Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 1 3.- La Información y propaganda en los conflictos bélicos: categorías y estrategias. Apuntada ya la importancia que poseen la propaganda y los medios de comunicación en las guerras y los diversos tipos de terrorismo, podemos avanzar en el estudio de las diferencias que existen entre la información y la propaganda como instrumentos importantes, aunque no decisivos, de los beligerantes y su función como contenidos de los mensajes difundidos por los medios de comunicación de masas en relación con los conflictos bélicos activos. 1 La información en el conflicto bélico presenta dos dimensiones esenciales: la información evaluada para satisfacer los requerimientos estratégicos y tácticos de los beligerantes y que se denomina inteligencia militar, de una parte, y aquella información evaluada que se destina a impedir o, al menos, dificultar, la inteligencia militar del enemigo que constituye la denominada contrainteligencia, una de cuyas actividades más importantes es la labor de desinformación. Contrariamente a lo que se suele afirmar, la contrainteligencia no consiste sólo, ni prioritariamente, en actividades propagandísticas sino en generar una información, secreta o discreta, deliberadamente manipulada para inducir errores en las evaluaciones de los servicios de inteligencia del enemigo y a través de ellos en sus mandos, además de imponer la censura oficial a todas las comunicaciones, públicas o privadas, de las partes beligerantes y muy especialmente a las noticias difundidas por los medios de comunicación de masas. Los objetivos últimos del uso de la información en el transcurso de los conflictos bélicos es reforzar la estrategia y táctica militares propias al tiempo que se intenta debilitar las del enemigo. Las principales fuentes de esta información son los órganos gubernamentales, especialmente los Estados Mayores de los ejércitos, así como los medios de comunicación de masas oficiales que difunden noticias, comentarios y análisis sobre el desarrollo del conflicto bélico. Por lo que atañe a la información sobre el conflicto bélico, ésta se genera por los gobiernos y los medios de comunicación y se concentra en sus noticias y análisis de periodistas y expertos, generando así otra forma de inteligencia a la que podemos denominar inteligencia civil. Los destinatarios de este tipo de información sobre el conflicto son fundamentalmente la opinión pública y los gobiernos, tanto de las partes beligerantes como de terceros países. El objetivo directo de la inteligencia civil es condicionar las decisiones gubernamentales en el ámbito de la política exterior y de la defensa, prioritaria pero no exclusivamente, en aquellos países que intervienen directamente como beligerantes en las contiendas o están directamente relacionados con ellas. En los últimos tres lustros, la información sobre los conflictos bélicos armados difundidas por los medios de comunicación, se ha revelado decisiva para movilizar a la opinión pública y su capacidad de presión sobre gobiernos y organismos internacionales, con vistas a promover operaciones de paz y respaldar o inhibir intervenciones militares internacionales desarrolladas al margen del sistema de 1 - SAHAGUN, F.- De Guntenberg a Internet.- Edit.Fragua. 2ª ed., Madrid, 2004. Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 2 seguridad de Naciones Unidas. Los casos de las operaciones de paz en la antigua Yugoslavia, en la invasión de Kuwait por Irak o en Timor Oriental, son ejemplos significativos de la primera categoría, en cambio las intervenciones en Kosovo (1999) o en Irak (2003) son reveladoras del segundo tipo. 2 En cuanto a la propaganda, también podemos diferenciar entre la propaganda en el conflicto bélico, es decir el uso de la propaganda como un instrumento de apoyo a la estrategia militar de los contendientes, y la propaganda sobre el conflicto bélico, entendida como la difusión entre la opinión pública de terceros países no intervinientes en la contienda, de la propaganda desarrollada por organismos gubernamentales y medios de comunicación de masas. La principal distinción que debemos realizar de la propaganda en el conflicto bélico, diferencia entre la propaganda persuasiva y la propaganda subversiva. La primera utiliza la manipulación de las informaciones y/o noticias para reforzar la estrategia militar del contendiente que la propaga y mantener la adhesión de su población civil al esfuerzo humano y material que debe soportar durante la guerra. La propaganda subversiva, en cambio, se difunde entre las fuerzas armadas enemigas para introducir confusión en el desarrollo de su estrategia militar y debilitar sus capacidades táctica y logística. En cambio, cuando se trata de dividir las lealtades de la población civil del enemigo se suele utilizar una combinación de ambas formas de propaganda. La propaganda persuasiva intentará consolidar las convicciones de aquellos sectores de la población civil que demuestran una actitud contraria o, al