Revista de historia regional de Mexicali y su valle Año V, núm. 18, octubre-diciembre de 2012 niversidad Aut noma de a a ali ornia 100 años del cultivo de algodón en Mexicali HIS TOR IA S D E VIDA James W. J W Stone S Jimmy Griffin* E l empresario James William Stone es quizás el personaje más destacado y reconocido de los hombres del algodón en los años dorados del valle de Mexicali. He aquí su historia de vida: Nació en Phoenix, Arizona, el 12 de marzo de 1901. En 1924 obtuvo su título de ingeniero civil en la Universidad de Arizona y empezó a trabajar en la compañía ferrocarrilera Southern Pacific. En 1925, a los 24 años de edad, llegó a Mexicali, donde vivió el resto de su vida. Su primer trabajo en el valle de Mexicali fue en el ferrocarril Inter-California del Sur en la prolongación de la vía hasta Los Médanos, unos kilómetros más al sureste de Riito, Sonora. En 1930, Anderson, Clayton & Company, una algodonera internacional, había comprado los intereses mayoritarios de la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, S.C.L. (La Jabonera) la empresa más importante de ese ramo en Mexicali. En julio de 1931, Stone fue nombrado vicepresidente y gerente general de ese negocio. Fueron años muy difíciles en que tuvo que enfrentar la crisis mundial, pero con el financiamiento que extendió a los agricultores, la Jabonera ayudó a impulsar el desarrollo agrícola y a estimular la economía del valle y de la ciudad de Mexicali, y al mismo tiempo aumentó el volumen de algodón hueso y semillas para sus operaciones. En 1937 la reforma agraria llevada a cabo por Lázaro Cárdenas cambió profundamente la estructura agraria del valle de Mexicali, al crear ejidos y traer campesinos de diferentes partes de la república mexicana. Stone logró que la compañía facilitara créditos durante tres años para que el Banco Ejidal habilitara a sus clientes ejidatarios para la siembra de algodón, trigo y alfalfa. En los últimos años de la década de 1940 empezó la época del oro blanco en el valle de Mexicali, que duró hasta mediados de 1960. Fueron años de bonanza para los agricultores, la ciudad y valle de Mexicali y para la Jabonera y sus competidoras. En 1945, Stone se casó con Elena Rojo. Tuvieron dos hijas, Laura Elena y Gloria Alicia. El 16 de julio de 1959 Stone logró su ciudadanía mexicana por naturalización. Un momento de gran orgullo y satisfacción para él. * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. 2 James Stone participó en muchas actividades en Mexicali. Fue presidente del consejo de administración del Banco de Comercio de 1975. James W. Stone Baja California. Fue uno de los fundadores y benefactores de Cetys Universidad y ayudó mucho a conseguir los donativos y el financiamiento necesario para establecer ese centro de enseñanza. Para mediados de 1960 ya se podían apreciar algunos de los problemas que en poco tiempo acabarían con la “época de oro” del algodón. Aparecieron las plagas del gusano rosado y de la mosca blanca que afectaron el volumen de producción y la calidad de la fibra. Más alarmante se notó un aumento en el nivel de salinidad en el agua que llegaba al valle a través del Río Colorado debido a aguas salinas procedentes de Arizona. Stone usó toda su influencia y la de sus conocidos y amigos en los ambientes políticos de ambos lados de la frontera para ayudar en esa lucha contra la salinidad. La solución fue la construcción de un canal internacional para llevar las aguas salinas directamente al golfo de California. James Stone permaneció a cargo de la empresa hasta su retiro en abril de 1966, habiendo cumplido 35 años al frente del negocio. Después se dedicó a sus otros intereses hasta que le sorprendió la muerte el 25 de enero de 1979. Fue sepultado en Mexicali, y su entierro fue presenciado por cientos de personas que lo habían conocido, querido y respetado. En el año 2000 se le reconoció como mexicalense distinguido y además se le impuso el nombre J. W. Stone a la avenida que se construyó sobre Dren 134 (límite norte de la Jabonera del Pacífico) que corre desde la confluencia de Avenida Larroque y Calle “D” hasta el bulevar de los Presidentes (vialidad del Río Nuevo) cruzando el bulevar Adolfo López Mateos. Índice Historias de vida: James W. Stone Interior portada Editorial 3 Sergio Noriega Verdugo Cien años del cultivo de algodón en Mexicali 4 4 Eduardo Andrade Cisneros La aerofumigación y Rigoberto Vega en el valle de mexicali 11 Austreberto Silva Olivares 11 La clasificación del algodón 14 Marco Antonio Buruel Beltrán Nomenclatura de Mexicali. Historia de los nombres de avenidas, bulevares, calles, parques y plazas: Avenida James W. Stone 17 Miguel Ángel Lino 14 Libros, reseñas, comentarios... 19 Sergio Noriega Verdugo Breve historia de la agroindustria algodonera en el delta mexicano del Río Colorado 21 entre 1912 y 1929 21 Jimmy Griffin Historia del algodón en el delta del Río Colorado entre 1930 y 1970 31 Jimmy Griffin 31 Cuando no había universidad 38 Rubén Castro Bojórquez Una foto. Una historia Interior contraportada R.C.B. 38 100 años del cultivo de algodón en Mexicali Contraportada R.C.B. Foto de portada: 2012. Parcela con siembra de algodón a punto de ser cultivado. Al fondo el Cerro del Centinela. Este año se sembraron treinta y dos mil hectáreas. Se espera una producción de 198 mil pacas y una derrama económica de 100 millones de dólares. El valle de Mexicali cumple 100 años cultivando algodón. 1912-2012. 1 El Río El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. en coedición con la Universidad Autónoma de Baja California para la divulgación histórica regional sobre el municipio de Mexicali, Baja California, México. Tiraje 900 ejemplares. Directorio Universidad Autónoma de Baja California r elipe ua ea Veláz uez Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. Marco Antonio Buruel Beltrán RECTOR PRESIDENTE Lic Ricardo agnino Moreno Miguel Esteban Valenzuela Robles SECRETARIO GENERAL VICEPRESIDENTE Miguel ngel Mart nez Ro ero VICERRECTOR CAMPUS MEXICALI Ar Rub n astro Bo ór uez COORDINADOR GENERAL DEL CESU-UABC Austreberto Silva Olivares M SECRETARIO Lizardo López Mendoza TESORERO PRESIDENTA HONORARIA VITALICIA Yolanda Sánchez Ogás Revista El Río DIRECTOR Y DISEÑADOR: Rub n astro Bo ór uez COMITÉ EDITORIAL: Luz Mercedes López Barrera Rub n astro Bo ór uez Miguel ngel Lino Olvera Sergio oriega Verdugo Lorenzo urtado Valenzuela CAPTURA atalina Ro as Monzón Ana sabel León onzález DIGITALIZACIÓN Y APOYO TIPOGRÁFICO L dia oronel Yá ez REVISIÓN: Luz Mercedes López Barrera APOYO LOGÍSTICO Mar a eresa once León Elaborada en CESU-UABC INVITACIÓN La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. invita a todas las personas amantes de la historia, aficionados o expertos, a asistir a sus reuniones y, de ser el caso, a formar parte de ella como socios activos. Las sesiones se llevan a cabo todos los miércoles a las 18 horas en la Sala Junta de Gobierno del Centro de Estudios Sobre la Universidad de la UABC, ubicado en la planta baja del edificio de Investigación y Posgrado en bulevar Benito Juárez. Teléfonos: (686) 566 9592 y (686) 841 2076 Las fotografías utilizadas en la elaboración de esta revista pertenecen a las colecciones de: Archivo Histórico del Estado de Baja California • Archivo Histórico del Municipio de Mexicali • Centro de Investigaciones Culturales (CIC) Museo UABC • Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC) • Biblioteca Pública Central Estatal • Instituto Municipal de Investigación Urbana de Mexicali • Colecciones particulares de Marcos Buruel, Rubén Castro Bojórquez, Javier Galván, Jimmy Griffin, Beatriz Limón, Carlos Reyes, Yolanda Sánchez Ogás, Gerardo Sánchez, Austreberto Silva, Martín Tamayo y Esteban Valenzuela. Esta revista se distribuye gratuitamente. Si desea obtener un ejemplar, puede solicitarlo en las oficinas del CESU-UABC o con cualquier miembro de la Sociedad. 2 Editorial Alza y baja del algodón A cien años del inicio del cultivo algodonero en el valle de Mexicali podemos constatar que ningún otro cultivo o producto ha jugado un papel más importante en nuestra economía que el “oro blanco”. La producción de algodón por más de medio siglo transformó la ciudad de Mexicali y su valle de un desierto a un emporio agrícola. La producción algodonera fue un poderoso imán para atraer a los inmigrantes de otras partes de la península de Baja California y de muchos otros estados del país. Por su prosperidad, Mexicali se convirtió en la capital del Distrito Norte de Baja California y la entidad se comenzó a poblar. Debido a los altos precios de la fibra algodonera en los tiempos de la primera Guerra Mundial (19141918), la agricultura en el valle creció; se desmontaron grandes terrenos y se nivelaron, se crearon canales y se abrieron caminos, y con ello nuevas tierras se incorporaron al cultivo. El cultivo del algodón dominó el valle de Mexicali. Pero esto requirió de varios insumos de otras partes de la economía. Maquinaria y equipo fueron requeridos para hacer las labores. Como consecuencia de este progreso se establecieron comercios orientados a los agricultores y sus necesidades. Se crearon refaccionarias y talleres de reparación para sostener una agricultura tecnológicamente avanzada y comercial. En un principio el algodón se produjo para su exportación, pero esto también se transformó, pues de llevar el algodón en hueso a las ciudades de Caléxico y El Centro para su despepite, se instalaron en Mexicali despepitadoras a los lados de las vías del Ferrocarril Inter-California, creando desde 1915, aproximadamente, fuentes de trabajo industrial. Poco después se establecieron plantas para beneficiar la semilla de algodón; de ella se crearon varios productos industriales, como aceite y manteca vegetal, jabón para el consumo humano y cascarilla y harinolina para el consumo de ganado vacuno. La empresa algodonera más grande fue la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico que se instaló en 1925. Las empresas industriales provocaron que los trabajos se fueran especializando y la productividad laboral al igual que los sueldos, aumentaron. Gracias al éxito algodonero, la mayoría de las actividades económicas de Mexicali giraron alrededor de este cultivo. Esto contribuyó a que la economía regional fuera vulnerable a la fluctuación de precio del mercado internacional. Con la gran depresión económica de principios de los años de 1930, la superficie cultivada, así como la generalidad de los ingresos de esta frontera sufrieron un grave retroceso. Pero con la segunda Guerra Mundial (1939-1945), y después con el conflicto coreano (1950-1953), los mercados reaccionaron positivamente y de nuevo se incorporaron nuevas tierras al cultivo del algodón. Para bien o para mal, Mexicali se casó con el algodón. El algodón fue base del crecimiento económico regional. Después surgieron los problemas de las fibras sintéticas, como el nylon y poliéster que le restaron fortaleza a su precio internacional. Luego llegaron las plagas, como el gusano rosado, que aumentaron su costo de producción. Ahora parece más importante suplir este cultivo en afán de lograr un mejor uso del agua. Sergio Noriega Verdugo 3 Cien años del cultivo del algodón en Mexicali Eduardo Andrade Cisneros* E n este año se está celebrando el centenario del inicio de la siembra de algodón en el valle de Mexicali, por lo que considero oportuno hablar de esta planta que le ha dado tanta riqueza a Baja California y a México. Este escrito tiene la finalidad de que las nuevas generaciones y los interesados en la materia conozcan cómo se sembraba, cultivaba, cosechaba y comercializaba el algodón en aquellos tiempos. Cuando este valle estaba en manos de la Colorado River Land Company, sus dueños vieron la fertilidad de esta tierra para producir esta fibra tan apreciada en todo el mundo. La Colorado vio que se podría sembrar a gran escala y como había necesidad de mucha mano de obra para su cultivo, producción y cosecha, optaron por traer braceros chinos que desembarcaban en San Francisco, California, luego los mandaron al sur en vagones del ferrocarril, sellados, ya que estaba prohibida su estancia en Estados Unidos. Una vez en Mexicali eran distribuidos en los campos que eran arrendados por la Colorado a muchos chinos ricos de California. Conocí el cultivo en 1952 y estas eran las prácticas de la actividad: barbechábamos el terreno con una máquina de oruga y un arado de 5 o 6 discos en círculos, a vuelta y vuelta, hasta que cerrábamos en el centro del predio; después del arado venía el disqueo para desmoronar los terrones; enseguida se le daba una aplanada con un flote de madera (hoy el land plane), seguía el surcado el cual hacíamos con un tractor de llantas de hule.1 Ya surcado procedíamos a sembrar, la mayoría lo hacíamos con sembradoras jaladas por caballos que estaban bien entrenados para llevar el paso exacto y depositar la cantidad de semilla adecuada; en los terrenos arenosos, después de surcar se daba un riego, luego con una rastra de picos se araba y se sembraba a “tierra venida”; cuando la plantita alcanzaba más o menos unos 5 cm se “cortaba surco” para que bajara la humedad y el algodón enraizara; esta labor la hacíamos con caballos y/o mulas o con cultivadoras a las que les adaptábamos discos y las jalábamos con tractor (en algunos museos y ranchos del valle se pueden apreciar todos estos implementos antiguos); cuando se consideraba oportuno le dábamos el cultivo (aflojar la tierra) y deshierbe, esto lo realizábamos con un implemento que le decíamos “araña”: a la disca le adaptábamos unas patas con conchitas abajo, éstas eran las que aflojaban la tierra y quitaban las hierbas entre surco y surco; cuando la planta llegaba a los 10 o 15 cm venía el desahije y deshierbe entre planta y planta; con el azadón se dejaba un claro de 15 a 20 cm entre mata y mata. Un trabajador puede hacer un cuarto de hectárea por jornal dependiendo de cuanta hierba tenga el cultivo. Una vez que el algodón nacía se le aplicaba cuatro o cinco riegos. Esto último se hacía en 20 turnos de 24 horas, con dos trabajadores. * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. 1 Cuando yo llegué al valle todavía se usaban los de ruedas de fierro. 2 La labor de los tractoristas debe ser muy exacta para todas las operaciones, como la fertilización, la fumigada o aplicación de insecticidas. 4 1960. Los camiones llenos de algodón entrando a las plantas despepitadoras. En los años de 1950 no se usaba mucho el avión para fumigar,2 después se volvió indispensable con la aparición y proliferación del gusano rosado, mosquita blanca, etcétera. En septiembre (a veces antes) empezaba la pisca, y con ello la llegada de familias enteras de los estados de Sonora y Sinaloa que seguían las “corridas” desde Sinaloa, Cajeme, la costa de Hermosillo, Caborca y los valles de San Luis R.C. y Mexicali; lo mismo hacían muchas familias de Mexicali que se desplazaban al valle a piscar, para posteriormente transportar el algodón a las despepitadoras. Todos estos trabajos generaban gran derrama económica en la región. ¿Quién no recuerda aquellos anuncios por la radio de famosas tiendas de ropa y muebles que pregonaban sus créditos “de cosecha a cosecha”? Pero todo empezó a cambiar en los años de 1970 y 1980; en esa época se inició el encementado de muchos canales alimentadores y laterales, muchos campos fueron emparejados, con “estacamiento”. Las instituciones agropecuarias de los gobiernos federal y estatales comenzaron, mediante los campos experimentales, a investigar las técnicas para mejorar la productividad (rendimiento por hectárea) del algodón a base de semillas mejoradas, nuevos productos agroquímicos, nivelación con rayo láser, utilización ya de máquinas piscadoras, etcétera; todos estos adelantos dieron como resultado que el cultivo fuera más redituable: aumentando la productividad a menor costo. También se dio el fenómeno de que las familias que venían de fuera se empezaron a quedar a vivir en los ejidos, en colonias agrícolas y en la ciudad, porque lograban emplearse en otros cultivos y oficios donde trabajaban más tiempo al año, como es la horticultura, en la construcción, y muchas mujeres, en las maquiladoras, en las que si no les pagaban bien, por lo menos les ofrecían seguridad social, servicio de guarderías, etcétera. Para darnos una idea de la contribución del cultivo de algodón en el desarrollo de Mexicali y su valle, echemos un vistazo al año de 1965: se cosecharon 530 000 pacas de algodón. Cada paca contenía 700 kilos de algodón en hueso, que en ese tiempo se pagaba a 30 pesos; por lo que en 1965 la derrama económica fue de 112 millones, nada más en la pisca, a esto hay que agregarle lo del acarreo, lo del 5 pesador, lo del cargador de camiones (se pagaba a cuatro trabajadores), en promedio cada camión llevaba 10 pacas, por lo tanto eran otros 120 pesos por camión. A continuación se presenta el desarrollo productivo del algodón desde que se empezó a cultivar en este valle de Mexicali (en sus inicios le decían “El Río”). En los tiempos de la Colorado River Land Company lo más que lograban cosechar era una paca por hectárea. Vamos a analizar las producciones de cada cinco años. 1935. Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, S.A. de C.V. Año Hectáreas cosechadas Pacas Rendimiento pacas/ha Precio quintal (dólares) 1937 55 200 52 292 0.95 0.1135 1938 37 600 33 817 0.90 0.1002 1939 40 400 39 520 0.98 0.1166 1940 48 800 60 028 1.23 0.1791 1941 71 600 100 090 1.40 0.2139 Como vemos, el mejor año fue 1941. Un campesino que cosechó 20 hectáreas, obtuvo 28 pacas pagadas a 20 dólares el quintal (promedio), cada paca valdría 100 dólares; el valor de su producción fue de 2 800 dólares. De 1942 a 1944 el precio se mantuvo en 20 dólares por quintal; pero se vino la segunda Guerra Mundial y en 1945 el precio brincó hasta 36 dólares. Pasemos a la época dorada del “El oro blanco” en Mexicali: Año 1970. Compañía Compresora Unión, S.A. 1970. Oficinas de la Aceitera Nacional, S.A. 6 Hectáreas cosechadas Pacas levantadas Rendimiento pacas/ha 1946 68 518 70 381 1.03 1947 67 755 99 236 1.40 39.63 1948 78 814 105 447 1.34 34.31 1949 105 000 156 497 1.51 40.00 1950 132 800 244 638 1.84 46.06 1951 168 000 262 177 1.48 43.43 1952 182 264 346 909 1.84 40.46 Precio quintal (dólares) 40.18 El año de 1950 fue el mejor, en cuanto al precio, pero no todo el algodón se pagaba a esos precios; dependía de la clasificación de calidad que alcanzaba la fibra, según los expertos de los despepites. Así, pues, un productor de 20 hectáreas en 1950 obtuvo 9 924 dólares. En ese mismo año de 1950, los criterios de clasificación del algodón aplicados a la cosecha de Mexicali eran los siguientes: Strict Middling 46 dólares Middling Plus 45.50 Middling 45 Slow middling plus Slow middling retribución por los esquilmos de algodón. Producción de los años de 1970. Año Hectáreas cosechadas Pacas levantadas Rendimiento pacas/ha 44 1970 58 970 158 668 2.7 43 1971 57 570 133 207 2.3 Low middling plus 41.50 1972 49 736 180 941 3.6 Low middling 40 1973 41 293 177 295 4.2 1974 91 561 334 266 3.6 Es importante recordar que en aquellos tiempos todavía no existían las “tercerías”, arbitrajes, etcétera, para defender a los productores, por lo tanto los rangos de clasificación eran, sin discusión, los establecidos por los compradores, que en la mayoría de las veces abusaban de los agricultores; además, nunca les pagaban “el algodón lux”, ni los sobrantes de semilla, la borra, etcétera. Durante la década de 1960, y gracias a los avances tecnológicos y a las investigaciones, el rendimiento se incrementó a tres y más de cuatro pacas por hectárea. Pero esta productividad se vio afectada a finales de esa década por la plaga del gusano rosado y por la salinidad del agua. Nuestros “buenos vecinos” de Estados Unidos empezaron a mandar agua hacia México, vía el Río Colorado, producto del lavado de sus tierras, la cual contenía grandes cantidades de sales minerales que afectaron gravemente la producción agrícola de nuestro valle y el de San Luis, R.C, originando una tremenda crisis económica en las zonas irrigadas, sobre todo con riegos “de gravedad” en tierras arcillosas y “bajas” (margen izquierda del Río, la zona del km. 57, “la ruta de la sal” ejidos Nuevo León, Saltillo, Tlaxcala, Jalapa, Chihuahua, Jalisco, Guanajuato, Michoacán de Ocampo; las colonias Colorado y Cerro Prieto, toda la zona de la colonia Progreso y anexas, colonia Zaragoza y sus alrededores). Ante este problema, el presidente de la república Luis Echeverría Álvarez se comprometió con los productores agropecuarios, y en enero de 1970 expidió un decreto de interés colectivo para la rehabilitación del Distrito de Riego núm. 14. Se logró que el agua contaminada de sales se desviara mediante un canal hacia la parte del estado de Sonora (hoy Ciénega de Santa Clara). El licenciado Luis Echeverría instruyó a los bancos Agrícola, Ejidal y Agropecuario para el otorgamiento de créditos y apoyos técnicos a los campesinos, dando por resultado una más justa paga por sus cosechas y por venderlas donde más les conviniera, así como la justa Hay que destacar que ya para esas fechas, la actividad agropecuaria se había diversificado, desaparecido para siempre el monocultivo, y el trigo, por ejemplo, ya ocupaba 50 000 hectáreas; la alfalfa se cultivaba en 22 000 hectáreas a principios de la década de los años de 1970, y a raíz del programa de rehabilitación de las tierras más afectadas por la salinidad, el gobierno federal creó el Programa Ganadero del Valle de Mexicali; se organizó a ejidatarios y a pequeños propietarios en uniones y sociedades de producción agropecuaria que en conjunto llegaron a explotar más de 30 000 hectáreas de forrajes (praderas “artificiales” de Rye Grass, cebada, avena, alfalfa, sorgo forrajero y de grano, y hasta remolacha). Así surgieron en terrenos del ejido Puebla la Sociedad de Sociedades de Crédito Luis Echeverría A. (después Unión de Ejidos de PICA LEA), la Unión de Sociedades Locales de Crédito Agrícola de R.I. Progreso, la que después sería UEPICA Emiliano Zapata (por los rumbos del Michoacán de Ocampo), el ejido colectivo Tehuantepec; en total se beneficiaban cerca de 2 000 familias de productores agrícolas, más la derrama económica de empleos colaterales. Aparecieron también las grandes inversiones en el cultivo y empaque de hortalizas, hoy por hoy una de las actividades más rentables e importantes de nuestro valle. En 1972, el precio del quintal de algodón repuntó hasta 960 pesos (la paca contiene cinco quintales de 45 kilos cada uno). Los tristemente recordados (por los campesinos) “comités de comercialización” vendieron a 437 pesos el quintal. En noviembre de 1973, después de reclamos, aclaraciones y acusaciones a nivel estatal, regional y nacional, un grupo de habilitados del Banco Agrícola decidió integrarse en la Sociedad Cooperativa de Algodón “Miguel Hidalgo y Costilla” de la Pequeña Propiedad, S.C.L., con apoyo del presidente de la Federación de la Pequeña Propiedad en B.C. don Juan Pablo Hernández Espinoza, de nuestro líder a nivel nacional, Lic. Gustavo Guerra Castaños y con 7 la asesoría de José Barba Orozco, recayendo la presidencia del primer Consejo de Administración en Juan Ángel Flores Valle, de la colonia Zacatecas. En mi lejana juventud leí en los periódicos la afirmación que hiciera el señor Alfonso Garzón Santibáñez en el sentido de que “los campesinos debemos tener y controlar todos los recursos propios de nuestra actividad en nuestras manos”; por eso, ya como presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa (1978) acuñamos la frase: “Sólo alcanzaremos la reforma agraria integral cuando podamos producir, industrializar y comercializar nuestros productos”. Sigamos con la historia del cultivo algodonero en Mexicali: Año Hectáreas cosechadas Pacas levantadas Rendimiento pacas/ha 1975 42 758 154 566 3.6 1976 42 439 157 514 4.1 1977 61 508 226 852 3.5 1978 64 086 274 844 4.2 1979 72 286 332 178 4.5 En septiembre de 1976, con la devaluación del peso frente al dólar, a los productores de algodón nos fue muy bien porque el quintal subió hasta 1 600 pesos. Ese mismo año, la Liga Agraria Estatal formó la Cooperativa Luis Echeverría Álvarez. En 1978, debido al gran negocio que representaba el algodón, la Banca Oficial otorgó crédito a un líder agrario para la adquisición de una despepitadora enclavada en la colonia Silva, propiedad de ELSA (Empresas Longoria), así nació la Sociedad Cooperativa Valle de Mexicali. Producción de la década de 1980 Año Hectáreas cosechadas Pacas levantadas Rendimiento pacas/ha 1980 77 492 419 472 5.4 1981 87 225 354 521 4.06 1982 45 960 193 143 4.2 1983 44 789 215 674 4.8 1984 80 021 323 313 4.04 La década de 1980 fue buen tiempo para los algodoneros; se capitalizaron las empresas, ya se contaba con semillas mejoradas y adaptadas a la región; se tenían aviones fumigadores, plantas de insecticidas, grandes bodegas de insumos (semillas, agroquímicos, implementos y maquinaria 8 agrícola); tienda de ropa y calzado, refaccionarias, y entre otros beneficios, la Cooperativa Miguel idalgo creó una planta de hilados en el estado de Puebla. Pero lo más importante de esa época era la comercialización directa del algodón a los textileros de Monterrey, Guanajuato, Puebla, Michoacán y Jalisco; ventas ya sin castigos, a precios internacionales y muchas veces con buenas bonificaciones por la calidad de la fibra. En esos años hubo excedentes de agua del ío Colorado, se llegaron a sembrar más de 250 000 hectáreas de diferentes cultivos, pero el algodón seguía siendo el de mayor derrama económica, y pongamos de ejemplo la etapa de cosecha: se pagaba a 20 centavos el ilo de algodón piscado, cada paca requiere de 700 ilos,en 200 000 pacas eran 14 millones de pesos, repito, nada más de pisca, sin considerar todas las demás labores y servicios involucrados. Veamos el siguiente cuadro de producción: Año Hectáreas cosechadas Pacas levantadas Rendimiento pacas/ha 1985 46 587 248 373 5.3 1986 41 018 171 011 4.1 1987 43 612 235 678 5.4 1988 65 142 336 139 5.1 1989 42 752 185 452 4.3 En 1987 dejé la presidencia del Consejo de Administración, que había ocupado desde 1978 (en 1982 me eligieron como presidente de vigilancia de la Confederación de Cooperativas de la ep blica Mexicana). Al dejar mi cargo en la Miguel idalgo no teníamos ning n adeudo, todo lo contrario: éramos dueños de tres aviones fumigadores en perfectas condiciones; dos despepitadoras que funcionaban a toda su capacidad; cuatro tiendas de ropa y calzado; tres refaccionarias; en nuestros almacenes de insumos había 1 000 toneladas de semilla para sembrar; una planta de fertilizantes con sus tanques de almacenamiento, 50 nodrizas de una y dos toneladas, una planta de hilados en Puebla valuada en más de 300 000 dólares, 33 telares adquiridos con recursos propios, y se empezaron a elaborar mantas para las pacas. Por desgracia, el presidente que siguió se interesó más en la política, y descuidó la administración, hasta empezar a endeudarla. Luego siguió otro, que, en compañía de sus familiares se convirtió en intermediario para vender el algodón a oyo Cotton, propiciando más la corrupción que dio al traste con aquella magnífica empresa agropecuaria. Como si todo esto fuera poco, en 1988 el precio del algodón se derrumbó internacionalmente; los precios de los insumos en alza, igualmente los intereses bancarios (en este año se firmó el primer “Pacto Económico” entre todos los sectores productivos del país y el gobierno federal). Esta crisis repercutió en nuestro valle de manera significativa: la mayoría de las empresas agropecuarias del sector social disminuyeron sus operaciones o, de plano, desaparecieron ante la imposibilidad de pagar sus adeudos con intereses moratorios impagables y reestructuraciones de avíos equivocadas, sumadas a la corrupción. Sólo dos empresas agropecuarias de campesinos en esta región sobrevivieron a esta inestabilidad económica de finales de la década de 1980: la Sociedad Cooperativa Alfredo B. Bonfil de San Luis R.C. Sonora, y el Rastro TIF 54, en Mexicali, que hasta la fecha (2012) siguen operando con éxito. La cooperativa Miguel Hidalgo se endeudó con más de 5 000 millones de pesos. Veamos la última tabla de producción de esta parte de la historia algodonera mexicalense: Año Hectáreas cosechadas Pacas levantadas Rendimiento pacas/ha 1990 46 030 195 042 4.2 1991 39 415 192 374 4.8 1992 19 599 43 541 2.2 1993 653 2 988 4.5 1994 12 190 63 269 5.2 1980. Vista aérea del valle de Mexicali. 1960. Preparando el campo para la siembra del algodón. Al finalizar el ciclo primavera-verano 1991 apareció en Mexicali otra plaga muy dañina para la agricultura: la “mosquita blanca” (que ni es mosca ni es blanca, es una palomilla transparente); primero se detectó en cultivos de melón, sandía, calabaza, árboles de ornato, ajonjolí (su cultivo desapareció de este valle), se pasó al algodón y ya para el siguiente año, 1992, hizo estragos en este cultivo, bajando los rendimientos por hectárea a más de 50%. Hubo predios que no levantaron ni una mota, teniendo que disquearlos y barbecharlos. Se vinieron más problemas para 1960. Raca llena de algodón. 9 1960. Pozo de agua en el valle. los agricultores: desplome del precio de la fibra, cambios al artículo 27 constitucional, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, una gran devaluación del peso frente al dólar en 1994, subiendo los intereses a más de 80 por ciento. Como todo en la vida, la agricultura también tiene sus ciclos, unos malos y otros buenos, pero considero que el cultivo del algodón en nuestra región nunca desaparecerá completamente. Tenemos ventajas respecto a otras entidades productoras, pero, sobre todo, la vocación, el trabajo y la tenacidad de los cachanillas. Recuerdo que algunos compradores me aseguraban que para comprar y vender algodón hay 100 reglas: “CADA AÑO ES UNO, NINGÚN CICLO ES IGUAL A OTRO”. 10 Antes de cerrar este capítulo de la historia del algodón es mi deseo destacar lo siguiente: Lo que a muchos campesinos se les sigue reprochando con motivo de la visita que a este valle hiciera el general Lázaro Cárdenas del Río en 1957, con el fin de constatar los logros de su reparto agrario y su magnífica política de apoyo al sector agrario colectivo. Según testimonios y crónicas de aquel suceso, el general dijo que los campesinos lo habían defraudado porque vio muchos carros nuevos (cadillacs) afuera de casas de cachanilla y bajo un mezquite; observó que no habían cambiado su patrón de vida para mejorarla; no tenían viviendas dignas, como las esperaba ver después de 20 años de su magna obra; y aquí es donde siempre me he preguntado ¿A dónde y quiénes lo llevaron? ¿No serían los mismos funcionarios que lo traicionaron cuando el estado los educó, les dio trabajo y su misión era preparar a los campesinos para trabajar colectivamente la tierra desde su preparación hasta la comercialización de sus cosechas, directamente, sin intermediarios y en lugar de eso les aconsejaron a trabajar individualmente para que fueran presas fáciles de los revendedores, bancos, despepitadoras, etcétera? Con más razón de que muchos de estos exfuncionarios ya trabajaban para empresas privadas. Pero en realidad, en ese tiempo cientos de campesinos ya vivían en casas de adobe, tenían sus buenos tractores, estufa y refrigerador de gas, lavadoras de motor, sus troques y pick ups; se organizaron para la construcción de nuevas escuelas. En Tijuana había un internado al que acudieron muchos hijos de campesinos, otros ya vivían en Mexicali y sus hijos estaban en la prepa o en la universidad, recién formada, o en otras de otros estados. Por eso digo que no todos los campesinos seguían viviendo en casas de cachanilla. Cuando mi familia y yo llegamos a este valle, en 1952, procedentes de Janamuato, Michoacán, tanto mi abuelo Cayetano Cisneros como mis tíos, que estaban aquí desde 1943, tenían dos tractores y una caterpillar nuevos. Por todo esto, cuando escucho decir que los campesinos llegaban a las cantinas con “talegas de dinero” y las cerraban hasta que se acababa el capital, yo les concedo la razón porque considero que el ser humano cuando ha carecido de muchas cosas, mal comido, con poca preparación escolar, siempre maltratado por los que más tienen y que no los dejan prosperar, lo primero que hace, cuando tienee llaa posibilidad, es adquirir y hacer lo que nunca ha podido. La aerofumigación y Rigoberto Vega en el valle de Mexicali* Austreberto Silva Olivares** E n la celebración del centenario del inicio de la siembra de algodón en el valle de Mexicali es importante abordar el tema de la aerofumigación, y para que nos platique de ello hemos entrevistado a don Rigoberto Vega Sandoval. Una de las fases interesantes en el cultivo del algodón en el valle de Mexicali es el uso de los agroquímicos (fertilizantes y plaguicidas). Los plaguicidas se utilizan para eliminar a los insectos, hongos, y hierbas consideradas como plagas o dañinas para el algodón. Para 1905, la Colorado River Land Company empezó a controlar casi 400 mil hectáreas de tierras del valle de Mexicali y para 1912 esta empresa inició la fase experimental al sembrarse 12 hectáreas que rindieron una producción de 15 pacas de 26.5 kilogramos cada una, razón por la que el algodón fue el cultivo por excelencia. Debido a su magnífica cotización en el mercado internacional, al valle de Mexicali se le conoció como el rancho algodonero más grande del mundo. Durante los primeros años de la siembra del algodón no existían plagas ni enfermedades que representaran un verdadero peligro para las cosechas, puesto que la producción todavía era incipiente, además las condiciones naturales no habían sido gravemente alteradas. Las plagas que afectan al cultivo del algodón se manifestaron en la década de los años de 1920, siendo el gusano perforador de la hoja el que más estragos causó a la producción algodonera, específicamente en la naciente Cooperativa de la Colonia Progreso, en 1925, época del gobierno del general Abelardo L. Rodríguez. En aquellos años los productos utilizados para combatir las nacientes plagas eran venenos (compuestos inorgánicos), que atacaban el aparato digestivo de los insectos.1 Su aplicación se realizaba manualmente o con aperos de tracción animal, de modo que los riesgos de contaminación se circunscribían a las zonas tratadas. El periodo más productivo en el algodón fue de 1948 a 1960, y también fue la etapa en la que se empezaron a utilizar los plaguicidas organoclorados como el DDT. El uso del control químico de las plagas fue universal; en el valle de Mexicali se utilizaron de 1950 a 1965 dos plaguicidas de alta toxicidad: Aldrin y Dieldrin y siete de moderada toxicidad: BCH, DDT, Dicofol, Endrin, Heptacloro, Lindano y Toxafeno. Todos, también tienen una alta persistencia en el suelo: de dos a veinte años (Moreno y López, 2005). El uso de plaguicidas en la agricultura local siguió su paso, cada vez con nuevos productos, porque las plagas fueron adquiriendo mayor resistencia a los plaguicidas. Se consideró necesario aplicar las llamadas “bombas” o cocteles de diversos compuestos, siendo las más comunes del DDT más toxafeno y azufre. Para mayor efectividad, estas bombas se aplicaban mediante aviones fumigadores. Aunque también destruían la fauna benéfica o a depredadores que contribuían al combate contra la plagas. En 1954 se introdujeron los plaguicidas organofosforados (Paration y Malahtion) de alta toxicidad. Las principales plagas del algodón eran el gusano rosado, gusano bellotero, gusano perforador de hoja, falso medidor, pulga saltona, chinche, grillo, gusano peludo, araña roja, trips, nematodos. Después llega la mosquita blanca. Don Rigoberto Vega Sandoval Don Rigoberto Vega se incorporó al gremio de fumigadores en la década de 1960. Nació en Mazatlán, Sinaloa y tenía un * Entrevista a Rigoberto Vega Sandoval por Austreberto Silva Olivares. ** Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. ¹ Arseniato de plomo; arsénico blanco y el verde de Paris combinado con azufre y cal. 11 1970. Avión fumigador en el momento en el que su piloto fumiga la siembra del algodón. 