XXXVI REUNIÓN ANUAL DE LA LECE Presentación precoz de crisis y evolución de la epilepsia en la hemorragia intraparenquimatosa cerebral I. Pérez López-Fraile, J. Martín-Martínez, M. Bestué, A. Oliveros EARLY PRESENTATION OF CRISES AND THE EVOLUTION OF EPILEPSY IN CEREBRAL INTRAPARENCHYMATOUS HEMORRHAGE Summary. Patients and methods. Of a total of 283 patients with spontaneous or hypertensive cerebral intraparenchymatous hemorrhage, 18 (6.3%), with no previous epilepsy, had crises whilst being followed-up for a period of between 2 and 7 years. In 14 cases the hematoma was lobar and 4 involved the basal ganglia or thalamus. In 8 cases (2.8% of all hemorrhage), these crises occurred during the first 24 hours, or as a first symptom of intraparenchymatous hemorrhage. One patient presented with status epilepticus with generalized crises and two had subentrant secondarily generalized partial crises at the time of the ictus. Treatment with anti-epileptic drugs was started in 13 patients. Twelve patients (4.2% of the hemorrhages) developed symptomatic epilepsy with partial crises with or without secondary generalization. Results and conclusions. The maximum rate of recurrence was four crises per year. However, in one patient, reduction of the dose of medication led to the appearance of status epilepticus. Patients with crises of late onset developed epilepsy more often than those who had early crises. In those with crises there was a predominance of bilobular involvement with participation of the parietal lobe and extension of the hematoma or oedema to the cerebral cortex [REV NEUROL 1999; 28: 305-9]. Key words. Cerebral intraparenchymatous hemorrhage. Epileptic seizures. INTRODUCCIÓN RESULTADOS Las crisis epilépticas pueden presentarse hasta en un 25% de pacientes con hemorragia intraparenquimatosa cerebral (HIPC) [1] y se han descrito tanto en hemorragias lobares corticales y subcorticales [2-4] como en hematomas que afectan a ganglios basales y tálamo [5]. El riesgo de recurrencia es desconocido y por ello no puede establecerse el tiempo que debemos mantener el tratamiento con fármacos antiepilépticos (FAE). En este trabajo se expone la evolución de las crisis en 18 pacientes, sin antecedentes de epilepsia y con HIPC espontánea o hipertensiva, durante un período de observación entre 2 y 7 años. La edad de los pacientes, 14 varones y 4 mujeres, varía entre los 39 y 78 años (edad media 63 años). Nueve de ellos tenían antecedentes de HTA y en otros 2 se diagnostica durante el ingreso hospitalario. Cinco enfermos padecían una cardiopatía hipertensiva o isquémica. En 9 casos existían antecedentes de al menos dos factores de riesgo vascular (HTA, cardiopatía isquémica, hábito enólico o tabáquico, DM o hiperlipemia). En 4 enfermos el hematoma es de localización profunda. PACIENTES Y MÉTODOS De 283 pacientes ingresados en nuestro servicio de neurología con diagnóstico de HIPC, hemos identificado a 18 pacientes en los que el estudio analítico y de neuroimagen (RM y arteriografía cerebrales) permitía excluir otras etiologías de hemorragia cerebral, considerándolas por ello espontáneas o de causa hipertensiva, y que habían sufrido crisis epilépticas en los 4 años posteriores al de diagnóstico de HIPC. El diagnóstico se estableció con TAC cerebral, practicada en las primeras 24 h del inicio de los síntomas. En los últimos tres años el seguimiento anual se ha realizado en las consultas de los centros de especialidades dependientes de nuestro servicio. Las crisis observadas se definen de acuerdo con la clasificación de crisis epilépticas de la ILAE de 1981 [6]. Se describen como precoces si aparecen en las dos primeras semanas del inicio sintomático de la hemorragia, y se consideran ictales si son uno de los síntomas clínicos por los que el paciente es atendido en el servicio de urgencias. Las crisis que aparecen transcurridas dos semanas se denominan tardías. En ningún paciente se instauró tratamiento con FAE si la crisis era única. Los estudios iniciales de TAC y RM cerebrales disponibles en archivo han sido reevaluados por un neurorradiólogo, para realizar una estimación del volumen del