100 años del cultivo de algodón en Mexicali

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Revista de historia regional de Mexicali y su valle
Año V, núm. 18, octubre-diciembre de 2012
niversidad Aut noma
de a a ali ornia
100 años del cultivo
de algodón en Mexicali
HIS TOR IA S D E VIDA
James W.
J
W Stone
S
Jimmy Griffin*
E
l empresario James William Stone es quizás el
personaje más destacado y reconocido de los
hombres del algodón en los años dorados del valle
de Mexicali. He aquí su historia de vida:
Nació en Phoenix, Arizona, el 12 de marzo de 1901. En
1924 obtuvo su título de ingeniero civil en la Universidad de
Arizona y empezó a trabajar en la compañía ferrocarrilera
Southern Pacific. En 1925, a los 24 años de edad, llegó a
Mexicali, donde vivió el resto de su vida.
Su primer trabajo en el valle de Mexicali fue en el ferrocarril
Inter-California del Sur en la prolongación de la vía hasta Los
Médanos, unos kilómetros más al sureste de Riito, Sonora.
En 1930, Anderson, Clayton & Company, una algodonera
internacional, había comprado los intereses mayoritarios
de la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, S.C.L.
(La Jabonera) la empresa más importante de ese ramo
en Mexicali. En julio de 1931, Stone fue nombrado
vicepresidente y gerente general de ese negocio.
Fueron años muy difíciles en que tuvo que enfrentar la
crisis mundial, pero con el financiamiento que extendió a
los agricultores, la Jabonera ayudó a impulsar el desarrollo
agrícola y a estimular la economía del valle y de la ciudad
de Mexicali, y al mismo tiempo aumentó el volumen de
algodón hueso y semillas para sus operaciones.
En 1937 la reforma agraria llevada a cabo por Lázaro
Cárdenas cambió profundamente la estructura agraria
del valle de Mexicali, al crear ejidos y traer campesinos de
diferentes partes de la república mexicana.
Stone logró que la compañía facilitara créditos durante
tres años para que el Banco Ejidal habilitara a sus clientes
ejidatarios para la siembra de algodón, trigo y alfalfa.
En los últimos años de la década de 1940 empezó la época del
oro blanco en el valle de Mexicali, que duró hasta mediados de
1960. Fueron años de bonanza para los agricultores, la ciudad
y valle de Mexicali y para la Jabonera y sus competidoras.
En 1945, Stone se casó con Elena Rojo. Tuvieron dos
hijas, Laura Elena y Gloria Alicia. El 16 de julio de 1959
Stone logró su ciudadanía mexicana por naturalización. Un
momento de gran orgullo y satisfacción para él.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.
2
James Stone participó
en muchas actividades en
Mexicali. Fue presidente del
consejo de administración
del Banco de Comercio de
1975. James W. Stone
Baja California. Fue uno de
los fundadores y benefactores de Cetys Universidad y ayudó
mucho a conseguir los donativos y el financiamiento necesario
para establecer ese centro de enseñanza.
Para mediados de 1960 ya se podían apreciar algunos de
los problemas que en poco tiempo acabarían con la “época de
oro” del algodón. Aparecieron las plagas del gusano rosado y
de la mosca blanca que afectaron el volumen de producción y
la calidad de la fibra. Más alarmante se notó un aumento en
el nivel de salinidad en el agua que llegaba al valle a través del
Río Colorado debido a aguas salinas procedentes de Arizona.
Stone usó toda su influencia y la de sus conocidos y amigos
en los ambientes políticos de ambos lados de la frontera para
ayudar en esa lucha contra la salinidad. La solución fue la
construcción de un canal internacional para llevar las aguas
salinas directamente al golfo de California.
James Stone permaneció a cargo de la empresa hasta su
retiro en abril de 1966, habiendo cumplido 35 años al frente
del negocio. Después se dedicó a sus otros intereses hasta que
le sorprendió la muerte el 25 de enero de 1979. Fue sepultado
en Mexicali, y su entierro fue presenciado por cientos de
personas que lo habían conocido, querido y respetado.
En el año 2000 se le reconoció como mexicalense
distinguido y además se le impuso el nombre J. W. Stone
a la avenida que se construyó sobre Dren 134 (límite norte
de la Jabonera del Pacífico) que corre desde la confluencia
de Avenida Larroque y Calle “D” hasta el bulevar de los
Presidentes (vialidad del Río Nuevo) cruzando el bulevar
Adolfo López Mateos.
Índice
Historias de vida: James W. Stone
Interior portada
Editorial
3
Sergio Noriega Verdugo
Cien años del cultivo de algodón en Mexicali
4
4
Eduardo Andrade Cisneros
La aerofumigación y Rigoberto Vega
en el valle de mexicali
11
Austreberto Silva Olivares
11
La clasificación del algodón
14
Marco Antonio Buruel Beltrán
Nomenclatura de Mexicali. Historia de los
nombres de avenidas, bulevares, calles,
parques y plazas: Avenida James W. Stone
17
Miguel Ángel Lino
14
Libros, reseñas, comentarios...
19
Sergio Noriega Verdugo
Breve historia de la agroindustria algodonera
en el delta mexicano del Río Colorado
21
entre 1912 y 1929
21
Jimmy Griffin
Historia del algodón en el delta del Río Colorado
entre 1930 y 1970
31
Jimmy Griffin
31
Cuando no había universidad
38
Rubén Castro Bojórquez
Una foto. Una historia
Interior contraportada
R.C.B.
38
100 años del cultivo de algodón
en Mexicali
Contraportada
R.C.B.
Foto de portada:
2012. Parcela con siembra de algodón a punto de ser cultivado.
Al fondo el Cerro del Centinela. Este año se sembraron treinta y dos mil
hectáreas. Se espera una producción de 198 mil pacas y una derrama
económica de 100 millones de dólares.
El valle de Mexicali cumple 100 años cultivando algodón. 1912-2012.
1
El Río
El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. en coedición con la Universidad
Autónoma de Baja California para la divulgación histórica regional sobre el municipio de Mexicali, Baja California, México.
Tiraje 900 ejemplares.
Directorio
Universidad Autónoma
de Baja California
r elipe ua ea Veláz uez
Sociedad de Historia
“Centenario de Mexicali” A.C.
Marco Antonio Buruel Beltrán
RECTOR
PRESIDENTE
Lic Ricardo agnino Moreno
Miguel Esteban Valenzuela Robles
SECRETARIO GENERAL
VICEPRESIDENTE
Miguel ngel Mart nez Ro ero
VICERRECTOR CAMPUS MEXICALI
Ar Rub n astro Bo ór uez
COORDINADOR GENERAL DEL CESU-UABC
Austreberto Silva Olivares
M
SECRETARIO
Lizardo López Mendoza
TESORERO
PRESIDENTA HONORARIA VITALICIA
Yolanda Sánchez Ogás
Revista El Río
DIRECTOR Y DISEÑADOR: Rub n astro Bo ór uez
COMITÉ EDITORIAL: Luz Mercedes López Barrera Rub n astro Bo ór uez Miguel ngel Lino Olvera
Sergio oriega Verdugo Lorenzo urtado Valenzuela
CAPTURA atalina Ro as Monzón Ana sabel León onzález
DIGITALIZACIÓN Y APOYO TIPOGRÁFICO L dia oronel Yá ez
REVISIÓN: Luz Mercedes López Barrera
APOYO LOGÍSTICO Mar a eresa once León
Elaborada en CESU-UABC
INVITACIÓN
La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. invita a todas las personas amantes de la historia, aficionados
o expertos, a asistir a sus reuniones y, de ser el caso, a formar parte de ella como socios activos.
Las sesiones se llevan a cabo todos los miércoles a las 18 horas en la Sala Junta de Gobierno del Centro de Estudios Sobre
la Universidad de la UABC, ubicado en la planta baja del edificio de Investigación y Posgrado en bulevar Benito Juárez.
Teléfonos: (686) 566 9592 y (686) 841 2076
Las fotografías utilizadas en la elaboración de esta revista pertenecen a las colecciones de:
Archivo Histórico del Estado de Baja California • Archivo Histórico del Municipio de Mexicali • Centro de Investigaciones
Culturales (CIC) Museo UABC • Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC) • Biblioteca Pública Central Estatal
• Instituto Municipal de Investigación Urbana de Mexicali • Colecciones particulares de Marcos Buruel, Rubén Castro
Bojórquez, Javier Galván, Jimmy Griffin, Beatriz Limón, Carlos Reyes, Yolanda Sánchez Ogás, Gerardo Sánchez,
Austreberto Silva, Martín Tamayo y Esteban Valenzuela.
Esta revista se distribuye gratuitamente. Si desea obtener un ejemplar, puede solicitarlo en las oficinas del CESU-UABC
o con cualquier miembro de la Sociedad.
2
Editorial
Alza y baja del algodón
A cien años del inicio del cultivo algodonero en el valle de Mexicali podemos constatar que ningún otro
cultivo o producto ha jugado un papel más importante en nuestra economía que el “oro blanco”. La
producción de algodón por más de medio siglo transformó la ciudad de Mexicali y su valle de un desierto
a un emporio agrícola. La producción algodonera fue un poderoso imán para atraer a los inmigrantes de
otras partes de la península de Baja California y de muchos otros estados del país. Por su prosperidad,
Mexicali se convirtió en la capital del Distrito Norte de Baja California y la entidad se comenzó a poblar.
Debido a los altos precios de la fibra algodonera en los tiempos de la primera Guerra Mundial (19141918), la agricultura en el valle creció; se desmontaron grandes terrenos y se nivelaron, se crearon
canales y se abrieron caminos, y con ello nuevas tierras se incorporaron al cultivo. El cultivo del algodón
dominó el valle de Mexicali.
Pero esto requirió de varios insumos de otras partes de la economía. Maquinaria y equipo fueron
requeridos para hacer las labores. Como consecuencia de este progreso se establecieron comercios
orientados a los agricultores y sus necesidades. Se crearon refaccionarias y talleres de reparación para
sostener una agricultura tecnológicamente avanzada y comercial.
En un principio el algodón se produjo para su exportación, pero esto también se transformó, pues
de llevar el algodón en hueso a las ciudades de Caléxico y El Centro para su despepite, se instalaron
en Mexicali despepitadoras a los lados de las vías del Ferrocarril Inter-California, creando desde 1915,
aproximadamente, fuentes de trabajo industrial. Poco después se establecieron plantas para beneficiar
la semilla de algodón; de ella se crearon varios productos industriales, como aceite y manteca vegetal,
jabón para el consumo humano y cascarilla y harinolina para el consumo de ganado vacuno. La empresa
algodonera más grande fue la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico que se instaló en 1925. Las
empresas industriales provocaron que los trabajos se fueran especializando y la productividad laboral
al igual que los sueldos, aumentaron.
Gracias al éxito algodonero, la mayoría de las actividades económicas de Mexicali giraron alrededor
de este cultivo. Esto contribuyó a que la economía regional fuera vulnerable a la fluctuación de precio del
mercado internacional. Con la gran depresión económica de principios de los años de 1930, la superficie
cultivada, así como la generalidad de los ingresos de esta frontera sufrieron un grave retroceso. Pero con
la segunda Guerra Mundial (1939-1945), y después con el conflicto coreano (1950-1953), los mercados
reaccionaron positivamente y de nuevo se incorporaron nuevas tierras al cultivo del algodón.
Para bien o para mal, Mexicali se casó con el algodón. El algodón fue base del crecimiento económico
regional. Después surgieron los problemas de las fibras sintéticas, como el nylon y poliéster que le
restaron fortaleza a su precio internacional. Luego llegaron las plagas, como el gusano rosado, que
aumentaron su costo de producción. Ahora parece más importante suplir este cultivo en afán de lograr
un mejor uso del agua.
Sergio Noriega Verdugo
3
Cien años del cultivo del algodón
en Mexicali
Eduardo Andrade Cisneros*
E
n este año se está celebrando el centenario del
inicio de la siembra de algodón en el valle de
Mexicali, por lo que considero oportuno hablar de
esta planta que le ha dado tanta riqueza a Baja California
y a México. Este escrito tiene la finalidad de que las nuevas
generaciones y los interesados en la materia conozcan cómo
se sembraba, cultivaba, cosechaba y comercializaba el
algodón en aquellos tiempos.
Cuando este valle estaba en manos de la Colorado River
Land Company, sus dueños vieron la fertilidad de esta tierra
para producir esta fibra tan apreciada en todo el mundo. La
Colorado vio que se podría sembrar a gran escala y como
había necesidad de mucha mano de obra para su cultivo,
producción y cosecha, optaron por traer braceros chinos
que desembarcaban en San Francisco, California, luego los
mandaron al sur en vagones del ferrocarril, sellados, ya que
estaba prohibida su estancia en Estados Unidos. Una vez en
Mexicali eran distribuidos en los campos que eran arrendados
por la Colorado a muchos chinos ricos de California.
Conocí el cultivo en 1952 y estas eran las prácticas de
la actividad: barbechábamos el terreno con una máquina
de oruga y un arado de 5 o 6 discos en círculos, a vuelta y
vuelta, hasta que cerrábamos en el centro del predio; después
del arado venía el disqueo para desmoronar los terrones;
enseguida se le daba una aplanada con un flote de madera
(hoy el land plane), seguía el surcado el cual hacíamos con
un tractor de llantas de hule.1 Ya surcado procedíamos a
sembrar, la mayoría lo hacíamos con sembradoras jaladas
por caballos que estaban bien entrenados para llevar el paso
exacto y depositar la cantidad de semilla adecuada; en los
terrenos arenosos, después de surcar se daba un riego, luego
con una rastra de picos se araba y se sembraba a “tierra
venida”; cuando la plantita alcanzaba más o menos unos 5 cm
se “cortaba surco” para que bajara la humedad y el algodón
enraizara; esta labor la hacíamos con caballos y/o mulas o con
cultivadoras a las que les adaptábamos discos y las jalábamos
con tractor (en algunos museos y ranchos del valle se pueden
apreciar todos estos implementos antiguos); cuando se
consideraba oportuno le dábamos el cultivo (aflojar la tierra)
y deshierbe, esto lo realizábamos con un implemento que
le decíamos “araña”: a la disca le adaptábamos unas patas
con conchitas abajo, éstas eran las que aflojaban la tierra y
quitaban las hierbas entre surco y surco; cuando la planta
llegaba a los 10 o 15 cm venía el desahije y deshierbe entre
planta y planta; con el azadón se dejaba un claro de 15 a 20
cm entre mata y mata. Un trabajador puede hacer un cuarto
de hectárea por jornal dependiendo de cuanta hierba tenga
el cultivo. Una vez que el algodón nacía se le aplicaba cuatro
o cinco riegos. Esto último se hacía en 20 turnos de 24 horas,
con dos trabajadores.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.
1
Cuando yo llegué al valle todavía se usaban los de ruedas de fierro.
2
La labor de los tractoristas debe ser muy exacta para todas las operaciones, como la fertilización, la fumigada o aplicación de insecticidas.
4
1960. Los camiones llenos de algodón entrando a las plantas despepitadoras.
En los años de 1950 no se usaba mucho el avión para
fumigar,2 después se volvió indispensable con la aparición y
proliferación del gusano rosado, mosquita blanca, etcétera.
En septiembre (a veces antes) empezaba la pisca, y con ello la
llegada de familias enteras de los estados de Sonora y Sinaloa
que seguían las “corridas” desde Sinaloa, Cajeme, la costa de
Hermosillo, Caborca y los valles de San Luis R.C. y Mexicali; lo
mismo hacían muchas familias de Mexicali que se desplazaban
al valle a piscar, para posteriormente transportar el algodón a
las despepitadoras.
Todos estos trabajos generaban gran derrama económica
en la región. ¿Quién no recuerda aquellos anuncios por la
radio de famosas tiendas de ropa y muebles que pregonaban
sus créditos “de cosecha a cosecha”? Pero todo empezó a
cambiar en los años de 1970 y 1980; en esa época se inició el
encementado de muchos canales alimentadores y laterales,
muchos campos fueron emparejados, con “estacamiento”. Las
instituciones agropecuarias de los gobiernos federal y estatales
comenzaron, mediante los campos experimentales, a investigar
las técnicas para mejorar la productividad (rendimiento por
hectárea) del algodón a base de semillas mejoradas, nuevos
productos agroquímicos, nivelación con rayo láser, utilización
ya de máquinas piscadoras, etcétera; todos estos adelantos
dieron como resultado que el cultivo fuera más redituable:
aumentando la productividad a menor costo. También se dio el
fenómeno de que las familias que venían de fuera se empezaron
a quedar a vivir en los ejidos, en colonias agrícolas y en la
ciudad, porque lograban emplearse en otros cultivos y oficios
donde trabajaban más tiempo al año, como es la horticultura,
en la construcción, y muchas mujeres, en las maquiladoras,
en las que si no les pagaban bien, por lo menos les ofrecían
seguridad social, servicio de guarderías, etcétera.
Para darnos una idea de la contribución del cultivo de
algodón en el desarrollo de Mexicali y su valle, echemos
un vistazo al año de 1965: se cosecharon 530 000 pacas
de algodón. Cada paca contenía 700 kilos de algodón en
hueso, que en ese tiempo se pagaba a 30 pesos; por lo que en
1965 la derrama económica fue de 112 millones, nada más
en la pisca, a esto hay que agregarle lo del acarreo, lo del
5
pesador, lo del cargador de camiones (se pagaba a cuatro
trabajadores), en promedio cada camión llevaba 10 pacas,
por lo tanto eran otros 120 pesos por camión.
A continuación se presenta el desarrollo productivo
del algodón desde que se empezó a cultivar en este valle
de Mexicali (en sus inicios le decían “El Río”). En los
tiempos de la Colorado River Land Company lo más que
lograban cosechar era una paca por hectárea.
Vamos a analizar las producciones de cada cinco años.
1935. Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, S.A. de C.V.
Año
Hectáreas
cosechadas
Pacas
Rendimiento
pacas/ha
Precio
quintal
(dólares)
1937
55 200
52 292
0.95
0.1135
1938
37 600
33 817
0.90
0.1002
1939
40 400
39 520
0.98
0.1166
1940
48 800
60 028
1.23
0.1791
1941
71 600
100 090
1.40
0.2139
Como vemos, el mejor año fue 1941. Un campesino
que cosechó 20 hectáreas, obtuvo 28 pacas pagadas a
20 dólares el quintal (promedio), cada paca valdría 100
dólares; el valor de su producción fue de 2 800 dólares.
De 1942 a 1944 el precio se mantuvo en 20 dólares por
quintal; pero se vino la segunda Guerra Mundial y en
1945 el precio brincó hasta 36 dólares.