menos, de resistencia al esfuerzo exigido por la guerra, mientras que la propaganda subversiva tratará de generar las actitudes de oposición o resistencia en nuevos sectores de la sociedad civil que hasta entonces se habían demostrado leales al esfuerzo de guerra que se les había exigido. Para el desarrollo de la propaganda sobre el conflicto bélico se utilizarán tres estrategias propagandísticas básicas: la difusión de noticias falsas como veraces; la difusión de noticias incompletas y el silencio informativo. La falsedad de las noticias presentadas como veraces, a su vez, presenta tres formas principales de manipulación informativa: la falta de autenticidad de las fuentes, la ausencia de fiabilidad en los contenidos y la selección de los medios de comunicación que deben difundirla. De estas tres fórmulas, las dos primeras tienen como finalidad la instrumentalización de los propios medios de comunicación convirtiéndolos en agentes propagandistas involuntarios y, de ese modo, lograr que la opinión pública le conceda una credibilidad a los mensajes propagandísticos que de otro modo nunca le concedería. La tercera formula, en cambio, consiste en dar acceso exclusivo a las supuestas noticias veraces de aquellos medios de comunicación que o bien no cuestionarán su autenticidad, por carecer de independencia respecto del propagandista, o siendo independientes no podrán cuestionar la veracidad de las noticias propagandísticas porque se les impide la contrastación con los hechos u otras fuentes de información. 3 2 - CATALÁN, M.; VERES, L. (Coords.).- Estrategias de la desinformación. Actas del seminario “Estrategias de la desinformación”.- Edit. Biblioteca Valenciana. Generalitat Valenciana. Valencia, 2004. 3 - Una forma muy frecuente de empleo de esta estrategia de propaganda consiste en la retirada de la acreditación de corresponsales por las autoridades militares de alguna de las partes beligerantes a los Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 3 La propaganda basada en las noticias incompletas consiste en presentar los contenidos de las noticias como si contuviesen toda la información decisiva y necesaria para que la opinión pública pueda tener un conocimiento suficiente de la evolución del conflicto bélico. A diferencia de la censura en la que los medios de comunicación tienen un conocimiento exacto del alcance del contenido de la noticia que se les ha suprimido y, por tanto, saben que la noticia está incompleta, en esta modalidad de propaganda, los medios de comunicación consideran que están difundiendo información veraz y toda la información imprescindible para que la opinión pública conozca la realidad del conflicto armado. Es frecuente que esta propaganda surja no tanto como resultado de una estrategia deliberada de los beligerantes cuanto por la falta de independencia, de recursos o de ética profesional de los medios de comunicación y de sus periodistas. En muchas ocasiones son los propios medios de comunicación de masas los que difunden noticias, aún sabiendo que son incompletas, como si tradujesen toda la información sobre la realidad de los acontecimientos bélicos, sencillamente por criterios de rentabilidad económica o debido a su afinidad ideológica con alguna de las partes beligerantes. Finalmente existe una forma de propaganda mucho más sutil que las anteriores y cada vez más frecuentemente empleada, denominada apagón informativo, que consiste en silenciar, total o cuasitotalmente, las noticias que se poseen sobre un conflicto bélico, consiguiendo así que la opinión pública centre su atención y su influencia en otros sucesos ajenos a la contienda. Conviene subrayar que el silencio informativo no es equiparable ni a la censura, que siempre es impuesta por las autoridades de las partes beligerantes, ni tampoco a la estrategia de selección de los medios de comunicación. En el caso que nos ocupa se trata de que las autoridades impidan el acceso a los corresponsales al conocimiento de ciertos sucesos bélicos o que los propios medios de comunicación decidan no publicar las noticias transmitidas por sus corresponsales de guerra. La combinación de todas estas estrategias y fórmulas de manipulación informativa tiene como resultado que la mayoría de noticias sobre los conflictos armados que le llegan a la opinión pública a través de los medios de comunicación, son simple propaganda y no cumplan los requisitos mínimos, tanto de contenido como formales, para que puedan ser consideradas auténticas noticias informativas. 4.- De la guerra de Vietnam a la intervención angloamericana en Irak: estudio de seis casos prácticos. Cuando nos trasladamos del ámbito teórico al análisis concreto de algunos conflictos bélicos que se han desarrollado durante la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI, podemos percibir muy claramente cómo ha evolucionado el uso de la información y la propaganda en las guerras. 4 periodistas de aquellos medios de comunicación que también poseen corresponsales acreditados en las restantes partes del conflicto bélico. 