Nota de política sobre protección social y trabajo Abril de 2012 | Número 4 Nota de antecedentes para la estrategia del Banco Mundial sobre la protección social y el trabajo para el decenio 2012–22 Mejorar el acceso al empleo y las oportunidades para generar ingresos La función de las políticas de activación y graduación en los países en desarrollo E n virtud del inexorable cambio demográfico que se constató en la nueva estrategia sobre la protección social y el trabajo para el decenio 2012–22, se estima que solamente en Asia y África habrá 12 millones de trabajadores nuevos que se sumarán para buscar empleo en el año próximo. Los sistemas de protección social y trabajo bien concebidos pueden contribuir eficazmente al crecimiento productivo e inclusivo, y los programas activos de mercado laboral y de activación desempeñan una función importante a la hora de vincular a las personas con los puestos de trabajo y mejorar sus oportunidades para generar ingresos1. En los países de ingreso alto, mediano y bajo, la tipología de los programas y políticas de activación y graduación —y los principios que orientan el diseño de los mismos— poseen muchas similitudes y siguen siendo pertinentes para las personas que no están recibiendo ningún tipo de transferencia y, sin embargo, afrontan dificultades para encontrar un empleo asalariado, adoptar el autoempleo, o que participan en actividades de escasa productividad y remuneraciones bajas. De hecho, la mayor parte de la mano de obra de los países en desarrollo participa en actividades de baja productividad, ya sea como trabajadores por cuenta propia o en empresas familiares (a menudo sin remuneración). Para fomentar la capacidad de inserción laboral de estas personas más vulnerables, los países suelen utilizar un conjunto de políticas, para lo cual combinan los incentivos con programas o servicios de apoyo. Los primeros constan de características o modificaciones de los programas de prestaciones para que los destinatarios sean menos proclives a los desincentivos para trabajar y se vinculen con el nivel o duración de una prestación, corresponsabilidad o incentivos financieros2. Quizás la compatibilidad del incentivo de los sistemas de apoyo a los ingresos no sea suficiente por sí sola; también es importante tener una amplia gama de programas o servicios complementarios de apoyo para contribuir a que los grupos de destinatarios superen un conjunto de barreras al empleo, que a menudo son múltiples3. En teoría, los programas de activación y graduación deberían conjugar el seguro social, la asistencia social y los programas activos de mercado laboral. En la práctica, los sistemas de protección social de la mayoría de los países de ingreso mediano y bajo están fragmentados, con escasa articulación entre las funciones y carecen de un marco coherente para diseñar y poner en práctica los programas activos de mercado laboral. El marco conceptual propuesto procura orientar la evaluación y el diseño de las intervenciones que mejoren el acceso al empleo y las oportunidades para generar ingresos en diversos contextos, está acompañado de un examen selectivo (que se concentra fundamentalmente en pruebas para los países en desarrollo y se basa eminentemente en pruebas obtenidas en microestudios y evaluaciones del impacto) sobre la eficacia de las políticas, y analiza los programas de compatibilidad de los incentivos y apoyo al empleo. No existe un enfoque universal. Hay una interacción de factores que abarca el diseño óptimo de políticas, incluida la dimensión del sector informal, la naturaleza de la pérdida de empleo, el tamaño y complejidad del sistema de protección social del país, las disposiciones de diseño y puesta en práctica de los programas de apoyo a los ingresos, la capacidad administrativa del país, el perfil de los beneficiarios y el contexto de la economía política. Finalmente, las repercusiones de la mayoría de las intervenciones de activación dependen esencialmente de las condiciones generales del mercado laboral, especialmente el dinamismo de la demanda de mano de obra. Esta nota se basa en el trabajo de Rita Almeida, Juliana Arbeláez, Maddalena Honorati, Arvo Kuddo, Tanja Lohmann, Mirey Ovadiya, Lucian Pop, María Laura Sánchez Puerta y Michael Weber, del año 2012, titulado Improving Access to Jobs and Earnings Opportunities: The Role of Activation and Graduation Policies In Developing Countries (Mejorar el acceso al empleo y las oportunidades para generar ingresos: La función de las políticas de activación y graduación en los países en desarrollo). Documento para debate sobre la protección social y el trabajo número 1204. Banco Mundial. Washington, DC. 1 Esta nota se concentra en el programa de políticas para eliminar las limitaciones o desincentivos que poseen las personas para acceder a mejores empleos o aumentar la productividad de su actual empleo (“activación”). El programa de graduación es más ambiguo e involucra intervenciones que van más allá de los programas que se analizan. 2 Debido a que redujimos el concepto de “incentivos”, hay instrumentos autónomos importantes que se han excluido, como los “bonos para regresar al trabajo”. Los mismos se pueden utilizar como un enfoque de activación y no están necesariamente vinculados a una transferencia de bienestar social o de seguro por desempleo (Vodopivec, 2004). 