Pasemos a la época dorada del “El oro blanco” en
Mexicali:
Año
1970. Compañía Compresora Unión, S.A.
1970. Oficinas de la Aceitera Nacional, S.A.
6
Hectáreas
cosechadas
Pacas
levantadas
Rendimiento
pacas/ha
1946
68 518
70 381
1.03
1947
67 755
99 236
1.40
39.63
1948
78 814
105 447
1.34
34.31
1949
105 000
156 497
1.51
40.00
1950
132 800
244 638
1.84
46.06
1951
168 000
262 177
1.48
43.43
1952
182 264
346 909
1.84
40.46
Precio
quintal
(dólares)
40.18
El año de 1950 fue el mejor, en cuanto al precio, pero
no todo el algodón se pagaba a esos precios; dependía de
la clasificación de calidad que alcanzaba la fibra, según
los expertos de los despepites. Así, pues, un productor de
20 hectáreas en 1950 obtuvo 9 924 dólares.
En ese mismo año de 1950, los criterios de clasificación
del algodón aplicados a la cosecha de Mexicali eran los
siguientes:
Strict Middling
46 dólares
Middling Plus
45.50
Middling
45
Slow middling plus
Slow middling
retribución por los esquilmos de algodón.
Producción de los años de 1970.
Año
Hectáreas
cosechadas
Pacas
levantadas
Rendimiento
pacas/ha
44
1970
58 970
158 668
2.7
43
1971
57 570
133 207
2.3
Low middling plus
41.50
1972
49 736
180 941
3.6
Low middling
40
1973
41 293
177 295
4.2
1974
91 561
334 266
3.6
Es importante recordar que en aquellos tiempos todavía
no existían las “tercerías”, arbitrajes, etcétera, para defender
a los productores, por lo tanto los rangos de clasificación
eran, sin discusión, los establecidos por los compradores,
que en la mayoría de las veces abusaban de los agricultores;
además, nunca les pagaban “el algodón lux”, ni los sobrantes
de semilla, la borra, etcétera.
Durante la década de 1960, y gracias a los avances
tecnológicos y a las investigaciones, el rendimiento se
incrementó a tres y más de cuatro pacas por hectárea. Pero
esta productividad se vio afectada a finales de esa década por
la plaga del gusano rosado y por la salinidad del agua.
Nuestros “buenos vecinos” de Estados Unidos empezaron
a mandar agua hacia México, vía el Río Colorado, producto
del lavado de sus tierras, la cual contenía grandes cantidades
de sales minerales que afectaron gravemente la producción
agrícola de nuestro valle y el de San Luis, R.C, originando
una tremenda crisis económica en las zonas irrigadas, sobre
todo con riegos “de gravedad” en tierras arcillosas y “bajas”
(margen izquierda del Río, la zona del km. 57, “la ruta de la
sal” ejidos Nuevo León, Saltillo, Tlaxcala, Jalapa, Chihuahua,
Jalisco, Guanajuato, Michoacán de Ocampo; las colonias
Colorado y Cerro Prieto, toda la zona de la colonia Progreso y
anexas, colonia Zaragoza y sus alrededores).
Ante este problema, el presidente de la república Luis
Echeverría Álvarez se comprometió con los productores
agropecuarios, y en enero de 1970 expidió un decreto de
interés colectivo para la rehabilitación del Distrito de Riego
núm. 14. Se logró que el agua contaminada de sales se desviara
mediante un canal hacia la parte del estado de Sonora (hoy
Ciénega de Santa Clara). El licenciado Luis Echeverría
instruyó a los bancos Agrícola, Ejidal y Agropecuario para el
otorgamiento de créditos y apoyos técnicos a los campesinos,
dando por resultado una más justa paga por sus cosechas y
por venderlas donde más les conviniera, así como la justa
Hay que destacar que ya para esas fechas, la actividad
agropecuaria se había diversificado, desaparecido para siempre
el monocultivo, y el trigo, por ejemplo, ya ocupaba 50 000
hectáreas; la alfalfa se cultivaba en 22 000 hectáreas a principios
de la década de los años de 1970, y a raíz del programa de
rehabilitación de las tierras más afectadas por la salinidad,
el gobierno federal creó el Programa Ganadero del Valle de
Mexicali; se organizó a ejidatarios y a pequeños propietarios
en uniones y sociedades de producción agropecuaria que en
conjunto llegaron a explotar más de 30 000 hectáreas de forrajes
(praderas “artificiales” de Rye Grass, cebada, avena, alfalfa,
sorgo forrajero y de grano, y hasta remolacha). Así surgieron
en terrenos del ejido Puebla la Sociedad de Sociedades de
Crédito Luis Echeverría A. (después Unión de Ejidos de PICA
LEA), la Unión de Sociedades Locales de Crédito Agrícola de
R.I. Progreso, la que después sería UEPICA Emiliano Zapata
(por los rumbos del Michoacán de Ocampo), el ejido colectivo
Tehuantepec; en total se beneficiaban cerca de 2 000 familias de
productores agrícolas, más la derrama económica de empleos
colaterales. Aparecieron también las grandes inversiones en
el cultivo y empaque de hortalizas, hoy por hoy una de las
actividades más rentables e importantes de nuestro valle.
En 1972, el precio del quintal de algodón repuntó hasta 960
pesos (la paca contiene cinco quintales de 45 kilos cada uno).
Los tristemente recordados (por los campesinos) “comités de
comercialización” vendieron a 437 pesos el quintal.
En noviembre de 1973, después de reclamos, aclaraciones
y acusaciones a nivel estatal, regional y nacional, un grupo
de habilitados del Banco Agrícola decidió integrarse en
la Sociedad Cooperativa de Algodón “Miguel Hidalgo
y Costilla” de la Pequeña Propiedad, S.C.L., con apoyo
del presidente de la Federación de la Pequeña Propiedad
en B.C. don Juan Pablo Hernández Espinoza, de nuestro
líder a nivel nacional, Lic. Gustavo Guerra Castaños y con
7
la asesoría de José Barba Orozco, recayendo la presidencia
del primer Consejo de Administración en Juan Ángel Flores
Valle, de la colonia Zacatecas.
En mi lejana juventud leí en los periódicos la afirmación
que hiciera el señor Alfonso Garzón Santibáñez en el
sentido de que “los campesinos debemos tener y controlar
todos los recursos propios de nuestra actividad en nuestras
manos”; por eso, ya como presidente del Consejo de
Administración de la Cooperativa (1978) acuñamos la
frase: “Sólo alcanzaremos la reforma agraria integral
cuando podamos producir, industrializar y comercializar
nuestros productos”.
Sigamos con la historia del cultivo algodonero en Mexicali:
Año
Hectáreas
cosechadas
Pacas
levantadas
Rendimiento
pacas/ha
1975
42 758
154 566
3.6
1976
42 439
157 514
4.1
1977
61 508
226 852
3.5
1978
64 086
274 844
4.2
1979
72 286
332 178
4.5
En septiembre de 1976, con la devaluación del peso frente
al dólar, a los productores de algodón nos fue muy bien
porque el quintal subió hasta 1 600 pesos. Ese mismo año, la
Liga Agraria Estatal formó la Cooperativa Luis Echeverría
Álvarez. En 1978, debido al gran negocio que representaba
el algodón, la Banca Oficial otorgó crédito a un líder agrario
para la adquisición de una despepitadora enclavada en la
colonia Silva, propiedad de ELSA (Empresas Longoria), así
nació la Sociedad Cooperativa Valle de Mexicali.
Producción de la década de 1980
Año
Hectáreas
cosechadas
Pacas
levantadas
Rendimiento
pacas/ha
1980
77 492
419 472
5.4
1981
87 225
354 521
4.06
1982
45 960
193 143
4.2
1983
44 789
215 674
4.8
1984
80 021
323 313
4.04
La década de 1980 fue buen tiempo para los algodoneros;
se capitalizaron las empresas, ya se contaba con semillas
mejoradas y adaptadas a la región; se tenían aviones
fumigadores, plantas de insecticidas, grandes bodegas de
insumos (semillas, agroquímicos, implementos y maquinaria
8
agrícola); tienda de ropa y calzado, refaccionarias, y entre
otros beneficios, la Cooperativa Miguel idalgo creó una
planta de hilados en el estado de Puebla. Pero lo más
importante de esa época era la comercialización directa del
algodón a los textileros de Monterrey, Guanajuato, Puebla,
Michoacán y Jalisco; ventas ya sin castigos, a precios
internacionales y muchas veces con buenas bonificaciones
por la calidad de la fibra.
En esos años hubo excedentes de agua del ío Colorado,
se llegaron a sembrar más de 250 000 hectáreas de diferentes
cultivos, pero el algodón seguía siendo el de mayor derrama
económica, y pongamos de ejemplo la etapa de cosecha: se
pagaba a 20 centavos el ilo de algodón piscado, cada paca
requiere de 700 ilos,en 200 000 pacas eran 14 millones de
pesos, repito, nada más de pisca, sin considerar todas las
demás labores y servicios involucrados.
Veamos el siguiente cuadro de producción:
Año
Hectáreas
cosechadas
Pacas
levantadas
Rendimiento
pacas/ha
1985
46 587
248 373
5.3
1986
41 018
171 011
4.1
1987
43 612
235 678
5.4
1988
65 142
336 139
5.1
1989
42 752
185 452
4.3
En 1987 dejé la presidencia del Consejo de Administración,
que había ocupado desde 1978 (en 1982 me eligieron como
presidente de vigilancia de la Confederación de Cooperativas
de la ep blica Mexicana). Al dejar mi cargo en la Miguel
idalgo no teníamos ning n adeudo, todo lo contrario:
éramos dueños de tres aviones fumigadores en perfectas
condiciones; dos despepitadoras que funcionaban a toda
su capacidad; cuatro tiendas de ropa y calzado; tres
refaccionarias; en nuestros almacenes de insumos había
1 000 toneladas de semilla para sembrar; una planta de
fertilizantes con sus tanques de almacenamiento, 50 nodrizas
de una y dos toneladas, una planta de hilados en Puebla
valuada en más de 300 000 dólares, 33 telares adquiridos
con recursos propios, y se empezaron a elaborar mantas
para las pacas. Por desgracia, el presidente que siguió se
interesó más en la política, y descuidó la administración,
hasta empezar a endeudarla. Luego siguió otro, que, en
compañía de sus familiares se convirtió en intermediario
para vender el algodón a oyo Cotton, propiciando más la
corrupción que dio al traste con aquella magnífica
empresa agropecuaria. Como si todo esto fuera
poco, en 1988 el precio del algodón se derrumbó
internacionalmente; los precios de los insumos en
alza, igualmente los intereses bancarios (en este
año se firmó el primer “Pacto Económico” entre
todos los sectores productivos del país y el gobierno
federal). Esta crisis repercutió en nuestro valle de
manera significativa: la mayoría de las empresas
agropecuarias del sector social disminuyeron sus
operaciones o, de plano, desaparecieron ante la
imposibilidad de pagar sus adeudos con intereses
moratorios impagables y reestructuraciones de
avíos equivocadas, sumadas a la corrupción.
Sólo dos empresas agropecuarias de campesinos
en esta región sobrevivieron a esta inestabilidad
económica de finales de la década de 1980: la
Sociedad Cooperativa Alfredo B. Bonfil de San
Luis R.C. Sonora, y el Rastro TIF 54, en Mexicali,
que hasta la fecha (2012) siguen operando con
éxito. La cooperativa Miguel Hidalgo se endeudó
con más de 5 000 millones de pesos.
Veamos la última tabla de producción de esta
parte de la historia algodonera mexicalense:
Año
Hectáreas
cosechadas
Pacas
levantadas
Rendimiento
pacas/ha
1990
46 030
195 042
4.2
1991
39 415
192 374
4.8
1992
19 599
43 541
2.2
1993
653
2 988
4.5
1994
12 190
63 269
5.2
1980. Vista aérea del valle de Mexicali.
1960. Preparando el campo para la siembra del algodón.
Al finalizar el ciclo primavera-verano 1991
apareció en Mexicali otra plaga muy dañina para
la agricultura: la “mosquita blanca” (que ni es
mosca ni es blanca, es una palomilla transparente);
primero se detectó en cultivos de melón, sandía,
calabaza, árboles de ornato, ajonjolí (su cultivo
desapareció de este valle), se pasó al algodón
y ya para el siguiente año, 1992, hizo estragos
en este cultivo, bajando los rendimientos por
hectárea a más de 50%. Hubo predios que no
levantaron ni una mota, teniendo que disquearlos
y barbecharlos. Se vinieron más problemas para
1960. Raca llena de algodón.
9
1960. Pozo de agua en el valle.
los agricultores: desplome del precio de la fibra, cambios al
artículo 27 constitucional, el Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos y Canadá, una gran devaluación del peso
frente al dólar en 1994, subiendo los intereses a más de 80
por ciento.
Como todo en la vida, la agricultura también tiene sus
ciclos, unos malos y otros buenos, pero considero que el
cultivo del algodón en nuestra región nunca desaparecerá
completamente. Tenemos ventajas respecto a otras entidades
productoras, pero, sobre todo, la vocación, el trabajo y la
tenacidad de los cachanillas.
Recuerdo que algunos compradores me aseguraban que
para comprar y vender algodón hay 100 reglas: “CADA
AÑO ES UNO, NINGÚN CICLO ES IGUAL A OTRO”.
10
Antes de cerrar este capítulo de la historia del algodón
es mi deseo destacar lo siguiente: Lo que a muchos
campesinos se les sigue reprochando con motivo de la visita
que a este valle hiciera el general Lázaro Cárdenas del Río
en 1957, con el fin de constatar los logros de su reparto
agrario y su magnífica política de apoyo al sector agrario
colectivo. Según testimonios y crónicas de aquel suceso,
el general dijo que los campesinos lo habían defraudado
porque vio muchos carros nuevos (cadillacs) afuera de
casas de cachanilla y bajo un mezquite; observó que no
habían cambiado su patrón de vida para mejorarla; no
tenían viviendas dignas, como las esperaba ver después de
20 años de su magna obra; y aquí es donde siempre me he
preguntado ¿A dónde y quiénes lo llevaron? ¿No serían los
mismos funcionarios que lo traicionaron cuando el estado
los educó, les dio trabajo y su misión era preparar a los
campesinos para trabajar colectivamente la tierra desde
su preparación hasta la comercialización de sus cosechas,
directamente, sin intermediarios y en lugar de eso les
aconsejaron a trabajar individualmente para que fueran
presas fáciles de los revendedores, bancos, despepitadoras,
etcétera? Con más razón de que muchos de estos
exfuncionarios ya trabajaban para empresas privadas.
Pero en realidad, en ese tiempo cientos de campesinos
ya vivían en casas de adobe, tenían sus buenos tractores,
estufa y refrigerador de gas, lavadoras de motor, sus troques
y pick ups; se organizaron para la construcción de nuevas
escuelas. En Tijuana había un internado al que acudieron
muchos hijos de campesinos, otros ya vivían en Mexicali
y sus hijos estaban en la prepa o en la universidad, recién
formada, o en otras de otros estados.
Por eso digo que no todos los campesinos seguían viviendo
en casas de cachanilla. Cuando mi familia y yo llegamos a este
valle, en 1952, procedentes de Janamuato, Michoacán, tanto
mi abuelo Cayetano Cisneros como mis tíos, que estaban aquí
desde 1943, tenían dos tractores y una caterpillar nuevos.
Por todo esto, cuando escucho decir que los campesinos
llegaban a las cantinas con “talegas de dinero” y las cerraban
hasta que se acababa el capital, yo les concedo la razón
porque considero que el ser humano cuando ha carecido de
muchas cosas, mal comido, con poca preparación escolar,
siempre maltratado por los que más tienen y que no los dejan
prosperar, lo primero que hace, cuando tienee llaa posibilidad,
es adquirir y hacer lo que nunca ha podido.
La aerofumigación y Rigoberto Vega en
el valle de Mexicali*
Austreberto Silva Olivares**
E
n la celebración del centenario del inicio de la
siembra de algodón en el valle de Mexicali es
importante abordar el tema de la aerofumigación,
y para que nos platique de ello hemos entrevistado a don
Rigoberto Vega Sandoval.
Una de las fases interesantes en el cultivo del algodón en el
valle de Mexicali es el uso de los agroquímicos (fertilizantes
y plaguicidas). Los plaguicidas se utilizan para eliminar a
los insectos, hongos, y hierbas consideradas como plagas o
dañinas para el algodón.
Para 1905, la Colorado River Land Company empezó
a controlar casi 400 mil hectáreas de tierras del valle de
Mexicali y para 1912 esta empresa inició la fase experimental
al sembrarse 12 hectáreas que rindieron una producción de
15 pacas de 26.5 kilogramos cada una, razón por la que el
algodón fue el cultivo por excelencia. Debido a su magnífica
cotización en el mercado internacional, al valle de Mexicali se
le conoció como el rancho algodonero más grande del mundo.
Durante los primeros años de la siembra del algodón
no existían plagas ni enfermedades que representaran
un verdadero peligro para las cosechas, puesto que la
producción todavía era incipiente, además las condiciones
naturales no habían sido gravemente alteradas.
Las plagas que afectan al cultivo del algodón se
manifestaron en la década de los años de 1920, siendo el
gusano perforador de la hoja el que más estragos causó a
la producción algodonera, específicamente en la naciente
Cooperativa de la Colonia Progreso, en 1925, época del
gobierno del general Abelardo L. Rodríguez.
En aquellos años los productos utilizados para combatir
las nacientes plagas eran venenos (compuestos inorgánicos),
que atacaban el aparato digestivo de los insectos.1 Su
aplicación se realizaba manualmente o con aperos de
tracción animal, de modo que los riesgos de contaminación
se circunscribían a las zonas tratadas.
El periodo más productivo en el algodón fue de 1948
a 1960, y también fue la etapa en la que se empezaron a
utilizar los plaguicidas organoclorados como el DDT. El uso
del control químico de las plagas fue universal; en el valle
de Mexicali se utilizaron de 1950 a 1965 dos plaguicidas
de alta toxicidad: Aldrin y Dieldrin y siete de moderada
toxicidad: BCH, DDT, Dicofol, Endrin, Heptacloro, Lindano
y Toxafeno. Todos, también tienen una alta persistencia en
el suelo: de dos a veinte años (Moreno y López, 2005).
El uso de plaguicidas en la agricultura local siguió su paso,
cada vez con nuevos productos, porque las plagas fueron
adquiriendo mayor resistencia a los plaguicidas. Se consideró
necesario aplicar las llamadas “bombas” o cocteles de diversos
compuestos, siendo las más comunes del DDT más toxafeno
y azufre. Para mayor efectividad, estas bombas se aplicaban
mediante aviones fumigadores. Aunque también destruían la
fauna benéfica o a depredadores que contribuían al combate
contra la plagas. En 1954 se introdujeron los plaguicidas
organofosforados (Paration y Malahtion) de alta toxicidad.
