ANGEL Que no vendas nunca tus sueños a ningún postor, que tus palabras no se llenen de vacuidad. Que no dejes que nadie indique tu destino, que primero ardan tus pies que traicionar tu esencia. Que no haya nunca monstros de bajo de tu cama ni la de tus hijos. Que nunca forniques con la hipocresía, que nunca paras falsedad, que tus días estén llenos siempre de valiosos instantes. Que vivas de acuerdo a un código y a una memoria, que busques siempre la trascencia de tu persona y de tus actos, que no olvides tu historia, que todas tus decisiones te lleven a ese lugar que mereces, que tu voluntad no se vea nunca quebrantada. Que le des a la vida y nunca creas que esta te debe, que tu inocencia no se vea nunca violentada. Que tu personalidad no sufra mutaciones, que tu mente no padezca enajenaciones, que tengas luz en tu vida. Que no dejes que tus emociones guíen tus actos ni tus palabras, que tu andar tenga siempre un sentido. Que tus miedos y dudas no tarden en ser exorcizados, que nunca temas tener altas expectativas. Que la banalidad no reine nunca en tu vida, que los bienes materiales no sean traducidos como éxito, que no esperes más de lo que das. Que tus deseos no sean nunca extraviados, que tus pasiones no sean nunca traicionadas, que en tu camino encuentres siempre a personas valiosas. No dejes que ningún rencor te ansíe al pasado, que nunca olvides lo compartido, que el olvido no se trague lo vivido. Que aún lo no audible ni legible sea comprendido, que apuestes a la utopía, que nunca compres de nadie felonía, que no seas un ser fantasmagórico sin ideología Que siempre busques merecer la vida, que un día tu pastel tenga muchas velitas. Que la adversidad te fortalezca, que valores la vida sin distracciones. Que no desistas en los intentos, que trabajes por tus sueños, que tus proyectos no se vean censurados, que no carezcas de claridad, que tus pasos sean determinados, que la duda no nuble tu camino. Clara Jaime Vega