Caminando con Gestalt Asociación Española de Terapia Gestalt Guillermo Pérez Cahen Tutor:Antonio Gómez Ceto Que el sol te traiga nueva energía cada día. Que la luna restaure tu ser suavemente por la noche. Que la lluvia te limpie de preocupaciones. Que la brisa sople nuevas fuerzas en tu ser. Que camines tranquilo por el mundo y aprecies su belleza todos los días de tu vida. Oración Apache 3 4 Agradecimientos Agradezco a mi madre y a mi padre, la vida y el amor recibido. Tú, papá, me transmitiste el amor a la naturaleza. Tú, mamá, me trajiste a la terapia. Recuerdo con gratitud la etapa de mi vida en la que inicio, paralelamente, el caminar y mi proceso de crecimiento con la terapia. Me siento agradecido a la gente que caminó conmigo en esos años de efervescencia. Del Camino de Santiago recuerdo a Dan, duro escocés, mi ángel de la guarda al que oí cantar en esa primera etapa desde Roncesvalles y que se convirtió en mi compañero de viaje. Gracias, sin tí no sé si me hubiera levantado esos primeros días. También agradezco el encuentro con los tres mosqueteros de Marbella que me contagiaron su libertad en la aventura. Ferran, compañero del Caminando con Gestalt: caminamos un buen trozo juntos y nos reímos de corazón. Estuvimos muy cerca y fue precioso. Gracias. Toni: recuerdo con emoción el collar con el amuleto que me dejaste para que me diera fuerza en el camino. Gracias por ayudarme a levantarme y confiar en mí. Pedro: en tu casa iniciamos los Caminando. Amigo leal, compañero, gracias por estar, por aparecer en esa curva con abismo, por corregirme, no sólo en la tesina. Teresa: por tu trabajo, tu honestidad y tu entrega; gracias, corazón. Javier: hombre generoso, a tu lado seguí el camino en una etapa de difícil transición. Gracias por tu apoyo. Antonio: contigo he recuperado una ilusión pérdida, y esta ilusión ha hecho posible el presente trabajo. En este tramo de camino he aprendido a confiar en mí. Carme, que bonito caminar contigo. Maipi, te quiero. A mis dos preciosos tesoros, Jonás y Candela. Y a todos los participantes de los grupos. Gracias. 5 Abstract Fruto de la experiencia que arranca en 1999 durante el recorrido del Camino de Santiago para superar una crisis personal, y tras mi formación como terapeuta Gestalt, doy forma a los grupos de “Caminando con Gestalt”, que son encuentros en la Naturaleza donde se aúna terapia gestáltica y experiencia vivencial de la Naturaleza. Esta tesina se propone describir los condicionantes y variantes del caminar, explorar el marco terapéutico de la actividad y la importancia de llevarlo a cabo en el medio natural, valorando sus beneficios. Incluyo relatos de la experiencia mediante textos de participantes y la estructura de algunos trabajos, que permiten apreciar los métodos y técnicas empleados (ejercicios corporales, de meditación, etc.) durante los talleres, así como los efectos que dichos ejercicios tuvieron en los integrantes. Así, pudo establecerse una propuesta de estructura para encuentros gestálticos en la Naturaleza que promueven una auto-consciencia enriquecida por la convivencia en la Naturaleza. A mi entender, el hecho de no hacer distinción entre terapia y convivencia durante el fin de semana, unido al trabajo en espacios abiertos, facilita la autorregulación organísmica, una relación más auténtica con uno mismo y el entorno. Una consecuencia de esta propuesta es, que mientras más se abra el espacio y el campo de acción en el cual se desarrolla la terapia, más relativo resulta el peso del terapeuta y más enriquecedora la experiencia, haciendo posible un acercamiento más humilde entre las personas honrando la Madre Naturaleza. 6 Caminando con Gestalt Índice Oración Apache…………………………………………………….….…….….3 Agradecimientos……………………………………………………..…....….…5 Abstract……………………………………………………….……….…….…..6 1 Introducción………………………………………………………….….…..…10 2 Lo que me ha llevado a hacer este trabajo…………………………….....……..12 3 Qué es y en qué consiste caminar……………………………………..…...…...14 3. a Nivel biológico y fisiológico. Lo obvio y lo concreto……………….…14 Equilibriocepción…………………………....……..….15 Propiocepción……………………..………….....….…15 Sistema vestibular…………………..…………...….....16 Músculos implicados en el caminar………………...…16 Biomecánica en la fase de apoyo de la marcha..…..….17 Biomecánica en la fase de oscilación de la marcha…...18 3. b Historia y evolución de nuestra especie. Caminar y ser……...……...….19 Un poco de historia de nuestra evolución……...…...…20 Bipedismo y especie humana………………….……....21 Vida de un ser humano. La necesidad………………….………...…..…22 Un pequeño homenaje a nuestros pies……..………….23 3. c Por dónde camino. El entorno o campo gestáltico……..…………..…...24 3. e El hombre de hoy en día no camina sino vuela. La neurosis..……...…..26 El ritmo……………………………………..……...….27 3. d Camino de corazón. La salud……………………………………….......28 Tratado sobre el corazón…………………………………...…...…........29 Darle su lugar al corazón……………………………………….…..…..30 El corazón en la sabiduría antigua………………………….………......31 Últimos avances de la ciencia acerca del corazón……….………..……32 Conexión neurológica…………………...………..…..32 Conexión bioquímica……………………..……..…....33 7 La comunicación biofísica………………..……….…...33 La comunicación energética……………….…..………33 Resonancia y coherencia………………………...……..34 El fenómeno en los relojes de péndulo……….…..........34 La variación de la frecuencia cardíaca, lenguaje del corazón………………………………………….…....…34 Respuesta del cerebro a la V.F.C…………..….……….35 El porqué del estado caótico o incoherente: cerebro 4 primitivo o sistema límbico………….……..36 Cómo caminar: el legado de diferentes culturas y tradiciones y su relación con los conceptos gestálticos………………………………..……38 4. a El caminar chamánico. Indios Lakota. Naturaleza interna, naturaleza externa………………………………….…………….……..38 4. b El caminar Taoista. Polaridades y vacío fértil……………………...…...40 4. c El caminar poético. Atención y marcha contemplativa………..……..…42 El arte de lo sencillo……………………………………………..……...42 5 4. d El caminar de los monjes del Monte Athos. El desapego………....……44 4. e Peregrinajes. Estructura de viaje y camino de crecimiento……...……..46 ¡A caminar!..........................................................................................................49 5. a Experiencias personales………………………………………...………50 El Camino de Santiago. Renacer………………………………..……...50 Caminar sin avanzar…………………………………………….…...….51 5. b Experiencias grupales: Caminando con Gestalt……………….…...…...52 Un cuento: se hace camino al andar………………………….…...…….52 Marco y estructura de trabajo………………………………..….……....54 El grupo de Caminando con Gestalt………....….….…54 Técnicas y consignas en el caminar……………..…….55 Aprender a caminar……………………………..……..55 Atención…………………………………….....…..…..56 Silencio interno……………….……………...……..…56 Percepción………………………………………….....56 Autoobservación………………………….………..….56 Intención……………………………………...…….....56 La postura del zorro……………………………….…..57 8 Caminata de la atención………………………………...57 Caminata equilibrada…………………………….……...58 Estructura de trabajo de un fin de semana……………………………..…60 Recogida de algunas vivencias de participantes del grupo CCG 2008...…61 Teresa…………………………………………………....62 Talleres 2010…………………………………………………….…….….82 Taller de fin de semana Mas de Caret, primavera de 2010………….........82 Taller de fin de semana, Mas de Comademont, otoño de 2010…...….…..85 Testimonios y valoraciones de integrantes, 2004-2010…………….….…88 Pedro………………………………………………........88 Javier……………………………………………...….….91 Antonia ………………………………………...…….…93 6 7 ¿Para qué seguir caminando?..................................................................................94 6. a Una forma de estar en el mundo, una forma de andar por el mund.….......94 6. b El placer de caminar……………………………………………………....95 Conclusión……………………………………………………………………..…96 Bibliografía…………………………………………………………………..…...100 9 1 Introducción Mi padre nació en el 31. Vivió la Guerra Civil y, como muchos españoles, padeció la posguerra. Como la mayoría de su generación, fue educado con los valores del trabajo y del esfuerzo. Mi padre se pasó la vida trabajando. Con 65 años se jubiló y pudo realizar uno de sus sueños: irse a vivir al campo. No sé si a 20 km de Barcelona se le puede llamar campo pero hay árboles, los caminos son de tierra y por las mañanas se oye los pájaros trinar. Al cabo de tres o cuatro años de mudarse mi padre me llamó una mañana y me comentó que, desde hacía unos días, se había acercado a su casa un cachorrillo de perro, todo negro, infestado de garrapatas. Le estaba dando de comer. Me pidió ayuda para cogerlo y llevarlo al veterinario. Ese cachorro se convirtió en el compañero de mi padre, el fiel compañero de sus andares matinales. Recuerdo la pasión con la que mi padre me hablaba de sus paseos que se fueron convirtiendo en los mejores momentos del día. Me contaba sus sensaciones, el fresquito de la mañana, el olor de los pinos, los recuerdos que le despertaba el contacto con la naturaleza y lo orgulloso que se sentía cada vez que alargaba un poco más la caminata. Me contaba también cómo ordenaba y calmaba sus pensamientos. Mi padre nunca antes se había dado tiempo para caminar. Y, como mi padre, muchos de nosotros. Vivimos en la era de la velocidad. El mundo que nos rodea se mueve con más rapidez de lo que jamás lo había hecho. Nos esforzamos por ser más eficientes, por hacer más cosas en menos tiempo. Desde que la revolución industrial hizo avanzar al mundo, el culto a la velocidad nos ha empujado en una carrera descontrolada en el que el ritmo de nuestras vidas gira de forma vertiginosa. Caminar se ha convertido en una actividad, en una forma de desplazarse, demasiado lenta para nuestra civilización. Sin embargo, de todas las actividades que efectuamos deliberadamente, caminar es la más cercana a los ritmos naturales que agitan nuestro cuerpo, tales como la respiración o los latidos del corazón. Caminar crea un equilibrio sutil entre trabajar y reposar, entre ser y estar. El ritmo natural del ser humano, caminar, se ha convertido en un ritmo demasiado lento para la sociedad que hemos creado. Caminar ha quedado obsoleto. La consecuencia de esta paradoja, de este contrasentido, de esta locura, es la neurosis colectiva que padecemos. El hombre de hoy en día no camina sino vuela. Una sociedad en la que los hombres y las mujeres no tienen tiempo para caminar es una sociedad enferma. En la primera parte del trabajo voy a argumentar este punto de vista y ver las consecuencias que se derivan. Para poner la atención en lo que realmente significa caminar es necesario ampliar la mirada y ver nuestro proceso de desarrollo como especie, la evolución de nuestra peculiar forma de 10 desplazarnos y cómo esta forma nos ha ido formando y conformando en lo que somos actualmente. Todo este proceso está íntimamente ligado con la ampliación de nuestra conciencia. En la segunda parte del trabajo me propongo centrarme en las diferentes formas de caminar. Como es algo que hemos hecho durante casi toda nuestra vida, caminar raras veces es una acción consciente. El eje de este apartado es la actitud, el cómo nos ponemos a andar. A lo largo de nuestra historia, muchas tradiciones y culturas antiguas caminaron para desarrollar su conciencia y crecer como seres humanos. Caminar con conciencia es el movimiento a través del cual entramos en un contacto real y profundo con nuestro entorno y con nosotros mismos. Caminar se convierte en un estado en el cual el espíritu, el cuerpo y el mundo se responden, como tres personajes que se pusieran a conversar, como tres notas que de repente compusieran un acorde. Caminar nos permite entonces habitar nuestro cuerpo y el mundo sin dejarnos acaparar por ellos. En el siguiente apartado hablaré de mi propia experiencia caminando y de la experiencia acumulada en diferentes trabajos grupales desde 2004 hasta hoy en día. Hablaré del marco y de la estructura que se fueron perfilando a lo largo de estos años y de algunas técnicas y consignas que fueron enriqueciendo nuestro trabajo. Me centraré especialmente en el grupo de Caminando con Gestalt de 2008, aportando algunas vivencias de sus participantes. Acabaré este capítulo con los testimonios de algunos de los integrantes de estos grupos. Finalmente, quiero terminar este trabajo con una reflexión acerca, tanto del placer como del acto político implícito en el caminar. Como dice Claudio Naranjo, la terapia Gestalt es mucho más que una terapia, es una forma de estar en el mundo. De forma paralela, quien decide caminar, como quien decide actuar y trabajar, decide entregarse en cuerpo y alma en el mundo, como forma de conocer el mundo a partir del cuerpo, y el cuerpo a partir del mundo. 11 2 Lo que me ha llevado a hacer este trabajo A principios de julio de 1999 me fui para Roncesvalles con la intención de recorrer el Camino de Santiago. En el bolsillo llevaba dos gramos de heroína. Dos gramos, pensaba yo, para suavizar el mono que tendría que pasar. Si me los administraba bien... Tenía 30 años y mi experiencia caminando era inexistente. En Barcelona siempre había utilizado los transportes públicos hasta que me compré una moto, ideal para la ciudad, rápida y práctica. No necesitaba caminar. Es más, me parecía una pérdida de tiempo. Como medio de transporte, caminar era lento y como deporte, flojo y aburrido. No tenía lugar en mi vida. En enero de ese año, había vuelto a casa de mi madre. Llevaba dos años esnifando heroína y mi pareja de aquel entonces me había echado de casa. Fui a buscar ayuda a un centro de asistencia sanitaria y poco más tarde, a través de un amigo de mi madre, conocí a quien iba a ser mi terapeuta gestáltico los siguientes años. En esos primeros meses en casa de mi madre dejé de tomar pero en marzo o abril recaí. De nuevo estaba inmerso en la mentira, no me atrevía a decírselo a nadie. Me moría de asco hacia mí mismo, de vergüenza y desesperación. Por entonces vendía lámparas. Las montaba con una estructura de hierro y la pantalla la hacía con cuerdas naturales. En junio opté por irme de viaje con mi furgoneta a vender por España. Necesitaba alejarme. Cuando llegué a León, recuerdo que vi pasar unos cuantos peregrinos. Me llamaron la atención y fui preguntando. Así es como me enteré de la existencia del Camino de Santiago. Nada más volver a Barcelona, decidí hacer el Camino. Pasé el mono caminando. Todos los días me levanté. Todos los días caminé. Llegué a Santiago el 27 de julio. Durante esos días recuperé parte de mi fuerza y parte de mi dignidad. Había iniciado mi camino espiritual. Desde entonces, caminar ha sido algo importante y necesario en mi vida. En el 2004, al iniciar el último año de formación en terapia Gestalt, Ferran, compañero y amigo, y yo decidimos montar un grupo de fin de semana cuya actividad principal fuese caminar por la naturaleza. En esos años, tanto Ferran como yo estábamos cursando dos formaciones a la vez, lo que suponía estar encerrado la mayoría de los fines de semana en una sala, a menudo en un sótano húmedo, con luz artificial y en pleno centro de la ciudad. La iniciativa surgió de nuestra necesidad de salir y estar en contacto con la naturaleza. Durante los siguientes cinco años fuimos organizando salidas con nuestro grupo, Caminando con Gestalt. Fuimos investigando, probando cosas hasta consolidar una estructura de trabajo coherente que se adaptaba a lo que nosotros queríamos. Recuerdo esas salidas con cariño y gratitud. Recuerdo trabajos intensos y muchos momentos divertidos y agradables. A través de mi experiencia y de la experiencia de trabajo con los grupos terapéuticos estoy 12 convencido de la importancia y del poder sanador que tienen el caminar y el contacto con la naturaleza. Creo que son los dos ingredientes perfectos para mezclar con la terapia Gestalt. 13 3 Qué es y en qué consiste caminar ¿Qué hay de salida? De salida, una tensión muscular. En apoyo sobre el pilar de una pierna, el cuerpo se sostiene entre el cielo y la tierra. ¿La otra pierna? Un péndulo cuyo movimiento parte de atrás: el talón se posa en el suelo, el peso del cuerpo bascula hacia la parte delantera del pie, el dedo gordo se levanta, y de nuevo el sutil equilibrio del movimiento inverso, las piernas intercambian su posición. De salida hay un paso y luego otro, y otro más que, como los latidos en la piel de un tambor, se suman para componer un ritmo: el ritmo de la marcha. Nada tan evidente ni nada tan oscuro a la vez como este desplazamiento que se pierde tan fácilmente en la religión, la filosofía, el paisaje, la anatomía, la alegoría, la desesperación... La historia corporal del caminar es la historia de la evolución del bípedo humano y de su anatomía. 3.a Nivel biológico y fisiológico. Lo obvio y lo concreto. Caminar es algo que todos sabemos hacer desde muy pequeños. Es algo tan sencillo y tan natural como el respirar y por esta razón muchas veces olvidamos el valor y la importancia que tiene en nuestras vidas. No solo eso: solemos olvidar también el milagro que se esconde detrás de este acto tan corriente y anodino. Los procesos corporales que implica la marcha son de tal complejidad que hasta ahora no hemos sido capaces de crear ningún artefacto que se desplace con dos piernas y con la coordinación de un ser humano. El acto de caminar implica un entramado de procesos corporales, la mayoría de ellos inconscientes, que relacionan nuestro interior con el entorno. Músculos, tendones, huesos, articulaciones, terminaciones nerviosas y sentidos necesitan cooperar y armonizarse para hacer posible el movimiento. “Ahora bien, debemos considerar en primer término que el organismo funciona como un todo. No es que tengamos un hígado y un corazón. Somos un 1 corazón y un cerebro” . Todo nuestro cuerpo se moviliza para caminar y es necesario sintonizar las inteligencias repartidas por prácticamente todas las células de nuestro ser. Estas inteligencias implicadas han sido estructuradas, catalogadas y etiquetadas por las ciencias para poder ser estudiadas. Hablamos de la equilibriocepción, la propiocepción y del sistema vestibular que se coordinan con nuestros músculos y huesos. Vale la pena describir estos procesos ya que creo que nos pueden ayudar a entender-sentir las palabras de Perls: “la vida es un darse cuenta de sus necesidades, son sentimientos que se auto-apoyan. Cada célula elige, asimila nutrición del plasma. Utiliza 1 Perls, F. (2002). Sueños y existencia. Chile: Cuatro vientos. p. 17 14 substancia de donde fabricar la bilis, las hormonas o los pensamientos. Tiene una mente, conoce su trabajo. Tiene una conciencia social. Su propia supervivencia está a tono y sirve al organismo 2 total” . Equilibriocepción La equilibriocepción o sentido del equilibrio es uno de los sentidos fisiológicos. Les permite a humanos y animales caminar sin caerse. Algunos animales son mejores en esto que los humanos; por ejemplo, los gatos, que pueden caminar sobre una valla finísima usando su oído interno y cola para equilibrarse. Todos los animales evalúan y responden a los desplazamientos del equilibrio, donde el cuerpo se encuentra en balance con respecto a la gravitación, la aceleración y otras fuerzas que afectan a su posición y movimiento. Incluso las medusas se enderezan a sí mismas luego de voltearse de cabeza. Los primeros órganos del equilibrio evolucionaron entre los peces, anfibios y reptiles y tenían poco o nada que ver con la audición. El sentido del equilibrio es el que nos da lo que se llama conciencia espacial, y las fuentes o vías de información que nos transmiten los eventuales cambios en esta relación son la vista, el laberinto posterior y la sensibilidad propioceptiva en las articulaciones y músculos y la sensibilidad exteroceptiva táctil. La vista informa de los movimientos de los objetos y de su situación relativa. La sensibilidad propioceptiva informa de los cambios de posición de la cabeza con respecto al resto del cuerpo y las plantas de los pies al contacto con el suelo, destacando el importante papel de la cabeza con respecto al resto del cuerpo. El laberinto posterior capta los desplazamientos espaciales de nuestro cuerpo. Propiocepción La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. La propiocepción regula la dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas, interviene en el desarrollo del esquema corporal y en la relación de éste con el espacio, sustentando la acción motora planificada. Otras funciones en las que actúa con más autonomía son el control del equilibrio, la coordinación de ambos lados del cuerpo, el mantenimiento del nivel de alerta del 2 Perls, F. (1975). Dentro y fuera del tarro de la basura. Chile: Cuatro Vientos. P. 24 15 sistema nervioso y la influencia en el desarrollo emocional y del comportamiento. Además de las unidades de uso que se encuentran en el sistema músculo-esquelético, el sentido de la propiocepción se compone de neuronas sensoriales que están en el sistema visual, auditivo y vestibular. Existen receptores específicos para la presión, luz, temperatura, sonido y otras experiencias sensoriales que reciben el nombre genérico de receptores de estímulo adecuado. Sistema vestibular El sistema vestibular responde a los movimientos del cuerpo a través del espacio y los cambios de posición de la cabeza. En conjunto con el sistema propioceptivo, mantiene el tono muscular, coordina automáticamente el movimiento de los ojos, cabeza y cuerpo, manteniendo un campo visual estable y es fundamental en la percepción del espacio y en orientación del cuerpo en relación a éste. Resumiendo: La propiocepción es la percepción del conocimiento del cuerpo o de la situación de las diferentes partes de nuestro cuerpo. La equilibriocepción o sentido del equilibrio es la sensación del equilibrio y se relaciona con las tres cavidades semicirculares que contienen líquido en el oído interno, permitiendo la detección de los tres ejes del espacio; arriba-abajo, izquierda-derecha y adelante-hacia atrás. En esta mirada un más detallada de lo que implica el caminar se hace evidente una de las aportaciones fundamentales de la psicología de la Gestalt a la terapia gestáltica: El todo es más que la suma de las partes. Para ahondar en este postulado quiero nombrar los músculos más importantes involucrados en la marcha así como observar el movimiento desde la biomecánica que nos brinda la posibilidad de observar la necesaria coordinación de distintas partes de nuestro cuerpo. Músculos implicados en el caminar No son solo los músculos de las piernas los que nos hacen avanzar. De nuevo es necesaria la colaboración de nuestro cuerpo en su totalidad para accionar el sistema motor. 16 Los músculos implicados de forma más directa en la marcha son: El cuádriceps. En la parte delantera de los muslos, que son con mucho los músculos más grandes del cuerpo. Plantean e impulsan el muslo y la pierna. Los músculos isquiotibiales. Estos forman la parte posterior del muslo y mueven la pierna hacia atrás. Los músculos de los glúteos. Muy potente y voluminoso, el trabajo del glúteo consiste en completar el retroceso del paso. Los músculos del estómago. Estos se contraen a cada paso. Los músculos de la pantorrilla. Son músculos pequeños, pero están entre los músculos más utilizados en el andar. Los músculos secundarios que también participan son: Los músculos estabilizadores de la pelvis. Estos forman una corona muscular alrededor de la pelvis e incluyen los abductores internos, los músculos abdominales en la parte delantera y los músculos espinales en la parte posterior. Los músculos tibiales anteriores en frente de los músculos de la pantorrilla. Estos se utilizan para levantar el pie en la marcha. El brazo y los músculos del hombro. Estos contribuyen en menor medida que los demás, pero bien coordinados ayudan a economizar mucha energía durante el movimiento. Biomecánica en la fase de apoyo de la marcha La fase de apoyo comienza cuando el talón contacta con el suelo y termina con el despegue de los dedos. La división en dos fases del contacto del metatarsiano del pie y de la punta de los dedos, constituye un período de doble apoyo que caracteriza la marcha y que no ocurre en la carrera. Esta fase de apoyo influye de la siguiente manera en las distintas partes del cuerpo: 1. Columna vertebral y pelvis: Rotación de la pelvis hacia el mismo lado del apoyo y la columna hacia el lado contrario, Inclinación lateral de la pierna de apoyo. 2. Cadera: Los movimientos que se producen son la reducción de la rotación externa, después de una inclinación interna, impide la aducción del muslo y descenso de la pelvis hacia el lado contrario. Los músculos que actúan durante la primera parte de la fase de apoyo son los tres glúteos que se contraen con intensidad moderada, pero en la parte media disminuyen las contracciones del glúteo mayor y del medio. En la última parte de esta fase se contraen los abductores. 