Las principales plagas del algodón eran el gusano rosado,
gusano bellotero, gusano perforador de hoja, falso medidor,
pulga saltona, chinche, grillo, gusano peludo, araña roja,
trips, nematodos. Después llega la mosquita blanca.
Don Rigoberto Vega Sandoval
Don Rigoberto Vega se incorporó al gremio de fumigadores
en la década de 1960. Nació en Mazatlán, Sinaloa y tenía un
* Entrevista a Rigoberto Vega Sandoval por Austreberto Silva Olivares.
** Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.
¹ Arseniato de plomo; arsénico blanco y el verde de Paris combinado con azufre y cal.
11
1970. Avión fumigador en el momento en el que su piloto fumiga la
siembra del algodón.
1970. Avión fumigador, antes de ser utilizado por su piloto en sus
labores de fumigación.
1970. Rigoberto Vega con su avión fumigador.
12
año de edad cuando la familia Vega llega a Mexicali en 1941.
Estudió la primaria en la escuela General Miguel Alemán,
con la profesora Josefina Quiroz, y cursó la secundaria
en la ciudad de Tijuana. En 1964 se casó con Socorro
Mercado, nacida en Tayoltita, Durango y tuvieron cinco
hijos: Rigoberto, Gabriel, Enrique, Laura y Claudia. Todos
trabajan y residen en Mexicali.
Desde muy joven empezó a trabajar con el ingeniero
Armando G. Cantón, especialista en aeronáutica, sirviendo
gasolina para los aviones y dándoles mantenimiento. Por su
interés y dedicación en esta actividad tuvo la oportunidad
de aprender mecánica con manuales específicos para la
reparación de aviones de hélice. Ya inmerso en ese ambiente
aprendió a “vestir” el fuselaje de los aviones colocando la
tela para agregarle celulosa en varias capas y pintarlo
totalmente de aluminio y detallarlo con algunos colores. Y
poco después aprendió los principios del vuelo.
Con el auxilio del piloto capitán Adolfo Miller, que le
enseñó a volar, se cumplía su deseo de ser piloto fumigador.
Primero obtuvo su licencia de mecánico de aviación y
después logró las licencias de piloto privado y de piloto
agrícola dedicado a la fumigación. Realizó su primera
jornada de fumigación en el año de 1962.
La aplicación aérea de plaguicidas se convirtió en una
actividad muy importante en el valle; sin embargo, implicaba
peligros; el piloto debía tener la habilidad para manejar
aviones ligeros, en vuelos rasantes y cuidarse de obstáculos
como cables y postes. Asimismo, debía saber manejar las
sustancias químicas o insecticidas que se utilizaban para la
fumigación del campo agrícola.
La mayoría de las empresas fumigadoras compraban
aviones usados en Arizona, y los acondicionaban para el
trabajo de fumigación. El biplano PT-17, el Piper Pawnee
PA-25 y el Piper Q P-18 fueron aviones fumigadores muy
usados en el valle. Desde la guerra los adquirían a precios
accesibles, los reparaban y los adaptaban para fumigar.
Los equipos de fumigadores estaban constituidos por
un piloto y el personal de tierra: el chofer con su vehículo
pick-up y los bandereros, que eran personas que con
bandera en mano guiaban al piloto por los límites de las
zonas por fumigar.
El equipo debía conocer previamente el plano de las
parcelas por fumigar, calcular las hectáreas que recibirían
el plaguicida por aspersión que arrojaba el avión y apoyarse
1969. Credencial de piloto agrícola de Rigoberto Vega Sandoval.
2001. Rigoberto Vega piloteó aviones fumigadores
por más de cuarenta años.
en los bandereros. Casi nunca usaban ropa protectora, pero
después de un día de trabajo sí debían lavarse o bañarse.
Hasta tres días después de haber sido fumigados se podía
ingresar a los campos.
Desafortunadamente, hubo bandereros contaminados,
que al cabo de los años presentaron secuelas por intoxicación.
Las jornadas eran de doce horas y se iniciaban a las 4
de la mañana; estas jornadas cubrían un promedio de 400
hectáreas por día; el principal problema eran las parcelas que
tenían postes y alambrado conductor de electricidad muy
cerca de ellas, pero ganaban buen dinero con este trabajo.
Don Rigoberto Vega recuerda un accidente en el año
de 1956, en el ejido Guerrero, en donde se cayó un avión
fumigador cargado de insecticida y se incendió; en ese
accidente murió el piloto Jesús Lara Osuna. Pronto llegó
otro piloto, de apellido Quevedo.
Entre otras actividades, don Rigoberto participó en el
vuelo de planeadores con invitados de la ciudad de Yuma,
Arizona, que organizaba el señor Alfredo Arenas en la
Laguna Salada. La premiación tenía lugar en el Hotel
Lucerna. También tuvo entrenamiento de paracaidista, y
en 1961 realizó su primer salto en la Laguna Salada.
Rigoberto Vega trabajó para la Fumigadora Cocopah y
para la Fumigadora Cantón. Había otras empresas como
la Fumigadora Nahual, Fumigadora García, Servicio NH3,
Fumigadora El Capitán, Fumigadores Aéreos del Noroeste,
Servicios Aéreos Agrícolas de Rigo Vega y las habilitadoras:
Agricultores Industriales, CAPSA, Banco Ejidal.
En el año de 1971, don Rigoberto sufrió un serio accidente
al estrellarse su avión en el ejido Campeche, cuando
hacía uno de sus rutinarios ascensos. De pronto sintió
que el motor se “amarró”; no tardó en caer bruscamente
y se desbarató el frente del avión. Don Rigoberto quedó
prensado y golpeado; su rostro se estrelló contra el tablero y
se hirió en una de sus rodillas. Los bandereros lo rescataron
y lo llevaron al IMSS. Las fracturas de los huesos de la cara,
semiexpulsión de los globos oculares y múltiples lesiones,
le desfiguraron completamente su rostro. Solamente la
paciencia, el minucioso cuidado y la capacidad del médico
ortopedista Raúl Lozano Villarreal, quien le reconstruyó
completamente la cara, lo devolvieron a la “normalidad”.
A los 25 días despertó, y sintiéndose fuerte y agradecido por
las atenciones recibidas, pudo dejar el hospital.
En 1981 fundó su propia compañía; tuvo su pista de
aterrizaje en el ejido Tamaulipas. Compra un avión en
Phoenix, Arizona, lo reconstruye en el taller de La Colorado,
y provisto de permisos, licencias y un seguro de gastos
médicos mayores, vuelve al trabajo. En 1982 ya trabajaba
en la mayor parte del valle de Mexicali y recuerda que en
combustible se gastaba un promedio de 42 litros por hora.
Don Rigoberto Vega se jubiló en el año 2000 de la actividad
de fumigador y vendió sus aviones, hangar, pista y equipo.
Fuentes:
Moreno, José y López, Mercedes. (2005) Desarrollo agrícola
y uso de agroquímicos en el valle de Mexicali. Estudios
Fronterizos, vol. 6 núm. 1, (123-129), México, UABC.
13
La clasificación del algodón
Marco Antonio Buruel B.*
E
n este 2012 se cumplen cien años de que por vez
primera un grupo de visionarios agricultores
sembró algodón en el valle de Mexicali, acción que,
sin duda, sembró también las bases para el crecimiento de
nuestra ciudad, pues muy probablemente con otra variedad
de cultivos no habría sido tan acelerado su desarrollo, que
por varias décadas fincó su economía precisamente en el
llamado con justicia “oro blanco”.
Una de las actividades más importantes dentro del largo
proceso que empieza con la siembra y termina con su venta
ya convertido en pacas, es la clasificación de la fibra del
algodón, paso que por ser la base de la comercialización
del producto, es de suma importancia para el agricultor,
el comprador, el exportador y la fábrica textil, quienes
siempre han depositado su confianza en el profesionalismo
de los clasificadores.
El clasificador es una persona que ha cursado su carrera
en una escuela especial, y como una forma de terminar sus
estudios, generalmente tiene que pasar varios años como
asistente de otro clasificador más experimentado para
ser considerado como un verdadero profesional y estar en
condiciones de poder determinar con rapidez la clasificación
correcta de cada muestra.
Para llevar a cabo su tarea, en la planta despepitadora
es tomada una muestra de cada lado de la paca que está
identificada con un cupón y se entrega al cuarto de
clasificación, en donde el clasificador, en una revisión
visual de la fibra, determina su color, contenido de materias
extrañas y el aspecto general de la muestra, lo que le indica
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A .C.
14
1952. Desfile del carnaval. De izquierda a derecha:
Beatriz Zuazua, Esther Palencia de Aínsle, Lolita Arvízu de García
y Carlos Aínsle Jr. Papoose.
que el despepite ha sido adecuado y no ha causado daños. Las
materias extrañas generalmente son partículas de la misma
planta, como hojas, cáscaras o porciones de la semilla. El
clasificador también determina el largo y el diámetro de la
fibra. Para su calificación, aplica las medidas implantadas y
utilizadas a nivel internacional. Es sabido que la fibra que
se produce en el valle de Mexicali ha sido por muchos años
calificada como de muy buena calidad, generalmente blanca
y con 80% de su producción de grado “Middling”.
Como certificadores de esta calidad en la fibra producida
en el valle de Mexicali, se contó con clasificadores que
avalaron que el volumen de cada cosecha tuviera siempre
1961. Reunión de la Asociación de Clasificadores de Algodón. Carlos
Aínsle Papoose, sentado en el centro; detrás de él Astolfo Indio Matus,
otro reconocido clasificador de algodón y gran basquetbolista.
1970. De izquierda a derecha: José Joe Gallego, persona no identificada,
Francisco Paco Fuentes señor, y Carlos Papoose Aínsle.
los mejores estándares internacionales. En este proceso se
contó con la participación de personajes que han marcado
huella en nuestra sociedad.
Cuando tenía 18 años de edad, se encontraba trabajando
en la Algodonera del Valle, donde comenzó a relacionarse
con la fibra del algodón, siendo observado por el señor
Simón Farah, quien lo recomendó con el ingeniero Eugenio
Elourdy para que le otorgase una beca para estudiar como
clasificador en Estados Unidos. Y así fue que en el año de
1946 partió a iniciar sus estudios en la Universidad de Texas
A & M, terminando la carrera en el año de 1950.
Posteriormente, en el año de 1955, revalidó sus estudios
en la Escuela de Agricultura de La Laguna, en Torreón,
Coahuila, donde obtuvo su título mexicano, que le permitió
convertirse en el primer clasificador de algodón titulado en
el valle de Mexicali.
A su regreso, se incorporó ya como clasificador en la
Algodonera del Valle, propiedad del ingeniero Eugenio
Elourdy, además de que por sus conocimientos y
profesionalismo fue requerido para prestar sus servicios
en la zona lagunera de Matamoros en la empresa Steve
Hermanos, así como también en la compañía del señor Julio
Aviña en la ciudad de Caborca, Sonora.
Durante su carrera colaboró en seminarios de
investigación con varios colegas a nivel internacional, tanto
de Centro como de Sudamérica, y fue en uno de esos eventos
que descubrió que la fibra del algodón proveniente de Brasil
era la más larga.
A consecuencia de la mecanización de los procesos, en los años
setenta llegaron al valle las máquinas piscadoras de algodón
que al sustituir la mano de obra forzaron la desaparición de
Carlos Aínsle Papoose: primer clasificador de algodón titulado
del valle de Mexicali
Como una forma de participar en este significativo
aniversario, en este artículo recordaremos al primogénito
de una pareja muy reconocida en Mexicali, ciudad a la que
arribaron en los años veinte del siglo pasado. ¿Sus nombres?
Carlos Enrique Aínsle Fimbres, nativo de La Colorada,
Sonora, y Esther Gabriela Palencia Conant, originaria
de Mixcoac, Estado de México, quienes contrajeron
matrimonio en el año de 1927 y, al procrear a sus hijos:
Carlos, Enrique, Eduardo, Gloria y Jaime Aínslie Palencia,
formaron una gran familia cachanilla que sobresalió en el
entorno profesional y personal desde los tiempos en que
gracias al cultivo del algodón, Mexicali se consolidaba como
una gran y pujante ciudad.
Carlos Aínsle Palencia, como era muy usual en esos
tiempos, nació en la ciudad de San Diego, California, el
día 8 de septiembre de 1928, y a muy temprana edad fue
“bautizado” como Paposse, sobrenombre con el que fue
mejor conocido toda su vida (Papoose, en el idioma de los
indios norteamericanos, quiere decir chamaco dentro del
portaniños que cargaban en sus espaldas las madres de la
tribu). La educación primaria la cursó en la Escuela Benito
Juárez, continuando sus estudios en la Secundaria núm. 18.
15
2005. Personal clasificando algodón en Empresas Longoria, en su Planta Tabasco, valle de México. En la foto: el clasificador Gregorio Orejas
(segundo de derecha a izquierda) y tres ayudantes.
los piscadores que ya tenían bien cimentada su profesión y
que orgullosamente podían presumir de que lograban tiempo
récord al piscar hasta 235 kilos al día. Además, a causa de la
digitalización, a partir del nuevo siglo el proceso de clasificación
ya se efectúa utilizando aparatos electrónicos que determinan
automáticamente la calidad de la fibra, por lo que la profesión
de clasificador es posible que tienda a desaparecer.
Paralelamente a su carrera profesional, el ingeniero Carlos
Aínsle también participó en forma activa en el ámbito social, y
aún es recordado por las y los jóvenes de su época, por la alegría
que demostraba cuando paseaba al volante del primer auto
comprado con su trabajo: un fabuloso Chevrolet convertible.
Fue socio fundador del Club 20-30, cuya ceremonia de
iniciación se llevó a cabo con un baile realizado en el Casino de
Mexicali, el día 20 de enero de 1951, teniendo como invitados
de honor al Lic. Alfonso García González, gobernador del
Territorio, quien asistió acompañado de sus principales
colaboradores, como el Lic. José Elías Castro, Fernando Díaz
Todd, José Pérez Tejada y Jesús V. Marroquín. Acudieron
16
también los representantes de los diferentes clubes de servicio
de la entidad, así como el presidente del Club Padrino,
Club 20-30 de Ocean Beach. Su entusiasta participación en
los diferentes eventos realizados por el Club para obtener
fondos para las obras de beneficio social, le llevó a que en dos
ocasiones ocupara la presidencia; asimismo, en el año de 1955
fue electo como gobernador del Distrito C, Área 6.
En 1953 contrajo nupcias con la señorita Belén González
Vega, originaria de Hermosillo, Sonora, con quien procreó
cinco hijos: Carlos Arturo, Ma. Belén, Ma. Haydee, Martha
Lorena y Claudia Dolores.
En 1972 cambió de residencia a la ciudad de Tijuana, Baja
California, al ser designado delegado del Registro Federal de
Automóviles, cargo que desempeñó hasta el año de 1980.
El ingeniero Carlos Aínsle Palencia, el inolvidable
Papoose, falleció en la ciudad de San Diego, California, el 31
de octubre de 1994.
Su familia continúa radicando en la ciudad de Tijuana,
Baja California.
N OMENCLATURA
DE
M EXICALI . H ISTORIA
DE LOS NOMBRES DE AVENIDAS , BULEVARES , CALLES , PARQUES Y PLAZAS
Avenida James W. Stone
Miguel Ángel Lino*
P
ara reconocer a un destacado empresario de
origen estadounidense, mexicalense de corazón
y mexicano por adopción, una muy transitada
avenida de nuestra ciudad lleva el nombre de James W. Stone,
máximo responsable por más de tres décadas de la histórica
Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, coloquialmente
llamada “La Jabonera”, que se instaló a partir de 1924 en
los terrenos que hoy ocupa la Plaza Cachanilla.
La avenida James W. Stone inicia cerca del Río Nuevo
(cuyo nombre oficial es Calzada de los Presidentes) y cruza el
bulevar Adolfo López Mateos para finalizar en la confluencia
de la calle D y avenida Larroque.
La avenida James W Stone corre sobre lo que fue el dren
134, un canal de un drenaje de aguas negras que fluía a cielo
abierto.
Por varias razones, esta es una avenida muy peculiar, ya
sea por su trazo de dos ramales que corren paralelos y que al
final casi terminan uniéndose para formar una y. Pero, sobre
todo, por la historia del personaje del que hago una breve
semblanza:1
De Arizona a Baja California
James William Stone nació en Phoenix, Arizona, el 12 de
marzo de 1901. En 1924 obtuvo su título de ingeniero civil en
la Universidad de Arizona y empezó a trabajar en la compañía
ferrocarrilera Southern Pacific. En 1925, a los 24 años de edad,
llegó a Mexicali en donde siguió el resto de su vida.
1975. James W. Stone.
2012. Señalamiento en crucero con bulevar López Mateos.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. Correo electrónico: malino2005@msn.com
1
Texto extraído del libro Aquellos años del algodón, la Jabonera y el valle de Mexicali, escrito por James Griffin y coordinado por Aidé Grijalva.
17
1960. Dren 134 en el cruce con el puente del ferrocarril,
hoy bulevar López Mateos.
2012. Avenida James W, Stone en el cruce con bulevar López Mateos.
1960. Jabonera del Pacífico, colindante al norte con el dren 134,
hoy avenida James W. Stone.
18
Ya en territorio mexicano, el joven ingeniero Stone
trabaja primero para el Ferrocarril Inter-California y al
poco tiempo supervisa la construcción del Canal Solfatara
para la compañía John Phillips de San Francisco,
California. En 1931, la Anderson, Clayton & Company
—que había comprado la Compañía Industrial Jabonera
del Pacífico— nombra a James W. Stone, con apenas 30
años, vicepresidente y gerente general de La Jabonera.
Durante su vida se registraron logros muy importantes
y también tuvo que enfrentar problemas muy serios,
como la crisis mundial cuando el precio del algodón
y la producción se desplomaron. En cambio, le tocó
aprovechar la época de oro del algodón que corrió de 1940
a 1960. Bajo el mando de La Jabonera, Stone promovió
un sinnúmero de créditos para los agricultores, muchos de
estos créditos eran para la compra de sistemas de bombeo;
también modernizó el molino de aceite, la refinería y
aumentó el volumen de producción de La Jabonera.
