anafinan_3mar12 - Rodriguez Silvero y Asociados

ASUNTOS LEGALES Y TRIBUTARIOS
ECONÓMICOS Y FINANCIEROS,
CONTABLES Y ADMINISTRATIVOS,
FORMALIZANDO Y FORTALECIENDO
EMPRESAS Y PROYECTOS.
Análisis de actualidad
SALARIO MÍNIMO LEGAL: REFORMA
Dr. Ricardo Rodríguez Silvero (*)
El Código Laboral vigente establece lo siguiente en su Art. 256:
“Antes de vencer el plazo establecido para su vigencia, el salario mínimo
será modificado cuando se comprueben, cualquiera de los siguientes hechos:
a) Profunda alteración de las condiciones de la zona o industrias,
motivadas por factores económico-financieros; y,
b) Variación del costo de vida, estimada en un 10% (diez por ciento)
cuando menos.”
Según datos del Banco Central, el Índice de Precios al Consumidor IPC,
calculado por esa entidad, está hoy en día lejos del 10% desde el último aumento
concedido al salario mínimo legal y tampoco se observa ninguna “profunda
alteración” de condiciones económico-financieras. Por lo tanto, no están dadas
las condiciones para entrar en negociaciones sobre el mismo.
Algunos argumentos utilizados en contra de su postergación, por representantes
de gremios sindicales, se reducen a expresiones tales como “Nosotros no
creemos en los datos sobre el aumento del costo de vida del Banco Central”;
“Tenemos la sensación de que el aumento de precios es mucho mayor y por eso
pedimos un 20%”; “El Poder Ejecutivo puede dar ese aumento”, etc.
EL IPC MIDE SÓLO LA INFLACIÓN A NIVEL URBANO. Con
relación a la primera argumentación hay que aclarar que el Índice de Precios al
Consumidor IPC mide sólo la variación de precios en ciudades; no los cuantifica
por niveles de ingresos; toma una encuesta realizada a 1.500 hogares urbanos y
cubre sólo unos 13.000 precios de bienes y servicios. Es decir, no es útil para
tomarlo como referencia del “costo de vida” a nivel nacional y menos aún por
estratos poblacionales. A pesar de eso, el IPC ha sido mal utilizado siempre
como indicador del costo de vida.
Por otra parte, lo cierto es que en este país no existe ninguna institución, ni
pública ni privada, que se dedique al cálculo del costo de vida por estratos de
ingresos ni al de la inflación a nivel nacional.
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Poeta Carlos M. Giménez 4676 esq. Mons. Sinforiano Bogarín
Villa Morra, Asunción–Paraguay Tel.: (595 - 21) 612 912 r.a.
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EMPRESAS Y PROYECTOS.
DESEMPLEADOS Y SUBEMPLEADOS NO SON CONVOCADOS.
Además, hay que tener en cuenta que los convocados para las negociaciones del
salario mínimo legal son los líderes de gremios sindicales, que representan a los
privilegiados del mercado laboral en este país, porque son los que tienen un
empleo estable. Aquí se ven graves deficiencias de representación: No están
representados en dichas negociaciones los desempleados ni los subempleados
así como tampoco existen representatividades para los que viven en la miseria,
es decir para los que no tienen recursos de ningún tipo (ni empleo estable ni
ahorros financieros ni propiedades) para sobrevivir dignamente.
Por eso mismo, urge la necesidad de plantear proyectos de ley que superen dicha
grave deformación estructural. Los peor afectados por el aumento del nivel de
precios son precisamente los subempleados y los desempleados así como
evidentemente todos aquellos en pobreza extrema que no tienen nada para
sobrevivir. Así como están las cosas, los aumentos de salarios mínimos
benefician solamente a la minoría de los trabajadores y, para peor, a los mejor
posicionados. De los desempleados y subempleados ni se habla en esas
negociaciones ni están convocados para participar en ellas.
Por otro lado, es tiempo de ir redactando mejor el mencionado artículo del
Código Laboral, evaluando si es necesario mantener el inciso a) y modificando
el b) de forma tal que se establezca allí qué indicador utilizar para medir el
“costo de vida”, definiendo a este último. También es hora de que el sector
privado y/o las organizaciones de la sociedad civil lo calculen sistemática- y
fidedignamente por sí mismos, para tener así una fuente de comparación y
control versus las estadísticas oficiales.
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1º.mar.12
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