3. Rodilla: Los movimientos que se producen son ligera flexión durante el contacto, que continúa hacia la fase media, seguida por la extensión hasta que el talón despega cuando se flexiona la rodilla 17 para comenzar con el impulso. La flexión baja la trayectoria vertical del centro de gravedad del cuerpo, incrementándose la eficacia de la marcha. La musculatura actuante son los extensores del cuádriceps que se contraen moderadamente en la primera parte de la fase de apoyo, siguiendo una relajación gradual. Cuando la pierna llega a la posición vertical la rodilla aparentemente se cierra y produce una contracción de los extensores. Los músculos isquiotibiales se activan al final de la fase de apoyo. 4. Tobillo y pie: Los movimientos producidos en esta fase son la ligera flexión plantar seguida de una ligera flexión dorsal. Por ello los músculos que actúan son el tibial anterior en la primera fase de apoyo, y el extensor largo de los dedos y del primer dedo, que alcanzan su contracción máxima cerca del momento de la transición de la fase de impulso y apoyo. Sin embargo, la fuerza relativa de estos músculos está influenciada por la forma de caminar cada sujeto. Biomecánica en la fase de oscilación de la marcha Esta fase, como ya sabemos, comienza con el despegue de los dedos y termina con el choque del talón. Participando las siguientes partes del cuerpo: 1. Columna y pelvis: Los movimientos que se producen son la rotación de la pelvis en sentido contrario a la pierna que se apoya y a la columna, con ligera rotación lateral de la pelvis hacia la pierna que no se ha apoyado. La rotación de la pelvis alarga el paso y disminuye la desviación lateral del centro de gravedad del cuerpo. Entre los músculos destacan los semiespinales, oblicuo externo abdominal, que se contraen hacia el mismo lado de la rotación de la pelvis. En cambio, los músculos elevadores de la columna y oblicuo abdominal interno se contraen hacia el lado contrario. Mientras, el psoas y el cuadrado lumbar ayudan a mantener la pelvis hacia el lado de la extremidad impulsada. 2. Cadera: Los movimientos son de flexión, rotación externa (por la rotación de la pelvis), abducción al comienzo y al final de la fase. Para ello los músculos actuantes son el sartorio, tensor de la fascia lata, pectíneo, psoas ilíaco, recto femoral y la cabeza corta del bíceps femoral, que se contraen precozmente en la primera fase del impulso, cada uno con su propio patrón. El sartorio y la cabeza corta del bíceps, por ejemplo, cuando los dedos pierden el contacto con la superficie y el tensor, tanto en esta fase como en la parte media del impulso. La contracción de los isquiotibiales con una intensidad moderada durante la extensión de la rodilla, como parte de la oscilación y los glúteos mayor y medio, se contraen ligeramente al final del impulso; a su vez el glúteo mayor sirve como ayuda al equilibrio y como guía de desplazamiento hacia delante de la extremidad. 3. Rodilla: Los movimientos son la flexión en la primera mitad y extensión en la segunda parte. 18 Para ello los músculos que trabajan al igual que en la flexión de la cadera hay una pequeña oscilación debida a los extensores del cuádriceps que se contraen ligeramente al final de esta fase, así como el sartorio y los isquiotibiales que aumentan su actividad en la marcha rápida. 4. Tobillo y pie: Hay dorsiflexión (evita la flexión plantar) y trabajan el tibial anterior, extensor largo de los dedos y del pulgar que se contraen al comienzo de la fase de oscilación y que disminuye durante la parte media de esta fase. Al final de la misma este grupo de músculos se contraen otra vez potentemente como preparación del contacto del talón; los flexores plantares están completamente relajados durante toda la fase. 3.b. Historia y evolución de nuestra especie. Caminar y ser. La adaptación de nuestro cuerpo al caminar es un punto central de tal envergadura que llega a teñirse de contornos míticos. Basta recordar la pregunta de la esfinge a Edipo: «¿Qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?» . En este famoso acertijo el caminar por si solo distingue al ser humano de todas las demás especies. Queda aún más clara la versión más elaborada que presenta Aristófanes el gramático: “Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único que cambia su aspecto de cuantos seres se mueven por tierra, aire o mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la movilidad de sus miembros es mucho más débil.” 3 Caminar erecto sobre dos piernas es tan indisociable al hombre como sus cinco sentidos y está íntimamente ligado a lo que es anatómicamente y biológicamente el ser humano. Otro enfoque, aparte del fisiológico y del biológico, para ampliar la visión de lo que implica caminar es acercarse al estudio del desarrollo de nuestra especie. Si los filósofos no tienen gran cosa que decir sobre la significación profunda del andar, los científicos se muestran actualmente mucho más motivados a disertar sobre este asunto. Paleontólogos, antropólogos y anatomistas se han lanzado a una discusión apasionada, y a menudo partidaria, para determinar cuándo y por qué el mono del cual procedemos se irguió un día sobre sus patas traseras, hará aproximadamente unos tres millones y medio de años, y caminó el tiempo suficiente para que su cuerpo haya evolucionado hasta el nuestro, en equilibrio vertical sobre dos piernas que son suficientes para la locomoción. 3 Esfinge (mitología). En Wikipedia. Recuperado el 12 de noviembre 2013, de http://es.wikipedia.org/wiki/Esfinge_mitologia 19 Un poco de historia de nuestra evolución como bípedos A partir de los estudios realizados con fósiles de hace cinco millones de años, se puede deducir que comenzaron a aparecer homínidos que tenían la capacidad de caminar erguidos en sus patas. Éstos fósiles son muy abundantes y se han descubierto en una gran cantidad de lugares en África. De estos animales hemos llegado a tener tantos datos que no ha sido difícil tener una idea de su forma de vida. De hecho, se han encontrado al menos dos tipos generales. Uno de individuos mayores llamado Australopithecus robustus que vivía en zonas boscosas y tenía una mandíbula muy poderosa que le ayudaba a comer alimentos muy duros, y otro, más frágil en su complexión, que vivía en las praderas. A éste se le ha llamado Australopithecus gracilis. Ambos eran más pequeños que el hombre actual, ya que llegaban a medir hasta 1,20 m aproximadamente, o sea lo que mide en la actualidad un niño de cinco a ocho años. En ambos tipos de australopitécidos se han descubierto los huesos necesarios para decir si estos seres caminaban o no erguidos como nosotros. Por un lado se ha encontrado que la unión que tiene el cráneo de estos animales y su columna vertebral es característica de la posición erguida, ya que la inserción está en el centro del cráneo. En animales como el gorila, que camina a cuatro patas, la inserción de la columna se encuentra en la parte posterior. Sin duda la forma de los huesos de la cadera es uno de los hechos que más nos ayudan a comprobar que los australopitécidos caminaban erguidos, pero existen otros. Los huesos de la cadera de los animales que caminan a cuatro patas son alargados y angostos. Tal es el caso de los chimpancés y los gorilas. Los huesos de nuestra cadera son, en cambio, cortos y anchos para sostener el peso del cuerpo. En los australopitécidos el hueso de la cadera aunque no es exactamente humano, tampoco es alargado como el de los monos. De estos dos hechos se concluye que los australopitécidos desde hace entre tres y cuatro millones de años ya caminaban erguidos en las patas traseras. Se ha descubierto, además, evidencia más directa de que hace casi cuatro millones de años había homínidos que caminaban erguidos, esto es, la existencia de pisadas fosilizadas de tres individuos. Junto con esas pisadas se encuentran huellas de otros animales (rinocerontes, jirafas y elefantes). Se ha reconstruido lo que debió de haber ocurrido: hubo una erupción de un volcán y cuando las cenizas estaban todavía calientes, en lo que ahora es Laetoli (Tanzania), llovió y el agua hizo una mezcla lodosa; fue entonces cuando tres australopitécidos caminaron por allí. Se sabe que son pisadas de animales que caminaban erectos por las huellas del dedo gordo y el talón, que son muy características. Dos de los individuos caminaron juntos mientras que el tercero (un niño) lo hizo por el mismo lugar pero no junto a ellos ya que las pisadas están demasiado cerca unas de otras. Así pues estas huellas, descubiertas en 1976, representan la evidencia más directa de que hace 3 750 000 años tres homínidos ya caminaban erguidos como lo hacemos en la actualidad. 20 Bipedismo y especie humana El único punto incontestable es que este modo de desplazamiento constituye el primer signo distintivo de lo que iba a devenir la especie humana. Las causas del bipedismo son seguramente múltiples y sus consecuencias innombrables: con el bipedismo se pudo abrir una infinidad de nuevos horizontes a lo posible; por ejemplo ha liberado el par de miembros adheridos a lo alto de nuestro cuerpo vertical, los brazos, que quedan disponibles para agarrar algo, para hacer o romper, con toda libertad para poder transformarse en los manipuladores más hábiles del mundo animal. Esta es la consecuencia más importante según la cual, para ciertos especialistas, la facultad de desplazarse de pie sería el mecanismo previo gracias al cual nuestro cerebro pudo desarrollarse. Y es que, generalmente, es la conciencia la que es presentada como la especificidad absoluta de la humanidad. Sin embargo, el cuerpo humano no tiene tampoco equivalente sobre la tierra, y bajo ciertos aspectos, su forma ha moldeado la conciencia. No puede existir diferencia alguna entre estructura y función, uno de los conceptos fundacionales de la terapia gestáltica:“Estructura y función son idénticos: al cambiar una estructura se cambia la función; al cambiar la función se 4 cambia la estructura” . Según todos los indicios de diferentes investigaciones nuestra transformación en bípedos no ha creado la inteligencia pero sí le ha servido de trampolín. La inteligencia tiene su sede en el cerebro y su influencia se extiende por todo nuestro cuerpo. En la pelvis, por ejemplo, teatro secreto donde el pensamiento y el movimiento de piernas se encuentran, aunque no siempre sea sin conflicto. Pocas partes de nuestro esqueleto son tan elegantes y complejas al tiempo que resulta difícil de poder representarla por estar envuelta de carne, perforada de orificios e impregnada de preocupaciones. De nuevo aparece evidente en esta mirada en el proceso evolutivo del hombre que no existe la posibilidad de estudiar o de entender la capacidad de tener conciencia del ser humano sin tener en cuenta su cuerpo, y tan importante para esta conciencia son las piernas como el cerebro. No existe rango de superioridad porque no existe realmente uno sin el otro. Solo podemos separar las partes de un cuerpo cuando nos colocamos en un plano conceptual. Somos un todo indivisible: pies, atención, sangre, razonamiento, visión, bilis. De todo ello vemos en la historia del hombre que el caminar es en sí mismo un medio de arrimar el pensamiento a un conocimiento personal y físico del mundo. Generalmente es la conciencia la que es presentada como la especificidad absoluta de la humanidad. Sin embargo, el cuerpo humano no tiene equivalente tampoco sobre la tierra y en cierta manera, su forma ha amoldado la conciencia. Nada en el reino animal se parece a esta columna de carne y huesos constantemente amenazada por la caída, nada es comparable a esta torre fiera y coja a la vez. Las pocas especies que se mantienen realmente sobre dos patas, los pájaros, los canguros, guardan 4 Perls, F. (1975). Dentro y fuera del tarro de la basura. Chile: Cuatro Vientos. P. 175 21 el equilibrio gracias a ciertas particularidades anatómicas, sus apéndices caudados. Además, estos bípedos saltan más que caminan. Nuestra forma de avanzar con largas zancadas es seguramente única por lo precaria que resulta. En cada paso, rozamos la catástrofe. La deambulación del bípedo humano tiene aires de catástrofe potencial ya que únicamente el movimiento rítmico que empuja una pierna y luego la otra hacia adelante impide que se estampe contra el suelo. Debemos seguramente a nuestra capacidad de caminar la destreza de nuestras manos, el auge de nuestra inteligencia, pero la marcha en sí misma no se ha vuelto ni más rápida ni más potente. Por más que sea ella la que nos ha separado de los demás animales es, actualmente, como la sexualidad y el nacimiento, la respiración y la digestión, una función que nos remite a los límites de lo biológico. 3.c Vida de un ser humano. La necesidad. Empujados a la acción por el deseo y la carencia Caminar es una necesidad para vivir o, como mínimo, un medio necesario para satisfacer nuestras necesidades. De pequeños aprendimos a caminar afín de correr detrás de los deseos que nadie sabría satisfacernos: deseo de coger lo que se encuentra a distancia, deseo de libertad, de independencia lejos de los confines tranquilizadores del edén maternal. Nos vemos empujados a la acción por el deseo y la carencia: la necesidad. A título personal no es el nacimiento y menos aún las primeras sonrisas lo que firma definitivamente la entrada del niño o la niña en el mundo de los hombres y de las mujeres; son sus primeros pasos, siempre esperados y vividos como una revelación. En especies equinas, la marcha y cuadripedestación se produce inmediatamente al momento de nacer. En la especie humana, la bipedestación y marcha es posterior al año de vida. En el momento del nacimiento, el bebé sostenido por las axilas efectuará movimientos de adelante atrás con las piernas, un movimiento de andar, que perderá en pocas horas hasta el momento de sus primeros pasos efectivos. La persistencia de este reflejo de caminar arcaico se puede interpretar como la traza, en nuestro patrimonio hereditario, del comportamiento de huida del neonato útil a los animales que nos precedieron en la evolución. Rousseau, uno de los escritores con más influencia del período de la ilustración en Francia, precursor de la democracia, y un gran aficionado a la marcha, pensaba que había que buscar la verdadera naturaleza de la humanidad en sus orígenes. Comprender sus orígenes permitiría entender quiénes éramos y quiénes debiéramos ser. Rousseau sostenía que el hombre nacía bueno, el noble 22 salvaje, y que era la sociedad la responsable del envilecimiento de nuestra especie. Dejando de lado la parte filosófica y moral y retomando la premisa de que comprender los orígenes aporta luz a lo que somos, me quedo con la característica estructural principal y diferenciadora del ser humano: el bipedismo. Una de las últimas explicaciones acerca del proceso de pasar de cuadrúpedos a bípedos 5 fue expuesta por un investigador llamado Peter Wheeler que propuso una teoría sencilla: el caminar bípedo tuvo como efecto disminuir considerablemente la cantidad de rayos solares a los que se exponían los primeros homínidos cuando se desplazaban por zonas descubiertas. Esto les permitió dejar la sombra de los bosques. Peter Wheeler añade que la bajada de temperatura inducido por este cambio, acabó por regular la temperatura de la sangre que circula, entre otros, en el cerebro. Esto disminuyó los riesgos de golpes de calor y suprimió consecuentemente el hándicap fisiológico ejercido hasta entonces sobre el tamaño del cerebro del Homo. Gracias a estos cambios la especie adquirió un cerebro más grande así como la posibilidad de aventurarse cada vez más lejos. De nuevo consciencia y bipedismo son términos que se entremezclan y se funden. Estructura y función se tornan indisociables. Nuestros pies bien merecen todo nuestro reconocimiento; son y forman parte, de nuestra consciencia. Han sido necesarios a la especie humana para crecer en todos sus aspectos. Un pequeño homenaje a nuestros pies Desde el punto de vista anatómico nuestros pies están formados por 26 huesos, 107 ligamentos, 19 músculos y 5 pares de uñas (estas últimas están formadas por acumulación de células muertas al igual que vello y pelo). Esta maravilla anatómica soporta en perfecto equilibrio todo nuestro peso corporal. Marchando a una velocidad de 100 pasos por minuto y con un peso de 80 kg, nuestro pie golpea el duro suelo 50 veces por minuto mientras que el otro pie hace lo mismo. En el curso de nuestra vida habremos caminado más de 100.000 km, lo cual equivale a resistir miles de toneladas por mes. De hecho nuestros pies resisten más que los amortiguadores o neumáticos de un automóvil o de un camión. Quizás usted crea que su pie es metabólicamente poco activo. Quiero decirle que su pie en actividad durante el verano produce litros de transpiración por semana. Los huesos del pie producen sangre en su médula roja y aportan varios litros de sangre por mes al torrente sanguíneo. 5 Teresa Audesirk,Gerald Audesirk,Bruce E. Byers. Biología: la vida en la tierra. Extraído el 10 de octubre 2013, de http://books.google.es/books?id 23 Sin que usted lo sepa o lo note, durante la marcha, miles de receptores de presión en el pie, envían miles de mensajes al cerebro, permitiendo un perfecto equilibrio, incluso con sus ojos cerrados. Desde que dejamos de ser cuadrúpedos a la bipedestación con el Homo Erectus, nuestra velocidad de marcha es lenta, de 0 a 8 Km/hora. No obstante lo lento de nuestra marcha, la especie humana está distribuida por todo clima y en todas las regiones del planeta. Se calcula que 70.000 millones de seres humanos han caminado en este planeta. 3.d Por donde camino. El entorno o campo gestáltico. Caminar permite al cuerpo tomar su medida en relación a la tierra. Otro aspecto importante y relacionado con la terapia es el entorno o campo gestáltico. Fritz define la salud precisamente como el equilibrio adecuado de la coordinación de todo lo que somos, y ese todo lo que somos, en la óptica holística en la que se mueve Fritz, incluye también el ambiente: “tenemos que considerar siempre el segmento del mundo en que vivimos como parte nuestra...” 6 Recordemos que la terapia Gestalt se enmarca dentro de las terapias existencialistas y fenomenológicas, dos corrientes de las que bebió Fritz para conformar su forma de hacer. Yendo a la fuente, en un ensayo de 1931, el fenomenólogo Edmund Husserl definió el caminar como la experiencia que nos permite tomar nuestro cuerpo en la relación con el mundo. El cuerpo, decía, es la experiencia que tenemos del aquí siempre presente, y el cuerpo en movimiento siente la unidad de todas sus partes como un aquí permanente que se desplaza hacia y a través de los allás. Dicho de otra manera: si el cuerpo se mueve, el mundo cambia y así es cómo cada uno consigue distinguir entre yo y el otro; el desplazamiento, el viaje, permiten captar la continuidad del yo en el movimiento del mundo, y empezar a comprender el yo, el mundo y su relación recíproca. De todo esto, la importancia del ambiente, del entorno que nos nutre y nos conforma a cada instante en lo que somos, de nuestra relación con lo que nos rodea. Cuando caminamos el entorno se hace aún más importante. Caminar por la naturaleza o caminar por una calle asfaltada con ruido de coches y aire contaminado se convierten en dos actividades que, de fondo, no tienen nada que ver. La primera puede ser un ejercicio saludable para el cuerpo físico que nos da la oportunidad de dejar atrás las preocupaciones de nuestra vida cotidiana y de disfrutar de nuestros sentidos percibiendo los colores, sonidos y aromas que añaden belleza a nuestras vidas. La segunda, un calvario. La enfermedad, como la salud, se contagia. De la misma manera que una actitud sana de un terapeuta, conciencia-transparencia-responsabilidad, es en sí misma sanadora, un ambiente sano es 6 De Caso, P. (2003). Gestalt, terapia de autenticidad. Barcelona: Kairós. 24 en sí mismo curativo. Y uno insano enfermizo. Frecuentemente olvidamos, o lo que es lo mismo, dejamos de escuchar, que el ruido en la ciudad no cesa jamás. Por mucho que nos acostumbremos a él, nos seguirá perturbando y enfermando. Una circunstancia lamentable y muy característica de nuestro mundo industrial es que, para muchas personas, la naturaleza es algo que se ve lejos. A menos que tomemos conciencia de la importancia de estar conectados con el mundo natural seguiremos avanzando por el actual sendero de destrucción que promete acabar en un genocidio de alcance planetario. Nuestra forma de desconectarnos de la tierra no es ningún gran misterio. Comienza en nuestra infancia, cuando se nos separa de ella y se nos educa en aulas cerradas, llenas de libros y medios de comunicación. Las autoridades de nuestras vidas modernas, padres, educadores, presidentes, nos enseñan a pasar una media de más del 95 por ciento del tiempo en espacios cerrados. Por ejemplo, durante nuestros años escolares estamos sentenciados a pasar más de 18.000 horas en aulas cerradas si no queremos sufrir castigos por hacer novillos... Aprender a tolerar un exceso de horas en espacios cerrados forma parte de nuestra educación, tanto como los libros, los videos o las conferencias. Nos educamos en una forma de pensar, de usar los medios de comunicación y de asumir nuestras responsabilidades en espacios cerrados hasta el punto de que pasamos una media de menos de un día por año de vida en sintonía sensorial con el mundo natural.“Tenemos dos sistemas 7 para relacionarnos con el mundo. Uno es el sistema sensorial y el otro es el sistema motor” . Considero que el sistema motor se ha infravalorado en su función natural que fomenta el descubrimiento del mundo. El sedentarismo conlleva inevitablemente un empobrecimiento de nuestro darnos cuenta. Como bien dice Sri Adi Dadi, “la comodidad es el cementerio de la 8 conciencia” . Entiendo que la neurosis tiene que ver con muchas cosas, no tengo dudas que un ambiente no natural y una actividad corporal restringida ayuda a su crecimiento. 7 Perls, F. (2002). Sueños y existencia. Chile: Cuatro vientos. P. 72 8 Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga. 25 3.e El hombre de hoy en día no camina sino vuela. La neurosis. 9 Ojeando un número de la revista Life consagrada a los grandes eventos del último milenio encuentro este comentario junto a una foto de un tren: “durante la mayor parte de la historia de la humanidad, los transportes terrestres fueron tributarios de un único modo de propulsión: los pies. Entregarse a nuestras propias extremidades o a las de otra criatura presentaba los mismos inconvenientes para el viajante: velocidad de crucero insignificante, exposición a las intemperies, obligación de pararse para nutrirse y reposar. El 15 de septiembre de 1830, el pie inició el fatal resbalón que lo convertiría en algo obsoleto. Al son de los cobres, un millón de británicos se amasaron entre Liverpool y Manchester para asistir a la inauguración de la primera vía de tren. (...) A pesar de la muerte de un miembro del parlamento, que fue arrollado por el tren durante la ceremonia, la línea Liverpool-Manchester iba a propagar en el mundo entero la epidemia de las vías ferroviarias”. El comentario de la revista no tiene desperdicio y sirve como ejemplo paradigmático de la concepción actual y de las creencias que tiene nuestra sociedad-cultura acerca del cuerpo humano. A saber: los factores de orden biológico y meteorológico son inconvenientes que es preciso sortear. El progreso consiste en trascender el tiempo, el espacio, la naturaleza, por medio del tren, más tarde con el automóvil, el avión, las comunicaciones electrónicas. Nutrirse, reposar, moverse físicamente, vivir con los caprichos meteorológicos… todo esto participa de manera primordial de la experiencia física de los seres vivos; desacreditar estas experiencias es negar la biología y la vida de los sentidos, lo que este pasaje citado hace precisamente cuando habla del fatal resbalón que convertiría nuestros pies en objetos obsoletos. Esto explicaría quizás que ni Life ni la muchedumbre no hayan, parece ser, llorado excesivamente la muerte del parlamentario. El tren no se ha contentado en moler el cuerpo de este hombre; allá por donde ha pasado ha alegremente mutilado los cuerpos, cortado la percepción, la esperanza, la acción del mundo orgánico de la corporalidad. Se considera generalmente que la modernidad nos ha separado de la naturaleza convirtiendo los espacios naturales en espacios extraños. Queda el cuerpo que siente, respira, vive, se mueve y puede ser aprehendido como experiencia fundamental de la naturaleza. Con las nuevas tecnologías y las nuevas formas de habitar el planeta corremos el riesgo de alienarnos aún más, tanto la naturaleza interna como la externa. 