El 16 de julio de 1959, James W. Stone obtiene la
ciudadanía mexicana por naturalización, desarrollando
una muy intensa vida empresarial, industrial, comercial
y social en Mexicali; por varios años ejerció la presidencia
del Consejo de Administración del que hoy es Bancomer;
fue gran benefactor del Cetys y apasionado jugador de
golf, a tal grado que fue uno de los fundadores del Club
Campestre de Mexicali. Después de 35 años de fructífera
labor, el señor Stone se retiró de La Jabonera, pero
mantuvo su residencia en Mexicali y continuó atendiendo
negocios particulares. Finalmente, poco antes de cumplir
78 años, James W. Stone muere el 25 de enero de 1979.
Dren 134
Desde 1924, cuando se inició la construcción de La Jabonera,
en las tierras seleccionadas como ideales, tenían una barrera
natural: El dren 134 que marcaba el límite hacia el norte y el
oeste de la ciudad... Sobre el dren, que estaba descubierto, se
construyó un puente en el cruce de la calle A, lo que permitió
por muchos años la entrada a La Jabonera.
En la actualidad el dren 134 ya no tiene vida útil. Con
una longitud de ocho kilómetros, fue entubado durante
el gobierno del licenciado Milton Castellanos Everardo,
1971-1977. Pero hoy, cuando llueve mucho, se inunda,
se reblandece la tierra y provoca tremendos hoyancos en
algunas colonias por las que cruza.
Libros, reseñas, comentarios...
Sergio Noriega Verdugo*
Ríos internacionales entre México y Estados Unidos: Los tratados de 1906 y 1944 de
Marco Antonio Samaniego López
P
ocas cosas pueden resultar más
importantes en el desarrollo
de nuestro estado y aun del
país, en toda su extensión, que los
recursos hidráulicos disponibles. La
naturaleza ha sido miserable en cuanto
al régimen pluvial que ha concedido
al norte del país. Toda la península de
Baja California es muestra de extrema
aridez. La precipitación anual promedio
es de menos de 50 centímetros anuales,
las plantas silvestres que sobreviven son
aquellas que corresponden al desierto,
como los arbustos, las chollas, las
plantas cactáceas, y el mezquite. Con
ligeras excepciones, todo el desarrollo
alcanzado en el estado de Baja California
se debe al Río Colorado, cuya cuenca se
encuentra en Estados Unidos.
El libro Ríos internacionales entre
México y Estados Unidos: Los tratados de
1906 y 1944 del doctor Marco Antonio
Samaniego López es producto de una
investigación exhaustiva que le permitió
obtener el grado de doctor en historia por
El Colegio de México, hace apenas menos
de dos lustros. Este libro fue publicado
en 2006 por la Universidad Autónoma
de Baja California en coedición con El
Colegio de México.
Esta obra se centra en el contexto
y negociación de los dos tratados
bilaterales entre Estados Unidos y
México en los años de 1906 y 1944. El
primero se ocupa solo del Río Bravo y
el segundo del Bravo, Colorado y, en
menor grado, del de Tijuana. Destacan
en el libro los principales criterios
empleados para designar a quienes le
corresponde la propiedad de las aguas
que corren por dichos ríos. Además, se
explican las implicaciones de dichos
criterios en relación con los intereses
de los involucrados, sus expectativas y
la limitada información y desconfianza
que privó entre las partes en conflicto.
Debido a la falta de una ley
internacional clara y convincente
sobre los derechos de agua, se tuvo
que improvisar diferentes criterios, en
distintas épocas, para convenir sobre
el reparto del recurso. Las diferencias
fueron notorias, particularmente entre
estadounidenses, dado que la propiedad
privada constituye una característica
dominante de la cultura anglosajona.
En México, la voz cantante siempre
fue la del gobierno. Solo que después
de la revolución, el artículo 27 nos llevó
a un nivel de nacionalismo acendrado,
donde se define que “La propiedad
de las tierras y aguas comprendida
dentro de los límites del territorio
nacional corresponde originariamente
a la nación [...]”1 Lo que ocasionó que
cualquier negociación con el extranjero
fuera sospechosa y más delicada.
Uno de los criterios empleados en
Estados Unidos, particularmente en el
oeste de dicho país, tiene que ver con
los derechos de quienes habitan en los
márgenes de cualquier río (riparian
rights); por lo que la ley común en ese
país considera que los propietarios
de la tierra cerca de los márgenes de
algún río tienen cierto derecho al agua
que ahí corre. Otro de los conceptos
empleados para justificar el reparto de
aguas, el autor le llama “La primera
apropiación /uso benéfico”, denota la
prioridad que reciben los que primero
hacen uso del agua de algún río, en
relación con la historia.
Sólo a partir de ese principio puede
entenderse la asignación de agua a cada
país, tanto en el tratado de 1906 como
en el de 1944. De igual forma, dado
que había la tendencia en el mundo a
reconocer los desarrollos ya existentes, el
tratado de 1944 era una forma de detener
la expansión respecto al uso del agua del
ribereño inferior: México en el Colorado,
Estados Unidos en el bajo río Bravo (200).
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C.
1
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, p. 35.
19
Como se podrá apreciar en la cita
anterior, no solo fue importante quién
era primero en beneficiarse del agua,
sino la ubicación de los usuarios del río,
porque el uso de los ribereños superiores
podía influir en la disponibilidad del
recurso de quienes se encontraban
aguas abajo del mismo río.
El artículo VI del Tratado de
Guadalupe Hidalgo de 1848 reconoció
el libre tránsito por el Río Colorado,
mismo que quedó refrendado en el
Tratado sobre Limites de 1853. Su
artículo IV dice:
con el noreste industrial pujante de
nuestros vecinos. Ello abrió los mercados
del este a los productos agrícolas del
oeste árido e hizo crecer la demanda del
agua de manera exponencial.
Otro criterio empleado en las
negociaciones sobre el reparto de aguas
se originó con la escasez que enfrentaron
las ciudades fronterizas de El Paso,
Texas y de Ciudad Juárez, Chihuahua,
a partir de 1889. Los representantes
de ambas ciudades propusieron la
construcción de una presa en Estados
Unidos para atenuar la escasez.
como la política oficial de Estados
Unidos (92).
El autor también nos relata las
pugnas por el agua del Río Colorado
entre la parte alta y la parte baja de la
cuenca, además de los conflictos entre
California y Arizona y, desde luego,
entre los Estados Unidos y México.
La terminación de la presa Boulder
(o Hoover) en 1935 sobre el Río
Colorado resultó paradójica, pues
aunque se redujo el envío de agua, el
control sobre las avenidas del río hizo
posible cultivar más tierras.
Los buques y ciudadanos de los
El 12 de diciembre de 1895, el procurador
La presa Boulder redujo el caudal que
Estados-Unidos
todo
general de Estados Unidos, Judson
llegaba a México, de un promedio de
tiempo libre y no interrumpido tránsito
tendrán
en
Harmon, dio su opinión con respecto a
160 000 millones de m3 a 10 000 millones.
por el Golfo de California para sus
la escasez que se presentaba en las dos
Con ello, el peligro de las inundaciones
posesiones y desde sus posesiones sitas
localidades fronterizas. Las dos demandas
disminuyó aunque no se eliminó del
al norte de la línea divisoria de los dos
mexicanas, apoyadas por la gente de El
todo. Los bordos en territorio mexicano
países; entendiéndose que ese tránsito
Paso, eran: 1) la indemnización de 35
no peligraban como en años anteriores.
se ha de hacer navegando por el golfo de
millones de dólares y 2) la no realización
La administración del distrito de riego
California y por el Río Colorado, y no
de más obras en el estado de Colorado
que empezó a funcionar en 1937, abrió
por tierra, sin expreso consentimiento
y en el territorio de Nuevo México.
más tierras al cultivo (las colonias
del Gobierno Mejicano.
Harmon señaló que las cláusulas
Carranza, Baja California, Coahuila y
2
VII
Con el paso del tiempo, la condición
de navegación se convirtió en un
obstáculo para la creación de presas de
almacenamiento de agua con fines de
riego y de generación eléctrica.
Por si fuera poca cosa la falta de
precipitación del noroeste de México
y el suroeste de los Estados Unidos, la
escasez de agua se intensificó con el
éxito de la agricultura de riego. Clave
en el desarrollo agrícola fue la creación
de una amplia red ferroviaria que logró
vincular la producción agrícola del oeste
de Estados Unidos y del norte de México
VI
y
del Tratado de Guadalupe-Hidalgo
Nuevo León) [322].3
tenían validez sólo en lo que correspondía
a la parte del río en que era el límite
En el tratado de 1906, Estados Unidos
internacional y no en la correspondiente
entrega 74 millones de m3 a México
al interior de Estados Unidos (90).
y nuestro país no da nada a Estados
Unidos. En el de 1944, México recibe
Aunque no prosperó la controversial
opinión de Harmon, habiéndose
suspendido las obras de irrigación
en Colorado y Nuevo México, hubo
muchos que aceptaron su punto
de vista. Esta postura acentuó la
soberanía de las partes en contienda
y aumentó su intransigencia, pero de
acuerdo al autor nunca fue adoptada
1 850 millones de m3 anuales y entrega
432 millones de m3 por año en el bajo río
Bravo, con la ventaja de que esta entrega
se realiza en ciclos de cinco años. (12).
La investigación realizada por el
autor hace pensar que los tratados
entre Estados Unidos y México fueron
favorables para este último.
Estados Unidos Mexicanos, Tratado sobre Límite, firmado en la Ciudad de México, el 30 de diciembre de 1853, reproducido en Estudios Fronterizos, Año 1 No. 2,
septiembre-diciembre, 1983.
3
Este párrafo incluye dos citas: un informe de Jesús Franco Urías y J.J. Burkholder, y otro del Archivo de Historia del Agua.
2
20
Breve historia de la agroindustria
algodonera en el delta mexicano del
Río Colorado entre 1912 y 1929
Jimmy Griffin*
E
n 1912 cuando se cosechó el algodón hueso para
lo que sería las históricas primeras 15 pacas,
no existían despepitadoras en Mexicali, por lo
que fue necesario llevar ese algodón a Caléxico donde ya
había esas plantas. Se desconoce cuántas despepitadoras
se encontraban en Caléxico en ese año, pero en 1915 esa
ciudad tenía ocho plantas despepitadoras y una compresora
para comprimir las pacas a alta densidad.1 Además había
dos molinos de aceite para procesar la semilla derivada del
algodón hueso. En aquellos años esas tres instalaciones
agroindustriales fueron necesarias para procesar el algodón
hueso y obtener el máximo rendimiento de esa cosecha.
¿Y ese algodón hueso, qué es, y de dónde viene? Es la
fruta que produce la mata algodonera y para obtenerla el
agricultor en el delta del Río Colorado tiene que sembrar
su semilla en marzo o abril y esperar que las plantas salgan
a flor de la tierra. Entonces, bajo el intenso sol de ese valle,
durante largos días de labores tiene que eliminar malezas,
cultivar la siembra, regarla varias veces, fertilizarla y
proteger las matas de insectos dañinos.
Normalmente a unos setenta días de la siembra la planta
puede medir 80 centímetros, y empieza a producir flores
cremosas que se vuelven rosadas, se secan y en tres a cinco días
caen de la planta. Donde estaba la flor se forma lentamente
una cápsula que cuando crece es conocida comúnmente como
bola. Esas bolas verdes siguen aumentado de tamaño y, en otros
treinta días, más o menos, obtienen su diámetro maduro de tres
a cuatro centímetros. En los próximos 35 a 55 días la planta
sigue creciendo a un metro veinte o más de alto, mientras
las bolas siguen madurando adentro y su exterior empieza a
secarse y tornarse color café, hasta llegar el momento en que
cada cápsula-bola se revienta y abre formando un capullo en el
que es revelado el algodón hueso,2 compuesto de miles de fibras
blancas que cubren numerosas semillas. Para entonces, si es
buena cosecha, cada planta tendrá muchos de esos capullos que
pintan el campo blanco.
Una vez que el agricultor lograba tener su algodón hueso
piscado, el próximo paso para obtener recompensa para sus
esfuerzos era mandarlo a una despepitadora, aunque sus
labores personales no habían terminado. A él le quedaba
preparar sus tierras para volver a sembrarlas en la primavera.
Esas labores consistían en cortar las matas secas e incorporar
los fragmentos en la tierra al barbechar o arar sus terrenos
y, en el momento propicio, en la próxima primavera, tendría
que dar la primera irrigación y sembrar la semilla.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
1
El tamaño de una planta despepitadora es expresado por el número de bancos o máquinas despepitadoras y el número de sierras en cada banco. En este caso es
una planta con cinco bancos de 80 sierras, o sea 5-80. Había de 70 sierras, y años más adelante de 90 sierras. Lo más común en aquel tiempo fueron plantas de
cuatro o cinco bancos.
2
Por miles de años el algodón hueso fue piscado de los capullos por manos humanas y muchas veces esas fueron manos esclavas. Pero, en este delta del Colorado las
manos fueron de cientos de hombres, mujeres y jóvenes, libres, pero pobres, que hicieron esa vital y difícil labor de cosechar o, como se dice aquí, piscar, el algodón
hueso. Para miles de recién llegados, mexicanos, chinos, hindúes, japoneses y otros, piscar algodón o hacer las otras arduas labores agrícolas, a pleno rayo del sol, fue
su única manera de sobrevivir.
21
1918. Preparación del terreno para el cultivo del algodón,
con arados con mulas.
1935. Preparación de terreno con tractor mecánico.
1915. Despepitadora en Caléxico, California.
22
Las despepitadoras
¿Y qué fin tuvo su algodón hueso? La mayoría de las veces, el
agricultor tenía que pedir financiamiento para invertir en su
cultivo y mantener a su familia durante los meses que estaba
trabajando en la cosecha, y lo más frecuente era que el dinero
lo obtuviera de una empresa algodonera propietaria de una o
más despepitadoras. El agricultor se comprometía a entregar
su algodón hueso a esa empresa para que se fuera despepitado.
Ese proceso consiste en secar y limpiar el algodón hueso, y
separar la semilla de la fibra ya que esos dos productos, una vez
separados, tienen su propio mercado y valor.
Una vez separada, la semilla es almacenada en los terrenos
de la algodonera, mientras la fibra es embalada en pacas
amarradas con cinchos metálicos y cubiertas con arpillera,
lienzo de algodón, de plástico u otro material. Esas pacas
pesan entre 180 y 260 kilos. En la paca se fija una etiqueta
numerada que tiene talones y se toman muestras de fibra de
dos lados opuestos de cada paca. Se coloca un talón entre
las dos muestras para identificarlas y las envían al cuarto
de clasificación, generalmente en la misma algodonera. Una
vez ahí, un clasificador profesional determina la calidad
de la fibra, esta clasificación está fundada en estándares
internacionales y es usada para establecer el precio que se
puede pagar al agricultor. El precio es basado en el de la
bolsa de Nueva York en el día que se vende la o las pacas.
Según la calidad determinada, hay premios o descuentos. Se
acredita el resultado de la venta a la cuenta de crédito del
agricultor hasta que su cuenta esté saldada, y después a él se
le paga directamente.
Generalmente, el precio de la semilla es establecido al
principio de la temporada y casi no varía en ese periodo. Por
lo regular, con el valor de la semilla se pagaba el servicio del
despepite y sobraba algo de efectivo para el agricultor. Aquí
cabe decir que la mata algodonera produce mucha más semilla
de lo que necesita para la siembra. Algunas algodoneras
tenían su propio molino de aceite para procesar la semilla o, si
no, la vendían a un molino.
Las compresoras
Hasta finales de la década de los años de 1950 las prensas en
las despepitadoras hacían pacas de tamaño grande que median
como 1.40 m de alto (55 pulgadas) por 0.71 m de ancho (28 ") y
de 0.97 a 1.22 m de grueso (38" a 48"). Su densidad era alrededor
de 12 libras por pie cúbico, de manera que esas pacas ocupaban
1980. Parcela sembrada de algodón, con planta recién nacida.
1980. Plantas llenas de motas de algodón.
23
Flor de algodón.
Bellota de algodón.
Plantas llenas de motas de algodón.
Mota de algodón.
Borra
Cascarilla
Carne o pepita
Pacas de algodón.
24
Semilla de algodón.
mucho espacio, lo que hacía incosteable su embarque en carros
de ferrocarril y en barcos de alta mar. La mayoría del algodón
del valle de Mexicali-San Luis siempre ha sido exportado y
casi todo por alta mar y por muchos años fue enviado a los
puertos en furgones de ferrocarril. Para resolver el problema
de las pacas “flat” las enviaban a una planta compresora
donde una enorme prensa, accionada por presión de vapor,
las prensaba nuevamente reduciendo su tamaño a menos de la
mitad y resultando en una paca de alta densidad, unas 32 libras
por pie cúbico, que se podía exportar económicamente a los
compradores foráneos, japoneses y otros.
Tractor modelo 1930.
Modernización: Prensas modernas y contenedores
En los años cincuenta del siglo pasado se desarrollaron
prensas hidráulicas suficientemente potentes para hacer
pacas de densidad adecuada en las mismas plantas
despepitadoras, y en pocos años las compresoras fueron
eliminadas. Las pacas producidas en las nuevas prensas son
más uniformes, tienen mejor apariencia, y el algodón llega a
su destino en mejores condiciones.
Otra importante mejora en el transporte de las pacas
de algodón ha sido la introducción de contenedores. Hoy,
muchas, si no la mayoría, de las pacas son puestas en
esas grandes cajas metálicas en los patios de la planta
despepitadora y ahí permanecen hasta que llegan a la
fábrica textil después de su largo viaje por tierra y por mar.
En estos contenedores, generalmente de 12.20 m de largo (40
pies), caben 80 o más pacas.
Esos dos cambios: prensas de alta densidad en las
despepitadoras y embarque de las pacas en contenedores
han reducido los costos de manejo y han ayudado a hacer
más competitiva la fibra de algodón en el mercado mundial
de fibras naturales y sintéticas.
Molinos de aceite
Cuando sale de la despepitadora, la semilla del algodón está
todavía cubierta con miles de fibras muy cortas nombradas
borra, que se adhieren igual que las fibras largas a la cáscara
de una alargada semilla negra, como de un centímetro de
largo y medio centímetro de diámetro. Adentro de esta
negra y delgada cáscara hay una almendra o carne con alto
contenido de aceite vegetal y de proteína.
Los procesos y la maquinaria del molino de aceite fueron
diseñados para aprovechar esas fracciones de la semilla y
Tractor modelo 1970.
Tractor modelo 2000.
25
Parcela cubierta de plantas de algodón llenas de motas.
1920. Plano del área de ubicación de las primeras despepitadoras en Mexicali. Patios de la estación del Ferrocarril Inter-California
(hoy bulevar López Mateos) entre las calles Morelos y México. Al norte, la compañía Algodonera de Baja California, S.A. (Globe Hills, C.)
y al sur, la Mexican Chinese Ginning Company.
