Tema 23: España en su diversidad regional: España en su diversidad regional. El proceso de organización político-administrativa de España. Desequilibrios regionales. Políticas regionales y de cohesión . Además de la diversidad derivada de los factores físicos (variedades climáticas, relieve, suelos, vegetación etc.), que establecen importantes diferencias regionales, los más importantes son los factores humanos, que determinan una clara diferencia a nivel socioeconómico entre las regiones españolas. PROCESO DE ORGANIZACIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA DE ESPAÑA Un país debe dividir su territorio en espacios menores para su mejor organización y administración y también para hacerlo más accesible al conocimiento. Encontramos de esta manera el concepto de región La división territorial de España en unidades menores con características económicas, culturales, etc…. existe desde la Antigüedad. Es precisamente este largo pasado histórico el que ha puesto las bases de nuestra actual división político-administrativa: las Comunidades Autónomas. En este proceso las principales etapas han sido las siguientes: -En la época prerromana la organización territorial de la Península era muy compleja y los límites territoriales entre los distintos pueblos que la habitaban no estaban claramente definidos -Roma estableció la primera organización administrativa en la Península, dividiendo el territorio conquistado en dos provincias (en el año 197 a.C.) Hispania Citerior e Hispania Ulterior; Augusto la divide (en 27 a. C) en Bética, Lusitania y Tarraconense y, finalmente, Diocleciano (en 293) crea la Gallaetia, Carthaginense y Baleárica. Los visigodos mantuvieron prácticamente intacta esta división territorial -Los musulmanes dividieron Al-Ándalus en coras, que más tarde dieron origen a los reinos Taifas -El periodo de la Reconquista fue clave en el proceso, puesto que durante su desarrollo se configuraron las regiones históricas españolas configurados finalmente como reinos: Castilla- León, Aragón, Navarra y Portugal. -Los Reyes Católicos consiguen la unidad peninsular, aunque en los distintos reinos se respetaron los antiguos fueros, costumbres y culturas. En 1496 finalizó la conquista de Canarias y en 1497 y 1580 Ceuta y Melilla quedaron incorporadas a la corona española. -La llegada al trono de los Borbones supuso la desaparición de esa estructura política con la implantación del centralismo y la uniformización del estado (Decretos de Nueva Planta). Aparecen entonces las intendencias, que acabarán denominándose provincias, cuyos límites coincidían en gran parte con los antiguos reinos. -En 1833 se establece la división actual en provincias: el ministro de Fomento, Javier de Burgos, aprobó el decreto de la división de España en 49 provincias. -En 1927 Canarias quedó dividida en las dos provincias actuales. En un escalón inferior a la provincia se encuentra el municipio, unidad territorial administrativa básica (hoy son más de 8.000) La actual configuración del estado español se produce con la llegada de la democracia (según el artículo 2 de la Constitución de 1978, que reconoce el derecho de nacionalidades y regiones históricas a constituirse en autonomías) y establece como figura administrativa fundamental, tras el propio Estado, a las Comunidades Autónomas. Finalmente quedó configurado un mapa autonómico definitivo que cuenta con 17 CC.AA (15 peninsulares y 2 insulares) y dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla), cada una de ellas con su correspondiente Estatuto de Autonomía. Las Comunidades tienen competencias otorgadas por la Constitución: políticas, económicas, infraestructuras, urbanismo,….y además tienen sus propias instituciones: Asamblea Legislativa o Parlamento autonómico, elegido por sufragio universal. Gobierno autonómico, con poderes ejecutivos Consejerías que llevan las diversas áreas de gobierno. Existe también un delegado del gobierno central para llevar la administración del Estado en cada comunidad. Esta nueva estructura significa un alto nivel de descentralización en las decisiones político-administrativas. Anteriormente el modelo provincial, vigente en lo esencial desde 1833, estableció un fuerte nivel de centralización del poder político, ya que las provincias eran dependientes del poder central. El estudio de las diferencias regionales