Los retrasos son un elemento negativo

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2B |EL SIGLO DE DURANGO | LUNES 24 DE NOVIEMBRE DE 2003
¿SABÍAS
QUE...?
... Suiza tiene
el Museo
Internacional
de Ginebra, donde
hay diez mil relojes
de todos los tiempos.
LUNES DE ESTUDIANTES
laplaza_kiosko@elsiglodedurango.com.mx
PERJUICIO | EL IMPUNTUAL DA UNA IMAGEN DE IRRESPONSABILIDAD Y DESORGANIZACIÓN TOTAL
La guerra contra el reloj
El tiempo es oro,
quien lo pierde...
Extravía un tesoro
TIPS
A tiempo
Para crecer y hacer más firme
el valor de la puntualidad, puedes iniciar con las siguientes
sugerencias.
Gerardo Gómez Cano
Fotos: Juan Francisco Chávez |
■ Examínate y descubre las
causas de tu impuntualidad:
Pereza, desorden,
irresponsabilidad, olvido, etc.
■ Reduce distracciones y
descansos a lo largo del
día: Levántate más
temprano para terminar tu
arreglo personal con
oportunidad; coloca el
despertador más lejos, y si
lo pones a una hora, en
ese momento agarra energías.
■ Elabora por escrito tu
horario y plan de
actividades del día siguiente.
■ Implementa un sistema
de “alarmas” que te ayuden
a tener noción del tiempo
y cámbialas con
regularidad para que no
te acostumbres.
■ Júntate con el
compañero que entra
y sale a tiempo.
■ Establece de manera
correcta tus prioridades y
dales el lugar adecuado.
EL SIGLO DE DURANGO
Renegar por las mañanas porque el móndrigo chofer del camión no hunde el acelerador,
seguramente te ha pasado. Las
ganas de querer retrasar el reloj unos 20 minutos para poder
llegar “tempra” a la escuela es
lo que pides a Dios, sí, aunque
esa hazaña sea imposible.
La luz roja del semáforo incrementa tu desesperación, ya
que justo en ese momento el
“profe” apodado “Resbalón” porque de atrás parece res y
por atrás balón-, el más estricto de la escuela, ya ha de estar
cerrando la puerta del salón.
Por fin bajas del camión y
corres tan pronto como los
chismes en tu escuela. Se te
caen las libretas. Las levantas
con un estrés que te recorre
todo el cuerpo. Poco antes de
llegar te encuentras a un viejo amigo que comienza a preguntarte ¿Qué onda? ¿Qué
has hecho? ¿Has visto a perenganito? ¿Y a sutano? ¿Tienes el mismo celular? ¡Y tú
con mucha prisa!
Cuando te deshaces de él,
luego de haberte entretenido
según tú por “horas”, aunque
en realidad hayan sido dos minutos y medio, por fin llegas al
aula. Efectivamente, tu “profe” te dice, “joven, ya no puede entrar”. Ésta es una injusticia del destino, piensas
mientras te quedas afuera como el perro de tu casa. Recuerdas que es la tercera falta
que tienes y, por lo tanto, ¡ya
no tienes derecho a exentar!
Es un hecho que tienes
que estudiar todo lo visto en
el semestre. No saldrás de
vacaciones cuando lo habías
planeado, sino hasta que presentes ese examen que, según dicen, estará cañón. Todo es consecuencia de dormir
esos “cinco minutitos más”,
después ver tantito la tele
antes de ir a la clase, descubrir que a tu camisa se le cayó un botón cuando ya te
ibas, o simplemente por haber hecho “concha”. En resumidas cuentas, todo eso sucedió por la impuntualidad
que no puedes vencer.
MALA ACTITUD
El valor de la puntualidad es la
disciplina de estar a tiempo
para cumplir las obligaciones:
una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar, entre
otras cosas importantes.
El Diccionario Enciclopédico Ilustrado Sopena dice sobre
puntualidad lo siguiente: “Cuidado, diligencia y exactitud en
hacer las cosas a su debido
tiempo. Certidumbre, seguridad. Conformidad, convenien-
FUENTE: Investigación de El Siglo
de Durango.
Una sola persona puede echar a perder un proyecto, si no llega a la hora indicada.
GRAVEDAD
Los retrasos son un elemento negativo
La impuntualidad dominante
en la cultura laboral mexicana disminuye los niveles de
productividad en las empresas, quita imagen a éstas y las
hace perder clientes extranjeros, por lo que son necesarias políticas para fomentar
dicho valor, afirmó recientemente Andrés Valdez Zepeda,
investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, de la
Universidad de Guadalajara.
“Los empleadores citan
al trabajador a las 9:00. És-
te llega a las 9:30, para empezar sus labores a las
10:00. En lugar de trabajar
ocho horas, en muchos casos laboran siete o siete y
media”, aseguró.
Señaló que en cuanto a
los empresarios, ahora que
el país está inmerso en la era
de la globalización, ofrece
una mala imagen la poca formalidad de éstos, pues muchos llegan tarde a sus citas
de negocios. “Refleja irresponsabilidad, que en términos de competitividad nos
pone en desventaja frente a
quienes fueron formados
dentro de una cultura de la
puntualidad”, precisó.
