Las glándulas del sistema endocrino liberan moléculas mediadoras, llamadas hormonas, en el torrente sanguíneo. Luego, la sangre circulante las lleva a casi todas las células del cuerpo. Los sistemas nervioso y endocrino están coordinados en un súper sistema entrelazado, el sistema neuroendocrino. Ciertas partes del sistema nervioso estimulan o inhiben la liberación de hormonas, que a su vez promueven o restringen la generación de impulsos nerviosos. Las hormonas modifican el metabolismo, regulan el crecimiento y desarrollo, e influyen en los procesos reproductivos. Ambos sistemas responden con ritmo distinto a los estímulos. Lo más frecuente es que los impulsos nerviosos produzcan efectos en cuestión de milisegundos, mientras que algunas hormonas actúan en segundos y otras causan una respuesta en varias horas o más tiempo. Los efectos de la activación del sistema nervioso generalmente son más breves que los producidos por el endocrino. El cuerpo posee dos tipos principales de glándulas, exocrinas y endocrinas. Las glándulas exocrinas secretan sus productos en conductos que llevan las secreciones a cavidades corporales, el interior de un órgano, o la superficie externa del cuerpo. Este grupo abarca las glándulas sudoríparas, sebáceas, mucosas y digestivas. Las glándulas endocrinas secretan sus productos (hormonas) en el líquido intersticial que baña las células secretoras, no en conductos. Luego, la secreción se difunde hacia los capilares y se transporta por la sangre. Las glándulas endocrinas del cuerpo humano, que conforman el sistema endocrino, son hipófisis, tiroides, paratiroides, suprarrenales y pineal. El sistema endocrino se compone de varias glándulas de secreción interna y externa. Varios órganos y tejidos contienen células que secretan hormonas, sin ser glándulas exclusivamente endocrinas. Tal es el caso del hipotálamo, timo, páncreas, ovarios, testículos, riñones, estómago, hígado, intestino delgado, piel, corazón, tejido adiposo y placenta. Las hormonas producen efectos intensos, incluso en concentraciones muy bajas. Por norma general, el casi medio centenar de hormonas del cuerpo humano tiene efectos en unos cuantos tipos celulares. Los receptores hormonales son la razón de que algunas células respondan a una hormona y otras no. En general una célula blanco posee de 2 mil a 100 mil receptores para una hormona dada. Cuando la concentración de la hormona es excesiva, disminuye el número de tales receptores, efecto llamado regulación descendente. En contraste, la deficiencia de una hormona suele acompañarse de un incremento en el número de sus receptores. Tal fenómeno, llamado regulación ascendente, vuelve al tejido blanco más sensible a la hormona. Las hormonas se clasifican en dos grupos, según la distancia del sitio de su producción en la que actúan. Las hormonas que pasan a la sangre y ejercen sus acciones en células blanco distante son hormonas circulantes o endocrinas, mientras que las que actúan localmente, sin pasar al torrente sanguíneo, son hormonas locales. Dentro de las hormas locales, hay hormonas para crinas que actúan en células adyacentes, y auto crinas con efecto en la misma célula que las secreta. Es común la inactivación rápida de las hormonas locales, al tiempo que las circulantes suelen persistir en la sangre y ejercer sus acciones durante unos cuantos minutos u, ocasionalmente, varias horas. El hígado inactiva las hormonas circulantes que se excretan por los riñones. En personas con insuficiencia hepática o renal, es posible que haya concentraciones hormonales altas en sangre. La reactividad de las células blanco a una hormona depende de: a) la concentración de ésta; b) la abundancia de receptores de la hormona en las células blanco; y c) los efectos de otras hormonas. Una célula blanco responde más intensamente cuando aumentan los niveles de la hormona o tiene más receptores (regulación ascendente). Además, las acciones de ciertas hormonas en dicha célula requieren la exposición simultánea o reciente a una segunda hormona. En tales casos, se dice que esta última tiene un efecto permisivo. Hay un efecto sinérgico cuando la acción conjunta de las dos hormonas es mayor que la suma de las acciones independientes de cada una. A manera