ASUNTOS DISCIPLINARIOS De la prohibición del uso indebido de bienes del Estado y el deber de denunciar. A los servidores públicos nos asiste el imperativo deber de salvaguardar, custodiar, los recursos y bienes públicos que nos han sido confiados en el ejercicio del desempeño de funciones, por ende la apropiación de éstos, la destinación diferente, el uso indebido, etc., implica un comportamiento reprochable, teniendo en cuenta además que la utilización de los recursos y bienes debe ser razonable, en manera alguna puede ser producto de intereses, oportunidad y provecho personal, pues constitucional y legalmente está prohibido, por ende la utilización indebida de éstos o permitir que ello ocurra, indiscutiblemente riñe y se contradice con el normal funcionamiento de la administración pública. La Ley 734 de 2002 en el artículo 34 describe los deberes de los servidores públicos, entre ellos, los contenidos en los numerales 21, 24 y 25 los cuales prescriben: “21. Vigilar y salvaguardar los bienes y valores que le ha sido encomendados y cuidar que sean utilizados debida y racionalmente, de conformidad con los fines a que han sido destinados.” “24. Denunciar los delitos, contravenciones y faltas disciplinarias de los cuales tuviere conocimiento salvo las excepciones de ley”. “25. Poner en conocimiento del superior los hechos que puedan perjudicar el funcionamiento de la administración…”. De la prohibición del uso indebido de bienes del Estado y el deber de denunciar. La responsabilidad que los servidores públicos ostentan respecto de los bienes del Estado no sólo es sancionable desde el punto de vista disciplinario, también puede serlo desde el punto de vista penal, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 398 del Código Penal que dice: “Peculado por uso. El servidor público que indebidamente use o permita que otro use bienes del Estado o de empresas o instituciones en que éste tenga parte, o bienes de particulares cuya administración, tenencia o custodia se le haya confiado por razón o con ocasión de sus funciones, incurrirá en prisión de uno (1) a cuatro (4) años e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas”, cuyas penas se aumentaron por mandato de la Ley 890 de 2004, artículo 14. La Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Proceso No. 26909, Acta No. 185 de junio 24 de 2009, Magistrado Ponente Julio E. Socha S, en lo pertinente dijo: “En tratándose del peculado por uso… no se requiere material menoscabado de los bienes de que allí se trata, sino que basta la sola contradicción con el normal funcionamiento de la administración pública, puesta de manifiesto en la falta de escrúpulo por parte del funcionario o empleado en el manejo de las cosas que se le hayan confiado e el servicio público”. Desde el punto de vista Disciplinario, los servidores públicos que en ejercicio de su cargo realicen objetivamente una conducta delictiva dolosamente incurre en falta disciplinaria gravísima sancionable con destitución del cargo e inhabilidad hasta de veinte (20) años. En efecto, el Código Disciplinario Único –Ley 734 de 2004, en el artículo 48 consagra las faltas gravísimas, entre ellas, la descrita en el numeral 1, que dice: “1. Realizar objetivamente una descripción típica consagrada en la ley como delito sancionable a título de dolo, cuando se cometa en razón, con ocasión o como consecuencia de la función o cargo, o abusando del mismo”.