Contrato de trabajo. Procedimiento preventivo de crisis. Salario. Exclusión de asignaciones familiares como base de cálculo. Extinción por despido. Fuerza mayor o falta o disminución de trabajo. Rentabilidad y nivel de ventas. Carrera Américo c/Seguridad Grupo Maipú S.A. y Otro s/despido, C.N.A.T., Sala VIII, 26/8/04. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 26 días del mes de agosto de 2004, se reúnen en acuerdo los jueces de la Sala VIII de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo para dictar sentencia en la causa del epígrafe, y, de acuerdo con el resultado del sorteo realizado, proceden a votar en el siguiente orden: EL doctor Juán Carlos E. Mornado dijo: I. La sentencia de primera instancia que condenó a Seguridad Grupo Maipú S.A. y – solidariamente– a Transportes Metropolitanos General Roca S.A. a satisfacer diversos créditos de naturaleza laboral, viene apelada por aquéllos y por el actor. II. El actor se queja por la base salarial utilizada en el cálculo de las partidas que integran la condena. Dice que la “a quo” omitió computar las sumas abonadas en concepto de asignaciones familiares. Seguridad Grupo Maipú S.A. se agravia porque la señora juez de grado desestimó la alegación de falta de trabajo que invocó con fundamento en el art. 247 L.C.T., porque hizo lugar a la duplicación indemnizatoria prevista en el art. 16 de la Ley 25.561 y, subsidiariamente, para el caso en que se mantenga este aspecto de la decisión, objeta el monto fijado a este crédito. Apela los honorarios regulados a la totalidad de los profesionales intervinientes por considerarlos elevados y la tasa de interés. Transportes Metropolitanos General Roca S.A. se queja porque se le extendieron los efectos de la condena con fundamento en el art. 30, L.C.T. III. El recurso del actor es improcedente. Las asignaciones familiares no son remuneración en sentido estricto, ya que no retribuyen la ejecución de la prestación laboral (art. 103 L.CT.), sino prestaciones del sistema de Seguridad Social para atender la contingencia “cargas de familia”. La Ley 24.714 que regula estas prestaciones, establece que “... no constituyen remuneración ni están sujetas a gravámenes, y tampoco serán tenidas en cuenta para la determinación del sueldo anual complementario ni para el pago de las indemnizaciones por despido, enfermedad, accidente o para cualquier otro efecto” (art. 23). Nunca se dudó de que ello es así, aún sin norma expresa como la citada, que sella definitivamente la suerte adversa de este agravio. IV. La demandada Seguridad Grupo Maipú S.A. insiste en postular que se encuadren las consecuencias indemnizatorias del despido en el art. 247 L.C.T. Disiente del criterio sostenido por la magistrada de que debió, antes de despedir, tramitar el procedimiento preventivo de crisis previsto en el art. 98 de la Ley 24.013. Sin perjuicio de mi opinión acerca del alcance que cabe asignar al art. 98 y subsiguientes de la Ley de Empleo, en casos como el sub lite, estimo improcedente la defensa fundada en la norma invocada al despedir. Ni el art. 98, ni el resto de los que componen el Cap. 6 de la Ley 24.013, prohíben los despidos sin observancia del procedimiento preventivo de crisis, que constituye una medida del ordenamiento para evitar despidos masivos, puesta a favor de los trabajadores y, por ello, exigible por éstos, pero no obligatoria para ellos. Lo único que se prohíbe es despedir o suspender colectivamente, y el ejercicio de medidas colectivas de acción directa (art. 104) a partir de la notificación de la apertura del procedimiento, que no es automático. Antes de esa notificación no existen reglas limitativas de la libre disposición de los contratos, en defecto de norma expresa prohibitiva, o que –como la del citado art. 104, consagre la inoponibilidad a los trabajadores afectados de las que se adopten en el curso del procedimiento (S.D. 30.964 del 13/12/02 “in re” “Keen v. SMATA s/acción de nulidad”). Con esta salvedad y, en lo que atañe específicamente al encuadre de las consecuencias indemnizatorias del despido del actor en el art. 247, L.C.T., adelanto que la recurrente no tiene razón. Las dificultades económicas que la apelante menciona no constituyen falta o disminución de trabajo, en el contexto de la norma. A las razones expuestas por la señora Juez a quo en el marco de la interpretación tradicional del dispositivo –que no define el concepto “falta de trabajo”–, agregó que, como lo he puesto de manifiesto en reiteradas oportunidades, tanto la fuerza mayor como la falta de trabajo constituyen circunstancias sobrevinientes de ineficacia funcional del contrato, afectan a su objeto, ya que, por efecto de circunstancias externas, no imputables al empleador, éste se encuentra imposibilitado, temporal o perdurablemente, de ocupar al trabajador (mi voto en “Melo de Pipastrelli Adriana v. I.S.S.P.I.C.A.”. Por ello, las circunstancias relativas a la rentabilidad de las empresas, frustratorias de las expectativas de sus titulares –esto es, de la causa en sentido subjetivo de uno de los contratantes, no del objeto del contrato–, no configuran la excusa limitativa de la carga indemnizatoria. La caída del nivel de ventas, o la de los requerimientos de servicios o trabajos por parte de terceros, son vicisitudes previsibles respecto de cualquier emprendimiento, que sólo el empresario debe asumir, a título de riesgo de empresa, porque las circunstancias relativas a la crisis generalizada de la economía, a la recesión y a la caída de las ventas, no imposibilitan, por sí mismas, la realización del proceso productivo (id., en “Flores, Miguel y Otros v. Cominco S.A.” del 31/7/89). En suma: el éxito o el fracaso de la explotación inciden únicamente en la esfera del empresario y