9 Life, 1998, número especial sobre el milenio. 26 El ritmo Despertador, ducha rápida, desayuno breve, coche, atasco, trabajo, una pausa para comer algo (a veces cualquier cosa en cualquier lugar), trabajo, coche, atasco, cena y cama. Este bien podría ser el resumen del día de un habitante de una ciudad cualquiera. Algunos quizá hagan un hueco para comprar el pan, recoger a los niños del colegio, llamar a la familia o actualizar el estado de Facebook. La vida acelerada, con todas las horas copadas por alguna actividad sin apenas minutos para hacer un paréntesis, es la norma en las sociedades occidentales, sobre todo en las grandes urbes. El mantra tan de moda de hacer más con menos, en cuestión de tiempo, significa hacer todo más rápido. Una consecuencia natural de esta velocidad es que actualmente hemos eliminado prácticamente el esfuerzo físico en nuestro día a día en las ciudades. Motos, coches, autobuses, metro, escaleras mecánicas, ascensores… estamos llegando a estados al límite de privación sensorial. Nos hemos construido multitud de prótesis de un cuerpo conceptualmente minusválido, minusválido por el hecho de haber creado un mundo que ya no está a la medida del ser humano. El cuerpo se ha convertido en un objeto pasivo, liberado cada vez más del trabajo manual, completado con infinidad de prótesis, mandos a distancia, teléfonos, lavadoras, instalado en cajas de privación sensorial, como son los apartamentos y los despachos. La pregunta es: ¿cuándo esta dependencia ya no es esencialmente benéfica y se convierte en algo nefasto? Cuando la técnica ya no libera al hombre y a la mujer de un trabajo ingrato y embrutecedor, sino más bien que priva de la realización 10 de una facultad propiamente humana. Tchouang-tseu , filósofo chino, decía que quien tiene el espíritu mecanizado pierde la paz del alma. Y parece que es el caso de nuestra época, que sustituye con la mecánica a lo vivo. La muerte del cuerpo es la muerte de la vida. La vida es la lentitud, es el caminar (¡la Tierra no se hizo en un día!). Querer ganar tiempo viene a ser lo mismo que crear tiempo muerto. En cambio, ralentizar es casi siempre aprender a vivir. De hecho, vivir es consagrar tiempo a lo que está vivo. Hay un paralelismo con la velocidad de nuestra cabeza, de nuestros pensamientos. El pensamiento con ritmo lento que sospecha que la vía de la verdad podría ser la del desinterés. Desinterés del pensamiento que se aparta poco a poco de sus propias construcciones, los conceptos y artefactos de la razón, para volver a las cosas por sí mismas. La revolución industrial, la revolución de la velocidad ha descalificado al ser vivo. Producir más, cada vez más, ser más eficiente, más efectivo, ¿pero a qué precio? Al precio de envenenar el aire, eso que llaman contaminación atmosférica es veneno que a cada inhalación nos mata un poquito, nos olvidamos que el aire que respiramos, el oxígeno es la base de la vida, de nuestra vida. Y así vamos olvidando al mismo ritmo que nos vamos acelerando. 10 Verrier, C. (2010). Marcher, une expérience de soi dans le monde. Paris: L'Harmattan. 27 3.d Camino de corazón. La salud. Cuando el hombre está sereno, el corazón late con sosiego y cada latido enlaza con el siguiente como se engarzan las perlas de un collar de jade rojo. Entonces es cuando puede hablarse de un 11 corazón sano . Parece obvio que caminar es un antídoto eficaz para ralentizar el frenesí actual que nos potencia la enfermedad. Una actividad que es en sí misma agente natural de salud y bienestar. Todos sabemos que caminar es beneficioso para nuestro bienestar. Según la mayoría de los estudios, los beneficios corporales de realizar una caminata diaria de treinta minutos se traducen en beneficios cardiovasculares en cuanto a una menor frecuencia de infartos de miocardio, diabetes del adulto, accidentes cerebrovasculares e hipertensión arterial. La actividad física moderada ha mostrado beneficios en la osteoporosis, la artritis, las caídas en los ancianos, reducción de cáncer de colón (mejora la digestión) y también efectos sobre el peso y los lípidos, aunque más modestos. Además hay evidencias de que el ejercicio moderado ayuda en la depresión y en ciertos estados de ansiedad. Esta relación directa entre caminar y salud es clara y sencilla. Hay otra, más compleja, y me atrevería a decir también mucho más profunda, que está haciendo aflorar los avances científicos de los últimos cincuenta años. Esta relación tiene que ver con la capacitación que produce el caminar para que el corazón recupere su función de regulador principal de nuestras emociones y estados de ánimo. Desde la terapia Gestalt entendemos que la neurosis tiene que ver con un darse cuenta deficitario en donde nuestra atención está exageradamente focalizada en nuestra cabeza, en nuestros pensamientos. Caminar es un medio para dar a nuestro corazón el lugar de privilegio que le pertenece y del cual fue apartado por nuestra mente pensante y nuestros hábitos sedentarios. Para apoyar este argumento que corrobora la fe en la autorregulación organísmica de Perls, es interesante ver los diferentes canales que tiene el corazón para coordinarse con el resto del cuerpo. A nivel neurológico, mediante la transmisión de impulsos nerviosos, bioquímico, mediante hormonas y neurotransmisores, biofísico, mediante ondas de presión y energético, mediante interacciones electromagnéticas. Pero no solo coordina el corazón, también funciona como líder de nuestro organismo. Es lo que se ha podido observar con las investigaciones referentes a la resonancia y a la coherencia de los campos electromagnéticos. La variación de la frecuencia cardíaca es el lenguaje del corazón y es un indicador directo del estado interior en el que uno se encuentra. De todos los elementos que componen el cuerpo físico, el oscilador biológico más potente es el corazón. Cuando el corazón, oscilador jefe, puede imponer su ritmo, los demás sistemas oscilatorios del cuerpo, tanto 11 Canon de medicina interna del emperador amarillo, 2500 a.J.C. En Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga. 28 a nivel físico como emocional y como mental, se armonizan entre si automáticamente siguiendo el ritmo marcado. Entonces, todas las funciones específicas se expresan de forma óptima. Si vamos rápido, si estamos acelerados, el corazón no siente, no puede. El amor es un estado de conciencia y este estado de conciencia es incompatible con la velocidad. 12 Tratado sobre el corazón El corazón tiene forma de corazón, se suele comparar con un reloj y juega un papel importante en la vida, sobre todo en la vida sentimental. Es en ella el comodín, el depositario de todas las emociones, la lente en la que convergen todos los rayos, el eco de todos los rumores. Es capaz de las funciones más diversas. Puede arder como una tea, por ejemplo, puede dejarse colgado de cualquier cosa, igual que una chaqueta, y puede también como ésta desgarrarse, puede correr como una liebre perseguida, detenerse como el sol de Gedeón o rebosar como la leche cuando hierve. Está verdaderamente colmado de paradojas. La dureza de este objeto maravilloso oscila entre la mantequilla y la piedra berroqueña, o bien siguiendo la escala mineralógica, entre el talco y el diamante, se puede dar y se puede perder, cerrar a cal y canto o abrir de par en par, puede traicionar y ser traicionado, se puede llevar a alguien dentro de él (y ese alguien no tiene ni siquiera por qué saberlo), puede uno enterrarlo en cualquier cosa, el corazón entero en una quisicosa, en una nada del tiempo y del espacio, en una sonrisa, una mirada, un silencio. “Corazón” es sin duda el sustantivo que el hombre civilizado adulto utiliza con mayor frecuencia, sea grande o pequeño su vocabulario. Si se censurara esa palabra, dejarían de existir las nueve décimas partes de la lírica. Que corazón rime con pasión, igual que cœur con douleur o Herz con Schmerz, ha de ser algo más que pura coincidencia fonética y sin duda es símbolo de una relación particularmente íntima y frecuente. Nuestras alusiones al corazón son casi siempre metafóricas, no sólo cuando hablamos, sino también cuando pensamos. Y mientras sea así, por muy en serio que vaya el asunto, no pasa de ser un juego, un juego variable en el que las pérdidas siempre pueden trocarse en ganancias. Lo malo de verdad ocurre cuando ya no se habla de él en símiles y metáforas, cuando las metáforas se retiran de él (igual que se bajan las máscaras cuando la fiesta toma un sesgo inquietante), cuando incluso los más osados y grandiosos de sus movimientos se vuelven irrelevantes y solo adquieren algún significado los que se pueden medir, los puramente mecánicos, cuando ya no cuenta su melodía, sino tan solo su mero ritmo. En tales momentos le queda ya poca poesía al pobrecillo. 12 Polgar, A. (1986). La vida en minúsculas. Barcelona: Narrativa del Acantilado. 29 Deja de tener entonces la menor importancia para qué late, siempre y cuando siga latiendo. Nuestro noble corazón queda en este caso dispensado de cualquiera de las funciones fisiológicas que tiene en común con éste. Y aún así, precisamente en tales momentos, cuando el corazón no juega más que el papel objetivo que le ha otorgado la naturaleza, cuando no ambiciona cada latido otra cosa que el siguiente, cuando no desea ya otra cosa que a sí mismo, cuando su amor propio no necesita mejor comparación que con un reloj que funciona…Precisamente en tales momentos, cuando no es más que una miserable maquinita atascada que no se arregla con aceite, precisamente entonces nos muestra su aspecto más digno y sublime. Y, brillando en la luz fosforescente de la vida, entre las formas y colores que lo rodean, es como una majestad menesterosa en medio de la chusma petulante. Darle su lugar al corazón Las ciencias modernas han posibilitado enormes avances en todos los campos. En lo que se refiere a la medicina, la experimentación y los descubrimientos de los dos últimos siglos han permitido que hoy en día disfrutemos de una esperanza y una calidad de vida nunca antes alcanzada. A modo de ejemplo personal, mi hija tuvo la escarlatina la semana pasada. Con penicilina, se curó en dos días. Antes del descubrimiento de Pasteur, los niños morían de esta enfermedad. Las ciencias modernas han dado un vuelco extraordinario a nuestras vidas. Y a un nivel más profundo ha ido acompañado de un nuevo paradigma. Una nueva forma de ver el mundo, de concebirlo. En lo que respecta al corazón, desde el nuevo prisma científico, este órgano se ha convertido, a través de la observación objetiva y la experimentación rigurosa, en una víscera cuya función es bombear la sangre. Esta visión, cierta, elimina cualquier connotación adicional que no sea observable desde su estructura. En un espacio de tiempo relativamente corto, las ciencias modernas consiguen despreciar los conocimientos antiguos provenientes de múltiples culturas acerca del papel fundamental del corazón en la vida del hombre. Gracias a los avances de los últimos cincuenta años, estos conocimientos antiguos basados en la intuición, en las vivencias, vuelven a ocupar un lugar relevante. Me parece necesario darle un espacio en este trabajo a la historia del corazón así como a los recientes estudios acerca de él ya que considero que caminar con la actitud adecuada facilita que nuestro corazón ocupe su lugar que es el lugar de mando. Y cuando el corazón ocupa su lugar, el ser humano vive con coherencia. Voy a ampliar esta idea apoyándome ampliamente en el libro de Annie Marquier, El maestro del corazón. 30 El corazón en la sabiduría antigua “Encontramos un reconocimiento explícito de la importancia del corazón tanto en los escritos antiguos chinos, budistas y hebreos como en los de la tradición cristiana. Cabe destacar, que durante mucho tiempo se ha confundido corazón con emociones, sin discernir que emoción engloba dos realidades muy distintas, incluso opuestas. Desde los tiempos más remotos, tanto la sabiduría popular como las tradiciones espirituales han llamado la atención sobre algo más estable que las emociones y más vasto que el intelecto ordinario, destacando la validez de las sensaciones, un modo diferente de percibir la realidad y, en definitiva, resaltando la importancia primordial del corazón. Observemos, por ejemplo, que el árbol de la vida de la cábala, el centro que representa el corazón es el único que se conecta con los otros nueve. La acupuntura, expresión de una gran tradición oriental, también atribuye al corazón una importancia especial. El corazón es también donde reside el Shen, llamado a veces espíritu vital. Shen es energía espiritual que se expresa como conciencia e inteligencia, en el sentido de poder de discernimiento. Shen centraliza también los datos psíquicos y emocionales que emanan de otros órganos... El corazón, llamado el emperador, está perfectamente acreditado para asumir esas funciones, tanto en el plano fisiológico como en el psicológico... En sánscrito, la palabra corazón, hridaya, es el nombre que designa la realidad última, la libertad infinita y la energía que la origina en el seno del universo. La misma palabra, hridaya, indica el propio centro de todo, el corazón del cosmos, el secreto más íntimo del Universo, el aliento del aliento. La lengua japonesa posee dos palabras para designar el corazón: shinzu, que designa el corazón físico, y kokoro, que designa la inteligencia trascendente del corazón. Por otro lado, el instinto popular también pone de manifiesto la importancia del corazón a través del lenguaje y los gestos espontáneos. De la persona sincera se dice que habla con el corazón. Del que tiene una intención clara, generosa y decidida se dice que hace las cosas de todo corazón. Cuando algo nos ha conmovido, decimos que nos ha llegado directamente al corazón. Cuando alguien habla de sí mismo y quiere indicarlo con un gesto, no se lleva la mano a la cabeza sino al pecho”. 13 13 Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga. 31 Últimos avances de la ciencia acerca del corazón “Conocemos la verdad no solo a través de la razón sino también a través del corazón”. 14 Alrededor de 1970 ciertos descubrimientos en neurobiología abrieron un campo de investigación hasta entonces inexplorado. John y Beatrice Lacey fueron los primeros en observar que, cuando el cerebro enviaba órdenes al cuerpo físico a través del sistema nervioso, el corazón no siempre las obedecía. El corazón tenía su propia respuesta, su propia lógica, que incluso a veces se oponía a lo que proponía el cerebro. También descubrieron que el propio corazón podía enviar al cerebro unas señales que no solo este comprendía sino que además podía obedecer. El corazón tiene un sistema nervioso independiente, específico y bien desarrollado. Tiene más de 40 000 neuronas, tantas como las que tienen algunas partes del cerebro, a lo cual se añade una tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Puede actuar por sí mismo, tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro. Y con todo aquello de lo que dispone, parece que puede aprender, recordar, e incluso percibir. Hay 4 clases de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro. Son estas: - Neurológica, mediante la transmisión de impulsos nerviosos. - Bioquímica, mediante hormonas y neurotransmisores. - Biofísica, mediante ondas de presión. - Energética, mediante interacciones electromagnéticas. Conexión neurológica El cerebro del corazón puede grabar las informaciones que provienen del sistema hormonal y de otros sistemas y convertirlos en impulsos nerviosos, tratando así la información recibida. Después la dirige hacia el cerebro a lo largo de un circuito nervioso que utiliza el nervio vago y los nervios situados a lo largo de la columna vertebral. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe. Es el único órgano del cuerpo físico que tiene esta propiedad. De esta manera influye a nuestro cerebro en nuestra manera de pensar, nuestra percepción y en particular nuestras reacciones emocionales. 14 Blaise Pascal, cit. en Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga. 32 Conexión bioquímica En 1986, dos investigadores de Québec, Cantin y Genest, descubrieron la hormona ANF (Atrial Natriuretic Factor). Demostraron que es el corazón el que produce la ANF, una hormona fundamental que, debido a la influencia que ejerce sobre muchos sistemas del cuerpo, asegura el equilibrio general conocido con el nombre de homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés, en especial el cortisol (No olvidemos que el estrés y el miedo son los mecanismos primarios fundamentales del cerebro límbico...). Además, el corazón segrega su propia adrenalina cuando lo necesita. Y sintetiza por sí mismo otras hormonas, por ejemplo, la occitocina, llamada hormona del amor. La libera en grandes cantidades cuando la persona se encuentra en estado afectuoso, como una madre con su bebé o dos enamorados. Las reacciones emocionales podrían pues no utilizar únicamente los circuitos del cerebro de la cabeza, sino seguir otro camino pasando directamente por el cerebro del corazón. La comunicación biofísica Se ha podido medir que la actividad eléctrica del cerebro es muy sensible a la actividad del corazón y que existe una relación directa entre las ondas que, procedentes del corazón, llegan al cerebro a través de la presión sanguínea y la actividad de las ondas cerebrales. Se ha observado en particular, una relación directa entre la presión sanguínea, la respiración y ciertos ritmos del sistema nervioso autónomo. Al parecer, el ritmo cardíaco y sus variaciones constituyen el medio privilegiado por el que el corazón envía mensajes no solo al cerebro sino también, directamente, al resto del cuerpo sin necesidad de permiso del cerebro. La comunicación energética El campo electromagnético del corazón es 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Es más potente que el de cualquier otro órgano del cuerpo. El corazón produce de 40 a 60 veces más bioelectricidad que el cerebro. La energía eléctrica producida se transfiere a todas las células del cuerpo físico, uniéndolas así unas a otras mediante un vínculo muy particular. La interacción magnética ha permitido a los investigadores explicar con mayor precisión el impacto que tiene la actividad cardíaca sobre las ondas cerebrales, impacto que no había podido ser explicado con los modos de comunicación anteriores. El aspecto del campo magnético del corazón cambia en función del estado emocional. Cuando nos sentimos perturbados por emociones como estrés, miedo, frustración, etc., se vuelve caótico y 33 desordenado. En términos científicos se habla de espectro incoherente. En cambio, cuando se experimentan emociones placenteras, se obtiene un espectro coherente, un campo ordenado. El campo electromagnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo hasta una distancia de entre 2 a 4 metros, y que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón. Resonancia y coherencia: el principio de sincronicidad por resonancia en los sistemas oscilatorios El fenómeno en los relojes de péndulo. Christian Huygens fue el inventor de estos relojes en el siglo XVII. Observó que, modificando la posición de oscilación de sus relojes, acababan todos oscilando al mismo tiempo y de la misma manera. En 1850 murieron 260 soldados alemanes al cruzar un puente colgante sobre el Maine, en Angers, Francia. Los pasos de los soldados entraron en resonancia con la frecuencia propia de las oscilaciones del tablero del puente, aumentando su movimiento ondulatorio hasta su destrucción. En todo sistema oscilatorio, debido al fenómeno de tracción sincrónica, el elemento que oscila con mayor intensidad arrastra a los osciladores de menor potencia. Cualquier sistema oscilatorio, tanto físico como biológico, funciona al máximo de su capacidad y con el mínimo gasto de energía cuando existe sincronicidad entre todos sus partes. La coherencia perfecta entre todas ellas hace que el rendimiento del sistema sea máximo. De todos los elementos que componen el cuerpo físico, el oscilador biológico más potente es el corazón. Cuando el corazón, oscilador jefe, puede imponer su ritmo, los demás sistemas oscilatorios del cuerpo, tanto a nivel físico como emocional y como mental, se armonizan entre sí automáticamente siguiendo el ritmo marcado. Entonces, todas las funciones específicas se expresan de forma óptima. La variación de la frecuencia cardíaca (VFC), lenguaje del corazón El pulso son los latidos de nuestro corazón por minutos. Entre 60 y 70 suele ser la frecuencia en una persona sana. Esta frecuencia no para de variar, expresión del freno y acelerador del sistema nervioso autónomo, del simpático y parasimpático. Esta variación representa la necesaria adaptación del organismo a nivel físico, emocional y mental a los impactos del entorno y tiene lugar a cada instante. Traduce en particular la aptitud que uno tiene para encontrar de nuevo la calma 34 después de unos momentos de estrés o simplemente la capacidad de permanecer tranquilo y sereno en cualquier circunstancia. Examinando la VFC se ha observado que las hay de dos clases: - Una es armoniosa, con ondas amplias y regulares. Toma sistemáticamente esta forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos elevados y generosos. La persona se encuentra serena. - La otra gráfica es desordenada, con ondas estrechas e incoherentes. Aparece cuando la persona tiene pensamientos desagradables, miedo, ira, desconfianza. La persona se encuentra en un estado de agitación o estrés. La VFC es un indicador directo del estado interior en el que uno se encuentra. Respuesta del cerebro a la V.F.C. Cuando la VFC es armoniosa, arrastra al cerebro; los dos osciladores se sincronizan naturalmente y la cabeza alcanza un estado de coherencia. Asimismo arrastra todos los demás osciladores secundarios como el sistema nervioso central, el sistema hormonal, etc. “...cuando una persona está en coherencia es eficiente; cuando está en incoherencia y va hacia un estado de coherencia van desapareciendo cefaleas, reumas, las heridas cicatrizan más rápido e incluso vimos varias 15 curaciones de cánceres.” Esa es la voluntad del corazón. Si respondemos a ella, vivimos en estado de coherencia. Cuando la VFC es incoherente, las ondas cerebrales de la cabeza no tienen ninguna relación con el ritmo cardíaco. Es el desbarajuste general, el caos. Recordemos que lo que estamos estudiando es la manifestación en la materia de determinados estados de conciencia; lo que ocurre en el cuerpo es consecuencia, no causa, de dichos estados. El cuerpo físico está en relación directa con los estados de conciencia y, en ese sentido, es un indicador absolutamente fiable. El cuerpo no miente. El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza unos centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en absoluto en experiencias pasadas, de modo que lleva a un conocimiento inmediato, instantáneo, del momento presente, a una percepción exacta de la realidad. A su vez, la intuición es un mecanismo que permite el acceso directo al conocimiento. Es la capacidad de conocer instantáneamente la realidad de una situación tal como es en verdad, sin necesidad de información exterior ni de una referencia al pasado. “Mis descubrimientos nunca han sido el resultado de un proceso de razonamiento racional.” 16 15 Periódico. Drouot, P. (2014, 2 de febrero). La melodía que emite el corazón es preciosa. La Vanguardia. 16 Albert Einstein, cit. en Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga. 35 El porqué del estado caótico o incoherente: cerebro primitivo o sistema límbico “Importa menos el cerebro que aquello que lo guía: la fuerza de carácter, el corazón, la generosidad y la apertura de espíritu.” 