Cambio climático y ozono 6 Cambio climático Como vimos en el capítulo anterior las actividades humanas generan residuos que se liberan al ambiente. Entre ellos, están los que van a la atmósfera y deterioran la calidad del aire que respiramos, pero también existen otros que son responsables de problemas como el cambio climático y el adelgazamiento de la capa de ozono. A continuación te presentamos en que consisten estos dos fenómenos. ¿Qué es el cambio climático? El cambio climático hasta hace pocos años era un problema que sólo llamaba la atención de los científicos. No obstante, en la actualidad, es muy común que encontremos en periódicos, revistas y medios electrónicos, noticias o comentarios que mencionan que los glaciares están disminuyendo su extensión, los huracanes son cada vez más intensos, que las temporadas de lluvias son cada vez más irregulares, y que los veranos son cada vez más calientes, atribuyéndole la responsabilidad de estos hechos al llamado cambio climático global. Con todas esas noticias circulando, seguramente te preguntarás ¿Qué es el cambio climático? Los expertos lo han definido como todo cambio en el clima a través del tiempo resultado de la variabilidad natural o de las actividades humanas. Estos cambios pueden presentarse tanto en la intensidad y distribución de las lluvias a lo largo del año como en la temperatura tanto en tierra firme como en el mar, entre otros. Efecto invernadero Para poder comprender cómo ocurre y qué causa el cambio climático es necesario entender otro fenómeno conocido como “efecto invernadero”, el cual es parcialmente responsable de la temperatura actual de la Tierra –el otro gran factor es el Sol y nuestra distancia a él-. Si has tenido la oportunidad de visitar un invernadero, te habrás dado cuenta que dentro de él la temperatura es más alta que en el exterior. Esto se debe principalmente a que los vidrios de su estructura dejan pasar la energía que proviene de la radiación del sol pero no la dejan escapar fácilmente. Se produce entonces un efecto de calentamiento que permite temperaturas relativamente mayores a las que se observarían fuera de él. En el caso de la Tierra, el efecto de los vidrios lo realiza la atmósfera, que deja pasar gran cantidad de la energía solar que llega y la absorbe, mientras que otra se vuelve a emitir de regreso al espacio por la tierra firme, los mares y los océanos (Figura 6.1). De entre los gases que componen la atmósfera –nitrógeno y oxígeno principalmente- los que tienen mayor impacto en la temperatura son los llamados gases de efecto invernadero, conocidos como GEI; que son el bióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), ozono (O3), e incluso el vapor de agua. Estos gases dejan pasar la radiación solar casi sin obstáculo, pero 156 absorben y re-emiten la radiación infrarroja –es decir, el calor- que emiten la superficie de la Tierra, los mares y los océanos. Como resultado final, la superficie del planeta se calienta, debido a este “efecto invernadero”. Sin este fenómeno la temperatura de la Tierra sería en promedio 33°C más fría y muy probablemente la vida no se hubiese desarrollado o sería muy distinta a como la conocemos hoy día. Con esto podemos entender por qué un incremento de la concentración de los GEI puede alterar el flujo natural de energía, ya que a mayor cantidad de GEI presentes en la atmósfera, mayor es la cantidad de calor que se absorbe y la superficie del planeta alcanza una mayor temperatura. ¿Cómo contribuye México a las emisiones globales de gases de efecto invernadero? Cuando escuchamos hablar de problemas ambientales, frecuentemente pensamos que son problemas que otros generan y, por lo tanto, que no está en nuestras manos la solución. Al parecer esto también ocurre con la emisión de los gases de efecto invernadero responsables del cambio climático. Es común que no asociemos las emisiones de gases de efecto invernadero con nuestras actividades diarias o los procesos que ocurren a nuestro alrededor. La generación de electricidad, el consumo de combustibles fósiles como la gasolina y el diesel, la producción del cemento para la construcción de nuestras casas y lugares de trabajo, así como la producción de los alimentos que consumimos y de otros tantos bienes y servicios que necesitamos día a día generan una gran cantidad de gases de efecto invernadero. Esto quiere decir que también somos parte del problema. Efecto invernadero 6.1 1 Parte de la radiación solar atraviesa la atmósfera y otra se refleja al espacio. Sin el efecto invernadero la temperatura de la Tierra sería en promedio 33°C más fría. ión c a di r Ra sola 4 Los gases de efecto invernadero absorben parte del calor emitido e incrementan la temperatura de la atmósfera 2 La energía que llega a la superficie de la Tierra es convertida en calor, es decir, radiación infrarroja. 3 Una parte de ese calor se absorbe y otra se vuelve a emitir. 157 Veamos ahora cuáles son las principales actividades que en México emiten como residuos los gases de efecto invernadero. El sector relacionado con la energía, que comprende principalmente el consumo de combustibles fósiles -que empleamos en nuestros autos y otros transportes- y la generación de energía eléctrica, es el principal emisor de GEI, con alrededor de 70% de las emisiones. Otros procesos industriales, como la producción del cemento, vidrio, acero, papel, alimentos y bebidas, entre otros, emiten también una cantidad importante de GEI a la atmósfera. Su contribución a las emisiones totales del país representó en el año 2002 alrededor de 9%. Por su parte, las actividades agropecuarias de las que obtenemos los granos, frutas y carnes generan dos gases: el metano (CH4, que suma más de 8% de las emisiones de estas actividades) y el óxido nitroso (N2O). Estos gases se derivan de la fermentación en el sistema digestivo del ganado, o directamente del estiércol y su manejo, así como de cultivos y del suelo, ya que los microorganismos presentes en él 158 Desechos 6.2 Energía Procesos Industriales Agricultura 600 500 400 2002 2000 1998 1996 1994 200 1992 300 1990 En México, de acuerdo con el Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, se emitieron poco más de 553 millones de toneladas de GEI en el año 2002 (Figura 6.2). Para tener una idea de lo que significa esa cantidad, el peso de los GEI emitidos equivale a unas 5 mil 500 veces el concreto empleado en la construcción del Estadio Azteca. El panorama resulta más preocupante si le agregamos que nuestras emisiones se han incrementado en los últimos años; la emisión del 2002 fue 30% mayor que la estimada para 1990. Emisión nacional de gases de efecto invernadero Emisión (millones de toneladas)* Sin duda, el bióxido de carbono (CO2) es el GEI más importante. Es el gas que se emite en mayor cantidad, posee una larga vida en la atmósfera (entre 5 y 200 años) y su concentración se ha incrementado notablemente en las últimas décadas. 100 0 * La emisión está expresada en equivalentes de CO2 propician la liberación de N2O a la atmósfera. Por último, los desechos que generamos en nuestras casas e industrias también emiten GEI (alrededor de 12% del total de GEI emitidos): las aguas residuales municipales e industriales emiten CH4 y N2O; cuando se incineran residuos peligrosos (que comprenden materiales corrosivos, reactivos, explosivos, tóxicos, inflamables o biológicoinfecciosos) también se emiten CO2 y N2O. El manejo de los residuos y el tratamiento de las aguas residuales tienen indudables beneficios, sin embargo, generan productos secundarios entre los que están los GEI. Las emisiones de GEI por desechos aumentaron 96% entre 1990 y 2002, como consecuencia del incremento en la disposición de residuos sólidos y del tratamiento de aguas residuales industriales y municipales. Todos los ecosistemas terrestres -como los bosques y selvas- participan en el flujo de carbono, ya sea liberando una parte o capturando otra. La captura de CO2 se da cuando la vegetación absorbe este gas, durante la fotosíntesis, almacenando el carbono en su biomasa, por lo que el ecosistema se convierte en un “sumidero” de carbón; sin embargo, cuando la vegetación es removida y quemada para convertir el terreno en potreros o campos de cultivo, la vegetación presente –constituida muchas veces por árboles y arbustos- se elimina por medio del fuego, con lo que una gran parte del carbono almacenado es convertido rápidamente en CO2 y liberado nuevamente a la atmósfera y es entonces cuando un bosque se convierte en una fuente de CO2. Debido a que a nivel mundial la deforestación ha crecido de manera importante, los ecosistemas terrestres representan una fuente significativa de las emisiones de este gas. Aunque las cifras aún se encuentran en revisión, el último inventario en México indica que estas fuentes emisoras de GEI -conocidas en conjunto como cambio de uso de suelo y silvicultura- aportan alrededor de 14% de las emisiones nacionales de GEI. A nivel mundial, la emisión de CO2 se ha incrementado de forma directa con el consumo de combustibles fósiles (Figura 6.3). Tan sólo en el año 2004 se emitieron alrededor de 27 mil millones de toneladas de CO2. Si observas la figura notarás que aunque todos los países