hematoma. La hemorragia se define como lobar si el área hiperdensa que se visualiza en la TAC no se corresponde con un territorio arterial hemisférico y no afecta a ganglios basales y/o tálamo, y hemorragia profunda cuando invade estas estructuras. Clínica En la tabla I hemos resumido el tipo, inicio y evolución de las crisis en los 4 pacientes con hematomas profundos. En la tabla II exponemos los datos descriptivos y la evolución de las crisis en los 14 pacientes con hematoma hemisférico. Solamente en un caso se diagnosticó un nuevo hematoma en una zona cerebral adyacente, a los tres años de sufrir una HIPC frontoparietal. Ni la RM, ni una nueva angiografía cerebral, detectaron una malformación vascular subyacente, únicamente pudimos apreciar elongación de troncos arteriales. Estos 18 pacientes representan el 6,3% de las HIPC. De ellos, once enfermos (61,1%) sufrieron crisis precoces. En ocho casos las crisis constituían uno de los síntomas iniciales o se presentaron en las 12 primeras horas (2,8% de las HIPC). Todos salvo uno tenían hematoma hemisférico. En un caso, el hematoma, de localización temporoparietal, debutó con estado epiléptico de crisis generalizadas y en otros dos pacientes con hematoma lobar; las crisis eran subintrantes. En 7 casos la presentación de las crisis fue tardía (38,1%) y siempre como crisis aisladas. Recurrencia 1999, REVISTA DE NEUROLOGÍA Durante el período de seguimiento, han fallecido 4 pacientes entre uno y siete años después de la hemorragia, 3 de ellos por complicaciones vasculares y uno por neoplasia pancreática. Catorce, incluidos los 4 fallecidos, seguían tratamiento antiepiléptico (uno con valproato, 2 con fenobarbital y el resto con fenitoína). Once pacientes padecían crisis parciales (motoras o parciales complejas) con o sin generalización secundaria y 7, crisis generalizadas. Seis pacientes permanecen asintomáticos. Todos ellos, excepto REV NEUROL 1999; 28 (3): 305-309 305 Recibido: 30.09.98. Aceptado: 13.10.98. Servicio de Neurología. Hospital Miguel Servet. Zaragoza, España. Correspondencia: Dra. M.ª Isabel Pérez López-Fraile. Servicio de Neurología. P.º Isabel la Católica, 1-3. E-50009 Zaragoza. I. PÉREZ LÓPEZ-FRAILE, ET AL Figura 1. TAC cerebral en el caso 10. Hematoma parietal izquierdo extenso. El paciente había sufrido cuatro crisis generalizadas en la primera semana. Figura 2. Caso 10. TAC cerebral a los 10 meses de sufrir la hemorragia, cuando el paciente padece estado de crisis parciales secundariamente generalizadas. Tabla I. Hematomas de localización profunda. Caso Sexo 1 4 5 V V M Síntomas Tipo de crisis Inicio ↓ Nivel de conciencia. Lenticulocapsular Hemiplejía dcha. con invasión ventricular PSG Tardío Sí PB ↓ Nivel de conciencia. Capsular con colapso Hemiplejía dcha. ventricular PSG Tardío Sí PB PSG Tardío Sí PHT Afasia motora. Hemiplejía dcha. Localización Capsulotalámico Recurrencia FAE cimiento, unos meses después, por una complicación vascular. En otro paciente se observaron dos crisis en el mismo año, coincidiendo con procesos febriles. Al menos dos pacientes han padecido nuevas crisis hipertensivas, sin recurrencia simultánea de crisis epilépticas. Estudio de neuroimagen Sólo hemos podido revisar dos estudios de TAC y RM completos que corresponden a 13 V ↓ Nivel de conciencia. Capsular con colapso los casos 7 y 8 con hematomas hemisféricos, Hemiplejía dcha. ventricular CGTG Precoz No – en los que el volumen era de 28 y 24 cc, respectivamente. En otros 6 pacientes se disPSG: crisis parcial secundariamente generalizada; CGTC: crisis generalizadas tonicoclónicas. ponía de los cortes tomográficos de la TAC, en los que inicialmente se había determinauno, habían sufrido crisis precoces, en dos casos de tipo subintrando el diámetro mayor. En los 8 casos reevaluados, el tamaño varía te, sin recurrencia posterior. entre 3 cm2 y 22 cm2. El hematoma de mayor tamaño, que tenía El 4,2% de las HIPC desarrollan una epilepsia sintomática. De además extensión ventricular, corresponde al paciente con estado los 11 pacientes con crisis de presentación precoz, 6 (54,5%) epiléptico en el período ictal. En otro caso, con crisis subintrantes