hoy dentro del estado español debe hacerse, pues, atendiendo a las entidades autonómicas existentes. Desequilibrios regionales. Para medir y expresar los desequilibrios económicos y sociales sobre el territorio se pueden utilizar diferentes indicadores. A- Indicadores tradicionales: Tradicionalmente se han empleado los relativos a la producción (producto interior bruto o PIB) y el nivel de renta de la población. Los datos utilizados son: -la distribución del PIB per cápita (en el año 2007 la renta por habitante era de 23.396 euros). -la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) que se realiza desde 2004 y proporciona información sobre el nivel de ingresos por hogar, el nivel de personas que se encuentra por debajo del umbral de pobreza, el número de hogares con problemas, el nivel de satisfacción con la vivienda, etc. -el ingreso neto anual medio (24.525 €) -Encuesta a personas sin hogar (EPSH) que pretende conocer el perfil sociodemográfico, las condiciones de vida y las dificultades de acceso al alojamiento de las personas de este colectivo Todos estos indicadores nos dan la misma información: las Comunidades con los datos más positivos son País Vasco, Comunidad de Madrid, C.F. de Navarra, Cataluña y Aragón, mientras las rentas más bajas y los datos más negativos están en Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha. Estas Comunidades son también las que presentan una tasa de pobreza más elevada. En 2007, el 19.7% de la población española estaba por debajo del umbral de pobreza relativa (7254 €), hoy los datos son mucho más alarmantes. En conclusión, podemos diferenciar dos extremos: el Cuadrante Noreste, limitado por el País Vasco, Cataluña y Madrid, las áreas más desarrolladas y dinámicas, frente al Sur y Centro (Extremadura, Castilla La Mancha, Andalucía) más deprimidos y con los niveles más bajos en todos los indicadores. Con relación a la Unión Europea, España está entre los seis con mayores tasas de pobreza (Eslovaquia, Portugal, Irlanda, España, Grecia e Italia) Por otro lado, la. B. Nuevos indicadores Actualmente se han sumado otros indicadores que tratan de dar una visión más ajustada de la realidad económico-social regional. Para conocer el nivel de la innovación y el desarrollo tecnológico se cuenta con dos herramientas: -la “Estadística sobre las actividades en investigación científica y desarrollo tecnológico (I+D)”, que pretende medir los recursos económicos y humanos destinados a estas actividades -la Encuesta de innovación tecnológica (EIT) que informa sobre las características de las actividades que se incluyen en el proceso de innovación (I+D) y nos muestran el gasto por CC.AA. en actividades de I+D y las personas empleadas en las mismas La información que nos proporcionan estas nuevas fuentes sobre la realidad económico-social de España son las siguientes: -Las comunidades que más invierten en I+D son Comunidad de Madrid, Cataluña, Navarra y País Vasco. (en 2004 le dedicaban entre el 1,4 y el 2% de su PIB, mientras que de las demás comunidades ninguna llegaba al 1%). -En cuanto al empleo en I+D, las comunidades con más ocupados en sectores de alta tecnología son Cataluña y Comunidad de Madrid (386.100 y 291.800 respectivamente) y las que presentan mayor porcentaje de empleo en estos sectores respecto al total de ocupados fueron País Vasco, Comunidad Foral de Navarra, Cataluña y Aragón. En definitiva, todos los indicadores nos proporcionan los datos necesarios para conocer la realidad social y económica de España, que nos muestra claros desequilibrios regionales DESEQUILIBRIOS REGIONALES. Los desequilibrios regionales existentes hoy en el estado español se han ido fraguando en los últimos 200 años, por lo que hay que buscar sus causas en factores históricos: zonas en auge actualmente en épocas anteriores tuvieron un escaso relieve socio-económico y viceversa. Estos 200 últimos años son los del triunfo y desarrollo del capitalismo en el estado español y una de las características de este modo de producción es el desarrollo desigual. Estas desigualdades se producen tanto a nivel mundial (países desarrollados y tercer mundo) como en espacios más reducidos, es decir, dentro de un mismo estado. En España, una de las diferencias más llamativas es el contraste entre periferia e interior. Es evidente un mayor dinamismo de las zonas costeras, tanto