26
convertirlas en los siguientes subproductos, en orden de su
valor: 1. Aceite vegetal, para el consumo humano, en forma de
aceite en botella, margarina o manteca vegetal. 2. Una pasta
alta en proteína (generalmente entre 37 a 41 %), y con ciertas
cantidades residuales de aceite y fibra. Esta pasta, sea en forma
granular o en forma de polvo conocida como harinolina es,
entre otros usos, un excelente alimento para ganado vacuno
especialmente cuando es agregada en cantidades limitadas
a otro subproducto, la cascarilla. 3. La Borra. En el molino
hay unas máquinas desborradoras similares a máquinas
despepitadoras pero diseñadas para quitar las fibras cortas
(borra) de la semilla. Esas máquinas están instaladas de
manera que la semilla pase por un grupo de ellas primero y
las demás después, de ese modo produce dos tipos de borra,
de primer corte y de segundo corte. Estas dos fibras están
embaladas por separado en pacas similares a las de la fibra del
algodón, ya que esos dos tipos de borra tienen distintos usos
y mercados. 4. La cascarilla. Es necesario romper la cáscara y
sacar la almendra de la semilla para procesarla y así obtener el
aceite y la proteína. El uso principal de la cascarilla que queda
es como forraje de ganado vacuno.
Más historia
Ahora que el lector tiene mayor conocimiento de lo que es el
algodón podemos proceder a contar algo de su larga, vital y
extraordinaria historia en el delta mexicano del Río Colorado.
En 1915, Alston Kelly, en su escrito Caléxico California, el
capitolio del Rey Algodón pronosticaba que ese pueblo pronto
se convertiría en la ciudad más grande y económicamente
la más potente del Valle Imperial. Kelly basaba sus
expectativas en que la agroindustria de Caléxico continuaría
procesando el algodón hueso del delta mexicano. Entre sus
argumentos decía que en el mes de enero de 1915 el volumen
de exportaciones e importaciones de Caléxico fue casi el
doble que las del puerto de Los Ángeles, y que el volumen
más grande e importante fue del algodón. Y es que esas 15
pacas de la temporada 1912-1913 habían aumentado a 3 700
en 1913-1914 y a 22 700 en 1914-1915, por lo que era fácil
especular que la producción seguiría creciendo.
Pero lo que Kelly no sabía o no tomó en cuenta fue que uno
de sus paisanos, W.C. Allen y sus socios (Allen Goh y O’Hashi)
en la empresa Globe Mills instalarían en 1916 la empresa
despepitadora, bajo el nombre mexicano de Compañía
Algodonera de Baja California S.A. Estaban casi en el centro
del entonces pueblo de Mexicali, al norte de las vías del
Ferrocarril Inter-California, entre las calles Morelos y México,
es decir, en lo que hoy llamamos el Centro Histórico. Las seis
despepitadoras, por lo que logramos saber, en su tiempo eran
modelos modernos. En un plano de 1921 se observa que habían
instalado un pequeño molino de aceite, pero en esa fecha no
estaba operando y las puertas y ventanas estaban bloqueadas.
En la temporada 1915-1916 en el valle de Mexicali
sembraron 12 000 hectáreas y produjeron 20 251 pacas, en
1916-1917 fueron 18 000 hectáreas y 27 000 pacas y en el
periodo 1917-1918 fueron 23 200 hectáreas y 32 566 pacas.
En 1919 la empresa mexicana Mexican-Chinese Ginning
Company fue fundada por J. B. Hoffman y F. J. West con
cuatro plantas despepitadoras cada una de tamaño 5-80 y
de marca Mungar-Continental. Esta empresa algodonera,
conocida por muchos años como La Chinesca, fue instalada
al lado sur de la vía, exactamente enfrente de la Algodonera
de Baja California.
En esos años, a cada lado de la vía principal había tres vías
o espuelas adicionales para dar servicio a esas empresas que
utilizaron la Inter-California, no solo para embarcar productos
sino para transportar algodón hueso desde los campos hasta
las despepitadoras. Necesitaban esas vías adicionales para
poder recibir la gran cantidad de furgones que estaban
llegando y para tener espacio para la carga y descarga de esos
vagones. Las siete vías ocuparon los terrenos que hoy es el
bulevar López Mateos entre las calles Altamirano y Bravo.
En el periodo 1918-1919 sembraron 38 000 hectáreas
y produjeron 50 000 pacas y en 1919-1920 fueron 40 000
hectáreas y 54 000 pacas.
En abril de 1920 la Nacional Gins S.A. fue constituida
y sus instalaciones estaban ubicadas en el mismo lado de
la vía que la Algodonera de Baja California, pero entre las
calles México y Bravo. Consistía de dos despepitadoras 5-70
marca Lummus de último modelo. En 1920 -1921 sembraron
50 000 hectáreas con resultados de 79 200 pacas.
La Lower Colorado River Ginning Co. S.A. se estableció
en abril de 1922, en los terrenos que actualmente ocupa el
Centro Comercial La Cachanilla. Originalmente instalaron
cuatro plantas despepitadoras Lummus 5-80, que tenían
capacidad de producir 300 pacas en un día (Vivanco: 1924:
200). Contaba con dos espuelas desde la vía del Ferrocarril
Inter-California donde podía acumular hasta 45 vagones.
Tenían una instalación de succión neumática en cada
27
1920. La planta de la Compañía Mexican Chinese Ginning vista hacia el sureste. Al fondo, a la derecha, se observa la Estación de Bomberos
ubicada en calles México y Ferrocarril.
una de las plantas para descargar el algodón hueso que
transportaban los furgones.
Esta empresa fue considerada la primera agroindustria
(Kerig: 2001:189) en Mexicali ya que ofrecía, aparte del servicio
de despepite, financiamiento a los agricultores-arrendatarios,
y apoyo en la comercialización de la fibra; pertenecía a la
Colorado River Land Company (La Colorado) entonces dueña
de la mayor parte del delta mexicano del Río Colorado.
En la temporada 1921-1922, por primera vez el área
sembrada bajó mucho: 34 000 hectáreas con una producción
de 49 813 pacas. La explicación que encontramos es que el
precio internacional, que llegó a superar 40 centavos en 19191920 la libra, bajó en 1920-1921 a 10.85 centavos siendo uno
de los efectos posguerra de la primera Guerra Mundial.
de terrenos y colonizarlos con ciudadanos mexicanos.
2. Persuadir a Chandler para construir un ferrocarril de
Mexicali al golfo de California con su terminal en San Felipe.
Obregón tuvo que llegar al extremo de expropiar
temporalmente todas las propiedades de La Colorado en
México para lograr sus objetivos, pero el 24 de noviembre de
1924, casi al terminar su presidencia, llegaron a un acuerdo,
el Compromiso de la Laguna de los volcanes. Para ser breve,
en ese acuerdo se suspendió la expropiación y Chandler y sus
socios en La Colorado:
se comprometieron a desarrollar un extenso programa para
construir la infraestructura económica que, dentro de ciertos
límites, tuvieron capacidad para llevar a cabo. Esto implicaba
una mayor inversión de capital. Tenían que aumentar la
El general Álvaro Obregón llegó a la presidencia de México
el 1 de diciembre 1920, y aparentemente no tardó mucho
en tomar interés en Baja California y empezó a presionar
a Harry Chandler, presidente de la Colorado River Land
Company. Sus objetivos fueron: 1. Obligar a La Colorado
a abrir al cultivo muchas más de sus miles de hectáreas
28
extensión de tierras regadas y cultivadas, construir y mantener
diques contra inundaciones, construir un ferrocarril hasta
el golfo, financiar a los cultivadores de algodón, promover la
industria relacionada con el algodón y, en último término,
parcelar sus tierras y colonizarlas con ciudadanos mexicanos.
(Kerig: 105).
1920. La Compañía Mexican Chinese Ginning vista hacia el noroeste. Al fondo, se observa el tanque elevado de agua de Caléxico. En primer plano
se aprecia el cruce de la avenida Lerdo y de las calles México y Ferrocarril.
Ese acuerdo cambió drástica y favorablemente el futuro
del algodón y la agroindustria en el valle Mexicali-San Luis.
Entre otras cosas Chandler ya había convencido al industrial
Juan F. Brittingham de asociarse con La Colorado en lo que
sería La Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, S.C.L.
que fundaron en 1925. Brittingham había tenido mucho
éxito con la empresa Cía. Industrial Jabonera de la Laguna
en Gómez Palacio, Durango, y con la ayuda de sus hijos y
un grupo de sus trabajadores de La Laguna se dedicaron a
construir un complejo industrial, parecido, en Mexicali.
Estas modernas instalaciones incluían: un molino de
aceite, una refinería de aceite vegetal, una jabonería, y
unas despepitadoras. Fue, por mucho, la agroindustria
más grande y moderna en el área, con mayor capacidad,
maquinaria más moderna y eficiente y personal
competente para dirigir la empresa. Además, tenía capital
adecuado para financiar a sus clientes agricultores, así
como personal entrenado para ayudarles en el manejo de
sus cultivos. Esta empresa pronto recibió de la gente de la
calle el apodo, La Jabonera, por este nombre fue conocida
por muchos años.
Mientras Harry Chandler estaba negociando con el
presidente Álvaro Obregón, J. T. West y socios, en agosto
1923 establecieron en Mexicali la Compañía Compresora y de
Almacenaje de la Baja California, S. A, además de la gran prensa
compresora esta empresa tenía amplios patios para almacenar
todas las pacas de algodón que el valle estaba produciendo.
Contaba con espuelas de ferrocarril y en el futuro no sería
necesario mandar a Caléxico las pacas flat producidas en las
despepitadoras de Mexicali para su compresión y embarque.
Con esa compresora y las instalaciones de La Jabonera la
agroindustria algodonera de Mexicali estaba completamente
independiente de Caléxico, un gran logro económico aparte
de ser más eficiente y conveniente para los agricultores
y para la industria. Quizás podemos decir que aquel Rey
del Algodón que mencionó Alston Kelly no solo se había
mudado al sur de la línea internacional, sino que había
decidido quedarse a vivir ahí.
Por lo que toca al ferrocarril Mexicali al Golfo (así se
llamaba al principio) La Colorado continuó la construcción. El
gobierno federal y el gobierno estatal habían iniciado esa obra
y La Colorado rembolsó todo lo que habían gastado y compró
29
los materiales que tenían en existencia. Una vez en marcha
decidieron cambiar el destino al área del abandonado Puerto
Isabel que estaba en el lado sonorense de la desembocadura del
Río Colorado y el gobierno aceptó ese cambio.
Puerto Isabel había sido un puerto rústico donde llegaban
barcos de alta mar, generalmente procedían de San Francisco
y de San Diego, California, más los puertos mexicanos de
Guaymas, Mazatlán y quizás otros. Esos barcos anclaban
en frente del Puerto Isabel y su carga era transbordada a
barcos del río que llevaban esos materiales hasta Yuma,
Arizona y a pueblos y minas río arriba. Entre 1855 y 1877
había mucha actividad de pequeños barcos de vapor en el río,
pero, cuando llegó el ferrocarril de Los Ángeles, California
a Yuma en ese último año, fue más rápido, conveniente y
económico usar el tren y, en poco tiempo el movimiento de
barcos casi terminó y Puerto Isabel fue abandonado.
Parece que el motivo principal de seleccionar ese lugar
fue porque el agua del golfo en ese lado de la embocadura
era más hondo y la marea se retiraba menos de la costa que
en San Felipe. Quizás otro motivo fue que la vía, como fue
reproyectada y construida, cruzaba el valle en diagonal
pasando por muchos terrenos vírgenes y muy apropiados
para la agricultura. En un par de años La Colorado entregó
ese proyecto de ferrocarril a la Southern Pacific, dueña de
la Inter-California, y pronto el nombre de esa nueva vía fue
cambiado a Inter-California Sur. Con el tiempo llegó a formar
la parte inicial del Ferrocarril Sonora-Baja California.
Para cumplir con sus compromisos con el gobierno federal,
de abrir sus terrenos al cultivo y colonización, Chandler trató
con el ingeniero Josef Chester Allison, persona que tenía mucha
experiencia en agricultura e irrigación en el Valle Imperial.
Allison se encargó de abrir grandes extensiones de terrenos en
varias áreas del valle de Mexicali. Construyó canales principales
y laterales, incluyendo el Delta 1 y el Delta 2. A medida que
avanzaba la nueva vía, dando acceso a nuevas tierras, áreas
adicionales fueron desmontadas y sembradas.
En 1928 el gerente del nuevo ferrocarril informó a Chandler
que en la parte terminada estaban operando tres trenes por
semana y que 785 furgones, cada uno cargado con unas 14
toneladas de algodón hueso, habían sido conducidos a las
despepitadoras en Mexicali. La mayoría de ese algodón venía
de 8 000 hectáreas rentadas por Allison, y lo demás de unas
2 500 hectáreas de otros rentistas. Esperaban mover un total
de 1 200 furgones de ese producto en la temporada de pisca.
30
Las estadísticas, hectáreas-pacas, en esos años fueron:
Año
Hectáreas
Pacas
1921-1922
34 000
49 813
1922-1923
54 000
58 000
1923-1924
60 000
86 478
1924-1925
54 800
70 667
1925-1926
60 000
80 071
1926-1927
52 000
86 285
1927-1928
44 000
44 611
1928-1929
64 000
80 098
1929-1930
58 800
75 056
Podemos deducir que Harry Chandler estaba en camino
de cumplir con sus compromisos; en 1928 las instalaciones
de La Jabonera ya estaban operando bien, Allison estaba
haciendo canales y abriendo terrenos por todas partes, el
ferrocarril había avanzado hasta el lado sonorense del Río
Colorado y había pasado por la difícil área pantanosa entre
estación Delta y el lecho del río. Pronto llegaría a Fuente
Brotantes (Médanos) donde terminaba el primer contrato
con el gobierno. Un segundo contrato cubría el tramo corto,
rumbo al sur, para llegar cerca de Puerto Isabel, donde
planearon la construcción del nuevo Puerto Otis.
Chandler no había cumplido con su promesa de colonizar
los terrenos con mexicanos; la mayoría de las tierras
cultivadas estaban todavía en manos de rentistas.
En relación con las otras algodoneras mencionadas no
encontramos información de esos años, pero, aparentemente,
todas estaban operando normalmente.
Aunque todavía había una nube negra en el horizonte que
frenaría todas las actividades y paralizaría el crecimiento del
delta por unos años. Ese desastre, conocido como “Martes
Negro”, inició el 29 de octubre de 1929 con el colapso de
la Bolsa de Wall Street que precipitaba la gran depresión
mundial, y todo se vino abajo.
Bilbiografía
Kelly, Allen. Caléxico California, “King Cotton’s Capital, 1915.
Kerig, Dorothy P. 2001. El valle de Mexicali y la Colorado River
Land Company 1902-1946, Colección Baja California, Nuestra
historia, UABC, Mexicali.
Rodriquez, Abelardo, Memoria Administrativa del Gobierno del
Distrito Norte de la Baja California 1924-1927.
Romer, Margaret, M. A. A History of Calexico. Historical Society
of Southern California, 1922.
Vivanco, Aurelio. 1924. Baja California al día.
Historia del algodón en el delta del
Río Colorado entre 1930 y 1970
Los peores y los mejores años para esa cosecha
Jimmy Griffin*
D
espués del inicio de aquella desastrosa depresión
económica, del 29 de octubre 1929, la economía
mundial fue gravemente afectada y la del valle de
Mexicali-San Luis tuvo consecuencias serias.
Entre los efectos casi inmediatos y muy evidentes fue
la suspensión de la construcción del Ferrocarril InterCalifornia Sur cuando la vía llegó a Fuentes Brotantes
(después conocido como Médanos) en la orilla del desierto
sonorense, unos kilómetros al este del kilometro 57, estación
Coahuila. Esa decisión fue tomada por la Colorado River
Land Company, mejor conocida como La Colorado, dueña
todavía de casi todos los terrenos cultivables en el delta
mexicano, y la empresa ferrocarrilera Southern Pacific,
encargada de esa obra. Además, la intención de prolongar la
vía hacia el sur hasta el sitio del abandonado Puerto Isabel
y de construir un nuevo puerto en el golfo de California
nunca fue realizada.
Desde 1925, Harry Chandler, presidente de La Colorado,
había contado con el ingeniero Chester Allison, quien por
medio de compañías mexicanas que él organizaba, había
hecho extensas obras de construcción de canales y había
abierto al cultivo grandes extensiones de terrenos que
rentaba de la Colorado. Otras personas y empresas hacían
lo mismo en menor escala, de manera que en la temporada
1928-1929 se sembraron un total de 64 000 hectáreas y se
produjeron 80 098 pacas de algodón con un rendimiento de
1.3 pacas por hectárea; y en 1929-1930, con 58 800 hectáreas
sembradas se produjeron 75 056 pacas con el mismo
rendimiento. Aparte del algodón hubo producción de otras
cosechas como alfalfa y trigo en menor escala.
Con la crisis, Chester Allison entró en quiebra y todas sus
obras de construcción fueron suspendidas, y es de suponer
que la mayoría de las otras empresas del ramo sufrieron
daños o quebraron.
En el periodo 1929-1930, el precio del algodón en el
mercado internacional había variado entre 19.55 y 12.45
centavos de dólar por libra; en 1930-1931 bajó a 13.15
máximo y 8.25 mínimo, y peor aun en 1931-1932; lo más
alto cotizado fue 8.15 centavos y lo más bajo 5.00 centavos
de dólar por libra. Esa temporada sembraron solo 27 600
hectáreas con una producción de 26 250 y rendimiento de 0.9
pacas por hectárea. Posiblemente por ese bajo rendimiento
algunos abandonaron parte del algodón en el campo para
evitar los gastos de pisca y de transporte.1
Para la mayoría de los agricultores era incosteable sembrar
algodón a esos precios y el área sembrada en 1932-1933
bajó a 10 300 hectáreas con una producción de 14 014 pacas
rendimiento de 1.3 pacas por hectárea. El valle de Mexicali
no había tenido una producción más baja desde 1913-1914,
su segundo año de producción, cuando fue solo 3 700 pacas.
Incluso en su tercer año se produjeron 22 700 pacas. Esta
temporada fue desastrosa para los productores de algodón.
El resultado de esa situación se tornó en mucho desempleo
en el campo, en la industria y en la ciudad. Agricultores que
rentaban terrenos ya no podían hacerlo, y para complicar
aún más la situación había muchos mexicanos, algunos con
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
1
Nos han contado que la mayoría de los chinos y japoneses que estaban trabajando en terrenos rentados, los abandonaron, dejando su equipo y maquinaria en los
campos.