somos responsables de la emisión de GEI, algunos países o regiones emiten una mayor cantidad de GEI. Emisión mundial de bióxido de carbono, 1900-1999 El área de las regiones es proporcional a su emisión histórica de CO2 derivada del consumo de combustibles fósiles. Antigua Unión Soviética 13.7% Canadá 2.3% Europa 27.7 % Medio Oriente 2.6 % Estados Unidos 30.3 % Latinoamérica 3.8 % Países industrializados Países en desarrollo 30 Emisión 25 de CO2 20 30 (miles de millones de 15 25 toneladas) 0 60 África 2.5 % China, India y Asia en desarrollo 12.2 % 70 65 75 Consumo de petróleo (millones de barriles diarios) 80 85 Japón 3.7 % Australia 1.1 % 6.3 159 Por ejemplo, en el periodo 1990-1999, poco más de 80% de las emisiones mundiales de CO2 fueron generadas tan sólo por: Estados Unidos, quien emitió 30.3% del total; Europa generó 27.7%; la entonces Unión Soviética 13.7% y la región que comprende a los países de Asia en desarrollo, China e India 12.2%. América del Sur y Centroamérica –la región a la que pertenece México-, contribuyeron con apenas 3.8% del total mundial. A través de mucho tiempo, y más intensamente a partir de la Revolución Industrial del siglo XVIII, las actividades humanas han emitido una gran cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera; ahora se dice que estos gases provocan que la temperatura de la superficie terrestre y marina se incremente, pero ¿hay evidencias de que las cada vez mayores concentraciones de GEI en la atmósfera estén generando cambios en el clima? En la siguiente sección te mostraremos dichas evidencias. ¿Existe evidencia del cambio climático? Aunque aún hoy día el cambio climático global es tema de acaloradas discusiones, un grupo importante de científicos de diferentes países, así como el grupo internacional que se ha dedicado desde hace varios años a estudiar este fenómeno –el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático: IPCC, por sus siglas en inglésplantean que existen claras evidencias de que el calentamiento que el planeta ha registrado en los últimos 50 años puede ser atribuido a los efectos de las actividades humanas. Seguramente te preguntarás ¿por qué si las actividades humanas datan de varios miles de años atrás no se había generado antes el calentamiento? Esto se debe a que no fue sino 160 hasta el inicio de la era industrial que la emisión de GEI se incrementó de manera significativa. En la Figura 6.4 notarás que la concentración atmosférica de bióxido de carbono (CO2) –que como ya lo hemos anotado es el más importante de los GEI- presenta un incremento constante en el tiempo. De hecho, en la época pre-industrial (1000-1750), cuando la población y el consumo de combustibles eran mucho menores -aún no se había inventado la máquina de vapor-, la concentración de CO2 era 35% menor a la actual. La concentración promedio de CO2 en la época preindustrial fue de 280 partes por millón, mientras que en 2004 alcanzó las 377 partes por millón. El cambio más importante en el clima que los científicos han registrado y asociado al incremento de CO2 en la atmósfera es el ascenso de la temperatura, tanto de la superficie terrestre como de la marina. Por ejemplo, si consideramos el promedio de temperatura del periodo 1951-1980 se observa que la temperatura global en los últimos diez años fue en promedio 0.46°C superior (Figura 6.4). En la misma figura también podrás ver como el ascenso de la temperatura se acompaña por el aumento en la cantidad de CO2 en la atmósfera. De acuerdo con el IPCC, once de los últimos doce años (1995-2006) se encuentran entre los doce años más calientes desde 1850 y el incremento de temperatura en el periodo 1906-2005 fue de 0.74°C. La NASA informó que, los cinco años más calurosos desde 1890, en magnitud descendente, han sido 2005, 1998, 2002, 2003 y 2004. Esto quiere decir que en más de cien años, los años más calientes los hemos vivido nosotros. El año 2005 fue el más caluroso de los últimos 100 años. 390 0.2 Concentración de CO2 -0.4 350 330 310 0 -0.2 370 -0.6 1010 290 270 1260 1510 1760 Año ¿Qué consecuencias enfrentamos por el cambio climático? Los cambios en el clima originan a su vez cambios sobre los ecosistemas. Por ejemplo, muchas plantas pueden reproducirse y crecer con éxito únicamente dentro de un rango específico de temperaturas y responder a determinadas cantidades de lluvia. Los animales también necesitan determinadas gamas de temperatura y precipitación y también dependen de la supervivencia de las especies de las que se alimentan. Como se mencionó desde el primer capítulo, todos los elementos del ambiente tienen complejas interacciones entre sí: alterar uno de ellos conlleva a cambios en los restantes elementos, algunas veces imperceptibles y otras muy evidentes. A lo largo de la historia de la Tierra han habido cambios en el clima que han ocasionado incluso la 1906 1956 Concentración de CO2 0.4 CALENTAMIENTO 0.6 Temperatura ENFRIAMIENTO Cambio en la temperatura (°C) 0.8 (partes por millón) 6.4 250 2005 extinción de especies y la aclimatación de otras. Sin embargo, cuando el cambio en el clima no ocurre gradualmente y es acelerado -por ejemplo, como el ocasionado por las actividades humanases posible que se magnifiquen, aceleren o generen nuevos impactos. De acuerdo con los registros que tenemos actualmente, ningún cambio ha sido tan rápido como el que estamos viviendo ahora y que es atribuible a causas humanas. Cada año se presenten huracanes más intensos y en mayor número y que los glaciares se esten derritiendo, puede estar relacionado con el cambio climático y en particular con el calentamiento de los océanos. También se ha sugerido la posibilidad de impactos sobre diversas especies de animales y plantas, con la posible reducción o pérdida de poblaciones y ecosistemas. A continuación te presentaremos algunos ejemplos. 161 Eventos extremos climáticas y alteraciones Aunque ha sido difícil probar una relación directa, existen eventos o “evidencias” que, como piezas de un rompecabezas, se van acomodando para ayudarnos a explicar e interpretar la relación que existe entre los cambios en el clima y sus efectos en el ambiente. Así, mientras en África se intensifican las sequías, en otras partes del mundo hay reportes de lluvias y huracanes más intensos. Durante los últimos años se han presentado huracanes que han ocasionado pérdidas humanas y materiales considerables (por ejemplo, Emily en Yucatán, Katrina en el sureste de Estados Unidos y Stan y Wilma en el sureste de México), además de afectaciones importantes a los ecosistemas naturales. Un estudio reciente muestra que en los últimos años se han registrado cada vez un mayor número de huracanes intensos, es decir, los de las categorías 4 y 5 de la escala Saffir-Simpson, los cuales se caracterizan por vientos superiores a 250 kilómetros por hora y pueden destruir tejados, inundar las plantas bajas de los edificios cercanos a la costa e incluso pueden ocasionar que la población sea evacuada (Figura 6.5). En lo que se refiere a las lluvias en el país, en las últimas décadas se aprecia una tendencia a una mayor precipitación, principalmente en los estados del norte, mientras que en los estados en los que las lluvias dependen de lo que ocurre en el Pacífico, por ejemplo Jalisco y Oaxaca, la tendencia parece ser en el sentido opuesto (Figura 6.6). Efectos en agricultura y pesquerías Es probable que recuerdes que en 1998 padecimos por largos meses de un calor abrumante. En ese año, que fue uno de los más cálidos del siglo, tanto en México como en otras regiones del planeta disminuyeron las lluvias, lo que provocó una grave sequía. En el país se perdieron más de tres millones de toneladas de maíz, además de la reducción de la producción de erizo, langosta, abulón y camarón. Podrás imaginar las consecuencias económicas y sociales que tales pérdidas produjeron en las comunidades que dependían directa e indirectamente de todos esos productos. También en 1998, como consecuencia de la sequía, se produjeron incendios en aproximadamente 400 mil hectáreas, muchas de ellas correspondientes a ecosistemas naturales, de los cuales cerca de 21% fueron bosques. Incremento del número de huracanes en el mundo 80 60 0 162 Número de huracanes categorías 4 y 5 100 ¿Cuánto ha llovido en algunas regiones de México? 