en las primeras horas, el hematoma era mucho menor (3 cm2). vuelven a tener crisis. Seis de los 7 pacientes con crisis de inicio El hematoma hemisférico asienta en un área perteneciente a tardío desarrollan una epilepsia (85,7%). Tres de ellos correspondos lóbulos vecinos en 9 casos; el lóbulo que más frecuentemente den a hematomas en tálamo o ganglios basales. La recurrencia media es baja, con un máximo de cuatro crisis resulta invadido por el hematoma es el parietal (11 casos). anuales. Sin embargo, una paciente con un extenso hematoma lobar (Figs. 1 y 2) y crisis de inicio precoz, volvió a ingresar a los 10 meses con estado epiléptico de crisis parciales motoras, en relación con el DISCUSIÓN descenso progresivo de la dosis de FAE. Dicha paciente permane- La incidencia de crisis en la HIPC supratentorial varía entre un 4,6 ció asintomática tras ser controlado el estado epiléptico con fenitoí- [5] a un 27% [7]. En parte, este rango tan amplio puede ser debido na intravenosa en las primeras 48 horas del ingreso, hasta su falle- a las diferencias en la metodología seguida, derivada del propio 306 REV NEUROL 1999; 28 (3): 305-309 XXXVI REUNIÓN ANUAL DE LA LECE Tabla II. Hematomas hemisféricos. Caso Sexo Síntomas Lóbulo Lado Tipo de crisis Inicio FAE Recurrencia máxima/año 2 V Afasia. Hemiplejía dcha. Temporoparietal I PSG Tardío PHT 3 3 M Afasia sensitiva Parietoccipital I PSG Tardío NO NO 6 V Afasia mixta. Hemianopsia dcha. Parietoccipital I PSG Precoz subintrantes DZP/PHT NO D PSG Precoz Status DZP/PHT 4 a 7 V Coma. Hemiplejía izqda. Temporoparietal 8 V Cefalea. Hemiplejía izqda. Frontoparietal D PSG Tardío PB 2 9 V Crisis. Afasia motora Frontal D CGTC Precoz PHT NO 10 M Afasia mixta. Hemiplejía dcha. Frontoparietal I CGTC Precoz PHT Status 11 V Disartria. Hemiplejía izqda. Parietal D PSG Precoz PHT 3 12 M Crisis Parietal D CGTC Precoz NO NO 14 V Disartria. Paresia faciobraquial izqda. Frontoparietal D PSG Tardío VPA 4 15 V Crisis. Hemiparesia izqda. Frontal D CGTC Precoz NO NO 16 V Cefalea. Confusión Frontoparietal I CGTC Precoz. Subintrantes PHT NO 17 V Hemiplejía izqda. Frontoparietal D PSG Precoz PHT 3 18 V Disartria. Paresia crural izqda. Frontal D PSG Precoz PHT 4 PSG: crisis parcial secundariamente generalizada; CGTC: crisis generalizadas tonicoclónicas. PHT: fenitoína; DZP: diacepam; PB: fenobarbital; VPA: valproato. a Con invasión ventricular. objetivo del estudio. En algunos trabajos, casi siempre de series con varios tipos de ACV [7-9], se incluyen casos en los que cabe esperar más de un mecanismo inductor de la incidencia de crisis, como epilepsia previa [7-9], infarto cerebral precedente [8] o malformaciones vasculares [3,4,8]. En una serie quirúrgica, los pacientes recibieron tratamiento profiláctico con FAE [4]. Mientras que algunos autores limitan su investigación a los hematomas lobares [2-4], otros incluyen hemorragias lobares y profundas en proporción relativa muy diversa [8,10]. Por otra parte, el período de observación influye en el número de crisis tardías que pueden ser relacionadas con la HIPC. Este tiempo oscila entre 2-12 meses [3,4] y 2-5 años [1,10]. Algo similar ocurre cuando se analiza la recurrencia relativa de crisis precoces frente a las de inicio tardío, porque el criterio utilizado para definir las crisis precoces es muy variable: entre 24-48 h [4,11] y 30 días [1], aunque predominan los estudios que establecen el límite entre precoces y tardías en el inicio de la tercera semana [5,8,12]. Un 6,3% de los pacientes con hematoma cerebral espontáneo o hipertensivo atendidos en nuestro servicio de neurología sufrieron crisis epilépticas. El porcentaje es muy similar al referido por Sung y Chu (4,6%) [5], pero muy inferior al encontrado por Faught et al (25%) [1], autores que emplearon unos criterios de selección de pacientes semejantes a los nuestros. En nuestra serie, la incidencia de crisis en las primeras 24 h (2,8%) es, por otra parte, muy similar a la señalada en el pequeño subgrupo de pacientes con HIPC, en un estudio de presentación precoz de crisis en el conjunto de ACV atendidos en un hospital del área metropolitana de Barcelona [11]. Al igual que en otros estudios [1,4,12], las crisis de comienzo precoz son frecuentes en las hemorragias lobares y, a menudo, son uno de los síntomas iniciales. No es raro que se presenten agrupadas. Uno de nuestros pacientes debutó con un estado epi- REV NEUROL 1999; 28 (3): 305-309 léptico y otros 2 tuvieron crisis subintrantes en las primeras horas. Sung y Chu [5] también han observado un estado epiléptico como manifestación inicial en 6 de 11 pacientes y Faught et al [1] en 3 pacientes. El mecanismo de la epileptogénesis aguda en las HIPC es desconocido, pero podría estar mediado por la trombina liberada por el hematoma. En la hemorragia subaracnoidea, otra enfermedad hemorrágica en la que son frecuentes las crisis precoces [13], Suzuki et al [14] han encontrado una elevación de los niveles del complejo trombina-antitrombina en el LCR en los pacientes que desarrollan espasmo; la concentración máxima se alcanza entre los 2 y 5 días. Lee et al [15] han inducido crisis epilépticas parciales precoces en ratas, mediante infusión en ganglios basales contralaterales de microesferas inertes con trombina; las crisis, la actividad eléctrica acompañante y el edema periférico que se induce con la lesión experimental, pueden ser prevenidas si se administra simultáneamente un inhibidor del complejo trombina-protrombina. Los autores explican las crisis por la llegada a la región cortical de la trombina a través del trayecto abierto durante la implantación. En estudios necrópsicos se ha constatado que un 6% de las HIPC se abren paso a través de la corteza hasta el espacio subaracnoideo [16]. Berger et al [4] observan que la hemorragia que afecta a la corteza, con independencia de su localización, predispone a la aparición de crisis precoces. Otra hipótesis es que la HIPC puede inducir crisis, por mecanismos relacionados con el componente férrico, como se ha observado en modelos experimentales en animales [17]. La patogénesis de las crisis en los hematomas subcorticales podría estar relacionada con la situación de la lesión en el límite entre sustancia gris y blanca, que crearía en estos casos un condición similar a la del aislamiento quirúrgico de la corteza cerebral que resulta en una actividad paroxística sostenida [18]. Cabe se- 307 I. PÉREZ LÓPEZ-FRAILE, ET AL ñalar, sin embargo, que en todos nuestros pacientes con HIPC subcortical, lobares o profundas, que tuvieron crisis precoces, se comprobó mediante TAC que el edema invadía áreas corticales. No podemos excluir, sin embargo, que la existencia de una malformación vascular críptica subyacente, que está presente hasta en el 27 % de los hematomas lobares intervenidos [19], sea la responsable de las crisis precoces, sobre todo si éstas son el síntoma centinela [20] de la clínica con la que se manifiesta el hematoma. En el 2,8% del total de HIPC (un 66,6 % de los hematomas que originan crisis en el período de 4,5 años), se instaura una epilepsia sintomática. De nuevo el porcentaje es similar al referido por Sung y Chu [5]. Como en otros trabajos, observamos una mayor incidencia de epilepsia secundaria en los casos con crisis de inicio tardío. Durante el período de seguimiento la frecuencia con que recurren las crisis es baja, pero una paciente reingresó en estado epiléptico cuando se había procedido a reducir progresivamente hasta un tercio la dosis inicial, en el primer año de tratamiento. Según Burn et al [21] el riesgo acumulado de padecer crisis tras una HIPC primaria sería del 19,9% en el primer año y del 26,1% a los cinco años. Faught et al [1] estimaban que el riesgo para sus pacientes sería 15 veces el esperado para personas mayores de 60 años, en los dos primeros años, y de 8 veces del tercer al quinto año posterior a la hemorragia. Teniendo en cuenta estos datos, el tratamiento con FAE debería mantenerse al menos durante cinco años. En nuestra serie, de los 13 pacientes tratados inicialmente con FAE por crisis recurrentes, 12 han desarrollado una epilepsia. No hemos podido establecer ninguna relación entre el tamaño del hematoma y la incidencia de crisis o riesgo de recurrencia. En cambio, la asociación entre asiento del