Junio 2016 Alerta Informativa La evolución del marco valorativo y de reconocimiento de las operaciones intragrupo: las aportaciones del TS en el caso Peugeot Maximino Linares Socio de Procedimientos Tributarios EY Ramón Palacín Socio Responsable de Tributación Internacional EY José Manuel Calderón Consejero Académico EY Introducción A través de esta nota se exponen las principales aportaciones de un importante precedente del Tribunal Supremo (la sentencia de 31 de mayo de 2016, rec.casación nº58/2015) referido a la fiscalidad aplicable a las operaciones intragrupo en el marco del impuesto sobre sociedades. La sentencia aporta una serie de principios de naturaleza sustantiva y procesal que poseen gran relevancia en relación con la estrategia de defensa de las operaciones intragrupo efectivamente realizadas por los grupos de empresas. Podría decirse que el precedente puede contribuir a definir buenas prácticas administrativas sobre la valoración de las operaciones intragrupo y articula límites sobre el no reconocimiento de las mismas. I. Exposición de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Peugeot La sentencia del TS en el caso Peugeot se refiere a un conjunto de cuestiones de diferente naturaleza, de suerte que aquí nos centramos en las que atañen específicamente a la cuestión de la valoración y el denominado “no reconocimiento” de las operaciones intragrupo realizadas por la entidad Peugeot Citroen Automóviles España (en adelante, PCAE) con otras entidades del grupo (incluyendo la filial argentina). Principales antecedentes de hecho El contencioso que dio lugar a esta sentencia del TS trae causa de un procedimiento de inspección que culminó con una liquidación dictada por la DCGC en relación con el IS de PCAE, ejercicios 2001 a 2005, y contra los acuerdos de imposición de sanciones derivados. El tema de fondo que nos interesa resaltar tiene que ver con la no deducibilidad de las provisiones de cartera por depreciación de su participación en Peugeot Citroen Argentina SA (en lo sucesivo, PCARG), como consecuencia de la adquisición en fecha de 15 de junio de 2001 a la entidad financiera vinculada Automobiles Peugeot (AP), empresa filial al 100 % del Grupo PSA, que contaba con una fábrica de ensamblaje en Buenos Aires y comercializaba en Argentina los vehículos de las marcas Peugeot y Citroen, por un importe de 336.379.212,63 euros, incrementado por la capitalización de diferentes créditos adquiridos a compañías del Grupo, cuyos contratos se suscribieron en 2001 y 2002, suponiendo un incremento de 196.802.200 euros a 31 de diciembre de 2001 y en 43.423.000 euros adicionales a 31 de diciembre de 2002. La Audiencia nacional, en su sentencia de instancia de 11 de diciembre de 2014 (rec.nº317/2011), anuló los acuerdos de imposición de sanciones pero confirmó la validez de la regularización realizada por la Administración tributaria que, con base en el art.9 del CDI España-Argentina, había inadmitido a efectos fiscales la dotación por depreciación de cartera realizada por PCAE respecto de su participada argentina (PCARG), en la parte correspondiente a la capitalización de créditos previamente cedidos a PCAE por otras entidades del grupo, acreedoras iniciales de PCARG. La Inspección consideró que el pago realizado por PCAE por la cesión de dichos créditos constituía un “anticipo” a favor de las cedentes, que no hubiera tenido lugar entre partes independientes, dada la situación económica por la que atravesaba Argentina. La AN, invocando las Directrices de la OCDE de Precios de Transferencia en el marco del CDI aplicable, convalidó el “reajuste negocial” realizado por la Administración tributaria. El recurso interpuesto por PCAE ante el Tribunal Supremo Los principales motivos de infracción del ordenamiento jurídico que sirvieron de base del recurso de casación interpuesto por el recurrente pueden sintetizarse de la siguiente forma: ► Con arreglo a lo dispuesto en el art.88.1.d) LJCA se reclama la infracción del art.16 TRLIS en relación con los arts.12.3 y 10.3 de tal texto refundido, al negarse indebidamente la deducción de una provisión de cartera con base en un acuerdo de valoración “a mercado” de las acciones de PCARG en junio de 2001 que no respetaba las reglas exigibles a un acuerdo de valoración de operaciones vinculadas. ► Con arreglo a lo dispuesto en el art.88.1.d) LJCA se argumenta la infracción del art.12.3 en relación con el art.10.3 TRLIS, todos ellos en relación con los arts.13 de la LGT y 9 de los CDI concluidos por España con Argentina y Francia, en tanto que la sentencia ignora que la regularización de la provisión de cartera