31
sus familias, regresando de Estados Unidos donde, por falta
de empleo, estaban siendo expulsados.
La Colorado no había cumplido con su compromiso de
colonizar con mexicanos sus terrenos a medida que esos
estaban en condiciones de ser cultivados y habían continuado
rentándolos, en su mayoría, a extranjeros: chinos, japones,
hindúes y otros. Se presionaba mucho al gobierno para que
remediara esa situación. El censo de 1930 indicaba que 75 %
de la población de 30 000 personas era mexicana (Kerig: 2001:
248). Sin duda la situación en Mexicali y el valle era explosiva.
Había también un problema internacional importante y más
difícil de resolver, ligado con los terrenos del delta mexicano.
Para contemplarlo regresaremos al escenario histórico del delta
en los dos lados de la frontera y los miedos y desconfianzas que
las aguas del Río Colorado habían generado entre esos vecinos
desde 1901. Primero veremos los del norte que iniciaron los
problemas al querer regar lo que sería el Valle Imperial.
En 1900, debido a las grandes dunas de arena en el lado norte
de la frontera no fue técnicamente posible construir un canal en
territorio de Estados Unidos y la única opción fue llevar el agua
por territorio mexicano. Gracias, en parte, a las inundaciones
de 1905 a 1907 y del movimiento magonista en 1911, sumado
al hecho de no tener el control del agua completamente en sus
propias manos, los agricultores, políticos y otros en el lado
estadounidense empezaron a sentirse vulnerables a cualquier
movimiento que pudiera afectar el canal Álamo y los otros
canales que llevaron agua al Valle Imperial; también se sentían
vulnerables por los diques o bordos en territorio mexicano.
Para resolver esos problemas y otros más, ellos empezaron
campañas políticas para lograr la aprobación de dos grandes
proyectos: El primero fue la construcción de una enorme
presa en el Río Colorado, que sería conocida como la Presa
Hoover, destinada a almacenar el agua excedente y así
prevenir los desastrosos crecimientos y a la vez evitar los
igualmente adversos periodos de escasez de agua. En 1931,
con ayuda de otros estados lograron la aprobación de ese
proyecto. Estaba programada su terminación para 1936.
El segundo proyecto fue la construcción de un canal
que llevaría el nombre All American Canal, es decir, canal
Todo Americano. Ya existía maquinaria para construir un
canal entre las dunas, aunque fue más difícil conseguir la
aprobación para la construcción de ese canal, sí lo lograron
en 1934, y estaba proyectado terminarlo en 1940.
En lo que corresponde al lado mexicano, aun cuando la
32
Presa Hoover podría traer grandes beneficios para el delta
mexicano, existían también grandes riesgos potenciales, y el
canal Todo Americano podría ser fatal.
México y Estados Unidos tenían años tratando de llegar
a un acuerdo sobre la distribución de las aguas de sus ríos,
binacionales, principalmente el Río Bravo y el Río Colorado.
En lo que respecta al Río Colorado, desde los tiempos de
Guillermo Andrade existía un acuerdo en que la mitad de las
aguas que corrían por el canal Álamo estarían disponibles
para terrenos mexicanos, las compuertas donde tomaban
agua del Río Colorado para ese canal estaban al norte de
la frontera. Una vez terminado completamente el canal
Todo Americano, que incluía la presa de derivación Imperial
y todas las conexiones a los canales auxiliares, el Valle
Imperial quedaría independiente del Álamo.
La posición de México y la del delta mexicano quedarían
más débiles. Afortunadamente, había ríos mexicanos que
contribuían con buen porcentaje de las aguas que utilizaban
en el lado tejano del llamado Bajo Río Bravo (Lower Rio
Grande) pero urgía tener un tratado internacional firmado.
En Mexicali, mientras tanto, había cambios saludables a
largo plazo. En 1930, Juan F. Brittingham vendió su tercera
parte y otros accionistas (también de la Colorado) vendieron
otra tercera parte de la Compañía Industrial Jabonera del
Pacífico (La Jabonera) a Anderson, Clayton & Co., una empresa
algodonera internacional con despepitadoras, molinos de aceite
y otras instalaciones agroindustriales en el interior de México,
así como en Brasil, Perú, Argentina y Paraguay, y que tenía
interés en operaciones similares en Egipto. También contaba
con oficinas o representantes en la mayoría de las ciudades del
mundo y manejaba más algodón que cualquier otra empresa.
En unos años, la otra tercera parte de La Jabonera que poseían
Harry Chandler y socios, llegaría a pertenecer a la fundación
Mary Street Jenkins una sociedad benéfica mexicana.
En esos mismos años, o quizás un poco antes, no tenemos
fechas firmes, La Jabonera absorbería la Compañía
Compresora y Almacenaje de la Baja California y la Lower
Colorado River Ginning Company. Con esas adquisiciones
los terrenos de La Jabonera abarcaron unas 43 hectáreas
bordeadas por la vía de la Inter-California por el sur, por la
calle Compresora (ahora calle Alfonso Esquer) al este y por
el dren 134 al norte y oeste. Actualmente, en esos terrenos se
encuentran: El Centro del Saber Meyibó, el centro comercial
La Cachanilla, terrenos vacíos, algunas casas y comercios,
1960. Vista aérea de la presa Morelos construida en 1950. El Río Colorado divide a la izquierda México y a la derecha Estados Unidos. Al fondo
se observa el poblado mexicano de Los Algodones, y más al fondo el cerro Pilot Knob, en Estados Unidos.
el Teatro del Estado, el parque Vicente Guerrero y el Museo
Sol de Niño, con sus cines y sus otros edificios.
En 1933, Estados Unidos introdujo un programa
para reducir la producción del algodón pagando a los
agricultores a una cantidad acordada los acres que
sembrara cada quien. La teoría consistía en que si todos
cooperaban, la producción total bajaría al grado que
el precio internacional tendría que subir. Funcionó,
hasta cierto punto, aunque países como México y otros
países latinoamericanos aprovecharon y aumentaron
sus siembras. Will Clayton, presidente y socio principal
de Anderson, Clayton, firme creyente en el mercado
libre, les ayudaba con el financiamiento de sus cosechas,
consecuentemente él fue severamente criticado por sus
paisanos y por el gobierno de Estados Unidos.
En relación con los próximos años, no conseguimos
información detallada, lo más cercano son estas cifras de
áreas sembradas, pacas producidas y precios internacionales
máximos y mininos.
Temporada Hectáreas
Pacas
Pacas
Ha
Precio
centavos/libra
Máximo
Mínimo
1932-33
10 300
14 017
1.3
11.75
5.70
1933-34
21 600
17 967
.8
13.25
8.15
1934-35
22 000
21 880
.9
13.95
10.65
1935-36
45 200
71 853
1.6
13.65
10.65
1936-37
55 600
61 053
1.1
15.25
11.18
1937-38
55 200
52 292
.9
11.35
7.71
Estas cifras nos indican que el precio empezó a mejorar,
pero no recuperó los niveles de los años de 1920. Sin
embargo, tanto agricultores como casas financieras como
La Jabonera se arriesgaron a invertir en el algodón y las
hectáreas sembradas se acercaron al total anterior.
En abril de 1936, Zar Williams y su socio Alfredo
Santaella compraron la Mexican Chinese Ginning Company,
mejor conocida como La Chinesca. Más adelante Alfredo
Santaella pasaría su parte a Rodrigo Valle, quien con la
33
1956. Foto aérea hacia el sur de la Compañía Jabonera del Pacífico. En primer plano, la segunda sección de Mexicali, luego el Dren 134, límite
norte de La Jabonera, y al fondo, la carretera Mexicali-San Luis, límite sur de la empresa. Al este estaba limitada por la calle de la Compresora.
La empresa cerró en 1973. Hoy sobre ese terreno de sureste a noroeste se encuentran: el Parque Vicente Guerrero, el Fraccionamiento Caliss, un
terreno baldío, el centro comercial La Cachanilla y un terreno baldío.
familia Williams manejarían esa empresa algodonera hasta
su cierre en los años de 1970.
Las presiones para entregar las tierras de la Colorado a
agricultores mexicanos continuaron en el valle y en la ciudad
de Mexicali, hasta que llegó el día 27 de enero 1937, cuando
un gran grupo de agricultores invadió y tomó posesión de
terrenos de la Colorado, acto que es conocido y festejado
oficialmente como El “Asalto a las Tierras”. El gobierno
estatal arrestó a los líderes y mandó a algunos de ellos a las
islas Marías, pero pronto fueron absueltos.
Esa acción abrió la puerta para que el presidente Lázaro
Cárdenas tomara de una vez la planeada decisión de
establecer ejidos en los terrenos de la Colorado. Actuó con
rapidez, eficiencia y legalidad. Tomaron solo terrenos que
estaban cultivados y rentados, los de propiedad privada no
fueron afectados.
Según me han contado testigos, aproximadamente 80%
de los rentistas desalojados fueron mexicanos y muchos de
ellos entraron en una huelga que fue llamada “La huelga de
los sentados” ya que se concentraron enfrente del Palacio del
Gobierno del estado (ahora rectoría de la UABC) donde estuvieron
por tres semanas de abril de1937. Solicitaron terrenos como
colonos o pequeños propietarios. Al fin, el presidente Cárdenas
34
vio la justicia de sus peticiones y el resultado fue la creación de
las colonias Venustiano Carranza, Baja California y CoahuilaNuevo León; terrenos vírgenes, sin limpiar, sin canales ni
sistemas de bombeo, sujetos a inundaciones, y tuvieron que
pagar por ellos; pero esos verdaderos agricultores los aceptaron
y se pusieron a trabajar. Lograron financiamiento por medio
del Banco Nacional de Crédito Agrícola, de La Jabonera y
otras algodoneras. Así, en algunos años, 20 000 hectáreas
aproximadamente de la producción fueron agregadas al total.
La temporada 1938-39 fue la primera en que los nuevos
ejidatarios cultivaron sus parcelas, las siembras totales en el
valle fueron 37 600 hectáreas de algodón con una producción
de 33 817 pacas y rendimiento de 0.8 pacas por hectárea.
Los precios fueron bajos con un máximo de 10.02 y mínimo
7.88 centavos de dólar por libra.
En el periodo 1939-1940 las siembras aumentaron
ligeramente a 40 400 hectáreas y la producción a 39 520
con un rendimiento de 0.9 pacas por hectárea. Los precios
mejoraron a 11.66 máximo y 8.82 mínimo. Según nos han
contado, un buen porcentaje de los nuevos ejidatarios no
tenía experiencia en el cultivo del algodón irrigado y menos
en tener que trabajar en verano en las condiciones extremas
del campo del delta del río. Buen porcentaje de ellos
abandonaron sus parcelas. Otros optaron por sembrar trigo,
pero su segundo o tercer año con ese cultivo les fue muy
mal por la temible enfermedad chahuiscle que acabó con la
cosecha y tuvieron que regresar al algodón. Una nueva ola
de migrantes llegó a ocupar las parcelas abandonadas.
La segunda Guerra Mundial empezó en Europa a finales de
1939 y con rapidez se extendió a toda la región, incluyendo
Rusia. En el Oriente, Japón había estado en guerra con
China desde 1937 y el 7 de diciembre de 1941 atacó la base
naval de Estados Unidos de Pearl Harbor, en Hawai. Con
ese ataque Estados Unidos entró en el conflicto que no
terminaría hasta septiembre 1945.
Es de suponerse que durante la guerra las exportaciones
de algodón a Europa y al Oriente prácticamente terminaron,
pero, aparentemente, la demanda en Estados Unidos, y
quizás en México aumentó porque, como se puede apreciar
en las siguientes cifras, las hectáreas sembradas aumentaron
y los precios llegaron a un nivel aceptable.
Temporada Hectáreas
Pacas
Pacas
Ha
Precio
centavos/libra
Máximo
Mínimo
39-40
40-41
41-42
42-43
43-44
40 400
48 800
71 600
82 158
89 458
39 520
60 028
100 900
77 150
96 901
0.9
1.2
1.4
0.9
1.2
11.66
17.91
21.39
22.24
22.81
8.82
9.68
16.35
19.12
19.80
44-45
45-46
87 904
64 219
91 514
55 037
1.0
0.9
23.59
36.47
21.76
22.80
En septiembre de 1945, cuando finalizó la guerra,
habían ocurrido muchos cambios que beneficiaron el delta
mexicano del Río Colorado. En 1944 México y Estados
Unidos habían firmado un acuerdo para la disposición de las
aguas internacionales, y sobre la construcción de la Presa
Morelos (entró en operación en 1950) cerca de Algodones
para controlar la distribución de las aguas mexicanas. Las
ansias de los años anteriores fueron calmadas.
La presa Hoover fue terminada en 1936 y ya tenía agua
almacenada; esto permitía un mejor control de la aguas del
Colorado y se disminuían los problemas de inundaciones y,
en consecuencia, los efectos dañinos de los años de sequía.
El canal Todo Americano ya conducía toda el agua al Valle
Imperial desde la nueva presa Imperial, construida en el Río
Colorado unos kilómetros al norte de Yuma. El control del
agua para el delta mexicano ya estaba en manos del Distrito
de Riego del Río Colorado.
Las aguas del Colorado ya venían con menos sedimento
o azolve, aunque lluvias intensas río abajo del Hoover o en
el río Gila siempre podrían aumentar mucho ese contenido.
A medida que se construyeran más presas en el Colorado ese
problema disminuiría.
La agroindustria algodonera y la economía de la región
de Mexicali-San Luis estaban por entrar en lo que se conoce
como la época del oro blanco, o los años dorados. Empezando
con los precios internacionales, había condiciones favorables
ya que estos se mantuvieron bastante estables desde la
terminación de la guerra hasta mediados de los años de 1960.
Para 1945, tanto los colonos como los ejidatarios tenían
sus tierras mejoradas y contaban con experiencia en el
cultivo de algodón regado. Además, la mayoría había logrado
establecerse como merecedores de crédito con las algodoneras
y los bancos oficiales que les ofrecieron refacción agrícola.
La agroindustria estaba creciendo rápidamente. Para 1953,
las siguientes empresas proporcionaron a los agricultores
servicio de refacción y de despepite. Cabe mencionar que ya
para entonces, las despepitadoras que estaban en lo que es el
Centro Histórico ya no existían. Las que estaban ubicadas
más cerca del centro de la ciudad fueron las doce plantas de
La Jabonera, localizadas donde está la Plaza Cachanilla. Al
otro lado de la vía del ferrocarril Inter-California y enfrente
de donde está el Teatro de Estado, estaba la Chinesca con dos
despepitadoras. Enfrente de la estatua El Caballito estaba la
despepitadora de la empresa Hohenberg.
En el lugar donde actualmente está una funeraria Gayoso
y otros edificios, estaban las instalaciones del Banco Ejidal;
despepitadora y un pequeño molino de aceite. En buena
parte de los terrenos que hoy ocupa el Centro Cívico y
Comercial estaban el grupo de empresas, Algodonera del
Valle, Compresora del Valle, Aceitera del Valle, Aerotécnica
del Valle y otras del Ing. Eugenio Elorduy. La Algodonera
del Valle contaba con cuatro plantas despepitadoras.
La Algodonera de Baja California, con ese nombre que
pertenecía antes al Globe Mills, ya estaba en manos de
Héctor Sada y de Arturo Flores. Contaba con dos plantas
despepitadoras y se localizaba al sur del actual bulevar
Lázaro Cárdenas en los terrenos donde hoy se encuentra la
tienda Wal-Mart, Sam’s Club y el restaurante Vips.
35
Las cifras de producción en aquellos años son las siguientes:
Temporada Hectáreas Pacas Pacas
Precio
Ha
centavos/libra
Máximo Mínimo
46-47
68 518
70 381
1.0
40.18
28.70
47-48
67 755
99 236
1.5
38.65
30.55
48-49
78 414
105 447
1.2
33.37
30.69
49-50
105 000
158 397
1.5
39.05
29.48
50-51
132 800
244 664
1.8
45.25
36.21
51-52
168 000
261 958
1.6
43.43
34.10
52-53
168 000
337 269
1.9
40.76
31.71
53-54
174 067
339 115
1.9
34.59
32.39
54-55
193 223
434 075
2.2
34.90
33.10
55-56
195 026
420 381
2.0
35.65
32.20
56-57
165 000
334 783
1.8
34.08
32.93
57-58
184 678
402 328
2.2
34.98
33.18
58-59
191 000
470 324
2.5
34.86
32.75
59-60
142 243
349 027
2.5
32.47
31.38
60-61
138 609
432 074
3.1
32.91
30.09
61-62
135 155
433 533
3.2
34.18
32.94
62-63
131 435
485 367
3.7
34.16
32.95
63-64
129 034
497 841
3.9
33.42
31.76
64-65
133 277
503 226
3.8
31.71
30.27
65-66
128 286
530 756
4.1
30.27
29.41
66-67
134 482
542 279
4.0
22.65
21.32
67-68
128 720
344 943
2.7
27.13
22.64
68-69
87 279
333 985
3.8
25.11
21.87
69-70
75 419
202 245
2.7
23.01
21.39
70-71
57 971
158 668
2.7
25.45
22.54
Por el camino a San Luis, ahora bulevar López Mateos,
y antes de llegar al monumento Sánchez Taboada y el
entronque de las carreteras San Luis y San Felipe, se
encontraba, al lado derecho, la Despepitadora Popular,
propiedad de Travis Calvin y José (Pepe) Dávila. Esa
empresa contaba con dos despepitadoras.
Posterior al monumento a Sánchez Taboada, al lado
izquierdo de la carretera a San Luis, estaban las instalaciones
del Algodonera Escandón, y la Aceitera Escandón. Esa
empresa contaba con dos despepitadoras.
Más adelante, entre las carreteras a San Luis y San
Felipe, se localizaban las dos plantas de la Despepitadora del
Pacífico (filial de La Jabonera). Sus grandes patios, todos los
terrenos que ocupa actualmente el parque industrial Marán,
y más, eran para almacenar pacas de algodón.
Por la carretera a San Felipe, bordeando con los terrenos
de la Despepitadora del Pacífico, estaba la Despepitadora
McFadden. Regresando por el camino a San Luis se
encontraba la despepitadora Productora Agrícola que
pertenecía a la firma internacional Esteve Hermanos, un
36
poco antes de llegar a Palaco (González Ortega), donde
actualmente está el parque industrial Las Californias.
En San Luis Río Colorado, que entonces era un pueblo
de una sola calle pavimentada, estaba la Cía. Algodonera
de San Luis, filial de La Jabonera, con dos plantas viejas y
una casi nueva. Había otra planta, Industrias Unidas del
Colorado, también propiedad de Esteve Hermanos.