6.6 Escenario futuro con cambio climático Tendencia a llover más Precipitación media mensual, 1941-2005 (milímetros) Deshielos y cambios del nivel del mar Como consecuencia del calentamiento, también se han observado cambios en regiones tan distantes como los polos. En poco menos de 30 años, se ha observado la desaparición acelerada de la capa de hielo del Ártico –cerca de 20% de su superficie, es decir, una pérdida que equivaldría a la mitad del territorio mexicano–. En el otro polo, en el continente Antártico, en el año 2002 la plataforma Larsen B se fracturó, con lo que se desprendió y deshizo una superficie de hielo de 3 240 kilómetros cuadrados (Figura 6.7). Estos deshielos no sólo han afectado al Ártico y la Antártica, sino también a las zonas frías y con hielos perpetuos que se hallan en las zonas altas de montañas y volcanes. Por ejemplo, los glaciares de los Alpes suizos perdieron un tercio de su superficie y al menos la mitad de su masa en el periodo 1850-1980. Durante el verano del año 2003 se perdió 10% de la masa del glaciar permanente. Los científicos han calculado que, para el año 2050, 75% de los glaciares de los Alpes podría desaparecer. En México también existen glaciares y se encuentran en las zonas altas del Iztaccíhuatl, Popocatépetl y Pico de Orizaba, principalmente. Aunque las reducciones en su cobertura no han sido tan grandes, sí son muy importantes; por ejemplo, los glaciares del Tendencia a llover menos Iztaccíhuatl sufrieron reducciones de hasta 40% entre 1960 y 1983. En el Pico de Orizaba y el Popocatépetl, la tendencia ha sido similar, pero en éste último la reducción ha sido acelerada aún más por la actividad volcánica que ha registrado en los últimos años. Los expertos han estimado que si se mantienen las tasas actuales de reducción de los glaciares mexicanos, es posible que desaparezcan por completo en menos de 30 años. Como resultado del deshielo de los casquetes polares y de los glaciares que desembocan en el mar, así como a la expansión térmica de los océanos –el agua se expande al calentarse– el nivel del mar se ha elevado. Durante el siglo XX se elevó a una velocidad media de 1 a 2 milímetros por año, lo que equivale a una elevación total de 10 a 20 centímetros en el siglo. Tal vez este incremento podría parecernos mínimo, pero no es así, de hecho resulta preocupante para muchos países en el mundo, ya que existen numerosas ciudades ubicadas en zonas costeras bajas e incluso muchas por debajo del nivel del mar, como es el caso de Ámsterdam, en Holanda, cuya altitud es de 4 metros por debajo del nivel del mar. Ello implica que muchos millones de personas estarían susceptibles en el futuro próximo de sufrir las consecuencias de inundaciones por la invasión del mar. 163 Deshielos: Alpes suizos, Península Antártica y Ártico Antes Después 2001 1991 6.7 Los glaciares de los Alpes suizos perdieron un tercio de la superficie y al menos la mitad de su masa. Marzo de 2002 Enero de 2002 Colapso de 3 240 km2 de la Plataforma Larsen B en la Península Antártica. 1979 Reducción del hielo en el casquete polar Ártico. 164 2003 Elevación del nivel del mar en algunas ciudades europeas Sin cambio el nivel del mar Año Bielorrusia Rusia Brest Italia Ucrania Eslovaquia Los registros actuales del cambio en el nivel del mar en algunos sitios del planeta –doscientos años de registros en Ámsterdam (Holanda), Brest (Francia) y Swinoujscie (Polonia) – confirman la elevación acelerada del nivel del mar durante el siglo XX (Figura 6.8). Un ejemplo extremo de los efectos de la elevación del nivel del mar lo puedes ver en el recuadro Tuvalu: un país que desaparece. Efectos sobre la biodiversidad Sabemos que el cambio climático tiene efectos adversos sobre muchas especies de plantas y animales, ya que los cambios en el clima pueden obligar a las especies a desplazarse hacia sitios en los que encuentren condiciones que les permitan sobrevivir. Sin embargo, existen especies que no podrán migrar, ya sea por limitaciones de 6.8 movimiento, fisiológicas o conductuales y con ello podrían desaparecer. Por ejemplo, científicos austriacos encontraron que algunas especies de plantas de zonas alpinas se han desplazado -hasta cuatro metros por década- de sus zonas originales hacia sitios más altos en las montañas o volcanes que habitan. Esto se explica en virtud del incremento de temperatura, ya que las partes bajas de las montañas y volcanes han aumentado su temperatura, y las especies alpinas –que dependen para sobrevivir de bajas temperaturas presentes en las partes altas- han migrado hacia altitudes cada vez mayores para encontrar los hábitat adecuados para sobrevivir. Esto puede conducir en muchos casos a una reducción de sus áreas de distribución poniendo a muchas de ellas, en un inminente peligro de extinción. 165 RECUADRO Tuvalu: un país que desaparece ¿Te imaginas un país preparándose para desaparecer? Aunque parezca imposible, esto ya ocurre en Tuvalu. Esta nación, localizada en el Pacífico entre Australia y Hawaii está formada por pequeñas islas. Debido al aumento del nivel del mar los habitantes de Tuvalu han experimentado la inundación de las áreas bajas. La máxima altitud en esta nación es de tan sólo cinco metros. Hace algunos años, las olas barrieron la superficie de Tepuka Savilivili, una pequeña isla situada en las inmediaciones del atolón de Funafuti, lo que provocó la destrucción de toda su vegetación. Este no es su único problema, la intrusión del agua salada del mar en su territorio ha afectado los mantos acuíferos y con ello su reservorio de agua potable. También la producción de alimentos ha sido afectada. Los isleños consumen un tubérculo llamado pulaka, pero los suelos y sus plantaciones han padecido las consecuencias por las infiltraciones de agua salada. En los últimos años, tres cuartas partes de la cosecha se han perdido, lo que ha obligado a los isleños a depender de los alimentos importados. En los últimos años se ha planteado la necesidad de evacuar a los habitantes hacia otros países, ya que el aumento del nivel del mar significa un riesgo importante para la vida y la salud de los habitantes, pues la mayoría de las casas, infraestructura y actividades comerciales se encuentran a lo largo de la costa. Desde el año 2002, Nueva Zelanda acoge a 75 personas anualmente. Sin embargo, esto es insuficiente, ya que la población es de alrededor de 11 mil personas y para ser aceptados como refugiados deben cumplir con ciertos requisitos, como hablar un mínimo de inglés, tener menos de 45 años y contar con un ofrecimiento de empleo en Nueva Zelanda. Actualmente, se está gestionando una evacuación -o mejor dicho una migración- hacia otros países, ya que no podrán volver al suyo. Ante esta situación, los habitantes de Tuvalu se preguntan si serán alguna vez compensados por la pérdida de su país. Este caso nos hace pensar en la “deuda ecológica” que los problemas ambientales generan. Es por ello la relevancia de que los países tomen medidas serias para disminuir su emisión de gases de efecto invernadero. No sólo Tuvalu sufre las consecuencias del aumento del nivel del mar: se prevé que las naciones isleñas de baja altitud en el Pacífico se inunden y que sus acuíferos sean invadidos por el agua salada. Otras naciones isleñas amenazadas incluyen a las Islas Cook y las Islas Marshall. Durante la última década, la isla Majuro (parte de las Islas Marshall) ha perdido hasta 20% de su zona de playa. Marea baja Marea alta Pingüinos Adelia, Antártica Los cambios en la temperatura también tienen efectos sobre las estrategias de alimentación de algunas especies que dependen de plataformas de hielo para cazar a sus presas. Por ejemplo, una población de pingüinos Adelia en Antártica pasó, entre 1990 y el año 2004, de una población de 320 parejas con crías a tan sólo 54 en un sitio donde la temperatura promedio se ha incrementado en casi 5.5°C en cincuenta años. La reducción tan drástica en el número de parejas parece que se ha debido al deshielo de la zona helada donde se alimentaba esta especie. Los osos polares de la bahía de Hudson, en los límites australes de América del Norte, no cubren por completo sus necesidades nutricionales, ya que el periodo en el que cazan focas anualmente se ha reducido. Lo anterior debido a que las plataformas de hielo desde las que cazan se fracturan al menos tres semanas antes de lo que habitualmente ocurría. También los arrecifes de coral han sufrido los efectos del calentamiento global por el llamado “blanqueamiento del coral” (Figura 6.9). Para entender a qué se refiere el blanqueamiento o decoloración debemos saber que un coral puede estar formado por uno o muchos diminutos Oso polar, Bahía de Hudson, Canadá 167 En 1998, 16% de los arrecifes coralinos del mundo se decoloró o murió como consecuencia del incremento de temperatura. pólipos –esos circulitos que cubren su superficiea través de los cuales se alimentan. Dentro de estos pólipos los corales dan abrigo a ciertas algas microscópicas unicelulares, de las cuales obtienen nutrimentos y a las cuales ofrecen protección y desechos que ellas utilizan como alimento –es decir, viven en una relación mutualista en la que ambas especies se benefician-. Blanqueamiento de una colonia de coral Palythoa 6.9 Ahora bien, cuando la temperatura del mar aumenta, se contamina el agua del mar o se depositan sedimentos sobre los corales, las algas se desprenden de los pólipos, lo que lleva a la pérdida de su coloración y permite observar por debajo del tejido su esqueleto blanco –construido de carbonato de calcio-. De ahí el término que se usa para designar este fenómeno. El blanqueamiento puede ser revertido y los corales pueden recuperar su estado de salud cuando el incremento de la temperatura marina ha sido ligero y si otras algas entran en asociación con el coral, pero si transcurren periodos extensos de contacto con altas temperaturas –incrementos mayores o iguales a 3°C-, contaminantes o sedimentos, los corales mueren. La pérdida de los arrecifes de coral no sólo es importante por su atractivo turístico que atrae anualmente a miles de visitantes en todo el mundo, sino