BRICOJARDINERÍA PRÁCTICA Diseños para perderse en los jardines Caminos, senderos y escaleras Jose Antonio del Valle Fernández Ingeniero Técnico Agrícola Paisajista, Agricultor ecológico, Autodidacta y Naturalista vocacional. Proyecta, Diseña y Ejecuta Proyectos de Jardinería y Paisajismo, en Sevilla, a la vez que, complementariamente, ejerce como Docente de Jardinería y Agricultura Ecológica. pcmjardin@yahoo.es Cuando diseñamos los jardines y zonas verdes de nuestros clientes, solemos a veces olvidar que los caminos y senderos, como elementos esenciales e integrantes del conjunto, condicionan sobremanera el resultado, enfatizándonos o, a veces, arruinándonos, el proyecto final. Los caminos y senderos son trazos lineales que desde el punto de vista plástico, remarcan, dividen, empequeñecen o agradan, atraen o repelen las miradas del visitante pero, nunca, pasan desapercibidos. Su obvia construcción continua aunque de pasaderas hablemos, ya sea rectilínea o sinuosa, siempre se hará notar desde cualquier ángulo desde el que observemos nuestra zona verde. Un diseño sin sendas y caminos, nos parece poco recomendable. Hemos visto algunas zonas verdes, sobre todo de particulares, que prescinden de ellos en una primera construcción del jardín. No dura mucho la decisión porque las pisadas continuas al deambular o dirigirse a las zonas más utilizadas del jardín, acaba por dejar una señal inequívoca en el césped por dónde debió haberse construido, en un principio, nuestro camino. Un camino siempre tendrá una doble utilidad, la funcional y la ornamental. Un camino recto y sin escalones, siempre será recomendable para unir el garaje o aparcamiento con la vivienda, por ejemplo, donde solemos realizar un trasiego diario cargados con los bultos de la compra o apresurados porque se nos fue la hora para salir al trabajo. Como veis, en esta trayectoria primará la funcionalidad sobre la utilidad decorativa. Un camino, en cambio, que nos dirija a ese banco favorito donde solemos quedarnos en stand by, bien merecerá una trayectoria suavemente sinuosa que serpentee por nuestros parterres de agapantos. Al diseñar en el estudio las trayectorias y los materiales de nuestros caminos no debemos olvidar el 24 Nº 172 Las pizarras siempre resultan atractivas aún antes de que sus llagas se cubran de césped. estilo arquitectónico de la vivienda que los justifica. Dicho estilo, será determinante en nuestra elección final. Así, una construcción fría y modernista, preferirá unos trazos rectilíneos, quizás con el mismo tono que las placas de revestimiento de las fachadas, tan sólo alterado en su discurrir por alguna geométrica esfera de marmolina que resaltará, aún más, la singularidad de la conjunción. En cambio un cálido estilo rústico y costumbrista, requerirá la construcción de bonitos caminos de madera y pizarra que contorneen y realcen por BRICOJARDINERÍA PRÁCTICA Las placas de hormigón coloreado sobre las que se marca el relieve de la madera son una excelente opción para los caminos más transitados. ejemplo, nuestros macizos de aromáticas lavandas. No comulgamos con los seguidores de alternar estilos dividiendo espacios. Nos gusta realizar un trabajo sobre todo el conjunto: vivienda + construcciones auxiliares + muro o malla perimetral de la parcela + zona de ajardinamiento. Conviene recordar que un camino sinuoso deberemos construirlo con curvas suaves dado que las curvas de poco radio tienden a atajarse por el camino más corto, realizándonos al final, un paralelo itinerario con el que no contamos en nuestro proyecto. Los caminos curvos de cualquier forma, hacen que nuestro jardín parezca más grande. Los diseños rectos, en cambio, dividen los espacios visualmente achicando las zonas abiertas. Mientras más trayectorias rectas, más sensación de reducción espacial. El material con que decidimos realizar finalmente el camino, definirá también el resultado del conjunto. Un camino realizado con pasaderas o con gravilla