correspondiente al coste de adquisición de PCARG dimanante de la capitalización de créditos comerciales adquiridos en 2001 y 2002 a otras compañías del grupo PSA se había realizado al margen de cualquier análisis objetivo de si la transacción habría sido realizada en condiciones de independencia, aplicando una potestad de recaracterización de la transacción al margen de los mecanismos contemplados en la LGT al respecto. La evolución del marco valorativo y de reconocimiento de las operaciones intragrupo: las aportaciones del TS en el caso Peugeot Junio 2016 Página 2 de 7 La posición adoptada por el Tribunal Supremo La cuestión sobre la procedencia o no de la deducibilidad de la provisión de cartera dotada por PCAE en relación con su participación en la filial argentina (PCARG) fue analizada por el TS siguiendo la doble tacha de ilegalidad esgrimida por el recurrente, en el sentido de que la sentencia de la AN que confirmo la regularización tributaria practicada no sólo se fundamentaba en una valoración de las pruebas aportadas absolutamente incoherente con los principios de la sana crítica e inconsistentes con la prueba practicada, sino también ignoraba pruebas absolutamente relevantes para la adecuada resolución del fondo del asunto, vulnerándose la tutela judicial efectiva del art.24 CE. Como ya se ha apuntado, el contribuyente cuestionó, por un lado, la metodología utilizada por la Administración para valorar la compra de las acciones de PCARG que tuvo lugar el 15 de junio de 2001, ya que no era acorde con lo establecido en el art.16 TRLIS, careciendo además de motivación. A efectos de fundamentar su posición, el contribuyente aporto un informe valorativo elaborado por una consultora y un dictamen pericial. Durante la fase de ratificación judicial de los informes elaborados por la Administración y el contribuyente se pusieron de relieve importantes inconsistencias de la metodología empleada por la Administración tributaria en relación con la valoración de las referidas acciones. Por otro lado, el contribuyente se opuso igualmente a la negativa de la Administración a aceptar el posterior incremento del coste de adquisición y capitalización de créditos comerciales en 2001 y 2002, a los efectos del cálculo de la provisión de cartera, de suerte que aquí la AN omitió cualquiera juicio lógico sobre la validez o invalidez del razonamiento del perito, que manifestó que, a su juicio, era indiscutible que en 2001 y 2002 existía un mercado para los créditos comerciales que otras empresas del grupo PSA tenían contra PCARG y que, por tanto, era indiscutible que dichos créditos podrían haberse adquirido en el mercado por terceros independientes. Tal posición permitía (y requería) un análisis de la valoración de mercado que dichos terceros hubieran podido pagar. En primer lugar, el TS, en su fj.3º, confirmó que la AN omitió pronunciarse sobre el resultado del interrogatorio del actuario que emitió el informe de valoración, y sobre el dictamen pericial que analizó el rechazo por la Inspección del posterior incremento de coste por adquisición y capitalización de créditos en 2001 y 2002, lo cual condujo a la estimación de la falta de motivación denunciada por el contribuyente en los términos argumentados en el contexto de este motivo casacional. En segundo lugar, el TS, en su fj.8º, aborda (en relación con el ejercicio IS 2001) el motivo casacional basado en la interpretación incorrecta del art.16 TRLIS en relación con la metodología aplicada para valorar, a los efectos de la provisión de cartera del art.12.3 TRLIS dotada por PCAE, las operaciones de adquisición de participaciones de PCARG y la compra intragrupo de créditos de PCARG posteriormente aportados en el marco de un ampliación de capital de esta última que fue realizada por PCAE. El TS recuerda cómo el recurrente fundamentó tal infracción en que la AN aceptó un acuerdo de valoración a mercado de las acciones en junio de 2001 que no respetaba las reglas exigibles para la valoración de operaciones vinculadas, al prescindir de cualquier comparación con transacciones realizadas, teniendo en cuenta sólo la situación de profunda crisis económica por la que atravesaba Argentina y la situación de pérdidas de la entidad argentina en los años anteriores a la compra de acciones, al margen de un análisis de valor de activos y de proyecciones de resultados futuros, existiendo un plan industrial en marcha. Respecto de la parte de la provisión de cartera cuya deducibilidad fue negada en relación con las ampliaciones de capital realizadas por la filial argentina con cargo a créditos adquiridos por PCAE a otras entidades del