17 Fiodor Dostoievski. El circuito del cerebro límbico es absolutamente automático. No existe pues conciencia de sí. En cambio, al desarrollarse la corteza cerebral, el ser humano ha accedido a un circuito que le faculta para pensar y, en consecuencia, para tener auto-conciencia y libertad para elegir. El ser humano actual, con un córtex desarrollado, tiene capacidad para elegir. La elección se refiere fundamentalmente al modo en que va a utilizar su instrumento físico, emocional y sobre todo, mental, para actuar en el mundo, para crear en él. Lo que debe elegir en primer lugar, son sus pensamientos y sus reacciones ante sus emociones. El hecho de que a la conciencia primitiva se le añadiera el principio mental creo en el ser humano un desequilibrio, fue expulsado del paraíso. La interacción constante entre el corazón y el cerebro límbico se produce a través del sistema nervioso autónomo, el cual está formado por dos circuitos nerviosos que partiendo del cerebro límbico, llegan a todos los órganos del cuerpo: El sistema nervioso simpático produce adrenalina y noradrenalina, hormonas que rigen las reacciones primarias de lucha y huida, hormonas de estrés, con ellas aceleramos nuestro ritmo. El parasimpático libera un transmisor que sosiega y tranquiliza, frenamos nuestro ritmo. Acelerar, estar alerta, frenar, relajarse. A diferencia de los animales, el ser humano tiene un cerebro emocional y mental más desarrollado que guarda los acontecimientos en la memoria y que no dominamos. Por refinado que sea nuestro comportamiento de ser humano moderno, la amígdala instintiva sigue vigilando en modo supervivencia, y continúa queriendo protegernos según su propia lógica. Tensión, estrés, inquietud tanto física como psicológica. La amígdala, con toda su buena voluntad para protegernos, no diferencia entre un peligro físico o un peligro psicológico, entre el dolor de una quemadura por el fuego y el dolor de un rechazo o de una humillación. Parafraseando a Einstein, los problemas importantes a los que nos enfrentamos no pueden ser resueltos desde el mismo nivel de conciencia en el que nos encontrábamos cuando los creamos. El estado de incoherencia se produce entonces cuando el cerebro no sigue el ritmo del corazón, y es el estado en que nuestro ego toma las riendas, cuando nuestros pensamientos apoyados en nuestro 17 Cit. en Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga. 36 sistema límbico primitivo, que confieren sentido a la vida a través de nuestras emociones más primarias y de los recuerdos de vivencias pasadas no resueltas. 37 4 Cómo caminar: el legado de diferentes culturas y tradiciones y su relación con los conceptos gestálticos. “—Bien —objeté yo—, ¿dónde queda entonces el valor del individuo? ¿Para qué nos esforzamos si ya llevamos todo acabado en nosotros mismos? —Alto! —exclamó violentamente Pistorius—. Hay una gran diferencia entre llevar el mundo en sí mismo y saberlo. Un loco puede tener ideas que recuerden a Platón, y un pequeño y devoto colegial del Instituto de Herrnhut puede recrear las profundas conexiones mitológicas que aparecen en los gnósticos o en Zoroastro. ¡Pero él no lo sabe! Mientras no lo sepa es como un árbol o una piedra; en el mejor de los casos, como un animal. En el momento en que tenga la primera chispa de conciencia, se convertirá en un hombre. ¿No irá usted a creer que todos esos bípedos que andan por la calle son hombres solo porque anden derechos y lleven sus crías nueve meses dentro de sí? Muchos de ellos son peces u ovejas, gusanos o ángeles; otros son hormigas, y otros abejas. En cada uno existen las posibilidades de ser hombre; pero sólo cuando las vislumbra, cuando aprende a hacerlas conscientes, por lo menos en parte, estas posibilidades le pertenecen.” 4.a 18 El caminar chamánico. Indios Lakota. Naturaleza interna, naturaleza externa. Hasta ahora he hecho hincapié en lo que representa caminar, a nivel biológico, antropológico, anatómico y fisiológico. Quiero pasar ahora a lo que está más relacionado con la terapia y que tiene que ver con la actitud. El cómo se camina es lo que diferencia el caminar de forma automática y mecánica al caminar de forma terapéutica. Cuando hablo de caminar de forma terapéutica hablo de caminar con conciencia. A lo largo de la historia son muchas las culturas que han utilizado el caminar como medio para aumentar la conciencia. Aunque me pregunto si en un principio no fue lo inverso lo que sucedió: si primero fue el caminar y de ahí, de forma espontánea, fue apareciendo y creciendo la conciencia, en forma y estructura. En definitiva el caminar es en sí mismo un medio de arrimar el pensamiento a un conocimiento personal y físico del mundo. Perls decía que no era el fundador sino el redescubridor de algo tan viejo como el mundo, tan viejo como el caminar. Diferentes tradiciones a lo ancho de los cinco continentes utilizaron la marcha como proceso de crecimiento. Todas ellas tienen un mismo denominador común: la actitud. Caminar con presencia, caminar como meditación activa es la base del darse cuenta gestáltico. Caminar con la atención interna y externa. 18 Hesse, H. (2011). Demian: historia de la juventud de Emil Sinclair. Alianza editorial. 38 Los indios Lakota y su tradición en la marcha me parecen un buen ejemplo para relacionar con el aspecto transpersonal de la terapia gestáltica. Los Lakota, pertenecientes a la Gran Nación Sioux de Norteamérica, son dueños de una rica espiritualidad y un profundo respeto por toda la vida visible e invisible. El propósito de la existencia de los indios Lakota se ve reflejada en una manera de vivir a la que esta tribu llama Caminar en la Belleza. Se dice que uno Camina en la Belleza cuando tiene su tierra (parte física) y su cielo (parte espiritual) en armonía. O dicho en otras palabras vive para el espíritu pero con los pies en el suelo. De un extracto de una oración Lakota: “Gran Misterio, enséñame a confiar en mi corazón, en mi mente, en mi intuición, en mi sabiduría interna, en los sentidos de mi cuerpo, en las bendiciones de mi espíritu. Enséñame a confiar en estas cosas, para que pueda entrar en mi espacio sagrado y amar más allá de mi miedo, y así Caminar en la Belleza 19 con el paso de cada glorioso Sol”. Con otras palabras, la terapia Gestalt dice lo mismo. Uno de sus ejes es la función de contacto, los soportes y los límites que delimitan los espacios personales (yo-los otros). El objetivo de la terapia Gestalt es favorecer el contacto, un grado mayor del “darse cuenta”. Hacer contacto es más que comprender, es comprender con todo el cuerpo, integrando lo que siento con lo que pienso y con lo que hago. Esto se convierte en un estado de congruencia interna que se percibe en la vitalidad, la energía y la claridad del mensaje que emitimos con todo el cuerpo. Armonizamos la Tierra (cuerpo, emociones, pensamientos) y llegamos al cielo con lo que promueve la terapia gestáltica: la fe en la autorregulación organísmica, es decir, confianza en la espontaneidad, vivir desde adentro más que desde fuera (por obediencia a la obligación o preocupación por la auto-imagen). Un curso de acción apropiado dictado más bien por una profunda intuición que por la razón. “Caminar es la gran aventura, la primera meditación, un ejercicio del corazón y del alma fundamental para la humanidad. Caminar es el equilibrio exacto entre espíritu y humildad.” 20 “El Lakota estaba lleno de compasión y de amor por la naturaleza. Amaba la tierra y todas las cosas de la tierra, y su apego crecía con la edad. Los ancianos estaban, literalmente, prendados del suelo y no se sentaban ni se reposaban en la tierra sin el sentimiento de acercarse a las fuerzas maternales. La tierra era dulce bajo la piel y gozaban al sacarse los zapatos y caminar descalzos sobre la tierra sagrada. Sus tipis se elevaban sobre esta tierra en donde sus altares ya estaban hechos. 19 Davila, G. Recuperado el 6 de setiembre 2014. http://grego.es/?p=5206 20 Snyder, G. (2000). La mente salvaje, poemas y ensayos. Madrid: Ardora Ediciones. 39 El pájaro que volaba por los aires venía a reposarse y la tierra sostenía, sin desfallecer, todo lo que vivía y brotaba. El suelo apaciguaba, fortificaba lavaba y curaba. Por todo esto los indios mayores se mantenían en contacto directo con el suelo para no quedarse separados de las fuerzas de la vida. Sentarse o tumbarse así les permitía pensar de forma más profunda, de sentir más vivamente. Contemplaban entonces con mayor claridad los misterios de la 21 vida y se sentían más próximos de todas las fuerzas vivas que les rodeaban...” . A través de este extracto podemos apreciar la visión chamánica de esta tribu. Caminar se convierte en una actividad espiritual que une el cuerpo, la tierra y el cielo. De nuevo la conexión entre el chamanismo y la Gestalt como dos vías de autoconocimiento que en su filosofía coinciden en la confianza de que las personas tienen la capacidad para encontrar el mejor camino para sí mismas. Tanto la Gestalt como el chamanismo Lakota desarrollan una manera de hacer que crea las condiciones para que el ser humano se deje guiar por su intuición e integre en su vida lo aprendido con una actitud más genuina y amorosa. En este hacer coinciden técnicas para el entrenamiento en la atención y el despertar de la conciencia, reforzando la responsabilidad en la percepción de nosotros mismos y de la realidad con presencia y transparencia. Es a través de la propia experiencia que cada cual, dependiendo de su circunstancia y de su proceso personal, obtiene distintas vivencias que pueden ser corporales, emocionales, mentales, existenciales y/o transpersonales. Durante este proceso la Naturaleza es una vía de autoconocimiento a través del contacto con los distintos elementos: el agua, la tierra, el aire, el fuego, el espacio. 4.b El caminar Taoísta. Polaridades y vacío fértil. Para examinar el tema de las polaridades y del vacío fértil observaremos la forma de caminar de los taoístas. Su actitud se puede resumir en estar receptivo a la corriente del Tao que atraviesa sin distinciones las rocas, los árboles, los arroyos, las colinas y el cuerpo humano. Es estar en comunión con la vibración del lugar, armonizar nuestra energía vital con la del universo. El caminante entra en cada instante del día en relación con todos los elementos que existen, y que trabajan en él, como si fuera él mismo una materia que se prestase al gran trabajo del mundo. El esfuerzo físico de la marcha puede conducir al hombre, a la mujer, a ciertos extremos donde ya no existe ninguna 22 dualidad entre él, ella y un árbol o una piedra. Caminar como lo entienden los taoístas , es acceder a una agudeza de nuestras percepciones tal que nuestra mirada penetra el interior de las cosas. 21 Standing Bear, L. (2001). Pieds nus sur la Terre sacrée. Denoël. 22 Osho. (2007). Tao. Madrid: Gaia ediciones. 40 Poco importa cómo es el camino, recto o torcido, largo o corto, estrecho o ancho; todo camino es siempre el camino del Tao. Se camina siempre para retozar en la fuente de las cosas. En la marcha taoísta el espíritu está libre de toda traba, es un fluir. Es ir en contra o en oposición del pensamiento lineal, como el soplo de la vida, como el viento que viene y va. Caminando así nos convertimos en árbol entrando en un bosque, en agua entrando en un río, en roca sobre el roquedo. Para el taoísta, caminar es estar en un estado donde ya no existe el tiempo y donde vomitamos nuestra inteligencia. Caminar como una hoja muerta caída del árbol que el viento se lleva, sin saber si es el viento quien te lleva o si eres tú quien lleva al viento. El que camina realizando la armonía se identifica totalmente con los seres y las cosas; penetra los elementos. 23 En un relato taoísta, biografía del hombre realizado del Yang púrpura , vemos a un hombre caminar largos años por las montañas y cuevas en busca de dioses, pero es cerrando los ojos, un día, cuando encontró todo a la vez (las montañas, las cuervas y los dioses) en él mismo. En este mismo sentido, 24 Lao-tseu dice que el objetivo supremo del caminar es ignorar dónde vamos y lo que contemplamos. En definitiva, el caminar taoísta, es un caminar sin ataduras, sin amarras, y como una barca vacía. Es poder participar a los miles de transformaciones, acompañar a los miles de metamorfosis; caminar es cambiar con el cambio. Esta visión entra en consonancia con la visión de Fritz Perls. La existencia de polaridades en el hombre no es ninguna novedad, lo nuevo en la perspectiva gestáltica es la concepción del individuo como una secuencia interminable de polaridades: unas aparecen en un momento y otras en otro pero todas están ahí y forman parte de nosotros. En realidad no existe incompatibilidad entre opuestos sino que somos nosotros quienes los juzgamos erróneamente incompatibles, dando como resultado el estrechamiento de la conciencia. En cuanto a su relación con el autoconcepto, el organismo necesita de todas sus posibilidades para responder a un ambiente en permanente cambio. Sin embargo, dispone de menos alternativas de las posibles por haber ido perdiéndolas en el camino: el empobrecimiento neurótico radica en esta errónea elección del autoconcepto en lugar del sí mismo (self). Es el paso que va del punto cero como vacío estéril, o centro neurótico, al vacío fértil, o centro sano. El punto que va del vacío lleno de estereotipos y clichés, estructurados básicamente a partir del miedo y que determinan nuestro comportamiento de una manera más automática que realmente libre al punto cero donde el vacío es un vacío creativo a partir del cual se da la auténtica regulación organísmica, un vacío que sustituye la respuesta programada, automática, por la expresión de lo que sucede en la relación establecida en la función de campo del estar del yo 23 Osho. (2007). Tao. Madrid: Gaia ediciones. 24 Osho. (2007). Tao. Madrid: Gaia ediciones. 41 con el medio en el que se halla. La frontera de contacto como frontera de expresión y no de comportamientos estereotipados. Según Perls, la filosofía básica de la psicoterapia es la naturaleza entre la diferenciación y la integración. La diferenciación conduce por sí misma a las polaridades, como dualidades que son, lucharán entre sí y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos completamos nuevamente a la persona. “..incorporado a la terapia gestáltica como una confianza en la espontaneidad, un vivir desde adentro más bien que un vivir desde afuera (por obediencia a la obligación o preocupación por la autoimagen), un sinónimo del Tao, es decir, un curso de acción apropiada dictado más bien por lo dionisíaco ante las preferencias en lugar de una lucha sartreana por las opciones.”25 26 Tchouang-tseu : “Si bien es cierto que los pies del hombre no ocupan más que un pequeño trozo de la tierra, es por todo el espacio que no ocupa que el hombre puede caminar sobre la tierra inmensa”. Islas y montañas de los inmortales, son los lugares privilegiados de las marchas taoístas; pero estas marchas son inseparables de la mirada interior que lleva a los confines del universo. Y todo el simbolismo del viaje interior, el caminante que toca los lugares donde se baña el sol, remoja sus cabellos en los lagos del sol poniente, se acuesta sobre la montaña que escala, expresa en un mismo sentido: marcha física y viaje del alma se confunden. Para el taoísta, caminar por la montaña, por ejemplo, es en sí un acto de meditación que consiste en integrarse al ritmo del universo. 4.c El caminar poético. Atención y marcha contemplativa. El arte de lo sencillo Otro ejemplo de marcha en busca del crecimiento personal es la marcha contemplativa, de plena atención que practicaba Bashô. Quien mejor podría representar esta forma de caminar que el gran poeta Matsuo Bashô, (Ueno, 1644, Osaka, 28 de noviembre de 1694), fue el poeta más famoso del período Edo de Japón. Está considerado como uno de los cuatro grandes maestros del haiku , Sus poemas están influidos por una experiencia de primera mano del mundo que le rodea y, a menudo, consigue expresar sus vivencias con una gran simplicidad. Del haiku, Bashō 27 había dicho que es "sencillamente lo que sucede en un lugar y en un momento dado" es una forma de poesía tradicional 25 Naranjo, C. (1999). La vieja y novísima gestalt. Chile: Cuatro vientos. 26 Verrier, C. (2010). Marcher, une expérience de soi dans le monde. Paris: L'Harmattan. 27 Matsuo Bashō. En Wikipedia. Recuperado el 23 de setiembre, 2014, de http://es.wikipedia.org/wiki/Matsuo_Basho 42 japonesa. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y el arrobo que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza. El zen utilizó el haiku para la difusión de su filosofía. El haiku describe generalmente los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones y la vida cotidiana de la gente. Su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez, no el simplismo, la sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y con esta la eternidad. En la base del haiku hay una percepción directa de las cosas, apegada a lo sensible y libre de 28 conceptos abstractos. Blyth lo define como “una mera nada, pero inolvidablemente significativa”. 29 Para Vicente Haya ,”la palabra humana que se transforma en haiku es la expresión de un silencio profundo y ancestral que es previo y posterior a nuestra existencia como criaturas”. Nadie mejor que él ha preconizado la marcha sin objetivo a la escucha de los paisajes, como un arte inspirado de la escritura del haiku. Pasó su vida viajando recorriendo Japón. Para Bashô viajar caminando era un arte de vida en el cual la vida misma era una obra de arte, y el haiku era la expresión culminante de este estado. Este vagabundeo sin ataduras ni posesiones se volvió para él un modo de vida austera que le procuró la paz del alma que buscaba. El haiku y el caminar están íntimamente ligados ya que para Bashô el haiku estaba en el corazón y no en la letra; es sobre todo una forma de vivir lentamente, abriéndose camino en medio de mil cosas que no son ni pequeñas ni grandes y que son, simplemente, la realidad. Alan Watts decía que el paisaje es un estado de nuestras neuronas. Caminando creamos el paisaje ya que percibir es crear una imagen a partir de energías que cambian sin cesar. Caminar es pintar el paisaje. Pintar con el soplo, con el cuerpo, con las neuronas. Es llegar al punto en el cual el paisaje recorrido, atravesado en todos los sentidos, no es más que nosotros mismos. Para pintar-caminar de esta forma es necesario un entrenamiento profundo del darse cuenta del que habla Perls. La Gestalt concibe el darse cuenta como el proceso de restauración de la salud, entendiendo que la neurosis es un oscurecimiento de la capacidad de percibir (a uno mismo, al mundo,…) y el camino correcto es ir saneando esta ceguera. El darse cuenta cubre tres estratos o capas: el darse cuenta de sí mismo, el darse cuenta del mundo y el darse cuenta de lo que está en medio (la zona intermedia de la fantasía), que impide que la persona esté en contacto consigo y con el mundo. En el haiku se plasma esta relación directa entre el darme cuenta interno y externo. Ese es el arte puro, sencillo y real que persiguió Bashô a lo largo de su vida errante. A nivel terapéutico hablaríamos del desarrollo de la capacidad de conciencia que supone enfocar tres zonas. La primera sería darse cuenta de la zona interna, es decir, poner la autoobservación en uno mismo: captar las sensaciones térmicas, kinestésicas, los sentimientos que afloren, los estados de ánimo, etc. Un mirar hacia dentro como antídoto a las distracciones de fuera. 28 Matsuo Bashō. En Wikipedia. Recuperado el 23 de setiembre, 2014, de http://es.wikipedia.org/wiki/Matsuo_Basho 29 Matsuo Bashō. En Wikipedia. Recuperado el 23 de setiembre, 2014, de http://es.wikipedia.org/wiki/Matsuo_Basho 43 La segunda sería el darse cuenta de la zona externa, esto es optimizar los sentidos y devolverles su función perceptiva, de forma que captemos la realidad del entorno en vez de fantasearlo o interpretarlo. Se trata de recuperar la vista, el oído, la piel y todos los demás canales sensoriales con que nos orientamos en el mundo. Podría parecer todo esto una simpleza: sin embargo, una de las características de la neurosis es precisamente el empobrecimiento sensorial, de ahí que el objetivo de la terapia consista en olvidar cada vez más la mente y despertar los sentidos. Estar más en contacto con uno mismo y con el mundo en vez de únicamente en contacto con las fantasías, prejuicios, etc. Por último, darse cuenta de la zona intermedia: enfocar ese filtro fantasioso con que tamizamos las percepciones internas y externas. Perls lo llamaba tierra de nadie y zona desmilitarizada como metáfora de frontera entre lo propio y lo ajeno. También utiliza la palabra hindú maya para referirse al mundo de la ilusoriedad: “Maya es una especie de sueño, de trance. A menudo a esta fantasía, a este maya, se le denomina la mente, pero al mirarlo más de cerca lo que llamamos “mente” es fantasía. Es el escenario de los 30 ensayos” . Tradicionalmente se considera esta zona como el lugar privilegiado de la neurosis: aquí residen los prejuicios, fobias, paranoias, distorsiones en general de lo que nos llega de fuera o de dentro; no obstante es necesario entender que lo dañino, en realidad, es su exceso, o dicho de otra manera: ¿en qué medida soslaya y sustituye la conciencia de las zonas interna y externa? El darse cuenta no está completo sin conocer directamente la realidad de la situación y cómo está uno en ella. No podemos hablar de conciencia si no me incluyo (pertenencia) en la situación y no me lleva a hacerme responsable de mí en tal situación. El darse cuenta es siempre aquí y ahora, y siempre cambiando, evolucionando y trascendiéndose a sí mismo. 4.d El caminar de los monjes del Monte Athos. El desapego. Para relacionar el desapego en la marcha con la terapia me parece oportuno recurrir a los monjes errantes de Grecia, en el monte Athos. En este lugar, ciertos monjes llamados giróvagos (errabundos, vagabundos, errantes) no tienen un lugar estable donde abrigarse y donde dormir. Cuando cae la noche, se posan en las escaleras de un monasterio, al borde de un arroyo o en una cuneta. Se alimentan de lo que encuentran en la naturaleza o de aquello que les proporcionan los monjes de los monasterios cercanos. No se someten a ninguna regla monástica, solo siguen los 30 Peñarrubia, F. (2002). Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil. Madrid: Alianza Editorial. P. 99 44 eventos de su vagar un poco como la nube que el viento lleva donde quiere. Esta errancia es su ascetismo, su ejercicio de meditación. No rezan en las iglesias, rezan en los bosques y en las cuevas donde no se quedan nunca más de un día. Caminan todos los días por los caminos o campo a través. Caminan empujados por el Espíritu. No salen jamás de su territorio sagrado y lo recorren en todos los sentidos hasta su muerte. Cada mañana retoman el camino y cada mañana es una vida nueva en la que renacen. No están atados a ningún lugar ni a ninguna amistad y permanecen totalmente abiertos a cada día, a cada cosa y a cada ser vivo. Caminan toda su vida sin objetivo, en un eterno peregrinaje en el paisaje del aquí y ahora. Protegidos por su montaña santa, estos monjes existen todavía en este principio de siglo, alejados de sus preocupaciones. Estos monjes viven la experiencia del desapego tal como se concibe en la terapia Gestalt. Desapego implica vivir el momento presente, vivir en el aquí y en el ahora. Permitir que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Para ello, necesitamos ser conscientes de que estamos cargando con cosas muy pesadas de diversa índole: ideas, pensamientos, creencias, hábitos, costumbres, cosas materiales, miles de apegos sin los cuales sentimos que no podríamos estar bien. Y lo cierto es que todas esas piedras en nuestra mochila, rebatiendo la creencia de que nos hacen felices, nos pueden llegar a generar mucho malestar en nuestras vidas y hacernos más pesada la carga, más difícil el camino de la existencia. El desapego implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios o en la autoregulación organísmica, en las otras personas, en el orden natural y en la naturaleza de las cosas en este mundo. Implica renunciar a manipular nuestro entorno y enfrentarnos con valentía y autenticidad a nuestros miedos y temores. “...uno no puede liberarse si no hay desapego. Uno necesita del desapego para dejar de hacer lo que está haciendo, para quedarse quieto, para estar simplemente sentado (como en el Zen), para abandonar cualquier juego y permanecer calmadamente con la toma de conciencia de las propias percepciones del momento en lugar de sumirse en fantasías o juegos. Y uno también necesita del desapego para fluir, para rendirse a la expresión.” 31 31 Naranjo, C. Cit. en Peñarrubia, F. (2002). Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil. Madrid: Alianza Editorial. 