1970. Avión fumigador, antes de ser utilizado por su piloto en sus labores de fumigación. 1970. Rigoberto Vega con su avión fumigador. 12 año de edad cuando la familia Vega llega a Mexicali en 1941. Estudió la primaria en la escuela General Miguel Alemán, con la profesora Josefina Quiroz, y cursó la secundaria en la ciudad de Tijuana. En 1964 se casó con Socorro Mercado, nacida en Tayoltita, Durango y tuvieron cinco hijos: Rigoberto, Gabriel, Enrique, Laura y Claudia. Todos trabajan y residen en Mexicali. Desde muy joven empezó a trabajar con el ingeniero Armando G. Cantón, especialista en aeronáutica, sirviendo gasolina para los aviones y dándoles mantenimiento. Por su interés y dedicación en esta actividad tuvo la oportunidad de aprender mecánica con manuales específicos para la reparación de aviones de hélice. Ya inmerso en ese ambiente aprendió a “vestir” el fuselaje de los aviones colocando la tela para agregarle celulosa en varias capas y pintarlo totalmente de aluminio y detallarlo con algunos colores. Y poco después aprendió los principios del vuelo. Con el auxilio del piloto capitán Adolfo Miller, que le enseñó a volar, se cumplía su deseo de ser piloto fumigador. Primero obtuvo su licencia de mecánico de aviación y después logró las licencias de piloto privado y de piloto agrícola dedicado a la fumigación. Realizó su primera jornada de fumigación en el año de 1962. La aplicación aérea de plaguicidas se convirtió en una actividad muy importante en el valle; sin embargo, implicaba peligros; el piloto debía tener la habilidad para manejar aviones ligeros, en vuelos rasantes y cuidarse de obstáculos como cables y postes. Asimismo, debía saber manejar las sustancias químicas o insecticidas que se utilizaban para la fumigación del campo agrícola. La mayoría de las empresas fumigadoras compraban aviones usados en Arizona, y los acondicionaban para el trabajo de fumigación. El biplano PT-17, el Piper Pawnee PA-25 y el Piper Q P-18 fueron aviones fumigadores muy usados en el valle. Desde la guerra los adquirían a precios accesibles, los reparaban y los adaptaban para fumigar. Los equipos de fumigadores estaban constituidos por un piloto y el personal de tierra: el chofer con su vehículo pick-up y los bandereros, que eran personas que con bandera en mano guiaban al piloto por los límites de las zonas por fumigar. El equipo debía conocer previamente el plano de las parcelas por fumigar, calcular las hectáreas que recibirían el plaguicida por aspersión que arrojaba el avión y apoyarse 1969. Credencial de piloto agrícola de Rigoberto Vega Sandoval. 2001. Rigoberto Vega piloteó aviones fumigadores por más de cuarenta años. en los bandereros. Casi nunca usaban ropa protectora, pero después de un día de trabajo sí debían lavarse o bañarse. Hasta tres días después de haber sido fumigados se podía ingresar a los campos. Desafortunadamente, hubo bandereros contaminados, que al cabo de los años presentaron secuelas por intoxicación. Las jornadas eran de doce horas y se iniciaban a las 4 de la mañana; estas jornadas cubrían un promedio de 400 hectáreas por día; el principal problema eran las parcelas que tenían postes y alambrado conductor de electricidad muy cerca de ellas, pero ganaban buen dinero con este trabajo. Don Rigoberto Vega recuerda un accidente en el año de 1956, en el ejido Guerrero, en donde se cayó un avión fumigador cargado de insecticida y se incendió; en ese accidente murió el piloto Jesús Lara Osuna. Pronto llegó otro piloto, de apellido Quevedo. Entre otras actividades, don Rigoberto participó en el vuelo de planeadores con invitados de la ciudad de Yuma, Arizona, que organizaba el señor Alfredo Arenas en la Laguna Salada. La premiación tenía lugar en el Hotel Lucerna. También tuvo entrenamiento de paracaidista, y en 1961 realizó su primer salto en la Laguna Salada. Rigoberto Vega trabajó para la Fumigadora Cocopah y para la Fumigadora Cantón. Había otras empresas como la Fumigadora Nahual, Fumigadora García, Servicio NH3, Fumigadora El Capitán, Fumigadores Aéreos del Noroeste, Servicios Aéreos Agrícolas de Rigo Vega y las habilitadoras: Agricultores Industriales, CAPSA, Banco Ejidal. En el año de 1971, don Rigoberto sufrió un serio accidente al estrellarse su avión en el ejido Campeche, cuando hacía uno de sus rutinarios ascensos. De pronto sintió que el motor se “amarró”; no tardó en caer bruscamente y se desbarató el frente del avión. Don Rigoberto quedó prensado y golpeado; su rostro se estrelló contra el tablero y se hirió en una de sus rodillas. Los bandereros lo rescataron y lo llevaron al IMSS. Las fracturas de los huesos de la cara, semiexpulsión de los globos oculares y múltiples lesiones, le desfiguraron completamente su rostro. Solamente la paciencia, el minucioso cuidado y la capacidad del médico ortopedista Raúl Lozano Villarreal, quien le reconstruyó completamente la cara, lo devolvieron a la “normalidad”. A los 25 días despertó, y sintiéndose fuerte y agradecido por las atenciones recibidas, pudo dejar el hospital. En 1981 fundó su propia compañía; tuvo su pista de aterrizaje en el ejido Tamaulipas. Compra un avión en Phoenix, Arizona, lo reconstruye en el taller de La Colorado, y provisto de permisos, licencias y un seguro de gastos médicos mayores, vuelve al trabajo. En 1982 ya trabajaba en la mayor parte del valle de Mexicali y recuerda que en combustible se gastaba un promedio de 42 litros por hora. Don Rigoberto Vega se jubiló en el año 2000 de la actividad de fumigador y vendió sus aviones, hangar, pista y equipo. Fuentes: Moreno, José y López, Mercedes. (2005) Desarrollo agrícola y uso de agroquímicos en el valle de Mexicali. Estudios Fronterizos, vol. 6 núm. 1, (123-129), México, UABC. 13 La clasificación del algodón Marco Antonio Buruel B.* E n este 2012 se cumplen cien años de que por vez primera un grupo de visionarios agricultores sembró algodón en el valle de Mexicali, acción que, sin duda, sembró también las bases para el crecimiento de nuestra ciudad, pues muy probablemente con otra variedad de cultivos no habría sido tan acelerado su desarrollo, que por varias décadas fincó su economía precisamente en el llamado con justicia “oro blanco”. Una de las actividades más importantes dentro del largo proceso que empieza con la siembra y termina con su venta ya convertido en pacas, es la clasificación de la fibra del algodón, paso que por ser la base de la comercialización del producto, es de suma importancia para el agricultor, el comprador, el exportador y la fábrica textil, quienes siempre han depositado su confianza en el profesionalismo de los clasificadores. El clasificador es una persona que ha cursado su carrera en una escuela especial, y como una forma de terminar sus estudios, generalmente tiene que pasar varios años como asistente de otro clasificador más experimentado para ser considerado como un verdadero profesional y estar en condiciones de poder determinar con rapidez la clasificación correcta de cada muestra. Para llevar a cabo su tarea, en la planta despepitadora es tomada una muestra de cada lado de la paca que está identificada con un cupón y se entrega al cuarto de clasificación, en donde el clasificador, en una revisión visual de la fibra, determina su color, contenido de materias extrañas y el aspecto general de la muestra, lo que le indica * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A .C. 14 1952. Desfile del carnaval. De izquierda a derecha: Beatriz Zuazua, Esther Palencia de Aínsle, Lolita Arvízu de García y Carlos Aínsle Jr. Papoose. que el despepite ha sido adecuado y no ha causado daños. Las materias extrañas generalmente son partículas de la misma planta, como hojas, cáscaras o porciones de la semilla. El clasificador también determina el largo y el diámetro de la fibra. Para su calificación, aplica las medidas implantadas y utilizadas a nivel internacional. Es sabido que la fibra que se produce en el valle de Mexicali ha sido por muchos años calificada como de muy buena calidad, generalmente blanca y con 80% de su producción de grado “Middling”. Como certificadores de esta calidad en la fibra producida en el valle de Mexicali, se contó con clasificadores que avalaron que el volumen de cada cosecha tuviera siempre 1961. Reunión de la Asociación de Clasificadores de Algodón. Carlos Aínsle Papoose, sentado en el centro; detrás de él Astolfo Indio Matus, otro reconocido clasificador de algodón y gran basquetbolista. 1970. De izquierda a derecha: José Joe Gallego, persona no identificada, Francisco Paco Fuentes señor, y Carlos Papoose Aínsle. los mejores estándares internacionales. En este proceso se contó con la participación de personajes que han marcado huella en nuestra sociedad. Cuando tenía 18 años de edad, se encontraba trabajando en la Algodonera del Valle, donde comenzó a relacionarse con la fibra del algodón, siendo observado por el señor Simón Farah, quien lo recomendó con el ingeniero Eugenio Elourdy para que le otorgase una beca para estudiar como clasificador en Estados Unidos. Y así fue que en el año de 1946 partió a iniciar sus estudios en la Universidad de Texas A & M, terminando la carrera en el año de 1950. Posteriormente, en el año de 1955, revalidó sus estudios en la Escuela de Agricultura de La Laguna, en Torreón, Coahuila, donde obtuvo su título mexicano, que le permitió convertirse en el primer clasificador de algodón titulado en el valle de Mexicali. A su regreso, se incorporó ya como clasificador en la Algodonera del Valle, propiedad del ingeniero Eugenio Elourdy, además de que por sus conocimientos y profesionalismo fue requerido para prestar sus servicios en la zona lagunera de Matamoros en la empresa Steve Hermanos, así como también en la compañía del señor Julio Aviña en la ciudad de Caborca, Sonora. Durante su carrera colaboró en seminarios de investigación con varios colegas a nivel internacional, tanto de Centro como de Sudamérica, y fue en uno de esos eventos que descubrió que la fibra del algodón proveniente de Brasil era la más larga. A consecuencia de la mecanización de los procesos, en los años setenta llegaron al valle las máquinas piscadoras de algodón que al sustituir la mano de obra forzaron la desaparición de Carlos Aínsle Papoose: primer clasificador de algodón titulado del valle de Mexicali Como una forma de participar en este significativo aniversario, en este artículo recordaremos al primogénito de una pareja muy reconocida en Mexicali, ciudad a la que arribaron en los años veinte del siglo pasado. ¿Sus nombres? Carlos Enrique Aínsle Fimbres, nativo de La Colorada, Sonora, y Esther Gabriela Palencia Conant, originaria de Mixcoac, Estado de México, quienes contrajeron matrimonio en el año de 1927 y, al procrear a sus hijos: Carlos, Enrique, Eduardo, Gloria y Jaime Aínslie Palencia, formaron una gran familia cachanilla que sobresalió en el entorno profesional y personal desde los tiempos en que gracias al cultivo del algodón, Mexicali se consolidaba como una gran y pujante ciudad. Carlos Aínsle Palencia, como era muy usual en esos tiempos, nació en la ciudad de San Diego, California, el día 8 de septiembre de 1928, y a muy temprana edad fue “bautizado” como Paposse, sobrenombre con el que fue mejor conocido toda su vida (Papoose, en el idioma de los indios norteamericanos, quiere decir chamaco dentro del portaniños que cargaban en sus espaldas las madres de la tribu). La educación primaria la cursó en la Escuela Benito Juárez, continuando sus estudios en la Secundaria núm. 18. 15 2005. Personal clasificando algodón en Empresas Longoria, en su Planta Tabasco, valle de México. En la foto: el clasificador Gregorio Orejas (segundo de derecha a izquierda) y tres ayudantes. los piscadores que ya tenían bien cimentada su profesión y que orgullosamente podían presumir de que lograban tiempo récord al piscar hasta 235 kilos al día. Además, a causa de la digitalización, a partir del nuevo siglo el proceso de clasificación ya se efectúa utilizando aparatos electrónicos que determinan automáticamente la calidad de la fibra, por lo que la profesión de clasificador es posible que tienda a desaparecer. Paralelamente a su carrera profesional, el ingeniero Carlos Aínsle también participó en forma activa en el ámbito social, y aún es recordado por las y los jóvenes de su época, por la alegría que demostraba cuando paseaba al volante del primer auto comprado con su trabajo: un fabuloso Chevrolet convertible. Fue socio fundador del Club 20-30, cuya ceremonia de iniciación se llevó a cabo con un baile realizado en el Casino de Mexicali, el día 20 de enero de 1951, teniendo como invitados de honor al Lic. Alfonso García González, gobernador del Territorio, quien asistió acompañado de sus principales colaboradores, como el Lic. José Elías Castro, Fernando Díaz Todd, José Pérez Tejada y Jesús V. Marroquín. Acudieron 16 también los representantes de los diferentes clubes de servicio de la entidad, así como el presidente del Club Padrino, Club 20-30 de Ocean Beach. Su entusiasta participación en los diferentes eventos realizados por el Club para obtener fondos para las obras de beneficio social, le llevó a que en dos ocasiones ocupara la presidencia; asimismo, en el año de 1955 fue electo como gobernador del Distrito C, Área 6. En 1953 contrajo nupcias con la señorita Belén González Vega, originaria de Hermosillo, Sonora, con quien procreó cinco hijos: Carlos Arturo, Ma. Belén, Ma. Haydee, Martha Lorena y Claudia Dolores. En 1972 cambió de residencia a la ciudad de Tijuana, Baja California, al ser designado delegado del Registro Federal de Automóviles, cargo que desempeñó hasta el año de 1980. El ingeniero Carlos Aínsle Palencia, el inolvidable Papoose, falleció en la ciudad de San Diego, California, el 31 de octubre de 1994. Su familia continúa radicando en la ciudad de Tijuana, Baja California. N OMENCLATURA DE M EXICALI . H ISTORIA DE LOS NOMBRES DE AVENIDAS , BULEVARES , CALLES , PARQUES Y PLAZAS Avenida James W. Stone Miguel Ángel Lino* P ara reconocer a un destacado empresario de origen estadounidense, mexicalense de corazón y mexicano por adopción, una muy transitada avenida de nuestra ciudad lleva el nombre de James W. Stone, máximo responsable por más de tres décadas de la histórica Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, coloquialmente llamada “La Jabonera”, que se instaló a partir de 1924 en los terrenos que hoy ocupa la Plaza Cachanilla. La avenida James W. Stone inicia cerca del Río Nuevo (cuyo nombre oficial es Calzada de los Presidentes) y cruza el bulevar Adolfo López Mateos para finalizar en la confluencia de la calle D y avenida Larroque. La avenida James W Stone corre sobre lo que fue el dren 134, un canal de un drenaje de aguas negras que fluía a cielo abierto. Por varias razones, esta es una avenida muy peculiar, ya sea por su trazo de dos ramales que corren paralelos y que al final casi terminan uniéndose para formar una y. Pero, sobre todo, por la historia del personaje del que hago una breve semblanza:1 De Arizona a Baja California James William Stone nació en Phoenix, Arizona, el 12 de marzo de 1901. En 1924 obtuvo su título de ingeniero civil en la Universidad de Arizona y empezó a trabajar en la compañía ferrocarrilera Southern Pacific. En 1925, a los 24 años de edad, llegó a Mexicali en donde siguió el resto de su vida. 1975. James W. Stone. 2012. Señalamiento en crucero con bulevar López Mateos. * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. Correo electrónico: malino2005@msn.com 1 Texto extraído del libro Aquellos años del algodón, la Jabonera y el valle de Mexicali, escrito por James Griffin y coordinado por Aidé Grijalva. 17 1960. Dren 134 en el cruce con el puente del ferrocarril, hoy bulevar López Mateos. 2012. Avenida James W, Stone en el cruce con bulevar López Mateos. 1960. Jabonera del Pacífico, colindante al norte con el dren 134, hoy avenida James W. Stone. 