Introducción

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Introducción
Víctor Jiménez
FUNDACIÓN JUAN RULFO
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os aniversarios de un escritor suelen culminar con actividades como
encuentros y conferencias. Se invierten en esto esfuerzos que no siempre dejan un rastro duradero y no se excluyen la improvisación o los
compromisos circunstanciales. Por eso en 2003, al celebrar el L aniversario de El Llano en llamas, anunciamos la aparición del libro Noticias
sobre Juan Rulfo –la única biografía del escritor y fotógrafo digna de ese
nombre–, de Alberto Vital, el experto en su obra y quien había iniciado este trabajo un par de años antes, con el antecedente de su breve
versión de 1998. Resulta difícil perfilar mejor homenaje al medio siglo
de vida del primer libro de Juan Rulfo. Aquel mismo año Jorge Zepeda
nos propuso, con la idea de que apareciera en 2005, una compilación
de ensayos originales sobre Rulfo y su obra. Se iniciaron los contactos
con algunos posibles autores de esos textos, quienes comenzaron sus
trabajos entonces, aunque pronto pudimos ver que la fecha inicial no
podría cumplirse por la complejidad del proyecto.
En 2005 el cincuentenario correspondía a Pedro Páramo y mantuvimos la idea de dedicar a la ocasión un libro. Juan Rulfo fue un hombre
de libros y habría estado de acuerdo con esto. Aquí se presentaba una
circunstancia propicia: conocíamos la tesis que el mismo Zepeda había
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concluido, luego de ocho años de trabajo, sobre la recepción primera de la novela de
Rulfo, y ya en 2004 habíamos considerado igualmente convertirla en libro, incrementando su documentación, extensión y alcances, para dar a una obra de excelencia como
La recepción inicial de Pedro Páramo el papel central en la conmemoración del primer cincuentenario de la obra.
A lo largo de 2004 y 2005 se iría configurando la mencionada compilación de trabajos iniciada en 2003, y vimos que el inminente aniversario luctuoso de Juan Rulfo,
este 2006, ofrecía la mejor ocasión para dar a la luz aquel proyecto. Al mismo tiempo, a mediados de 2005 y como resultado de su conocimiento a fondo del archivo
personal de Juan Rulfo,Vital nos sugirió la publicación de la versión inédita de Rulfo
de las Elegías de Duino de Rainer Maria Rilke. Invitó a sumarse a este esfuerzo a Dieter
Rall y dos jóvenes colaboradoras, Guadalupe Domínguez y Susy Rodríguez.
Era una empresa excesiva intentar que en un solo año, este 2006, apareciesen ambas publicaciones, y tampoco era posible renunciar a una de ellas, por lo que se consideró reunirlas en un mismo volumen: éste que el lector tiene en las manos. Ahora
bien, uno de estos libros era de contenido unitario y tendría a la poesía como único
tema, con Rilke y Rulfo como protagonistas; el segundo reuniría trabajos susceptibles
de agruparse en sendos apartados en torno a la fotografía de Rulfo y la crítica de su
obra literaria. Esto arrojaba, al final, una estructura trilateral que se refleja en la analogía que da título al volumen y que hurtamos de la pintura: Tríptico. Al ofrecerse al
gran escritor de Jalisco en su segundo decenio luctuoso lleva las palabras para Juan Rulfo
como dedicatoria.Y cumpliendo un papel informativo se agrega el subtítulo: poesía,
fotografía, crítica. Jorge Zepeda dedica unas “Reflexiones…”, después de la primera y
antes de la segunda y tercera secciones, a la posteridad de la obra de Rulfo y a presentar las contribuciones que integran las partes dedicadas a la fotografía y la crítica, por lo
que no hace falta que me ocupe aquí de ellas.
Sí lo haré con la primera, dedicada a la poesía. Esta sección permite apreciar en qué
medida la poesía en general, y la de Rilke en particular, ocupó un lugar destacado en
la formación de Rulfo. Demuestra que es imposible exagerar la cercanía de Rulfo con
uno de los géneros literarios que se suele identificar, no por azar, con su prosa: la poesía. Algunos se desorientan cuando se califica a Rulfo como uno de los mayores poetas
mexicanos, e incluso de la lengua española. Pero así son las cosas: la editorial madrileña Visor dedicó en 2001 un volumen de su colección Visor de Poesía –de la serie “El
poeta en su voz”– a cuatro cuentos de Juan Rulfo.
Hay una lógica en la aproximación temprana de Rulfo a la poesía (incluyendo su
traducción), y Paul Auster la vio con claridad. El autor de la Trilogía de NuevaYork pensaba dedicarse originalmente a la poesía, aunque habría de convertirse en un destacado narrador. En 1985 recordaba su experiencia como traductor de poesía mientras
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creaba la suya propia: al traducir a un poeta, dijo, “uno aprende a sentirse más cómodo
con uno mismo en el acto de escribir, y eso es fundamental para una persona joven.
Se somete a la obra de otro, alguien necesariamente más experimentado que uno, y
comienza a leer de una forma más profunda e inteligente. Los análisis eruditos de la
poesía cumplen una importante función, pero este tipo de experiencia práctica es
irremplazable. Un joven poeta aprende más del método de Rilke para escribir sonetos
intentando traducirlos que escribiendo un ensayo al respecto.” Auster también ha dicho que la cercanía que mantuvo con la poesía es uno de los componentes básicos de
su obra en prosa. Quien conozca bien la literatura de Rulfo encontrará pertinentes, en su
caso, las reflexiones del estadounidense.
Retomando el tema de la relación de Rulfo con la poesía de Rilke, resta decir cómo se integra esta parte: Alberto Vital se acerca, desde su conocimiento de la obra y
la vida de Rulfo y con apoyo en su larga inmersión en la cultura alemana, a la versión
que hizo el jalisciense del gran poema de Rilke. Dieter Rall, a su vez, y a partir de su
condición de alemán integrado al mundo académico mexicano, hace un recorrido en
el sentido opuesto: de la obra de Rilke hacia la versión que realizó Rulfo de las Elegías
del praguense. Guadalupe Domínguez y Susy Rodríguez comparan la versión de Rulfo
con otros tres textos: el original alemán, la versión de Juan José Domenchina y la traducción de Gonzalo Torrente Ballester y Metchild von Hesse Podewils,1 empleados
por Rulfo para producir su texto. Bajo la guía de Vital y Rall establecen la versión de
Rulfo con los instrumentos de la filología.
En este volumen se ofrecen el original alemán y las tres redacciones en castellano
cuando se abre cada par de páginas, facilitando su consulta.También se incluye, para
comprender mejor la naturaleza del proceso seguido por Rulfo hacia su versión, la
reproducción facsimilar de algunas páginas manuscritas y mecanográficas de este texto suyo.
Conviene destacar aquí, por último, que aumenta el interés de este libro la publicación por vez primera (con imágenes inéditas) de las 23 fotografías localizadas de la
primera exposición realizada por Juan Rulfo, en 1960, así como las 11 publicadas por
él en 1949 en la revista América, a la que lo había invitado su amigo Efrén Hernández
y donde aparecieron, a lo largo de varios años, algunos de los cuentos reunidos después en El Llano en llamas.
1
Agradezco a Carina Pons, de la Agencia Literaria Carmen Balcells, la información sobre la coautoría de la traducción realizada por Torrente Ballester y Von Hesse Podewils.
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