han dejado de ser actores sociales para convertirse únicamente en agente de socialización primaria y en gestores de la intimidad y de la cobertura afectivo-emocional del individuo. En España además suponen la principal red de solidaridad social entre los individuos. 2.3. Las normas sociales Cualquier sociedad tiene una serie de criterios que considera importantes. Esos criterios son bastante estables en el tiempo, están jerarquizados y sirven para enjuiciar lo beneficioso o perjudicial que resulta determinado comportamiento para la sociedad. A estos criterios estables, jerarquizados y que sirven para enjuiciar los llamamos valores sociales. Naturalmente estos valores sociales no son establecidos previamente a la vida social, sino que nacen de las costumbres sociales, de los elementos que den cohesión y estabilidad a la sociedad y, sobre todo, de los intereses de los sectores socialmente dominantes. Las normas sociales son pautas de comportamiento que suelen transmitirse dentro del proceso de socialización. No hay ninguna instancia o institución que establezca esas normas sociales, pero sí hay agentes que tienen cierto control sobre ellas. Las personas realizan actos y la sociedad, comenzando por los grupos sociales, aceptan determinados acto por ser convenientes para con los valores que tienen, de modo que le otorgan su respaldo y capacidad punitiva. Las normas sociales no tienen un sistema sancionador explícito sino que es implícito. Las dos grandes sanciones sociales son la estigmatización y el ostracismo. A pesar de que estas sanciones no son explícitas y tampoco hay instituciones que se encarguen de ellas, son muy efectivas para el control de los miembros de la sociedad y para la represión de los elementos desviados. 10 No hay que pensar que los valores sociales y las normas que los sostienen son formulaciones que todos conocen. Todo lo contrario. Las normas sociales se hacen explícitas cuando hay conductas contrarias a ellas y los valores sociales cuando son cuestionados. Mientras tanto, normas y valores, se confunden con normalidad y naturalidad, esto es, como son las cosas y como deben ser. La norma social no debe confundirse con la norma ética o moral ni con la norma jurídica. Tiene en común que son normas, esto es, mandatos de hacer o no hacer algo, pero la norma moral se orienta a la bondad o maldad de nuestras acciones y no tiene ni premio ni sanción, mientras que la norma jurídica es un mandato establecido o respaldado por el Estado con instituciones para reprimir el incumplimiento del mandato. Una norma en cuanto su contenido o norma material puede ser simultáneamente norma moral, social y jurídica, o ser de estos de estos tipos o de uno solo. 2.4. Estratificación social La noción “clase social” aparece en el siglo XIX como opuesta a la noción de estamento, que era un grupo social vinculado a una actividad concreta, con normas propias y al cual se entraba por nacimiento. 2.4.1. Sistema estamental Señalaremos la existencia de varios de estos estamentos: - El estamento de monarquía o de gobierno se regulaba según sus propias - - tradiciones dinásticas y determinadas normas procedentes del Derecho religioso, ya que pertenecían a este estamento por concesión de Dios. El estamento de la nobleza estaba compuesto por determinadas personas, que desempeñaban concretas posiciones económicas y políticas, y se regulaban por sus tradiciones familiares y las normas que pactaban con el rey. El estamento de los ciudadanos se gobernaba por él mismo según algunos privilegios concedidos por el rey, la nobleza o según sus usos tradicionales. El mero hecho de vivir en una ciudad no otorgaba la pertenencia a ese “estado”, sino que había que pertenecer a determinadas familias. Se caracterizaba por el autogobierno, en general en manos de las familias de “más rancio abolengo”. 11 - El estamento de los comerciantes nació por la concesión a los comerciantes del derecho para regular sus relaciones mercantiles según sus propias costumbres. Entrar en el estamento comercial también dependía del ejercicio del comercio por la familia. El poder dentro del estamento se centralizaba en las casas de contratación de cada ciudad, las cuales monopolizaban la creación de normas, los tribunales mercantiles y la matrícula (inscripción) de comerciantes. - El estamento de los campesinos lo formaban personas con propiedades rústicas. También se entraba por raigambre familiar y se daban normas propias para la regulación de sus relaciones. - El estamento de minoría era el de los pocos estamentos en el que no se ingresaba por nacimiento y el único que se podía abandonar. Era un estamento que no tenía normas propias puesto que sus miembros se encontraban gobernados por otras personas. Es el estado actual de los menores de edad y enajenados mentales, pero no sólo estaban los menores, sino