18 Ya en territorio mexicano, el joven ingeniero Stone trabaja primero para el Ferrocarril Inter-California y al poco tiempo supervisa la construcción del Canal Solfatara para la compañía John Phillips de San Francisco, California. En 1931, la Anderson, Clayton & Company —que había comprado la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico— nombra a James W. Stone, con apenas 30 años, vicepresidente y gerente general de La Jabonera. Durante su vida se registraron logros muy importantes y también tuvo que enfrentar problemas muy serios, como la crisis mundial cuando el precio del algodón y la producción se desplomaron. En cambio, le tocó aprovechar la época de oro del algodón que corrió de 1940 a 1960. Bajo el mando de La Jabonera, Stone promovió un sinnúmero de créditos para los agricultores, muchos de estos créditos eran para la compra de sistemas de bombeo; también modernizó el molino de aceite, la refinería y aumentó el volumen de producción de La Jabonera. El 16 de julio de 1959, James W. Stone obtiene la ciudadanía mexicana por naturalización, desarrollando una muy intensa vida empresarial, industrial, comercial y social en Mexicali; por varios años ejerció la presidencia del Consejo de Administración del que hoy es Bancomer; fue gran benefactor del Cetys y apasionado jugador de golf, a tal grado que fue uno de los fundadores del Club Campestre de Mexicali. Después de 35 años de fructífera labor, el señor Stone se retiró de La Jabonera, pero mantuvo su residencia en Mexicali y continuó atendiendo negocios particulares. Finalmente, poco antes de cumplir 78 años, James W. Stone muere el 25 de enero de 1979. Dren 134 Desde 1924, cuando se inició la construcción de La Jabonera, en las tierras seleccionadas como ideales, tenían una barrera natural: El dren 134 que marcaba el límite hacia el norte y el oeste de la ciudad... Sobre el dren, que estaba descubierto, se construyó un puente en el cruce de la calle A, lo que permitió por muchos años la entrada a La Jabonera. En la actualidad el dren 134 ya no tiene vida útil. Con una longitud de ocho kilómetros, fue entubado durante el gobierno del licenciado Milton Castellanos Everardo, 1971-1977. Pero hoy, cuando llueve mucho, se inunda, se reblandece la tierra y provoca tremendos hoyancos en algunas colonias por las que cruza. Libros, reseñas, comentarios... Sergio Noriega Verdugo* Ríos internacionales entre México y Estados Unidos: Los tratados de 1906 y 1944 de Marco Antonio Samaniego López P ocas cosas pueden resultar más importantes en el desarrollo de nuestro estado y aun del país, en toda su extensión, que los recursos hidráulicos disponibles. La naturaleza ha sido miserable en cuanto al régimen pluvial que ha concedido al norte del país. Toda la península de Baja California es muestra de extrema aridez. La precipitación anual promedio es de menos de 50 centímetros anuales, las plantas silvestres que sobreviven son aquellas que corresponden al desierto, como los arbustos, las chollas, las plantas cactáceas, y el mezquite. Con ligeras excepciones, todo el desarrollo alcanzado en el estado de Baja California se debe al Río Colorado, cuya cuenca se encuentra en Estados Unidos. El libro Ríos internacionales entre México y Estados Unidos: Los tratados de 1906 y 1944 del doctor Marco Antonio Samaniego López es producto de una investigación exhaustiva que le permitió obtener el grado de doctor en historia por El Colegio de México, hace apenas menos de dos lustros. Este libro fue publicado en 2006 por la Universidad Autónoma de Baja California en coedición con El Colegio de México. Esta obra se centra en el contexto y negociación de los dos tratados bilaterales entre Estados Unidos y México en los años de 1906 y 1944. El primero se ocupa solo del Río Bravo y el segundo del Bravo, Colorado y, en menor grado, del de Tijuana. Destacan en el libro los principales criterios empleados para designar a quienes le corresponde la propiedad de las aguas que corren por dichos ríos. Además, se explican las implicaciones de dichos criterios en relación con los intereses de los involucrados, sus expectativas y la limitada información y desconfianza que privó entre las partes en conflicto. Debido a la falta de una ley internacional clara y convincente sobre los derechos de agua, se tuvo que improvisar diferentes criterios, en distintas épocas, para convenir sobre el reparto del recurso. Las diferencias fueron notorias, particularmente entre estadounidenses, dado que la propiedad privada constituye una característica dominante de la cultura anglosajona. En México, la voz cantante siempre fue la del gobierno. Solo que después de la revolución, el artículo 27 nos llevó a un nivel de nacionalismo acendrado, donde se define que “La propiedad de las tierras y aguas comprendida dentro de los límites del territorio nacional corresponde originariamente a la nación [...]”1 Lo que ocasionó que cualquier negociación con el extranjero fuera sospechosa y más delicada. Uno de los criterios empleados en Estados Unidos, particularmente en el oeste de dicho país, tiene que ver con los derechos de quienes habitan en los márgenes de cualquier río (riparian rights); por lo que la ley común en ese país considera que los propietarios de la tierra cerca de los márgenes de algún río tienen cierto derecho al agua que ahí corre. Otro de los conceptos empleados para justificar el reparto de aguas, el autor le llama “La primera apropiación /uso benéfico”, denota la prioridad que reciben los que primero hacen uso del agua de algún río, en relación con la historia. Sólo a partir de ese principio puede entenderse la asignación de agua a cada país, tanto en el tratado de 1906 como en el de 1944. De igual forma, dado que había la tendencia en el mundo a reconocer los desarrollos ya existentes, el tratado de 1944 era una forma de detener la expansión respecto al uso del agua del ribereño inferior: México en el Colorado, Estados Unidos en el bajo río Bravo (200). * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. 1 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, p. 35. 19 Como se podrá apreciar en la cita anterior, no solo fue importante quién era primero en beneficiarse del agua, sino la ubicación de los usuarios del río, porque el uso de los ribereños superiores podía influir en la disponibilidad del recurso de quienes se encontraban aguas abajo del mismo río. El artículo VI del Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848 reconoció el libre tránsito por el Río Colorado, mismo que quedó refrendado en el Tratado sobre Limites de 1853. Su artículo IV dice: con el noreste industrial pujante de nuestros vecinos. Ello abrió los mercados del este a los productos agrícolas del oeste árido e hizo crecer la demanda del agua de manera exponencial. Otro criterio empleado en las negociaciones sobre el reparto de aguas se originó con la escasez que enfrentaron las ciudades fronterizas de El Paso, Texas y de Ciudad Juárez, Chihuahua, a partir de 1889. Los representantes de ambas ciudades propusieron la construcción de una presa en Estados Unidos para atenuar la escasez. como la política oficial de Estados Unidos (92). El autor también nos relata las pugnas por el agua del Río Colorado entre la parte alta y la parte baja de la cuenca, además de los conflictos entre California y Arizona y, desde luego, entre los Estados Unidos y México. La terminación de la presa Boulder (o Hoover) en 1935 sobre el Río Colorado resultó paradójica, pues aunque se redujo el envío de agua, el control sobre las avenidas del río hizo posible cultivar más tierras. Los buques y ciudadanos de los El 12 de diciembre de 1895, el procurador La presa Boulder redujo el caudal que Estados-Unidos todo general de Estados Unidos, Judson llegaba a México, de un promedio de tiempo libre y no interrumpido tránsito tendrán en Harmon, dio su opinión con respecto a 160 000 millones de m3 a 10 000 millones. por el Golfo de California para sus la escasez que se presentaba en las dos Con ello, el peligro de las inundaciones posesiones y desde sus posesiones sitas localidades fronterizas. Las dos demandas disminuyó aunque no se eliminó del al norte de la línea divisoria de los dos mexicanas, apoyadas por la gente de El todo. Los bordos en territorio mexicano países; entendiéndose que ese tránsito Paso, eran: 1) la indemnización de 35 no peligraban como en años anteriores. se ha de hacer navegando por el golfo de millones de dólares y 2) la no realización La administración del distrito de riego California y por el Río Colorado, y no de más obras en el estado de Colorado que empezó a funcionar en 1937, abrió por tierra, sin expreso consentimiento y en el territorio de Nuevo México. más tierras al cultivo (las colonias del Gobierno Mejicano. Harmon señaló que las cláusulas Carranza, Baja California, Coahuila y 2 VII Con el paso del tiempo, la condición de navegación se convirtió en un obstáculo para la creación de presas de almacenamiento de agua con fines de riego y de generación eléctrica. Por si fuera poca cosa la falta de precipitación del noroeste de México y el suroeste de los Estados Unidos, la escasez de agua se intensificó con el éxito de la agricultura de riego. Clave en el desarrollo agrícola fue la creación de una amplia red ferroviaria que logró vincular la producción agrícola del oeste de Estados Unidos y del norte de México VI y del Tratado de Guadalupe-Hidalgo Nuevo León) [322].3 tenían validez sólo en lo que correspondía a la parte del río en que era el límite En el tratado de 1906, Estados Unidos internacional y no en la correspondiente entrega 74 millones de m3 a México al interior de Estados Unidos (90). y nuestro país no da nada a Estados Unidos. En el de 1944, México recibe Aunque no prosperó la controversial opinión de Harmon, habiéndose suspendido las obras de irrigación en Colorado y Nuevo México, hubo muchos que aceptaron su punto de vista. Esta postura acentuó la soberanía de las partes en contienda y aumentó su intransigencia, pero de acuerdo al autor nunca fue adoptada 1 850 millones de m3 anuales y entrega 432 millones de m3 por año en el bajo río Bravo, con la ventaja de que esta entrega se realiza en ciclos de cinco años. (12). La investigación realizada por el autor hace pensar que los tratados entre Estados Unidos y México fueron favorables para este último. Estados Unidos Mexicanos, Tratado sobre Límite, firmado en la Ciudad de México, el 30 de diciembre de 1853, reproducido en Estudios Fronterizos, Año 1 No. 2, septiembre-diciembre, 1983. 3 Este párrafo incluye dos citas: un informe de Jesús Franco Urías y J.J. Burkholder, y otro del Archivo de Historia del Agua. 2 20 Breve historia de la agroindustria algodonera en el delta mexicano del Río Colorado entre 1912 y 1929 Jimmy Griffin* E n 1912 cuando se cosechó el algodón hueso para lo que sería las históricas primeras 15 pacas, no existían despepitadoras en Mexicali, por lo que fue necesario llevar ese algodón a Caléxico donde ya había esas plantas. Se desconoce cuántas despepitadoras se encontraban en Caléxico en ese año, pero en 1915 esa ciudad tenía ocho plantas despepitadoras y una compresora para comprimir las pacas a alta densidad.1 Además había dos molinos de aceite para procesar la semilla derivada del algodón hueso. En aquellos años esas tres instalaciones agroindustriales fueron necesarias para procesar el algodón hueso y obtener el máximo rendimiento de esa cosecha. ¿Y ese algodón hueso, qué es, y de dónde viene? Es la fruta que produce la mata algodonera y para obtenerla el agricultor en el delta del Río Colorado tiene que sembrar su semilla en marzo o abril y esperar que las plantas salgan a flor de la tierra. Entonces, bajo el intenso sol de ese valle, durante largos días de labores tiene que eliminar malezas, cultivar la siembra, regarla varias veces, fertilizarla y proteger las matas de insectos dañinos. Normalmente a unos setenta días de la siembra la planta puede medir 80 centímetros, y empieza a producir flores cremosas que se vuelven rosadas, se secan y en tres a cinco días caen de la planta. Donde estaba la flor se forma lentamente una cápsula que cuando crece es conocida comúnmente como bola. Esas bolas verdes siguen aumentado de tamaño y, en otros treinta días, más o menos, obtienen su diámetro maduro de tres a cuatro centímetros. En los próximos 35 a 55 días la planta sigue creciendo a un metro veinte o más de alto, mientras las bolas siguen madurando adentro y su exterior empieza a secarse y tornarse color café, hasta llegar el momento en que cada cápsula-bola se revienta y abre formando un capullo en el que es revelado el algodón hueso,2 compuesto de miles de fibras blancas que cubren numerosas semillas. Para entonces, si es buena cosecha, cada planta tendrá muchos de esos capullos que pintan el campo blanco. Una vez que el agricultor lograba tener su algodón hueso piscado, el próximo paso para obtener recompensa para sus esfuerzos era mandarlo a una despepitadora, aunque sus labores personales no habían terminado. A él le quedaba preparar sus tierras para volver a sembrarlas en la primavera. Esas labores consistían en cortar las matas secas e incorporar los fragmentos en la tierra al barbechar o arar sus terrenos y, en el momento propicio, en la próxima primavera, tendría que dar la primera irrigación y sembrar la semilla. * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C. 1 El tamaño de una planta despepitadora es expresado por el número de bancos o máquinas despepitadoras y el número de sierras en cada banco. En este caso es una planta con cinco bancos de 80 sierras, o sea 5-80. Había de 70 sierras, y años más adelante de 90 sierras. Lo más común en aquel tiempo fueron plantas de cuatro o cinco bancos. 2 Por miles de años el algodón hueso fue piscado de los capullos por manos humanas y muchas veces esas fueron manos esclavas. Pero, en este delta del Colorado las manos fueron de cientos de hombres, mujeres y jóvenes, libres, pero pobres, que hicieron esa vital y difícil labor de cosechar o, como se dice aquí, piscar, el algodón hueso. Para miles de recién llegados, mexicanos, chinos, hindúes, japoneses y otros, piscar algodón o hacer las otras arduas labores agrícolas, a pleno rayo del sol, fue su única manera de sobrevivir. 21 1918. Preparación del terreno para el cultivo del algodón, con arados con mulas. 1935. Preparación de terreno con tractor mecánico. 1915. Despepitadora en Caléxico, California. 22 Las despepitadoras ¿Y qué fin tuvo su algodón hueso? La mayoría de las veces, el agricultor tenía que pedir financiamiento para invertir en su cultivo y mantener a su familia durante los meses que estaba trabajando en la cosecha, y lo más frecuente era que el dinero lo obtuviera de una empresa algodonera propietaria de una o más despepitadoras. El agricultor se comprometía a entregar su algodón hueso a esa empresa para que se fuera despepitado. Ese proceso consiste en secar y limpiar el algodón hueso, y separar la semilla de la fibra ya que esos dos productos, una vez separados, tienen su propio mercado y valor. Una vez separada, la semilla es almacenada en los terrenos de la algodonera, mientras la fibra es embalada en pacas amarradas con cinchos metálicos y cubiertas con arpillera, lienzo de algodón, de plástico u otro material. Esas pacas pesan entre 180 y 260 kilos. En la paca se fija una etiqueta numerada que tiene talones y se toman muestras de fibra de dos lados opuestos de cada paca. Se coloca un talón entre las dos muestras para identificarlas y las envían al cuarto de clasificación, generalmente en la misma algodonera. Una vez ahí, un clasificador profesional determina la calidad de la fibra, esta clasificación está fundada en estándares internacionales y es usada para establecer el precio que se puede pagar al agricultor. El precio es basado en el de la bolsa de Nueva York en el día que se vende la o las pacas. Según la calidad determinada, hay premios o descuentos. Se acredita el resultado de la venta a la cuenta de crédito del agricultor hasta que su cuenta esté saldada, y después a él se le paga directamente. Generalmente, el precio de la semilla es establecido al principio de la temporada y casi no varía en ese periodo. Por lo regular, con el valor de la semilla se pagaba el servicio del despepite y sobraba algo de efectivo para el agricultor. Aquí cabe decir que la mata algodonera produce mucha más semilla de lo que necesita para la siembra. Algunas algodoneras tenían su propio molino de aceite para procesar la semilla o, si no, la vendían a un molino. Las compresoras Hasta finales de la década de los años de 1950 las prensas en las despepitadoras hacían pacas de tamaño grande que median como 1.40 m de alto (55 pulgadas) por 0.71 m de ancho (28 ") y de 0.97 a 1.22 m de grueso (38" a 48"). Su densidad era alrededor de 12 libras por pie cúbico, de manera que esas pacas ocupaban 1980. Parcela sembrada de algodón, con planta recién nacida. 1980. Plantas llenas de motas de algodón. 23 Flor de algodón. Bellota de algodón. Plantas llenas de motas de algodón. Mota de algodón. Borra Cascarilla Carne o pepita Pacas de algodón. 24 Semilla de algodón. mucho espacio, lo que hacía incosteable su embarque en carros de ferrocarril y en barcos de alta mar. La mayoría del algodón del valle de Mexicali-San Luis siempre ha sido exportado y casi todo por alta mar y por muchos años fue enviado a los puertos en furgones de ferrocarril. Para resolver el problema de las pacas “flat” las enviaban a una planta compresora donde una enorme prensa, accionada por presión de vapor, las prensaba nuevamente reduciendo su tamaño a menos de la mitad y resultando en una paca de alta densidad, unas 32 libras por pie cúbico, que se podía exportar económicamente a los compradores foráneos, japoneses y otros. Tractor modelo 1930. Modernización: Prensas modernas y contenedores En los años cincuenta del siglo pasado se desarrollaron prensas hidráulicas suficientemente potentes para hacer pacas de densidad adecuada en las mismas plantas despepitadoras, y en pocos años las compresoras fueron eliminadas. Las pacas producidas en las nuevas prensas son más uniformes, tienen mejor apariencia, y el algodón llega a su destino en mejores condiciones. Otra importante mejora en el transporte de las pacas de algodón ha sido la introducción de contenedores. Hoy, muchas, si no la mayoría, de las pacas son puestas en esas grandes cajas metálicas en los patios de la planta despepitadora y ahí permanecen hasta que llegan a la fábrica textil después de su largo viaje por tierra y por mar. En estos contenedores, generalmente de 12.20 m de largo (40 pies), caben 80 o más pacas. Esos dos cambios: prensas de alta densidad en las despepitadoras y embarque de las pacas en contenedores han reducido los costos de manejo y han ayudado a hacer más competitiva la fibra de algodón en el mercado mundial de fibras naturales y sintéticas. Molinos de aceite Cuando sale de la despepitadora, la semilla del algodón está todavía cubierta con miles de fibras muy cortas nombradas borra, que se adhieren igual que las fibras largas a la cáscara de una alargada semilla negra, como de un centímetro de largo y medio centímetro de diámetro. Adentro de esta negra y delgada cáscara hay una almendra o carne con alto contenido de aceite vegetal y de proteína. Los procesos y la maquinaria del molino de aceite fueron diseñados para aprovechar esas fracciones de la semilla y Tractor modelo 1970. Tractor modelo 2000. 