porque alrededor de ellos se consolidan ecosistemas extraordinariamente diversos, rivalizando tan sólo con las selvas húmedas en tierra firme. El año de 1998 fue muy adverso para los arrecifes de coral en todo el mundo, incluidos los de México. Alrededor de 16% de los arrecifes de coral del mundo sufrieron el fenómeno de blanqueamiento o murieron como consecuencia del incremento de la temperatura. No obstante, en algunas zonas el efecto fue más severo; en el Océano Índico, por ejemplo, se decoloró 46% de los corales, mientras que en el Pacífico mexicano se registró una mortalidad de corales que fluctuó entre 18 y 70%. ¿Cuáles son los cambios pronosticados para México y el mundo como consecuencia del cambio climático? Ante los cambios actuales en el clima seguramente te preguntarás ¿cómo será el clima del futuro? ¿Cuáles serán las consecuencias de su alteración en nuestro país y en el planeta entero? También 168 los científicos a nivel mundial se han hecho estas preguntas, y han realizado investigaciones para comprender los cambios tanto climáticos como biológicos y sociales que ya enfrentamos. Asimismo, se han dado a la tarea de generar escenarios –por medio de complejos modelosque permitan prever los posibles cambios que se presentarán en el futuro. En México también se han hecho esfuerzos para generar posibles escenarios y, aunque aún están en fase de desarrollo y mejoramiento, las predicciones nacionales van muchas veces de la mano con las predicciones mundiales (Figura 6.10). 970 partes por millón (actualmente es de casi 380 y en la época preindustrial era de 280 partes por millón). Asimismo, en el último informe de evaluación se prevé que, para la última década del siglo XXI, la temperatura pueda aumentar entre 1.8 y 4°C y con ello el nivel del mar podría subir desde 18 hasta 59 centímetros. Un incremento de temperatura de esta magnitud puede acompañarse de condiciones de sequía en algunos lugares e intensas lluvias en otros. Es posible que el incremento de temperatura previsto te parezca pequeño, pero imagina tan sólo que durante la última Edad de Hielo, hace más de 11 mil 500 años, la temperatura global era solamente 5ºC menor que en la actualidad y ocasionaba que una gruesa capa de hielo cubriera la mayor parte de Europa. En el mundo A principios del 2007 la atención del mundo se dirigió al IPCC, que presentó un avance del Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. En su informe previo, el IPCC planteó que, si no se adoptan las políticas necesarias para reducir al mínimo las causas del cambio climático –principalmente la emisión de gases de efecto invernadero-, en el año 2100 la concentración global de bióxido de carbono será entre 540 y Los cambios en el clima mundial enfrentarán a los seres vivos –incluidos los seres humanos- a las consecuencias del cambio climático. Por ejemplo, es posible que cientos de especies de plantas europeas sean afectadas por el cambio en el clima y algunas de ellas se extinguirán en el futuro Aumento en el nivel del mar Salud Mortalidad relacionada al clima Enfermedades infecciosas y respiratorias Agricultura Productividad del campo Demanda de irrigación Bosques Diversidad del bosque Erosión de suelos Productividad y salud del bosque Incremento de temperatura Impactos potenciales del cambio climático Cambios en precipitación Zonas costeras Agua Abasto y calidad del agua Erosión de playas Inundación de zonas costeras Vulnerabilidad de comunidades costeras 6.10 Especies Pérdida y reducción de hábitat Extinción de especies 169 Los cambios de precipitación provocarán inundaciones en algunos sitios y sequías en otros. próximo. La frecuencia de blanqueamiento y muerte de corales aumentará, y con ello, muchas comunidades que dependen de su explotación, a través del turismo y la producción de productos pesqueros, sufrirán las consecuencias. En el caso de las tortugas –y otras especies de reptiles, como los cocodrilos y caimanes-, la proporción de sexos podría alterarse como consecuencia del incremento de temperatura, ya que en este grupo de animales la temperatura es clave para definir el sexo de las crías; bastan entre dos y tres grados de diferencia para definir si la cría es hembra o macho. Este cambio en las proporciones sexuales altera la estructura de las poblaciones, ya que la competencia por conseguir pareja se incrementa y muchos individuos pueden quedarse sin pareja para reproducirse. El volumen de plancton también puede reducirse, y debido a que se encuentra en el inicio de la 170 cadena alimentaria de todos los ecosistemas marinos, puede afectar la productividad global de los océanos, y con ello, la producción mundial de productos pesqueros para el consumo humano. La reducción prevista del hielo marino en el Ártico, a pesar de que beneficiará a la navegación –será más rápido y sencillo recorrer ciertas distancias–, perjudicará gravemente a la fauna silvestre. Además de los ejemplos ya descritos de osos polares y pingüinos, también estos cambios seguramente dañarán a focas, morsas y otros mamíferos marinos. La población humana también deberá enfrentar los cambios futuros. Por ejemplo, se ha pronosticado un aumento en las muertes y enfermedades relacionadas con el calor y una disminución de las muertes causadas por el frío invernal en algunas regiones templadas. En el año 2090, la temperatura y el nivel del mar podrían aumentar hasta 4°C y 59 centímetros, respectivamente. Los cambios fuertes de temperatura también tienen efectos en la distribución geográfica de los animales transmisores de enfermedades –llamados técnicamente “vectores”-, como son los mosquitos y las garrapatas. Algunos de ellos –como los que transmiten el dengue y el paludismo- viven en las zonas cálidas, por lo que de aumentar la temperatura global y ampliarse las zonas con climas cálidos, podrían desplazarse a latitudes que antes eran frías. Con ello se pueden expandir las zonas de transmisión del paludismo y el dengue, enfermedades que anualmente matan cerca de 1.5 millones de personas en el mundo. Todos los impactos descritos anteriormente provienen de modelos matemáticos que, aunque intentan tomar en cuenta la mayor parte de las variables que actúan sobre el clima, son incapaces de predecir con exactitud lo qué pasará en el futuro. Es decir, aunque es probable que ocurran en la forma en que lo has leído, pueden también hacerlo con otra magnitud. No obstante, se ha visto que predicciones anteriores son consistentes con los cambios observados, por lo que son confiables. Por ejemplo, el IPCC en su primer reporte de evaluación en 1990 pronosticó que la temperatura promedio global aumentaría entre 0.15 y 0.3°C por década para el periodo 1990-2005, lo cual es consistente con el valor registrado de 0.2°C para ese periodo. En México También la calidad y disponibilidad del agua, uno de los recursos más importantes para la humanidad, podrían verse afectadas por el aumento de la temperatura global. El incremento de la temperatura reduce la concentración de oxígeno disuelto en el agua, el cual es esencial para la supervivencia de los organismos acuáticos. Aunado a ello, se proyecta que el cambio climático reducirá en gran medida las reservas de agua disponibles en muchas de las zonas en las que actualmente ya es insuficiente. En el país se han realizado a la fecha diversos estudios sobre nuestra vulnerabilidad ante el cambio climático global, entre ellos destacan los de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Nacional de Ecología. Éstos indican que el clima de México será más cálido que en la actualidad, principalmente en el de por si ya caliente norte del país. Según estos modelos 96.9% del territorio nacional es susceptible en grado moderado y alto a la desertificación y disminución de lluvias como consecuencia del cambio climático. Los cambios en la intensidad y distribución de las lluvias también tendrán efectos importantes. En las zonas donde aumenten las precipitaciones, es probable que los daños por inundaciones se incrementen –los cuales pueden alcanzar miles de millones de dólares–, mientras que en las regiones donde disminuyan, se prevé un aumento en la frecuencia de sequías y en sus impactos en la agricultura y ganadería, afectando la disponibilidad, al menos temporal, de productos alimenticios en ciertas zonas del globo, muchas de las cuales ya sufren problemas de abasto de alimentos. Se prevé un incremento de la frecuencia de sequías en el norte del país, mientras que en la región sur se espera que llueva menos que lo que se registra hoy día. A pesar de que el norte del país ha presentado más lluvias en las últimas décadas (Figura 6.6), la humedad en el suelo podría disminuir, generando una sequía, como consecuencia de una mayor temperatura y evaporación. Para otras partes del país se espera, en términos generales, que las lluvias se reduzcan hasta 15% en regiones del centro y menos de 5% en la vertiente del Golfo de México, principalmente 171 entre los meses de enero y mayo. Esta situación llevará a una menor disponibilidad del agua en el país. Si observas la Figura 6.11 notarás que actualmente estamos ejerciendo una presión muy importante por la explotación del agua, principalmente en la región