RECOMENDACIONES PARA EL CULTIVO DE LA CAÑA DE AZÚCAR EN LA REGIÓN DE ZACATEPEC, MOR. Por JAIME DELGADO, FERNANDO CABRERA y DAMIAN CORREU TOLEDO Técnicos del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas S. A. G. Uno de los cultivos que puede realizarse con buen éxito en el estado de Morelos es el de la caña de azúcar. No obstante que sus rendimientos por hectárea son bastante aceptables, estos pudieran ser aún mayores, si todos los agricultores pusieran en práctica las recomendaciones del Campo Agrícola Experimental Zacatepec, Mor. El éxito alcanzado por los ejidatarios de la Cooperativa del Ingenio Emiliano Zapata se debe precisamente a que han adoptado las experiencias adquiridas gracias a los estudios experimentales. PREPARACIÓN DEL TERRENO El empleo de la maquinaria agrícola moderna en este cultivo ha contribuido grandemente al aumento de los rendimientos en el distrito cañero de Zacatepec, mor., y conviene generalizar su uso en todas las zonas cañeras del Estado. Barbecho. Es una de las operaciones más importantes. Consiste eb romper y voltear la capa arable del suelo, mediante un arado de discos o de vertederas, accionado por un tractor. Con esta operación quedan enterradas todas las malas hierbas y el “tlazol” o sean los residuos de la cosecha anterior. Es importante esta labor, porque permite una mejor aereación del suelo, expone a la acción de la intemperie los huevecillos y larvas de los insectos perjudiciales, facilita la intemperización del suelo, prepara un medio apropiado para la buena germinación de la “semilla” y favorece al buen desarrollo de las raíces y de la planta. Generalmente es necesario dar dos pasos de arado, el segundo de los cuales, la “cruza” debe efectuarse en sentido atravesado al primero, con el objeto de desmoronarlos terrenos grandes que quedan del primer paso. Rastreado. Es una labor necesaria, ya que con ella se desmenuzan los terrenos que deja el barbecho, obteniendose un suelo completamente mullido que permite una buena germinación y un desarrollo normal de las plantitas. Nivelación. Esta operación es conveniente para controlar mejor la aplicación del agua, evitandose de este modo el encharcamiento del terreno al efectuar los riegos. Se realiza empleando un equipo mecánico adecuado y de acuerdo con las instrucciones que señale el personal técnico competente. Surcado. Una vez preparado el suelo, se surca con un arado de doble vertedera, a una separación entre surcos de 1.20 metros. Esta labor es importante, porque se asegura mejor enraizamiento de las plantas, mayor número de cortes, buena aereación del suelo, control adecuado de las malas hierbas, mas facil aplicación del fertilizante y mejor distribución del agua de riego o de lluvia. FERTILIZACIÓN a).- El cultivo de la caña de azúcar es muy exigente en elementos nutritivos. Una cosecha de 100 toneladas de caña extrae del suelo 125 kilos de nitrógeno, 77 kilos de fósforo y 32 kilos de potasio. Estas cantidades de elementos nutritivos los toma la planta de las existencias presentes en el suelo en forma natural, o bien cuando son aplicados por el agricultor en forma de abono. En esta región se recomienda aplicar abono químico que contenga 135 kilos de nitrógeno y 45 kilos de fósforo por hectárea. Las experiencias en esta zona indican que se obtienen mejores rendimientos, si se aplica la mitad del nitrógeno antes de la siembra y la otra mitad en el “aporque” o “despacho”. Si se trata de socas, debe hacerse la primera aplicación en el “desaporque” o “afloje2 y el resto en el “despacho”, o sea aproximadamente dos a tres semanas antes que la caña se “cierra”. El fósforo deber ser aplicado totalmente en la primera operación. El agricultor puede proporcionar a su suelo estas cantidades de nutrientes por medio de fórmulas comerciales de fertilizantes. Por ejemplo, si se usa la fórmula 12-8-0, deberán aplicarse 550 kilos por hectárea de la misma en la siembra o “afloje”, según se trate de plantilla o soca, respectivamente. Esta cantidad corresponde a una aplicación de 66 kilos de nitrógeno y 45 kilos de fósforo por hectárea. Los 69 kilos de nitrógeno restantes deberán aplicarse en el “despacho”, ya sea se trate de plantilla o soca. Estos 69 kilos de nitrógeno por hectárea, pueden agregarse al cultivo mediante la aplicación al suelo de 350 kilos de sulfato de amonio por hectárea. Aplicación. Una vez terminado el surcado, inmediatamente después se distribuye el abono correspondiente a la primera aplicación, colocándolo “al chorrillo” en el fondo del surco, en la cantidad adecuada, y después cubriéndolo con una capa delgada de tierra, para fertilizar grandes extensiones es conveniente emplear equipo