25 Parcela cubierta de plantas de algodón llenas de motas. 1920. Plano del área de ubicación de las primeras despepitadoras en Mexicali. Patios de la estación del Ferrocarril Inter-California (hoy bulevar López Mateos) entre las calles Morelos y México. Al norte, la compañía Algodonera de Baja California, S.A. (Globe Hills, C.) y al sur, la Mexican Chinese Ginning Company. 26 convertirlas en los siguientes subproductos, en orden de su valor: 1. Aceite vegetal, para el consumo humano, en forma de aceite en botella, margarina o manteca vegetal. 2. Una pasta alta en proteína (generalmente entre 37 a 41 %), y con ciertas cantidades residuales de aceite y fibra. Esta pasta, sea en forma granular o en forma de polvo conocida como harinolina es, entre otros usos, un excelente alimento para ganado vacuno especialmente cuando es agregada en cantidades limitadas a otro subproducto, la cascarilla. 3. La Borra. En el molino hay unas máquinas desborradoras similares a máquinas despepitadoras pero diseñadas para quitar las fibras cortas (borra) de la semilla. Esas máquinas están instaladas de manera que la semilla pase por un grupo de ellas primero y las demás después, de ese modo produce dos tipos de borra, de primer corte y de segundo corte. Estas dos fibras están embaladas por separado en pacas similares a las de la fibra del algodón, ya que esos dos tipos de borra tienen distintos usos y mercados. 4. La cascarilla. Es necesario romper la cáscara y sacar la almendra de la semilla para procesarla y así obtener el aceite y la proteína. El uso principal de la cascarilla que queda es como forraje de ganado vacuno. Más historia Ahora que el lector tiene mayor conocimiento de lo que es el algodón podemos proceder a contar algo de su larga, vital y extraordinaria historia en el delta mexicano del Río Colorado. En 1915, Alston Kelly, en su escrito Caléxico California, el capitolio del Rey Algodón pronosticaba que ese pueblo pronto se convertiría en la ciudad más grande y económicamente la más potente del Valle Imperial. Kelly basaba sus expectativas en que la agroindustria de Caléxico continuaría procesando el algodón hueso del delta mexicano. Entre sus argumentos decía que en el mes de enero de 1915 el volumen de exportaciones e importaciones de Caléxico fue casi el doble que las del puerto de Los Ángeles, y que el volumen más grande e importante fue del algodón. Y es que esas 15 pacas de la temporada 1912-1913 habían aumentado a 3 700 en 1913-1914 y a 22 700 en 1914-1915, por lo que era fácil especular que la producción seguiría creciendo. Pero lo que Kelly no sabía o no tomó en cuenta fue que uno de sus paisanos, W.C. Allen y sus socios (Allen Goh y O’Hashi) en la empresa Globe Mills instalarían en 1916 la empresa despepitadora, bajo el nombre mexicano de Compañía Algodonera de Baja California S.A. Estaban casi en el centro del entonces pueblo de Mexicali, al norte de las vías del Ferrocarril Inter-California, entre las calles Morelos y México, es decir, en lo que hoy llamamos el Centro Histórico. Las seis despepitadoras, por lo que logramos saber, en su tiempo eran modelos modernos. En un plano de 1921 se observa que habían instalado un pequeño molino de aceite, pero en esa fecha no estaba operando y las puertas y ventanas estaban bloqueadas. En la temporada 1915-1916 en el valle de Mexicali sembraron 12 000 hectáreas y produjeron 20 251 pacas, en 1916-1917 fueron 18 000 hectáreas y 27 000 pacas y en el periodo 1917-1918 fueron 23 200 hectáreas y 32 566 pacas. En 1919 la empresa mexicana Mexican-Chinese Ginning Company fue fundada por J. B. Hoffman y F. J. West con cuatro plantas despepitadoras cada una de tamaño 5-80 y de marca Mungar-Continental. Esta empresa algodonera, conocida por muchos años como La Chinesca, fue instalada al lado sur de la vía, exactamente enfrente de la Algodonera de Baja California. En esos años, a cada lado de la vía principal había tres vías o espuelas adicionales para dar servicio a esas empresas que utilizaron la Inter-California, no solo para embarcar productos sino para transportar algodón hueso desde los campos hasta las despepitadoras. Necesitaban esas vías adicionales para poder recibir la gran cantidad de furgones que estaban llegando y para tener espacio para la carga y descarga de esos vagones. Las siete vías ocuparon los terrenos que hoy es el bulevar López Mateos entre las calles Altamirano y Bravo. En el periodo 1918-1919 sembraron 38 000 hectáreas y produjeron 50 000 pacas y en 1919-1920 fueron 40 000 hectáreas y 54 000 pacas. En abril de 1920 la Nacional Gins S.A. fue constituida y sus instalaciones estaban ubicadas en el mismo lado de la vía que la Algodonera de Baja California, pero entre las calles México y Bravo. Consistía de dos despepitadoras 5-70 marca Lummus de último modelo. En 1920 -1921 sembraron 50 000 hectáreas con resultados de 79 200 pacas. La Lower Colorado River Ginning Co. S.A. se estableció en abril de 1922, en los terrenos que actualmente ocupa el Centro Comercial La Cachanilla. Originalmente instalaron cuatro plantas despepitadoras Lummus 5-80, que tenían capacidad de producir 300 pacas en un día (Vivanco: 1924: 200). Contaba con dos espuelas desde la vía del Ferrocarril Inter-California donde podía acumular hasta 45 vagones. Tenían una instalación de succión neumática en cada 27 1920. La planta de la Compañía Mexican Chinese Ginning vista hacia el sureste. Al fondo, a la derecha, se observa la Estación de Bomberos ubicada en calles México y Ferrocarril. una de las plantas para descargar el algodón hueso que transportaban los furgones. Esta empresa fue considerada la primera agroindustria (Kerig: 2001:189) en Mexicali ya que ofrecía, aparte del servicio de despepite, financiamiento a los agricultores-arrendatarios, y apoyo en la comercialización de la fibra; pertenecía a la Colorado River Land Company (La Colorado) entonces dueña de la mayor parte del delta mexicano del Río Colorado. En la temporada 1921-1922, por primera vez el área sembrada bajó mucho: 34 000 hectáreas con una producción de 49 813 pacas. La explicación que encontramos es que el precio internacional, que llegó a superar 40 centavos en 19191920 la libra, bajó en 1920-1921 a 10.85 centavos siendo uno de los efectos posguerra de la primera Guerra Mundial. de terrenos y colonizarlos con ciudadanos mexicanos. 2. Persuadir a Chandler para construir un ferrocarril de Mexicali al golfo de California con su terminal en San Felipe. Obregón tuvo que llegar al extremo de expropiar temporalmente todas las propiedades de La Colorado en México para lograr sus objetivos, pero el 24 de noviembre de 1924, casi al terminar su presidencia, llegaron a un acuerdo, el Compromiso de la Laguna de los volcanes. Para ser breve, en ese acuerdo se suspendió la expropiación y Chandler y sus socios en La Colorado: se comprometieron a desarrollar un extenso programa para construir la infraestructura económica que, dentro de ciertos límites, tuvieron capacidad para llevar a cabo. Esto implicaba una mayor inversión de capital. Tenían que aumentar la El general Álvaro Obregón llegó a la presidencia de México el 1 de diciembre 1920, y aparentemente no tardó mucho en tomar interés en Baja California y empezó a presionar a Harry Chandler, presidente de la Colorado River Land Company. Sus objetivos fueron: 1. Obligar a La Colorado a abrir al cultivo muchas más de sus miles de hectáreas 28 extensión de tierras regadas y cultivadas, construir y mantener diques contra inundaciones, construir un ferrocarril hasta el golfo, financiar a los cultivadores de algodón, promover la industria relacionada con el algodón y, en último término, parcelar sus tierras y colonizarlas con ciudadanos mexicanos. (Kerig: 105). 1920. La Compañía Mexican Chinese Ginning vista hacia el noroeste. Al fondo, se observa el tanque elevado de agua de Caléxico. En primer plano se aprecia el cruce de la avenida Lerdo y de las calles México y Ferrocarril. Ese acuerdo cambió drástica y favorablemente el futuro del algodón y la agroindustria en el valle Mexicali-San Luis. Entre otras cosas Chandler ya había convencido al industrial Juan F. Brittingham de asociarse con La Colorado en lo que sería La Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, S.C.L. que fundaron en 1925. Brittingham había tenido mucho éxito con la empresa Cía. Industrial Jabonera de la Laguna en Gómez Palacio, Durango, y con la ayuda de sus hijos y un grupo de sus trabajadores de La Laguna se dedicaron a construir un complejo industrial, parecido, en Mexicali. Estas modernas instalaciones incluían: un molino de aceite, una refinería de aceite vegetal, una jabonería, y unas despepitadoras. Fue, por mucho, la agroindustria más grande y moderna en el área, con mayor capacidad, maquinaria más moderna y eficiente y personal competente para dirigir la empresa. Además, tenía capital adecuado para financiar a sus clientes agricultores, así como personal entrenado para ayudarles en el manejo de sus cultivos. Esta empresa pronto recibió de la gente de la calle el apodo, La Jabonera, por este nombre fue conocida por muchos años. Mientras Harry Chandler estaba negociando con el presidente Álvaro Obregón, J. T. West y socios, en agosto 1923 establecieron en Mexicali la Compañía Compresora y de Almacenaje de la Baja California, S. A, además de la gran prensa compresora esta empresa tenía amplios patios para almacenar todas las pacas de algodón que el valle estaba produciendo. Contaba con espuelas de ferrocarril y en el futuro no sería necesario mandar a Caléxico las pacas flat producidas en las despepitadoras de Mexicali para su compresión y embarque. Con esa compresora y las instalaciones de La Jabonera la agroindustria algodonera de Mexicali estaba completamente independiente de Caléxico, un gran logro económico aparte de ser más eficiente y conveniente para los agricultores y para la industria. Quizás podemos decir que aquel Rey del Algodón que mencionó Alston Kelly no solo se había mudado al sur de la línea internacional, sino que había decidido quedarse a vivir ahí. Por lo que toca al ferrocarril Mexicali al Golfo (así se llamaba al principio) La Colorado continuó la construcción. El gobierno federal y el gobierno estatal habían iniciado esa obra y La Colorado rembolsó todo lo que habían gastado y compró 29 los materiales que tenían en existencia. Una vez en marcha decidieron cambiar el destino al área del abandonado Puerto Isabel que estaba en el lado sonorense de la desembocadura del Río Colorado y el gobierno aceptó ese cambio. Puerto Isabel había sido un puerto rústico donde llegaban barcos de alta mar, generalmente procedían de San Francisco y de San Diego, California, más los puertos mexicanos de Guaymas, Mazatlán y quizás otros. Esos barcos anclaban en frente del Puerto Isabel y su carga era transbordada a barcos del río que llevaban esos materiales hasta Yuma, Arizona y a pueblos y minas río arriba. Entre 1855 y 1877 había mucha actividad de pequeños barcos de vapor en el río, pero, cuando llegó el ferrocarril de Los Ángeles, California a Yuma en ese último año, fue más rápido, conveniente y económico usar el tren y, en poco tiempo el movimiento de barcos casi terminó y Puerto Isabel fue abandonado. Parece que el motivo principal de seleccionar ese lugar fue porque el agua del golfo en ese lado de la embocadura era más hondo y la marea se retiraba menos de la costa que en San Felipe. Quizás otro motivo fue que la vía, como fue reproyectada y construida, cruzaba el valle en diagonal pasando por muchos terrenos vírgenes y muy apropiados para la agricultura. En un par de años La Colorado entregó ese proyecto de ferrocarril a la Southern Pacific, dueña de la Inter-California, y pronto el nombre de esa nueva vía fue cambiado a Inter-California Sur. Con el tiempo llegó a formar la parte inicial del Ferrocarril Sonora-Baja California. Para cumplir con sus compromisos con el gobierno federal, de abrir sus terrenos al cultivo y colonización, Chandler trató con el ingeniero Josef Chester Allison, persona que tenía mucha experiencia en agricultura e irrigación en el Valle Imperial. Allison se encargó de abrir grandes extensiones de terrenos en varias áreas del valle de Mexicali. Construyó canales principales y laterales, incluyendo el Delta 1 y el Delta 2. A medida que avanzaba la nueva vía, dando acceso a nuevas tierras, áreas adicionales fueron desmontadas y sembradas. En 1928 el gerente del nuevo ferrocarril informó a Chandler que en la parte terminada estaban operando tres trenes por semana y que 785 furgones, cada uno cargado con unas 14 toneladas de algodón hueso, habían sido conducidos a las despepitadoras en Mexicali. La mayoría de ese algodón venía de 8 000 hectáreas rentadas por Allison, y lo demás de unas 2 500 hectáreas de otros rentistas. Esperaban mover un total de 1 200 furgones de ese producto en la temporada de pisca. 30 Las estadísticas, hectáreas-pacas, en esos años fueron: Año Hectáreas Pacas 1921-1922 34 000 49 813 1922-1923 54 000 58 000 1923-1924 60 000 86 478 1924-1925 54 800 70 667 1925-1926 60 000 80 071 1926-1927 52 000 86 285 1927-1928 44 000 44 611 1928-1929 64 000 80 098 1929-1930 58 800 75 056 Podemos deducir que Harry Chandler estaba en camino de cumplir con sus compromisos; en 1928 las instalaciones de La Jabonera ya estaban operando bien, Allison estaba haciendo canales y abriendo terrenos por todas partes, el ferrocarril había avanzado hasta el lado sonorense del Río Colorado y había pasado por la difícil área pantanosa entre estación Delta y el lecho del río. Pronto llegaría a Fuente Brotantes (Médanos) donde terminaba el primer contrato con el gobierno. Un segundo contrato cubría el tramo corto, rumbo al sur, para llegar cerca de Puerto Isabel, donde planearon la construcción del nuevo Puerto Otis. Chandler no había cumplido con su promesa de colonizar los terrenos con mexicanos; la mayoría de las tierras cultivadas estaban todavía en manos de rentistas. En relación con las otras algodoneras mencionadas no encontramos información de esos años, pero, aparentemente, todas estaban operando normalmente. Aunque todavía había una nube negra en el horizonte que frenaría todas las actividades y paralizaría el crecimiento del delta por unos años. Ese desastre, conocido como “Martes Negro”, inició el 29 de octubre de 1929 con el colapso de la Bolsa de Wall Street que precipitaba la gran depresión mundial, y todo se vino abajo. Bilbiografía Kelly, Allen. Caléxico California, “King Cotton’s Capital, 1915. Kerig, Dorothy P. 2001. El valle de Mexicali y la Colorado River Land Company 1902-1946, Colección Baja California, Nuestra historia, UABC, Mexicali. Rodriquez, Abelardo, Memoria Administrativa del Gobierno del Distrito Norte de la Baja California 1924-1927. Romer, Margaret, M. A. A History of Calexico. Historical Society of Southern California, 1922. Vivanco, Aurelio. 1924. Baja California al día. Historia del algodón en el delta del Río Colorado entre 1930 y 1970 Los peores y los mejores años para esa cosecha Jimmy Griffin* D espués del inicio de aquella desastrosa depresión económica, del 29 de octubre 1929, la economía mundial fue gravemente afectada y la del valle de Mexicali-San Luis tuvo consecuencias serias. Entre los efectos casi inmediatos y muy evidentes fue la suspensión de la construcción del Ferrocarril InterCalifornia Sur cuando la vía llegó a Fuentes Brotantes (después conocido como Médanos) en la orilla del desierto sonorense, unos kilómetros al este del kilometro 57, estación Coahuila. Esa decisión fue tomada por la Colorado River Land Company, mejor conocida como La Colorado, dueña todavía de casi todos los terrenos cultivables en el delta mexicano, y la empresa ferrocarrilera Southern Pacific, encargada de esa obra. Además, la intención de prolongar la vía hacia el sur hasta el sitio del abandonado Puerto Isabel y de construir un nuevo puerto en el golfo de California nunca fue realizada. Desde 1925, Harry Chandler, presidente de La Colorado, había contado con el ingeniero Chester Allison, quien por medio de compañías mexicanas que él organizaba, había hecho extensas obras de construcción de canales y había abierto al cultivo grandes extensiones de terrenos que rentaba de la Colorado. Otras personas y empresas hacían lo mismo en menor escala, de manera que en la temporada 1928-1929 se sembraron un total de 64 000 hectáreas y se produjeron 80 098 pacas de algodón con un rendimiento de 1.3 pacas por hectárea; y en 1929-1930, con 58 800 hectáreas sembradas se produjeron 75 056 pacas con el mismo rendimiento. Aparte del algodón hubo producción de otras cosechas como alfalfa y trigo en menor escala. Con la crisis, Chester Allison entró en quiebra y todas sus obras de construcción fueron suspendidas, y es de suponer que la mayoría de las otras empresas del ramo sufrieron daños o quebraron. En el periodo 1929-1930, el precio del algodón en el mercado internacional había variado entre 19.55 y 12.45 centavos de dólar por libra; en 1930-1931 bajó a 13.15 máximo y 8.25 mínimo, y peor aun en 1931-1932; lo más alto cotizado fue 8.15 centavos y lo más bajo 5.00 centavos de dólar por libra. Esa temporada sembraron solo 27 600 hectáreas con una producción de 26 250 y rendimiento de 0.9 pacas por hectárea. Posiblemente por ese bajo rendimiento algunos abandonaron parte del algodón en el campo para evitar los gastos de pisca y de transporte.1 Para la mayoría de los agricultores era incosteable sembrar algodón a esos precios y el área sembrada en 1932-1933 bajó a 10 300 hectáreas con una producción de 14 014 pacas rendimiento de 1.3 pacas por hectárea. El valle de Mexicali no había tenido una producción más baja desde 1913-1914, su segundo año de producción, cuando fue solo 3 700 pacas. Incluso en su tercer año se produjeron 22 700 pacas. Esta temporada fue desastrosa para los productores de algodón. El resultado de esa situación se tornó en mucho desempleo en el campo, en la industria y en la ciudad. Agricultores que rentaban terrenos ya no podían hacerlo, y para complicar aún más la situación había muchos mexicanos, algunos con * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C. 1 Nos han contado que la mayoría de los chinos y japoneses que estaban trabajando en terrenos rentados, los abandonaron, dejando su equipo y maquinaria en los campos. 