también las mujeres y los pobres. Los indios americanos también fueron incluidos en este estamento (encomiendas y reducciones). Es discutible si existía el estamento clerical, pues sus miembros no perdían la condición del estamento al que pertenecieran. Les eran aplicables las normas de su estamento, excepto en lo que fuese de aplicación las normas canónicas. Tanta era la pertenencia a su estamento de origen que los trabajos que desempeñaban dependían de su estamento de origen. Las órdenes religiosas, especialmente las mendicantes, rompieron en su seno parte de la estructura estamental. Fueron las órdenes religiosas, especialmente los franciscanos, dominicos y jesuitas los que crearon un sistema dentro de sus organizaciones en las que no se reflejaban los estamentos. 2.4.2. Factores de la clase social Cuando se rompió, con ocasión de la Revolución Francesa, el sistema estamental, aparecieron nuevas nociones de organización social. La noción principal fue la de “clase social”. A la clase social no se ingresa por nacimiento, aunque éste ayude, sino por capacidad económica, siendo en consecuencia estructuras flexibles. Cada clase social tiene unas normas, no jurídicas, sino morales, que regulan la vida y actividad de sus miembros. 12 Fue Karl Marx quien le dio una importancia crucial a la noción de clase social, pues hizo depender de una de esas clases, el proletariado, el avance de la historia y su conflicto con la clase burguesa “la lucha de clases”, el motor del progreso. A partir de entonces numerosos pensadores comenzaron a reflexionar, en concordancia o en discordancia respecto de Marx, sobre la noción de clase social. Como ya hemos indicado, el principal factor que tradicionalmente se consideraba decisivo para la inclusión en una determinada clase social era la capacidad económica. Actualmente se incluyen factores diferentes, incluso cercanos al “estamentalismo”. Sucintamente estos factores son: - Poder adquisitivo: es la capacidad de adquirir bienes y servicios en beneficio propio. - Confianza económica: capacidad de una persona que ser considerada fiable en el cumplimiento de sus obligaciones económicas. Depende de las retribuciones que se tengan (nómina o rentas), de la posesión de bienes inmuebles (casas, edificaciones, terrenos), bienes muebles (acciones bursátiles, objetos valiosos, etc) y expectativas de beneficios. - Relaciones con el poder: familiares que desempeñen puestos destacados, o amistad con personas que lo hagan. - Tradición económica: se simboliza en los bienes recibidos “mortis causa”, esto es, la herencia. Implica ser miembro de una familia de determinada posición, y no una persona que acaba de llegar: un snob o un nuevo rico. Se refleja en la educación, pues es una señal de tradición estudiar en determinados centros escolarees. - Prestigio social o económico: está relacionado con la tradición económica, pero también puede ser adquirido por la persona. - Signos de status: son bienes externos que indican una determinada posición social. - Estabilidad en la posición: no tener altibajos pronunciados en la situación económica. 13 - Características culturales y étnicas: pertenecer a una etnia dominante o tener una cultura determinada son también requisitos necesarios para la inclusión en cada clase social, y a veces son determinantes. 2.4.3. Movilidad social La movilidad social es la capacidad que tiene una persona de modificar su posición o clase social. Puede ser horizontal, que es cambiar de función social sin cambiar de clase, o vertical que es cambiar de clase. 2.5. Las élites El término “élite” es un sustantivo del verbo francés elire, que significa escoger, por lo que élite significa “los escogidos o “los elegidos”. La excelencia es, por lo general, sólo accesible a unos pocos, consecuencia de lo cual es que toda élite es minoritaria. ¿En función de qué criterios se elige a los elegidos? Dependerá de que tipo de élite estemos hablando. Podemos establecer diferentes tipos de élites, que si son verdaderas élites, forman un grupo más amplio, pese a que puedan tener intereses encontrados, y éstas muestran cierto grado de solidaridad entre ellas. Todos los sectores de la sociedad se encuentran liderados por un grupo de personas excelentes que lo controlan, si no tienen contrapesos en sus poderes o si su poder es muy fuerte estamos ante el sistema de “elitismo”. De todas formas no siempre las élites son las que ejercen el poder, muchas veces pueden ser simples medios o instrumentos para realizar las órdenes de los grupos dirigentes. Acceder a la élite conlleva reunir una serie de requisitos sumamente rigurosos, pues no sólo se exigen los mejores conocimientos en la materia de la que se trate, sino también una serie de elementos relativos al comportamiento social y a los méritos para con el grupo en el que desea integrarse (una especie de rito de iniciación). La élite no es democrática, sino cooptativa, esto es, sus miembros eligen a las nuevas personas que deben integrarse en el grupo, y no todos los miembros de las élites participan en la elección, sino que son los líderes de la élite (“la élite de la élite”) los que controlan y dirigen el grupo selecto. Como hemos dicho la condición necesaria para la integración en la élite es una fuerte preparación en la materia en la que la élite sea excelente. Una lectura simple nos llevaría a pensar que la excelente preparación lleva 14 a pertenecer a este grupo, pero hemos de señalar que la adquisición de esta preparación necesite unos medios económicos y personales que exigen cierto status social. Cuando esto se intenta cubrir por medio de ayudas públicas (becas), la preparación que exige la élite es mayor que la que antes de las ayudas se exigía. Podemos distinguir entre élites políticas, económicas, intelectuales o científicas. En general las élites son conservadoras del sistema existente, pero en los procesos revolucionarios, estos no son guiados por las personas más interesadas en el triunfo del proceso, sino por una élite de personas, las cuales proceden normalmente de la élite contra la que se lucha. La permanencia de la élite en su posición depende de su prestigio social y de la capacidad que tenga de crear confianza en las personas que no la forman. La élite no escatima medios en “apabullar” a las personas que se encuentran fuera, para consolidar su distancia y la conciencia de inferioridad de los no elegidos. Antropológicamente la idea de la “élite” se basa en la presuposición de la superioridad intelectual y moral de unas personas sobre otras. Las élites que ejercen efectivamente su papel social (élites reales) intentan cerrar el paso a nuevos grupos (élites emergentes), que intentan tomar su posición y colapsan la “circulación de las élites”. Para que una élite emergente sustituya a la élite real, la élite real debe descomponerse interiormente, perder su prestigio social o que la élite emergente encabece un proceso revolucionario que, tras triunfar, elimine a la élite real. 2.6. La masa 2.6.1. La perspectiva irracional de Ortega y Gasset El diccionario de la Real Academia define, en su octava acepción, a la “masa” como un “gran conjunto de gente que por su número puede influir en los acontecimientos”. La masa, como vemos en la definición, no es sólo un número de persona muy grande o descomunal (aspecto cuantitativo), sino que su número le convierte en un agente que influye y cambia la sociedad y hasta la historia. El pensador que más se ha ocupado de la importancia actual de la “masa” fue el filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955). Ortega considera que la masa tiene una serie de características propias y específicas; la masa es sensible y no racional, la masa lo ocupa todo y todo se hace a la medida de las masas (gigantismo), y finalmente la masa sólo se 15 preocupa de sí, no de los individuos, que pierden su singularidad y se convierten en hombres-masa, los cuales adoptan la psicología de la masa. La masa tiene una fuerza inmensa, porque dado su tamaño lo puede todo, no hay ningún poder que se le pueda resistir. Para Ortega la masa se convierte en el motor del cambio en la historia del mundo contemporáneo. 2.6.2. La perspectiva racional de Canetti, Tilly y Giddens Las personas que conformarán la masa obviamente preexisten a constituirse como tales. Canetti denomina “chispa” al hecho que hace que esas personas, en principio dispersas y sin organización, se focalicen en la consecución de un objetivo. Tilly y Giddens sostienen que las masas se comportan de una forma racional y los propios incidentes que provocan sus acciones están minuciosamente decididos. El estudio empírico de las acciones de las masas ha determinado que la masa tiene clara sus objetivos, sus métodos y la dirección interna dentro de ella, por más que tenga una apariencia informal. 2.7. Conflicto social Toda la sociedad tiene mecanismos y recursos para mantener la llamada “paz social”, esto es, el equilibrio que la estructura social necesita para mantenerse. Toda sociedad genera resortes propios para no desequilibrarse, pero hay determinadas circunstancias en las que los medios para mantener el equilibrio son insuficientes. Consideraremos al conflicto social como un momento de quiebra del equilibrio de la sociedad, en el que se muestran las contradicciones de la propia estructura social. Para ello analizaremos un conflicto parcial y laboral como es la huelga, y en un conflicto general como es la revolución. 