PALACIO POSTAL Dada la creciente importancia del Servicio de Correos, que en el año de 1900 tuvo un movimiento anual de 134, 631, 009 piezas postales y contaba con 1, 972 oficinas y un presupuesto de $ 2. 178, 593.88, se contempló la conveniencia de contar con una serie de cartas postales por estado y territorio, para facilitar la operación, así como elaborar los correspondientes itinerarios. Debido al auge y desarrollo del correo como uno de los principales medios de comunicación del momento, se hizo necesaria la construcción de un edificio que satisficiera las necesidades del manejo de los altos volúmenes de correspondencia. El 17 de febrero de 1907, el presidente Porfirio Díaz Mori inaugura el Palacio Postal o "Quinta Casa de Correos", fecha en la se escuchó por primera vez los acordes de nuestro Himno Nacional, mientras el Presidente de la República, General Porfirio Díaz Mori, lo inauguraba. LAS CINCO CASAS DE CORREOS PRIMERA CASA DE CORREOS El Correo Mayor de la Nueva España se estableció en 1621 y hasta 1765, en el número 7 de la calle “Del Parque”, esquina con la calle de la Soledad, a espaldas de Palacio Nacional, hoy 1ª calle de la Soledad esquina Correo Mayor. La Primera Casa de Correos funcionó de forma paralela a la Segunda Casa de Correos hasta el 1° de julio de 1766, fecha en la que se entregó el Oficio de Correo Mayor al Estado. PRIMERA CASA DE CORREOS, ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL SEGUNDA CASA DE CORREOS El 1° de julio de 1765, Don Domingo Antonio López, Administrador del Correo Marítimo, estableció la Administración Principal de Correos en el número 11 de la calle de Santa Teresa “La Vieja”, hoy calle de República de Guatemala, en un anexo de lo que fue el Convento de las Monjas de Balvanera, permaneciendo en dicho lugar hasta el año de 1788. EN EL PREDIO QUE OCUPO EL CONVENTO DE LAS MONJAS DE BALVANERA, HOY EN DÍA SE ENCUENTRA EL PALACIO DE LA AUTONOMÍA DE LA UNAM. ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL TERCERA CASA DE CORREOS De octubre de 1788 hasta 1852 el correo estableció su tercera sede en la calle de San Francisco N°10, hoy Francisco I. Madero N° 33, ocupando dos casas pertenecientes al Doctor José Manuel de la Borda. En 1818 cambio de nombre a Administración General de Correos. FACHADA 3ª CASA DE CORREOS, ESTABLECIDA EN LA CASA DEL DR. JOSE MANUEL DE LA BORDA LIBRO QUINTA CASA DE CORREOS ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL CASA DE LA BORDA, FCO. I. MADERO Nª 33 ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL CASA DE LA BORDA, FCO. I. MADERO ESQ. BOLIVAR ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL CUARTA CASA DE CORREOS El 3 de febrero de 1852, la Administración General de Coreos se trasladó a un anexo de la Antigua Casa de Moneda, hoy calle de Moneda, a un costado del Palacio Nacional. En ese lugar permaneció hasta el 16 de febrero de 1907. En 1901, cambio de nombre a Dirección General de Correos. FACHADA 4ª CASA DE CORREOS, ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL INTERIOR DE LA 4ª CASA DE CORREOS, ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL 4ª CASA DE CORREOS, HOY MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS, ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL QUINTA CASA DE CORREOS La Dirección General de Correos se instaló el 17 de febrero de 1907, en la antigua calle de Santa Isabel esquina con San Andrés, hoy Tacuba N° 1 esquina con Eje Central y el Callejón de la Condesa. Siendo hoy sede de la Dirección General del Servicio Postal Mexicano, Correos de México. A este recinto también se le conoce como Palacio Postal y es considerado desde el 4 de mayo de 1987 como Monumento Artístico. FACHADA 5ª CASA DE CORREOS, PALACIO POSTAL AÑO DE 1907, ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL FACHADA 5ª CASA DE CORREOS, ACTUALIDAD, ARCHIVO BIBLIOTECA POSTAL RECINTO CON HISTORIA Y TRADICIÓN (LA QUINTA CASA DE CORREOS) ______________________________________________________________________________ En 1884 el correo se integra a la modernidad que el sistema mundial demanda y se implementa el Código Postal Mexicano a la vez que el desarrollo del país aumenta el movimiento de correspondencia lo que ocasiona aumento en las necesidades de espacio y funcionalidad que requería la activa Administración General de Correos, por lo que en 1900 se inicia el planteamiento de contar con instalaciones acordes con las necesidades y elije un predio ubicado en la cabecera de manzana de las calles de Santa Isabel, San Andrés y Callejón de la Condesa, lugar en donde se encontraba una edificación de la época virreinal conocido como el Hospital de Terceros que ocupara tres mil seiscientos ochenta y cuatro metros cuadrados. Hospital de