a nivel demográfico como económico. El capitalismo está ligado a la industrialización y el acceso al mar, principal medio de transporte de mercancías, es algo que explica en buena medida la concentración del capital industrial en las zonas costeras, mientras que el interior con dificultades de acceso por la barreras montañosas y basado en una ganadería y agricultura extensiva tenía menos posibilidades de desarrollo. Hasta mitad del Siglo XX la cornisa cantábrica se vio favorecida por la existencia del carbón en Asturias y el hierro vasco; este último, además, se intercambiaba en los fletes por carbón inglés. Cataluña por su parte aprovechó la expansión de la industria textil como principal motor para su desarrollo. El otro gran foco de poder económico es Madrid, pero este caso tiene una motivación fundamentalmente política (capitalidad del estado), incrementada desde la imposición del centralismo por los Borbones tras la Guerra de Sucesión. Desde ese momento se tomaron toda una serie de medidas que favorecieron a la capital de España, uno de cuyos ejemplos más claros fue el trazado radial de la red de transportes. La desconfianza de los Borbones hacía Cataluña (principal opositora en la Guerra de Sucesión) se unió a la generada posteriormente cuando las provincias vascas apoyaron al carlismo frente a los isabelinos. Esta desconfianza se mantuvo durante la mayor parte del Siglo XX, a la vez que se desarrollaba un fuerte sentimiento nacional en ambos territorios (nacionalismos). Esto no impidió, sin embargo, que estas dos regiones, junto con Madrid, fueran sistemáticamente favorecidas desde el poder lo que provocó la conocida polarización del desarrollo industrial y económico, con el consiguiente atraso, cada vez más pronunciado de las otras regiones españolas, que en gran parte quedaron sometidas a un tipo de economía colonial: proveedoras de mano de obra abundante y barata y de materias primas y amplio mercado para los productos industriales de las zonas desarrolladas. El Caso andaluz es especial, pues comienza el S. XIX como la zona con mayor aportación a la renta nacional y durante ese siglo se da una incipiente industrialización que se ve abortada en buena medida por la existencia de una burguesía terrateniente que basa su poder económico, en gran parte, en la pervivencia de una desigualdad social extrema (grandes propietarios/ jornaleros) y que, por tanto no apoya un cambio en la estructura económica. Andalucía cae así en una posición económica subordinada, si bien su gran potencial hará que mantenga su importancia poblacional. Galicia por su parte no consigue en ningún momento el superar el carácter agrario minifundista. Desde mitad del S. XX, la política franquista en el periodo de desarrollo económico tras abandonarse la autarquía sigue siendo la misma: fortalecer los más importantes núcleos industriales existentes (País Vasco y Cataluña fundamentalmente) y el centro madrileño. El éxodo migratorio de millones de personas a Cataluña y País Vasco (años 50 hasta 75) sería bien acogido por sus respectivas burguesías al asegurar una mano de obra barata y el franquismo esperaba además cumplir el objetivo de “españolizar” la población de las “provincias rebeldes”. Tras la crisis del 73, la situación comienza a evolucionar y cobra importancia el Mediterráneo, que ve como el Turismo (ligado al auge de la construcción) y una agricultura muy dinámica empiezan su desarrollo, a la vez que España asume un rol económico de despensa de productos agrícolas, principalmente hortofrutícolas, y lugar de descanso para las masas de la Europa más avanzada. También es importante el papel que juega el valle del Ebro gracias a su situación de encrucijada entre los tres grandes focos de desarrollo (País Vasco, Cataluña, Madrid). El proceso histórico y actual de las ciudades autónomas (Melilla y Ceuta) es especial por sus características típicamente coloniales: hipertrofia del empleo público (en buena parte militar) y comercial y segregación social muy acusada. EN LA ACTUALIDAD hay un gran número de variables que prueban estos desequilibrios, pero los aspectos más destacables son los socioeconómicos: Aspectos demográfícos: - Densidad de población. Contraste en las altas densidades de la periferia, más Madrid, frente a las muy bajas del interior. Por encima de los 200 h/Km2 (Madrid, País Vasco, Cataluña