de ejemplo, ni la secreción ovárica de estrógenos ni la hipofisaria de hormona foliculo estimulante bastan para la producción normal de oocitos en los ovarios. Sin embargo, su acción conjunta hace que ocurra tal producción. Se dice que existe un efecto antagonista de dos hormonas cuando las acciones de una se oponen a las de la otra. Un par de hormonas antagonistas es la insulina, que promueve la síntesis del glucógeno en las células hepáticas y el glucagón, que estimula la degradación del glucógeno en el hígado. Casi todas las hormonas se liberan en forma de breves ráfagas, con secreción mínima, o nula, entre dichas ráfagas. La estimulación creciente de las glándulas endocrinas hace que liberen sus hormonas con ráfagas más frecuentes y, de tal suerte, ocurra ascenso de las concentraciones hormonales en la sangre. La regulación de la secreción de hormonas normalmente mantiene la homeostasis y previene la sobreproducción o producción insuficiente de una hormona dada. Regulan la secreción de hormonas: 1) señales provenientes del sistema nervioso; 2) cambios químicos de la sangre; y 3) otras hormonas. Las hormonas que influyen en otras glándulas endocrinas se denominan hormonas trópicas o tropinas. Las dos gonadotropinas, la FSH y LH, regulan la función de las gónadas (testículos y ovarios). La tirotropina estimula la actividad de la tiroides, mientras que la corticotropina actúa en la corteza suprarrenal. Las enfermedades del sistema endocrino frecuentemente implican la hiposecreción o liberación insuficiente de una hormona, o su hipersecreción, es decir, la liberación excesiva. En muchos casos, el problema consiste en la regulación deficiente de la secreción, mientras que en otros se deriva de receptores hormonales defectuosos o insuficientes. El hipotálamo, situado bajo el tálamo, es el principal centro de integración entre los sistemas nervioso y endocrino. Recibe impulsos de otras regiones encefálicas, entre ellas el impulso límbico, corteza cerebral, tálamo y sistema de activación reticular, así como señales sensoriales de órganos internos y de la retina. Las experiencias dolorosas, estresantes y emocionales producen cambios en la actividad hipotalámica. El hipotálamo controla el sistema nervioso autónomo y regula la temperatura corporal, sed, hambre, comportamiento sexual y reacciones defensivas, como las de miedo e ira. El hipotálamo no sólo es un importante centro regulador del sistema nervioso, sino que también es una glándula endocrina crucial. Sus células sintetizan por lo menos nueve hormonas diferentes. Las hormonas hipotalámicas llegan al lóbulo anterior de la hipófisis por medio de un sistema portal, el cual transporta sangre entre dos redes de capilares sin que pase por el corazón. ADH: hormona de acción antidiurética y que provoca un aumento en la presión arterial. Oxitocina: hormona que estimula la contracción muscular uterina y la expulsión de la leche por parte de la glándula mamaria tras el parto. RF: factores liberadores que regulan la producción hormonal de la hipófisis. La secreción de la glándula pineal no es constante y requiere estímulos adecuados para que se produzca la secreción. Estos son los estímulos luminosos, proporcionando de esta forma un "reloj circulante" al organismo. Constituye una parte importante de los mecanismos que rigen las actividades cíclicas (sueño-vigilia, etc.) Hormonas de la glándula pineal Melatonina: hormona capaz de aclarar la piel, ejerciendo una acción antagonista respecto a la hormona menanófora hipofisiaria. Otra acción es la inhibidora del desarrollo de las gónadas. Adrenoglomerulotropina: hormona que estimula la secreción de la aldosterona. Ocupa una posición de primer orden al regular el equilibrio hormonal del organismo, ya que no sólo elabora hormonas que actúan directamente (crecimiento) sino hormonas que vigilan la actividad hormonal de las otras glándulas endocrinas. Su actividad es a su vez influida por factores de liberación elaborados por el hipotálamo y por las hormonas de otras glándulas elaboradas bajo su influjo. Hormonas de la adenohipófisis STH: hormona del crecimiento además de factor diabetógeno. TSH: hormona que estimula la producción de hormonas por parte de la tiroides. FSH: hormona