VIII Área Empresarial VIII Contenido Adquisición de la sociedad de sus propias acciones La Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada GLOSARIO empresarial VIII-1 VIII-3 VIII-4 Adquisición de la sociedad de sus propias acciones Ficha Técnica Autor:Dr. Cristhian Northcote Sandoval Título:Adquisición de la sociedad de sus propias acciones Fuente: Actualidad Empresarial Nº 260 - Primera Quincena de Agosto 2012 1. Introducción Aunque no son supuestos muy comunes, es posible que una sociedad anónima pueda adquirir sus propias acciones, es decir, las acciones en las que está dividido su capital social, siempre que se cumplan determinadas condiciones previstas por la Ley General de Sociedades. Como sabemos, en las sociedades anónimas el capital social está dividido en acciones que constituyen valores representativos de los derechos de los socios frente a la sociedad. En la medida que estas acciones constituyen una obligación de la sociedad frente a los accionistas, se trata de un pasivo, con ciertas características especiales, pero finalmente es un pasivo para la sociedad. Y en la medida que las acciones que emite una sociedad constituyen un pasivo para ella, la regla general es que dichas acciones no pueden ser de propiedad de la misma sociedad emisora, pues ello generaría una distorsión en la cifra del capital social de la sociedad. En efecto, si una sociedad es titular de acciones emitidas por ella misma, la cuota del capital social que representan dichas acciones dejaría de tener un valor económico real, pues la sociedad tendría una parte de su capital social compuesta por recursos propios de la sociedad, es decir, la sociedad sería deudora y acreedora de sí misma. Por los efectos distorsionadores que genera esta situación es que la mayoría de N° 260 Primera Quincena - Agosto 2012 legislaciones societarias en el mundo contienen disposiciones muy estrictas sobre la posibilidad de que una sociedad pueda ser titular de acciones emitidas por ella misma, al punto que muchos países han optado por prohibir dicha posibilidad. En el Perú, la adquisición por parte de la sociedad de acciones de propia emisión no está prohibida, pero nuestra Ley General de Sociedades sí contiene disposiciones que restringen las situaciones en que la sociedad puede realizar esta operación. En el presente informe analizaremos cuáles son estas situaciones y veremos sus efectos para la sociedad, para los socios y para terceros. 2. Marco legal Los supuestos en los cuales la sociedad puede adquirir sus propias acciones están regulados en el artículo 104° de la Ley General de Sociedades. 3. Cuestiones previas Antes de efectuar el análisis de las situaciones permitidas por la Ley General de Sociedades para la adquisición de acciones de propia emisión, es necesario establecer algunos conceptos. a) El patrimonio Comúnmente, el término patrimonio es entendido como una cantidad de dinero o un conjunto de bienes pertenecientes a una persona. Sin embargo, desde el punto de vista jurídico, el concepto de patrimonio es entendido, casi de manera unánime por los autores y legislaciones, como el conjunto de activos y pasivos de una persona. b) El patrimonio neto Debemos entender por patrimonio neto a la diferencia entre los activos y los pasivos de la sociedad, con respecto a una determinada fecha. Esta diferencia debe efectuarse sin considerar al capital social, es decir, que el patrimonio neto consiste en la diferencia entre el activo y el pasivo, considerando por pasivo únicamente las obligaciones frente a terceros. c) El capital social El concepto de capital social está referido, como ya hemos señalado, a un pasivo. Cuando una sociedad es constituida, los socios efectúan aportes que formarán el capital de la sociedad. Pero este capital a la vez que implica un ingreso para la sociedad implica también una obligación, pues la participación de los socios en el negocio que realice la sociedad, está representada en este capital. De manera tal que, si los resultados de la actividad desarrollada por la sociedad son exitosos, las utilidades obtenidas serán repartidas en proporción a esta participación, pero si dichos resultados fueran negativos, al punto de llevar a la sociedad a su extinción, esta deberá devolver sus aportes a cada uno de los socios. Pero el capital social también tiene otra función y es la de