y los dos archipiélagos) y menos de 30 h/km2 (Las dos castillas, Extremadura y Aragón). -Edad. Se constatan profundas diferencias entre unas Comunidades más envejecidas y menos fecundas (Galicia, Asturias, Castilla y León) y otras donde la fecundidad es más elevada (Cataluña, Madrid, Murcia y Andalucía). -Migraciones. Hasta la crisis del 73 las zonas del interior, Galicia y Sur han sido tradicionalmente emisoras y Madrid, Cantábrico y Cataluña receptoras. En la actualidad esta situación se ha modificado profundamente y lo más relevante es la inmigración exterior que se concentra en el Mediterráneo y Madrid. NO obstante, la crisis actual ha vuelto a convertir a España en país emisor, por las elevadísimas tasas de paro. Aspectos socioeconómicos: -La Tasa de actividad es mayor en Baleares, Cataluña y Madrid y más baja en Extremadura (por dificultad de acceso al mercado de trabajo) y Asturias (crisis de la minería) y Castilla y León (comunidades envejecidas). -La Tasa de paro. Las regiones del Sur y Canarias tienen una tasa de paro crónica mucho mayor que la media estatal, y se ha recrudecido con la crisis económica llegado a niveles en torno al 30%, cuando la media estatal es la de ya por sí muy alta del 20%. La fragilidad del sistema productivo de estas regiones y su situación de dependencia le hacen sentir con especial virulencia los vaivenes de la economía. -Servicios Sociales y educativos: Los niveles de servicios sociales y educativos tienen, lógicamente, bastante relación con los niveles de renta. Como ejemplo, en porcentaje de acceso a la universidad el País Vasco dobla a Extremadura (son los dos extremos). Además, las áreas con más paro coinciden con un mayor porcentaje de mano de obra con escasa formación, que puede acceder a empleos en actividades económicas que exigen escasa cualificación (turismo y construcción). El nivel de instrucción es otro indicador importante, pues determinan la capacidad de la población de adaptarse a un mercado laboral cada vez más exigente. La tasa de analfabetismo se ha reducido a un 3,3%, pero las bolsas de incultura se concentran principalmente en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha -También se reproduce la desigualdad regional en el acceso a Internet; en el año 2005 al menos la mitad de las viviendas españolas ya poseían un ordenador, y se acercaban al mismo porcentaje las que disponían de conexión a Internet, pero los mayores porcentajes de hogares con acceso a la red se localizan, sobre todo, en el cuadrante nororiental de la Península Ibérica y Baleares, por tanto, en relación directa con los niveles económicos y culturales de la población. -La concentración de los centros de decisión empresariales tiende también, salvo honrosas y escasas excepciones, a acentuar la situación actual. Como ejemplo el proceso de concentración de las cajas de ahorro, que con excepción del caso gallego ha supuesto que casi todas las comunidades autónomas (incluidas Valencia y Andalucía) han perdido su capacidad financiera propia en beneficio, fundamentalmente, del traslado a Madrid o Barcelona del poder decisorio de las nuevas entidades fusionadas. Políticas regionales y de cohesión. Estas políticas tienen como objetivo intentar, desde las instancias públicas, paliar el desequilibrio creciente, que parece ser consecuencia natural del libre mercado capitalista. En los últimos 60 años destacan dos fases en la aplicación de estas políticas: 1-entre1960 y 1975, cuando los gobiernos franquistas pusieron en práctica la política de los Polos y Planes de desarrollo (recordar tema de la Industria) 2-desde 1986, tras la entrada en la UE, estas políticas se desarrollan principalmente con fondos europeos. Los poderes públicos son conscientes de la importancia del problema y de que en un sistema capitalista tienen que producirse medidas correctoras que aminoren la tendencia del sistema hacia la concentración espacial de la población y del crecimiento económico. En consecuencia, en el ordenamiento constitucional andaluz, español y europeo está presente el principio de cohesión y equilibrio territorial. La Constitución española de 1978 recoge en sus artículos la responsabilidad del Estado en conseguir la justa distribución de la renta y en un desarrollo regional equilibrado y armonioso. También en nuestro Estatuto de Autonomía andaluz se recoge