Terceros Costrucción Palacio Postal Para 1901 comienza la demolición del Hospital de Terceros. El proyecto es realizado por el arquitecto italiano Adamo Boari, y la construcción se encargó al ingeniero mexicano Gonzalo Garita. El estilo general del edificio obedece al español antiguo anterior a la época de la conquista conocido por Plateresco o isabelino, en algunas decoraciones nos recuerda al Palacio de Monterrey en Salamanca, España y al Palacio Ducal en Venecia en Italia. El conjunto de estos aspectos arquitectónicos hacen que sea considerado un estilo ecléctico. Amado Boari y Gonzalo Garita La primera piedra se colocó el 14 de septiembre de 1902, en cuyo interior se guardaron objetos y periódicos de la época, haciendo referencia al suceso, en medio de solemne ceremonia; la construcción tardó cinco años inaugurándose el Palacio Postal el 17 de febrero de 1907 por el Presidente Porfirio Díaz. El costo total de la obra fue de $2,921,009.94. Es una construcción de estructura metálica de acero tipo Chicago, de moda en esos años, traída desde Nueva York, y que en sus cimientos se encuentra un emparrillado de acero ahogado en concreto haciéndolo muy estable, sus entrepisos son de vigueta y bovedilla, y los muros de tabique fueron revestidos con sillares labrados de “piedra blanca de Pachuca” que la intemperie oxida, dándole su tono de oro pálido. Tanto en su interior como exteriores, el edificio se encuentra lleno de obras de arte, ornamentado con mármoles y trabajos de escayola. Sobresalen como obras de arte, los frescos de Bartolomé Gallotti, alusivos al correo, pintados al temple, las gárgolas y detalles de los pórticos, hasta la herrería de bronce dorado, incluyendo la de las majestuosas escalinatas, hecha con mármoles mexicanos que conducen de la planta baja al primer piso, los bronces fueron elaborados en la Fondería Pignone de Florencia, Italia. En sus adornos platerescos predominan los elementos gotizantes, pináculos que rematan los torreones y los arcos falsos sobre los peraltados de las ventanas del primer y segundo cuerpos, elementos que visualmente vuelven ligera y airosa la gran masa del edificio, a lo cual también colaboran las logias superiores con infinitas danzas de arcos de medio punto sobre finas columnas salomónicas e igualmente las esbeltas ventanas de ajimez. En el tercer nivel, otros adornos platerescos son los ornamentales arcos trilobulados, que en la parte superior ofrecen escudos heráldicos rodeados de motivos fitomorfos. Los otros vanos de este cuerpo presentan forma rectangular y están rematados por frontones circulares que igualmente ostentan escudos, éstos sostenidos por amorcillos; y entre este piso y el cuarto, la interminable greca horizontal de escudos cuya forma o campo es un triángulo curvilíneo inscrito en un círculo. En la entrada principal conocida como pan coupé, se encuentran esculpidas las figuras de dos bueyes, como timbres o cimeras de grandes escudos, que enmarcan el elegante alfíz mudejar de la puerta y representan el espíritu de sacrificio y los que trabajan en silencio para bien de los demás. En la torre principal del edificio se encuentra el reloj monumental que fue importado de Alemania por la empresa de los Hermanos Dienner y Compañía de la “Joyería La Perla” ensamblado en México, el cual en el año de 1907 se dejaba escuchar hasta cuatro kilómetros a la redonda. El 4 de mayo de 1987 el Palacio Postal fue declarado Monumento Artístico de la nación en el diario oficial de la misma fecha. RESTAURACIÓN DEL PALACIO POSTAL ______________________________________________________________________________ En la década de los cincuenta el Banco de México ocupó los dos últimos niveles, a través del tiempo modificó varios elementos arquitectónicos. También el Correo cambió parte del diseño original, por lo que fue necesario un detallado proceso de restauración y rescate arquitectónico para devolverle su esplendor original. Los trabajos de restauración se iniciaron en 1996 concluyendo en el año 2002 El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes recomendó al Arq. Juan Urquiaga, quien junto con el despacho del Dr. Ricardo Prado y Asociados llevara a cabo estas obras que ha devuelto al Palacio Postal su grandeza original. Basado en los planos y croquis del trabajo de Adamo Boari, se restauraron todos los elementos originales del edificio, reproduciendo más de 550 planos para la restauración de los 12,500 m2 que ocupa el Palacio en sus 4 pisos. Las columnas fueron restauradas con la fórmula antigua de escayola, logrando reproducir nuevamente su belleza. La herrería de bronce que había sido cubierta con pintura negra de esmalte fue tratada para devolverle su color original Para la recuperación de las ventanas de