DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO INTRAPARTO DE UN FETO CON FLUTTER AURICULAR. EVOLUCION POSTNATAL. INTRODUCCION Las taquiarritmias fetales, y entre ellas el flutter auricular, son una causa relativamente poco frecuente de complicaciones severas como hidrops fetal no inmune y muerte 1. El desarrollo de la ecocardiografía fetal ha permitido su detección precoz, ya desde las 18 semanas de gestación y 2, asociada a terapias invasivas como la cordocentesis, posibilitan un tratamiento medicamentoso transplacentario, con el fin de disminuir la mortalidad asociada al revertir la arritmia o el hidrops. Si bien ha sido la digoxina administrada a la madre, clásicamente la droga de primera elección3, la elevada incidencia de fracasos cuando se trata a un feto con hidrops (50% de los casos), ha determinado la utilización de alternativas como el sotalol, que resulta más exitoso y seguro para la madre y el feto4. Se describe el caso de un feto diagnosticado de flutter auricular, con conducción 2:1, asociado a hidrops fetal en el tercer trimestre de gestación, que revirtió a ritmo sinusal intraútero con la administración transplacentaria y funicular de digoxina junto con sotalol transplacentario, con remisión casi total del hidrops, finalización programada de la gestación en la semana 34+2 y ausencia de complicaciones postnatales. EXPOSICION DEL CASO Anamnesis: Primigesta de 27 años de edad, sin antecedentes familiares ni personales de interés. Menarquia a los 15 años, con patrón menstrual 4/25. Fecha de la última regla el 3/10/2004 y fecha probable de parto el 10/7/2005. Grupo 0 Rh positivo. Serologías: Ig G positiva para la rubéola, y negativos para toxoplasma, treponema pallidum, virus de la hepatitis B y VIH. Gestación controlada en el hospital de referencia con evolución clínica y ecográfica normal, hasta la semana 23, que fue ingresada por un cuadro de hipertensión arterial inducida por el embarazo. Precisó tratamiento con alfa metil dopa 250 mg/12 horas para su normalización, y que mantuvo al alta. Al inicio de la semana 30 de gestación, fue ingresada nuevamente por cifras tensionales por encima de 140/90, que descendieron con la pauta de alfametil dopa 500 mg/8 horas. Los estudios analíticos fueron normales. El registro cardiotocográfico fetal mostró una taquicardia fetal y ausencia de dinámica uterina. En el estudio ecográfico se observó un hidrops fetal moderado: ascitis +++. Edema subcutáneo +. Taquiarritmia fetal (250 l.p.m.) y corazón estructuralmente normal. Por dicho motivo fue derivada a la Unidad de Medicina Fetal de nuestro hospital, en la semana 30+4 de gestación, donde se realizó un estudio ecocardiográfico fetal que evidenció un corazón anatómicamente normal, con flutter auricular con conducción 2:1 y frecuencia ventricular efectiva de 216 l.p.m. (Figura 1) que provocaba hidrops, con edema subcutáneo y ascitis (Figura 2). Así se inició el tratamiento transplacentario, mediante la administración de digoxina oral a la madre a dosis de 0,25 mg/12 horas, con monitorización de la digoxinemia cada 72 horas, ECG cada 24 horas para la valoración del espacio QT, gasometrías venosas y electrolitos periódicos y registro cardiotocográfico fetal diario. Figura 2. Ascitis severa en un feto de 30+4 semanas Dada la ausencia de respuesta, en la semana 30+7 se realizó una cordocentesis para la administración en bolo de 0,1 mg de digoxina en vena umbilical, la extracción de sangre en el mismo acto, así como la determinación del cariotipo, TORCH y niveles de digoxina fetales. A su vez se mantuvo a la gestante con digoxina oral. Los resultados serológicos fueron negativos para TORCH y el cariotipo obtenido fue 46 XX. Tras 48 horas, se alcanzaron niveles maternos de digital en rango terapéutico, 0,8-2 ng/ml, y dado el hallazgo en la ecocardiografía fetal de inicio de derrame pericárdico a nivel auricular se añadió sotalol al tratamiento a