4 - Para un estudio empírico de las noticias internacionales sobre los conflictos sigue siendo útil la obra de: STEVENSON,R.L. y SHAW,D.L.-Foreign News and the New World Information Order.1984.Ed.Iowa State University Press. (traducción de A. Espinet y L. Porta.-Las noticias internacionales y el nuevo orden en la información mundial.- Edit.Mitre. Barcelona,1985.) Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 4 1.- La Guerra de Vietnam Después de la Segunda Guerra Mundial, la contienda bélica más importante del siglo pasado desde el punto de vista informativo y propagandístico fue la guerra de Vietnam. Se suele afirmar, de forma un tanto exagerada, que las imágenes que diariamente presentaban los informativos televisados sobre esta guerra resultaron decisivos para forzar la retirada de los Estados Unidos de Vietnam. En realidad fue la falta de éxitos militares, a pesar de la abrumadora superioridad de medios militares norteamericanos desplegados sobre el terreno, lo que a la larga forzó la negociación, la retirada militar y la paz con Vietnam del Norte. Durante esta guerra, Estados Unidos siguió una estrategia de información y propaganda similar a la que tantos réditos políticos y militares le había ofrecido en las dos contiendas anteriores, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Básicamente esta estrategia trató de presentar la propaganda como información, con la finalidad de lograr la adhesión y lealtad del pueblo norteamericano a la creciente intervención militar en apoyo del gobierno de Vietnam del Sur. Se trataba, por tanto, de una propaganda persuasiva dirigida como público primario a la opinión norteamericana y como público secundario a la opinión de los países occidentales, en una etapa en la que el enfrentamiento Este-Oeste estaba en pleno auge. Si bien es cierto que la propaganda norteamericana utilizó profusamente la televisión, llegándose incluso a afirmar que fue la primera guerra televisada, también recibió una atención exhaustiva por parte de la prensa diaria. Pero semejante estrategia propagandística terminó rebasando el marco de los medios de comunicación y afectó directamente los contenidos de los propios informes oficiales, convirtiéndose así en un instrumento de autoconvicción en los propios círculos oficiales del Pentágono y la Casa Blanca. Como demostraría la publicación de los Papeles del Pentágono, los informes sobre la evolución militar de la contienda estuvieron plagados de errores, informaciones incompletas y falsedades que contribuyeron poderosamente a debilitar la estrategia militar y política de Estados Unidos. Por su parte las autoridades norvietnamitas practicaron una estrategia que combinaba la propaganda con un importante silencio informativo. Su público primario era la población local, tanto de Vietnam del Norte como del Sur, mientras que el público secundario eran las sociedades de los países comunistas junto con los grupos y partidos izquierdistas de los países occidentales. En ambos casos los principales medios propagandísticos fueron la radio, los panfletos y los pasquines gráficos. El objetivo prioritario de la propaganda difundida en el territorio de Vietnam del Sur era estimular la resistencia de la población civil a las actividades militares norteamericanas y la rebelión contra sus propias autoridades. En definitiva, se trató de una propaganda subversiva, desplegada con notable éxito, que más que destacar los éxitos militares norvietnamitas, enfatizó la corrupción del gobierno survietnamita así como los abusos y atropellos contra la población civil cometidos por las tropas norteamericanas. Casos como la matanza de My Lai, contribuyeron poderosamente a reforzar la credibilidad de esa propaganda, incluso en los países occidentales. Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 5 2.- La invasión de la isla de Granada (1983) La intervención de Estados Unidos en la isla de Granada para rescatar a un grupo de sus ciudadanos, fue el motivo oficial esgrimido para derrocar el régimen de orientación comunista implantado en la isla con el apoyo cubano. La importancia de esta intervención, por lo demás de escasa importancia política y militar, radicó en que fue la primera vez que el gobierno norteamericano utilizó la estrategia de selección de los medios de comunicación que pudieron acceder a la isla tras su ocupación por las tropas estadounidenses. 