como objetivo evitar los desequilibrios. Se trata de conseguir la cohesión territorial, la solidaridad y convergencia entre los diversos territorios, como forma de superar los desequilibrios económicos, sociales y culturales y de equiparar la riqueza y el bienestar entre todos los ciudadanos. La Unión Europea también viene siendo un motor de lucha contra el desequilibrio regional. En el Tratado de la Unión Europea se insta a los Estados miembros para que encaminen sus políticas económicas a reducir los desequilibrios regionales, comprometiéndose a trabajar para conseguir este fin con la aportación de los fondos estructurales. La política regional española se caracteriza por un antes y un después de la incorporación de España a la Comunidad Europea. Será a partir de la incorporación cuando el problema de los desequilibrios regionales en España comience a entrar en vías de solución. A pesar de todo, si bien los fondos europeos han permitidos avances y evitar el descolgamiento definitivo de algunas regiones, también es cierto que no han logrado eliminar profundos desniveles entre unas y otras y en buena parte se han consolidado papeles económicos diferenciados, que indican desarrollos poco sólidos en estas regiones, ya que son las más perjudicadas en el reparto de roles económicos que se dan en la Unión Europea. Tenemos que tener en cuenta que a la hora de la decisiones más importantes se imponen en Europa los criterios de los más fuertes, como está viéndose en las medidas anti-crisis, donde Alemania consigue sistemáticamente favorecer sus intereses en toda la zona Euro, o en tratados de asociación como el de Marruecos, en donde se sacrifican intereses agrícolas andaluces a cambio de apertura de mercados a los productos industriales alemanes. Es cierto que en la adjudicación de fondos las regiones más pobres aparecen como las grandes beneficiadas, pero eso no puede ocultar que, más allá de esas transferencias, toda la estructura económica de la Unión Europea permite que a través de los flujos comerciales y financieros las zonas económicamente más ricas sean las realmente más beneficiadas. Los fondos más importantes para estas políticas correctoras de los desequilibrios son los denominados Fondos Estructurales, a través de los que la UE ha desarrollado su labor de “cohesión” y que comprenden el Fondo Social Europeo, el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria y el Fondo Europeo de Desarrollo. España ha recibido entre 1986 y 2006 100.000 millones de Euros y entre 20072013 estaba previsto que recibiera otros 30.000. Han sido receptoras de estos fondos 10 comunidades autónomas (y las dos ciudades autónomas). Sin embargo, tras la ampliación de los 15 a los 27, con la entrada países en peor situación económica, España dejará de ser receptora neta de fondos estructurales. Desde 2005 solo Galicia, Extremadura y Andalucía quedan como regiones objetivo 1 (las que perciben una ayuda especial) en vez de las 10 anteriores. Por su visibilidad destacan el empleo de dichos fondos en infraestructuras relacionadas con el transporte (ferrocarriles y red de carreteras) A nivel estatal (política del gobierno español) el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) y los incentivos regionales se empleaban en las Comunidades que eran objetivo 1 de la UE, siendo las más beneficiadas Andalucía y Galicia (entre las dos 50% del total). Estas ayudas se dedicaban al desarrollo de procesos tecnológicos avanzados en la industria y de redes comerciales y al fomento de los alojamientos turísticos y oferta de ocio. También se han dedicado a atender inversiones en los servicios traspasados a las CCAA. Pese a todo, sigue siendo evidente la desigualdad económica y social entre las distintas CCAA, puesto que no ha habido cambios sustanciales en la estructura económica. La actual crisis ha acentuado, además, estos desequilibrios, pues las zonas más desfavorecidas son las que están sufriendo de forma más cruel sus efectos (cierre de empresas, aumento alarmante del paro, limitación del consumo…) y tienen unas perspectivas de futuro más complicadas. DEFINICIONES: Tasa de analfabetismo: número de personas mayores de 10 años que no saben leer o escribir por cada 100 o 1000 habitantes) Región: espacio de la superficie geográfica delimitado según distintos criterios: naturales, históricos, políticos etc.