hematoma en el lóbulo parietal y crisis precoces con el desarrollo de una epilepsia es tan frecuente como en otras citas de la bibliografía [1,3]. CONCLUSIÓN Son necesarios nuevos estudios prospectivos de series más amplias para evitar posibles sesgos en la estimación del riesgo de recurrencia de las crisis en la HIPC espontánea o hipertensiva. Aunque, por lo observado en nuestro trabajo, la frecuencia de las crisis es baja pensamos que en presencia de una segunda crisis debe iniciarse tratamiento antiepiléptico que en principio debería mantenerse por un período de cinco años. BIBLIOGRAFÍA 1. Faught E, Peters D, Bartolucci A, Moore L, Miller PC. Seizures dictive factors of early seizures after acute cerebrovascular disease. after primary intracerebral hemorrhage. Neurology 1989; 39: Stroke 1997; 28: 1590-4. 1089-93. 12. Cervoni L, Artico M, Salvati M, Bristot R, Franco C, Delfini R. Ep2. Kase CS, Powell Williams J, Wyatt DA, Mohr JP. 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Pacientes y métodos. De 283 pacientes con hemorragia intraparenquimatosa cerebral espontánea o hipertensiva, 18 (6,3 %) sin epilepsia previa, sufrieron crisis durante un período de seguimiento de 2 a 7 años. En 14 casos el hematoma era de localización lobar y en 4 afectó a ganglios basales o tálamo. En 8 casos (2,8% del total de las hemorragias) estas crisis aparecieron en las primeras 24 horas, o como primer síntoma de la hemorragia intraparenquimatosa. Un paciente debutó con estado epiléptico de crisis generalizadas y 2 sufrieron crisis parciales secundariamente generalizadas subintrantes en el período ictal. En 13 pacientes se instauró tratamiento con fármacos antiepilépticos. Doce pacientes (4,2% de las hemorragias) desa- 308 APRESENTAÇÃO PRECOCE DE CRISES E EVOLUÇÃO DA EPILEPSIA NA HEMORRAGIA INTRAPARENQUIMATOSA CEREBRAL Resumo. Doentes e métodos. De 283 doentes com hemorragia intraparenquimatosa cerebral espontânea ou hipertensiva, sem epilepsia prévia, 18 (6,3 %) tiveram crises durante um período de seguimento de 2 a 7 anos. Em 14 casos o hematoma era de localização lobar e em 4 envolveu os gânglios da base ou tálamo. Em 8 casos (2,8% do total das hemorragias) estas crises apareceram nas primeiras 24 horas, ou como primeiro sintoma da hemorragia intraparenquimatosa. Um doente teve instalação do quadro com estado de mal epiléptico de crises generalizadas e 2 tiveram crises parciais secundariamente generalizadas subintrantes no período agudo. Em 13 doentes instituiuse tratamento com fármacos antiepilépticos. Doze doentes (4,2% das REV NEUROL 1999; 28 (3): 305-309 XXXVI REUNIÓN ANUAL DE LA LECE rrollaron una epilepsia sintomática con crisis parciales con o sin generalización secundaria. Resultados y conclusiones. La recurrencia máxima es de cuatro crisis por año, pero en un paciente el descenso de la dosis precipitó la aparición de un estado epiléptico. Algunos pacientes padecen nuevas crisis hipertensivas sin recurrencia de crisis epilépticas. Los pacientes con crisis de inicio tardío desarrollan epilepsia con mayor frecuencia que los que padecen crisis precoces. Entre los pacientes con crisis, predomina la afectación bilobular con participación del lóbulo parietal y la extensión a corteza cerebral del hematoma o edema [REV NEUROL 1999; 28: 305-9]. Palabras clave. Crisis epilépticas. Hemorragia intraparenquimatosa cerebral. REV NEUROL 1999; 28 (3): 305-309 hemorragias) desenvolveram uma epilepsia sintomática com crises parciais com ou sem generalização secundária. Resultados e conclusões. A recorrência máxima é de quatro crises por ano, mas num doente, a retirada da dose precipitou o aparecimento de um estado de mal epiléptico. Alguns doentes tiveram novas crises hipertensivas sem recorrência de crises epilépticas. Os doentes com crises de início tardio desenvolveram epilepsia com maior frequência que os que têm crises precoces. Entre os doentes com crises, predomina o envolvimento bilobular com participação do lóbulo parietal e a extensão ao córtex cerebral do hematoma ou edema [REV NEUROL 1999; 28: 305-9]. Palavras chave. Crises epilépticas. Hemorragia intraparenquimatosa cerebral. 309