constituir una garantía para los terceros que realizan operaciones con la sociedad. Y esto es así porque aunque los socios sean acreedores frente a la sociedad por el valor de sus aportes, se trata de acreedores de último rango, es decir, serán los últimos acreedores en cobrar sus créditos frente a un supuesto en que la sociedad tenga que agotar su patrimonio para cumplir sus obligaciones. Así, los socios solo recuperarán sus aportes cuando la sociedad haya cumplido, previamente, con todos los demás acreedores. Esto implica que los terceros que contratan con la sociedad saben que esta puede cubrir con su patrimonio, al menos, un monto equivalente a su capital social. En la práctica, el sistema de garantía basado en el capital social no es exacto, pues sabemos que se producen muchas circunstancias que generan que el capital Actualidad Empresarial Informes Especiales Informes especiales VIII-1 VIII Informes Especiales social de una sociedad se vea disminuido sin que la sociedad realice los procedimientos necesarios para efectuar la reducción de capital correspondiente. Pero es importante que tengamos clara la función de garantía que cumple el capital social para que comprendamos la razón por la que se restringe tanto la posibilidad de que la sociedad sea titular de acciones emitidas por ella misma. d)Acciones Las acciones son valores que representan derechos sobre una sociedad. Son el resultado de la división de la cifra del capital social en una determinada cantidad de alícuotas que se distribuyen entre los socios en función de los aportes que hayan realizado a la sociedad. Para estos efectos, todas las acciones de una sociedad deben tener el mismo valor nominal y deben dar origen a los mismos derechos, en función de la clase a la que pertenezcan, pues es posible que una sociedad emita distintas clases de acciones con distintos derechos para cada clase. Como regla general, las acciones son transferibles libremente, pero pueden establecerse restricciones en el estatuto de la sociedad o por acuerdo de los socios. Es necesario señalar también que en el caso de las sociedades anónimas cerradas, existe un derecho de adquisición preferente, regulado por el artículo 237° de la Ley General de Sociedades. 4. Supuestos de adquisición de acciones de propia emisión La Ley General de Sociedades regula en su artículo 104° la autocartera de acciones, estableciendo los parámetros bajo los cuales una sociedad puede ser titular de sus propias acciones. De esta manera, la Ley regula las siguientes situaciones como posibilidades de autocartera de acciones: a. La sociedad puede adquirir sus propias acciones para amortizarlas sin reducir el capital, en cuyo caso se requiere acuerdo previo de junta general para incrementar proporcionalmente el valor nominal de las demás acciones a fin de que el capital social quede dividido entre ellas en alícuotas de igual valor. VIII-2 Este caso implica que la sociedad adquiera sus propias acciones con la finalidad de eliminarlas. El valor de dichas acciones es pagado con beneficios acumulados o reservas de libres disposición, con lo cual los accionistas ven disminuido el monto de los beneficios o de las reservas, pero a cambio, verán incrementado el valor nominal de sus acciones pues la sociedad no reducirá su capital social, sino que el valor representado por las acciones adquiridas determinará un incremento en el valor nominal de las demás acciones Instituto Pacífico para que el capital social se mantenga en su mismo monto. Como lo indica la norma, esta adquisición requiere que la junta general de accionistas tome la decisión de aumentar el valor nominal de las demás acciones. b. La sociedad puede adquirir sus propias acciones para amortizarlas sin reducir el capital social pero entregando a cambio títulos de participación que otorgan el derecho de recibir por tiempo determinado un porcentaje de las utilidades distribuibles de la sociedad. En este supuesto, la sociedad adquiere las acciones pero no paga su valor en dinero, sino que entrega títulos de participación en las utilidades de la sociedad. Al igual que en la situación anterior, se debe tomar un acuerdo en la junta de accionistas para incrementar el valor nominal de las demás acciones, pues la sociedad no va a reducir su capital social pero sí va a eliminar las acciones que adquiere. Se trata de una