suelta, resulta informal y poco serio. Un camino de placas de hormigón prefabricado, por muy ornamentales que las adquiramos, resultará frío e impersonal. Cuando enlosamos con baldosas decorativas o establecemos un atractivo mosaico sobre la zona de tránsito, deberemos prestar especial cuidado en no excedernos en la ornamentación porque podríamos restar protagonismo a la vegetación. Una combinación que nunca defrauda es la de construir con madera y piedra natural o madera y losa rústica de recuperación. Estos caminos, resul- tan cálidos, atractivos y aportan al ajardinamiento un aspecto, siempre entrañable. Al diseñar nuestro camino, por tanto, empezaremos por unir en el plano con trazos rectos, todos los puntos que lo necesitan: garaje-aparcamiento, puerta de entrada, piscina, cenador, banco-refugio, contenedores de residuos, compostadoras, almacén del jardinero, perreras, zona de juego de niños y quizás algún otro que de seguro, contendrá más de un proyecto. Una vez unidos estos puntos con algún provisional trazo recto y en el plano aún, consideraremos el construir un camino principal que nos dirija desde la entrada peatonal de la parcela hasta la puerta de entrada a la vivienda y que a la vez ésta enlace con el garaje-aparcamiento principal. Con ello, obtendremos lo que podríamos llamar la “autopista” principal. Dado que el almacén de las herramientas del jardín, las perreras, las compostadoras y los contenedores de residuos de la vivienda, se suelen ubicar en una misma zona, podremos realizar un sendero de no más de 0,5 m de ancho desde esta concreta zona hasta las zonas de parterres, setos y macizos arbustivos, quizás diseñándolo perimetralmente a la parcela para que una todos estos puntos con la zona de acopio de herramientas y descarga de restos del jardín. Será nuestro sendero “de servicio” por llamarlo conforme a su funcionalidad. Queda establecer el sendero para perderse y deambular hasta nuestro banco preferido o hasta nuestro acogedor cenador, partiendo dicho sendero tanto desde la puerta de la cocina hasta el jardín como desde la puerta principal hasta el jardín. Como ves éste sendero se bifurcará en Y enlazando nuestra llamada “autopista” con ambos enclaves. Si como ya te recomendé, optas por los caminos y senderos curvos y suavemente sinuosos, ten la precaución de procurar hacerlos paralelos unos con otros porque con ello, aumentará visualmente el tamaño de las amplias zonas de césped intermedias. Te apunto un viejo truco si quieres que tu jardín parezca más profundo desde algún punto concreto, estrecha la anchura del sendero o camino a medida que avanza longitudinalmente, es decir, como si dibujásemos en perspectiva. Considera no obstante que el efecto será el contrario cuando lo recorramos en sentido inverso. Cuando en el proyecto se consideren el paso de minusválidos o de personas mayores de poca movilidad, deberemos no sobrepasar una pendiente longitudinal del 10%, estableciendo escaleras o caminos en zig-zag, tipo sherpa, si el desnivel superara ese 10%. Unos rellanos de 1,5 m de largo mínimos, un piso antideslizante, un drenaje hacia los bordes del camino con pendiente lateral del 1 ó 2 %, unos bordillos tope en las zonas en las que pudiera haber caídas por desnivel y una anchura mínima del camino de 1,20 m, serán consideraciones obligadas en nuestro gabinete de diseño previo. Nº 172 25 BRICOJARDINERÍA PRÁCTICA La construcción definitiva del camino, requerirá unos mínimos cimientos, sobre todo si nuestro terreno presenta exceso de arcilla, dado que estos suelos “se mueven” en todas direcciones con el exceso o carencia de agua. Un cimiento de 5 cm sobre suelo previamente compactado, será suficiente para los senderos y caminos peatonales, no necesitando subbase alguna, ésta se sustituirá por el apisonado firme del terreno de asiento. Caso de que el camino pueda ser pisado por algún vehículo, el cimiento aumentará hasta los 15 cm de espesor, igualmente sobre suelo firmemente