grupo, el TS pone de relieve cómo el recurrente rechaza la argumentación ofrecida por la AN en su sentencia (fj.6º) en cuanto ignora que la regularización de la provisión de cartera correspondiente al coste de adquisición de PCARG dimanante de la capitalización de créditos comerciales adquiridos en 2001 y 2002 a otras compañías del grupo se realizó al margen de cualquier análisis objetivo de si la transacción había sido realizada en condiciones de independencia, aplicando una potestad de La evolución del marco valorativo y de reconocimiento de las operaciones intragrupo: las aportaciones del TS en el caso Peugeot Junio 2016 Página 3 de 7 recaracterización de la transacción al margen de los mecanismos contemplados en la LGT al respecto. El Tribunal Supremo estimó los motivos de infracción formulados por el contribuyente en relación con la incorrecta interpretación del art.16 TRLIS, siendo destacables una serie de argumentos que fundamentaron tal posición: ► ► En relación con la metodología de valoración de la adquisición de las acciones de la entidad PCARG a los efectos del cálculo de la provisión de cartera por PCAE: ► El TS considera inaceptable el modo de proceder seguido para negar la deducibilidad de la provisión de cartera como consecuencia de la adquisición de los créditos comerciales que otras filiales tenían contra la compañía (PCARG), en cuanto no se acudió a los mecanismos legalmente previstos al efecto, si la conclusión era que la adquisición de los créditos comerciales no se había realizado entre partes independientes. ► Para el TS, la denegación por la Inspección de que el coste de adquisición de las acciones de PCARG pudiera verse incrementado en el importe de los créditos adquiridos a otras empresas del grupo por considerar que la transacción no se habría realizado entre partes independientes, plantea dos problemas, uno técnico y otro jurídico, cuya apreciación en conjunto impide su aceptación. En relación con la metodología de valoración de la adquisición de las acciones de la entidad PCARG a los efectos del cálculo de la provisión de cartera por PCAE: ► ► ► El TS cuestiona el hecho de que la AN confirmara un informe de valoración que no contempla ninguna de las metodologías contempladas en el art.16 TRLIS, y que se construye sobre elementos que no tienen como finalidad obtener un precio de mercado entre partes independientes. A este respecto, el TS puso de manifiesto que la metodología empleada se limitaba a tener en cuenta el valor contable resultante de los estados financieros de PCARG a 31 de diciembre de 2001, minorado en todas las aportaciones que en ejercicios posteriores realizó la entidad, e incorporando incluso aportaciones ya realizadas por el anterior accionista. Igualmente, el TS cuestiona que la metodología empleada que fue aceptada por la AN no realizara un mínimo “contraste de comparabilidad”, esto es, que no se verificara si existieron inversiones realizadas en el mercado de Argentina en el período 2000/2001 por otras empresas españolas, como se reconoció por el autor de la valoración de la Administración en fase de prueba, al admitir que no se analizaron operaciones comparables. El acuerdo de valoración tampoco analizó si el valor de mercado de los activos era o no coincidente con el valor contable de los mismos, ni sigue ningún método de valoración de empresas en funcionamiento, con el fin de desvirtuar la metodología de valoración seguida por la consultora. Desde el punto de vista técnico, resultaba inaceptable entender que los créditos carecían de valor de mercado, puesto que la realidad económica demuestra que, incluso en situaciones de aparente insolvencia existe un mercado activo para adquirir créditos aparentemente incobrables. Si los créditos adquiridos podían tener un valor de mercado, no cabe negárselo sin acreditar fehacientemente que no lo tenían. Desde el punto de vista jurídico, el TS considera que no se podía prescindir de operaciones efectivamente realizadas entre partes vinculadas a las que cabía atribuir un valor de mercado, acudiendo sin más a la aplicación directa del artículo 9 de los CDI de España con Argentina y Francia, por lo que resultaba necesario en este caso para efectuar esa recalificación la aplicación de una cláusula general antiabuso interna. La evolución del marco valorativo y de reconocimiento de las operaciones intragrupo: las aportaciones del TS en el caso Peugeot Junio 2016 Página 4 de 7 II. Consideraciones finales La sentencia del TS en el caso Peugeot constituye un precedente de gran interés por un conjunto de razones. Por un lado, refleja de forma clara la doble tensión