situación conveniente para la sociedad pues al eliminar las acciones deja de tener un pasivo contra su patrimonio y emite valores que darán lugar a una participación en las utilidades que obtenga, lo que en realidad es un costo para los accionistas que verán disminuido el monto de las utilidades que en cada año podrán distribuirse. Esto justifica también el hecho de que el valor nominal de sus acciones deba incrementarse. c. La sociedad puede adquirir sus propias acciones sin necesidad de amortizarlas, cuando la adquisición se haga para evitar un daño grave, en cuyo caso deberán venderse en un plazo no mayor de dos años. Este supuesto implica que la sociedad adquiere acciones emitidas por ella misma, pagando su valor en dinero con cargo a beneficios o reservas libres, pero sin reducir el capital social y manteniendo las acciones en cartera. La Ley permite que la sociedad mantenga las acciones en cartera hasta por un plazo de dos años, luego de los cuales deberá colocar dichas acciones entre los accionistas o a favor de terceros, en cuyo caso la cifra del capital social se mantendrá sin variaciones. Pero si dentro de los dos años la sociedad no coloca las acciones a favor de otras personas, entonces deberá reducir su capital social. d. La sociedad adquiera sus propias acciones sin necesidad de amortizarlas, previo acuerdo de la junta general para mantenerlas en cartera por un periodo máximo de dos años y en un monto no mayor al 10% del capital suscrito. En este caso, ocurre lo mismo que en el supuesto anterior en el que la sociedad adquiere las acciones emitida por ella misma, pagando el precio con reservas libres o beneficios acumulados, pero sin que la adquisición se haga para evitar un daño grave para la sociedad. La junta de accionistas decide la adquisición y se mantienen las acciones en car- tera, pero la Ley restringe este supuesto para que se aplique solo cuando se desea adquirir un máximo del 10% del capital social y para mantenerlas en cartera por un máximo de dos años. De la misma manera que en el supuesto anterior, la sociedad deberá transferir las acciones dentro de los dos años siguientes, o de lo contrario, reducir su capital social en el monto correspondiente. e. El último supuesto permitido por la Ley corresponde al caso en que la sociedad adquiere sus propias acciones a título gratuito, en cuyo caso podrá o no eliminarlas. Se trata de un supuesto en el que no hay perjuicio para la sociedad, pues no ha efectuado desembolso alguno para adquirir sus propias acciones, con lo cual puede decidir si las elimina o no. 5. Reglas a seguir para la adquisición de las acciones Además de considerar las situaciones en que la sociedad puede adquirir acciones emitidas por ella misma, deben tener en cuenta las siguientes reglas: • Las acciones que adquiera la sociedad a título oneroso deben estar totalmente pagadas, salvo que la adquisición sea para evitar un daño grave. A través de esta restricción se pretende evitar que la sociedad libere a un socio de su obligación de pagar los dividendos pasivos de sus acciones, es decir, la parte de su aporte que quedó impaga al suscribir las acciones. • La adquisición de las acciones se hará a prorrata entre los accionistas salvo que haga para evitar un daño grave, se adquieran a título gratuito, se haga en rueda de bolsa de valores, se acuerde por unanimidad de la junta o se trate de los casos señalados en los artículos 238° y 239° de la Ley General de Sociedades. • Mientras las acciones adquiridas por la propia sociedad se mantengan en cartera, se suspenden los derechos correspondientes a las mismas. Asimismo, tales acciones no se computan para el quórum y mayoría en las juntas y su valor debe ser reflejado en una cuenta especial del balance. 6. Conclusiones Como señalamos al inicio del presente informe, las sociedades anónimas pueden adquirir acciones de propia emisión, siguiendo los supuestos y las reglas previstos por la Ley General de Sociedades. Sin embargo, tal como lo deja entrever la orientación de la Ley, se trata de una operación que, en la medida de lo posible, debe evitarse, pues es complicado observar fielmente las reglas exigidas, por lo que se corre el riesgo de generar distorsiones y situaciones no deseadas que pueden perjudicar los intereses de la sociedad, los socios y terceros. N° 260 Primera Quincena - Agosto 2012