compactado. Cuando realizamos trazados para vehículos, el terreno compactado lo sustituimos por una subbase de zahorra artificial de 10 cm de espesor, sobre la que establecemos el cimiento o base de 5 cm de espesor, antes de revestir los últimos 5 cm de espesor total, con losa o piedra, la zona de rodadura final. Como ya hemos apuntado, la pendiente transversal del 1 ó 2 % hacia ambos lados, nos asegurará un eficiente drenaje y un camino siempre transitable aún en los días más lluviosos de la temporada. Recomendamos el replanteo inicial de comprobación en el terreno, ayudándonos de algunas estacas, cuerdas tirantés de nylon y yeso de marcado para comprobar in situ, antes de la construcción, el efecto deseado. Si el camino es curvo, nos ayudaremos de la propia manguera para su trazado. Al marcar con el yeso toda la parcela, solemos darnos cuenta de algún extremo que se nos olvidó en el gabinete, quizás zonas abiertas reducidas o trayectos de senderos que podemos ahorrarnos al ampliar el itinerario de algún tercero. Rara es la vez en que éste primer replanteo de comprobación no modifica lo proyectado en un principio. En la decisión del acabado de la pista de tránsito o rodadura, interviene como ya hemos indicado el estilo arquitectónico de la vivienda y otras cons- 26 Nº 172 Las losas de hormigón aún tintadas de color, siempre resultan frías y adecuadas tan solo para exteriores. trucciones auxiliares. El contraste marcado, resulta impactante al principio pero aísla los espacios y acaba por no resultar del todo acertado. En el mercado, encontramos losas de barro tosco, los llamados ladrillos de taco que colocados en forma de espina de pez o a contralado, resultan de lo más atractivos, sobre todo cuando empiezan a envejecer con ese tono ocre al que acompaña la “verdina”. Ya sabéis que para adelantar este proceso, lo mejor es tratarlos con yogurt natural al 10% con agua y repetir a los 30 días del primer tratamiento. Sobre las placas o losas de hormigón prefabricado disponemos de una amplia y artística gama en el mercado. Los acabados coloreados que copian el relieve de las traviesas de madera, nos resultan muy recomendables. Su efecto, está muy conseguido y su durabilidad está a prueba de potros. Las piedras cúbicas de granito o típicos “adoquines” que se empleaban antes para empedrar las calles de nuestras ciudades, resultan atractivos si dejamos que en sus llagas, crezca el césped. El andar por ellas no es muy cómodo porque su superficie resulta irregular, pero reconocemos que su efecto es del todo singular y poco comparable con otros materiales de construcción. Las traviesas de madera de ferrocarril, ahora sustituidas por madera tratada, muy similar a aquellas pero sin el encanto que las rodeaba, resultan siempre atractivas, sobre todo si las acompañamos de marcos de roca natural, losa rústica o paños de césped intercalado. El efecto conseguido con cualquiera de estas combinaciones, resulta siempre atractivo e inigualable por otros tipos de materiales. La gravilla suelta, de diferentes calibres, colores y tonalidades, resulta bonita de observar y barata de instalar pero, incómoda para andar por ella y necesitada de frecuentes tratamientos herbicidas. Tiene a parte, la propiedad de, tarde o temprano, repartirse por el césped y los parterres que le colindan. Quizás se abusa de su instalación pensando solo en la rapidez de ejecución y no en la calidad del conjunto. Es costumbre, en la ciudad desde la que os escribo, Sevilla, la costumbre muy extendida de cubrir los caminos con albero compactado, recebado BRICOJARDINERÍA PRÁCTICA anualmente con aporte fino, aquí llamado albero flor. Este tipo de camino tiene su acertada aplicación en los conjuntos arquitectónicos tipo andaluz, con blancas paredes encaladas, herrajes de color negro o verde carruaje y voluptuosas buganvillas remarcando el conjunto. Aunque tiene sus detractores, por su simpleza y exceso de uso en zonas públicas, nos parece una opción