3 Dichos servicios de apoyo pueden ser muy diversos; no obstante, los servicios de apoyo vinculados al empleo son el objeto de análisis de este documento. Nota de políticas sobre protección social y trabajo Creación de perfiles de beneficiarios y personalización. La población de destinatarios abarca un conjunto inmensamente diverso de personas. Sus limitaciones incluyen la falta de aptitudes adecuadas (cognitivas, no cognitivas y técnicas), la existencia de información incompleta o nula (escasas indicaciones y falta de trabajo en red), limitaciones en materia de capital de trabajo y restricciones de movilidad. Sus múltiples necesidades requieren de un modelo de servicio integral, con una amplia gama de medidas de activación debidamente adaptadas (al combinar capacitación con experiencia laboral y servicios de empleo, capacitación cognitiva con no cognitiva, capacitación con orientación personalizada, y asistencia personalizada en la búsqueda de empleo). La formulación de un “plan de acción individual” es una práctica común en muchos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y los países de ingreso mediano están siguiendo esta tendencia cada vez más. Compatibilidad de los incentivos. Los incentivos más comunes, que constituyen un tema fundamental, se relacionan con los siguientes elementos: i) características de diseño de los programas (duración y nivel de los pagos por prestaciones); ii) corresponsabilidades (búsqueda de empleo y otros requisitos combinados con el seguimiento y las sanciones), y iii) incentivos financieros. La repercusión de estos sistemas aún no se ha evaluado bien y las pruebas son escasas, especialmente para los países que no integran la OCDE. En el caso de los beneficiarios de las redes de protección social, las pruebas sugieren que la duración limitada de las prestaciones y la disminución de sus niveles no son políticas eficaces si no están acompañadas de medidas complementarias de inserción laboral y graduación. El uso de corresponsabilidades es cada vez más atractivo para los países que cuentan con la capacidad administrativa y poseen una oferta de servicios de intermediación laboral y capacitación. En los países donde no se dispone de servicios públicos en materia de empleo, su función quizás se sustituya parcialmente por el uso de trabajadores o promotores sociales. La sostenibilidad es profundamente dependiente de las disposiciones de puesta en práctica. A pesar de que resulta difícil extraer conclusiones generales, se han obtenido pautas y aún quedan muchas preguntas de interpretación abierta. La buena gestión requiere de un equilibrio de funciones y responsabilidades entre los niveles central y local para brindarles a los proveedores de servicios locales la flexibilidad gerencial que permita detectar las necesidades de los mercados laborales locales, para lo cual resulta crucial la capacidad institucional. Los contratos basados en el desempeño constituyen un cambio reciente hacia el financiamiento de productos (que a menudo se miden por la cantidad de beneficiarios que logran obtener BANCO MUNDIAL Abril de 2012 | Número 4 un empleo luego de la culminación del programa). La sostenibilidad también implica un distanciamiento del apoyo y los subsidios del Gobierno (países de ingreso mediano) y el financiamiento de los donantes y organizaciones no gubernamentales (países de ingreso bajo) para adoptar un enfoque más autocontributivo, especialmente en el caso de los más capacitados que tienen recursos suficientes para pagar. Participación del sector privado. Los programas de capacitación impulsados por la demanda, por citar un ejemplo, parecen ser más eficaces debido a que hay una mayor probabilidad de que las aptitudes adquiridas se correspondan con la demanda laboral del sector privado. Asimismo, el fomento de un “mercado” para ofrecer programas está generalmente vinculado a una menor presión sobre los presupuestos públicos, una mayor eficacia en función de los costos y un espectro de servicios más amplio. Desafortunadamente, las pruebas son aún muy escasas y persisten los desafíos, que incluyen el diseño y la observancia de la ejecución de los contratos. La mejora de los sistemas de seguimiento y evaluación es crucial para lograr una mejor planificación y toma de decisiones. Un factor clave que subyace al buen desempeño es contar con un sistema de gestión basada en los resultados que permita responsabilizar a las unidades locales de su desempeño. Se deben ajustar y optimizar continuamente los programas, y ello solamente puede lograrse si se dispone de datos en tiempo real sobre las operaciones y el desempeño. No obstante, en algunos países de ingreso bajo y en situaciones de fragilidad donde no se dispone de datos de sondeos en forma periódica y los datos administrativos aún se ingresan de forma manual, la creación de un sistema de seguimiento y evaluación que funcione debidamente constituye un desafío. A lo largo del mundo en desarrollo existe una creciente demanda de asesoramiento sobre el diseño de políticas que faciliten el acceso de las personas más vulnerables al empleo, al tiempo que se disminuye la dependencia de los sistemas públicos de apoyo a los ingresos. Sin embargo, se han evaluado muy pocos programas en los países de ingreso mediano y bajo. Entre los que se han evaluado resulta difícil determinar de qué manera las diferentes características de diseño explican el éxito o fracaso o explicar la función que cumplen las condiciones locales. Chile Solidario, por ejemplo, es un sistema de frontera que ha disminuido sus costos operativos (con intercambio de recursos y disposiciones eficaces de puesta en práctica a escala) y ha mejorado el rendimiento de sus propios programas y la prestación general de la protección social. Un programa dinámico de redes de protección social, basado en diseños innovadores y que vincula a los beneficiarios con intervenciones eficaces de mercado laboral, puede ser la única senda políticamente sostenible para ampliar la cobertura de la protección social en muchos países en la actualidad. Las observaciones, interpretaciones y conclusiones expresadas en este documento pertenecen a los autores y no son necesariamente reflejo de la opinión del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial y sus organizaciones afiliadas, ni de los Directores Ejecutivos del Banco Mundial o los Gobiernos a los que representan. El Banco Mundial no garantiza la exactitud de los datos que figuran en esta publicación. Para obtener más información, visite www.worldbank.org/sp.