ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2010;134(4):156–157 www.elsevier.es/medicinaclinica Editorial Bloqueadores beta en insuficiencia cardı́aca: ¿si son tan buenos, por que no se usan? Betablockers in heart failure. If they are so good, why aren’t they being used? Manuel Martı́nez-Selles Servicio de Cardiologı́a, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid, España ‘‘De lo que tengo miedo es de tu miedo’’. William Shakespeare Los bloqueadores beta han demostrado un efecto beneficioso en los pacientes con insuficiencia cardı́aca (IC) y, en aque llos con disfunción sistólica, producen una importante disminución de la mortalidad, por lo que se recomienda que se usen lo antes posible en estos enfermos1. En el estudio COPERNICUS (Carvedilol Prospective Randomized Cumulative Survival) el bloqueador beta se podı́a iniciar durante el ingreso, lo que posiblemente contribuyó al beneficio precoz en muerte y en rehospitalizaciones a las 2 semanas2. Recientemente se han publicado 3 estudios en los que se iniciaron bloqueadores beta durante la estancia hospitalaria, con baja intolerancia: del 10% en el IMPACT-HF (Initiation Management Predischarge: Process for Assessment of Carvedilol Therapy for Heart Failure)3, del 7% en el OPTIMIZE-HF (Organized Program to Initiate Life-Saving Treatments in Patients Hospitalizad with Heart Failure)4 y del 6% en el estudio de Tarantini5. En el registro CHULAPA (Carvedilol in Hospital: Up-titration Limits after Acute Patients Admission), al analizar a 372 pacientes ingresados por IC sistólica, se confirmó la seguridad tanto del inicio hospitalario, con intolerancia del 6%, como del ajuste de la dosis ra pido6. Sin embargo, los bloqueadores beta continúan siendo infrautilizados, tanto en número de pacientes tratados, que no llega a la mitad7, como en el número de dosis utilizadas, ya que sólo de un 3 a un 18% recibe la dosis objetivo8–10. Este último aspecto no es irrelevante, dado que las mejorı́as de la fracción de eyección del ventrı́culo izquierdo y de la supervivencia son dependientes de la dosis11. Para acabar de pintar este negro panorama, hay que señalar que mientras parece que las tasas de uso se esta n incrementando en EE. UU.12, no sucede lo mismo en Europa13. Los datos anteriores parecen incompatibles, ya que muestran lo siguiente: a) estos fa rmacos son claramente beneficiosos; b) son muy seguros, incluso durante una descompensación que motiva ingreso hospitalario, y c) pese a ello, sólo los reciben una minorı́a de los pacientes. La respuesta a esta discrepancia radica en el temor a los efectos secundarios de los bloqueadores beta. Es cierto que la lista de efectos adversos es larga, pero tambie n es cierto que la de contraindicaciones absolutas es corta (asma, bradicardia e hipotensión sintoma tica). Kotlyar et al14 observaron que la Correo electrónico: mmselles@secardiologia.es tolerabilidad del tratamiento con bloqueadores beta en pacientes con IC y enfermedad pulmonar obstructiva crónica fue buena. La bradicardia extrema y el bloqueo auriculoventricular son raros cuando se usan los bloqueadores beta en IC15, y estos fa rmacos no empeoran la claudicación intermitente16. Los efectos centrales, como la depresión, son infrecuentes, en particular con los agentes lipofı́licos, y aunque pueden enmascarar alguno de los sı́ntomas de la hipoglucemia, su beneficio en pacientes diabe ticos con IC supera este posible riesgo1. Por último, su relación con la disfunción ere ctil no esta clara17. Los datos del estudio BETANIC, presentados por Yebra-Yebra et al18, vienen a aportar ma s datos de la seguridad del uso de bloqueadores beta en pacientes con IC. Estos autores centran su estudio en 119 pacientes mayores de 70 años con IC a los que se trató con bloqueadores beta, con intolerancia del 8% a los 6 meses. El hecho de realizar el estudio en ancianos le da ma s valor, ya que estos pacientes reciben con menos frecuencia el tratamiento recomendado por las guı́as de pra ctica clı́nica y, en concreto, reciben menos bloqueadores beta que los ma s jóvenes19,20. Por otro lado, la edad media que describen estos autores (79 años) no dista mucho de la que se encuentra en el registro HOLA (Heart Failure: Observation of Local Admissions) de pacientes no seleccionados ingresados por IC (75 años)21. De hecho, la IC es un sı́ndrome eminentemente geria trico, ya que ma s del 95% de las mujeres y ma s del 92% de los varones ingresados por IC tienen una edad superior o igual a 65 años22, con lo que se puede asumir que el perfil de pacientes incluidos en el estudio BETANIC se corresponde bastante bien con el de un gran número de pacientes con IC. Lamentablemente, los autores no aclaran en que porcentaje de sus pacientes se inició el bloqueador beta durante un ingreso hospitalario y en que porcentaje se inició de forma ambulatoria, cuestión importante, ya que las connotaciones de iniciar el tratamiento en un ambiente hospitalario ma s controlado pero con un paciente ma s inestable son distintas a las de hacerlo en un paciente con IC crónica en la consulta. Tampoco se utilizaron unos criterios comunes a la hora de realizar el diagnóstico de IC, lo que, si lo unimos a la ausencia de marcadores bioquı́micos, como el pe ptido natriure tico cerebral (BNP) o el pro-BNP, genera la incertidumbre de la seguridad del diagnóstico. En cualquier caso, el mensaje que dan los autores es claro y esta fundamentado tanto por sus datos como por los datos de la 0025-7753/$ - see front matter & 2009 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.medcli.2009.07.022 ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. M. Martı́nez-Selle s / Med Clin (Barc). 2010;134(4):156–157 bibliografı́a previamente publicada. El autor de esta editorial comparte plenamente el mensaje y la opinión de los autores de que hay que implementar estrategias que permitan luchar contra esta infrautilización. No existen razones cientı́ficas para la escasa utilización de bloqueadores beta en la IC. Se tiene que conseguir erradicar el miedo a usar estos fa rmacos, un miedo que esta costando muchas vidas. Bibliografı́a 1. López-Sendón J, Swedberg K, McMurray J, Tamargo J, Maggioni AP, Dargie H, et al. Task Force on Beta-Blockers of the European Society of Cardiology. Expert consensus document on beta-adrenergic receptor blockers. Eur Heart J. 2004;25:1341–62. 2. Krum H, Roecker EB, Mohacsi P, Rouleau JL, Tendera M, Coats AJ, et al. Effects of initiating carvedilol in patients with severe chronic heart failure: Results from the COPERNICUS study. JAMA. 2003;289:712–18. 3. Gattis WA, O’Connor CM, Gallup DS. Predischarge initiation of carvedilol in patients hospitalized for decompensated heart failure: Results of the initiation management predischarge: Process for assessment of carvedilol therapy in heart failure (IMPACT-HF) trial. J Am Coll Cardiol. 2004;43:1534–41. 4. 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