5 En efecto, en este conflicto armado Estados Unidos recurrió a la estrategia propagandística de limitar la información a la que tuvieron acceso los medios de comunicación que, previamente, ya habían sido seleccionados entre los más afines a la política de la Administración Reagan. El desarrollo de esta estrategia consistió en presentar la información parcial como información completa, apoyándose en la credibilidad de los medios de comunicación que accedieron a la zona. Obviamente el público primario de esta propaganda era la sociedad norteamericana y el público secundario el resto de países latinoamericanos, especialmente los del área caribeña. En definitiva se trata de difundir un doble mensaje, en primer lugar se deseaba presentar al público americano la imagen de un gobierno fuerte y anticomunista capaz de proteger sus intereses y sus vidas en cualquier parte del continente, empleando incluso la fuerza si fuera necesario y al mismo tiempo, al resto de los países latinoamericanos se les transmitía el principio intangible de la política exterior de Washington para la región de que no se tolerarían cambios de régimen por la fuerza contrarios a su hegemonía en la zona, en una etapa en la que existían importantes movimientos guerrilleros en Nicaragua; El Salvador y Guatemala. El contenido de los mensajes propagandísticos fue primariamente persuasivo y se recurrió a la televisión y la prensa como los principales medios de difusión de la propaganda 3.- La guerra Irán-Irak o Primera Guerra del Golfo (1980-1988) La guerra desencadenada entre estos dos países por el control de los territorios y pozos petrolíferos de Chat-el-Arab, ha sido la guerra más larga y cruenta de la zona del Golfo hasta la actualidad. Este es un hecho que, a menudo, se omite cuando se analizan las guerras que se han producido con posterioridad a este conflicto bélico. El régimen laico baazista del dictador Sadam Hussein se enfrentó militarmente al régimen teocrático musulmán del ayatollah Jomeini, en un conflicto armado que, de acuerdo con las estimaciones, provocó 450.000 víctimas directas.6 En este conflicto, ambas partes practicaron la estrategia de difundir la propaganda silenciando la información, pero mientras el régimen irakí concentró sus esfuerzos en la propaganda persuasiva, destinada a movilizar la lealtad de la población al esfuerzo de guerra, el gobierno de Teherán conjugó la propaganda persuasiva, orientada a la 5 - PIZARROSO, A. - La guerra de las mentiras.- Edit. Eudema. Madrid,1991. SERVAES,J.-"European News Coverage of the Grenada Crisis".-Journal of Communication,vol.41,nº 4 (1991);págs.28-41. 6 - Datos obtenidos de la base de datos KOSIMO, elaborada por el Heidelberg Institute on International Conflict Research: http://www.hiik.de/en/index_e.htm Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 6 población iraní, con la subversiva, destinada a desencadenar la resistencia y sublevación de la población musulmana irakí de orientación mayoritariamente chiita. Las diferencias políticas y religiosas de los regímenes de ambos países, también diferenciaron los públicos secundarios a los que se dirigieron. La propaganda irakí se dirigió a condicionar la opinión del mundo árabe, enfatizando las características culturales árabes de los irakíes frente a la lengua y culturas farsíes de la población iraní, al tiempo que destacaba el papel de contención que el gobierno de Bagdad estaba realizando frente a las tendencias revolucionarias jomeinistas, en un claro intento por alcanzar el apoyo de la opinión pública y los gobiernos occidentales. En cambio, la propaganda iraní se concentró en la defensa de la pureza religiosa islámica frente al laicismo del régimen de Sadam Hussein, con el claro propósito de influir en las poblaciones de los países islámicos. 7 Habida cuenta de que en ambos países existían porcentajes de analfabetismo entre la población adulta superiores al 30 %, los principales medios de comunicación utilizados para la difusión de la propaganda fueron la radio y la televisión. No obstante, las restricciones impuestas por el régimen teocrático iraní al uso de la televisión obligó a sustituir una parte de su capacidad de propaganda por la actividad desarrollada por los clérigos islámicos a través de las mezquitas en las oraciones de los viernes. La capacidad de movilización de la población iraní demostrada por la propaganda directa difundida a través de los centros religiosos, sería retomada una década más tarde por los grupos islámicos radicales para propiciar el reclutamiento de los miembros de las organizaciones que, como en el caso de Al Qaida, constituirían el núcleo del terrorismo musulmán en los inicios del siglo XXI. 4.- La invasión de Kuwait por Irak o Segunda Guerra del Golfo (1990-1991). A diferencia de la guerra entre Irak e Irán que tuvo un alcance exclusivamente regional, la guerra desencadenada por la ilegal invasión de Kuwait por tropas irakíes alcanzó una dimensión mundial debido a la intervención del Consejo de Seguridad de NN.UU. y su decisión de llevar a cabo una operación de imposición de la paz para la restauración del orden internacional en la región del Golfo pérsico, en la que participaron militarmente las principales potencias occidentales (EEUU.; ReinoUnido y Francia) como miembros de una coalición internacional en la que también intervinieron tropas de otros países, incluidos algunos árabes y musulmanes. La importancia estratégica y económica de la región del Golfo, unido a la actuación de la coalición internacional y a las nuevas tecnologías militares empleadas, concedieron a esta contienda una relevancia informativa y propagandística mundiales y unas características novedosas pues, no en vano, era la primera guerra surgida tras el fin de la bipolaridad. Mientras el gobierno de Bagdad practicó una estrategia basada en la sustitución de la información por la propaganda, ateniéndose a la experiencia acumulada en la contienda con Irán, las autoridades de Washington siguieron con su estrategia propagandística de ofrecer una información oficial parcial y limitada como si fuese información completa. 