31 sus familias, regresando de Estados Unidos donde, por falta de empleo, estaban siendo expulsados. La Colorado no había cumplido con su compromiso de colonizar con mexicanos sus terrenos a medida que esos estaban en condiciones de ser cultivados y habían continuado rentándolos, en su mayoría, a extranjeros: chinos, japones, hindúes y otros. Se presionaba mucho al gobierno para que remediara esa situación. El censo de 1930 indicaba que 75 % de la población de 30 000 personas era mexicana (Kerig: 2001: 248). Sin duda la situación en Mexicali y el valle era explosiva. Había también un problema internacional importante y más difícil de resolver, ligado con los terrenos del delta mexicano. Para contemplarlo regresaremos al escenario histórico del delta en los dos lados de la frontera y los miedos y desconfianzas que las aguas del Río Colorado habían generado entre esos vecinos desde 1901. Primero veremos los del norte que iniciaron los problemas al querer regar lo que sería el Valle Imperial. En 1900, debido a las grandes dunas de arena en el lado norte de la frontera no fue técnicamente posible construir un canal en territorio de Estados Unidos y la única opción fue llevar el agua por territorio mexicano. Gracias, en parte, a las inundaciones de 1905 a 1907 y del movimiento magonista en 1911, sumado al hecho de no tener el control del agua completamente en sus propias manos, los agricultores, políticos y otros en el lado estadounidense empezaron a sentirse vulnerables a cualquier movimiento que pudiera afectar el canal Álamo y los otros canales que llevaron agua al Valle Imperial; también se sentían vulnerables por los diques o bordos en territorio mexicano. Para resolver esos problemas y otros más, ellos empezaron campañas políticas para lograr la aprobación de dos grandes proyectos: El primero fue la construcción de una enorme presa en el Río Colorado, que sería conocida como la Presa Hoover, destinada a almacenar el agua excedente y así prevenir los desastrosos crecimientos y a la vez evitar los igualmente adversos periodos de escasez de agua. En 1931, con ayuda de otros estados lograron la aprobación de ese proyecto. Estaba programada su terminación para 1936. El segundo proyecto fue la construcción de un canal que llevaría el nombre All American Canal, es decir, canal Todo Americano. Ya existía maquinaria para construir un canal entre las dunas, aunque fue más difícil conseguir la aprobación para la construcción de ese canal, sí lo lograron en 1934, y estaba proyectado terminarlo en 1940. En lo que corresponde al lado mexicano, aun cuando la 32 Presa Hoover podría traer grandes beneficios para el delta mexicano, existían también grandes riesgos potenciales, y el canal Todo Americano podría ser fatal. México y Estados Unidos tenían años tratando de llegar a un acuerdo sobre la distribución de las aguas de sus ríos, binacionales, principalmente el Río Bravo y el Río Colorado. En lo que respecta al Río Colorado, desde los tiempos de Guillermo Andrade existía un acuerdo en que la mitad de las aguas que corrían por el canal Álamo estarían disponibles para terrenos mexicanos, las compuertas donde tomaban agua del Río Colorado para ese canal estaban al norte de la frontera. Una vez terminado completamente el canal Todo Americano, que incluía la presa de derivación Imperial y todas las conexiones a los canales auxiliares, el Valle Imperial quedaría independiente del Álamo. La posición de México y la del delta mexicano quedarían más débiles. Afortunadamente, había ríos mexicanos que contribuían con buen porcentaje de las aguas que utilizaban en el lado tejano del llamado Bajo Río Bravo (Lower Rio Grande) pero urgía tener un tratado internacional firmado. En Mexicali, mientras tanto, había cambios saludables a largo plazo. En 1930, Juan F. Brittingham vendió su tercera parte y otros accionistas (también de la Colorado) vendieron otra tercera parte de la Compañía Industrial Jabonera del Pacífico (La Jabonera) a Anderson, Clayton & Co., una empresa algodonera internacional con despepitadoras, molinos de aceite y otras instalaciones agroindustriales en el interior de México, así como en Brasil, Perú, Argentina y Paraguay, y que tenía interés en operaciones similares en Egipto. También contaba con oficinas o representantes en la mayoría de las ciudades del mundo y manejaba más algodón que cualquier otra empresa. En unos años, la otra tercera parte de La Jabonera que poseían Harry Chandler y socios, llegaría a pertenecer a la fundación Mary Street Jenkins una sociedad benéfica mexicana. En esos mismos años, o quizás un poco antes, no tenemos fechas firmes, La Jabonera absorbería la Compañía Compresora y Almacenaje de la Baja California y la Lower Colorado River Ginning Company. Con esas adquisiciones los terrenos de La Jabonera abarcaron unas 43 hectáreas bordeadas por la vía de la Inter-California por el sur, por la calle Compresora (ahora calle Alfonso Esquer) al este y por el dren 134 al norte y oeste. Actualmente, en esos terrenos se encuentran: El Centro del Saber Meyibó, el centro comercial La Cachanilla, terrenos vacíos, algunas casas y comercios, 1960. Vista aérea de la presa Morelos construida en 1950. El Río Colorado divide a la izquierda México y a la derecha Estados Unidos. Al fondo se observa el poblado mexicano de Los Algodones, y más al fondo el cerro Pilot Knob, en Estados Unidos. el Teatro del Estado, el parque Vicente Guerrero y el Museo Sol de Niño, con sus cines y sus otros edificios. En 1933, Estados Unidos introdujo un programa para reducir la producción del algodón pagando a los agricultores a una cantidad acordada los acres que sembrara cada quien. La teoría consistía en que si todos cooperaban, la producción total bajaría al grado que el precio internacional tendría que subir. Funcionó, hasta cierto punto, aunque países como México y otros países latinoamericanos aprovecharon y aumentaron sus siembras. Will Clayton, presidente y socio principal de Anderson, Clayton, firme creyente en el mercado libre, les ayudaba con el financiamiento de sus cosechas, consecuentemente él fue severamente criticado por sus paisanos y por el gobierno de Estados Unidos. En relación con los próximos años, no conseguimos información detallada, lo más cercano son estas cifras de áreas sembradas, pacas producidas y precios internacionales máximos y mininos. Temporada Hectáreas Pacas Pacas Ha Precio centavos/libra Máximo Mínimo 1932-33 10 300 14 017 1.3 11.75 5.70 1933-34 21 600 17 967 .8 13.25 8.15 1934-35 22 000 21 880 .9 13.95 10.65 1935-36 45 200 71 853 1.6 13.65 10.65 1936-37 55 600 61 053 1.1 15.25 11.18 1937-38 55 200 52 292 .9 11.35 7.71 Estas cifras nos indican que el precio empezó a mejorar, pero no recuperó los niveles de los años de 1920. Sin embargo, tanto agricultores como casas financieras como La Jabonera se arriesgaron a invertir en el algodón y las hectáreas sembradas se acercaron al total anterior. En abril de 1936, Zar Williams y su socio Alfredo Santaella compraron la Mexican Chinese Ginning Company, mejor conocida como La Chinesca. Más adelante Alfredo Santaella pasaría su parte a Rodrigo Valle, quien con la 33 1956. Foto aérea hacia el sur de la Compañía Jabonera del Pacífico. En primer plano, la segunda sección de Mexicali, luego el Dren 134, límite norte de La Jabonera, y al fondo, la carretera Mexicali-San Luis, límite sur de la empresa. Al este estaba limitada por la calle de la Compresora. La empresa cerró en 1973. Hoy sobre ese terreno de sureste a noroeste se encuentran: el Parque Vicente Guerrero, el Fraccionamiento Caliss, un terreno baldío, el centro comercial La Cachanilla y un terreno baldío. familia Williams manejarían esa empresa algodonera hasta su cierre en los años de 1970. Las presiones para entregar las tierras de la Colorado a agricultores mexicanos continuaron en el valle y en la ciudad de Mexicali, hasta que llegó el día 27 de enero 1937, cuando un gran grupo de agricultores invadió y tomó posesión de terrenos de la Colorado, acto que es conocido y festejado oficialmente como El “Asalto a las Tierras”. El gobierno estatal arrestó a los líderes y mandó a algunos de ellos a las islas Marías, pero pronto fueron absueltos. Esa acción abrió la puerta para que el presidente Lázaro Cárdenas tomara de una vez la planeada decisión de establecer ejidos en los terrenos de la Colorado. Actuó con rapidez, eficiencia y legalidad. Tomaron solo terrenos que estaban cultivados y rentados, los de propiedad privada no fueron afectados. Según me han contado testigos, aproximadamente 80% de los rentistas desalojados fueron mexicanos y muchos de ellos entraron en una huelga que fue llamada “La huelga de los sentados” ya que se concentraron enfrente del Palacio del Gobierno del estado (ahora rectoría de la UABC) donde estuvieron por tres semanas de abril de1937. Solicitaron terrenos como colonos o pequeños propietarios. Al fin, el presidente Cárdenas 34 vio la justicia de sus peticiones y el resultado fue la creación de las colonias Venustiano Carranza, Baja California y CoahuilaNuevo León; terrenos vírgenes, sin limpiar, sin canales ni sistemas de bombeo, sujetos a inundaciones, y tuvieron que pagar por ellos; pero esos verdaderos agricultores los aceptaron y se pusieron a trabajar. Lograron financiamiento por medio del Banco Nacional de Crédito Agrícola, de La Jabonera y otras algodoneras. Así, en algunos años, 20 000 hectáreas aproximadamente de la producción fueron agregadas al total. La temporada 1938-39 fue la primera en que los nuevos ejidatarios cultivaron sus parcelas, las siembras totales en el valle fueron 37 600 hectáreas de algodón con una producción de 33 817 pacas y rendimiento de 0.8 pacas por hectárea. Los precios fueron bajos con un máximo de 10.02 y mínimo 7.88 centavos de dólar por libra. En el periodo 1939-1940 las siembras aumentaron ligeramente a 40 400 hectáreas y la producción a 39 520 con un rendimiento de 0.9 pacas por hectárea. Los precios mejoraron a 11.66 máximo y 8.82 mínimo. Según nos han contado, un buen porcentaje de los nuevos ejidatarios no tenía experiencia en el cultivo del algodón irrigado y menos en tener que trabajar en verano en las condiciones extremas del campo del delta del río. Buen porcentaje de ellos abandonaron sus parcelas. Otros optaron por sembrar trigo, pero su segundo o tercer año con ese cultivo les fue muy mal por la temible enfermedad chahuiscle que acabó con la cosecha y tuvieron que regresar al algodón. Una nueva ola de migrantes llegó a ocupar las parcelas abandonadas. La segunda Guerra Mundial empezó en Europa a finales de 1939 y con rapidez se extendió a toda la región, incluyendo Rusia. En el Oriente, Japón había estado en guerra con China desde 1937 y el 7 de diciembre de 1941 atacó la base naval de Estados Unidos de Pearl Harbor, en Hawai. Con ese ataque Estados Unidos entró en el conflicto que no terminaría hasta septiembre 1945. Es de suponerse que durante la guerra las exportaciones de algodón a Europa y al Oriente prácticamente terminaron, pero, aparentemente, la demanda en Estados Unidos, y quizás en México aumentó porque, como se puede apreciar en las siguientes cifras, las hectáreas sembradas aumentaron y los precios llegaron a un nivel aceptable. Temporada Hectáreas Pacas Pacas Ha Precio centavos/libra Máximo Mínimo 39-40 40-41 41-42 42-43 43-44 40 400 48 800 71 600 82 158 89 458 39 520 60 028 100 900 77 150 96 901 0.9 1.2 1.4 0.9 1.2 11.66 17.91 21.39 22.24 22.81 8.82 9.68 16.35 19.12 19.80 44-45 45-46 87 904 64 219 91 514 55 037 1.0 0.9 23.59 36.47 21.76 22.80 En septiembre de 1945, cuando finalizó la guerra, habían ocurrido muchos cambios que beneficiaron el delta mexicano del Río Colorado. En 1944 México y Estados Unidos habían firmado un acuerdo para la disposición de las aguas internacionales, y sobre la construcción de la Presa Morelos (entró en operación en 1950) cerca de Algodones para controlar la distribución de las aguas mexicanas. Las ansias de los años anteriores fueron calmadas. La presa Hoover fue terminada en 1936 y ya tenía agua almacenada; esto permitía un mejor control de la aguas del Colorado y se disminuían los problemas de inundaciones y, en consecuencia, los efectos dañinos de los años de sequía. El canal Todo Americano ya conducía toda el agua al Valle Imperial desde la nueva presa Imperial, construida en el Río Colorado unos kilómetros al norte de Yuma. El control del agua para el delta mexicano ya estaba en manos del Distrito de Riego del Río Colorado. Las aguas del Colorado ya venían con menos sedimento o azolve, aunque lluvias intensas río abajo del Hoover o en el río Gila siempre podrían aumentar mucho ese contenido. A medida que se construyeran más presas en el Colorado ese problema disminuiría. La agroindustria algodonera y la economía de la región de Mexicali-San Luis estaban por entrar en lo que se conoce como la época del oro blanco, o los años dorados. Empezando con los precios internacionales, había condiciones favorables ya que estos se mantuvieron bastante estables desde la terminación de la guerra hasta mediados de los años de 1960. Para 1945, tanto los colonos como los ejidatarios tenían sus tierras mejoradas y contaban con experiencia en el cultivo de algodón regado. Además, la mayoría había logrado establecerse como merecedores de crédito con las algodoneras y los bancos oficiales que les ofrecieron refacción agrícola. La agroindustria estaba creciendo rápidamente. Para 1953, las siguientes empresas proporcionaron a los agricultores servicio de refacción y de despepite. Cabe mencionar que ya para entonces, las despepitadoras que estaban en lo que es el Centro Histórico ya no existían. Las que estaban ubicadas más cerca del centro de la ciudad fueron las doce plantas de La Jabonera, localizadas donde está la Plaza Cachanilla. Al otro lado de la vía del ferrocarril Inter-California y enfrente de donde está el Teatro de Estado, estaba la Chinesca con dos despepitadoras. Enfrente de la estatua El Caballito estaba la despepitadora de la empresa Hohenberg. En el lugar donde actualmente está una funeraria Gayoso y otros edificios, estaban las instalaciones del Banco Ejidal; despepitadora y un pequeño molino de aceite. En buena parte de los terrenos que hoy ocupa el Centro Cívico y Comercial estaban el grupo de empresas, Algodonera del Valle, Compresora del Valle, Aceitera del Valle, Aerotécnica del Valle y otras del Ing. Eugenio Elorduy. La Algodonera del Valle contaba con cuatro plantas despepitadoras. La Algodonera de Baja California, con ese nombre que pertenecía antes al Globe Mills, ya estaba en manos de Héctor Sada y de Arturo Flores. Contaba con dos plantas despepitadoras y se localizaba al sur del actual bulevar Lázaro Cárdenas en los terrenos donde hoy se encuentra la tienda Wal-Mart, Sam’s Club y el restaurante Vips. 35 Las cifras de producción en aquellos años son las siguientes: Temporada Hectáreas Pacas Pacas Precio Ha centavos/libra Máximo Mínimo 46-47 68 518 70 381 1.0 40.18 28.70 47-48 67 755 99 236 1.5 38.65 30.55 48-49 78 414 105 447 1.2 33.37 30.69 49-50 105 000 158 397 1.5 39.05 29.48 50-51 132 800 244 664 1.8 45.25 36.21 51-52 168 000 261 958 1.6 43.43 34.10 52-53 168 000 337 269 1.9 40.76 31.71 53-54 174 067 339 115 1.9 34.59 32.39 54-55 193 223 434 075 2.2 34.90 33.10 55-56 195 026 420 381 2.0 35.65 32.20 56-57 165 000 334 783 1.8 34.08 32.93 57-58 184 678 402 328 2.2 34.98 33.18 58-59 191 000 470 324 2.5 34.86 32.75 59-60 142 243 349 027 2.5 32.47 31.38 60-61 138 609 432 074 3.1 32.91 30.09 61-62 135 155 433 533 3.2 34.18 32.94 62-63 131 435 485 367 3.7 34.16 32.95 63-64 129 034 497 841 3.9 33.42 31.76 64-65 133 277 503 226 3.8 31.71 30.27 65-66 128 286 530 756 4.1 30.27 29.41 66-67 134 482 542 279 4.0 22.65 21.32 67-68 128 720 344 943 2.7 27.13 22.64 68-69 87 279 333 985 3.8 25.11 21.87 69-70 75 419 202 245 2.7 23.01 21.39 70-71 57 971 158 668 2.7 25.45 22.54 Por el camino a San Luis, ahora bulevar López Mateos, y antes de llegar al monumento Sánchez Taboada y el entronque de las carreteras San Luis y San Felipe, se encontraba, al lado derecho, la Despepitadora Popular, propiedad de Travis Calvin y José (Pepe) Dávila. Esa empresa contaba con dos despepitadoras. Posterior al monumento a Sánchez Taboada, al lado izquierdo de la carretera a San Luis, estaban las instalaciones del Algodonera Escandón, y la Aceitera Escandón. Esa empresa contaba con dos despepitadoras. Más adelante, entre las carreteras a San Luis y San Felipe, se localizaban las dos plantas de la Despepitadora del Pacífico (filial de La Jabonera). Sus grandes patios, todos los terrenos que ocupa actualmente el parque industrial Marán, y más, eran para almacenar pacas de algodón. Por la carretera a San Felipe, bordeando con los terrenos de la Despepitadora del Pacífico, estaba la Despepitadora McFadden. Regresando por el camino a San Luis se encontraba la despepitadora Productora Agrícola que pertenecía a la firma internacional Esteve Hermanos, un 36 poco antes de llegar a Palaco (González Ortega), donde actualmente está el parque industrial Las Californias. En San Luis Río Colorado, que entonces era un pueblo de una sola calle pavimentada, estaba la Cía. Algodonera de San Luis, filial de La Jabonera, con