dosis iniciales de 80 mg/12 h y aumento progresivo cada 48 h (160 mg/12h y 200 mg/12 h) en función de la valoración ecocardiográfica. Al segundo día de la administración de 200 mg/12 h de sotalol, el ritmo cardíaco fetal entró en bloqueo nodal auriculoventricular (3:1). Tres días más tarde comenzó con ritmo sinusal, con 120-140 lpm, por lo que se suspendieron los controles periódicos de digoxinemia y electrocardiografía en la semana 32 de gestación, aunque se continuó con la pauta de digoxina y sotalol a la madre, así como, cada dos semanas se evaluó ecográficamente la involución del hidrops fetal. Entre las semanas 32 y 34 de embarazo, la madre desarrolló un cuadro de preeclampsia, que precisó la administración de nifedipino oral, 30 mg/24 horas, diazepam 15 mg/24 horas, así como bolos intravenosos de hidralacina a dosis de 50 mg/8 horas. En el examen ecográfico se evidenció un retraso en el crecimiento intrauterino de tipo asimétrico, con tendencia a una redistribución en el territorio arterial en el estudio Doppler del feto, y dada la dificultad en el control tensional materno, se decidió la finalización de la gestación en la semana 34+2, mediante cesárea electiva. El recién nacido presentaba un aspecto edematoso, con derrame subcutáneo generalizado y ascitis. El peso fue 2405 gr, talla 46 cm y perímetro cefálico 32cm (todos los parámetros dentro del percentil 75). El pH en arteria umbilical fue 7,30 y en vena 7,36, apgar al minuto 5 y a los 5 minutos 7, precisando reanimación tipo III e ingreso en la unidad de cuidados intensivos. Durante su estancia en dicha unidad, cursó con anemia multifactorial que precisó una transfusión de concentrados de hematíes y fototerapia y distrés respiratorio transitorio secundario a edema pulmonar. En la evaluación ecocardiográfica no se aprecian anomalías estructurales ni líquido pericárdico y el ECG mostraba frecuencias cardíacas mantenidas entre 130 y 150 lpm, ritmo sinusal con ondas p picudas, QRS estrecho y repolarización normal, por lo que no precisa tratamiento inotrópico, anticongestivo ni antiarrítmico. Los hallazgos en las ecografías cerebral y renal fueron normales, pero ante la sospecha de una atresia de vías biliares tanto en la ecografía como en la gammagrafía hepatobiliar, se decidió realizar una colangiografía retrógrada y toma de biopsia hepática intraoperatoria vía laparotómica. Los hallazgos histológicos fueron compatibles con una hepatitis neonatal idiopática, con fenómenos de ductopenia. Pasados dos meses, fue dada de alta con revisiones cada dos meses en la consulta de Gastroenterología y Hepatología Pediátrica, y semestrales en la consulta de Cardiología con evolución clínica favorable. DISCUSION El desarrollo de la ecocardiografía fetal (modo M, bidimensional y Doppler tisular) 5 ha permitido que en la actualidad la evaluación de las arritmias fetales, y en particular del flutter auricular, sea cada vez más certero y en etapas más precoces que en décadas pasadas, logrando aclarar el diagnóstico prácticamente en el 100% de los casos. Alrededor de un tercio de las taquiarritmias corresponde a flutter auricular, siendo la complicación más temida el hidrops fetal como manifestación de la insuficiencia cardíaca intraútero. En relación a esta complicación, las publicaciones han sido variadas, desde la ausencia de hidrops hasta cifras cercanas al 40% 4,6, con la consiguiente morbimortalidad y el desafío de iniciar medidas terapéuticas eficaces que permitan revertir la arritmia y sus complicaciones. Desde los primeros estudios del uso exitoso de la digoxina por vía transplacentaria 3, este medicamento se erige de primera elección en taquiarritmias fetales (taquicardia supraventricular y flutter auricular) 7 por su reconocida seguridad y la posibilidad de monitorizar niveles plasmáticos útiles en la madre (alrededor de 2 ng/ml). La digoxina atraviesa rápidamente la placenta, incrementando la