PRIMERA PARTE. BIENES CIVILES 273 de la coexistencia de este derecho con el de nuda propiedad, la ley considera al mismo usufructuario como mero tenedor frente al nudo propietario y atribuye a éste la posesión de los bienes mencionados (C.C. arts. 775 y 776). De manera que el nudo propietario es el poseedor de las cosas dadas en usufructo y ejerce esa posesión por conducto del usufructuario”564. Recuérdese que cuando existe obligación de restitución, como la que detenta el usufructuario sobre una cosa inconsumible, estaremos enunciando una característica de los meros tenedores. Indicábamos supra que el usufructo se diferenciaba de la enfiteusis como derecho real operante en el Código Civil francés, en razón a que ésta es transmisible por causa de muerte y el usufructo, por regla general, no lo es, ya que de conformidad con el artículo 832 del C.C., “El usufructo es intransmisible por testamento o ab intestato”. Decimos que por regla general, ya que si se constituye usufructo para los fines del sistema de tiempo compartido turístico de que habla el inciso segundo del artículo 97 de la ley 300 de 1996, el usufructo si es transmisible por causa de muerte. En tal sentido el artículo 97 de la ley 300 de 1996 establece que: “Con el objeto de desarrollar el sistema de tiempo compartido turístico se permitirá la constitución de usufructos alternativos o sucesivos y de otra parte, el usufructo constituido para estos fines será transmisible por causa de muerte”. El decreto 1076 de 1997 define en su artículo 2, numeral 12 al multi-usufructo, como una “modalidad del usufructo según la cual el titular adquiere este derecho real sobre un inmueble sometido al régimen de tiempo compartido turístico durante un período determinado o determinable del año y a lo largo de un número de años, que deberán quedar señalados en el respectivo contrato y que no podrán exceder el plazo máximo consagrado en el Código Civil, correspondiendo la nuda propiedad al promotor o a un tercero”. A pesar de que el usufructo es intransmisible por causa de muerte, su ejercicio es transferible mediante cesión o arrendamiento –salvo prohibición en tal sentido–, de conformidad como lo establece el artículo 852 del C.C.: “El usufructuario puede dar en arriendo el usufructo, y cederlo a quien quiera, a título oneroso o gratuito. Cedido el usufructo a un tercero, el cedente permanece siempre directamente responsable al propietario. Pero no podrá el usufructuario arrendar ni ceder su usufructo, si se lo hubiere prohibido el constituyente; a menos que el propietario lo releve de la prohibición. El usufructuario que contraviniere a esta disposición, perderá el derecho de usufructo”. 564 Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 7 de julio de 1971.