dos plantas viejas y una casi nueva. Había otra planta, Industrias Unidas del Colorado, también propiedad de Esteve Hermanos. Como se puede apreciar, con excepción de las cuatro despepitadoras en San Luis Río Colorado, todas las plantas relacionadas con el algodón estaban localizadas dentro o muy cerca a la ciudad de Mexicali. Todavía por unos dos o tres años, llegaba algo de algodón a la Jabonera en furgones de ferrocarril, pero fue mínimamente y casi el total de la cosecha tenía que ser transportada en camiones de plataforma desde los campos agrícolas hasta las despepitadoras. El bulevar López Mateos era un camino de dos carriles angostos, lo que provocaba que el tráfico fuera intenso y lento. Por aquí entraban los camiones sobrecargados de algodón hueso, descubiertos, y los lados del camino quedaban blancos por el algodón que caía en ellos. Cada despepitadora expedía mucho polvo y se acumulaba basura en los patios, una contaminación terrible, que entonces era considerada como cosa normal. En los patios de La Jabonera, la congestión de camiones que esperaban su turno para ingresar era crítica, no había dónde acomodarlos. También era preocupante el peligro de incendio que representaba ese congestionamiento. La contaminación al aire, de las doce plantas juntas era inaceptable. Para resolver esos y otros problemas se decidió construir despepitadoras nuevas en el valle y eliminar, gradualmente, las existentes. Se consideraba que así se podría reducir el costo de transporte, estar más cerca de los clientes, los agricultores; y, por supuesto, aliviar los problemas mencionados. Lo anterior, al principio trajo otros problemas, pero con el tiempo otras empresas también optaron por instalarse en el valle. Ahora, 2012, la despepitadora más cerca a Mexicali está a unos 30 kilómetros de distancia de la ciudad. En La Jabonera empezamos en 1955 con la construcción de dos plantas en Km. 43, hoy ciudad Victoria, dos en Cuervos (ahora ciudad Morelos) y una en San Luis, fuera de la ciudad sobre la mesa arenosa. En 1957 se construyeron dos plantas en el ejido Janitzio, y en 1964 otra en la colonia Silva, en el centro del valle. Ese mismo año se creó otra planta en Cuervos y una más en San Luis. En 1966 se instaló la última despepitadora de La Jabonera en la colonia Coahuila entre San Luis y Riito, Sonora. La Despepitadora Popular instaló una planta nueva en Tecolotes (hoy poblado Benito Juárez) que La Jabonera compró en 1964 o 1965. Mientras tanto, varias compañías nuevas entraron al negocio, con la construcción de más plantas en el mismo corredor mencionado. Entre ellas estaban Algodoneros Unidos, Algodones Universales (filial de Kempner Cotton Co.) y Despepitadora Oro Blanco. En 1960, McFadden edificó una planta nueva en los mismos terrenos donde tenía la otra planta. La última planta construida cerca de Mexicali fue AGINSA (Pioneros), en 1966-1967 localizada sobre la carretera a San Luis en el lado sureste de Palaco. En 1958, Empresas Longoria (ELSA), una compañía mexicana con despepitadoras en todas las otras zonas algodoneras del país, decidió entrar a Mexicali. En Palaco construyeron un molino de aceite grande y moderno, y cuatro despepitadoras. Después crearon plantas en el valle, en San Luis en 1962, en Paredones y el ejido Tabasco en 1963 y en el ejido Veracruz en 1966. Las despepitadoras y el molino de aceite de Ernesto Escandón fueron adquiridas por Algodonera Internacional y Aceitera Nacional, empresas organizadas por Carlos Chale Moreno, Octavio Terrazas y Leo Schatka. Este grupo construyó varias despepitadoras modernas en el valle; dos en el ejido Hermosillo en 1957, una al sur de San Luis en la colonia Moctezuma en 1958 y otra en la colonia Silva en 1965. Estas cifras ofrecen un campo amplio para investigación y especulación ya que aun en esa época de precios relativamente estables hubo muchas variaciones en hectáreas sembradas, rendimiento por hectárea, etcétera. Irónicamente, el año en que llegó al máximo la producción y rendimiento por hectárea cultivada, el precio internacional bajó severamente. Esos veinticinco años, 1945 a 1970, fueron en algunos aspectos, revolucionarios y de mucho progreso. Había, en general, mucho entusiasmo y mucha cooperación entre gobiernos, empresas, y agricultores, a saber, programas como la rehabilitación del valle, el revestimiento de canales con concreto y otros grandes trabajos del Distrito de Riego. Con cooperación oficial y privada había perforación de pozos de riego y construcción de una red de caminos vecinales. La Comisión Federal de Electricidad (la CFE) logró la electrificación del valle. Poblados como Cuervos, Victoria y San Luis crecieron mucho. Problemas de plagas como los del gusano rosado y de la mosca blanca y de la alta salinidad del agua se lograron solucionar con la cooperación de todos. Ejidatarios y colonos que habían llegado a esta región sin nada, ya llevaban una vida mejor y más segura, lograron educar a sus hijos, y muchos de esos herederos ya son profesionistas de esta sociedad. Las nuevas despepitadoras eran de mayor capacidad y más eficientes con prensas que hacían innecesarias las compresoras. El embarque de pacas por el puerto de Ensenada, iniciado en esos años, beneficiaba a buena parte del estado. Mejores métodos de cultivo, fertilizantes, variedades de semilla superiores; la nivelación de terrenos para riegos más efectivos y eficientes, todos contribuyeron a aumentar la productividad del campo y cada hectárea sembrada producía más de dos veces de algodón que antes. La época del “oro blanco” ya llegaba a su fin. Pero ¿por qué? Ese bajón en el precio era un factor detonante, había otras causas. Los costos en el campo cada vez eran mayores. Los insecticidas y su aplicación, los fertilizantes, el costo y mantenimiento de tractores y equipo hacían difícil la vida del agricultor. Algunos, si no muchos de los agricultores, quedaron debiendo a las compañías que les prestaban y les fue más problemático conseguir financiamiento para la siguiente temporada. Las algodoneras, por su parte, no podían seguir operando si no lograban suficiente volumen para cubrir sus costos. En el caso específico de La Jabonera hubo otros factores, pero la decisión ya estaba tomada desde arriba, de cerrar cuando la empresa dejara de tener ganancias. Algodonera del Valle ya había dejado de operar y algunas otras empresas no tardaron en cerrar sus puertas. Pero hubo valientes sobrevivientes, y el algodón con muchas altas y bajas sigue siendo una cosecha importante en el delta mexicano del Río Colorado, pero esa es otra larga historia, que otros tendrán que contar. Bibliografía Herrera Carrillo, Pablo. 2002. Reconquista y colonización del valle de Mexicali y otras escritos paralelos. Colección Baja California: Nuestra Historia, UABC, B. C. Kerig, Dorothy P. 2001. El valle de Mexicali y la Colorado River Land Company 1902-1946, Colección Baja California: Nuestra Historia, UABC, Mexicali, B. C. Sánchez Ramírez, Óscar y Sánchez López, Eduardo. 2009. Valle de Mexicali: El agua y sus hombres, UABC, Mexicali, B. C. Grijalva, Aidé y Griffin, James. 2008. Aquellos Años del Algodón, UABC, Mexicali, B. C. 37 Cuando no había universidad Rubén Castro Bojórquez* A la memoria de Daniel Gutiérrez Carrera 1939-2012 E ntre los años de 1950 a 1970 la ciudad de Mexicali sufrió un éxodo impresionante de jóvenes que emigraban a las poblaciones del centro del país, principalmente a las ciudades de México, D. F., Guadalajara, Jalisco, Monterrey, Nuevo León, Hermosillo, Sonora y Ciudad Juárez, Chihuahua, para estudiar una profesión que les permitiera un futuro prometedor; las carreras preferidas eran: medicina, abogado, agrónomo, ingeniero civil, arquitecto, contador e ingeniero electricista, entre otras. La emigración se había iniciado formalmente desde los primeros años de la década de 1930 cuando jóvenes nativos que culminaban la enseñanza secundaria1 optaban por trasladarse a la Ciudad de México, a cursar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la carrera de su elección. Durante las décadas de 1930, 1940 y 1950 no era nada fácil realizar la aventura para el adolescente de 15 y 16 años de trasladarse a 3 000 km de distancia que separaban a Mexicali de la capital del país. Pero, además, existía un aislamiento completo de esta región con el macizo continental. No existía ningún tipo de comunicación. La travesía desde los orígenes de nuestra ciudad al centro del país se realizaba por ferrocarril a través de Estados Unidos: de Mexicali a Yuma en el Ferrocarril Inter-California,2 luego de Yuma, Arizona, a Nogales, Sonora en el ferrocarril Sud Pacífico y en esa ciudad se abordaba el Ferrocarril del Pacífico que realizaba la travesía de Nogales a México, D.F. El viaje duraba, en el mejor de los casos, seis días. En el año de 1948, cuando se pone en servicio el Ferrocarril Sonora-Baja California, se pudo evitar viajar a través de Estados Unidos, ya que este se abordaba en Mexicali y cubría la ruta hasta Benjamín Hill, ahí se trasbordaba al Ferrocarril del Pacífico hasta la Ciudad de México. El tiempo se redujo a cuatro días de viaje. Otra opción era trasbordar en Benjamín Hill a un autobús de pasajeros, de este poblado hasta Guadalajara o a la Ciudad de México. En 1961, cuando se concluyó la carretera Mexicali-San Luis Río Colorado, Sonoita, Caborca hasta Santa Ana, fue mucho más cómodo viajar a la Ciudad de México en autobús,3 pues el traslado era directo: Mexicali-México. Pero no solo el viaje o traslado a las ciudades del centro del país era el único problema que enfrentaban los jóvenes; otro era la edad. Al egresar de secundaria, a los 15 y 16 años, era un verdadero riesgo que sus padres los dejaran en absoluta libertad para trasladarse a ciudades tan grandes y desconocidas como México y Guadalajara. Además, en esos años, la mayoría de las familias tenían que realizar un gran esfuerzo económico para sostener durante siete años a sus hijos en otra ciudad. Pero con todo y las dificultades que se presentaban cientos de jóvenes se prepararon con muchos sacrificios en universidades del centro del país. Al culminar sus carreras la mayoría de ellos retornaron a su ciudad de origen. En el año de 1953, al convertirse en estado el territorio de Baja California, se dieron cambios importantes: en 1956 egresó la primera generación de bachilleres formados en * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. 1 La Escuela Secundaria Agrícola, posteriormente denominada Secundaria Federal Núm. 18, se creó en 1933. Hoy es la Escuela Secundaria 18 de Marzo, ubicada en avenida Obregón y calle E. 2 Esta ruta de Mexicali-Yuma del Ferrocarril Inter California se inauguró en 1909. 3 Las líneas de autotransportes eran tres: Transportes Norte de Sonora, Transportes del Pacífico y Autotransportes Tres Estrellas de Oro. 38 la Preparatoria del Estado, creada en septiembre de 1954, misma que en septiembre de 1958 empezara a funcionar como Preparatoria de la Universidad Autónoma de Baja California, creada en febrero de 1957. La preparatoria fue la primera escuela de la universidad estatal; pero la creación de escuelas profesionales en la UABC fue lenta, debido a la falta de apoyos económicos de los gobiernos estatales. Las primeras escuelas se crearon en el siguiente orden: Pedagogía en 1960, Ciencias Sociales y Políticas en 1964, Ingeniería Topográfica en 1967. A partir de 1969 se intensificó la creación de escuelas: Arquitectura, Contabilidad, y Agronomía en 1969, Medicina 1971, Derecho 1973, Veterinaria 1974, Odontología 1975, y de ahí en adelante se aceleró el establecimiento de casi todas las carreras que hoy oferta la Universidad. Lo anterior ocasionó que el éxodo de estudiantes se redujera drásticamente a partir de 1970. A los jóvenes estudiantes en la ciudad de México la vida se les presentaba como una película mágica y maravillosa, a pesar de que la gran mayoría de ellos adolecía de recursos económicos. Se vivía en casa de huéspedes donde se hacinaban hasta seis personas en cada habitación, y las comidas no eran del todo generosas. Muchos de estos jóvenes vivieron en la casa del estudiante de Baja California. La vida se desarrollaba en una actividad central que comprendían los estudios, casi siempre intensos, difíciles y agotadores, en las escuelas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UANM) y en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) a donde los estudiantes se trasladaban en autobús, tranvías o trolebuses, a veces era necesario abordar dos o tres camiones para llegar a su destino. Pero no todo era estudio, también estaban el deporte, el cine y el teatro, los museos, las excursiones, la lectura de libros y revistas, los bailes y las novias. Domingos y días festivos eran para divertirse. La casi totalidad de jóvenes que vivieron su vida de estudiantes en el Distrito Federal conocieron todo el país. La Ciudad de México era y es el centro de la república y sus comunicaciones con sus alrededores eran excelentes. Adicional a este vivir en la gran ciudad, se tenía el gran atractivo de que cada periodo vacacional se regresase a su ciudad de origen a gozar de la familia y de los amigos de la infancia y de la adolescencia que no habían tenido el privilegio de estudiar una profesión. En la mayoría de los casos solo se regresaba en las vacaciones grandes, diciembre 1959. Daniel Gutiérrez Carrera posa frente a uno de los autobuses “Tres Estrellas de Oro”, durante un descanso en el trayecto MexicaliMéxico que durante siete años realizara en su vida de estudiante. Le acompaña el suscrito. 1959. Unidad Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional donde Daniel estudió la carrera de ingeniero arquitecto de 1959 a 1962, en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura. 1956. Edificio de la Escuela Vocacional de Ingeniería y Arquitectura ubicada en el Casco de Santo Tomás; en esta escuela Daniel estudió el Bachillerato en 1956-1957. 39 1955. Grupo “B” de la Escuela Secundaria Federal número 18 donde Daniel cursó sus estudios. En el centro, el profesor Francisco Muñoz Franco. En esta foto vemos a algunos condiscípulos de Daniel. De izquierda a derecha: Carlos Cali Mijares, Francisco Gutiérrez Espinoza, Horacio Nancen, Fernando Valenzuela, Enrique Galván, Francisco Velazco, Manuel Chivis Eguía, Francisco Wells, Pedro Vidal, José Rosales, Héctor y Waldo Hernández, entre otros. y enero de cada año, pero también hubo quien aprovechaba las vacaciones de mayo y de septiembre. Como mencioné, miles de jóvenes emigraron a las ciudades mencionadas del centro del país durante los años de 1950 a 1970; afortunadamente, la gran mayoría regresó a su ciudad natal para felicidad de sus familias y de la sociedad a la cual han servido profesionalmente. Daniel Gutiérrez Carrera Un ejemplo muy representativo de todos esos jóvenes nativos de la ciudad y del valle de Mexicali, que emigraron al centro del país a formarse profesionalmente y regresaron a trabajar, formar una familia y contribuir por muchos años al desarrollo de su ciudad y de su estado de Baja California, lo fue el ingeniero arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera. Daniel fue uno de estos jóvenes que tomaron la decisión de dejar de lado todos los obstáculos, y a los 16 años, partir a la Ciudad de México, dejar su tierra natal y forjarse un futuro. Por eso hoy me interesa relatar su vida, ya que con ello reseñaré la de cientos sino es que miles de mexicalenses que se formaron profesionalmente en las universidades de las ciudades de México, D.F., Guadalajara, Jalisco, 4 Monterrey, Nuevo León, Morelia, Michoacán, y Hermosillo, Sonora, principalmente. Daniel nació el 21 de julio de 1939 en una casa ubicada en la avenida Gómez Farías y calle G de la sección segunda de Mexicali, aledaña al dren 134, que en ese año limitaba la ciudad por el sur.4 Sus padres, Alberto Gutiérrez Vega y Rafaela Carrera Fregoso, quienes había llegado de niños a esta ciudad (él en 1912 y ella en 1930), formaron una familia a partir de su matrimonio en 1935, de seis hijos, Daniel (†), Rafael, Bertha (†), Feliciano, Sonia y Alberto (†). Don Alberto laboró desde muy joven y hasta su fallecimiento en una empresa lechera del Centro, California, EUA. Daniel se forma primeramente (1944-1946) en el Jardín de Niños Federico Froebel,5 ubicado en la manzana colindante con las avenidas Obregón y Lerdo y las calles E y Julián Carrillo. A los 7 años pasa a la Escuela Primaria Benito Juárez6 ubicada en Lerdo y calle F. Adicional al edificio escolar, la escuela comprendía un pequeño campo de beisbol, una cancha de basquetbol y dos canchas de voleibol, lo que dio pie a que Daniel practicara con acierto el basquetbol y el beisbol. Este último lo jugó toda su vida en ligas oficiales en Mexicali con los equipos En 1939 la ciudad de Mexicali se extendía al norte con la línea internacional; al sur, el dren 134; al este, la colonia Nueva y al oeste las colonias Pueblo Nuevo, Loma Linda y Santa Clara. 40 1961. Edificio de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) en la Unidad Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional (IPN). 1970. Daniel en el parque de softbol Zurdo Flores, en un encuentro entre Obras Públicas y Catastro de la Liga Burócrata de Mexicali. Daniel siempre jugó la primera base y cuarto bat, tanto en softbol como en el beisbol. 