el conocimiento de embarque o bill of lading no es titulo

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DESPACHO ARIAS BOJÓRQUEZ
ABOGADOS – NOTARIOS – CONSULTORES
EL CONOCIMIENTO DE EMBARQUE O BILL OF LADING
NO ES TITULO DE PROPIEDAD.
CONCEPTO:
En términos generales, el Conocimiento de Embarque o Bill Of Lading (BL) es un documento
por medio del cual se instrumenta el contrato de transporte de mercaderías por agua. Es el
equivalente a la “Carta de Porte” en el transporte terrestre. Nuestro Código de Comercio al
regular el conocimiento de embarque lo limita a los embarques marítimos y aéreos. Se dice
también, que es un recibo dado al embarcador (shipper) por las mercaderías entregadas;
demuestra la existencia de un contrato y otorga derechos sobre las mercancías durante el
transporte y mientras éstas no lleguen a su destino y sean recibidas por el consignatario o
legítimo tenedor del BL.
HISTORIA:
Durante el curso de su historia suele afirmarse, que el Conocimiento de Embarque data de la
época medieval, pero que fue en las Ordenanzas de Bilbao de 1737 que se reglamentó y cuya
conceptualización influyó en el establecimiento de tal figura en nuestro Código de Comercio,
teniendo desde entonces tal destino, al manifestar, que “el conocimiento es una obligación
particular que un capitán o maestro de navío otorga por medio de su firma a favor de un
negociante que ha cargado en su navío algunas mercaderías y otras cosas para llevarlas de un
puerto a otro, constituyéndose a entregarlas a la persona que se expresare en el conocimiento, a
su orden o a la del cargador, por flete concertado antes de cargarse”.
Se deduce de estas Ordenanzas, que desde aquellas épocas la entrega de mercancías se hacía
contra restitución del conocimiento de embarque, quedando este documento en manos del
capitán, puesto que con tal acto concluía el destino de su libramiento. En la actualidad, debido a
la velocidad del giro del comercio, los originales de los BLs quedan en poder de los bancos que
financian el pago o de las aduanas por ser estas quien las libera previo pago de los impuestos
respectivos. Incluso, la velocidad requerida por los nuevos mercados de servicio, ha obligado a
implementar el sistema de contratación por internet, “bajando” de la web los BLs y
formalizando por este medio el transporte de mercadería, no calzando entonces ninguna firma la
emisión de tales conocimientos, requisitos exigidos por nuestro ordenamiento legal para el
nacimiento de derechos y obligaciones contractuales.
DOCTRINA.
Rodolfo Gonzalez Lebrero, en su Manual de Derecho de la Navegación, Editorial Depalma,
Buenos Aires, 2000, a Pág. 405 dice: “El Conocimiento de Embarque es literal, autónomo y
causal y su legitimo tenedor tiene la posesión simbólica de las mercaderías, lo cual le permite
disponer de ellas aún durante el viaje. Al llegar el buque a destino, quien sea en ese momento
el legítimo tenedor del conocimiento de embarque, tiene el derecho de exigir al transportista
la entrega de dichas mercancías, tal como figuran descritas en ese documento, concluyendo
así la circulación de este”. Antes, en la Pág. 399 del mismo Manual, Gonzalez Lebrero
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confirma, que “Luego de entregada la mercadería en destino, ante la presentación de uno de
los ejemplares originales, los demás pierden su valor como documentos originales”.
Con claridad conceptual el doctor Gonzalez Lebrero, maestro y tratadista de Derecho de la
Navegación, reconocido profesional comprometido con el negocio naviero, al hablar en este
Manual de los conocimientos de embarque, les reconoce una vida efímera, por ser estos
documentos comprobatorios de mercancías mientras dura el contrato de transporte, iniciándose
desde que se emiten, hasta que las mercancías llegan a su destino y son recibidas por el legítimo
tenedor, quedando dichos documentos después de esto, sin ningún valor.