7 - Conviene recordar que existen países islámicos que no pertenecen a la cultura árabe como Indonesia; Pakistán y Nigeria, por citar algunos de los más poblados, además de países caucásicos y africanos. Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 7 No obstante y a diferencia de la invasión de Granada, la Administración del Presidente Bush impidió, al menos durante la mayor parte del conflicto, el acceso de los medios de comunicación a los frentes de batalla, imposibilitándoles para contrastar el alcance y la veracidad de la información oficial que se les ofrecía. Los briefings diarios que realizaron los mandos militares del general Schwarzkopf constituyeron la principal y casi exclusiva fuente oficial de información y propaganda sobre el desarrollo de esta contienda. Ambas partes orientaron sus estrategias propagandísticas a la persuasión de los públicos, pero mientras Bagdad tenía como público primario la población irakí y como públicos secundarios al conjunto de poblaciones árabes y/o musulmanas, Washington dirigía su propaganda primariamente hacia la opinión pública norteamericana y secundariamente a la opinión pública mundial, incluida la de los países árabes y/o musulmanes. Por ese motivo, el discurso propagandístico del gobierno irakí conjugó la idea islámica de yihad con la necesaria rebelión del mundo árabe frente a la opresión occidental, apelando incluso a temas tan clásicos y con un seguro poder de movilización popular como el conflicto palestino-israelí y la corrupción de los gobiernos árabes aliados de Estados Unidos. Los mensajes de resistencia frente a las resoluciones del Consejo de Seguridad se mezclaron con las constantes referencias a la pureza moral de la causa irakí y la superioridad política y militar frente a la coalición internacional. En cambio, el discurso norteamericano se concentró en destacar el carácter tiránico y arbitrario del régimen de Sadam Hussein, su violación de la legalidad internacional y la disponibilidad de arsenales de destrucción masiva. La combinación de todos esos elementos facilitó la versión de Washington de que el gobierno irakí se había convertido en una amenaza para la seguridad mundial y no sólo para los países vecinos. Ello justificaba la legitimidad y la legalidad de la causa que representaba la coalición internacional, dirigida por los Estados Unidos, lo que se correspondía con su superioridad militar que garantizaría el éxito de una abrumadora intervención armada destinada a someter al régimen de Sadam a las exigencias de las potencias mundiales. Al igual que ocurrió con la anterior guerra del Golfo, las autoridades irakíes recurrieron al uso masivo de las cadenas oficiales de televisión y radio para difundir sus mensajes propagandísticos que, por otra parte, no podían ser desmentidos ni corregidos por otros medios de comunicación porque prácticamente todos los corresponsales, salvo los de la CNN, habían sido expulsados del país. 8 Estados Unidos empleó, por vez primera, la televisión por satélite lo que le confirió una capacidad de difusión mundial y en tiempo real que incrementó ostensiblemente la credibilidad de los mensajes propagandísticos y las informaciones incompletas. El papel desempeñado por la cadena CNN para reforzar esta estrategia propagandística fue, sin duda, decisivo ya que pudo transmitir en directo y por primera vez en la historia, el comienzo de las hostilidades con el ataque masivo de misiles y bombardeos aéreos 8 - El periodista español Alfonso Rojo permaneció durante toda la contienda en Bagdad y recopiló una amplia información sobre li vivido en esas semanas en un”diario de guerra” que, sin embargo, no pudo publicar hasta su regreso a Madrid, una vez concluido el conflicto. Por ese motivo, su información nunca formó parte de las noticias sobre la guerra mientras ésta duró. Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 8 sobre Bagdad. Como en contiendas anteriores, la propaganda televisada norteamericana se reforzó con las noticias y comentarios en la prensa. La segunda guerra del Golfo demostró de un modo irrefutable, la enorme dependencia que los medios de comunicación poseen en una contienda respecto de las autoridades militares a pesar de los avances realizados por las tecnologías de comunicación a distancia. El constante recurso de los medios de comunicación occidentales a los asesores de defensa y los especialistas internacionales, con el fin de poder reconstruir la información fragmentaria ofrecida por la Casablanca y el equipo de Schwarzkopf, de una parte, y desentrañar la situación real a partir de la propaganda irakí, de otra, demostró mejor que cualquier otro argumento, la incapacidad de esos medios de comunicación para poder eludir su instrumentalización por los beligerantes en las guerras de finales del siglo XX. 5.