conveniente en conjuntos de diseño tipo Mediterráneo/Andaluz. Una opción rápida y económica para construir un atractivo camino, son las pasaderas. Las podemos adquirir de madera o de hormigón prefabricado, asemejando rebanadas del tronco recién cortado de un árbol. Los caminos y senderos son trazos lineales que desde el punto de vista plástico, remarcan, dividen, empequeñecen o agradan, atraen o repelen las miradas del visitante pero, nunca, pasan desapercibidos Podemos encontrarlas de material sintético tratado contra los rayos solares y de mil y una formas. Una vez colocadas, destacan sobre el entorno porque presentan un gran atractivo plástico. La forma de instalarlas es bien fácil. Dado que el paso normal de una persona adulta es de 60-70 cm, ésta sería la distancia entre una y otra en el sentido longitudinal de la marcha y a tresbolillos de 20 cm de separación transversal entre una y otra. Una vez presentadas en el césped, se recorta éste copiando la forma de la pasadera y se retira el tepé que sobra, junto con su pan de raíces. Conviene añadir un poco de arena al fondo para conseguir nivelar las pasaderas mínimamente. Te recomiendo que si optas por ésta fórmula, elijas pasaderas de madera rústica de 5 cm de espesor, tratadas en autoclave y barnizadas con tonos oscuros, nogal por ejemplo. Si el desnivel en nuestros caminos sobrepasa esa pendiente máxima del 10%, no tendremos más remedio que instalar una escalera. Una escalera no es solo una necesidad. Una escalera, por sí sola, destaca y sobresale sobre otras construcciones y complementos del jardín. Merece la pena invertir tiempo y dinero en ella porque nos puede optimizar todo el conjunto con su sola presencia, aún no siendo del todo funcional. Recordaremos aquella vieja fórmula que hace una escalera cómoda o insufrible, aquella que recomendaba que la huella más dos veces la contrahuella diera como mínimo 65 cm de resultado y que siempre que podamos nos rescindamos a 15 cm de altura de contrahuella para que no sea un ejercicio gimnástico el subir por ella. 2 Contrahuellas + 1 Huella = 65 cm Los materiales de las huellas de los peldaños, han de estar tratados contra la verdina y no ser resbaladizos. Su construcción, ha de ser del mismo material que el resto del camino al que acompaña, recomendando sobre cualquier otra posibilidad, que se construya preferentemente curva y no recta, dado que la primera ornamentará mucho más que el ortodoxo y utilizado paño recto. Recomiendo éste extremo con tal interés que casi te diría que, aunque no necesites esa curvatura, provoques el que tu escalera la tenga para “obligar” a la bonita y decorativa construcción curva. La anchura que conviene que le des debe permitir el paso de dos personas, es decir, 1 m mínimo y no más de 1,50 m de ancho. Las escaleras y caminos de más anchura, pierden todo el encanto que su propia naturaleza les confiere e imprimen frialdad al ajardinamiento. No estará de más que inclinemos levemente la huella en pendiente del 1% para que drene con rapidez y nunca acumule el agua de la lluvia o el riego a la vez que instalemos los debidos pasamanos de seguridad si en la vivienda pudiera haber personas mayores o con dificultades de desplazamiento. Resulta un híbrido entre la escalera y el camino, aquella en que la huella mide entre 0,80-1,60 m y la contrahuella 15 cm. máximo como ya hemos indicado. Este escalón, nos permite dar uno o dos pasos antes de subir el siguiente, siendo la escalera recomendable cuando su trayectoria se mayor que 5 m o el desnivel total a superar, supere con creces ese 10% máximo recomendable para que un camino no sea un itinerario montañero. De nosotros depende el que nuestros clientes, dispongan en nuestros gardens de todo el material e información necesario tanto para acometer por ellos mismos la construcción de sus caminos, senderos y escaleras, como también de disponer de un adecuado asesoramiento sobre cuantos extremos hemos querido apuntar. Nº 172 27