refractariedad del nódulo auriculoventricular (AV) del feto, enlenteciendo la conducción AV y la frecuencia ventricular del flutter auricular 8. Si bien los estudios dan cuenta de un éxito de conversión de hasta un 60% en fetos no hidrópicos al usar la digoxina sola, la presencia de hídrops se asocia a un peor resultado, aparentemente por dificultades para atravesar la placenta. Así, múltiples antiarrítmicos han sido utilizados en el subgrupo de pacientes hidrópicos, tales como quinidina, verapamilo, amiodarona, propanolol, flecainida y sotalol 9, siendo este último el de primera elección10,11. No existe consenso sobre la conveniencia de tratamiento postnatal, ya que la evolución es muy favorable en dicho período y es muy infrecuente la recidiva del flutter auricular 12. Además se describe similar evolución independiente de la terapia medicamentosa, por lo que la decisión de tratarlos se ha dejado a criterio de cada centro. CONCLUSION El flutter auricular es una arritmia severa, sobre todo cuando se asocia con hidrops, ya que desencadena daños neurológicos y muertes fetales, en ausencia de tratamiento. En este caso se administra digoxina a la madre, monitorizando niveles plasmáticos hasta alcanzar dosis terapéuticas, y al feto a través de los vasos umbilicales. Dada la gravedad de la situación y al no lograr la supresión el flutter ni bajar la respuesta ventricular, se decide agregar sotalol al cuarto día, con monitorización electrocardiográfica a la madre y ecocardiográfica al feto, con lo que se obtuvo ritmo sinusal regular y permanente 14 días después, así como una tendencia a la resolución ecográfica del hidrops. No esta establecida la eficacia de los antiarrítmicos en el tratamiento del flutter auricular. En este caso la combinación de digoxina y sotalol permitió la conversión a ritmo sinusal, por lo que, aunque debe considerarse al sotalol el fármaco de elección en el tratamiento del flutter auricular, pueden establecerse otras combinaciones terapéuticas para casos resistentes. BIBLIOGRAFIA 1. Krapp M, Kohl T, Simpson JM, Sharland GK, Katalinic A, Gembruch U: Review of diagnosis, treatment, and outcome of fetal atrial flutter compared with supraventricular tachycardia. Heart 2003; 89: 913-7 (frecuencia de flutter) Cotton JL: Identification of fetal atrial flutter by Doppler Tissue imaging. Circulation 2001; 104: 1206-7. 2. Zhao BW, Pan M, Zhang SY, et al. Application of fetal echocardiography in detection of fetal arrhythmia and its clinical significance. Zhonghua Fu Chan Ke Za Zhi 2004 ;39(6):3658. Chinese. 3. Hirata K, Kato H, Yoshioka F, Matsunaga T: Successful treatment of fetal atrial flutter and congestive heart failure. Arch Dis Child 1985; 60: 158-60. 4. Jaeggi E, Fouron JC, Drblik SP. Fetal atrial flutter: diagnosis, clinical features, treatment, and outcome. J Pediatr 1998;132(“):335-9. 5. Cotton JL. Identification of fetal atrial flutter by Doppler Tissue imaging. Circulation 2001; 104: 1206-7. 6. Lisowski LA, Verheijen PM, Benatar AA, et al : Atrial flutter in the perinatal age group: diagnosis, management and outcome. J Am Coll Cardiol 2000; 35: 771-7. 7. Uerpairojkit B, Tanawattanacharoen S, Manotaya S, et al: Intrauterine therapy of fetal atrial flutter. J Obstet Gynecol Res 1998; 24: 135-9. 8. Joglar JA, Page RL. Antiarrhythmic drugs in pregnancy. Curr Opin Cardiol 2001; 16: 40-5. 9. Oudijk MA, Michon MM, Kleinman CS, et al: Sotalol in the treatment of fetal dysrhythmias. Circulation 2000; 101: 2721-6. 10. Fouron JC. Fetal arrythmias;the Saint-Justine hospital experience. Prenat Diagn 2004;24(13):1068-80. 11. Wu TH, Huang LC, Ho M, Lee CC, Chiu TH, Hung YC. Fetal atrial flutter: a case report and experience of sotalol treatment. Taiwan J Obstet Gynecol 2006;45(1):79-82. 12. Casey FA, McCrindle BW, Hamilton RM, Gow RM: Neonatal atrial flutter:significant early morbidity and excellent lon-term prognosis. Am Heart J 1997; 133: 302-6.