- La guerra de Kosovo (1999) El conflicto entre la mayoría albanokosovar musulmana y la minoría serbia ortodoxa en esa región autónoma de la antigua Yugoslavia, se empezó a fraguar a partir de 1989 con las reivindicaciones independentistas de los albaneses de Kosovo, duramente reprimidas por el gobierno serbio de Belgrado. El estallido de las tres guerras balcánicas (Eslovenia; Croacia y Bosnia-Herzegovina), dejaron en suspenso el conflicto durante el período 1991-1997. Precisamente el fracaso militar cosechado por el gobierno de Milosevic en las tres contiendas, estimuló las expectativas independentistas y potenció el hostigamiento militar de la guerrilla albanokosovar de la UCK, al tiempo que impulsaba la política panserbia del uso de la fuerza en los territorios de Kosovo, con el pretexto de garantizar la protección de la minoría serbia en esa provincia autónoma. Puesto que la comunidad internacional ya estaba presente en la zona para garantizar el cumplimiento de los acuerdos de paz y la independencia de Croacia y BosniaHerzegovina, era evidente que el conflicto armado de Kosovo, más tarde o más temprano, terminaría involucrando a las Naciones Unidas y las grandes potencias mundiales, primero en un intento de evitar la escalada en el conflicto mediante una operación de mantenimiento de la paz y, llegado el caso, en una operación de imposición de la paz si aquella fracasaba, como unos años antes había ocurrido en la vecina Bosnia-Herzegovina. La ofensiva militar lanzada por los serbios en 1998 contra la guerrilla, combinando la actuación de fuerzas paramilitares con unidades de las fuerzas armadas serbias, provocó la escalada tan temida por la comunidad internacional que obligó a las partes, a través del Grupo de Contacto, a entablar conversaciones en Rambouillet (23 de Febrero de 1999) para poner fin a las matanzas y a la deportación masiva de albanokosovares que estaban realizando las tropas serbias. El fracaso de dichas conversaciones y la incapacidad del Consejo de Seguridad para adoptar una operación de imposición de la paz por la explícita amenaza de veto de los gobiernos ruso y chino, convirtieron a los 700.000 refugiados albanokosovares establecidos en Macedonia; Albania y Montenegro, en un problema de seguridad regional sin perspectivas de solución. Ante esta situación y sin un mandato expreso del Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 9 Consejo de Seguridad, el Consejo Atlántico decidió desencadenar una ofensiva aérea el 26 de Marzo, con dos objetivos bien definidos: destruir la capacidad militar serbia y establecer las condiciones propicias para una ocupación terrestre por parte de las tropas de la OTAN que garantizasen el retorno seguro de los refugiados. Durante la contienda, la estrategia propagandística seguida por Milosevic fue idéntica a la que había practicado en las guerras balcánicas previas: el silencio informativo oficial y la difusión de la propaganda como información. La expulsión de la mayoría de los corresponsales extranjeros, dejó el país sin fuentes informativas independientes que garantizasen la veracidad de las noticias difundidas por el gobierno de Belgrado a través de los medios de comunicación oficiales, especialmente la televisión. Pero junto con el recurso a la televisión como el principal instrumento propagandístico, motivo por el que se convirtió en un objetivo militar prioritario para los ataques aéreos de la OTAN, el gobierno serbio recurrió por vez primera a la propaganda a través Internet. Surgieron decenas de sitios web, aparentemente independientes pero en realidad contratados y controlados por las autoridades de Belgrado, en los que se criticaba abiertamente los bombardeos de la OTAN y se difundían noticias, fotografías y vídeos, cuya fuente no se revelaba o estaba manipulada, sobre los devastadores efectos que la intervención de la OTAN estaba ocasionando sobre la población civil. Esta propaganda electrónica tuvo un efecto sobre los medios de comunicación occidentales que neutralizó en buena medida la información-propaganda oficial de la OTAN, aunque el verdadero impacto de la propaganda serbia por Internet sobre la opinión pública internacional, no haya sido todavía objeto de investigaciones científicas relevantes. El objetivo prioritario de la propaganda serbia era subversivo, ya que buscaba la movilización de la opinión pública occidental y centroeuropea contra la intervención militar de la OTAN, tratando así de dificultar su estrategia militar mediante la deslegitimación política y social. Por su parte, la OTAN practicó una estrategia de propaganda basada en la información veraz pero limitada, que se presentó oficialmente como una información completa y exhaustiva. La realización de briefings diarios por un portavoz