45 4.e Peregrinajes. Estructura de viaje y camino de crecimiento. Para acabar este paralelismo entre la terapia y diferentes tradiciones y culturas del caminar me referiré a las peregrinaciones. El peregrinaje es una de las estructuras fundamentales del viaje: tiende hacia un objetivo, objetivo que apunta hacia una transformación personal. Por eso, para los peregrinos, caminar se convierte en una labor. Presente en casi todas las civilizaciones, el peregrinaje es literalmente percibido como el pasaje obligado del viaje espiritual, de la misma manera que el ascetismo y el esfuerzo físico son casi universalmente considerados como los trampolines del desarrollo espiritual. La idea que lo sagrado no es absolutamente inmaterial y que existe una geografía del poder espiritual es la hipótesis de inicio del peregrinaje. Todo peregrinaje traza una invisible demarcación entre espiritualidad y materialismo ya que todo peregrinaje tiene un pasado, una historia y un lugar. Parecería que toda peregrinación busca reconciliar lo espiritual con lo material ya que partir por estos caminos se convierte en expresar los deseos y las creencias del alma por medio del cuerpo y de sus movimientos. El peregrino une la fe y la acción, el pensamiento y el hacer y entiendo que esta harmonía se realiza cuando lo sagrado está vinculado con una presencia física y asociado a un lugar determinado. El peregrinaje cristiano pone el viaje y la llegada en relación simbiótica. El viaje sin destino tendría algo tan carente como la llegada sin un viaje previo. El peregrinaje es un desplazamiento físico efectuado paso a paso, al precio de duros esfuerzos, hacia esos objetivos espirituales intangibles tan difíciles de alcanzar de otra forma. Nos preguntamos desde el alba de los tiempos cómo acceder a la misericordia, a la curación, a la verdad, pero sabemos ir caminando de un punto a otro, por muy penoso que sea el trayecto. De la misma manera, nos imaginamos fácilmente que la vida es un viaje, y el hecho de emprender realmente una expedición refuerza aún más esta comparación, la concretiza. El cuerpo aliado con la imaginación la pone en acto en un mundo donde la geografía se ha espiritualizado. La imagen del caminante que progresa por un camino difícil que le lleva a un lugar lejano es una de las representaciones más convincentes y universales del ser humano. Individuo solitario y minúsculo observando la inmensidad del mundo, caminante que solo se puede apoyar en su voluntad y en su fuerza. Quien traza un camino interpreta el primero el paisaje que atraviesa, y los que seguidamente toman este camino aceptan esta interpretación o caminan tras sus huellas, tales como los sabios, los cazadores, los peregrinos. Seguir el mismo camino, es reiterar algo profundo; atravesar un mismo espacio y de la misma manera permite de alguna manera identificarse a este otro, dejarse habitar por sus pensamientos. La importancia de la repetición y la imitación es que nos unimos a algo más 46 grande que nosotros, nos fundimos en la historia de los que nos precedieron y nos postramos ante ellos, siguiendo sus huellas. El camino del peregrino es el camino que une, que vincula con los ancestros, que honra el pasado a través de la madre tierra. Desde el principio de los tiempos la peregrinación sagrada ha sido una de las vías más directas, pragmáticas y profundas para alcanzar la gran comprensión del ser, el encandilamiento o iluminación. Avanzar sin descanso y siempre hacia delante; afrontar los obstáculos que la vida pone ante nosotros, convirtiéndolos en aliados; adecuarnos en cada instante a las necesidades del momento; caminar atentos a los signos que el misterio nos ofrece, para resolver el encuentro con la Sombra o demonio personal. El hecho de caminar sin descanso en un entorno "no civilizado", sacraliza e intensifica la práctica de cualquier técnica de autorrealización. Pues lo esencial nunca pueden ser las técnicas, sino la integridad, el intento o la fe con que las emprendamos, así como el instante que el designio marca para llevarlas a cabo. Mezclados con un sinfín de gentes comunes, hacemos lo mismo que ellos, afrontar la vida ordinaria y adecuarnos a las dificultades de la ruta. El objetivo esencial es la manifestación del espíritu y el encuentro con el misterio. Las pruebas del camino sirven para poner en tela de juicio nuestras realizaciones que han de poder ser aplicadas con eficacia para resolver los desafíos que cotidianamente la vida nos presenta. “El largo camino del peregrinar nos permite atravesar las tres etapas básicas de un sendero de realización. La primera etapa es la purgativa o purificadora. A través del dolor, la incomodidad, el cansancio, la soledad, etc., nos hace vivir las dificultades de la aventura interna y nos permite desarrollar el propósito y la voluntad. La segunda es la etapa meditativa o de interiorización. Aparece cuando nuestro cuerpo-mente-corazón se ha aclimatado al ritmo del peregrinaje. Hay una aceptación relajada y una fusión intensa con la naturaleza, que nos hace descubrir el silencio y avanzar sin esfuerzo ni dificultad. Por último, la unidad nos alcanza sin darnos cuenta. Es la etapa unitiva, que nos revela las intuiciones profundas de nuestro ser en el cuerpo, una mente y un corazón limpios de las presiones del ego (de los conceptos, de la negatividad, de las ampollas y hasta de la fatiga). Encarna la presencia sin tiempo y cada jornada está repleta de plenitud.” 32 Estas tres etapas se pueden identificar en el proceso terapéutico. La primera tiene que ver con nuestra parte neurótica, con el sufrimiento que se rebela y atrinchera ante la posibilidad de desaparecer. Tiene que ver con nuestros miedos relacionados con nuestras expectativas, nuestro autoconcepto y todas las artimañas que fuimos construyendo desde chiquititos para defendernos del dolor y del vacío de la vida. Tiene que ver con el reconocimiento, la conciencia de todo el 32 Miyo. (1968). Santiago 92. El retorno del Dragón Celeste. México: Mandala ediciones. 47 sufrimiento que arrastramos: los juegos mentales, los apegos emocionales, las fantasías, todo eso que se instala en la zona intermedia y que nos impide el contacto real con nosotros y con la vida. La segunda etapa tiene que ver con una profundización del contacto interno y externo que nos va calmando y nos va abre la posibilidad de relajar nuestro cuerpo y de serenarnos. Es la etapa de ampliar la claridad en sentir lo que somos y ver lo que nos rodea. La interpretación ya no es necesaria. La tercera etapa tiene que ver con la autoregulación organísmica, con la conexión interna externa, con el fluir en el aquí ahora. Intuición, emoción y pensamiento entran en coherencia con el entorno y tenemos la vivencia de ser, en plenitud sin interrupciones egoicas. Esa zanahoria de paz y serenidad a la que tanto deseamos llegar. 48 5 ¡A caminar! 33 “Solo los pensamientos que nos vienen caminando tienen valor.” Nietzsche . 33 Cit. en Verrier, C. (2010). Marcher, une expérience de soi dans le monde. Paris: L'Harmattan. 49 5.a Experiencias personales El camino de Santiago. Renacer. Una de las experiencias más importantes y transformadoras que he realizado fue recorrer el camino de Santiago. Hice aproximadamente 800 kilómetros en veintisiete días, con una media de treinta kilómetros al día. Durante esos días pude experimentar muchas vivencias que luego, con la formación en terapia Gestalt, pude entender y estructurar. Sin saberlo, sin tan siquiera pretenderlo, he aquí la magia y la fuerza del camino y del caminante: aprendí a meditar. Esos días en el camino me devolvieron la salud que poco a poco había perdido. Esa experiencia se convirtió en mi primera vivencia espiritual o transpersonal. Ahora, con todo lo aprendido durante y mediante la terapia puedo entender cómo fue el proceso. Una de las características que hace de la heroína una de las sustancias más peligrosas es lo que se llama el mono. El síndrome de abstinencia que produce es profundamente desagradable. Sensaciones de frío y de calor, sensaciones de vacío en el estómago, dolores musculares, abatimiento general, pero sobre todo una sensación en la barriga que es de las cosas más difíciles de sostener. Una sensación muy intensa de vacío y angustia. Y ahora me doy cuenta que este sufrimiento físico me hizo estar conmigo; no había elección. Estos dolores centraban toda mi atención al inicio del camino. Y así pasaron los primeros días, sosteniendo lo desagradable sin poder escapar. Estar y seguir caminando. Un paso y otro paso y me duele y otro paso. Y al caer la noche tener la satisfacción de haber podido seguir. Y la angustia del mañana. En el inicio del viaje aprendí a darme cuenta de mi mundo interno, a fijarme en todas las sensaciones físicas a lo largo del día. Sin duda fue un despertar doloroso después de dos años de narcotización. Llevaba mucho tiempo sin sentir mi cuerpo. La primera semana fue muy dura. Luego los síntomas se fueron calmando y mi atención pudo, poco a poco, abrirse al exterior. Y no tengo ninguna duda de que el contacto con la naturaleza (con los árboles, los trigales, las flores, con todos los aromas de la vida) ayudó a sanarme. En mi cabeza bullían los pensamientos de fracaso, de mentira, de impotencia y de angustia mientras avanzaba y, de vez en cuando, contactaba con el piar de un pájaro, con el suave olor a paja o me paraba a observar el manso pastar de un rebaño de vacas. El infierno físico se había calmado y daba espacio a la tortura mental, a la zona intermedia o zona desmilitarizada como la llamaba Perls. La zona intermedia de juicios, expectativas, deseos, mandatos e interpretaciones que nos impiden contactar de forma directa con nuestro mundo interno y con el entorno. Pero por algo dirán eso de que la naturaleza es sabia. Nada más poderoso para una mente atormentada como la mía entonces que un sendero solitario, una mañana soleada, las margaritas de las cunetas, el ruido acompasado de mis pasos. De repente sentir la paz y la calma del 50 momento; sentirme uno con el entorno, disfrutar de la mente callada, en silencio; solo este preciso y precioso instante compuesto de cuerpo, tierra, aire, sol. Está todo y no hay nada más, ni nada falta. Algo despierta en mí. Algo sencillo y a la vez inmenso. Me doy cuenta de mí y de mi entorno y me hago más chiquito, y me crezco también. Inicio, así, mi camino espiritual: trasciendo las barreras del ego, cruzo las de mi sufrimiento, y constato cómo y de qué manera el ego me separa y me escinde de lo otro. Recuerdo una sensación de plenitud que no he vuelto a sentir. A mediodía, con un sol intenso de verano, me quedaba apenas un trago en la cantimplora. Mi padre tuvo que renegar de la iglesia católica (cosa que, por otra parte, hizo con regocijo) para poder casarse con mi madre que es judía. Ni yo ni mi hermana fuimos bautizados. Recuerdo pararme al borde del camino y tirarme el agua por la cabeza. Acababa de bautizarme. Volvía a nacer, volvían a crecer en mi seno las ganas de vivir. Caminar tanto y tantos días seguidos ayuda a romper con muchas de nuestras costumbres y el ejercicio obliga a poner atención en ti y en el entorno. Caminar sin avanzar Pero caminar no es la panacea. No es suficiente el salir a pasear para que esta actividad sea saludable. Caminar también puede ser un recurso neurótico, una trampa en la cual caer cuando el abismo de la locura ronda cerca. Tengo muy fresco otro momento de crisis profunda en el que también salí a caminar y, sin embargo, en vez de serenarme y aportarme claridad, sirvió para ahondar en mi locura sin apaciguarme mi dolor. En junio de 2011 mi ahora ex esposa decidió que nos separábamos. Entonces, mis hijos tenían cuatro años el mayor y dos años la pequeña. La separación fue desgarradora. Justo después de nacer mi primer hijo, nos habíamos ido a vivir al campo, a las afueras de un pequeño pueblo a 50 km de Barcelona. Vivíamos rodeados de viñas y olivares. Estábamos realizando nuestro sueño de vivir en plena naturaleza. Teníamos dos perros, gallinas, una chimenea. Y el sueño se fue convirtiendo en pesadilla. Cuando nos separamos, el nueve de junio de 2011, me pasé tres días caminando, diez horas al día, prácticamente sin comer ni beber. Durante esos días recuerdo haber pasado las horas intentando comprender qué había pasado, qué estaba pasando. Mi mundo se resquebrajaba, sentía que ya no había suelo firme donde apoyarme. Caminaba y mis pensamientos, mis angustias, mis preguntas me invadían, me enredaban, me colapsaban. Buscaba desesperadamente respuestas en la naturaleza, en las mariposas que volaban, en el conejo que se saltaba delante de mí, en las piedras con las que tropezaba. Y sí, creía encontrar respuestas, interpretando mis sensaciones y mi entorno encajándolo todo al discurrir de mis pensamientos. Guardo en mí esta experiencia como la bandera de la locura, 51 mi locura. Era tanta mi necesidad de consuelo y mi incapacidad de aceptar lo ocurrido que en esos tres días me convencí a mí mismo que todo se arreglaría. Todos los indicios, todas las pistas del camino que me ayudaron a construirme un discurso apaciguador con final feliz, todo fue inventado, todo fue manipulado, todo lo que yo consideré místico o mágico fue un mero ejercicio neurótico, un alivio que nada aliviaba, una distracción. Un amigo apareció oportunamente y me dio de comer, me escuchó, cuidó de mí y me acompañó en aquellos días aciagos de verano. Logré, con el tiempo y el trabajo terapéutico, salir del atolladero. Y así pude conocer la otra cara de la luna del caminar, su lado oscuro. Así, aquí, podemos echarnos a recorrer la senda de este intento de restitución de un misterio antiguo, olvidado a veces, fundamentalmente simple siempre, que es el caminar, ahondando en el caminar terapéutico tal como yo lo concibo, como lo he aprendido durante la experiencia y durante las lecturas, y tal como lo he practicado. 5.b Experiencias grupales: Caminando con Gestalt Un cuento: se hace camino al andar Cuentan las personas mayores que hace muchos años, en un lugar perdido entre verdes montañas y ríos transparentes, los habitantes de una pequeña aldea organizaban cada 100 años una extraña y curiosa competición. Animaban a que de cualquier rincón del reino acudiesen hombres y mujeres para emprender un viaje por los caminos que recorrían de punta a punta el país, para volver, al cabo de varias semanas a la misma aldea. La condición imprescindible para participar en esta legendaria caminata era que se elegiría una pareja de hombres o mujeres en la que cada uno de sus componentes fuese totalmente contrario al otro, o sea, que uno fuese la antítesis del otro. Nadie hasta entonces había conseguido recorrer todo el camino y regresar juntos. Se comentaban terribles sucesos por los que muchos habían llegado a perder la vida en su afanoso intento de finalizar aquel extraño viaje. Un día, se presentaron a la aldea dos hombres. Uno, alto, fuerte y joven, bello, con porte de príncipe y orgulloso como un rey. El otro, bajito, feo, viejo, gruñón como un enano, desconfiado y miedoso. Los dos caminantes accedieron al reto y se pusieron en marcha. La gente de la aldea los vio alejarse uno junto al otro, mientras murmuraban y pronosticaban un desenlace fatal. Lo cierto es que, al cabo de muchas semanas, los dos caminantes regresaron a la aldea, juntos, 52 caminando uno con el otro cogidos por los hombros (bueno, el bajito cogía a su compañero por la cintura). El joven parecía más mayor y el viejo más joven, el orgulloso miraba con humildad a su compañero que sacando pecho parecía no temerle a nada ni a nadie. Al llegar a la aldea fueron interrogados por los curiosos aldeanos que no daban crédito a lo que estaban viendo. A la pregunta de cómo lo habían conseguido, respondieron que andando compartieron sus alimentos, sus soledades, sus amores y desamores, sus tristezas y alegrías y que compartiéndolo todo habían llegado a quererse. A la pregunta de si se habían iluminado durante el camino respondieron que la luz que habían descubierto era la luz de sus corazones. Y cundo les preguntaron qué iban a hacer ahora contestaron que lo que deseaban seguir haciendo era caminar, caminar con otras gentes y compartir el camino, el camino de sus vidas. Esta historia se repite anualmente por el CAMINO DE SANTIAGO, con esos dos amigos y un grupo de peregrinos que inician el viaje a la luz, a la luz interior, que es como se hace el camino. Guillermo y Ferran os animarán cada año a caminar con amor, en contacto con la naturaleza y a descubrir que en cada uno de nosotros existe una luz que nos guía por el viaje de la vida. Ferran Ferran y Guillermo se quieren 53 Marco y estructura de trabajo El grupo de Caminando con Gestalt Iniciamos los Caminando con Gestalt en 2004. En estos trabajos en grupo de fin de semana, en todas las salidas buscamos un lugar para trabajar en la naturaleza. En la elección tenemos en cuenta la estación del año. En otoño solíamos ir a un hayedo cerca de Olot, donde los matices rojizos son especialmente bonitos. En primavera, la zona de montaña de Prades con sus flores y su aroma a tomillo y romero. En verano nos decantábamos por la costa y aprovechábamos para disfrutar de las playas. Pero lo fundamental, el requisito indispensable, era salir de la ciudad, alejarse de la nube de contaminación atmosférica y acústica. Caminar sobre terreno natural, sendero de tierra, hierba o arena de playa. El trabajo empezaba antes de encontrarnos el sábado a primera hora. Y es que la estructura ha variado poco a lo largo de los años. Quedar prontito por la mañana del sábado, sobre las ocho de la mañana, distribuirnos en los coches para ir a la casa de campo o camping elegido. Al llegar al lugar de destino dejamos las cosas y nos reunimos para una primera rueda de presentación durante la cual realizamos un centramiento y compartimos cómo está cada uno. Después presentamos el trabajo: cómo se desarrollará el fin de semana y si la salida tiene un tema específico (necesidades, el placer, las pérdidas, etc.) pues hablamos de él tanto a nivel teórico como de nuestras vivencias. A continuación salimos a caminar. El tiempo de la caminata es variable, en función de la dificultad del recorrido y del trabajo específico del fin de semana. Suele variar entre tres y ocho horas. Una de las características de todas las salidas que hemos hecho es que la comida del sábado la hacemos en la naturaleza con los alimentos que cada uno haya traído. La consigna es siempre la misma. Cada participante ha de preparar algo de comida con amor. El viernes o el sábado por la mañana, cada uno de nosotros está preparando ya la salida y colocando en su mochila una intención amorosa para compartirla con los demás durante el fin de semana. Una de las pocas recomendaciones que damos es no llevar nada en las manos durante la caminata. Cuando uno camina, ha de tener las manos libres, si cargamos algo en ellas perdemos mucha energía y grados de libertad. Cuando empezamos a caminar no hay consignas, es un rato durante el cual cada uno se toma su tiempo para ir estando, para soltar tensiones, preocupaciones y cada uno tiene su forma de aflojarse y de hacerse más ligero. Quiero nombrar los aspectos más importantes que trabajamos caminando: aprender a caminar, la atención (percepción), el silencio interno, la autoobservación chamánica y la intención. 54 Técnicas y consignas en el caminar Muchas de las técnicas y consignas que vienen a continuación las he extraído del libro Caminatas 34 para el cuerpo y el espíritu de James Endredy. El autor inició su camino espiritual como discípulo de Víctor Sánchez, creador de AVP ( Arte de Vivir a Propósito). Aprender a caminar Para la mayoría de la gente, caminar es una actividad que no requiere la intervención del pensamiento ni de la intención. Raras veces caminar se convierte en una acción consciente. Como es un acto tan natural, solemos hacer otras cosas mientras caminamos: podemos hablar, comer, pensar e incluso leer. La forma de caminar refleja el ser interno del caminante. Una de las primeras tareas a realizar es observar a los demás caminando: ¿Cómo caminan los individuos de ceño fruncido, despacio o deprisa? ¿En qué se diferencia la forma de caminar de un niño a la de un adulto? ¿Caminan los hombres de forma diferente a la de las mujeres? ¿Cómo afectan la posición corporal y el equilibrio a la manera de caminar de una persona? ¿Mantiene la persona su cabeza inclinada hacia adelante o la mantiene erguida? ¿Lleva el cuerpo inclinado en la dirección del movimiento o alejado de ella? ¿Cómo son las zancadas, cortas y rápidas o largas y lentas? Si bien las personas caminan de formas muy diversas, existen algunos aspectos comunes a la mayoría que son característicos del mundo moderno y reflejan las actitudes internas de la cultura industrial. Por ejemplo, muchas personas experimentan que su atención deambula de aquí para allá cuando caminan; esto es el resultado de vivir en un mundo que nos exige pensar en muchas cosas a la vez. Asimismo, cuando la mayoría de las personas caminan, su cuerpo se mueve de aquí para allá y sus centros de gravedad y equilibrio cambian de manera incontrolada. 34 Endredy, E. (2002). Caminatas para el cuerpo y el espíritu. Madrid: GAIA ediciones. 55 Atención La atención es lo que nos permite hacer uso de nuestra conciencia. Podemos entrenar nuestra atención a fin de enfocarla, expandirla y unificarla. Las caminatas enfocan nuestra atención hacia actividades muy diferentes de las habituales, produciendo una brecha en la continuidad de nuestra percepción. A través de esa apertura puede crecer y emerger una nueva visión. Manteniendo nuestra atención continuamente en estas actividades extrañas podemos entrar en niveles de silencio interno, de conexión con la energía externa y de conciencia y percepción potenciadas. La atención es la herramienta para el darse cuenta. Silencio interno Aquietar la mente, alcanzar un estado de silencio interno tiene muchos beneficios para el ser humano. Uno de los objetivos principales de las caminatas es acallar el parloteo incesante de nuestra mente que nos impide percibirnos y contactar con el mundo sin filtros, básicamente el filtro de la personalidad, del yo, del ego que nos separa del ser. Percepción Uno de los objetivos centrales de las caminatas es la expansión de nuestras capacidades perceptivas en el mundo natural usando nuestros sentidos y todos los demás recursos propios de los seres humanos. Las caminatas dan la oportunidad de comprobar que nuestras percepciones se derivan de nuestra forma de interpretar la realidad. Autoobservación Las caminatas invitan a observarnos con los ojos de la naturaleza. Intención La intención es la fuerza empleada para explorar los temas de las caminatas. Es la forma de dirigir la atención. En el intercambio energético que tiene lugar durante y después de una ofrenda, especialmente si se trata de una ofrenda relacionada con el futuro, la intención guiará las acciones hacia el cumplimiento del compromiso adquirido. Una de las técnicas utilizadas para focalizar la intención es la postura del zorro. 