valorativa/recaracterizadora a la que están sujetas las operaciones intragrupo. Asimismo, la sentencia aporta una serie de principios de naturaleza sustantiva y procesal que poseen gran relevancia en relación con la estrategia de defensa de las operaciones intragrupo efectivamente realizadas por los grupos de empresas. En este sentido, la sentencia del TS contribuye a definir las buenas prácticas administrativas en la aplicación de la metodología valorativa de las operaciones intragrupo, y pone de manifiesto la relevancia de las periciales en el marco del desarrollo de una defensa de las operaciones intragrupo que trascienda de la mera técnica valorativa y comprenda la racionalidad comercial de las operaciones realizadas. La tercera gran aportación de la sentencia del TS en el caso Peugeot resulta de considerar los límites que parece establecer en cuanto al no reconocimiento (disregard), por la Administración tributaria, de las operaciones intragrupo efectivamente realizadas invocando el principio de plena competencia recogido en el art.9 de los CDI. Aunque es cierto que el TS no analiza la naturaleza y funcionalidad habilitadora/limitadora del art.9 de los CDI que siguen el MC OCDE, sí deja claro que no pueden ignorarse operaciones intragrupo invocando tal base jurídica cuando existen operaciones equiparables realizadas por partes independientes en el mercado. Es decir, allí donde existan operaciones comparables a las efectivamente realizadas por un grupo de empresas no pueden desconocerse (o recaracterizarse) simplemente por la vía de acudir al art.9 de los CDI. Ello no quiere decir que toda operación intragrupo respecto de la que existan comparables esté “blindada” (más allá de una revisión de corte valorativo), sino que allí donde la Administración considere que la operación es anómala fiscalmente debe verificar la concurrencia de los condicionantes de aplicación de las cláusulas generales antiabuso y eventualmente proceder a aplicarlas con arreglo a sus requisitos materiales y procedimentales. Ahora bien, tal vía o enfoque no valorativo de regularización está sujeto igualmente a límites representados en el plano internacional por las reglas de distribución del poder tributario de los CDI y los mecanismos de resolución de controversias (que resultarán reforzados una vez se implemente la Acción 14 de BEPS). En cierta medida podría decirse que el TS, a través de esta sentencia, anticipa los cambios introducidos por la OCDE en las futuras Directrices OCDE de Precios de Transferencia con motivo de la revisión del Capítulo I de las mismas resultante del Informe Final OCDE/G20 BEPS (Aligning Transfer Pricing Outcome with Value Creation, Actions 8-10, paras.1.119-1.128). La nueva posición adoptada por la OCDE/G20 en el marco del proyecto BEPS sobre el reconocimiento de las operaciones intragrupo re-define las circunstancias excepcionales donde puede tener lugar el no reconocimiento a efectos de la aplicación de la metodología valorativa de precios de transferencia: ► El no reconocimiento no debe aplicarse simplemente porque la fijación del precio de transferencia sea difícil o compleja; ► Cuando la misma operación se realice por partes independientes, no procede el no reconocimiento de la operación vinculada; ► Cuando la misma operación no se realice (o sea extraña o muy atípica) por partes independientes, no procede simplemente por ello el no reconocimiento de la operación, ya que puede realizarse por buenas razones de negocios propias de un grupo MNE. ► Operaciones intragrupo con racionalidad comercial no deben ser «ignoradas» o «reestructuradas»: la cuestión clave para llevar tal análisis radica en si las operaciones efectivamente realizadas poseen la racionalidad comercial de acuerdos que serían realizados por entidades independientes bajo circunstancias comparables, con independencia de si la misma operación se lleve a cabo entre partes independientes. ► La operación (correctamente delineada) únicamente puede ser no reconocida y, en su caso, ser reemplazada por una operación alternativa, cuando: La evolución del marco valorativo y de reconocimiento de las operaciones intragrupo: las aportaciones del TS en el caso Peugeot Junio 2016 Página 5 de 7 ► los acuerdos alcanzados en relación con la transacción, globalmente considerados, difieran de aquellos que serían concluidos por partes independientes comportándose con racionalidad comercial en circunstancias comparables, y ► a través de tal fórmula se dificulta la determinación del precio que sería aceptable para las dos partes, teniendo en cuenta sus respectivas posiciones y las opciones realistas disponibles para