madera que integran las fachadas, se tomó como modelo las originales que quedaban en buen estado. Los cristales biselados y con acabado esmerilado realzan la ebanistería de las puertas y ventanas interiores. El Vitral emplomado de aproximadamente 100 m2 que cubre el hall principal y la escalera monumental fue restaurado en su totalidad, incluyendo los escudos que se encuentran en el 2do. y 3er. nivel de los países que pertenecen a la Unión Postal Universal. En la entrada principal llamada Pan Coupé fue desmontada la marquesina para ser restaurada, todas sus partes fueron limpiadas y posteriormente vueltas a dorar por galvanoplastia. También fue restaurada la cantera blanca de Pachuca, de las cuatro fachadas del edificio que tienen una superficie aproximada de 6,000 m2. En las fachadas oriente, poniente y norte existen quince lampadarios que semejan dragones, mismos que se limpiaron hasta dejar la apariencia original del bronce, protegiéndolos con una laca transparente de resina sintética como inhibidor de corrosión. Con una rigurosa metodología tanto histórica como técnica, se llevó a cabo el rescate del reloj monumental. Para su intervención se realizó una cuidadosa investigación en el AGN, la que arrojó importantes datos como: el nombre de los fabricantes y las cartas de contratación que, junto con croquis y fotografías de su estado original, permitieron una rehabilitación fiel de este elemento. El tercer y cuarto nivel eran las áreas más modificadas y degradadas del edificio ya que alojaba oficinas, cocina y comedores del Banco de México por varios años, hoy luce como era originalmente. Dentro de Proyecto de Restauración se destaca la restitución de los elevadores originales elaborados con un sistema de estructura mecánica de ascensores y de ornamentación, uno de los trabajos más arduos y complejos que le han dado esplendor al Palacio Postal. UN RELOJ, PARA UN PALACIO ______________________________________________________________________________ En la torre principal del edificio se encuentra el reloj monumental que fue importado y ensamblado por la “Joyería La Perla”, el cual en el año de 1907 se dejaba escuchar hasta cuatro kilómetros a la redonda. Más que un reloj, este excepcional instrumento es todo un artificio de varios relojes donde la maravilla de la ingeniería mezcla mecanismos de cuerda con aparatos eléctricos y transmisiones hidráulicas con sistemas de frenos de aire, poleas, contrapesos y cables, así como un carrillón de seis campanas. Con un peso de 700 kilos, que desembocan en una hermosa esfera horaria enmarcada por una carátula de cristal de 8 milímetros de espesor y 2 metros de diámetro, iluminada por un reflector para hacerla visible a la distancia en horas de la noche, se convirtió en el principal inquilino del hermoso edificio de correos y minuto a minuto, marcó el paso del tiempo y se erigió en testigo sonoro de la historia del país. Su costo fue de $7,500.00 pesos a precios de 1907. Cada ocho días, sin faltar a la cita, preciso, meticuloso, el encargado del reloj, le daba cuerda y observaba detenidamente que no fallara. En el mes de marzo de 1908, se dio cuenta que comenzaba a atrasarse y de inmediato se hicieron las reparaciones pertinentes que duraron tres meses, aún dentro de los términos de la garantía. Por espacio de cuarenta años el reloj funcionó de manera adecuada con el mantenimiento mínimo, hasta que en 1948 se hizo necesario hacerle una reparación general y cambiarle algunas piezas que se habían desgastado. Posteriormente, las reparaciones y cambios siguieron y las capas de pintura y modificaciones a su carátula, se sucedieron una a otra, en detrimento del funcionamiento óptimo y de su belleza original. En 1996, cuando se decidió establecer todo un plan maestro para la restauración integral del edificio, uno de las prioridades fue el rescate del reloj y su carrillón de campanas, que se encontraban en estado ruinoso y desuso total. No obstante todos estos obstáculos a vencer, se iniciaron los trabajos e investigaciones necesarias y con el ingenio, talento y dedicación de un grupo de técnicos y artesanos, al mando del arquitecto Agustín De los Ríos Paredes, la dirección técnica e histórica del Dr. Ricardo Prado Nuñez y la coordinación del Arquitecto Juan Urquiaga Blanco, de CONACULTA, las labores de rescate se han terminado y el reloj, incólume, preciso medidor del tiempo, símbolo de abolengo y grandeza de toda una época, vuelve con su sonoro y armonioso carrillón de campanas, a marcar el paso de las horas, para que los habitantes de la Ciudad de México y las personas que la visitan, puedan admirar, como lo hicieron a principios de siglo nuestros abuelos, el Palacio Postal y escuchar las campanadas del mejor reloj de la época.