5 6 Calle G, Restaurante Suizo y Secundaria Núm. 18, y durante su estancia en la Ciudad de México lo jugó en la Liga del Seguro Social. De adulto (25 a 35 años) cambió el beisbol por el softbol jugando en la Liga Burócrata e Interdependencias con el equipo Obras Públicas. Al terminar la escuela primaria ingresó a la Secundaria Federal Núm. 18 (hoy 18 de marzo) donde se destacó como buen deportista y mejor estudiante. Desde los 10 años, Daniel vendía los diarios Nuevo Mundo y ABC en forma muy eficiente, ya que le permitió ahorrar para comprarse una bicicleta que la utilizaba para realizar 100 entregas diarias de periódico: de las 5:00 a las 8:00 de la mañana. Al terminar la escuela secundaria, en septiembre de 1955, junto con otros compañeros, se inscribe en la Escuela Preparatoria del Estado, creada en 1954. De septiembre a diciembre de ese año vivió la experiencia de convivir con maestros, profesionistas, abogados, arquitectos, ingenieros civiles, físicos, químicos, agrónomos y médicos que comentaban lo importante que era estudiar una profesión. La idea de estudiar una carrera profesional se fue anidando intensamente en sus pensamientos. Un buen día del mes de diciembre de 1955 se reunió con otros cuatro compañeros: Rogelio Blanco Jester, Víctor Manuel Ruelas Candiel, Francisco José Cisneros Yáñez y el que esto escribe; y en esa reunión se tomó la decisión de trasladarse a la Ciudad de México a estudiar una carrera profesional. La amistad de este grupo de cinco jóvenes venía de tiempo atrás, de la secundaria y en el caso particular del suscrito desde el primer año de la Escuela Primaria Benito Juárez. Esa amistad perduró durante su estancia en la Ciudad de México y posteriormente en su desarrollo profesional en Mexicali. Después de convencer a sus padres de lo fácil de la odisea de irse a la capital del país a estudiar una carrera, Daniel Gutiérrez Carrera y sus cuatro amigos abordaron el Ferrocarril Sonora-Baja California rumbo al D.F., el 3 de enero de 1956. Viajando en tren y en autobús, llegan a México a casa de dos excompañeros de la Secundaria 18, Edmundo Bustos y Teodoro Vázquez Carrera, los cuales habitaban en una casa de asistencia ubicada en República de Chile núm. 14, donde Posteriormente, en 1975 se construye al norte de esta manzana la Biblioteca Pública del Estado por la avenida Obregón. En el antiguo edificio construido en 1926 y demolido por el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) ante la mirada pasiva y atónita de muchos mexicalenses. 41 1956. Daniel, durante su primer año en la Ciudad de México (1956-1962). En la foto en Teotihuacan. De izquierda a derecha: Víctor Manuel Ruelas, Daniel, Rogelio Blanco, Rubén Castro, Teodoro Vázquez y Alfonso Aguilar. 1962. 17 de agosto. El día de la graduación de Daniel en el Palacio de Bellas Artes. De izquierda a derecha: Alfonso Uraga, Vicente Medina, Alfonso Rodríguez, Daniel Gutiérrez Carrera, Sergio Santarriaga, Rubén Castro, Sergio Delgadillo y Roberto Bautista. 42 les dieron posada por tres o cuatro días, mientras encontraban lugar en otra casa de asistencia. A los días se cambiaron a República del Salvador núm. 92. Durante los siete años que vivieron en México cuatro de ellos permanecieron unidos, ya que Francisco José Cisneros Yáñez se cambió, el primer año, a la ciudad de Monterrey a estudiar ingeniero electricista en el Tecnológico de Monterrey.7 En varias ocasiones tuvieron que mudarse de casa de huéspedes, pero siempre juntos; vivieron por ejemplo en las colonias Nueva Santa María y Lindavista. Daniel cursó su bachillerato (1956-1958) en la Escuela Vocacional de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional y su carrera profesional de ingeniero arquitecto en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA 1959-1962) del mismo IPN. Destacó como estudiante a tal grado que por sus altas calificaciones fungió como Consejero Técnico de la Escuela. El 17 de agosto de 1962 en una ceremonia de graduación celebrada en el Teatro de Bellas Artes recibió su constancia de terminación de carrera. Posteriormente, en agosto de 1964, presentó su examen profesional junto con sus compañeros, Víctor Manuel Ruelas Cardiel y Rubén Castro Bojórquez, con el proyecto del primer plan regulador de Mexicali y particularmente con el proyecto de una central de bomberos de Mexicali. Al término de sus estudios profesionales regresó a su ciudad natal, Mexicali, donde de inmediato se incorporó a laborar en el gobierno del estado de Baja California donde permaneció por más de quince años, de 1962 a 1978, desempeñando los puestos de jefe de Departamento en la Dirección de Catastro (1962-1965), subdirector de Obras Públicas del Estado (1965-1971), director de Planeación y Arquitectura de la Secretaria de Asentamientos Humanos y Obras Públicas del Estado (SAHOPE) 1971-1977. En esos productivos dieciséis años, coordinó y elaboró proyectos urbanísticos y arquitectónicos para todo el estado y sus ciudades: Mexicali, Tijuana, Ensenada y Tecate. Destacan entre cientos de proyectos: Los planes reguladores de Mexicali, Tijuana y Ensenada, edificios de gobierno en 1964. 12 de agosto. Daniel festejando su aprobación con mención honorífica de su examen profesional. En la foto, de izquierda a derecha: Daniel, Rubén Castro, Víctor Manuel Ruelas y otros compañeros de carrera. 7 Francisco José Cisneros Yáñez retornó a Mexicali al término de su carrera y laboró en la Comisión Federal de Electricidad hasta su jubilación, hace algunos años. Con frecuencia lo saludamos en las reuniones de la generación 1952-1955 de la Escuela Secundaria Federal núm. 18. 43 1970. Daniel y el grupo Tektum de arquitectos ganadores del concurso del proyecto de la Unidad Mexicali de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) recibiendo el reconocimiento correspondiente. De izquierda a derecha: licenciado Alfonso Rangel Guerra, secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el rector licenciado Rafael Soto Gil (no se ve en la foto), doctor en arquitectura Rodolfo Chávez Carrillo, director del Consejo para la Planeación de la Educación Superior para América Latina (CONESCAL), frente a ellos arquitectos Roberto Gómez, Daniel, Carlos Topete y Fernando Uro. 1976. Primer examen profesional presentado por un grupo de alumnos fundadores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). En la foto: de izquierda a derecha: Leodegario Bravo, arquitecto Andrés Blanco, Arquitecto Roberto Gómez, arquitecto Rubén Castro (director), Alejandro Vea, Eduardo Basurto, Delia Chan, Reyes Spíndola, arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera, arquitecto Leopoldo Carrillo y arquitecto Carlos García. 44 Mexicali y Tijuana; desarrollo del Río Tijuana, cientos de escuelas y otros edificios de equipamiento de las ciudades. Se puede decir con toda certeza que Daniel Gutiérrez Carrera coordinó por doce años, en los gobiernos del ingeniero Raúl Sánchez Díaz (1965-1971) y licenciado Milton Castellanos (1971-1977), toda la obra arquitectónica pública que desarrolló el gobierno del estado. Esos años él fue el arquitecto de Baja California. En 1977 cambió su residencia a Tijuana, donde lo nombran presidente de la Junta Federal de Mejoras de Tijuana, la cual durante su presidencia se convirtió en Promotora del Desarrollo Urbano de Tijuana, Sociedad Anónima (PRODUTSA) de la cual fue su primer director en el año de 1979. Ese mismo año fue relevado de ese cargo y decidió conservar su residencia en Tijuana e instalar su despacho profesional independiente, que le permitió proyectar y construir cientos de edificios en Tijuana y en Mexicali. De este periodo destacan los edificios de: la Biblioteca y de Vicerrectoría en la Unidad Universitaria Tijuana de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Desde joven, Daniel Gutiérrez Carrera destacó con un liderazgo innato que lo llevó a participar en un buen número de organizaciones, primero como estudiante y posteriormente como profesionista. Durante su estancia en la Ciudad de México, en infinidad de ocasiones lideró tanto a grupos de estudios, como a equipos deportivos. Su amabilidad y carisma atraía a muchos de sus compañeros de carrera. En Mexicali, a partir de 1965, en el mismo inicio de gobierno del ingeniero Raúl Sánchez Díaz, lideró a ingenieros y arquitectos que se iniciaban tanto en el desarrollo profesional dentro de las dependencias de gobierno, como en el ejercicio libre de la profesión y su gremio. De 1965 a 1977, como subdirector de Obras Públicas (hoy subsecretario) y como director de Planeación y Arquitectura (hoy subsecretaría) del gobierno estatal, le correspondió ser el arquitecto de más alto rango en el desarrollo físico de Baja California. Invitó a colaborar con él a compañeros de escuelas y otros profesionistas destacados. Dentro de muchos de ellos destacan: ingeniero Rogelio Blanco Jester, arquitecto Roberto Gómez Delgado, arquitecto Rubén Castro Bojórquez, ingeniero Héctor Maytorena Peralta, ingeniero Carlos Cisneros, arquitecto Carlos Topete († ingeniero José Isabel Álvarez, arquitecto David Sánchez Ramírez, entre otros. 1970. Reunión de trabajo con el gobernador del estado. De izquierda a derecha: ingeniero Mario Amaya Brando, director de Obras Públicas, arquitecto Carlos Topete, arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera, subdirector de Obras Públicas, de espaldas, Gustavo Ángeles, jefe de prensa del estado, arquitecto Roberto Gómez y el gobernador ingeniero Raúl Sánchez Díaz. 45 1975. De izquierda a derecha: Daniel, director de Planeación y Arquitectura del Estado con el ingeniero José Antonio Sánchez Hernández, secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas del Estado e ingeniero Rogelio Banco Jester, director de Obras Públicas del Estado. 1978. Daniel exponiendo el proyecto del Río Tijuana ante el ingeniero Rodolfo Félix Valdez, secretario de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal. En la foto, de izquierda a derecha: arquitecto Enrique Luna, arquitecto Daniel Gutiérrez Carrera, arquitecto Rubén Castro Bojórquez, persona no identificada, licenciado Xicoténcalt Leyva Mortera, presidente municipal de Tijuana (1977-1980) ingeniero Rodolfo Félix Valdez, arquitecto Roberto Díaz, secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas del Estado, ingeniero Daniel Gutiérrez Cibrián. 46 2011. Reunión de amigos: de izquierda a derecha, de pie: Goyo Vidal y su esposa Minerva, Florentino Pereira y su esposa Estrella, Elsa de Castro, Maru de Pimienta, sentados: Martha y Daniel, Rubén Castro y Chema Pimienta. 1978. De izquierda a derecha: Armando Valenzuela, Daniel, arquitecto Fernando Sepúlveda Amor, e ingeniero Agustín López Medina. 47 En el ejercicio profesional formó en 1979 el grupo de trabajo TEKTUM que formuló y ganó el concurso de proyecto para la primera Unidad Universitaria de la UABC, arquitectos Roberto Gómez, Teodoro Vázquez, David Sánchez, Fernando Uro, Carlos Topete y él. Creó también el despacho de arquitectos con sus socios: David Sánchez Ramírez y Marco Aurelio Sandoval que proyectaron y construyeron entre muchos otros edificios, el Centro Bol Stic ubicado en Reforma y Justo Sierra. Entre otras actividades que desarrolló, fungió como maestro fundador de la Escuela de Arquitectura de la UABC (1969); fue fundador del Colegio de Arquitectos (1970); participó en las ligas de softbol Burócrata (1966-1971), de profesionistas (1972-1976). De igual manera formó parte de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, Delegación Baja California (1970-1977) del Club Social Activo 20-30 (1967-1971). El 21 de abril de 1963 Daniel Gutiérrez contrajo matrimonio con la señorita Martha Topete con la cual formó una bella familia de dos hijos Daniel y Jorge Alberto, que les 19 0. Daniel Gutiérrez Carrera. dieron cinco nietos. Daniel y Martha cumplieron 49 años de matrimonio en abril de 2012. 2000. Daniel y don Roberto de amadrid, exgobernador del estado en un torneo de golf en el Club Campestre de Tijuana. 48 Daniel falleció el 2 de julio de 2012 a 19 días de cumplir 73 años. Reitero que él representa a aquellos jóvenes adolescentes que por más de 40 años (1930-1970) tuvieron que emigrar al centro del país porque aquí en su ciudad, no había universidad y cuando la hubo no ofertaba las profesiones de preferencia de ellos. Resulta paradójico, al paso de los años, Daniel Gutiérrez Carrera se convirtió, ya como profesionista, en fundador de la Universidad Autónoma de Baja California. A su partida Daniel dejó una herencia familiar, de honradez y trabajo, un sinfín de amigos que lo recordaremos con cariño y nostalgia, una obra profesional en la que marcó su huella de arquitecto: planificó ciudades, proyectó y construyó edificios, formó nuevos arquitectos en su paso como maestro de la Facultad de Arquitectura de la UABC, formó parte de una sociedad para la cual contribuyó a ser mejor, para la cual trabajó durante sus últimos cincuenta años. Daniel cumplió. Adiós Daniel. Te vamos a extrañar. Una foto. Una historia R. C. B.* 2012. Toma de protesta de la mesa directiva de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali, A.C.” para el periodo 2012-2013, toma protesta. De izquierda a derecha: profesora Yolanda Sánchez Ogás, doctor Miguel Esteban Valenzuela Robles, cirujano dentista Austreberto Silva Olivares, Marco Antonio Buruel Beltrán y arquitecto Rubén Castro Bojórquez. Foto de Enrique Pérez Rul. E l pasado mes de abril de 2012 tomaron protesta los nuevos directivos de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali, A.C.” para la gestión del periodo 2012 a 2013: presidente Marco Antonio Buruel Beltrán, vicepresidente Miguel Esteban Valenzuela Robles, secretario Austreberto Silva Olivares y tesorero Julio Carlos Pérez Solorio. Les tomó la protesta la maestra Yolanda Sánchez Ogás, presidenta honoraria vitalicia de la Sociedad y como testigo de honor fungió el arquitecto Rubén Castro Bojórquez director de la revista El Río que edita la misma sociedad. La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C., surgió como resultado de la inquietud de los participantes en el diplomado Cien años de historia de Mexicali y su valle, por continuar aprendiendo sobre la historia local y divulgarla entre los mexicalenses. Dicho diplomado se realizó del 18 de septiembre al 18 de diciembre de 2003, ofrecido a la comunidad en general por la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) local y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), con motivo de la celebración del centenario de la ciudad. Al finalizar el curso, la profesora de historia y cronista del valle de Mexicali, Yolanda Sánchez Ogás –quien fue la * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. encargada de la coordinación del diplomado, por parte de Canaco–, propuso a los participantes que conformaran una sociedad de historia para continuar trabajando de manera independiente. La propuesta fue aceptada, y así, el 18 de diciembre de 2003, bajo la coordinación de la misma instructora, acordaron crear la nueva agrupación. La nueva agrupación se integró el 7 de enero de 2004, con la participación de todos los egresados del diplomado. En las primeras reuniones se adoptó el nombre: Sociedad de Historia Centenario de Mexicali (SHCM). Y desde el inicio de los trabajos los integrantes acordaron por unanimidad nombrar presidenta honoraria vitalicia a la profesora Sánchez Ogás. Desde el principio, la SHCM recibió todo el respaldo del Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU) de la UABC consistente en un local para sesionar y apoyos varios. Han ocupado la presidencia de la SHCM: Héctor Robles Fernández, Beatriz Limón Gutiérrez, Yolanda Sánchez Ogás, Benjamín Rentería Camino, Rubén Castro Bojórquez, Sergio Noriega Verdugo y, en la actualidad, Marco Antonio Buruel. 3 100 años del cultivo de algodón en Mexicali R. C. B.* E l cultivo del algodón en el valle de Mexicali se inició en el año de 1912. Se sembraron 12 hectáreas y se levantó una cosecha de aproximadamente 15 pacas de algodón. Ese fue el inicio del despegue económico de la región, que años después se conocería como el valle agrícola más importante de México por el llamado oro blanco. Miles de agricultores y sus familias han contribuido en estos cien años a su cultivo, que tuvo su mejor época entre 1950 y 1965. Esta temporada 2012-2013, se sembraron 32 mil hectáreas, se espera una producción de 198 mil pacas con una derrama económica de 100 millones de dólares. El algodón de este año se cultivó con semillas resistentes a las plagas y una muy alta calidad de las fibras. El pasado 7 de septiembre de 2012, el gobernador del estado recibió en donación la Paca núm. 00001 Dimas Trejo Álvarez, 50 años produciendo algodón. * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. Paca número 00001 del ciclo algodonero 2012-2013 que fue cultivada en el Valle de Mexicali por el agricultor Vicente Oropeza Plascencia. del ciclo algodonero 2012-2013; a su vez él entregó reconocimientos a pioneros agricultores del valle de Mexicali. Fueron reconocidos: Dimas Trejo Álvarez, Rodolfo Fierro Márquez, Abel Gaspar Sánchez, Eduardo Manuel Martínez Lara, Jorge Zazueta Osuna y otros muchos más. Ellos representan a muchas familias que por cien años han cultivado algodón en el valle de Mexicali. Deseo destacar como ejemplo de una familia de agricultores a Dimas Trejo Álvarez hijo de don Lino Trejo Razo, pionero agricultor de la colonia Zacatecas, que llegó a estas tierras a prepararlas para el cultivo algodonero en el año de 1936. Don Lino Trejo abrió y preparó los lotes 40, 41 y 53 de la colonia Zacatecas en el sur del valle. Anteriormente, sembró en las Pozas de Arvizu. Don Lino fue un incansable dirigente en varias organizaciones en que participó: Sociedad de Usuarios del canal Zacatecas, Cooperativa Ignacio Zaragoza, cooperativa Miguel Hidalgo, Unión Agrícola Regional y otras. Su hijo Dimas se inició en las labores del campo cuando don Lino Trejo enfermó y luego falleció. Dimas Trejo es miembro de la generación 1953-1956 de la Secundaria Federal núm. 18; se trasladó a la Ciudad de México a estudiar una carrera profesional, pero tuvo que abandonar sus estudios para encargarse del rancho de la familia, mismo que ha puesto a producir algodón en los últimos 50 años. Contrajo matrimonio con la profesora Ofelia Castillo, egresada de la generación 1952-1955 de la Secundaria Núm. 18.