Como se puede apreciar, con excepción de las cuatro
despepitadoras en San Luis Río Colorado, todas las plantas
relacionadas con el algodón estaban localizadas dentro o muy
cerca a la ciudad de Mexicali. Todavía por unos dos o tres
años, llegaba algo de algodón a la Jabonera en furgones de
ferrocarril, pero fue mínimamente y casi el total de la cosecha
tenía que ser transportada en camiones de plataforma desde
los campos agrícolas hasta las despepitadoras.
El bulevar López Mateos era un camino de dos carriles
angostos, lo que provocaba que el tráfico fuera intenso
y lento. Por aquí entraban los camiones sobrecargados
de algodón hueso, descubiertos, y los lados del camino
quedaban blancos por el algodón que caía en ellos. Cada
despepitadora expedía mucho polvo y se acumulaba basura
en los patios, una contaminación terrible, que entonces era
considerada como cosa normal.
En los patios de La Jabonera, la congestión de camiones que
esperaban su turno para ingresar era crítica, no había dónde
acomodarlos. También era preocupante el peligro de incendio
que representaba ese congestionamiento. La contaminación
al aire, de las doce plantas juntas era inaceptable.
Para resolver esos y otros problemas se decidió construir
despepitadoras nuevas en el valle y eliminar, gradualmente, las
existentes. Se consideraba que así se podría reducir el costo de
transporte, estar más cerca de los clientes, los agricultores; y,
por supuesto, aliviar los problemas mencionados. Lo anterior,
al principio trajo otros problemas, pero con el tiempo otras
empresas también optaron por instalarse en el valle. Ahora,
2012, la despepitadora más cerca a Mexicali está a unos 30
kilómetros de distancia de la ciudad.
En La Jabonera empezamos en 1955 con la construcción
de dos plantas en Km. 43, hoy ciudad Victoria, dos en Cuervos
(ahora ciudad Morelos) y una en San Luis, fuera de la ciudad
sobre la mesa arenosa. En 1957 se construyeron dos plantas
en el ejido Janitzio, y en 1964 otra en la colonia Silva, en
el centro del valle. Ese mismo año se creó otra planta en
Cuervos y una más en San Luis. En 1966 se instaló la última
despepitadora de La Jabonera en la colonia Coahuila entre
San Luis y Riito, Sonora. La Despepitadora Popular instaló
una planta nueva en Tecolotes (hoy poblado Benito Juárez)
que La Jabonera compró en 1964 o 1965.
Mientras tanto, varias compañías nuevas entraron al
negocio, con la construcción de más plantas en el mismo
corredor mencionado. Entre ellas estaban Algodoneros
Unidos, Algodones Universales (filial de Kempner Cotton
Co.) y Despepitadora Oro Blanco. En 1960, McFadden
edificó una planta nueva en los mismos terrenos donde
tenía la otra planta. La última planta construida cerca de
Mexicali fue AGINSA (Pioneros), en 1966-1967 localizada
sobre la carretera a San Luis en el lado sureste de Palaco.
En 1958, Empresas Longoria (ELSA), una compañía
mexicana con despepitadoras en todas las otras zonas
algodoneras del país, decidió entrar a Mexicali. En Palaco
construyeron un molino de aceite grande y moderno, y
cuatro despepitadoras. Después crearon plantas en el valle,
en San Luis en 1962, en Paredones y el ejido Tabasco en
1963 y en el ejido Veracruz en 1966.
Las despepitadoras y el molino de aceite de Ernesto
Escandón fueron adquiridas por Algodonera Internacional
y Aceitera Nacional, empresas organizadas por Carlos
Chale Moreno, Octavio Terrazas y Leo Schatka. Este grupo
construyó varias despepitadoras modernas en el valle; dos
en el ejido Hermosillo en 1957, una al sur de San Luis en la
colonia Moctezuma en 1958 y otra en la colonia Silva en 1965.
Estas cifras ofrecen un campo amplio para investigación y
especulación ya que aun en esa época de precios relativamente
estables hubo muchas variaciones en hectáreas sembradas,
rendimiento por hectárea, etcétera. Irónicamente, el año en
que llegó al máximo la producción y rendimiento por hectárea
cultivada, el precio internacional bajó severamente.
Esos veinticinco años, 1945 a 1970, fueron en algunos
aspectos, revolucionarios y de mucho progreso. Había, en
general, mucho entusiasmo y mucha cooperación entre
gobiernos, empresas, y agricultores, a saber, programas
como la rehabilitación del valle, el revestimiento de canales
con concreto y otros grandes trabajos del Distrito de Riego.
Con cooperación oficial y privada había perforación de pozos
de riego y construcción de una red de caminos vecinales.
La Comisión Federal de Electricidad (la CFE) logró la
electrificación del valle. Poblados como Cuervos, Victoria y
San Luis crecieron mucho. Problemas de plagas como los del
gusano rosado y de la mosca blanca y de la alta salinidad
del agua se lograron solucionar con la cooperación de todos.
Ejidatarios y colonos que habían llegado a esta región sin
nada, ya llevaban una vida mejor y más segura, lograron educar
a sus hijos, y muchos de esos herederos ya son profesionistas
de esta sociedad. Las nuevas despepitadoras eran de mayor
capacidad y más eficientes con prensas que hacían innecesarias
las compresoras. El embarque de pacas por el puerto de
Ensenada, iniciado en esos años, beneficiaba a buena parte del
estado. Mejores métodos de cultivo, fertilizantes, variedades
de semilla superiores; la nivelación de terrenos para riegos
más efectivos y eficientes, todos contribuyeron a aumentar la
productividad del campo y cada hectárea sembrada producía
más de dos veces de algodón que antes.
La época del “oro blanco” ya llegaba a su fin. Pero ¿por
qué? Ese bajón en el precio era un factor detonante, había
otras causas. Los costos en el campo cada vez eran mayores.
Los insecticidas y su aplicación, los fertilizantes, el costo y
mantenimiento de tractores y equipo hacían difícil la vida
del agricultor. Algunos, si no muchos de los agricultores,
quedaron debiendo a las compañías que les prestaban y les fue
más problemático conseguir financiamiento para la siguiente
temporada. Las algodoneras, por su parte, no podían seguir
operando si no lograban suficiente volumen para cubrir sus
costos. En el caso específico de La Jabonera hubo otros factores,
pero la decisión ya estaba tomada desde arriba, de cerrar cuando
la empresa dejara de tener ganancias. Algodonera del Valle ya
había dejado de operar y algunas otras empresas no tardaron
en cerrar sus puertas. Pero hubo valientes sobrevivientes, y
el algodón con muchas altas y bajas sigue siendo una cosecha
importante en el delta mexicano del Río Colorado, pero esa es
otra larga historia, que otros tendrán que contar.
Bibliografía
Herrera Carrillo, Pablo. 2002. Reconquista y colonización del
valle de Mexicali y otras escritos paralelos. Colección Baja
California: Nuestra Historia, UABC, B. C.
Kerig, Dorothy P. 2001. El valle de Mexicali y la Colorado River Land Company 1902-1946, Colección Baja California:
Nuestra Historia, UABC, Mexicali, B. C.
Sánchez Ramírez, Óscar y Sánchez López, Eduardo. 2009. Valle de Mexicali: El agua y sus hombres, UABC, Mexicali, B. C.
Grijalva, Aidé y Griffin, James. 2008. Aquellos Años del Algodón, UABC, Mexicali, B. C.
37
Cuando no había universidad
Rubén Castro Bojórquez*
A la memoria de
Daniel Gutiérrez Carrera
1939-2012
E
ntre los años de 1950 a 1970 la ciudad de Mexicali
sufrió un éxodo impresionante de jóvenes que
emigraban a las poblaciones del centro del país,
principalmente a las ciudades de México, D. F., Guadalajara,
Jalisco, Monterrey, Nuevo León, Hermosillo, Sonora y
Ciudad Juárez, Chihuahua, para estudiar una profesión que
les permitiera un futuro prometedor; las carreras preferidas
eran: medicina, abogado, agrónomo, ingeniero civil,
arquitecto, contador e ingeniero electricista, entre otras.
La emigración se había iniciado formalmente desde los
primeros años de la década de 1930 cuando jóvenes nativos que
culminaban la enseñanza secundaria1 optaban por trasladarse
a la Ciudad de México, a cursar en la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), la carrera de su elección.
Durante las décadas de 1930, 1940 y 1950 no era nada fácil
realizar la aventura para el adolescente de 15 y 16 años de
trasladarse a 3 000 km de distancia que separaban a Mexicali
de la capital del país. Pero, además, existía un aislamiento
completo de esta región con el macizo continental. No
existía ningún tipo de comunicación.
La travesía desde los orígenes de nuestra ciudad al centro
del país se realizaba por ferrocarril a través de Estados Unidos:
de Mexicali a Yuma en el Ferrocarril Inter-California,2 luego
de Yuma, Arizona, a Nogales, Sonora en el ferrocarril Sud
Pacífico y en esa ciudad se abordaba el Ferrocarril del Pacífico
que realizaba la travesía de Nogales a México, D.F. El viaje
duraba, en el mejor de los casos, seis días.
En el año de 1948, cuando se pone en servicio el Ferrocarril
Sonora-Baja California, se pudo evitar viajar a través de
Estados Unidos, ya que este se abordaba en Mexicali y
cubría la ruta hasta Benjamín Hill, ahí se trasbordaba al
Ferrocarril del Pacífico hasta la Ciudad de México. El tiempo
se redujo a cuatro días de viaje. Otra opción era trasbordar
en Benjamín Hill a un autobús de pasajeros, de este poblado
hasta Guadalajara o a la Ciudad de México.
En 1961, cuando se concluyó la carretera Mexicali-San
Luis Río Colorado, Sonoita, Caborca hasta Santa Ana,
fue mucho más cómodo viajar a la Ciudad de México en
autobús,3 pues el traslado era directo: Mexicali-México.
Pero no solo el viaje o traslado a las ciudades del centro del
país era el único problema que enfrentaban los jóvenes; otro
era la edad. Al egresar de secundaria, a los 15 y 16 años, era un
verdadero riesgo que sus padres los dejaran en absoluta libertad
para trasladarse a ciudades tan grandes y desconocidas como
México y Guadalajara. Además, en esos años, la mayoría de las
familias tenían que realizar un gran esfuerzo económico para
sostener durante siete años a sus hijos en otra ciudad. Pero con
todo y las dificultades que se presentaban cientos de jóvenes se
prepararon con muchos sacrificios en universidades del centro
del país. Al culminar sus carreras la mayoría de ellos retornaron
a su ciudad de origen.
En el año de 1953, al convertirse en estado el territorio
de Baja California, se dieron cambios importantes: en 1956
egresó la primera generación de bachilleres formados en
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C.
1
La Escuela Secundaria Agrícola, posteriormente denominada Secundaria Federal Núm. 18, se creó en 1933. Hoy es la Escuela Secundaria 18 de Marzo, ubicada
en avenida Obregón y calle E.
2
Esta ruta de Mexicali-Yuma del Ferrocarril Inter California se inauguró en 1909.
3
Las líneas de autotransportes eran tres: Transportes Norte de Sonora, Transportes del Pacífico y Autotransportes Tres Estrellas de Oro.
38
la Preparatoria del Estado, creada en septiembre de 1954,
misma que en septiembre de 1958 empezara a funcionar
como Preparatoria de la Universidad Autónoma de Baja
California, creada en febrero de 1957. La preparatoria fue la
primera escuela de la universidad estatal; pero la creación de
escuelas profesionales en la UABC fue lenta, debido a la falta de
apoyos económicos de los gobiernos estatales. Las primeras
escuelas se crearon en el siguiente orden: Pedagogía en 1960,
Ciencias Sociales y Políticas en 1964, Ingeniería Topográfica
en 1967. A partir de 1969 se intensificó la creación de
escuelas: Arquitectura, Contabilidad, y Agronomía en 1969,
Medicina 1971, Derecho 1973, Veterinaria 1974, Odontología
1975, y de ahí en adelante se aceleró el establecimiento de
casi todas las carreras que hoy oferta la Universidad. Lo
anterior ocasionó que el éxodo de estudiantes se redujera
drásticamente a partir de 1970.
A los jóvenes estudiantes en la ciudad de México la vida
se les presentaba como una película mágica y maravillosa,
a pesar de que la gran mayoría de ellos adolecía de recursos
económicos. Se vivía en casa de huéspedes donde se
hacinaban hasta seis personas en cada habitación, y las
comidas no eran del todo generosas. Muchos de estos jóvenes
vivieron en la casa del estudiante de Baja California.
La vida se desarrollaba en una actividad central que
comprendían los estudios, casi siempre intensos, difíciles
y agotadores, en las escuelas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UANM) y en el Instituto Politécnico
Nacional (IPN) a donde los estudiantes se trasladaban en
autobús, tranvías o trolebuses, a veces era necesario abordar
dos o tres camiones para llegar a su destino.
Pero no todo era estudio, también estaban el deporte,
el cine y el teatro, los museos, las excursiones, la lectura
de libros y revistas, los bailes y las novias. Domingos y
días festivos eran para divertirse. La casi totalidad de
jóvenes que vivieron su vida de estudiantes en el Distrito
Federal conocieron todo el país. La Ciudad de México era
y es el centro de la república y sus comunicaciones con sus
alrededores eran excelentes.
Adicional a este vivir en la gran ciudad, se tenía el gran
atractivo de que cada periodo vacacional se regresase a su
ciudad de origen a gozar de la familia y de los amigos de
la infancia y de la adolescencia que no habían tenido el
privilegio de estudiar una profesión. En la mayoría de los
casos solo se regresaba en las vacaciones grandes, diciembre
1959. Daniel Gutiérrez Carrera posa frente a uno de los autobuses
“Tres Estrellas de Oro”, durante un descanso en el trayecto MexicaliMéxico que durante siete años realizara en su vida de estudiante. Le
acompaña el suscrito.
1959. Unidad Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional donde
Daniel estudió la carrera de ingeniero arquitecto de 1959 a 1962, en la
Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura.
1956. Edificio de la Escuela Vocacional de Ingeniería y Arquitectura
ubicada en el Casco de Santo Tomás; en esta escuela Daniel estudió el
Bachillerato en 1956-1957.
39
1955. Grupo “B” de la Escuela Secundaria Federal número 18 donde Daniel cursó sus estudios. En el centro, el profesor Francisco Muñoz Franco.
En esta foto vemos a algunos condiscípulos de Daniel. De izquierda a derecha: Carlos Cali Mijares, Francisco Gutiérrez Espinoza, Horacio
Nancen, Fernando Valenzuela, Enrique Galván, Francisco Velazco, Manuel Chivis Eguía, Francisco Wells, Pedro Vidal, José Rosales, Héctor y
Waldo Hernández, entre otros.
y enero de cada año, pero también hubo quien aprovechaba
las vacaciones de mayo y de septiembre.
Como mencioné, miles de jóvenes emigraron a las ciudades
mencionadas del centro del país durante los años de 1950 a
1970; afortunadamente, la gran mayoría regresó a su ciudad
natal para felicidad de sus familias y de la sociedad a la cual
han servido profesionalmente.
Daniel Gutiérrez Carrera
Un ejemplo muy representativo de todos esos jóvenes
nativos de la ciudad y del valle de Mexicali, que emigraron
al centro del país a formarse profesionalmente y regresaron
a trabajar, formar una familia y contribuir por muchos años
al desarrollo de su ciudad y de su estado de Baja California,
lo fue el ingeniero arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera.
Daniel fue uno de estos jóvenes que tomaron la decisión
de dejar de lado todos los obstáculos, y a los 16 años, partir
a la Ciudad de México, dejar su tierra natal y forjarse un
futuro. Por eso hoy me interesa relatar su vida, ya que con
ello reseñaré la de cientos sino es que miles de mexicalenses
que se formaron profesionalmente en las universidades
de las ciudades de México, D.F., Guadalajara, Jalisco,
4
Monterrey, Nuevo León, Morelia, Michoacán, y Hermosillo,
Sonora, principalmente.
Daniel nació el 21 de julio de 1939 en una casa ubicada
en la avenida Gómez Farías y calle G de la sección segunda
de Mexicali, aledaña al dren 134, que en ese año limitaba
la ciudad por el sur.4 Sus padres, Alberto Gutiérrez Vega y
Rafaela Carrera Fregoso, quienes había llegado de niños a
esta ciudad (él en 1912 y ella en 1930), formaron una familia
a partir de su matrimonio en 1935, de seis hijos, Daniel (†),
Rafael, Bertha (†), Feliciano, Sonia y Alberto (†).
Don Alberto laboró desde muy joven y hasta su fallecimiento
en una empresa lechera del Centro, California, EUA.
Daniel se forma primeramente (1944-1946) en el Jardín de
Niños Federico Froebel,5 ubicado en la manzana colindante
con las avenidas Obregón y Lerdo y las calles E y Julián
Carrillo. A los 7 años pasa a la Escuela Primaria Benito
Juárez6 ubicada en Lerdo y calle F.
Adicional al edificio escolar, la escuela comprendía un
pequeño campo de beisbol, una cancha de basquetbol y dos
canchas de voleibol, lo que dio pie a que Daniel practicara
con acierto el basquetbol y el beisbol. Este último lo jugó
toda su vida en ligas oficiales en Mexicali con los equipos
En 1939 la ciudad de Mexicali se extendía al norte con la línea internacional; al sur, el dren 134; al este, la colonia Nueva y al oeste las colonias Pueblo Nuevo,
Loma Linda y Santa Clara.
40
1961. Edificio de la Escuela Superior de Ingeniería
y Arquitectura (ESIA) en la Unidad Zacatenco
del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
1970. Daniel en el parque de softbol Zurdo Flores, en un encuentro
entre Obras Públicas y Catastro de la Liga Burócrata de Mexicali.
Daniel siempre jugó la primera base y cuarto bat, tanto en softbol
como en el beisbol.
5
6
Calle G, Restaurante Suizo y Secundaria Núm. 18, y durante
su estancia en la Ciudad de México lo jugó en la Liga del
Seguro Social. De adulto (25 a 35 años) cambió el beisbol por
el softbol jugando en la Liga Burócrata e Interdependencias
con el equipo Obras Públicas.
Al terminar la escuela primaria ingresó a la Secundaria
Federal Núm. 18 (hoy 18 de marzo) donde se destacó como
buen deportista y mejor estudiante.
Desde los 10 años, Daniel vendía los diarios Nuevo
Mundo y ABC en forma muy eficiente, ya que le permitió
ahorrar para comprarse una bicicleta que la utilizaba para
realizar 100 entregas diarias de periódico: de las 5:00 a las
8:00 de la mañana.