mecánico. Segunda aplicación. Debe hacerse en el despacho después de un riego, y justamente después de darse un paso de cultivadora, es decir, a los 90 a 100 días de la primera aplicación. Se distribuye el abono colocándolo a chorrillo a una distancia de 10 a 15 centímetros a cada lado de la línea o hilera de plantas. Este abono quedará tapado con el arado de beneficio, labor conocida con el nombre de “aporque”. Tajos. Consiste este trabajo en abrir regaderas a 40 metros de separación, para facilitar el riego y tener mejor control sobre el agua y la operación de siembra en superficie de plantación. Redondeo. Esta labor es la apertura de canales y drenes, que conduzcan el agua para el riego y permitan el exceso de humedad. VARIEDADES Antes del establecimiento del Campo Agrícola Experimental de Zacatepec, las variedades de caña de azúcar empleadas por los ejidatarios y agricultores, eran de rendimiento muy bajo, pues éste era solamente de 40 toneladas por hectárea. Al establecerse el Campo citado y obtenerse resultados experimentales sobre nuevas variedades, se difundieron estos conocimientos experimentales entre los campesinos, y el rendimientos mejoró notablemente en los siguientes años, al introducirse estas nuevas variedades. A partir de 1943 el rendimiento promedio de la región mejoró, ascendiendo a 60 toneladas por hectárea, al sembrarse la variedad P.O.J. 2878. Este aumento fue logrado debido a las recomendaciones de los agrónomos sobre el empleo de mejores variedades, el uso de maquinaria agrícola adecuada, mejores métodos de siembra, y el buen manejo de los suelos y las cosechas. De 1945 a 1961, los aumentos adicionales en los rendimientos se debieron al empleo de otras variedades experimentales, tal como la Co. 290, que vino a substituir a la P.O.J. 2878. Nuevamente los rendimientos regionales se vieron aumentados, cuando se introdujo la variedad C.P. 29-203, y además se emplearon los fertilizantes adecuados, hasta llegar a 92 toneladas en promedio durante 19601961. Experimentalmente se han obtenido rendimientos de más de 150 toneladas por hectárea con la variedad C.P. 29.203 si esta se siembra en época oportuna, si se aplican adecuadas de fertilizantes, y todas las demás labores de cultivo se realizan correctamente. Actualmente se utilizan en las siembras comerciales de la región las tres variedades siguientes: Co. 290, conocida entre los campesinos con el nombre de “carricillo” o “cola de gallo”, por el aspecto del tallo y la forma de la copa de las plantas. Es una variedad de muy buenas cualidades, y se adapta muy bien en terrenos delgados y calichosos, en donde se disponga de poca agua. La C.P. 29-203, ampliamente conocida por los agricultores como “caña blanca” “Ce Pe”. Su tallo es de color verde amarillento, los bordes de la hoja son cortantes, crece y madura rápidamente y a los 12 meses está lista para la cosecha. Produce los más altos rendimientos en tonelaje de caña de azúcar, de las variedades sembradas en la región. La variedad H. 37-1933, conocida entre los agricultores con los nombres de “hawaina” o “guayana”. Es una variedad que tiene crecimiento en forma de canasta y que al adquirir se máximo desarrollo se acama más fácilmente que las anteriores. Su cultivo ha venido aumentando últimamente en la región. Es de las variedades que produce rendimientos bastantes elevados de caña y de azúcar por hectárea, pero es muy exigente en los aspectos de suelos, fertilización y oportunidad de los riegos. Es tardía ya que se cosecha entre los 14 y 16 meses de sembrada. SIEMBRA Época. La época de siembra más adecuada para esta región es durante los meses de septiembre, octubre y noviembre. Si se siembra la caña de azúcar durante los meses de diciembre, enero o febrero, como lo acostumbran los agricultores, obligados por la época de la cosecha del arroz, no se obtienen los mismos rendimientos, debido a que las bajas temperaturas reinantes retardan la germinación y el crecimiento de las plantas y éstas se desarrollan muy lentamente. Densidad de siembra. La cantidad de “semilla” empleada por hectárea en la siembra, es un factor muy importante y de ella depende en gran parte el poder obtener un buen rendimiento. Es necesario contar con una población óptima de plantas y esto se logra solamente usando la densidad de siembra adecuada, tal como de 90,000 a 110,000 yemas por hectárea. Es conveniente emplear una “semilla” sana, de buena calidad. La cantidad de “semilla” usada dependerá de la variedad, la edad de la plantación (que debe ser de 10 a 11 meses) y el vigor de las plantas. En la región se acostumbran usar de 6 a 12 toneladas de semilla por hectárea, según se indica en el cuadro