de la Alianza, tenía como finalidad alcanzar la máxima credibilidad de sus noticias en los principales medios de comunicación acreditados en Bruselas. La difusión de la propaganda se concentró en la televisión por satélite y en la prensa, reproduciendo así el esquema utilizado en la segunda guerra del Golfo y mantenido durante las guerras balcánicas. La propaganda atlantista se dirigió a reforzar la legitimidad de la intervención militar, en ausencia de una legalidad internacional que la respaldara, persuadiendo a la opinión pública de los países aliados pero también a la de los países centroeuropeos, de la necesidad del uso de la fuerza para poner fin al genocidio que estaban practicando los serbios, incluso al precio de violar el derecho internacional puesto que el Consejo de Seguridad no había aprobado ninguna operación de imposición de la paz. Este discurso propagandístico que anteponía la justicia a la norma jurídica, precisamente dirigido a unas sociedades articuladas en sistemas políticos democráticos y estados de derecho, resultó muy eficaz y logró la adhesión de una amplia mayoría de la opinión Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 10 norteamericana y europea opuesta a los bombardeos y la posterior ocupación militar del área, demostrando así la decisiva función complementaria que puede desempeñar la propaganda en el desarrollo de una contienda. La experiencia propagandística de la guerra de Kosovo resultó decisiva para comprender en todo su alcance, la estrategia y retórica utilizadas por la propaganda de la Administración Bush durante los meses previos a la intervención en Irak, sólo que en este caso los mensajes trataron de primar la seguridad a la legalidad en un contexto informativo donde faltaron las noticias verificadas y, sobre todo, las imágenes sobre la realidad y el alcance de la amenaza generada por las armas de destrucción masiva irakíes. 6.- La invasión angloamericana de Irak o Tercera Guerra del Golfo (2003) El incumplimiento por el régimen de Sadam Hussein de las condiciones impuestas por el Consejo de Seguridad en la resolución 687 (3 de Abril de 1991), al decidir la expulsión de los observadores internacionales encargados de la verificación del desarme de cualquier tipo de armamento de destrucción masiva, abrió política y jurídicamente el camino para que Washington lograse la aprobación, por unanimidad del Consejo de Seguridad, de la resolución 1441 (8 de Noviembre de 2002) que incluía un ultimátum explícito al gobierno de Bagdad en caso de incumplimiento, total o parcial, de las obligaciones que se le imponían en materia de verificación del desarme. Esta resolución también incluyó una implícita y calculada referencia al uso de la fuerza al señalar que en caso de incumplimiento Irak “se expondrá a graves consecuencias”. El debate internacional que se desencadenó durante los cinco meses que mediaron entre la citada resolución y el desencadenamiento de la intervención angloamericana en Irak (20 de Marzo de 2003), estuvo dominado por la propaganda difundida entre los partidarios y detractores del uso de la fuerza para resolver la situación de ese país. La ausencia de unos informes definitivos por parte de los observadores responsables de la verificación del desarme químico y la manipulación documental realizada por los gobiernos de Washington y Londres unido a la ambigüedad del régimen de Sadam en el cumplimiento de sus obligaciones y al clima dominante en Estados Unidos tras los atentados del 11S, contribuyeron a alimentar el debate propagandístico a escala mundial. 9 Durante estos meses, las campañas de información y propaganda se concentraron en tres temas: la existencia o no de armas de destrucción masiva, lo que implicaba el incumplimiento por el régimen de Bagdad de la resolución 1441; el modo de compatibilizar las exigencias de la seguridad internacional con las de la legalidad internacional, tratando de evitar el deterioro de la credibilidad y eficacia del sistema de seguridad colectiva de Naciones Unidas y, por último, la necesidad del recurso a la fuerza o de medidas de coerción alternativas en caso de constatación del incumplimiento del desarme impuesto a Irak. A la incapacidad de norteamericanos e ingleses de lograr que el Consejo de Seguridad adoptase una resolución que autorizase una operación de imposición de la paz, debido a 9 - ZALDIVAR, C.A.; VALCARCEL, D.- Una conversación sobre Irak.- Edit. Editorial Biblioteca Nueva s.l. Madrid,2003. BARDAJI, R. (Coord.).- Irak: reflexiones sobre una guerra.- Edit. Real Instituto El Cano. Madrid, 2003. Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 11 la oposición de miembros con derecho a veto como Francia, Rusia y China, se le sumó la realidad del despliegue militar de 150.000 hombres realizado por estos dos países, generando una situación política y militarmente difícil de sostener a medio y largo plazo. En estas circunstancias, el inicio de las hostilidades fue el resultado de una decisión política que carecía del respaldo de la legalidad internacional, motivo por el cual la propaganda de la alianza angloamericana se concentró en destacar su eficacia militar y las oportunidades políticas y beneficios socio-económicos que se derivarían para la población irakí tras la intervención. En definitiva, la propaganda angloamericana sustituyó el discurso seguridad – legalidad previo a la guerra por el de la legitimidad frente a la legalidad que tan buen resultado le había proporcionado en el caso de Kosovo. La finalidad prioritaria de la propaganda aliada fue lograr el apoyo de la opinión pública de Estados Unidos y el Reino Unido a la decisión política de intervenir militarmente en Irak y sólo de modo secundario, aspiró a influir en las opiniones públicas de otros países, tanto occidentales como árabes, para reducir las resistencias de sus públicos. Por ese motivo se utilizó preferentemente una estrategia que combinó la información veraz pero limitada con la autorización para la incorporación en las unidades militares de los corresponsales de guerra de los principales medios de comunicación (embebed), tratando así de reforzar la credibilidad de los informes oficiales de guerra con las noticias difundidas por tales medios. La exigencia de inmediatez en la difusión de las noticias así como la necesaria movilidad de las tropas terrestres debido a la rápida evolución de la contienda, impuso que la propaganda aliada recurriese como medio de comunicación dominante a la televisión por satélite y las emisiones radiofónicas, complementadas con las noticias e imágenes transmitidas por Internet y, en menor medida, la prensa diaria. Por su parte, el régimen de Sadam recurrió a la conocida estrategia de propaganda sin información con la única diferencia de que en esta ocasión permitió a corresponsales extranjeros, especialmente los de las televisiones Al Yazhira y Al Arabiya, permanecer en Bagdad para que difundiesen imágenes y noticias sobre los bombardeos aliados y sus víctimas civiles. El objetivo esencial de esta estrategia era persuadir a la población irakí, especialmente la de las grandes ciudades (Bagdad; Basora; Mosul; etc.), de la capacidad de resistencia militar del régimen tratando de evitar el desencadenamiento de rebeliones populares que habrían facilitado la invasión aliada y acelerado la derrota militar del régimen. Paralelamente se intentó dificultar la posición política de los gobiernos norteamericano y británico, movilizando la opinión pública mundial y los gobiernos contrarios a la guerra mediante la difusión de imágenes y noticias sobre los devastadores efectos que los bombardeos aéreos y ataques terrestres estaban ocasionando entre una población civil supuestamente partidaria del régimen y contraria a la presencia militar extranjera. Para desarrollar su estrategia propagandística, el gobierno de Bagdad utilizó preferentemente la televisión y la radio, dejando el recurso a la prensa e Internet como mediosde comunicación accesorios. Es precisamente en el marco de esta estrategia de Dr. Rafael Calduch Conflictos en el siglo XXI y nuevos retos informativos 12 desinformación donde la presencia de corresponsales de guerra de otros países, especialmente de Estados Unidos y Europa Occidental, desempeñaron un destacado papel en la labor de contrapropaganda respecto de los aliados que, sin embargo, terminó reforzando la credibilidad de la propaganda angloamericana al permitir a la opinión pública contrastar las declaraciones oficiales de los beligerantes, recibidas a través de los mismos medios de comunicación, con la evolución de una realidad bélica que el gobierno de Bagdad de ocultar o minimizar. Precisamente el éxito de la propaganda aliada convenciendo a norteamericanos y británicos de la necesidad y eficacia de la intervención militar durante la contienda, a pesar de las movilizaciones contrarias que se desencadenaron en todo el mundo, fue también la causa de su fracaso para rentabilizar políticamente la victoria tras el conflicto armado al constatarse que el Irak de la postguerra lejos de responder a la imagen de un país pacífico en proceso de democratización, entraba en una espiral de violencia guerrillera y terrorista facilitada por y contribuyendo a la desvertebración del Estado irakí, cuyas consecuencias de muerte, destrucción y caos fueron mucho más graves que las provocadas directamente por los ataques durante la guerra. La experiencia de la reciente guerra del Golfo demuestra, mejor que cualquier otro argumento, no sólo la importancia de la propaganda como instrumento de los conflictos bélicos, algo ya experimentado durante todo el siglo pasado, sino que en las guerras del siglo XXI, los contendientes deberán elaborar y adaptar sus estrategias propagandísticas diferenciando muy claramente los mensajes y públicos esenciales durante la fase preparatoria, en el transcurso de las hostilidades y tras la conclusión de la guerra, teniendo muy presente que la primera y última de estas tres etapas pueden resultar decisivas para la explotación política del éxito militar.