resultan ajenos a las previsiones del art. 247, L.C.T. Es también improcedente la queja relativa a la admisión de la duplicación de la indemnización prevista en el art. 16 de la Ley 25.561. La norma duplica las indemnizaciones en los casos de despidos sin causa justificada. No regula solamente las consecuencias de los despidos ad nutum, sino todos los que, aún comunicados con expresión de una justa causa, no resultan justificados por la decisión judicial a la que remite el segundo párrafo del art. 242, L.C.T. Son procedentes los agravios relacionados con el monto de la indemnización y las partidas que deben ser incluidas para calcular el monto de la prestación. El art. 4 del Dto. 264/02 que reglamenta el art. 16 de la Ley 25.561, dispone que “la duplicación prevista en el art. 16 de la Ley 25.561 comprende todos los rubros indemnizatorios originados con motivo de la extinción del contrato de trabajo”. La duplicación abarca a la indemnización por despido (art. 245 L.C.T. o art. 7 Ley 25.013), la indemnización sustitutiva de preaviso (art. 232, L.C.T., o art. 6 de la Ley 25.013), integrada, en su caso, con los salarios del mes de despido (art. 233 L.C.T.) y la incidencia del sueldo anual complementario sobre estos dos últimos rubros. La suma de los importes que a ellos corresponde es $ 2.597,20. No se incluyen diversas sanciones que no son consecuencia del despido, sino de otros factores, como, en el caso que interesa, la mora del empleador (art. 2 de la Ley 25.323). Esta partida debe ser redefinida y –en consecuencia– recalcularse el capital nominal de condena. V. La sentencia debe ser revocada en cuanto afecta a la codemandada Transportes Metropolitanos General Roca S.A. a quien se le extendió solidariamente la responsabilidad en los términos del art. 30, L.C.T. La norma exige la transferencia de un establecimiento, o contratación o subcontratación de los trabajos o servicios propios de su actividad normal y específica. El concepto central sobre el que gira el dispositivo es el de establecimiento, unidad técnica o de ejecución de la realización del proceso productivo –en sentido amplio– comprensivo de la elaboración de bienes y de la prestación de servicios– que constituye el objeto de la empresa (art. 6 L.C.T.). Es esta unidad objeto de transferencia o cesión, son los trabajos que en ella se realizan o los servicios que en ella se prestan los susceptibles de contratación o subcontratación. Transportes Metropolitanos General Roca S.A. es una empresa que tiene como actividad normal y específica el transporte de personas por vía ferroviaria, mientras que Seguridad Grupo Maipú S.A. se encarga de prestar servicios de vigilancia. La diversidad de los objetos y de la actividad normal y específica de ambas demandadas torna inaplicable la norma en cuestión. VI. Por lo expuesto, y, en lo pertinente, argumentos propios de la sentencia apelada propongo: a) se la confirme en cuanto condena a Seguridad Grupo Maipú S.A. y se fije el capital nominal de condena en $7.489., al que accederán los intereses en la forma y a la tasa establecidas en grado (Acta C.N.A.T. 2357); b) se emita un nuevo pronunciamiento sobre costas y honorarios(art. 279, C.P.C.C.N.); c) se impongan las costas de primera instancia a la parte demandada (art. 68, C.P.C.C.N.) y se regulen los honorarios de la representación letrada de la parte actora, de la representación letrada de la parte demandada y del perito contador en el 16%, 13% y 7% de la suma de capital e intereses (arts. 6 y 7 Ley 21.839 y art. 3 del D.L. 16638/57); d) se impongan las costas de Alzada por el orden causado (arts. 68 y 71 del C.P.C.C.N.) y se regulen los honorarios de los profesionales firmantes de los escritos dirigidos a esta Cámara en el 25% de lo que les corresponda por su actuación en la instancia anterior (art. 14 Ley 21.839); d) se la deje sin efecto en cuanto afecta a la codemandada Transportes Metropolitanos General Roca S.A. a quien se absolverá de la demanda; b) se emita un nuevo pronunciamiento sobre costas y honorarios (art. 279, C.P.C.C.N.); (c) se impongan las costas de este proceso a la parte actora (art. 68, C.P.C.C.N.) y se regulen los honorarios de la representación letrada de la parte actora y de la representación letrada de la demandada – ambas por la total actuación – en el 15% y 18%, respectivamente de la suma que se toma como base para el resto de las regulaciones (arts. 6, 7 y 14 Ley 21839). Doctor Horacio V. Billoch dijo: Que por compartir sus fundamentos, adhiere al voto que antecede. Por ello, EL TRIBUNAL RESUELVE: I. a) Confirmar la sentencia apelada en cuanto condena a Seguridad Grupo Maipú S.A. y fijar el capital nominal de condena en $ 7.489.; b) Dejar sin efecto los pronunciamientos sobre costas y honorarios; c) Imponer las costas de primera instancia a la parte demandada; d) Regular los honorarios de la representación letrada de la parte actora, de la representación letrada de la parte demandada y del perito contador en el 16%, 13% y 7% de la suma de capital e intereses; e) Imponer las costas de Alzada por el orden causado y regular los honorarios de los profesionales firmantes de los escritos dirigidos a esta Cámara en el 25% de lo que les corresponda por su actuación en la instancia anterior; II. a) Dejar sin efecto la sentencia apelada en cuanto afecta a la codemandada Transportes Metropolitanos General Roca S.A. a quien se absuelve de la demanda, con costas al actor; b) Regular los honorarios de la representación letrada de la parte actora y de la representación letrada de la demandada –ambas por la total actuación– en el 15% y 18%, respectivamente, de la suma que se toma como base para el resto de las regulaciones. Regístrese, notifíquese y, oportunamente, devuélvanse. Morando y Billoch