2.7.1. Revolución Entendemos por “revolución general” el cambio absoluto (radical) de principios, procedimientos y estructuras que conforman una sociedad en un periodo de tiempo relativamente corto. En cambio, una “revolución parcial” supone el mismo cambio radical que la “general”, pero no se da en toda la sociedad, sino sólo en un sector de ella misma. Por ello hablamos de revolución científica y tecnológica, 16 revolución literaria de la generación del 27, arquitecto revolucionario, revolución en la música o revolución pedagógica. Las revoluciones no sólo son reacción contra un determinado sistema social, sino que también intentan llevar a la práctica una idea alternativa en toda la sociedad o en parte de la sociedad. Si la reacción no tiene una idea y es sólo una mera oposición será una revuelta que en nada afectarán a las estructuras sociales profundas y terminará con “reformas”. Por lo general toda revolución conlleva el intento de materialización de una utopía, de un perfeccionamiento de la sociedad, mientras que el reformismo no toca a los principios y estructuras sociales profundas, sino que sólo afecta a determinados comportamientos y apariencias externas, volviendo a tapar el conflicto bajo la apariencia. Como ya hemos indicado en la definición, la “revolución” se desarrolla en un corto espacio de tiempo, y si tiene éxito acaba por instaurar un modelo nuevo de sociedad que trata de poner en práctica la idea por la que se ha luchado. Las prácticas de revolución no pueden ser permanentes, ya que consumen rápidamente los recursos de cualquier sociedad; por ello las revoluciones construyen estructuras sociales para que permanezcan en el tiempo, creando mecanismos que diluyan los conflictos que la nueva forma social genera. De esta forma lo que nació para superar los desequilibrios y crisis de la sociedad anterior, se ve enfrentada a nuevas contradicciones, incluso a las mismas contra las que luchó, y genera en el seno de su sociedad nuevas expresiones de conflicto y de superación, incluso revolucionaria, de la sociedad que fue originariamente revolucionaria. Anthony Giddens caracteriza las revoluciones son las siguientes notas: 1. Es un movimiento social de masas que implica el cambio del gobierno, de modo que no es revolución un cambio de gobierno tras un proceso electoral o por un golpe de un grupo reducido aunque poderoso. 2. Ha de conducir a grandes cambios o a profundos procesos de reforma. El gobierno emergido de la revolución debe conseguir sus objetivos y tener verdadero poder y no solamente los símbolos del poder. 3. Las revoluciones implican el uso de la fuerza o al menos la amenaza de usarlo. Las revoluciones se hacen porque el gobierno anterior no ha querido renunciar al poder utilizando otros cauces. 17 2.8. Utopía El término “utopía” apareció como título de una obra de TOMÁS MORO (1478-1535) en la que un viajero describía una sociedad que ha conocido en la se han resuelto, por sus instituciones, leyes y costumbres, los problemas de la sociedad inglesa del siglo XVI. “Utopía” es una palabra griega compuesta, creada por Moro, que significa “ningún sitio” (oûk topós: no lugar, ningún lugar). Ya en el pensamiento de Platón nos encontramos, en su diálogo La República, con la formulación de una sociedad ideal. No será hasta el siglo XVI cuando nazca toda una corriente de pensamiento utópico que intente, mediante la formulación de sociedades ideales, solucionar con los problemas de la sociedad en la que vive. Estas utopías no tendrán un papel efectivo, con la única excepción de las utopías cristianas, hasta que las consecuencias de la revolución industrial hagan muy patentes las diferencias sociales. 2.8.1. Algunos modelos de utopías Cuando se manifestaron, a finales del siglo XVIII, las primeras consecuencias de la revolución industrial produjeron la aparición de un programa de utopía que se conoce como con el nombre de “socialismo utópico”. Fourier y Saint-Simon elaboraron propuestas de crear pequeños núcleos de población autosuficientes y en los que no hubiese diferencias sociales entre sus miembros, siendo todos igualmente responsables del mantenimiento de la comunidad, así como igualmente acreedores de los beneficios que la comunidad produzca. Determinados grupos sionistas aceptaron las propuestas de los socialistas utópicos y crearon en Palestina, a lo largo del siglo XX, pequeñas comunidades agrícolas e igualitarias conocidas como Kibbutz. Ya en pleno siglo XIX la industrialización había creado enormes masas de desprotegidos a los que Karl Marx y Friedrich Engels prestaron atención y les otorgaron el protagonismo en el desarrollo de la historia. Marx y Engels proponen que sean los proletarios, los que sólo tenían a los hijos como patrimonio, los que se hagan con el poder en la sociedad y la modifiquen para evitar su postración. Consideran que el motor de la historia es la economía y por ello la clase proletaria, para hacer efectiva su dignidad, debe cambiar el sistema económico, sustituyendo la economía 18 basada en la propiedad cerrada