56 La postura del zorro El nombre hace honor a este animal, siempre alerta y cuyos movimientos son un ejemplo de atención y conexión con el entorno. Cada paso del zorro es deliberado y está dado con plena atención y energía. La postura del zorro es una posición corporal para adoptar antes de empezar a caminar. Instrucciones para la práctica: Para empezar, ponte en pie y separa ligeramente los pies hasta tenerlos aproximadamente a la distancia de los hombros. Da un paso hacia delante con el pie izquierdo dejando el pie derecho donde está. Inclina la parte superior de tu cuerpo ligeramente hacia delante, haciendo que la mayor parte del peso corporal descanse sobre el pie derecho, que queda atrás. Al principio esto puede resultar difícil. Al poner la mayor parte de tu peso en el pie de atrás, tendrás que doblar la rodilla trasera un poco más que la delantera. Deja descansar los brazos a los lados del cuerpo en una posición cómoda. Haz que tus manos adopten una posición poco familiar. Toma unas cuantas respiraciones profundas y expresa en voz alta la intención de tu caminata. Adoptando esta posición al iniciar las caminatas, creamos una manera que no forma parte del mundo cotidiano. Apoyando más el peso en el pie trasero que en el delantero niegas la tendencia automática a dar el paso siguiente. A modo de ejemplo, voy a describir la caminata de la atención, presentar la caminata equilibrada y nombrar otras técnicas para focalizar la atención. Caminata de la atención La caminata de la atención es la práctica en la que se basan todas las demás caminatas. Se puede decir que esta caminata es una forma de ir por la vida. Comenzamos a caminar en silencio, moviéndonos a un ritmo que resulte natural, sin tratar de imprimir velocidad a nuestros movimientos. Mientras caminamos enfocamos la atención en la respiración y tratamos de acompasarla con el ritmo del caminar. Empezamos a enfocar la atención en los sonidos, aromas y otros elementos del entorno, teniendo cuidado de no permitir que los pensamientos nos distraigan. Procuramos no detenerlos ni prestarles una atención especial, más bien los escuchamos como si fueran parte de los sonidos que nos rodean. Nos mantenemos alerta a nuestras sensaciones corporales mientras caminamos. Esta es una caminata para aprender a escuchar con todo el cuerpo y con todos nuestros sentidos. Poco a poco, esta forma de caminar nos va acercando a nuestro ritmo natural en el andar y en el respirar y aprendemos a combinarlos armónicamente. Caminando de esta manera, podemos percibir nuestras sensaciones corporales y mantenernos atentos a sus mensajes. De forma voluntaria 57 buscamos relajarnos para flexibilizar nuestro ego y sentir más fácilmente nuestras sensaciones corporales profundas. A continuación, en lugar de pensar en cierta parte de tu cuerpo, deja que tu atención fluya suavemente hacia ella. Comienza enfocando tu atención en los hombros, después en el estómago y, por último, en las piernas. Enfócala también en tu corazón, en los genitales, en la columna vertebral, en el cuero cabelludo, en los pulmones, en los pies y en los glúteos. El microcosmos de tu cuerpo puede ser visto en muchos sentidos como una expresión del macrocosmos de la vida. Mientras nuestro ego pasa la mayor parte del tiempo mirando hacia el futuro o lamentándose por el pasado, nuestro cuerpo en cambio vive y refleja el presente concreto. Caminata equilibrada Caminar de forma equilibrada refleja la coordinación física y también el estado interno. Caminar con equilibrio es fusionar adecuadamente las fuerzas polares de la existencia: izquierda y derecha, lo racional y lo espiritual, el ego y la energía, de un modo que refleja la dualidad de la vida: la parte derecha del cuerpo necesita de la izquierda para poder caminar erguido y derecho; nuestra mente racional necesita la visión espiritual para mantener el equilibrio y la salud. La vida misma es un delicado equilibrio, y tomar conciencia del nivel de equilibrio alcanzado mientras caminamos nos puede llevar a entender cómo acceder a una vida equilibrada. Otras formas de caminar incluyen fijar la atención en los colores, en los ruidos, en los olores. Caminar en parejas y de la mano, acompasando los pasos. Caminar en fila e ir colocando el pie en la huella que dejó nuestro compañero de delante. Caminar descalzo. Caminar mirando con ojos de niño. Y para acabar, caminar contando tres. Esta peculiar forma de caminar consiste en, a cada paso, mirar el suelo que tenemos en frente nuestro y contar tres cosas que veamos. Por ejemplo, al apoyar mi pie derecho, veo una piedra, después una hoja caída en el suelo y a continuación un trocito de madera. Al apoyar el pie izquierdo observo una hormiga, después una flor y por último una pluma de paloma. Y así sucesivamente. Para acabar con la presentación de la estructura de este formato quisiera mencionar que el sábado por la tarde, después de caminar, aprovechábamos la apertura que proporciona el esfuerzo físico y el contacto con la naturaleza para proponer algún trabajo en la esfera de lo íntimo, de lo tierno, casi siempre en contacto con el otro a través de un masaje, para ahondar en nuestras zonas vulnerables. El domingo, acostumbramos a realizar un paseo después de desayunar y luego, ya en la sala, proponíamos un trabajo enfocado hacia lo expresivo. A lo largo de los años, las consignas y los ejercicios caminando han ido evolucionando. Algunos básicos relacionados con la atención siempre nos han acompañado, como por ejemplo, acompasar los pasos con la respiración. Otros tienen que ver con trabajos chamánicos, entendiendo con esto 58 ver y reconocer nuestra naturaleza interna a través de la Naturaleza, la madre Tierra. Otros ejercicios abundan en lo relacional, la interacción entre los miembros del grupo, dependiendo del tema propuesto para la salida. En este estudio me centraré en el trabajo grupal realizado en 2008 que consta de cinco salidas de fin de semana. En cada salida trabajamos un tema específico: en febrero 2008 el cuerpo, en abril aquí y ahora, en junio el ciclo de necesidades, en septiembre los mecanismos neuróticos y en noviembre los sueños. Me centraré especialmente en una salida, la de febrero 2008, para profundizar en la estructura detallada del trabajo de cuerpo y gestalt. También incluiré las respuestas del cuestionario de las cinco salidas de uno de los participantes para apreciar la evolución del proceso. Aportaré también la estructura de dos trabajos de fin de semana que realizamos en 2010 con los grupos semanales que impartí como colaboración en el centro de desintoxicación La Garriga y en el que profundicé con trabajos caminando. En cuanto a los testimonios, quiero recogerlos de las diferentes épocas, entre 2004 y 2010, incluyendo a alguno de los participantes de las dos salidas de diez días que realizamos por el Camino de Santiago en 2005 y 2006, completando los 200 km. de las últimas ocho etapas. Grupo de Caminando con Gestalt 2008 59 Estructura de trabajo de un fin de semana Primer fin de semana del grupo anual de Caminando con Gestalt 2008. Salida 23-24 de febrero 2008. Sant Miquel de Campmajó. Sananda Salud. Tema de trabajo: cuerpo y gestalt. Estructura y ejercicios: 1º) Sábado por la mañana al llegar a Sananda reunimos al grupo en la sala de trabajo. - Movimiento, desperezar al grupo después de 2 horas de viaje en coche. Ejercicio : Andando por la sala, ir contestando a la pregunta ¿Por qué me gusta estar aquí? Y luego ¿Por qué no quiero estar aquí? Os vais mirando unos a otros, os paráis delante de otro y le decís –“Estoy aquí porque me da la gana”. -Moviendo el culito, los brazos, etc. Y vais diciendo “estoy aquí porque quiero” -Y bailar, y bailar por parejas. (música). -Rueda : ¿Cómo estáis? 2º) Caminata De Sananda-Falgons a Mieres, son unas 2 horas. Conectando con la Natura, el grupo se interrelaciona mientras camina. Llegamos a Mieres (pueblo bellísimo) y comemos en un prado verde. Comida para compartir, cada uno ha traído algo cocinado por uno mismo y se comparte entre todos. Hay cosas exquisitas. Luego pequeña siesta general. Regreso por un camino diferente, sobre hora y media. Ejercicio por parejas cogidos de las manos mientras caminan, uno habla al otro que escucha, poniendo la otra mano sobre su corazón -¿Cómo me siento emocionalmente en estos momentos? Se cambia de rol y luego cada uno en silencio; siguen caminando juntos. 3º) Sábado tarde. (Después de ducharse, en la sala de trabajo). - Mapa corporal. Sobre dibujo del cuerpo señalar con diferentes colores, a/ zonas que no siento b/ zonas que siento agradables y c/ zonas desagradables. - Masaje. Por parejas A) El que recibe pide cómo quiere el masaje, llegar a un pacto entre los dos de cómo va a ser el masaje. Mientras es masajeado, el que recibe explica al otro, en asociación libre, “Qué me impide sentir mi cuerpo...”. Y cambiar de rol. (Con música). 60 B) Masaje Sensitivo. 1º hacen 10 minutos de Respiración Circular. (Música). 3- Pasan directamente al Movimiento espontáneo. (Música). 4- Por parejas, comentar la experiencia. 5- Rueda, brevemente un comentario de ¿cómo estáis? * Cena y tiempo libre. 4º) Domingo mañana, después del desayuno. 1- Ejercicio al aire libre, en los alrededores de la casa (Sananda). Por parejas, el que trabaja con los ojos vendados, el otro solo vigila los movimientos de su compañero. Durante 20 min. En silencio. Se deja libre al que trabaja para que explore sensaciones, sentidos, etc. En contacto directo con la naturaleza. Luego cambiar de rol. 2- En la sala. Visualización (ascensor) para entrar en su niño. Estirados en el suelo formando un círculo, ojos cerrados, al abrirlos cada uno se coloca la nariz de payaso. Entramos en el juego de la vergüenza, uno a uno se colocan en medio del círculo y muestran una parte de su cuerpo que no les guste. 3- Mapa corporal. Volver a señalar las zonas corporales en el dibujo del cuerpo. 4.-Escribir, cada uno en un lugar íntimo para la reflexión por escrito sobre las preguntas: a.-¿Cómo llegué? ¿Cómo estaba mi cuerpo? b- En la caminata ¿qué cambios he notado en contacto con la naturaleza? c- Después del trabajo de la tarde, ¿de qué me he dado cuenta? d- ¿Qué cambios noto en mi cuerpo? ¿Y en relación con los otros? 5.- Rueda integradora. Recogida de algunas vivencias de participantes del grupo C.C.G. 2008 En el trabajo de Caminando con Gestalt de 2008, pedimos a los participantes que respondieran a un cuestionario después de cada salida. El cuestionario es el siguiente: Proceso del Caminando, Cuestionario Caminando con Gestalt 2008 1)¿Cómo sentías tu cuerpo antes del inicio de la caminata? 2) ¿Qué cambios notaste en el cuerpo después de caminar? 3)¿Y desde la cabeza? ¿Qué cambios en tus prejuicios, expectativas, pensamientos (después de caminar)? 61 4)¿Qué te ha aportado el contacto con la Naturaleza? ¿Con qué te ha conectado?: 5)¿Qué te ha movilizado el hecho de caminar (esfuerzo físico)? En ti mismo/a: En relación con el grupo: Con la Naturaleza: 6)Después del trabajo corporal (de la tarde del sábado) ¿Cómo se quedó tu cuerpo?: 7)¿De qué te has dado cuenta con el trabajo del fin de semana? 8)¿Algo nuevo en relación con tu cuerpo? Antes de iniciar el ciclo de 5 salidas, pedimos a los participantes que nos relataran cómo había sido hasta entonces su relación con la naturaleza. A continuación, expongo el trabajo completo de una de las participantes, es decir, el escrito sobre su relación con la naturaleza y las respuestas a las preguntas de las 5 salidas. Teresa La naturaleza y yo. Mis recuerdos de la infancia se intercalan entre el mar y la montaña. Los abuelos paternos tenían una casa en la playa y los maternos una en la montaña. Durante el invierno pasábamos los fines de semana en la casa que mis abuelos tenían en Valldoreix… recuerdo el olor de la tierra mojada después de regar, la humedad que envuelve el ambiente, el peso de las gotas de agua sobre los pétalos de las rosas, haciendo caer muchos de ellos incapaces de resistir el más mínimo roce….. las afiladas hojas de los pinos,….. el olor de la hierbabuena,…. Las blancas margaritas danzando bajo la brisa…. La paz y la soledad del inmenso y solitario jardín…. Los múltiples rosales…..rojas, rosas, blancas, las pequeñas de pitiminí,….. los plumeros que se pegan a la ropa…. Las setas que surgen de las fisuras en la corteza de los pinos…. El olor de los troncos mojados, el moho….la madera chisporroteando…. …. El zumbido de las abejas… las pegajosas moscas al inicio de la primavera,….. los renacuajos que se criaban en la balsa y que me dedicaba a atrapar cuando se abrían las compuertas y salían empujados por el torrente de agua por los diferentes conductos de riego…. Las cebollas y los ajos….. la tierra mojada y lodosa del huerto….. los árboles frutales: perales, manzanos, higueras…… los cerezos….. recuerdo subirme a las primeras ramas para saciar mi gula…. Cerezas grandes, hermosas, rojas, jugosas……rivalizando con los pájaros por las mejores piezas….. las manos pegajosas, la boca pringada de rojo…… …..las hormigas: grandes como elefantes, esas que muerden con total avaricia…. Lo sé porque me 62 mordió una y no podía arrancármela de la mano…. Las pequeñas, esas tan chiquitas con dientes como agujas,… las garrapatas, esas monstruosas criaturas que te succionan la sangre si te despistas….. los gatos sin dueño que remolonean por la hierba y se escapan asustados por cualquier resquicio entre los cipreses…..los perros de casa, los pelos, su aliento caliente, su lengua húmeda, su amor incondicional… ….. el cielo negro y estrellado…. La luna llena….. las nubes cargadas de agua….. el ruido del chaparrón sobre el tejado,….. el agua turbia de los charcos…. Los surcos que forma el agua en la tierra mientras baja descontrolada por la pendiente de la montaña…. Las grandes torres eléctricas que ronronean cuando paso a su lado….. las piedras, la tierra que se impregna en mi ropa mientras me dejo caer por la pendiente haciendo la croqueta junto con mis primos….polvo, tierra, hierba…. Tengo las narices llenas de los olores de esa época. El verano sabe y huele a sal….. el calor de la arena por la noche…..los pies escondidos, cubiertos totalmente, las manos que juegan, cogiendo, soltando al aire…. Dejando que el viento me llene el pelo, la ropa, los ojos….. tosiendo, escupiendo, llena de arena,…. … el agua del mar fría y cristalina a primera hora de la mañana…. Serena y placida, sin oleaje…. Caliente y removida por la tarde cuando todos los hombres y niños se han meado en ella durante todo el día….. las conchas, las piedras, los plásticos y las botellas…. Las chapas y las algas…. Todos los tesoros que nos regala el mar….. ….. me acuerdo de los largos paseos cargada con mi cubo recogiendo miles y miles de piedras y conchas de diferentes colores y tamaños…. Arrastrando las pies como si fuesen dos losas, vestidos con grandes cantidades arena, que se pega y se despega según la marea….. si viene, la arena se va… si se va, la arena se queda….. ….. los peces muertos en descomposición…. Los ojos rojos, las vísceras al descubierto…. Los cangrejos corriendo hacia la orilla,…. Los pequeños y huidizos peces…..olas, pequeñas, gigantes, inexistentes ….. la espuma, las algas…… ….. los baños, los dedos arrugados, la piel tensa llena de salitre….el color tostado de mi cuerpo, el cabello rubio….el escozor del agua en los ojos. La agradable sensación de la ducha tras la mañana de playa…. La suave sensación de recuperar la piel suave…. … el olor del mar, de la arena, de la descomposición de animales y plantas……el olor de la gasolina de las barcas…..el horizonte en calma… la luna sobre el mar y el camino hacia la orilla….. …. Las pulgas que pasaban de mi padre a mi….él iba a veces en un barco de pesca, cuando al regresar por la noche, ya en la cama venía a besarme, me pasaba a veces sin querer grandes, inmensas y voraces pulgas que me despertaban a media noche, dejando mi cuerpo totalmente acribillado. Cuando me casé fui a vivir al lado del mar….los paseos en invierno con mi perra, con mi marido, 63 con mis hijos… son pocos de los buenos recuerdos….correr, correr como locos…. Saltando, hundiéndome en la arena, jugando con la marea para que no moje mis zapatos, mis calcetines o mis pies…… La playa me aporta optimismo, la montaña paz. Durante los últimos años de mi matrimonio salía a caminar por el monte cada día, de dos a tres horas con mi perra…. Ese contacto diario fue lo único que me mantuvo cuerda (si es que tengo algo de eso), me proporcionaba paz y tranquilidad, descargaba mi cuerpo de tensiones, agotaba mis fuerzas y calmaba mi espíritu. …. Los almendros en flor…. Campos enteros de margaritas silvestres…. Tonos ocres y rojizos en otoño…. Pardos y marrones en invierno,…. Los maravillosos tonos de verde en primavera….. los lirios, los tréboles, los espárragos trigueros, las moras,….. …. Las perdices cruzando el camino, las huellas de los jabalís, los pequeños topos, los insoportables grillos, las abejas, las moscas, las hermosas mariposas, las libélulas bebiendo de los charcos….. ….. tomillo, perejil silvestre, hinojo, …… almendras, moras,….. .... sol, nubes, viento, frio……me gusta el espacio abierto….. me gusta el silencio, la paz, la tranquilidad que proporciona la soledad del campo, la serenidad que me da la inmensidad del mar…… Mi estado mental se deteriora si paso muchos periodos alejada de los espacios abiertos… si no me es posible huir a lugares solitarios, paseo…. por el río… por donde nadie pasea…. La naturaleza me descarga, es mi válvula de escape… me da paz, eso, que tanto necesito. Caminando con Gestalt, 23-24 de febrero 2008. St. Miquel de Campmajó. Gestalt y cuerpo. Cuestionario 1)¿ Como sentías tu cuerpo antes del inicio de la caminata?: Tenia el cuerpo bastante extraño, hacia una semana que había dejado de fumar cannabis y aún iba (voy) arrastrando coletazos. Descansaba poco por las noches y me despertaba empapada en sudor, había perdido el apetito y perdido casi dos kg. La parte positiva es que he dejado de escaparme y empecé a vivir las experiencias de mi vida sin paliativos y aunque no era muy consciente de lo que me producía los agobios, empecé a “masticarlos”. Por tanto estaba muy consciente de mi cuerpo y de rebote, he empezado a descubrir o más bien a 64 aceptar “mi sombra” como la llamó Guillermo. Es la primera vez que he estado más “aquí y ahora”. Contenta, un poco nerviosa, un poco inquieta y a ratos ansiosa, así estaba…. Consciente de la gran necesidad de afecto que tengo y con ganas, muchas ganas de saber si Javier también tiene esa necesidad de mi afecto. 2)¿ Qué cambios notaste en el cuerpo después de caminar?: El peso de mi mochila (decidí conscientemente llevar el máximo de peso posible ya que quise hacerme responsable de mi decisión de “parecer” buena, llevando tanta comida) me ayudó a notar todas las partes de mi cuerpo: las piernas hacían fuerza al caminar, los glúteos duros, la rabadilla dolorida porque se me clavaba el tuper de las croquetas, los hombros cargados de las tiras de la mochila……. El calor, el sudor me hizo sentir que tenía carne y necesidades. Me sentí cansada, pero muy relajada. 3)¿ Y desde la cabeza? Que cambios en tus prejuicios, expectativas, pensamientos (después de caminar): Tal como expliqué en la última rueda de integración no puedo interpretar todos los cambios, pensamientos y expectativas solo como resultado de este Caminando. Cambios: estoy empezando a comerme todos los perjuicios, estoy dejando de hacer cosas solo por miedo al qué dirán, ya que en el fondo es mi juicio “el que dirán” y no puedo seguir paralizada por miedo o introyectos. Ayer en concreto salí a pasear sola de noche (entre las 9,30 y las 11,15); esto aún podría considerarse normal, ya que suelo andar, aunque de noche no suelo hacerlo sola, por miedo a si me pasa algo. Miedo que en el fondo no tengo, pero….una mujer sola y de noche por el río…..ohhhhhhhh!!! Pero lo más significativo, es que me apetecía ir a tomar algo.. y eso sí que fue un cambio, me metí en un pub al que solemos ir con algunas amigas cuando salimos a veces. Al ser una hora temprana para un pub, había los tres camareros y un par de tíos, supongo que los habituales. Y ahí mis ovarios…. me agarré bien los machos y entré. Vergüenza al principio cuando todos me miraron…. Pero no pasó nada, naturalmente. Me tome mi Coronita y me fui más feliz que unas pascuas para casa. Está claro que el primer cambio ya empezó en el mismo Caminando. Agarre mis ganas de contacto con Javier y no paré….. me sentí geisha y al mismo tiempo poderosa. Porque mi deseo no era 65 propiamente sexo, aunque lo hubo, sino más bien desear que él cayera y gracias a vuestra colaboración y a mi determinación, CAYÓ. Expectativas: seguir así y más. Habrá tropiezos y socavones en mi avance, pero no hay vuelta atrás….. y esto me gusta. Pensamientos: Que voy a ir a por lo que quiero y que sea el otro o las circunstancias quienes me impidan conseguirlo. 4)¿Qué te ha aportado el contacto con la Naturaleza?, ¿Con que te ha conectado?: El cansancio del camino se me hace menos pesado cuando ando por el campo, la montaña, la naturaleza en general me tranquiliza y me abrió el apetito, comí con verdadera gula y más tarde eso me paso factura. Hacia tantos días que comía poco que mi estómago y barriga se resintieron del atracón, además comí cosas que no debería…. Y mis gases se pusieron peleones. El olor de la humedad del bosque, ese perfume a moho me relaja; la brisa en la cara, me acaricia; las enormes ganas de mear y la poca gracia que me hace hacerlo en el campo me demuestra de que tengo vejiga. El calor y el sudor me hacen apreciar el alivio de quitarse ropa y la agradable sensación de un jersey cuando se enfría el cuerpo. El agradable reposo cuando me siento aunque sea en una piedra después de andar todo el rato entre piedras y surcos. El sol me encanta pero me impide tener una visión clara. Me gusta el color claro de mis ojos, pero la luz me ciega de tal modo que a veces me impide mirar todo el paisaje que me rodea. Andar, cansarme, sudar, mirar, no ver, calor, sed, hambre, micción,……. Es imposible negar que tengo cuerpo. 5)¿Qué te ha movilizado el hecho de caminar (esfuerzo físico)? -En ti mismo/a: -En relación con el grupo: -Con la Naturaleza: La verdad es que me cuesta ser tan concreta…. Se me mezclan las preguntas, ahora mismo no sé si sería más apropiado cambiar toda mi respuesta de la pregunta 4 aquí y simplemente poner en esa que el contacto con la naturaleza me tranquiliza, me aporta paz y me conecta con los recuerdos de mis épocas o momentos felices. Así, que…. DIARREA MENTAL AL PODER, así lo dejo. YA OS APAÑARÉIS!. 66 En relación con el grupo: me encanta andar acompañada y hablar. Me doy cuenta de que elijo gente…. Que no soy capaz de compartir cosas con cualquiera, que sin saber cómo mis parejas de ejercicios (no me refiero ahora a Javier, sino a la gente nueva, a los desconocidos) son personas con las que de alguna manera puedo sentirme afín. Y no es porque hable con ellas antes y sepa que me caerán bien…. Es como una especie de energía que me lleva hacia personas en concreto y me bloquea el acercamiento a otras. 6)Después del trabajo corporal (de la tarde sábado) ¿cómo se quedó tu cuerpo?: Preparadísimo para darme y dar placer. Así me quedé y no era excitación sexual, tenía claro que era pura sensualidad. Fue bastante extraño, ya que con los masajes suelo buscar mi propio disfrute y esta vez no fue exactamente así. Gocé más dándolos que recibiéndolos… quizás mi cuerpo estaba más raro dadas mis propias circunstancias o no…. No sé, pero me encanto notar como mi compañero se me derretía en las manos….sí, eso me hizo sentirme genial. Mi cuerpo se quedó dispuesto a llegar hasta el final de mi goce, que fue hacerle gozar, GOZAR. Quería tocar y ser tocada, quería ternura y cariño, quería sentirme querida y querer. He notado mi propio cuerpo en la caminata, lo he tocado sensualmente lleno de aceite mientras me arrastraba por el suelo, abracé a “la Madre Tierra” en el cuerpo físico de Angels (mientras la tocaba y la abrazaba en el movimiento espontaneo, veía mentalmente la imagen de las pequeñas diosas prehistóricas) y he amado el cuerpo de un hombre en el de Javier. 7)¿De qué te has dado cuenta con el trabajo del fin de semana? Me he dado cuenta de que los cambios son progresivos, que un Caminando no hace el cambio, pero que caminando se hace un nuevo camino. Me he dado cuenta de que trabajar el cuerpo en otro momento no hubiese dado tanto resultado en mí. Estaba bastante preparada para sacarle jugo….. ya sé que me falta mucho, que sigo “loca, loca”, pero que lo he podido aprovechar y que me habéis puesto la alfombra para que la pisara….. la vi y la pise. Otras veces me la habéis puesto y a veces no la he visto y otras no la he querido pisar…. Como le dije a Ferran “no hay vuelta atrás”. 67 8)¿Algo nuevo en relación con tu cuerpo? Si, que le voy a escuchar y a dar gusto. Otra cosa que quiero que sepáis, por primera vez no voy a repasar lo escrito. Tal cual acabo lo mando, solo voy a repasar las faltas ortográficas, pero no me lo voy a leer y releer a ver qué cambio. No voy a “repasar”, ni organizar, ni montar…. Así se queda, como en las ruedas de integración, respiro y tiro para delante. Besos. Caminando con Gestalt, 12 – 13 Abril 2008. Mas de Caret, Sierra de Prades. Cuestionario. Tema: aquí y ahora 1)¿ Como era tú aquí y ahora antes del inicio de la caminata?: Es la primera vez que estaba más centrada en “otra cosa” que no el Caminando en sí. Estaba nerviosa, alterada, inquieta y con muchas ganas del fin de semana, pero no por trabajar, sino por ver a Javier. Tenía miedo de no poder trabajar con el grupo. Tenía el cuerpo muy removido, mi barriga parecía un hervidero (cuando como mal o estoy excesivamente nerviosa los gases “se me activan” y esa es una situación que me resulta muy incómoda y me preocupa en exceso…. Todo lo escatológico me supera…) 2)¿Qué cambios notaste en tú aquí y ahora después de caminar?: Que había conseguido estar en el aquí y ahora del grupo. Que mi relación con Javier no me impedía en absoluto ponerme en situación y vivir lo que se proponía. En general me encontré muy cómoda con el grupo y ese paseo ya conocido me resultó agradable y relajado. Esta vez equilibré mejor mi mochila, aunque seguí llevando cosas para el deleite de otros (el termo de café sí que era para mí también, pero la leche, yo no pruebo), no me cargué en exceso. No me importó ser tan “buena”, soy lo que soy. 68 3)¿ Y desde la cabeza? Que cambios en tus prejuicios, expectativas, pensamientos (Después de caminar): Lo dicho, no se cumplió la expectativa que temía de no trabajar, lo conseguí y sin ningún esfuerzo. Conseguí vivir el aquí y ahora, y no centrarme solo en mis sentimientos hacia él. A pesar de todo, no conseguí superar el miedo escénico a hablar de mi relación con Javier.. puedo vivirla, pero hablarla abiertamente no podía y es porque en el fondo yo sentía que era una pseudo relación. Algo que no acababa de ser del todo real (la presencia de Piedad, su pareja a mí me pesaba, como una espada de Damocles estaba sobre mi cabeza) No podía decirle al mundo que ese hombre era mi hombre, porque yo aún no acababa de sentirlo así: ¿y si se arrepentía?, ¿y si no rompía con ella, como podía yo hablar y decir…..? para retractarme después…. Ufffff. 