noroeste del país y en la cuenca del Valle de México. En este último caso, el volumen que usamos es mayor incluso que la disponibilidad del recurso, por lo que para satisfacer las necesidades de la población del Valle de México hay que llevar agua de otras regiones hidrológicas, ejerciendo con ello una explotación a distancia y en varios casos afectando a las poblaciones locales de donde se extrae el agua. Si se consideran las proyecciones de variables socioeconómicas (población, producto interno bruto, agricultura, etcétera) y los escenarios previstos de cambio climático se obtiene que la disponibilidad de agua entre los años 2020 y 2030 puede disminuir 10% respecto a lo que se tenía en el año 2000. Bajo este escenario, tanto Baja California como Sonora pasarán a una situación crítica en la presión sobre el recurso agua (Figura 6.11). Aunque no a niveles críticos, otras zonas del país también incrementarán sensiblemente su grado de presión sobre sus recursos hídricos. Hasta ahora se consideraba a los factores socioeconómicos como los más importantes para determinar la disponibilidad de agua, sin embargo, estos modelos nos dicen que el cambio climático puede ser muy importante en la determinación de la disponibilidad de agua en el país en las próximas dos décadas. Como consecuencia de la disminución en la disponibilidad del agua en el país, la producción de alimentos puede ser afectada. Es posible que la superficie con buenas condiciones para el cultivo de maíz se reduzca del actual 40% del territorio nacional a tan sólo 25%. También se prevé que como consecuencia del cambio climático, el rendimiento de los cultivos de maíz en México disminuya entre 6 y 61%. 172 La temperatura de la superficie del mar en el Caribe, Golfo de México y Pacífico mexicano podría aumentar entre 1 y 2°C a partir del año 2020. Como consecuencia, es probable que los huracanes alcancen categorías mayores en la escala Saffir-Simpson, debido principalmente a que las aguas calientes de los mares aumentan la fuerza de los huracanes y con ello la magnitud de sus daños. El ascenso del nivel medio de mar también podría afectarnos. ¿Qué pasaría en el país si se elevara el nivel del mar? Si realizáramos el ejercicio de subir el nivel del mar un metro, las costas del país que conocemos actualmente podrían cambiar y se verían como en la Figura 6.12. Te darás cuenta que, justo como han previsto los especialistas, el estado de Tabasco sería el más afectado. Sin embargo, también se inundarían distintas zonas a lo largo de la costa de la Península de Yucatán, Veracruz, Chiapas, así como la isla Cozumel. En el norte y centro del país las zonas que, de acuerdo con este ejercicio, se afectarían más son: el delta del Río Colorado, la costa este de Baja California Sur y algunas zonas de las costas de Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Nayarit. De acuerdo con el IPCC se espera que para el periodo 2090-2099 el nivel del mar haya aumentado hasta 59 centímetros, aunque para años posteriores no se descartan mayores incrementos. Es probable que con dicho aumento las zonas afectadas en México sean similares a las del ejercicio anterior. Los impactos sobre el ambiente también pueden afectar a la sociedad en distintos aspectos, entre ellos nuestra calidad de vida y salud. Un efecto directo del cambio climático en la salud humana El cambio climático puede provocar sequías en el norte del país, mientras que en el sur podría llover menos. Grado de presión sobre el agua 6.11 Situación crítica Muy fuerte Fuerte Media-fuerte Moderada Escasa Escenario actual Escenario futuro con cambio climático 173 Si ocurriera un aumento del nivel del mar de 1 metro, las áreas en rojo podrían inundarse. 6.12 es el de los llamados “golpes de calor” –situación en la que el cuerpo es incapaz de perder el calor excedente cuando una persona está bajo el sol-, los cuales tienen mayor impacto en un sector de la población – niños y personas mayores de 65 años-. Los estados con mayor mortalidad por esta causa están en el norte del país, siendo principalmente Sonora y Baja California. Los registros de mortalidad entre los años 1979 y 2003 indican que, en 1998 -uno de los años más calurosos de las últimas décadas-, se incrementaron las muertes por esta causa. El Instituto Nacional de Ecología indica que se ha encontrado una relación directa entre el incremento en la temperatura ambiental y el número de casos de dengue. El número de casos de dengue en el país se ha incrementado desde 1995, siendo los estados de Chiapas, Colima, Guerrero, Nuevo León, Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz los más susceptibles a registrar casos de esta enfermedad. Pero no sólo a través de los cambios en los patrones de enfermedades y calidad de vida se 174 afectará la sociedad mexicana por el cambio climático. Como ya lo mencionamos para el caso mundial, los ecosistemas nacionales también están en peligro, y con ello muchos de los bienes y servicios ambientales que nos proveen. Se ha calculado que 50% de la cubierta vegetal nacional puede sufrir alteraciones, entre las que destacan su desaparición –en algunos casos definitiva- de ciertas zonas y la colonización de otras nuevas. Los tipos de vegetación más afectados –por la posible reducción de sus superficies actuales-, serían los bosques de coníferas y encinos, seguidos del matorral xerófilo, el bosque mesófilo de montaña, la vegetación acuática y subacuática y el pastizal. En contraste, se prevé que los tipos de vegetación que podrían aumentar su superficie respecto a la actual, debido al cambio de condiciones climáticas, son el bosque tropical perennifolio, el bosque tropical caducifolio y subcaducifolio y el bosque espinoso. Como te imaginarás, al ocurrir cambios en la vegetación se generan cambios en la distribución de las especies que habitan esos ecosistemas. La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), desarrolló un modelo para determinar los posibles efectos del cambio climático en la distribución de dos especies de aves: la chachalaca (Ortalis wagleri, de amplia distribución) y el pavón (Oreophasis derbianus, de distribución geográfica muy restringida). Ambas son un ejemplo de aquellas especies que probablemente cambiaran su distribución geográfica en virtud del tipo de vegetación que habitan. En México, la chachalaca sobrevive preferentemente en los bosques tropicales caducifolios del Pacífico norte (Figura 6.13), los cuales probablemente incrementen su superficie en el futuro ante el cambio de clima. El pavón -una especie en peligro de extinción y que sólo se encuentra en los bosques mesófilos de montaña de México y Guatemala-, también cambiará significativamente su distribución, puesto que se pronostica que en 50 años los bosques mesófilos de montaña de Chiapas se habrán contraído notablemente (Figura 6.14). Esto pondrá seguramente a los raros ejemplares de esta especie en una condición de vulnerabilidad que incluso los incluye en la lista de las especies mexicanas perdidas en el siglo XXI. Con todo lo que te hemos presentado en los párrafos anteriores no pretendemos mostrar un futuro desolador en el que no quede nada por hacer. Por el contrario, queremos que estés consciente de la magnitud del problema que nos afecta ya hoy día y de que estamos a tiempo de prevenir los peores escenarios. Al igual que como con el ejercicio de la afectación costera por la elevación del nivel del mar, es importante que tengas en mente que las predicciones descritas arriba para los diferentes elementos del ambiente tienen cierto grado de incertidumbre, por lo que no deben tomarse como hechos seguros del futuro. Quizá te preguntes entonces para qué sirve hacer este tipo de ejercicios si su imprecisión es tal que no es posible saber con certeza qué pasará en el futuro. En este sentido, resulta útil contar con dichas aproximaciones, ya que sirven, en la mayor parte de los casos, para que los encargados de los 6.13 Sitios donde se ha observado Distribución potencial Chachalaca en México (Ortalis wagleri) Distribución con cambio climático El área natural de distribución de la chachalaca podría aumentar en un escenario de cambio climático 175 6.14 El pavón en México (Oreophasis derbianus) Sitios donde se ha observado Distribución potencial GU AT E MA LA Distribución con cambio climático El área natural de distribución del pavón podría disminuir drásticamente en un escenario de cambio climático gobiernos diseñen estrategias y pongan manos a la obra con el fin de prevenir los posibles impactos que los modelos de los efectos del cambio climático puedan anticipar. Es evidente que la inclusión de noticias referentes a los efectos y evidencias del cambio climático (deshielos, cambios en la precipitación, aumento en la intensidad y frecuencia de huracanes, etc.) en los medios de comunicación ha convertido a este problema global en un tema de interés general. Aunque aún existe incertidumbre alrededor de los modelos climáticos y continúa la discusión sobre el papel que juegan las 176 actividades humanas en el cambio climático, sería irresponsable escudarnos en este argumento para no actuar. Lamentablemente, es probable que cuando las evidencias sean incuestionables, sus efectos