que estimula las glándulas sexuales. LH: hormona que provoca la ovulación y prepara la formación del cuerpo lúteo. LTH: hormona responsable del mantenimiento del cuerpo lúteo y la producción de leche por parte de la glándula mamaria. MSH: hormona que estimula los melanóforos, células de la piel dedicadas a la formación de pigmento. Hormonas almacenadas y distribuidas por la neurohipófisis (elaboradas en el hipotálamo) ADH: hormona de acción antidiurética y que provoca un aumento en la presión arterial. Oxitocina: hormona que estimula la contracción muscular uterina y la expulsión de la leche por parte de la glándula mamaria tras el parto. RF: factores liberadores que regulan la producción hormonal de la hipófisis. Hormonas de la tiroides Tiroxina (T4 con 4 átomos de yodo) y Triyodotina (T3 con 3 átomos de yodo): Hormonas de las paratiroides Paratormona: esta hormona regula el equilibrio del calcio del organismo. Un déficit de paratormona conduce a un descenso de calcio en la tasa hemática, con un aumento de fósforo, y como consecuencia de ello hay una hiperexitabilidad nerviosa. En caso de hiperfunción de las glándulas, el calcio se adquiere de los huesos. La glándula Timo Hormonas de la timo Hormona tímica: tiene una importancia extraordinaria en el funcionamiento del sistema inmunológico. Se sabe que es capaz de modificar a los linfocitos procedentes de la médula ósea en linfocitos madurados T que son los agentes de una variedad de respuesta inmunológica extraordinariamente eficaz, denominada respuesta celular, que el organismo pone en marcha para luchar contra algunas enfermedades (tuberculosis y cáncer). Sustancias elaboradas por la corteza suprarrenal Glucorticoides: hormonas de acción antiinflamatoria, antialérgica y de efectos sobre la presión arterial. Mineralcorticoides: hormonas de acción reguladora del sodio y el potasio, sobre todo a nivel renal, pero también en las glándulas salivales, sudoríparas y del tramo gastrointestinal. Sexuales: hormonas elaboradas en mínima parte por la corteza suprarrenal, son químicamente iguales y ejercen la misma función biológica que las elaboradas por las glándulas sexuales. Sustancias elaboradas por la médula suprarrenal Adrenalina y Noradrenalina: Hormonas iguales a los neurotransmisores. La diferencia es que los neurotransmisores ejercen su acción biológica sólo en el lugar en que son liberadas, mientras que las de origen suprarrenal son vertidas directamente en la sangre. En la zona suprarrenal se produce mayor cantidad de adrenalina que de noradrenalina, lo cual no ocurre así en las terminales nerviosas simpáticas que producen los neurotransmisores. Tiene una doble función: exocrina (que vierte su elaboración al duodeno) y endocrina. Hormonas del páncreas: Insulina: Hormona que determina una disminución de la glucosa hemática acelerando su metabolismo; por otro lado, obstaculiza la glucogénesis. Una carencia de insulina determina la diabetes mellitus. Glucagón: Hormona que determina un aumento en la glucemia, acelerando la escisión del glucógeno. TESTÍCULOS. Son a la vez gónadas y glándulas de secreción interna. La función de gónadas se expresa mediante la formación y maduración de los espermatozoides y la endocrina mediante la producción de hormonas. Hormonas del testículo: Andrógenos (testosterona) y estrógenos (estradiol y estrona): La testosterona incrementa la libido, es responsable del desarrollo de los órganos genitales masculinos y de los caracteres sexuales secundarios y es indispensable para los fines de la espermatogénesis. OVARIOS (gónadas femeninas). Son a la vez gónadas y glándulas de secreción interna. La función de gónadas se expresa mediante la formación y maduración de los óvulos y la endocrina mediante la producción de hormonas. Hormonas del ovario: Andrógenos (testosterona) estrógenos (estradiol y estrona) y gestágenos (progesterona): Los estrógenos ejercen su actividad sobre la mucosa uterovaginal, determinando las variaciones morfológias del ciclo menstrual, e influyen en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. La principal función de la progesterona es la de preparar la mucosa del útero para la anidación y nutrición del huevo fecundado. La testosterona incrementa la libido.