Valdez Zepeda mencionó
que muchas empresas extranjeras se informaron
acerca de los hábitos laborales del mexicano y de su informalidad, contra lo cual
implementaron una serie de
incentivos para fomentar la
puntualidad, pero que hay
casos en los que se ven obligadas a ¡no renovar su contrato a algunos trabajadores!
cia de una cosa para un fin”.
Ese valor es necesario para dotar a la personalidad de
carácter, orden y eficacia, pues
al vivir este valor en plenitud
se está en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor el trabajo, así como
ser merecedores de confianza.
La falta de puntualidad habla por sí misma de la persona,
de ahí se deduce con facilidad
la escasa o nula organización
del día. Muchas veces la impuntualidad nace del interés
que despierta otra actividad,
por ejemplo, con frecuencia es
más atractivo cotorrear con
tus camaradas que llegar a
tiempo a las clases de Álgebra
o Etimologías Grecolatinas.
lo imposible para estar a tiempo. ¡Ah!, pero si es el amigo de
siempre, entonces no hay prisa
y llegar media hora tarde puede tomarse como “normal”.
Lo más grave de todo esto, es que abundan las personas que sienten “distinguirse”
por su impuntualidad, y es
que llegar tarde lo han tomado como una forma de llamar
la atención. ¿Falta de seguridad y de carácter?
No podrás negar que en
más de una ocasión has expresado: “Si quieren, que me
esperen”, “Para qué llegar a
tiempo, si todo mundo llega
la hora que se le da la gana”,
“No pasa nada, apenas han
de estar empezando”, “Es lo
mismo siempre”.
uno: imaginas, recuerdas, recreas y supuestamente piensas diversas cosas a la hora del baño,
mientras descansas un poco en
el sofá, cuando pasas al supermercado a comprar “sólo lo que
hace falta”, en el receso o mientras estás en la computadora.
En realidad el tiempo pasa
tan deprisa, que cuando “despiertas” y por equivocación
observas la hora, es poco lo
que se puede hacer para remediar el descuido. Un aspecto fundamental de la puntualidad es concentrarse en la actividad que se está realizando,
procurando mantener la atención para no divagar y aprovechar mejor el tiempo.
Es de gran utilidad programar la alarma del reloj o computadora, pedirle a un familiar
o a un compañero que te recuerde la hora porque es necesario poner un remedio inmediato, de otra forma, imposible.
COSTUMBRE COMÚN
Si la reunión es con alguien
que tiene un puesto importante y que con seguridad podrá
ayudarte, suele hacerse hasta
Al llegar tarde es común echarle la culpa al camión, pero la
solución es levantarse temprano.
FALTA DE ORDEN
Una causa importante que
trunca ese valor se da precisamente en el interior de cada
Hacer uso de la tecnología para recordar eventos importantes
te permitirá corregir ese mal hábito que tanto te desprestigia.
DESVENTAJAS
Costumbre contagiosa.- Si
nueve personas llegan tarde al
salón y una no, esta última se
desesperará que no puedan
empezar clase nada más con
ella y tengan que esperar al
resto. Así que poco a poco cambiará su buen hábito para
adaptarse a la mayoría, aun
cuando sea la que se comporta
en perjuicio del desarrollo personal y de los demás.
■ Reflejo negativo.- Cuando
alguien se retrasa muchos minutos y se integra al grupo,
aparte de interrumpir y des■
concentrar al profesor, da un
aspecto de informalidad. Si no
se organiza con su tiempo, cómo estará su clóset en donde
guarda su ropa interior, cómo
escribirá sus apuntes, se preguntarán varios con razón.
■ Roba tiempo a los demás.Cuando otros tienen que postergar el inicio de la clase por
culpa de varios a los que se
les pegaron las sábanas, ellos
son unos ladrones de tiempo
que sin derecho alguno influyen en la vida de la demás
gente, salpicándola de sus
costumbres erróneas.
Bromear con los cuates puede ser tan placentero, que el tiempo
se pasa rápido; la consecuencia: llegar tarde a clase.
NO ESPERES MÁS
Cuando se trata de sacarle tiempo al tiempo, no hay nada mejor
que la agenda. Es la clave para
la eficacia personal. Nadie duda
de la memoria para retener y
planificar toda la jornada estudiantil, pero es mucho más difícil
acordarse de todo, que anotarlo
en la agenda y controlar su cumplimiento. No se trata de memoria, sino de rendimiento.
La organización de las tare-
as y prioridades del día proporcionan una conciencia clara de la
labor y define el horario en el
que se deben suceder los eventos evitando su aplazamiento.
La cuestión no es decir
“quiero ser puntual desde mañana”, ya que retrasaría una
vez más algo. No olvides que se
necesita voluntad para cortar a
tiempo las actividades, desde
el descanso y el estudio, hasta
la reunión de amigos.
La organización de las tareas y prioridades del día proporcionan una conciencia clara de las verdaderas responsabilidades.
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