sean, en muchos casos, irreparables. Es por ello que es preciso impulsar las iniciativas, tanto las que se han propuesto a nivel internacional como nacional (por ejemplo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero), que permitan controlar y minimizar los efectos del cambio climático. Sin embargo, también es necesario y natural preguntarnos qué podemos hacer cada uno de nosotros para contribuir a la solución de este problema. ¿Qué está haciendo la sociedad para frenar el cambio climático? En 1992, dentro del seno de las Naciones Unidas, surgió la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo lograr que la concentración de los GEI en la atmósfera no continúe aumentando, es decir, que se estabilice. Nuestro país firmó y ratificó este acuerdo internacional en 1992 y 1993, respectivamente. Como instrumento legal de la UNFCCC surgió el Protocolo de Kioto, que estableció como obligación para los países desarrollados la reducción en 5% de sus emisiones de GEI –tomando como base sus emisiones del año 1990- para el periodo comprendido entre 2008 y 2012. Para los países en desarrollo no existen metas cuantificables de reducción de sus emisiones de GEI, pero sí existen compromisos particulares, entre ellos la elaboración de inventarios nacionales de emisiones. México firmó este protocolo en 1998 y lo ratificó en el año 2000 dentro de la categoría de “país No Anexo I”, es decir, como país en desarrollo. A la fecha, nuestro país ha publicado tres inventarios de emisiones, el último de los cuales se presentó a finales del 2006. Algunos de los países que más emiten GEI a la atmósfera se han negado a firmar el Protocolo de Kioto, entre ellos destaca Estados Unidos, que contribuye con poco más de 20% de las emisiones mundiales de GEI. Como consecuencia, el protocolo –que surgió en 1997- no entró en vigor sino hasta febrero de 2005, ya que se requería que fuera aceptado por un grupo de países Anexo I –es decir, de países desarrollados- que en conjunto hubieran emitido 55% de los GEI de 1990. A finales del año 2004, Rusia, responsable de 17.4% de las emisiones mundiales de GEI, ratificó su adhesión al protocolo, con lo cual después de varios años de incertidumbre el Protocolo de Kioto pudo entrar en vigor. En el marco de estos acuerdos internacionales, México ha impulsado distintas medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, así como otras enfocadas a la reducción de emisiones de GEI. Entre estas medidas se encuentran la elaboración de sus inventarios nacionales de emisiones, así como diversos programas en los sectores forestal y energético. Los programas forestales buscan conservar y manejar las áreas forestales que capturan el bióxido de carbono, con lo cual se intenta que una menor cantidad de este gas quede libre en la atmósfera. En el sector energía, se implementó a partir de abril de 1996 el llamado “horario de verano”, que ha permitido que se dejen de quemar el equivalente a 14 millones de barriles de petróleo y que con ello se dejen de emitir a la atmósfera más de 12 millones de toneladas de contaminantes -de las cuales más de 90% corresponden a CO2-. Otra de las acciones emprendidas por México es la elaboración de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENACC), que impulsa la reducción de nuestras emisiones y el desarrollo de proyectos para prevenir, evitar, minimizar y crear capacidades -nacionales y locales- de adaptación a los efectos del cambio climático. La estrategia propone líneas de acción y políticas que sirvan para la elaboración del Programa Especial de Cambio Climático. En este último, el gobierno incluirá las acciones que se deberán tomar en los diferentes sectores (ambiental, económico, agrícola, energético y social, entre otros) para hacer frente a este problema. Con el fin de hacer más accesible la información referente al cambio climático, el Instituto Nacional de Ecología publicó en la Internet el Portal sobre Cambio Climático, que puedes consultar en: http://cambio_climatico.ine.gob.mx/ 177 ¿Qué puedo hacer...? Siempre que elijas ahorrar energía, ya sea en forma de combustibles fósiles o energía eléctrica, contribuirás a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. A continuación te presentamos una serie de medidas que puedes tomar para reducir tu contribución a la emisión de estos gases: Apaga la luz cuando salgas de una habitación y usa focos ahorradores de electricidad. De esta manera ayudarás a la reducción de la quema de combustibles fósiles que se emplean para generar electricidad. Evita estar abriendo y cerrando el refrigerador, ya que así no se escapará el aire frío del interior y no se necesitará un mayor consumo de energía para enfriar el aire caliente que entra al abrirlo. Cuando tengas la opción recurre a energías renovables como la solar. Por ejemplo, puedes fabricar una estufa solar, si te animas te recomendamos la página: ¿Cómo construir una estufa solar? (http://www.solarcooking. org/plans/), en la que puedes encontrar las instrucciones para construir diferentes modelos con cajas de cartón o barro. Estufa solar Horno solar de barro 178 Te recomendamos apagar y desconectar los aparatos eléctricos que no utilices. Si vives en zonas donde se use aire acondicionado, trata de emplearlo lo menos posible, ya que consume una gran cantidad de electricidad. Usa la lavadora de ropa con carga completa para que ahorres agua y electricidad. Usa tinacos negros que absorben la energía del sol para emplear menos gas en calentar el agua. Toma baños más cortos para consumir menos gas y agua. Convence a tu familia de adquirir vehículos con motores más eficientes que contaminan menos. Para conocer los rendimientos de las diferentes marcas de vehículos nuevos te sugerimos visitar la página de Internet del Instituto Nacional de Ecología en su Portal de Eficiencia Energética y Contaminación de los Vehículos: http://www.ine.gob.mx/dgipea/ eeco_vehiculos Participa en programas de reforestación en tu comunidad, así contribuirás a aumentar la cubierta vegetal, la cual captura parte del CO2 que hay en la atmósfera. Usa preferentemente bicicleta y transporte público, así reducirás tu consumo de combustibles. 179 Ozono ¿Un escudo en el cielo? La capa de ozono ¿Alguna vez has oído que en la atmósfera de la Tierra hay un escudo que nos protege del Sol? De hecho, la vida en la Tierra como hoy la conocemos dependió para su desarrollo y sigue necesitando para su subsistencia de una delgada capa de gas llamado ozono. El ozono –un gas tóxico constituido por tres átomos de oxígeno y cuya fórmula química es O3-,se encuentra naturalmente en la atmósfera y funciona como un escudo que nos protege de los dañinos rayos ultravioleta provenientes del sol (Figura 6.15). Los rayos UV emitidos por el Sol son de tres tipos: UV-A, UV-B y UV-C. La radiación UV-A es la menos nociva y la que llega en mayor cantidad a la superficie terrestre atravesando la capa de ozono. Los rayos UV-C son los más nocivos, ya que son altamente energéticos, pero afortunadamente la capa de ozono no permite su paso. Por último, la mayor parte de los rayos UV-B, también muy dañinos, son retenidos por el ozono, aunque una pequeña parte atraviesa la capa de ozono alcanzando la superficie terrestre, pudiendo causar daños a las células y tejidos de los organismos. 6.15 UV-C C apa de ozono UV-B 180 UV-A La capa de ozono nos protege de la radiación UV. Después de leer esto seguramente te preguntarás ¿pero qué no el ozono es, como nos dicen constantemente en las noticias, un contaminante que ocasiona daños a la salud? Pues sí, es cierto. Lo que ocurre es que el ozono puede ser “bueno” o “malo” dependiendo de dónde se encuentre. Si está muy cerca de la superficie terrestre podemos respirarlo, lo que nos ocasiona enfermedades respiratorias; en cambio, si se encuentra mucho más arriba de la superficie -en la estratosfera, donde forma la capa de ozono-, funciona como filtro para los rayos UV-B. La estratosfera es la región de la atmósfera que abarca de los 10 a los 50 kilómetros de altura y dentro de ella, a los 25 a 35 kilómetros aproximadamente, se ubica la capa de ozono estratosférico. Aunque esta capa abarca una pequeña parte de la atmósfera, la vida en la Tierra podría ser imposible sin ella, básicamente por dos razones. Por un lado, el ozono absorbe la mayor parte de la radiación UV-B proveniente del Sol, protegiendo a los seres vivos de sus efectos dañinos; por otro, porque libera la energía solar absorbida en forma de calor, contribuyendo a que las características térmicas de la atmósfera permitan variar la temperatura dentro de márgenes aceptables para los seres vivos. ¿Existe un agujero en la capa de ozono? Es común que se hable en los medios masivos de comunicación acerca de un agujero en la capa de ozono. Sin embargo, no se trata de un agujero en el sentido estricto de la palabra, pero sí de un adelgazamiento importante de esta capa que permite el paso de una cantidad de radiación ultravioleta mayor a la normal. Pero, ¿cómo sabemos que la capa de ozono se está adelgazando? Para contestar a esta pregunta primero debemos revisar cómo se mide el grosor de la capa de ozono. Los científicos lo miden como la cantidad de ozono presente en una columna imaginaria de aire que se extiende desde la superficie terrestre hacia las partes altas de la atmósfera (Figura 6.16). El grosor se expresa en unidades Dobson (UD), A nivel del mar y a 0°C, 100 Unidades Dobson medirían 1 mm de grosor. 