Al terminar la escuela secundaria, en septiembre de
1955, junto con otros compañeros, se inscribe en la Escuela
Preparatoria del Estado, creada en 1954.
De septiembre a diciembre de ese año vivió la experiencia de
convivir con maestros, profesionistas, abogados, arquitectos,
ingenieros civiles, físicos, químicos, agrónomos y médicos que
comentaban lo importante que era estudiar una profesión.
La idea de estudiar una carrera profesional se fue anidando
intensamente en sus pensamientos.
Un buen día del mes de diciembre de 1955 se reunió con
otros cuatro compañeros: Rogelio Blanco Jester, Víctor Manuel
Ruelas Candiel, Francisco José Cisneros Yáñez y el que esto
escribe; y en esa reunión se tomó la decisión de trasladarse a la
Ciudad de México a estudiar una carrera profesional.
La amistad de este grupo de cinco jóvenes venía de tiempo
atrás, de la secundaria y en el caso particular del suscrito
desde el primer año de la Escuela Primaria Benito Juárez. Esa
amistad perduró durante su estancia en la Ciudad de México
y posteriormente en su desarrollo profesional en Mexicali.
Después de convencer a sus padres de lo fácil de la odisea
de irse a la capital del país a estudiar una carrera, Daniel
Gutiérrez Carrera y sus cuatro amigos abordaron el Ferrocarril
Sonora-Baja California rumbo al D.F., el 3 de enero de 1956.
Viajando en tren y en autobús, llegan a México a casa de
dos excompañeros de la Secundaria 18, Edmundo Bustos y
Teodoro Vázquez Carrera, los cuales habitaban en una casa
de asistencia ubicada en República de Chile núm. 14, donde
Posteriormente, en 1975 se construye al norte de esta manzana la Biblioteca Pública del Estado por la avenida Obregón.
En el antiguo edificio construido en 1926 y demolido por el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) ante la mirada
pasiva y atónita de muchos mexicalenses.
41
1956. Daniel, durante su primer año en la Ciudad de México (1956-1962). En la foto en Teotihuacan. De izquierda a derecha: Víctor Manuel
Ruelas, Daniel, Rogelio Blanco, Rubén Castro, Teodoro Vázquez y Alfonso Aguilar.
1962. 17 de agosto. El día de la graduación de Daniel en el Palacio de Bellas Artes. De izquierda a derecha: Alfonso Uraga, Vicente Medina,
Alfonso Rodríguez, Daniel Gutiérrez Carrera, Sergio Santarriaga, Rubén Castro, Sergio Delgadillo y Roberto Bautista.
42
les dieron posada por tres o cuatro días, mientras encontraban
lugar en otra casa de asistencia. A los días se cambiaron a
República del Salvador núm. 92. Durante los siete años que
vivieron en México cuatro de ellos permanecieron unidos, ya
que Francisco José Cisneros Yáñez se cambió, el primer año,
a la ciudad de Monterrey a estudiar ingeniero electricista en
el Tecnológico de Monterrey.7
En varias ocasiones tuvieron que mudarse de casa de
huéspedes, pero siempre juntos; vivieron por ejemplo en las
colonias Nueva Santa María y Lindavista.
Daniel cursó su bachillerato (1956-1958) en la Escuela
Vocacional de Ingeniería y Arquitectura del Instituto
Politécnico Nacional y su carrera profesional de ingeniero
arquitecto en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura
(ESIA 1959-1962) del mismo IPN. Destacó como estudiante
a tal grado que por sus altas calificaciones fungió como
Consejero Técnico de la Escuela. El 17 de agosto de 1962 en
una ceremonia de graduación celebrada en el Teatro de Bellas
Artes recibió su constancia de terminación de carrera.
Posteriormente, en agosto de 1964, presentó su examen
profesional junto con sus compañeros, Víctor Manuel
Ruelas Cardiel y Rubén Castro Bojórquez, con el proyecto
del primer plan regulador de Mexicali y particularmente
con el proyecto de una central de bomberos de Mexicali.
Al término de sus estudios profesionales regresó a su
ciudad natal, Mexicali, donde de inmediato se incorporó
a laborar en el gobierno del estado de Baja California
donde permaneció por más de quince años, de 1962 a 1978,
desempeñando los puestos de jefe de Departamento en la
Dirección de Catastro (1962-1965), subdirector de Obras
Públicas del Estado (1965-1971), director de Planeación y
Arquitectura de la Secretaria de Asentamientos Humanos y
Obras Públicas del Estado (SAHOPE) 1971-1977.
En esos productivos dieciséis años, coordinó y elaboró
proyectos urbanísticos y arquitectónicos para todo el estado
y sus ciudades: Mexicali, Tijuana, Ensenada y Tecate.
Destacan entre cientos de proyectos: Los planes reguladores
de Mexicali, Tijuana y Ensenada, edificios de gobierno en
1964. 12 de agosto. Daniel festejando su aprobación con mención honorífica de su examen profesional. En la foto, de izquierda a derecha: Daniel,
Rubén Castro, Víctor Manuel Ruelas y otros compañeros de carrera.
7
Francisco José Cisneros Yáñez retornó a Mexicali al término de su carrera y laboró en la Comisión Federal de Electricidad hasta su jubilación, hace algunos años.
Con frecuencia lo saludamos en las reuniones de la generación 1952-1955 de la Escuela Secundaria Federal núm. 18.
43
1970. Daniel y el grupo Tektum de arquitectos ganadores del concurso del proyecto de la Unidad Mexicali de la Universidad Autónoma de Baja
California (UABC) recibiendo el reconocimiento correspondiente. De izquierda a derecha: licenciado Alfonso Rangel Guerra, secretario ejecutivo
de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el rector licenciado Rafael Soto Gil (no se ve en la
foto), doctor en arquitectura Rodolfo Chávez Carrillo, director del Consejo para la Planeación de la Educación Superior para América Latina
(CONESCAL), frente a ellos arquitectos Roberto Gómez, Daniel, Carlos Topete y Fernando Uro.
1976. Primer examen profesional presentado por un grupo de alumnos fundadores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Autónoma de
Baja California (UABC). En la foto: de izquierda a derecha: Leodegario Bravo, arquitecto Andrés Blanco, Arquitecto Roberto Gómez, arquitecto
Rubén Castro (director), Alejandro Vea, Eduardo Basurto, Delia Chan, Reyes Spíndola, arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera, arquitecto Leopoldo
Carrillo y arquitecto Carlos García.
44
Mexicali y Tijuana; desarrollo del Río Tijuana, cientos de
escuelas y otros edificios de equipamiento de las ciudades.
Se puede decir con toda certeza que Daniel Gutiérrez
Carrera coordinó por doce años, en los gobiernos del
ingeniero Raúl Sánchez Díaz (1965-1971) y licenciado
Milton Castellanos (1971-1977), toda la obra arquitectónica
pública que desarrolló el gobierno del estado. Esos años él
fue el arquitecto de Baja California.
En 1977 cambió su residencia a Tijuana, donde lo nombran
presidente de la Junta Federal de Mejoras de Tijuana, la
cual durante su presidencia se convirtió en Promotora
del Desarrollo Urbano de Tijuana, Sociedad Anónima
(PRODUTSA) de la cual fue su primer director en el año de
1979. Ese mismo año fue relevado de ese cargo y decidió
conservar su residencia en Tijuana e instalar su despacho
profesional independiente, que le permitió proyectar y
construir cientos de edificios en Tijuana y en Mexicali.
De este periodo destacan los edificios de: la Biblioteca y
de Vicerrectoría en la Unidad Universitaria Tijuana de la
Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Desde joven, Daniel Gutiérrez Carrera destacó con
un liderazgo innato que lo llevó a participar en un buen
número de organizaciones, primero como estudiante y
posteriormente como profesionista.
Durante su estancia en la Ciudad de México, en infinidad
de ocasiones lideró tanto a grupos de estudios, como a
equipos deportivos. Su amabilidad y carisma atraía a
muchos de sus compañeros de carrera.
En Mexicali, a partir de 1965, en el mismo inicio de
gobierno del ingeniero Raúl Sánchez Díaz, lideró a ingenieros
y arquitectos que se iniciaban tanto en el desarrollo
profesional dentro de las dependencias de gobierno, como en
el ejercicio libre de la profesión y su gremio.
De 1965 a 1977, como subdirector de Obras Públicas (hoy
subsecretario) y como director de Planeación y Arquitectura
(hoy subsecretaría) del gobierno estatal, le correspondió
ser el arquitecto de más alto rango en el desarrollo físico de
Baja California. Invitó a colaborar con él a compañeros de
escuelas y otros profesionistas destacados. Dentro de muchos
de ellos destacan: ingeniero Rogelio Blanco Jester, arquitecto
Roberto Gómez Delgado, arquitecto Rubén Castro Bojórquez,
ingeniero Héctor Maytorena Peralta, ingeniero Carlos Cisneros,
arquitecto Carlos Topete († ingeniero José Isabel Álvarez,
arquitecto David Sánchez Ramírez, entre otros.
1970. Reunión de trabajo con el gobernador del estado. De izquierda a derecha: ingeniero Mario Amaya Brando, director de Obras Públicas,
arquitecto Carlos Topete, arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera, subdirector de Obras Públicas, de espaldas, Gustavo Ángeles, jefe de prensa del
estado, arquitecto Roberto Gómez y el gobernador ingeniero Raúl Sánchez Díaz.
45
1975. De izquierda a derecha: Daniel, director de Planeación y Arquitectura del Estado con el ingeniero José Antonio Sánchez Hernández,
secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas del Estado e ingeniero Rogelio Banco Jester, director de Obras Públicas del Estado.
1978. Daniel exponiendo el proyecto del Río Tijuana ante el ingeniero Rodolfo Félix Valdez, secretario de Comunicaciones y Transportes del
Gobierno Federal. En la foto, de izquierda a derecha: arquitecto Enrique Luna, arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera, arquitecto Rubén Castro
Bojórquez, persona no identificada, licenciado Xicoténcalt Leyva Mortera, presidente municipal de Tijuana (1977-1980) ingeniero Rodolfo Félix
Valdez, arquitecto Roberto Díaz, secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas del Estado, ingeniero Daniel Gutiérrez Cibrián.
46
2011. Reunión de amigos: de izquierda a derecha, de pie: Goyo Vidal y su esposa Minerva, Florentino Pereira y su esposa Estrella, Elsa de Castro,
Maru de Pimienta, sentados: Martha y Daniel, Rubén Castro y Chema Pimienta.
1978. De izquierda a derecha: Armando Valenzuela, Daniel, arquitecto Fernando Sepúlveda Amor, e ingeniero Agustín López Medina.
47
En el ejercicio profesional formó en 1979 el grupo
de trabajo TEKTUM que formuló y ganó el concurso de
proyecto para la primera Unidad Universitaria de la UABC,
arquitectos Roberto Gómez, Teodoro Vázquez, David
Sánchez, Fernando Uro, Carlos Topete y él.
Creó también el despacho de arquitectos con sus socios:
David Sánchez Ramírez y Marco Aurelio Sandoval que
proyectaron y construyeron entre muchos otros edificios, el
Centro Bol Stic ubicado en Reforma y Justo Sierra. Entre otras
actividades que desarrolló, fungió como maestro fundador de
la Escuela de Arquitectura de la UABC (1969); fue fundador del
Colegio de Arquitectos (1970); participó en las ligas de softbol
Burócrata (1966-1971), de profesionistas (1972-1976). De igual
manera formó parte de la Cámara Nacional de la Industria de
la Construcción, Delegación Baja California (1970-1977) del
Club Social Activo 20-30 (1967-1971).
El 21 de abril de 1963 Daniel Gutiérrez contrajo
matrimonio con la señorita Martha Topete con la cual formó
una bella familia de dos hijos Daniel y Jorge Alberto, que les
19
0. Daniel Gutiérrez Carrera.
dieron cinco nietos. Daniel y Martha cumplieron 49 años de
matrimonio en abril de 2012.
2000. Daniel y don Roberto de amadrid, exgobernador del estado en
un torneo de golf en el Club Campestre de Tijuana.
48
Daniel falleció el 2 de julio de 2012 a 19 días de cumplir
73 años. Reitero que él representa a aquellos jóvenes
adolescentes que por más de 40 años (1930-1970) tuvieron
que emigrar al centro del país porque aquí en su ciudad,
no había universidad y cuando la hubo no ofertaba las
profesiones de preferencia de ellos. Resulta paradójico, al
paso de los años, Daniel Gutiérrez Carrera se convirtió,
ya como profesionista, en fundador de la Universidad
Autónoma de Baja California.
A su partida Daniel dejó una herencia familiar, de honradez
y trabajo, un sinfín de amigos que lo recordaremos con cariño
y nostalgia, una obra profesional en la que marcó su huella
de arquitecto: planificó ciudades, proyectó y construyó
edificios, formó nuevos arquitectos en su paso como maestro
de la Facultad de Arquitectura de la UABC, formó parte de
una sociedad para la cual contribuyó a ser mejor, para la cual
trabajó durante sus últimos cincuenta años.
Daniel cumplió. Adiós Daniel. Te vamos a extrañar.
Una foto. Una historia
R. C. B.*
2012. Toma de protesta de la mesa directiva de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali, A.C.” para el periodo 2012-2013, toma protesta.
De izquierda a derecha: profesora Yolanda Sánchez Ogás, doctor Miguel Esteban Valenzuela Robles, cirujano dentista Austreberto Silva Olivares,
Marco Antonio Buruel Beltrán y arquitecto Rubén Castro Bojórquez. Foto de Enrique Pérez Rul.
E
l pasado mes de abril de 2012 tomaron protesta
los nuevos directivos de la Sociedad de Historia
“Centenario de Mexicali, A.C.” para la gestión
del periodo 2012 a 2013: presidente Marco Antonio Buruel
Beltrán, vicepresidente Miguel Esteban Valenzuela Robles,
secretario Austreberto Silva Olivares y tesorero Julio Carlos
Pérez Solorio. Les tomó la protesta la maestra Yolanda Sánchez
Ogás, presidenta honoraria vitalicia de la Sociedad y como
testigo de honor fungió el arquitecto Rubén Castro Bojórquez
director de la revista El Río que edita la misma sociedad.
La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.,
surgió como resultado de la inquietud de los participantes en
el diplomado Cien años de historia de Mexicali y su valle, por
continuar aprendiendo sobre la historia local y divulgarla
entre los mexicalenses. Dicho diplomado se realizó del 18 de
septiembre al 18 de diciembre de 2003, ofrecido a la comunidad
en general por la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) local
y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), con
motivo de la celebración del centenario de la ciudad.
Al finalizar el curso, la profesora de historia y cronista
del valle de Mexicali, Yolanda Sánchez Ogás –quien fue la
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.
encargada de la coordinación del diplomado, por parte de
Canaco–, propuso a los participantes que conformaran una
sociedad de historia para continuar trabajando de manera
independiente.
La propuesta fue aceptada, y así, el 18 de diciembre
de 2003, bajo la coordinación de la misma instructora,
acordaron crear la nueva agrupación.
La nueva agrupación se integró el 7 de enero de 2004, con
la participación de todos los egresados del diplomado.
En las primeras reuniones se adoptó el nombre: Sociedad
de Historia Centenario de Mexicali (SHCM). Y desde el inicio
de los trabajos los integrantes acordaron por unanimidad
nombrar presidenta honoraria vitalicia a la profesora
Sánchez Ogás.
Desde el principio, la SHCM recibió todo el respaldo del
Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU) de la UABC
consistente en un local para sesionar y apoyos varios.
Han ocupado la presidencia de la SHCM: Héctor Robles
Fernández, Beatriz Limón Gutiérrez, Yolanda Sánchez Ogás,
Benjamín Rentería Camino, Rubén Castro Bojórquez, Sergio
Noriega Verdugo y, en la actualidad, Marco Antonio Buruel.
3
100 años del cultivo
de algodón en Mexicali
R. C. B.*
E
l cultivo del algodón en el valle de
Mexicali se inició en el año de 1912. Se
sembraron 12 hectáreas y se levantó una
cosecha de aproximadamente 15 pacas de algodón.
Ese fue el inicio del despegue económico de la
región, que años después se conocería como el valle
agrícola más importante de México por el llamado
oro blanco. Miles de agricultores y sus familias han
contribuido en estos cien años a su cultivo, que
tuvo su mejor época entre 1950 y 1965.
Esta temporada 2012-2013, se sembraron 32
mil hectáreas, se espera una producción de 198 mil
pacas con una derrama económica de 100 millones
de dólares. El algodón de este año se cultivó con
semillas resistentes a las plagas y una muy alta
calidad de las fibras.
El pasado 7 de septiembre de 2012, el gobernador
del estado recibió en donación la Paca núm. 00001
Dimas Trejo Álvarez, 50 años produciendo algodón.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.
Paca número 00001 del ciclo algodonero 2012-2013 que fue cultivada en el Valle de Mexicali
por el agricultor Vicente Oropeza Plascencia.
del ciclo algodonero 2012-2013; a su vez él entregó reconocimientos a pioneros
agricultores del valle de Mexicali. Fueron reconocidos: Dimas Trejo Álvarez,
Rodolfo Fierro Márquez, Abel Gaspar Sánchez, Eduardo Manuel Martínez
Lara, Jorge Zazueta Osuna y otros muchos más. Ellos representan a muchas
familias que por cien años han cultivado algodón en el valle de Mexicali.
Deseo destacar como ejemplo de una familia de agricultores a Dimas
Trejo Álvarez hijo de don Lino Trejo Razo, pionero agricultor de la colonia
Zacatecas, que llegó a estas tierras a prepararlas para el cultivo algodonero
en el año de 1936. Don Lino Trejo abrió y preparó los lotes 40, 41 y 53 de
la colonia Zacatecas en el sur del valle. Anteriormente, sembró en las Pozas
de Arvizu.
Don Lino fue un incansable dirigente en varias organizaciones en que
participó: Sociedad de Usuarios del canal Zacatecas, Cooperativa Ignacio
Zaragoza, cooperativa Miguel Hidalgo, Unión Agrícola Regional y otras. Su
hijo Dimas se inició en las labores del campo cuando don Lino Trejo enfermó
y luego falleció.
Dimas Trejo es miembro de la generación 1953-1956 de la Secundaria
Federal núm. 18; se trasladó a la Ciudad de México a estudiar una carrera
profesional, pero tuvo que abandonar sus estudios para encargarse del
rancho de la familia, mismo que ha puesto a producir algodón en los últimos
50 años. Contrajo matrimonio con la profesora Ofelia Castillo, egresada de la
generación 1952-1955 de la Secundaria Núm. 18.
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