Raúl Cervantes Ahumada, en su Libro “Títulos y Operaciones de Crédito”, Editorial Herrero,
S.A., México, 1979, Pág. 153, dice: que “La doctrina dominante admite, como indicamos en
la parte general, que el conocimiento de embarque del transporte marítimo es un título de
crédito, perteneciente a la categoría de los títulos representativos de mercancías”.
Joaquín Garrigues en su Curso de Derecho Mercantil, Editorial Porrúa, Argentina, 1977, Pág.
210, al hablar sobre el valor de la Carta de Porte aclara, que no es elemento constitutivo del
contrato de transporte, reduciéndolo a un documento probatorio, que incorpora dos elementos
principales, como son, el transporte de mercancías y el pago o flete. Media vez cumplidos
satisfactoriamente tales condiciones, el contrato cumple su cometido y caduca su validez, al
igual que los documentos anexos como el Conocimiento de Embarque.
Las Naciones Unidas tiene elaborado un Proyecto de Código Marítimo Uniforme para los
países centroamericanos, donde se establece al Conocimiento de Embarque como título
representativo de mercancías y no como título de propiedad, esto amparado en la Internacional
Law Association y avalado por la Conferencia de La haya de 1921, donde fue establecido un
Reglamento para los conocimientos, lo que es confirmado por el Protocolo de Bruselas del 21
de diciembre de 1979, donde se unificaron ciertas reglas en materia de Conocimiento de
Embarque.
En otras palabras, los Conocimientos de Embarque solo tienen valor como documentos
comprobatorios de la mercadería que transportan y su vigencia queda circunscrita hasta la
entrega de las mercaderías en su destino al legítimo tenedor del mismo. Después de esto los
BLs pierden su valor, por haber concluido su objetivo, el cual es, ser un título representativo de
mercaderías.
Posterior a esto, los originales de los BLs quedan en poder de terceros (bancos, aduanas) y
nunca en manos del consignatario o del legítimo tenedor, por devolverse contra entrega de las
mercaderías en puerto de destino. Consecuentemente, los consignatarios solamente pueden
tener en sus manos simples fotocopias de los originales, los que no podrán certificarse para
presentarse en juicio, pues conforme a lo dispuesto por el Art. 30 de la Ley del Ejercicio
Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y de otras Diligencias, pues dichas certificaciones no
tendrá lugar cuando se trate de documentos privados, como lo son, las copias de los BLs.
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LA LEY:
Nuestro Código de Comercio, al hablar del Conocimiento de Embarque lo hace en el Título
correspondiente a los Títulos Valores, del Art. 907 al 919, sin brindar una definición específica
del mismo, dedicándose exclusivamente a señalar sus requisitos, la forma operativa del giro, la
prescripción de sus acciones y la referencia a tratarse exclusivamente a embarques marítimos y
aéreos, advirtiendo que le serán aplicables todas las reglas de la letra de cambio, por tratarse de
un título valor.
Al decir el Art. 911 del Código de Comercio que, “El conocimiento de embarque acredita la
propiedad de las mercaderías que ampara y da derecho a su tenedor legítimo de reclamar la
entrega de tales mercancías a la presentación del documento, previo pago de los derechos que
en el mismo título se consignan.” no deberá entenderse entonces que el BL sea un título de
propiedad “per se”, sino que solamente incorpora este derecho mientras dura el transporte de la
mercadería que ampara, las que al llegar a puerto deben ser entregadas a su consignatario o
legítimo tenedor, terminando aquí la validez de su giro.
De ser así, todos los BLs entrarían a reñir con los títulos de dominio, como son los certificados
de depósito o los contratos de compraventa, permuta, suministro, dación en pago y todos
aquellos que bajo nuestro orden legal transfieran el dominio de tales bienes.
Pretender entonces demostrar mejor derecho en un proceso judicial, mediante copias
certificadas de Conocimiento de Embarque, que además ya fueron cancelados en puerto cuando
fueron entregadas las mercaderías que amparaba y que consecuentemente carecen de todo valor
probatorio, contra un contrato internacional de suministro con reserva de dominio, cuyas firmas
se encuentran apostilladas por la Convención de la Haya del 5 de octubre de 1961, es
desconocer en su base elemental el valor de los títulos de dominio.
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