6.16 181 de las que cien representan una cantidad equivalente a 1 milímetro de grosor de la capa de ozono si pusiéramos esa cantidad de ozono al nivel del mar. Ahora bien, el grosor de la capa de ozono no es uniforme alrededor del globo; por ejemplo, en los trópicos su grosor oscila entre las 250 y las 300 UD, mientras que en las regiones templadas los cambios estacionales producen mayores variaciones, y los valores pueden ser de entre 300 y 400 UD. Se considera que el “agujero de ozono” se forma cuando los valores de ozono están por debajo de las 200 UD. Actualmente sabemos que este adelgazamiento o agujero de la capa de ozono alcanza su tamaño máximo sobre la Antártica entre los meses de septiembre y diciembre. ¿Cómo se dieron cuenta los científicos del adelgazamiento de la capa de ozono? En la década de los setenta los científicos empezaron a detectar un aumento en la radiación UV-B que llegaba a la superficie terrestre. Esto los hizo sospechar de una posible alteración 6.17 Las sustancias agotadoras de ozono se emplean en la refrigeración, aire acondicionado así como en la fabricación de unicel, aerosoles y extintores. 182 en nuestro escudo natural: la capa de ozono. A partir de entonces las investigaciones sobre las modificaciones a la capa de ozono y sus posibles causas se intensificaron. La respuesta al porqué del adelgazamiento de la capa de ozono estratosférico vendría de la investigación de Sherwood Rowland y el mexicano Mario Molina -ganadores del premio Nobel de Química de 1995-, quienes descubrieron en 1974 que algunas sustancias orgánicas fabricadas por el hombre, que contienen cloro, flúor y bromo, provocaban la desaparición del ozono estratosférico. Las primeras sustancias de este tipo, conocidas en general como Sustancias Agotadoras del Ozono (SAO), fueron sintetizadas por primera vez en 1928, y han sido empleadas desde entonces en los sistemas de refrigeración, aire acondicionado, en la fabricación de la espuma rígida de poliuretano (conocida comúnmente como unicel), solventes, insecticidas, aerosoles y extintores (Figura 6.17). Dentro de la familia de compuestos que integran las SAO destacan los clorofluorocarbonos (CFC), los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), los halones, el bromuro de metilo (MBR), el tetracloruro de carbono (TET) y el metilcloroformo (MCF). Destrucción de una molécula de ozono por un clorofluorocarbono 6.18 Átomos F Cl 1 liberan oxígeno y 3 Se monóxido de cloro Carbono C Los rayos UV rompen la molécula de CFC-12 y liberan un átomo de cloro Flúor O Cloro Estratosfera Oxígeno UV Ozono O F Cl Cl C Cl Cl Cloro reactivo CFC-12 Su efecto sobre la capa de ozono se debe a que estas sustancias tienen un alto poder destructivo sobre las moléculas de ozono: una molécula de cloro o de bromo puede destruir hasta cien mil moléculas de ozono durante su permanencia en la estratosfera. Veamos a continuación un ejemplo de cómo se produce la destrucción del ozono. La luz ultravioleta proveniente del Sol descompone a las SAO liberando átomos de cloro o bromo -dependiendo de que SAO se trate-. Como puedes observar en la Figura 6.18, el cloro que ha sido separado de la molécula de CFC-12 y que es altamente reactivo, destruye la molécula de ozono -formada por tres átomos de oxígeno- al unirse a un átomo de oxígeno, formando monóxido de cloro y liberando una molécula de oxígeno. Es preciso decir que no todas las SAO destruyen con la misma eficacia a las moléculas de ozono. Una molécula de cloro o de bromo puede destruir hasta cien mil moléculas de ozono. O O O Monóxido de cloro = Cl O Molécula de oxígeno O cloro reacciona 2 El con el ozono destruyéndolo Para medir su impacto, se asigna a cada una de las SAO un valor numérico conocido como “potencial de agotamiento de la capa de ozono”, que se refiere a su potencia relativa para destruir moléculas de ozono. Para ello, se ha tomado como valor de referencia al potencial de agotamiento del CFC-11 y el CFC-12, cuyo valor se ha convenido arbitrariamente como equivalente 1. Esto quiere decir que si un producto tiene un potencial de agotamiento de la capa de ozono de 0.5, entonces una cantidad determinada de ese producto en la atmósfera degradará la mitad de las moléculas de ozono que la misma cantidad de CFC-11 o CFC-12 podría destruir. A pesar de que la mayor parte de las emisiones de SAO ocurren en Europa, Norteamérica y Japón –cerca de 90% de las emisiones mundiales-, y el adelgazamiento de la capa de ozono ocurre a nivel global, las condiciones climáticas del polo sur favorecen las reacciones que convierten a las SAO en gases reactivos que destruyen el ozono, por lo que es en esta zona donde ocurre el mayor adelgazamiento. 183 El “agujero de ozono” fue observado por primera vez a principios de los años ochenta y presentó su máximo tamaño en el año 2000, cubriendo cerca de 29.4 millones de km2, es decir, una superficie ligeramente más grande que toda Norteamérica. En el 2003 y el 2006 el máximo tamaño registrado fue similar al del año 2000 -28.4 y 27.1 millones de km2 respectivamente-. En 2006, la concentración de ozono en la zona del “agujero” fue de las más bajas registradas, llegando a tan sólo 85 UD (Figura 6.19). En la figura 6.20 puedes ver graficadas las concentraciones estratosféricas de ozono en el mundo, en Antártica y en dos ciudades de México. Como podrás notar, la concentración de ozono estratosférico en Antártica registra el nivel más bajo, y muestra también una reducción importante de las concentraciones actuales en comparación con las concentraciones de principios de los años ochenta. En contraste, los niveles de ozono de las ciudades mexicanas para las que se tiene información –la Ciudad de México y Guadalajarano presentan cambios significativos en los niveles de ozono en el tiempo. Es importante mencionar que, aunque en las ciudades mexicanas no estemos -al menos todavía- expuestos a los efectos de este problema, no significa que no seamos responsables de una parte de las emisiones de estos gases a la atmósfera. La superficie cubierta por el agujero de ozono en el año 2003 abarcó 6.19 una superficie ligeramente más grande que la equivalente a Norteamérica. Septiembre 24, 2002 Septiembre 24, 2003 Septiembre 22, 2004 Septiembre 24, 2006 Nota: El área en azul marino representa el “agujero de ozono”. 184 Concentración del ozono estratosférico 6.20 Global Unidades Dobson 300 Guadalajara Ciudad de México 200 Antártica 100 1979 1983 1987 1991 1995 1999 2003 2005 Año ¿Cuáles son las consecuencias del adelgazamiento de la capa de ozono? El adelgazamiento de la capa de ozono permite que llegue a la superficie de nuestro planeta una mayor cantidad de radiación UV-B. La exposición moderada a esta radiación no representa en sí una situación peligrosa; de hecho, en los seres humanos constituye una parte esencial del proceso de formación de la vitamina D en la piel, importante para absorción del calcio y el fósforo en el intestino, y por tanto para su utilización en huesos y dientes. El problema es que cuando aumentan los niveles de exposición,como consecuencia del adelgazamiento de la capa de ozono, se pueden producir efectos perjudiciales para la salud humana, los animales, las plantas, los microorganismos y algunos productos como los plásticos y los materiales de construcción. En los seres humanos, y en general en los animales, la exposición prolongada a la radiación UV-B puede provocar daños en los ojos como cataratas, así como el debilitamiento del sistema inmunológico e incluso, cáncer de piel. Esta radiación tiene también efectos adversos en las plantas, destacando afectaciones en su crecimiento y fotosíntesis. También puede haber alteraciones en los organismos jóvenes de especies de peces, camarones, cangrejos y anfibios, así como en el fitoplancton, que al ser la base de la cadena alimenticia marina, puede provocar importantes alteraciones en los ecosistemas marinos. Los seres vivos mayormente afectados son los que habitan en la zona cercana a donde se adelgaza la capa de ozono. Sus efectos más relevanantes se han observado principalmente en países como Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. Por ejemplo, los habitantes de ciudades sureñas como Punta Arenas en Chile, son afectados por una mayor incidencia de radiación UV. En el periodo 1987-1993 se registraron 65 casos de cáncer de piel en esta ciudad mientras que en los siguientes siete años esta cifra subió a 108 casos. Australia también se encuentra cerca de la zona donde se forma el “agujero de ozono” y es uno de los países con las mayores incidencias de cáncer de piel –cada año mueren alrededor de 1 200 australianos-. Investigadores de California encontraron una reducción mínima de 6% del fitoplancton de Antártica debido a una mayor incidencia de rayos UV-B que llegan a la Tierra como consecuencia del adelgazamiento de la capa de ozono. 