4)¿Qué te ha aportado el contacto con la Naturaleza?, ¿Con que te ha conectado?: (incluir el trabajo con los 5 sentidos).- Paz, siempre lo digo la naturaleza me da paz. Esta vez conocía el camino, sabía a nivel físico lo que me esperaba y se me hizo fácil y llevadero. Me sentí feliz, la temperatura era agradable, puede gozar fotografiándolo todo. Aunque podía haber ido la primera y llevar un ritmo súper rápido, me gustó poder ir la última y acompañar a Javier en su angustia. Me costó contactar con el sentido del olfato, pero es que siempre he tenido problemas con este sentido. Me cuesta distinguir los olores, sin embargo, mi aceptación de las personas se basa mucho en él. Me explico: soy un poco como los perros, todos tenemos nuestro propio olor, al margen de perfumes, al margen del sudor. Soy muy sensible a ello. Hay personas que de alguna manera rechazo porque su olor corporal no me gusta, me repele, en cambio otras me atraen, me hacen sentir cómoda. Incluso a veces hay gente que de entrada, su físico me puede resultar chocante y sin embargo cuando las tengo cerca, el olfato me las hace asequibles y cercanas, agradables y apreciadas. No sé cómo intelectualizarlo, simplemente lo vivo. Aún así, diferenciar olores simples me cuesta. Aunque al final conseguí diferenciar algunos: las zonas húmedas (pocas por cierto), ese olor característico del follaje que se pudre y se convierte en humus, algunas plantas olorosas, olor de gente,….. La vista me resulto fácil. Pude perfectamente evadirme del resto de mis sentidos y quedarme ahí, observando, disfrutando de los colores, las formas. La diversidad de tonos: el cielo azul con los cúmulos blancos; el diferente follaje, plantes grandes y chicas, húmedas y secas; las diferentes rocas; los claros y las partes más sombrías del camino….. 69 El oído fue fácil, aunque al principio tuve que cerrar los ojos para poder centrarme: el sonido de la brisa en los árboles, el frufrú del follaje moviéndose, el sonido del agua antes de verla, los pájaros piando….. El tacto, joooo el tacto. Ese se quedó en Javier, JAJAJJAJAJAJAJA. El gusto, JAJAJAJJAAJ me remito al tacto. 5)¿Qué te ha movilizado el hecho de caminar (esfuerzo físico)? -En ti mismo/a: -En relación con el grupo: -Con la Naturaleza: - En mi misma: El hecho de caminar me ayuda a salir de mi cabeza, moviliza mi cuerpo y eso hace que deje de intelectualizar, que no controle todo lo que hago, lo que pienso, lo que siento. He de centrar mis esfuerzos en tareas aparentemente automáticas como caminar, respirar, pero en espacios no habituales, lo que me hace ser más consciente de ellas. Las aprecio, las “VIVO”, las disfruto. - En relación con el grupo: Me gusta andar en compañía, me hace sentirme parte de algo más grande, más fuerte, más potente que yo misma. Me hace sentir que formo parte de un grupo y eso me encanta, a pesar de las confrontaciones y los piques, ya que al fin y al cabo, la vida en colectivo no es una balsa de aceite….y el hecho de los roces también hace que uno se conozca más a sí mismo y al resto. Contacte más con Carla, un alma errante y solitaria para mí hasta ese día. El hecho de que fuese la única persona de la que no recordaba su nombre, para mí es muy significativo, y no solo eso, me di cuenta de que no solo me había pasado a mí. Carla, había pasado un poco por el otro Caminando, como un alma en pena, a muchos de nosotros su presencia se nos pasó. Al quedarse esta vez, de las últimas como nosotros, me hizo poder contactar un poco más con ella y la sentí tierna, distante pero asequible, tímida pero receptiva, fría pero cálida,….. me encantó conocerla un poco más. AYYYYYYYYYYYYYY!!! La comida. Jodido Ferran!! Qué puñetero eres!!! Sabía que me buscarías, lo sabía. Siempre lo haces, de una manera u otra siempre acabas buscándome las cosquillas. No me he fijado si con los demás haces lo mismo, pero a mí, siempre me encuentras. Entiendo a Margarita cuando dice que choca contigo. Yo no choco, porque ya te espero, ….. Quizás sí que tú estabas con tu niño, pero yo me lo tomé como un intento por tu parte de desbloquearme y hurgar en mí. La vergüenza es algo muy significativo en mi comportamiento, 70 mostrar mis sentimientos en público aun me resulta difícil. Superé el tú a tú, a ese nivel puedo ser más desinhibida, pero extrapolar eso al grupo….uffff Y si encima una persona ajena a todo me avasalla, me enrabia, por eso me enfadé tanto con Rosa. Me sentí avasallada, acorralada y cuestionada. Me hubiese gustado ser valiente y poder decir lo que sentía, pero me resultaba imposible y que ella encima sin ser nadie para mí, me arrinconara, no me pareció correcto. Me enfadé, le contesté y me callé la rabia, me la comí literalmente, pero se quedó ahí, latente, jodiéndome por dentro. Su rabia la conozco aunque yo no avasallo así gratuitamente cuando no es algo mío. Muerdo y vomito quizás cuando no toca, pero no me meto en la vida de nadie como ella. 6) En los trabajos del sábado tarde y Domingo ¿que sentiste?: Súper conectada conmigo misma, así me sentí. En la rueda del sábado no quería hablar, me sentía cerrada, poco comunicativa. Llevaba respirando todo el rato y sentía que me faltaban las ganas; hasta que me di cuenta que era la rabia lo que me impedía hablar, mi rabia hacia Rosa, el dolor que me producía que me hubiese escupido a la cara una verdad, si una verdad pero que no tenía ningún derecho a acorralarme con ella. Nadie tiene el derecho a arrinconarme aunque sea con una verdad, ella no me ayudaba, me avasallaba, me pisaba…. Me enfadé porque su motivación era lícita y en ella proyecté parte de mi frustración por no poder abrirme, pero también me enfadé porque es una mujer déspota, cruel (sus motivos, bloqueos y frustraciones tendrá) pero eso tampoco le da derecho a tratar a la gente como lo hace. El domingo seguí igual de conectada pero más consciente todavía de que mi problema con los sentimientos se remonta a mi relación con mi madre, con mi familia. Tengo miedo de demostrar en público lo que siento por miedo a que me vean indefensa, frágil… si lo sé, la fragilidad es la fuerza; pero eso lo intelectualizo no acabo de vivirlo, al menos en grupo, en “petit comité” puedo hacerlo y lo hago, pero aun no puedo extrapolarlo a grandes grupos y para mí, el Caminando sigue siendo un gran grupo. Soy frágil, sensible y sentimental en nuestras cenas, con Javier o con los caminantes de uno en uno, como lo fui con el trabajo con Joseph, donde me desmonté cuando tocó trabajar el “necesito”, donde me salió todo: Necesito hacer las paces conmigo misma, con mis hijos, con mi madre, necesito querer y ser querida, necesito….. Me salió todo ahí. 71 7) ¿De qué te has dado cuenta con el trabajo del fin de semana? Me he dado cuenta de todo el camino que llevo recorrido en 11 meses y de todo el que me queda por recorrer. Me he dado cuenta de que mis primeras palabras cuando Guillermo me preguntó en esa misma casa, ahora no podrían ser “estoy bien”, sino “cuánto me queda aún por recorrer”. Pero aun así, veo lo que estoy ganando y aunque mi comportamiento y mi actitud repercuten sobretodo en mis hijos (por ser los más indefensos), puedo no sentirme culpable e ir poniendo soluciones a ello. No soy la mejor madre, seguramente soy una mierda, pero soy la que les ha tocado en suerte y hago las cosas lo mejor que puedo, y cada día lo intento hacer mejor, sin culpas, simplemente aceptando y mejorando . 8) ¿Algo nuevo en relación con tu aquí y ahora? Sí, que cada vez me resulta más fácil vivir en él. Porque estoy descubriendo que incluso en los peores momentos, nada es tan malo como no vivir, no sentir. Apéndice: Descubrir que una de las cosas que me hizo estar tan incómoda con mi cuerpo durante todo el fin de semana fue la decisión de ir o no al taller. Me di cuenta de que eso me carcomía, porque después de hablar con Guillermo el domingo tras la sesión de trabajo, mi barriga se fue relajando poco a poco hasta quedarse completamente normal el domingo por la tarde. Necesito ser fiel a mí misma, a pesar de reconocer que sé que otra sesión me iría muy bien, el hecho de no poder contar nada de nada no se me haría soportable, porque mentir ahora mismo no quiero y menos a alguien que empieza a ser mi pareja. No es el hecho de mentir o no, es el momento, ahora mismo no quiero mentir… no es por él, es por mí. Descubrir eso me relajo y me hizo sentirme bien. Bueno chicos, espero que os gustasen las fotos, la próxima vez le dejo la cámara a alguien y al menos que yo salga en alguna….. Besos. 72 Caminando con Gestalt, junio 2008. Cala Sa Cova, Palamós. Cuestionario. Tema: ciclo de necesidades 1º.- ¿Cómo llegaste al camping? ¿Con qué venias? Llegué al camping sin ningún planteamiento, Venía dispuesta a sólo estar, dejar que las cosas siguieran su propio curso. Cosa rara en mí no llevaba ninguna idea preconcebida en la cabeza. No me había planteado ni trabajar mucho ni poco, ni si podría o no podría hacerlo. Sólo fui, con ganas de playa, de ver a la gente y pasar un fin de semana con Javier. 2º.- ¿Cómo estaba tu cuerpo? Realmente muy bien. Desde el viernes por la tarde que estaba en casa de Javier y por mal que hubiese pasado la semana, una vez estoy con él, me pasan todos los males, me sereno, me tranquilizo y todas las aguas turbulentas que remueven mi espíritu se calman ofreciéndome paz y tranquilidad. Esas sensaciones tan necesarias para mí. Además mi cuerpo físico estaba muy relajado. ¡¡¡JAJAJAJA!!! 3º.- Durante la caminata, bañito, comida y regreso ¿De qué te diste cuenta en relación a tus necesidades? Bueno, para mí este Caminando ha sido realmente especial. Me he dado cuenta realmente de que he estado donde debía, cuando era necesario, al margen de las circunstancias que me rodeaban. Hubiera sido muy fácil desaparecer del " aquí y ahora", para abrazar como siempre mis viejos patrones de comportamiento, pero a pesar de la situación extraña que viví con Javier, pude separarme de sus circunstancias y dejarle vivir a él, mientras yo vivía las mías. Fue empezar el día y ya supe que él no estaba con nosotros, y lo más doloroso y problemático para mí, que no estaba CONMIGO. Angustiado por sus historias, se replegó y se encerró dentro de su ostra . Es igual lo que él diga, es igual que no se dé cuenta de la magnitud del hecho , pero fue leer sus miradas , el rictus de su boca, .... pequeños detalles que he aprendido a leer durante el tiempo que lo conozco (el íntimo de ahora y el no tan íntimo de antes ). Esta frustración de verlo lejos hubiera podido hundir el día, pero decidí disfrutar del resto: los amigos, la playa, la naturaleza ..... Llevé a cabo cada necesidad que tenía en cada momento: comida (antes de comer ya me había 73 comido unas cuantas nectarinas: tenía hambre ), tomé el sol desnuda (tenía ganas hacía días, las marcas no me gustan , me estoy volviendo muy presumida, ¡¡¡JAJAJA!!! ), me bañé todas las veces que tuve ganas y dejé de hacerlo también cuando quise, lo hicieran o no el resto .... Disfruté haciendo fotografías a todos y dejándome hacer. El camino se me hizo agradable y el calor muy soportable. Hablé íntimamente con compañeros, .... me sentí yo. Abracé cuando tenía ganas y me separé si no era correspondida, sin resentimiento, sin dolor, respetando. 4º.- y durante el masaje ¿qué necesidades se satisficieron y cuales se interrumpieron? La necesidad que satisface fue la del contacto de unas manos cálidas y amorosas sobre mi cuerpo. La sensación de placer que me produce que me toquen, que me acaricien. También me gusta mucho acariciar. Durante años lo había odiado. Que me tocaran ya me costaba, pero tocar me resultaba aún más difícil. Ahora me gusta, me gusta mucho dar placer, tanto como recibirlo y hacer un buen masaje a alguien a quien amas es una acto maravilloso. Lo que no satisfice fue mi necesidad de llegar más allá, de culminar este masaje en un placer mucho más íntimo. Al momento no me quedé frustrada, ya que estaba convencida de que la culminación del masaje vendría después de la cena, creí que sería así, di por sentado que así sería, pero no, y a media noche me encontré angustiada, llorosa, pero sobre todo muy frustrada. Entendía lo que pasaba, lo aceptaba, pero me frustraba y este sentimiento lo llevo muy, muy mal. 5º.- Por la mañana del domingo ¿De qué te diste cuenta? y tus necesidades ¿las expresaste, las bloqueaste, etc? La mañana del domingo me di cuenta de todo esto. Todavía estaba mal. Me había despertado por la noche llorando, con un fuerte ataque de angustia y con un ahogo que me impedía permanecer estirada. Javier me había preguntado qué me pasaba y una vez le respondí y después de darme un golpecito amistoso en la espalda como quien acaricia y calma a un perro, volvió a dormir. No me molesté con él, soy consciente de cómo se encontraba, pero me frustró aún más el hecho de tener que "soportar" sola mi malestar, de tener que sostenerlo sin ninguna ayuda , sin ningún paliativo. En el fondo hubiera querido ser yo la víctima y que él me salvase, pero ni yo era la víctima ni él podía salvarme, y aceptar esto... uffff, me cuesta. Expresé mis necesidades, algunas las satisfice, otras no pude. Solo hubo una necesidad que bloqueé, que fue confrontar con Pedro. Pero me pareció que tal y como había ido la reunión del domingo no tenía importancia y podía esperar. Ahora, tras el gran intercambio de mails que estamos teniendo todo el grupo y el hecho de que 74 Pedro sea como yo, uno de los grandes comunicadores, he aprovechado para preguntarle lo que no hice en su momento: Porqué en esa noche, en la playa, me atacó metiéndose con mi control "de las zapatillas”. No soy consciente de haber hecho nada más que dejarlas a mi lado, pero como el control es una de mis neuras .... quiero saber porqué. Además quiero saber porqué le molesta a él, o mejor dicho, qué le molesta de mí, porqué me busca. No es la primera vez que tengo la sensación de que algo pasa, noto una extraña sensación con él y no sé interpretarla. Por ahora la pregunta solamente es: ¿porqué se metió conmigo y mis zapatos .... ? 6º.- ¿Qué ha sido importante para tí de esta salida? Esta salida para mí ha sido una de las más potentes. A veces tengo la sensación de que cada Caminando voy diciendo lo mismo, pero es cierto. Algunos de mis compañeros dicen que este fin de semana para ellos como trabajo individual les parecía flojo. Yo no puedo decir eso. Cada vez son más los cambios que vivo, que siento, que veo. Poder disfrutar del placer de un día de recreo sin que mi ego me agobie, para mí es el resultado de todo un año de trabajo. No interpretar la distancia de las personas que amo como un rechazo personal, es un gran logro. Poder llevar a cabo las necesidades que se me presentan en cada momento sin bloquearlas, es una victoria. Empezar a sostener la frustración, es un gran avance. El trabajo de grupo del domingo removió tanto sentimientos dentro de mí que todavía estoy trastornada. Rosa es una persona con la que me resulta difícil contactar, aunque he de reconocer que durante la cena del sábado mantuvimos una pequeña conversación bastante importante sobre nuestras diferencias y similitudes que nos acercó lo suficiente como para que al día siguiente pudiera, al menos yo, estar más receptiva y sin rencor. El mismo sábado por la mañana, había cogido una rabieta yo sola, teniéndola a ella como antagonista en la sombra. Me sentí rechazada a la hora de los coches. Interpretaron que no quería venir con nosotros y eso me dolió mucho y estuve medio viaje llorando ( Y Javier medio viaje casi burlándose de mí...), hasta que acepté que era una apreciación totalmente mía y gratuita, como mucho más tarde pude comprobar. (Rosa creía que íbamos todos en el coche de Margarita ). Sentí mucha empatía hacia ella y sufrí mucho. Por un lado estaba totalmente de acuerdo con todo el mundo ( yo también era todos) pero parte del otro me ponía en su lugar y me angustiaba. Tuve la necesidad todo el tiempo de mantener el contacto físico tanto con Javier como con Margarita, de alguna manera necesitaba su apoyo, ya que yo me sentía ella. Creo que mi actitud hacia el mundo no es tan "potente " como la de Rosa, pero sí creo que compartimos muchos aspectos y me asusta 75 ver cómo se relaciona y los resultados que obtiene. Al mismo tiempo que incluso haciéndome daño su comportamiento, entiendo que no es una guerra que me declaró, sino una parte importante y significativa de la expresión de su neura, de "nuestra neura ". Por esta razón, aunque por un lado me daba mucho miedo que se integrara a nuestro grupo, por la otra lo estaba deseando con muchas ganas. Estoy segura de que de alguna manera esta relación, a mi en particular y espero que a ella también, nos sirva para trabajar aspectos que de otra manera sería más difícil. Ella me hace de espejo y cuando no, me hurga heridas profundas. Esta chica lo tiene todo,¡¡¡JAJAJA!!!, para mí, es una fuente donde ahogar la neura. Ha sido un fin de semana importante. He aprendido que por primera vez en la vida tengo una pareja de la que no soy un apéndice, puedo ser y hacer sin depender de lo que es y lo que hace. Tengo capacidad de disfrutar y no sólo de sufrir. Puedo enfadarme sin castigar ni castigarme. Puedo perdonar, perdonarme, aceptar y aceptarme. En definitiva, cada vez me gusto más, me gusta más la gente, me gusta más el mundo. Tal como le dije a Guillermo el otro día, yo he nacido dos veces; una hace 47 años cuando salí del vientre de mi madre y el otro, hace un año cuando entré en la Gestalt. Gracias maestros, compañeros, amigos. Muchas gracias. Caminando con Gestalt, setiembre 2008. Mas la Comademont, Olot. Cuestionario. Tema: mecanismos neuróticos. 1º.- ¿Como te sentías (mente y cuerpo) al llegar a la Comademond (Olot)? Me encontraba bastante excitada pero al mismo tiempo muy tranquila, no sé cómo explicarlo porque para mí casi todas las sensaciones que estoy viviendo los últimos tiempos son algo muy nuevo. Desde las vacaciones, me estaban sucediendo un montón de cosas, todas favorables: las vacaciones en sí, el reencuentro con antiguas alumnas, .... Este reencuentro fue realmente emotivo y fabuloso, pero también me recordó hechos no tan agradables de mi vida en aquellos tiempos, pero de manera "sorprendente", no me enganché al dolor, sino que vi aquellas situaciones y hechos desde otra perspectiva y me sentí más responsable de todo lo que había pasado y pese a ver mi implicación, no me sentí culpable, sencillamente lo he aceptado y he podido desprenderme del mal rollo y la rabia que tenía hacia cierta gente. Por tanto, aunque removida, estoy bien, muy bien. 76 2º.-¿ de qué te sirvió la caminata? Me sirvió para contactar con mi aquí y ahora y aceptar que normalmente es una fluctuación con delante y detrás y de vez en cuando aquí. También para darme cuenta de cómo proyecto. Había veces que criticaba o juzgaba en mi cabeza actitudes de otros, que en el fondo hacían lo mismo que yo aunque más visiblemente, es decir, juzgaba la actitud “escapista” de Blanca (desde mi punto de vista hacía todo lo contrario de las consignas dadas), cuando en el fondo, una parte de mí tampoco estaba donde debía, o intentando hacerlo todo bien, o pensando en las nubes, o ....; me cuesta aceptar que me escapo. Sin embargo, tuve muchos momentos en que verdaderamente estuve allí y disfruté de todo lo que me rodeaba. 3º.- En los ejercicios de la tarde del sábado , ¿quieres compartir algo de lo que para tí fué importante? Recuerdo tanto la regresión como el masaje como dos hechos o situaciones muy importantes. El masaje fue por un lado algo muy bonito y por el otro una experiencia desagradable. Mientras me tocó hacerlo yo, fantástico. Me encontraba cómoda, relajada , amorosa. Pero cuando fue al revés todo cambió. Al principio todo iba bien, la postura era bastante cómoda y las manos de Javier agradables. De repente, me tocó la cabeza, de una manera amorosa y tierna; me gustó y pensé: de pequeña nadie me acariciaba así. Y ¡mierda! Todo cambió, noté como me ponía rígida y ya todo me resultaba incómodo: tenía frío, así no se acariciaba a una criatura, no era lógico hacerlo así , demasiado sensual ... Todo estaba mal y yo cada vez estaba más a disgusto y con más frío. Después la regresión; siempre que hago una regresión tengo la sensación de que no estoy metida realmente en la situación: siento los compañeros, el ruido, .... quiero meterme tanto dentro, que tengo la sensación de que solo la rozo. Siempre pienso que lo que veo es una invención de mi cabeza para satisfacerme. Aun así, tuve un momento de duda: es cierto o es una invención .... como siempre mi cabeza. El hecho es que vi como bajaba unas escaleras retorcidas, como la famosa puerta que nos indicaba Fernando estaba delante de mí; oscura eso sí, bien oscura. La atravesé y la oscuridad era más impenetrable y al mirar mis pies, vi algo extraño. No eran pies de persona normal. Lo primero que se me ocurrió eran unos pies de hombre primitivo, después de palmípedo, después, unos pies que no estaban del todo formados. 77 Intenté subir más arriba y la ropa, no parecía ropa: quizás eran unos harapos, quizás no llevaba. Miraba mi alrededor y todo era oscuridad, me sentía flotar: ¿otra vez en el vientre de la madre? Esta fue mi pregunta, pero era una sensación extraña porque a mi alrededor, flotando también, separada pero cerca había otra cosa. Un envoltorio con una especie de cuerda que flotaba, no estaba pegado al lugar. Y de repente tuve la sensación de que yo era gemela, pero que de alguna manera aquella gemela o no había terminado de formarse o algo raro. También tuve un momento de no saber si era yo la que flotaba en aquella oscuridad ..... Todo ello mezclado con sensaciones de qué diablos estoy pensando, vaya historia me estoy montando... . Cuando fue la hora de terminar, mi cabeza sólo decía: ¿¡que voy a terminar si yo aún no he empezado!? Pero cuando por fin acabamos el ejercicio me encontré muy mal, con unas ganas horrorosas de vomitar que no se fueron fácilmente. 4º.- La noche del Sábado, la cena, el fuego. ¿A nivel de grupo , alguna cosa ? A pesar de que durante la cena aún me encontraba mal, que el olor de la comida en general me repugnaba y que la persona que yo menos deseaba que se sentase a mi lado lo hizo (Pedro), estuvo bastante bien. La animada conversación consiguió relajarme bastante y la poca ensalada que me entró me sentó bastante bien. La conversación junto al fuego estuvo genial. Primero el hablar de nuestra manera de contribuir al cuidado de este mundo nuestro tan castigado. Me sentí bien dándome cuenta de las polaridades de todos, el cómo hacemos cosas intentando contribuir a favorecer el cuidado y al mismo tiempo como hacemos “cagadas” para contribuir a nuestro bienestar al margen del de la propia Tierra. Y luego la creación de la Tribu. El inicio ya había sido durante la cena, pero junto al fuego se trabajó mucho más. Fue muy divertido y estimulante. Fue bonito como ve cada uno al resto. Como nos dábamos trabajo según las aptitudes que nos veíamos unos a otros, como nos “escaqueábamos” de trabajos incluso siendo conscientes de que sólo era un juego de palabras .... se creó un vínculo lúdico pero al mismo tiempo aún más fuerte. Y la imaginación, la capacidad de buscar soluciones donde aparentemente no las había ..... Lo pasé muy bien. 5º.- ¿Qué puedes decirnos de tus mecanismos de defensa? Pues que soy una especialista en proyectar, que empiezo a ver que lo hago, pero que todavía me 78 cuesta un poco ver o aceptar lo que realmente estoy proyectando. Que me bloqueo cuando algo no me interesa aceptar, que antes de aceptar que soy yo, le descargo al otro. La fuerza de mis “introyectos”: tengo que hacer las cosas bien, mi juez no me deja relajar y aceptar que no todo lo hago" como es debido ", que el "como es debido" no existe. Pero también me doy cuenta de que cada vez utilizo menos la “retroflexión”, ya no me castigo tanto. Aunque cada vez que voy hacia el placer me freno y busco dolor, físicamente casi no tengo lesiones. Y la confluencia también la estoy dejando de lado, hay momentos en que puedo realmente prescindir de los demás y hacer cosas yo, según mis opiniones e intereses y olvidar lo que hacen o quieren los demás. Y que quieres que te diga, la “deflexión” no sé cómo la llevo, pero creo que muy a menudo sigo riendo y haciendo bromas para huír de “el tema”. 