siguiente: VARIEDAD Toneladas de semilla / Ha. Co. 290 C.P. 29-203 H. 37-1933 6-8 8 - 10 10-12 Corte de caña para “semilla”. Al mismo tiempo que se realizan los trabajos de “tajos” y “redondeo”, se debe proceder a cortar la caña que se utilizará para la siembra, la que debe transportarse cuidadosamente con todas sus hojas (tlazol), con el objeto de no destruir las yemas. En las proximaciones del terreno de cultivo, deberá limpiarse y seleccionarse la “semilla” eliminándose las cañas enfermas y defectuosas. La caña seleccionada debe distribuirse por manojos en los diferentes “tajos”, donde el sembrador la cortará en trozos de 75 cm y la distribuirá en el fondo del surco, de acuerdo con el método de siembra adoptado, tapándola posteriormente con una pala recta, con una capa de tierra de 5 a 8 cm. Es muy importantes insistir en que la “semilla” empleada debe proceder de plantas jóvenes de 10 a 11 meses, según la variedad usada, para evitar que las yemas ya estén brotadas y se destruyan fácilmente al transporte y seleccionarse la semilla. El método de siembra que se recomienda es el llamado “Medio Petatillo” o “Cordón Cruzado”, el cual ya es ampliamente conocido por los agricultores. Conforme se vaya ejecutando la siembra, deben irse regando las áreas sembradas. LABORES DE CULTIVO Deshierbes. El primer deshierbe, conocido con el nombre de “raspadilla”, debe ejecutarse cuando aparezcan las malas hierbas. Estas labores se ejecutan oportunamente con pala recta en tres o cuatro ocaciones, durante el ciclo del cultivo. Son mas efectivas y económicas, si el agricultor emplea herbicidas o matayerbas para destruir las malas hierbas. Hay muchas clases de productos químicos en el mercado, que destruyen las malezas, pero el que se ha usado más extensamente es el éster del ácido 2,1-, a razón de 3 a 4 litros diluidos en 400 a 500 litros de agua por hectárea. Se considera que una sola aplicación es suficiente, si se hace con la oportunidad debida, después de la siembra, pero antes de que nazcan las hierbas (aplicación pre-emergente). Aporque. Esta labor consiste en arrimar tierra a la planta con un arado de doble vertedera, después de hacerse la segunda aplicación del fertilizante. Riegos. La caña de azúcar es un cultivo exigente en agua, por lo tanto no se le deberán escatimar los riegos. Señalaremos algunas prácticas aconsejables para tener éxito; para esto se recomienda un buen uso y manejo del agua de riego. Durante el invierno, los riegos pueden espaciarse, regando cada 3 semanas, pero en los meses de primavera deben darse más seguido o sea cada 2 semanas. Durante los meses lluviosos de junio a octubre, generalmente no se acostumbra regar, a menos que el temporal se presente muy seco. La frecuencia y número de riegos por aplicar a una plantación, depende de la clase de suelo, si es delgado o profundo, si el terreno es plano o accidentado, y de la época de siembra. Es preciso señalar que a la caña de azúcar le perjudica tanto la falta como el exceso de agua. Debe aplicarse una cantidad suficiente de agua en cada riego para que penetre los suficiente y pueda ser aprovechada de inmediato por la planta. En la región se acostumbra aplicar de 10 a 14 riegos en plantillas y de 8 a 12 en las socas. Para tener éxito es necesario aplicarlos oportunamente, de acuerdo con las instrucciones del agrónomo. COSECHA Esta debe de realizarse oportunamente, cuando la caña ha llegado a su madurez y que contiene la mayor cantidad de azúcar aprovechable. Esto de determina en el campo o en el laboratorio, mediante la toma de muestras por los agrónomos , y facilitar fijar la mejor fecha de corte de las plantas. En el caso de la caña de azúcar, la cosecha es una de las operaciones más importantes, pues de no hacerse oportunamente el cañero y el ingenio corren el riesgo de sufrir pérdidas muy grandes según se corte la caña tierna o ya “pasada”. Los técnicos del Campo Experimental y las oficinas de campo de los ingenios son los que intervienen directamente para detectar cuando se debe cortar una plantación, mediante el conocimiento de la fecha de siembra si son plantillas, o de corte de la zafra anterior si se trata de socas. Además, se acostumbra muestrear los campos y analizar los jugos de la caña en el laboratorio para determinar el grado de madurez de la caña. Es importante planear cuidadosamente la época de siembra de una plantación de acuerdo con la Oficina de Campo del Ingenio a que se vaya a sembrar la caña y de acuerdo con todos los cañeros vecinos, esto permite establecer previamente un mejor programa de cortes y un mejor aprovechamiento de las plantaciones, lo cual sin duda traerá un beneficio económico mayor al cañero.