185 de 50% del consumo total. Los HCFC –también usados en la refrigeración- constituyen 22% del consumo total y el bromuro de metilo –utilizado en plaguicidas- representa 25% (Figura 6.21). El consumo total de SAO en México ha disminuido de manera constante: en 2005 fue 73% menor que el reportado para 1989. ¿México es responsable del agujero de ozono? Aunque a nivel mundial China es el principal consumidor de SAO -en el año 2004 consumió cerca de 60% del total mundial- México también contribuye con la emisión de estas sustancias. En nuestras casas usamos refrigeradores, en las oficinas e industrias hay extintores de fuego y consumimos muchos productos agrícolas cuya producción requirió del uso de plaguicidas. En cada uno de estos bienes y productos puede estar presente una sustancia agotadora del ozono. Entre más sustancias que destruyan al ozono usemos en la elaboración o funcionamiento de nuestros productos de consumo, mayor será nuestro impacto sobre la capa de ozono y mayor nuestra contribución a la formación del agujero de ozono. En el año 2004, México contribuyó con alrededor de 2.7% del consumo mundial de SAO. A pesar de que a nivel mundial también ha disminuido el consumo de SAO -alcanzando una reducción de cerca de 90% entre 1986 y el año 2000-, la presencia de estos compuestos en la atmósfera no ha descendido en la misma magnitud (Figura 6.22). Esto se debe a que las SAO tienen “periodos de vida” muy largos, es decir, pueden permanecer mucho tiempo en la atmósfera antes de que se degraden. Por ejemplo, el CFC-12 puede permanecer en la atmósfera hasta 100 años. Sin embargo, como podrás observar en la figura, durante los primeros años de la década de los noventa, la concentración se ha estabilizado e incluso en los años 2003 y 2004 disminuyó ligeramente después del constante incremento observado en los años ochenta. En México, el consumo de SAO se dirige predominantemente a los CFC -que son empleados en la refrigeración- con alrededor Consumo (miles de toneladas ponderadas)* Consumo nacional de sustancias agotadoras de ozono 6.21 25 Sustancias Agotadoras del Ozono 20 CFC CFC-13 HCFC Halón 15 TET MBR MCF 10 5 0 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 Año * Para el cálculo de este consumo se considera el potencial de cada sustancia para destruir el ozono: cuentan más las sustancias más destructivas. 186 Consumo y concentración mundial de sustancias agotadoras de ozono Sustancias Agotadoras del Ozono 6.22 Consumo (miles de toneladas ponderadas)* 1600 1400 1200 1000 Concentración Consumo 800 1000 600 800 400 600 400 200 200 0 1200 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 Concentración (partes por billón)** 1800 0 Año * Para el cálculo de este consumo se considera el potencial de cada sustancia para destruir el ozono: cuentan más las sustancias más destructivas. ** Por ejemplo, si la concentración es de 800 partes por billón, quiere decir que por cada billón de moléculas en la atmósfera, 800 son de SAO. ¿Qué hacemos en México y en el mundo? ¡Imagínate que la sociedad continuara con los actuales patrones de consumo de SAO y, peor aún, con los patrones del pasado! Efectivamente, la situación de la capa de ozono iría en franco deterioro y las consecuencias serían muy graves, como vimos en secciones anteriores. La comunidad científica alertó al mundo respecto a ello y, junto con los gobiernos de diversos países, impulsaron la creación de un mecanismo para reducir el consumo y producción de las sustancias que destruyen el ozono estratosférico. Como consecuencia, en 1985 surgió el Convenio para la Protección de la Capa de Ozono. Como instrumento para poner en marcha el Convenio se presentó el Protocolo de Montreal sobre sustancias que degradan la capa de ozono (1987), el cual ha buscado establecer controles en la producción y el consumo de las SAO, así como impulsar el uso de sustancias alternativas que no destruyan el ozono o que lo hagan en menor medida. Hasta finales del año 2006, el protocolo había sido aceptado por 190 países. México firmó estos tratados en 1985 y 1987, respectivamente; adoptó las adecuaciones realizadas en Londres (1990) y de Copenhague (1992) y actualmente estudia la posibilidad de ratificar otras dos enmiendas (Montreal en 1997 y Beijing en 1999) donde se han incorporado nuevas sustancias y mecanismos de control sobre el consumo de las SAO. Como resultado de nuestra adhesión a estos tratados, en México actualmente consumimos alrededor de 73% menos SAO de las que consumíamos a principios de los años noventa. Las únicas sustancias que en lugar de disminuir han aumentado su consumo son las conocidas como hidroclorofluorocarbonos (HCFC) –que se emplean frecuentementeen la refrigeración-, sin embargo, son considerablemente menos dañinas puesto que poseen un potencial de agotamiento de ozono mucho menor, por lo que se han considerado como alternativas a los clorofluorocarbonos (CFC; Figura 6.23). 187 Los expertos han predicho que, con la adopción del protocolo de Montreal, la capa de ozono comenzará a recuperarse en 10 o 20 años y su recuperación plena no llegará antes de la primera mitad de este siglo. Consumo nacional de CFC y HCFC 6.23 CFC HCFC 18 16 14 12 10 8 La estrategia seguida en todo el mundo para disminuir el consumo de SAO se basa en el empleo de sustancias y tecnologías alternativas. El sector que produce las espumas de poliuretano -conocidas como unicel-, por ejemplo, reemplazó los CFC por agua, dióxido de carbono y HCFC. En los refrigeradores y sistemas de aire acondicionado ahora usamos sobre todo los HCFC como alternativa, pero los nuevos equipos utilizan cada vez más los hidrofluorocarbonos (HFC) no destructores del ozono (aunque se trata de poderosos gases de efecto invernadero, por lo que es necesario coordinar las acciones para la protección del ozono y el control del cambio climático). Otras SAO muy destructivas, empleadas como agentes de extinción de incendios, son los halones, sin embargo, en los últimos años se ha generalizado 188 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1991 0 1990 2 1992 6 4 1989 Consumo (miles de toneladas) 20 el uso de otras sustancias alternativas como el dióxido de carbono, el agua, la espuma y el polvo seco. Todas estas acciones se han dado como consecuencia de que los países han cumplido con los compromisos adquiridos en las Convenciones internacionales. Con ello, ha disminuido el consumo mundial de SAO, la concentración atmosférica de estas sustancias se ha estabilizado y comienza a decrecer. Como la exposición elevada a radiación UV-B puede provocar cáncer de piel, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés) se dio a la tarea de realizar un ejercicio de predicción de posibles casos de este cáncer en función de la adopción Probables casos de cáncer de piel para el año 2040 Efectos del Protocolo de Montreal 6.24 400 300 200 100 0 Sin el Protocolo Protocolo Enmienda de Montreal de Londres Escenario al 2040 del Protocolo de Montreal y sus enmiendas. Los resultados son impresionantes (Figura 6.24). Si no hubiera Protocolo de Montreal, para 2040 podrían presentarse cerca de 450 casos de cáncer de piel por cada millón de personas en el mundo, en contraste con los aproximadamente 230 casos por millón que se pronostican con la existencia de dicho Protocolo. Con las enmiendas de Londres y Copenhague que se han adoptado y que incluyen el control sobre más SAO, se prevé que el número disminuya entre 130 y 100 casos por millón de personas, respectivamente. Enmienda de Copenhague positivos sobre nuestra vida. No obstante, también debemos adoptar medidas a nivel individual y al interior de nuestra familia, en el grupo de amigos y en nuestra comunidad que apoyen los esfuerzos que los gobiernos realizan para las soluciones de los distintos problemas ambientales. El caso anterior es un buen ejemplo de cómo la adopción de medidas para frenar y revertir un problema ambiental puede tener impactos 189 ¿Qué puedo hacer...? Para reducir tu consumo de sustancias agotadoras del ozono: Al deshielar el refrigerador no uses objetos punzo-cortantes, ya que esto puede dañar la tubería del refrigerante y provocar la fuga de las SAO. Verifica que el aire acondicionado de tu casa y automóvil estén en buen estado para evitar fugas. Compra productos en aerosol, como desodorantes, aromatizantes o fijadores de cabello que indiquen que no contienen CFC o que no dañan la capa de ozono. Evita consumir productos empacados con espumas (unicel). Convence a tu familia de utilizar técnicas y medios biológicos contra las plagas y enfermedades de los cultivos o las plantas de tu jardín en lugar de usar plaguicidas con bromuro de metilo. Lecturas y páginas de internet recomendadas INE. Cambio climático en México. Disponible en: http://cambio_climatico.ine. gob.mx/ INE. Portal de Eficiencia Energética y Contaminación de los Vehículos. Disponible en: http://www.ine.gob.mx/ dgipeaeeco_vehiculos/ IPCC. Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático.Disponible en: http://www. ipcc.ch/languageportal/spanishportal.htm Magaña, V. O. y C. Gay. Vulnerabilidad y adaptación regional ante el cambio climático y sus impactos ambientales, sociales y económicos. Gaceta Ecológica 65: 7-23. 2002. PNUMA. Acción por el ozono. 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