por la propiedad pública evitando así toda nueva división entre clases sociales. Hemos tratado dos utopías del siglo XIX, una de ellas con una puesta en práctica pequeña y otra que ha tenido fuertes consecuencias históricas (los llamados países comunistas). Vamos a tratar ahora un modelo utópico que fue traído por el Cristianismo. A principios del siglo VI, Benito de Nursia (480-547) institucionalizó en Occidente las comunidades monásticas cristianas, que pretendían hacer efectivo en el mundo el ideal cristiano de sociedad. Las comunidades monásticas se fundaban en el principio de la fraternidad, de la ausencia de propiedad privada entre los miembros de la comunidad y la primacía de Dios, al cual el “abad” representa en el calidad de padre (abbas proviene del arameo abbá, que significa “papá”) y que gobierna, elegido por los monjes, pues la comunidad representa a la Iglesia y ésta a la humanidad. A principios del siglo XIII, Francisco de Asís (1182-1226) avanzó en la idea utópica cristiana con la idea de comunión con la naturaleza y con la de pobreza de la comunidad, y no sólo de sus individuos. Hasta entonces el Cristianismo había luchado por la transformación de la sociedad mediante las actividades litúrgicas de la imagen de la Iglesia verdadera y de la humanidad perfecta. Con el movimiento franciscano la transformación se hará mediante la predicación. El final del siglo XX y el inicio del siglo XXI han sido denominados como la “Postmodernidad”. Francis Lyotard fue el primero de los autores en formular la “época postmoderna” como aquélla en la que no tienen validez los metarrelatos, que son las explicaciones que dan sentido a toda la realidad. Si no hay metarrelatos tampoco hay utopías, pues la utopía es un metarrelato. Paradójicamente la postmodernidad ha generado una utopía, pero que funciona sobre la base de microrrelatos, es decir, de explicaciones que le dan sentido sólo a una parte de la realidad. Así ha nacido la “casiutopía de la nueva era” (new age) que se caracteriza por la huida del mundo y de la sociedad y por la conformación del espacio utópico en el seno de la intimidad, con determinados elementos degradados de las tradiciones orientales. La utopía new age no lucha por transformar la sociedad, sino que construye muros de protección que no ataquen el proyecto de intimidad. Es una utopía fragmentada para un mundo fragmentado. 19 2.8.2. Distopía y los problemas de las utopías Si con la utopía se pretende alcanzar una sociedad ideal y perfecta, la “distopía” es la negación absoluta de esa sociedad, pero que se ha llegado a ella por el deseo de llevar a la práctica un ideal utópico. Casi todos los pensamientos utópicos acaban proponiendo sistemas políticos autoritarios, según el estudio del Badillo O’Farrell. La práctica de la idea utópica requiere claridad de pensamiento y de acción, lo cual provoca el nacimiento de una ortodoxia y de una fuerte jerarquía que evite cualquier desviación del proyecto que se quiere llevar a cabo. Si al intento de llevar a la práctica un ideal utópico añadimos un proceso revolucionario, vemos como la utopía requiere eliminar a los oponentes y conservarse de las inercias anteriores, lo cual ha tenido por consecuencia la transformación de las utopías en dictaduras, que se sitúan sobre las personas, pues la materialización del ideal es más importante que el individuo. A esto podemos llamarlo “el precio de la utopía”. También se ha llamado “distopía” a aquellas utopías cuyos ideales son, desde sus fundamentos, moralmente inaceptables. El nacionalsocialismo alemán ciertamente tenía un ideal que llevar a la realidad, pero este ideal, la supremacía de la raza aria, no podemos aceptarlo en cuanto tal, y mucho menos podemos asumir los medios que pretendía utilizar y efectivamente utilizó para llevarlo a cabo. 2.8.3. Función social e intelectual de la utopía La historia del pensamiento utópico nos muestra sus problemas, pero a la vez tenemos que decir que la utopía ha servido como catalizador de los movimientos sociales que pretenden eliminar los desequilibrios y las injusticias en la sociedad. Los crímenes que las utopías hayan podido perpetrar no justifican los crímenes de los sistemas contra los que lucharon. Si no tenemos ningún ideal al que dirigirnos como sociedad y como personas, la sociedad se estancará y se le dejará el campo abierto a todas las injusticias, ya que no habrá modelo de sociedad con el que comparar a la sociedad presente. Recordemos por un momento el concepto de Kant de la verdad como ideal regulativo, que era aquella noción de verdad que consideraba que ésta no era alcanzable pero que todo conocimiento se dirigía a ella. Franz 20 Hinkelammert propone comprender la utopía como ideal regulativo, esto es, un concepto que no es alcanzable, pero que nos orienta a alcanzar una sociedad más justa.