cada una de ellas en el momento de realizar la operación. En este sentido, la nueva guía BEPS podría perseguir favorecer el “enfoque de pricing” (ALS pricing test) frente a un “enfoque de no reconocimiento”, a efectos de minimizar los problemas de seguridad jurídica y riesgos de doble imposición que podrían en peligro el propio modelo de “profit/loss allocation” a través del arm´s length principle (tras el robustecimiento de tal estándar derivado del proyecto BEPS). Por tanto, esta nueva guía BEPS –que representa el consenso internacional sobre la aplicación del principio arm´s length- aporta un modelo débil para fundamentar una regularización por la vía del no reconocimiento de operaciones intragrupo, pero no puede perderse de vista cómo al mismo tiempo los nuevos parámetros materiales para la delineación de operaciones permiten excluir simulaciones y recaracterizar las operaciones a efectos del análisis funcional (valorativo) atendiendo a la sustancia fáctica (factual substance), esto es, atendiendo no sólo al marco contractual sino también a la conducta real a efectos de delinear los activos, funciones y riesgos de las operaciones efectivamente realizadas por las partes. En suma, la posición adoptada por el TS en el caso Peugeot en materia de reconocimiento de operaciones intragrupo, a nuestro juicio, se mueve en la dirección correcta y coincide con la jurisprudencia de otros altos tribunales extranjeros (como el Bundesfinanzhof alemán)i, y una vez se consolidaraii esta doctrina no sólo podría impactar sobre la aplicación del antiguo artículo 16 TRLIS sino también sobre la nueva regulación de operaciones vinculadas recogida en el art.18.10 LIS, máxime a partir del momento en que se considere aplicable la nueva guía interpretativa del principio de plena competencia derivada de las Acciones 8-10 de BEPS, todo ello sin perjuicio de las dudas de compatibilidad con los principios de legalidad y seguridad jurídica que tal precepto plantea a estos efectos. Puede consultar las últimas alertas fiscales y legales en nuestro Centro de Estudios EY Nótese que los cambios introducidos por la OCDE en relación con el reconocimiento de operaciones, terminarán impactando sobre la interpretación del art.18.10 LIS, en el sentido de que la aplicación de tal precepto de forma compatible con el principio de plena competencia y los propios CDI no sólo requiere “reconocer” las operaciones intragrupo allí donde existan operaciones equiparables que realicen entre entidades independientes sino también aquellas donde tal comparabilidad no concurra siempre que posean racionalidad comercial. La evolución del marco valorativo y de reconocimiento de las operaciones intragrupo: las aportaciones del TS en el caso Peugeot Junio 2016 Página 6 de 7 EY | Assurance | Tax | Transactions | Advisory i El Bundesfinanzhof, en reiterada jurisprudencia, ha puesto de relieve cómo el artículo 9 de los CDI que siguen el MC OCDE no constituye una “cláusula auto-ejecutable de aplicación directa” en el sentido de servir de base legal para fundamentar una regularización, sino que habilita y limita la aplicación de normas domésticas que regulan el principio de plena competencia. Véanse por ejemplo las sentencias 11 de octubre de 2012, 17 de diciembre de 2014, 24 de marzo y 24 de junio de 2015. ii Nótese que el Tribunal Supremo en su sentencia de 18 julio de 2012 (rec.nº3779/2011) validó el criterio adoptado por la AN (SAN de 21 de mayo de 2009, rec.nº416/2005) que consideraba que el art.9 de los CDI podía utilizarse como base jurídica para no reconocer operaciones intragrupo. Acerca de EY EY es líder mundial en servicios de auditoría, fiscalidad, asesoramiento en transacciones y consultoría. Los análisis y los servicios de calidad que ofrecemos ayudan a crear confianza en los mercados de capitales y las economías de todo el mundo. Desarrollamos líderes destacados que trabajan en equipo para cumplir los compromisos adquiridos con nuestros grupos de interés. Con ello, desempeñamos un papel esencial en la creación de un mundo laboral mejor para nuestros empleados, nuestros clientes y la sociedad. EY hace referencia a la organización internacional y podría referirse a una o varias de las empresas de Ernst & Young Global Limited y cada una de ellas es una persona jurídica independiente. Ernst & Young Global Limited es una sociedad británica de responsabilidad limitada por garantía (company limited by guarantee) y no presta servicios a clientes. Para ampliar la información sobre nuestra organización, entre en ey.com. © 2016 Ernst & Young Abogados, S.L.P. 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