6º.- ¿Qué has sacado de esta experiencia? Diré lo de siempre, y aunque una parte de mí siente vergüenza por repetirme, la verdad .... ¡me siento genial! Me veo avanzar, me veo el "plumero" cada vez más y no me hace sentir mal. Veo aceptar "mi locura", (¡SI GUILLERMO, ESTOY LOCA, LOCA!) Me hace sentir mejor, más segura, tranquila y feliz. Cada vez me gusta más como soy, quién soy. Soy Teresa, la loca ..... ¿y que? Besos, queridos! Caminando con Gestalt, noviembre 2008. Casa de Guillermo, Sant Pere de Riudebitlles Cuestionario. Tema: sueños 1/ ¿Qué cambios has notado después de las caminatas? : -En tu cuerpo En general me he encontrado relajada, cansada pero con mucha energía. Normalmente siempre ha sido así menos en este último que sobre todo estaba cansada, muy cansada y sin ganas de hacer nada. -En tu mente Preparada y con ganas de trabajar. Siempre he estado en todos los Caminando (menos este último) con unas ganas increíbles de ponerme al trabajo. Esta vez no quería pensar, no tenía ganas de 79 remover nada. -Emocinalmente Muy sensible, con muchas ganas de estar con la gente; sintiendo por todos una estimación especial y notando también de manera clara y evidente los momentos de aversión hacia ciertos hechos o personas. Muy vinculada, muy ligada a todos. Siento como una especie de cordón que me une al grupo, este grupo, a "mi grupo". 2/¿ Qué te llevas del caminando ? Los Caminando han sido un inicio a una nueva manera de vivir. Han sido junto con la terapia individual la ayuda que necesitaba para ver, para aceptar, para mejorar, para disfrutar ..... Me he abierto una nueva ruta para transitar. Me llevo un maravilloso regalo: el amor. 3/ ¿ Qué de lo que has aprendido, dado cuenta , sentido, etc. vas a aplicar en tu vida diaria? Todo. Me resulta imposible cerrar los ojos a lo que he aprendido, oído, visto.... Soy consciente de todo el camino que tengo por delante, consciente de mis bloqueos (bueno, sé que existen) .... una vez he entrado en contacto con la gestalt, ya me resulta imposible volver atrás (lo que en momentos puntuales desearía) y aunque resulta duro muchas veces aceptar la verdad, siento como una certeza absoluta que ir adelante es la única opción. 4/ Agradecimientos....... Tengo tanto y a tantos para agradecer ..... A Guillermo por haber conseguido encontrado la manera de hacerme abrir los ojos, por ser el apoyo en momentos difíciles y la implacable pared ante mis manipulaciones , por empujarme, por frenarme , por apoyarme, por confrontarme .... por ser quien es : un hombre y un terapeuta maravilloso. Gracias. A Ferran, por estar siempre presionando con su humor tan incisivo y sarcástico pero al mismo tiempo con su sensibilidad y ternura tan características. Una persona con una gran intuición que ha sabido acercarse y alejarse de mí cuando era necesario, como debía. Una persona a la que he aprendido a entender y a querer con el tiempo. Gracias. A todos los compañeros. Sería demasiado largo desgranar uno por uno lo que me han aportado. Lo 80 que es cierto es que todos y cada uno han dado un nuevo sentido a la palabra amistad. Mi estimación es diferente para cada uno de ellos y no por eso es menos intensa. Ellos me han enseñado a amar sin "pros", aceptar el tal como somos. Sé que habrá bastantes a los que seguramente no volveré a ver, a otros los vi poco y a pocos los seguiré viendo, pero lo que es cierto es que siempre habrá un tiempo espacial para ellos dentro de mí. Gracias a los padres de todos, a las desgracias y a las satisfacciones que nos han llevado a encontrarnos en estos lugares, en estos momentos, porque si no hubiera sucedido todo lo que nos ha ha ido pasando en nuestras vidas, ninguno de nosotros hubiéramos llegado a encontrarnos y eso es lo mejor, al menos a mí, que me ha pasado nunca. Gracias Javier por haberme dejado entrar a su corazón y a vosotros, terapeutas, por no habernos dejado cerrar los ojos a la evidencia. GRACIAS . Me ha costado mucho llenar este último cuestionario. No tenía ganas, nunca encontraba el momento. Respiro y lloro, porque este es el definitivo y último acto y yo todavía no acabo de saber retirarme. Soy una mujer con demasiado " apego". Me pego a las personas, a las situaciones y me duele que esta etapa termine. Pero ( “¡flipad!”) Estoy también feliz, porque ser, que es lo que ahora toca y que pase no significa perder, sólo que ahora ..... toca ir a buscar más. NOS VEMOS. 81 Talleres 2010 A continuación, expongo dos talleres de fin de semana impartidos con los dos grupos semanales del Centro La Garriga. Estos grupos se crearon como apoyo en la gestión emocional del proceso de desintoxicación de los integrantes. Taller de fin de semana Mas de Caret. Primavera de 2010. Sábado. 1) Presentación (Encuadre) - Previo: Aclaración sobre el pequeño problema de las habitaciones al no compartir cama los chicos. Responsabilización de lo sucedido por parte de la observadora. Clarificar la probabilidad de que en otras ocasiones no sea posible respetar ese criterio de “no compartir” cama. - Aquí y ahora: evitar comparaciones con el otro taller. Otro momento, otro lugar, otra situación. - Tema: Soltar. Trabajo para tomar conciencia de las cargas que nos dificultan e intentar ir soltándolas. 2) Consignas - IDA: Durante la caminata buscar una/s piedras que simbolicen vuestras cargas. Llevarlas durante todo el camino o hasta que tengáis la necesidad de desprenderos de ellas. Si llegáis hasta la poza, soltarlas ahí como en una especie de pequeño ritual. - Vuelta: a) antes de empezar el camino de regreso, elegid una planta o arbusto para contarle cual es vuestra carga y lo que os supone llevarla. b) ayudar a Marta (esguince en el tobillo) a llegar hasta la carretera: trabajo en equipo o escurrir el bulto, motivación/responsabilización, apoyarse (hiperventilación y rigidez al no hacerlo Marta), percepciones: vosotros/nosotros (Marta, Jaume/ Inma, Begoña, Marta) c)) Desde la Farena hasta el Mas de Claret, caminad en silencio, en completa intimidad; desde vuestro niño disfrutando del paisaje y los sonidos. 3) Una hora descanso y aseo. 4) Relajación - Dejarse sentir las dificultades que habéis tenido con los demás durante la salida: vergüenza, nerviosismo, rabia, juicios,… - ¿Con quién me ha sido difícil la comunicación? - Mis dificultades de relación en general, mis límites. 82 5) Por parejas - hablad de ello, dos o tres minutos cada uno. - nombrar las dificultades y las personas en concreto 6) Abrirlo al grupo, si alguien quiere. - Surge el conflicto con Marta y Jaume: separación del grupo, desplazamiento en coche…. - Se deja abierto ya que ellos no están (hospital) 7) Otra pareja - ¿Cómo os relacionáis con el mundo: pareja, padres, hijos,…? - El que escucha se apoya en la pared con las piernas abiertas y el que habla se apoya en él. - Cambio a los diez minutos. 8) Movimiento espontáneo - Antifaces. 9) Pequeña rueda de integración Cena 10) quien quiera que muestre al grupo su carga. La gente está muy cansada y solo se abren un par de personas. Domingo 1) Paseo de 20 mn. 2) Rueda 3) Activación - Movimiento libre, soltando carga. - Con voz: lenguaje abstracto, sin significado. 4) Imagina tu vida como si fuese una pelicula - Ponle título y una pequeña reseña sobre el argumento. - Como drama - Cómica - Porno 5) Grupos de 6 - Imaginaos una fantasía sexual incluyendo a todo el grupo, los 16 restantes (incluida Teresa y excluidos Guillermo y Javier) - Un portavoz de cada grupo la explica. 83 6) Propuesta de representar una - Rechazo inicial - Explicación y petición de confianza por parte de los terapeutas: es un trabajo. - Responsabilizar al grupo de la realización o rechazo del ejercicio - Aceptación por votación - Elección de la fantasía - Representación 7) Palabra que exprese la sensación tras el ejercicio. 8) Rueda final: cierre del taller y curso. - Logros y agradecimientos: “TODOS versus TODOS ” Taller de fin de semana, otoño de 2010. Mas de Comademont, Olot Tema: el placer Sábado. 1) Presentación (Encuadre) - Tema: El placer. Atención al placer y al displacer (cómo se consigue o se interrumpe) - Rueda corta: cómo estáis y expectativas. 2) Consignas - Amuleto. Búsqueda de un amuleto que refleje vuestro cuerpo. - Imagen. Quedaros con una imagen del paisaje que os dé amplitud, y la fijáis en la memoria. - General para todo el día. Dejar salir la luz y dejar entrar la luz. Trabajo con la naturaleza, con nuestra propia naturaleza. Entendiendo que somos todos naturaleza. 3) Salida hacia la Fageda - 20 mn. + 20 mn., antifaz con cuidador - Buscar un objeto (amuleto, relacionado con el cuerpo) + imagen de amplitud. - vuelta a la casa. 84 4) Una hora descanso y aseo. 5) Rueda: ¿cómo estáis?. - Centramiento: espalda recta, respirar. - Ni mal ni bien, afinar. - Una o dos palabras. 6) Dos grupos: - Uno frente a otro - Que sean los grupos de gestalt - Miraos, respirar - Dejaos sentir la sensación que os viene - Decidla en voz alta Tierno, divertido, agradable, serenidad, emocionante, entrañable, agradable, novedad, sorpresa,...... 7) Parejas mixtas: - Primero habla uno y luego otro. - Explicar “Cual es mi mayor dificultad de corazón ahora, en este momento”. - El cambio lo damos nosotros - Tres o cuatro minutos y cambio. - Quedaos en silencio mirando al compañero y dejaos sentir. 8) Automasaje: - Cada uno en una colchoneta, poned atención en no dormiros. - Respiración, relajación y visualización. - Regresión a la inmovilidad (diez minutos). - Recuperación de la movilidad, lentamente 9) Cena 10) Buscar un lugar que sientan suyo y se queden en silencio. 85 11) Fogata - Compromiso con el cuerpo ante el fuego. Domingo 1) Paseo de 30 minutos 2) Corporal - Moverse desde la consigna 3) Teatro individual: - Desde el niño de 6-8 años al que sus papas han dejado aquí. - Representar individualmente la locura de antes y la de ahora. 4) Presentación teatral de un tratamiento completo - Divididos en dos grupos libres. - Se acaban dividiendo en los grupos de gestalt 5) Rueda de integración. 6) Comida y regreso. 86 Testimonios y valoraciones de integrantes Pedro Han pasado los años desde entonces, seis años. Me pide hoy Guillermo que rememore qué supuso la experiencia del Caminando con Gestalt (CcG). Desde la distancia que el tiempo impone y la escritura implica, sentarme ahora a escribir para rememorar aquellos días de sol, de monte y compañerismo supone un paréntesis que abro en mitad de quehaceres muy alejados de los que en aquel entonces me ocupaban. Si miro atrás, en realidad me veo desocupado, ocioso. Y sé fehacientemente que no lo estaba: trabajaba y viajaba por razones laborales. Pero sin embargo los fines de semana CcG tiñen de ocio todo el calendario de aquel año. Paradójicamente, no estábamos ociosos; al revés: estuvimos ocupados y el negocio que llevábamos entre manos era intenso. Y al escribir la frase anterior me doy cuenta que saltó el recuerdo del yo al nosotros. Sí: así fue. A lo largo de un año, al hilo de los encuentros que cada mes (o casi cada mes) nos reunían, aquel grupo heteróclito de gente joven, más o menos joven (aunque no lo éramos tanto, y volveré luego sobre este punto), fue cohesionándose y la suma de los yo dio un nosotros que aún hoy perdura, aunque hayamos roto el contacto. La suma de yos devino nosotros. Y este nosotros del cual me acuerdo ahora pasó, cruzó, vivió una serie de experiencias en interacción caracterizadas por la honestidad, la libertad, la sinceridad y el respeto; una experiencia que dejó huella. Hoy, años después, conservo la memoria de escenas inolvidables: La casi-orgía a ciegas con que tuvimos el primer contacto como grupo. Los paseos por el otoño suntuoso del Hayedo de Jordà: nuestros pasos acolchados en el oro de las hojas caídas y el sol tamizado por los verdes pálidos de las copas de los altos árboles; el silencio catedralicio de nuestro paseo. La confrontación, en un corro al sol, en un prado, entre flores, tras una noche de mucho compartir, en que tuve que arrostrar, sin escapatoria ni excusas, rechazos e índices acusatorios de mujeres a las que había herido. El sol subiendo lentamente desde el horizonte recto del mar, en la playa, tendido. La marcha entre malezas, para llegar a un arroyo. Los silencios del paisaje. 87 El trino de los pájaros palpitando en mi pecho, durante una pausa de meditación en mitad de una subida. La cháchara alegre del grupo junto a una ermita, mientras comíamos de las fiambreras. Un lánguido fado que fue postre de una cena y aperitivo de la complicidad que había de seguir. Las muchas emociones concitadas por las puestas en común de experiencias que, en principio, me eran ajenas, pero de la cuales tanto aprendí; la enjundia de tantas libertades con sumo respeto que nos tomábamos los unos con los otros; la riqueza y variedad del contacto, a todos los niveles, que tuvimos ocasión de explorar. Hoy, ocho años después, sé que era entonces más joven que hoy. Y aun así sé que aquel año no envejecí. 2008, para mí, fue un año de reconstrucción personal tras una relación que no había funcionado. Fue también un año de explosión de mi cuerpo sediento de curiosidades en todos los ámbitos, tras años de insatisfacción. Tuve la oportunidad de explorar con hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, los límites de mi angustia de por aquel entonces, mi lucha inane por llenar mi vacío; mis miedos libres hallaron en aquel nosotros valedores y cobijo, mis inseguridades voces y caricias lenitivas, mis alegrías ecos sonoros y sinceros, mis días negros acolchados abrazos, mis furias genitales amables entrepiernas tan desnortadas como las mías. Aquel nosotros se constituyó en el pleno ejercicio del intercambio: de amistad, de complicidades, de secretos, intimidades, de miedos, de aprendizajes. Y si todo aquello no explotó ni se incendió más de la cuenta fue porque Guillermo y Ferran velaban por nosotros mientras, simultáneamente, provocaban y guiaban interacciones para sacar de nosotros lo mejor, esto es: lo más auténtico, lo más genuino: llanto, fiereza, mezquindades, cariño, hastío, miedos, alegrías… Provocaron encuentros gracias a la magia de unas dinámicas interpersonales que nos descolocaron más de una vez (desde la nariz de payaso hasta los chistes a deshora, los recogimientos en mitad del esfuerzo…), que nos reconciliaron siempre con la idea que, creo, guiaba el proyecto: compartir el yo en un marco lo más cercano posible a la naturaleza, la experiencia de tomar conciencia de uno mismo y de los demás, desde el respeto, desde la enriquecedora diversidad que nos alimentaba (hombres, mujeres; heteros, gays; jóvenes, mayores; iluminados y cartesianos; ingenuos y escépticos…). En este ejercicio de recuerdo de aquellas salidas a paisajes de mi país que desconocía, con compañeros de excursión a los que aprendía a conocer y de la mano de unos tutores que nos sorprendían con sus ejercicios que, las más de las veces, aun siendo tan sencillos (respirar, darse la 88 mano, mirar esto o aquello, acompasar los pasos y el silencio…) conllevaban una trascendencia, una carga emocional insospechada cuando, al cabo del día, en ronda, sentados y descansando de la caminata, poníamos en común la experiencia, la emoción, el aprendizaje, la dificultad, y exprimíamos la lección hasta colmar y saciar nuestra vasta ignorancia de nosotros mismos con el sudor y los jugos, que ellos, Guillermo y Ferran, sabían aprovechar: descubrirse altanero, o egoísta, o tímido, o miedoso, o torpe, o generoso. “Cuando me paro a contemplar mi’stado” dijo el poeta, y puedo seguir como él: “que a mayor mal pudiera haber llegado”. Ciertamente, volviendo a cuanto supuso para mí aquel año, he de reconocer (y lo hago con sumo agradecimiento) que sin CcG, sin aquellas experiencias y aquellos aprendizajes (siendo como soy una persona incapaz de seguir con tenacidad un curso de Gestalt), sin las amistades que entonces trencé (algunas de las cuales sigo aún cultivando ocasionalmente), hubiese sido hoy otro. Acaso como aquel que entonces fui: un inconsciente, incapaz de saberse definir como ocioso u ocupado. No fui ocioso entonces, al revés: mi ocupación consistió en hacer deleitoso (ocioso) el trabajo (negocio) de ser quien soy, y de tomar consciencia de ello. Así, hoy, puedo decir, con real satisfacción y orgullo legítimo, que vivo de las rentas de aquel negocio. El día a día es harto difícil, en general (para quien firma, para el nosotros, también para ti, lector). Y aprendí entonces ciertos ejercicios sencillos que, durante el trabajo, en los huecos de los tiempos muertos, en las pausas del café, o entre sábanas, o en los anodinos holas y adioses de los ascensores, a menudo, vuelvo a practicar: así, acaece que ejercite un “respira hondo”, un “poner conciencia” (al azucarillo deshaciéndose en el té), un “prestar atención” (al temblor de una rama que asoma en el cuadro de la ventana en la consulta del médico), y a preguntarme qué siente mi cuerpo, qué pienso, qué emoción me anima (cuerpo-corazón-mente) en relación a esto o aquello. ¿Qué me apetece? Y escucharme y concederme el lujo de ser, por ejemplo, pasivo en la cama durante un rato a pesar de la glotonería de mi lujuria. O desconectar apps y teléfono y recorrer los 250 metros que separan el parking de mi casa mirando (con cariño, con compasión, con afecto) las caras de los transeúntes anónimos con quienes me cruzo en la acera del aquí y ahora. Sonreír. Sentir compasión. Sentir agradecimiento. Y concluyo desvelando la sorpresa que supuso descubrir, durante aquellas sesiones de Gestalt en movimiento, que me había olvidado de agradecer al mundo tanta belleza que nos es dado disfrutar. 89 Javier Cuando repaso las notas y memorias recogidas durante el año que duró la actividad de “Caminando con Gestalt”, claramente aparece un denominador común a todas las salidas. Es un conjunto de sensaciones y emociones en las que se entremezclan alegría, distensión, energía, camaradería, amplitud, serenidad, conexión, bienestar, cansancio físico, y seguramente podría añadir una docena de cosas más. Cuando evoco esa etapa de mi vida, que coincidió en el tiempo con mi primer año de formación como terapeuta, siento como si hubiera resucitado; como si de pronto, tras un largo tiempo de oscuridad, volviera a abrir los ojos. En definitiva, una sensación muy potente de vida, de sentirme vivo; y de aprendizaje, como si ese abrir los ojos comportara una nueva mirada, de manera que todo se presentaba como una novedad, algo nunca visto de esa manera. En aquel momento no tenía la perspectiva que disfruto ahora, más de cinco años después; aunque si se refleja en las memorias, es ahora que puedo comprender verdaderamente el efecto del contacto con la Naturaleza. En aquel momento seguramente era algo asumido, que se daba por supuesto. Si se pregunta a la gente, en general, es bastante normal que te contesten que el contacto con la Naturaleza es agradable, sano, necesario, etc, etc. Pero en mi caso concreto, de mi carácter (E9) y gracias a la experiencia y conocimientos adquiridos a posteriori, creo que estoy en condiciones de darle un poco más de forma a todo esto. Si hay algún tópico referido al medio rural sería “en el campo se respira mejor”. Y aún, “en el campo se duerme mejor”. Respecto al primero, simplemente la calidad del aire, comparado con el que respiramos en el medio urbano a diario, ya induce a una respiración más amplia y más consciente. “Respirar es sentir”, solemos decir en Gestalt, así que, para mí, esa era la puerta de entrada a las sensaciones. Respecto al segundo tópico, sin duda tiene que ver con la contaminación acústica. El nivel de ruido ambiental en el campo es infinitamente menor al urbano. Hoy por hoy, vivo en un lugar intermedio, en las afueras de una pequeña ciudad y, habitualmente, el nivel de ruido es más bajo que en el centro; por eso, cuando se produce alguno (sobre todo el tráfico, de autobús o motocicletas, o el producido por una obra en construcción), me doy cuenta de que me tenso y me pongo de muy mal humor. Eso probablemente significa que en el medio urbano estaría sometido a una tensión constante e inconsciente. Si a eso le añado el efecto de la contaminación lumínica y los estímulos visuales, como la TV o el ordenador, como factores de interferencia en el proceso del sueño, me encuentro con que, por un lado, respiro más, y por otro, mi cuerpo está más relajado y más descansado. Para mí, esa es la forma de salvar uno de mis principales mecanismos de defensa: la represión. 90 A partir de ahí, me es más sencillo entender por qué en esas salidas era capaz de experimentar cosas que en terapia individual o en la propia formación me resultaban más complicadas o difusas. Tomar conciencia del cuerpo a partir de la respiración y el ejercicio, sin las interferencias del medio urbano, me permite alinearme con más facilidad, unir el cuerpo a los otros centros y llevarme a un darme cuenta y un aquí y ahora que, como he dicho, me resulta más dificultoso en el día a día. Unos años más tarde tuve oportunidad de poder observar estos efectos desde el punto de vista del co-terapeuta, del observador. La experiencia, más allá del eneatipo de cada uno, se repetía. De trabajar con un grupo en medio urbano a hacerlo en la naturaleza cambiaba radicalmente el resultado del trabajo. En contacto con la naturaleza se consiguen mayores niveles de profundidad en el trabajo. Podía ver a personas que se transformaban, se volvían más espontáneas, más en contacto con lo lúdico, con el niño, con el cuerpo en definitiva, y eso les ayudaba a salvar bloqueos, a estar menos pendientes del “qué dirán” y, por lo tanto, más entregados al trabajo y la experimentación. Esa forma más auténtica de estar les llevaba a verse más los unos a los otros, con lo que se conseguía un efecto de cohesión del grupo que no se daba en el trabajo semanal en sala. Y esa cohesión grupal, la confianza que se establecía entre ellos, les llevaba a su vez a ser más atrevidos y abiertos en el trabajo en grupo, con lo que el trabajo individual era más fructífero. Por mi experiencia, puedo afirmar que el trabajo efectuado en contacto con la naturaleza me ayudó enormemente en mi proceso y tengo constancia de que también lo hizo en el proceso de muchas de las personas que trabajaron con nosotros en aquellos cursos que implementamos. 91 Antonia Barcelona-Santiago de Compostela. Salida el 31 de Marzo del año 2006. Duración: 10 días. Tren hasta Ponferrada. Bus hasta Villafranca del Bierzo. A partir de aquí, andando, como se hace el Camino. Fue una experiencia durísima, con mis 57 años, un enfisema pulmonar y fumadora desde siempre. Éramos un grupo de 8, 3 de Gestalt, entre ellos mi querido Guillermo que ya antes me había ayudado y quién me invitaba al Camino. Cansados del viaje, el 2º día, empezamos la ascensión del magnífico O'Cebreiro. Me ahogaba, creía que me moría. No podía respirar. Era horroroso!!!!!! No me atrevía a decir nada. Guillermo estaba ahí y seguí sus instrucciones: andar muuuuuuy despacio, hasta lograr respirar, sin esfuerzo, normalmente. El pánico pasó poco a poco y llegó la confianza de poder alcanzar la cima. Como así fue. Con mi compañero al lado. Cada uno de los días siguientes fue una experiencia de voluntad, conocimiento de uno mismo y búsqueda de la Verdad. 92 6 ¿Para qué seguir caminando? 6.a Una forma de estar en el mundo, una forma de andar por el mundo. Me contó un día Toni, mi primer terapeuta, que en uno de sus libros, Carlos Castaneda relata que en la vida de los hombres y de las mujeres existen cuatro etapas. La primera consiste en enfrentarse a los miedos. En esta primera etapa, más de la mitad de los humanos se quedan en el intento. Los más perseverantes, los valientes alcanzan el siguiente tramo del trayecto que es la claridad. Los hombres y mujeres que se permiten sentir sus miedos sin dejar que estos los arrastren o los posean acceden a la capacidad de ver con claridad. La mirada y la comprensión se amplían, aportando sosiego y templanza a la vida. Son muchos los hombres y mujeres que quedan colmados y se acomodan en este tramo del camino. Para los intrépidos que siguen la marcha les espera un peligroso desafío en el siguiente escalón: el encuentro con el poder personal. A la claridad se le une la conexión con la fuerza personal, lo que confiere a la persona la capacidad, tantas veces anhelada, de influir de forma profunda sobre su entorno. El poder resulta difícil de manejar, las ambiciones personales de dominación, de enriquecimiento, los delirios de grandeza, las tentaciones lujuriosas acechan a los poderosos y son pocos, bien pocos, los que priorizan el camino sabio del corazón para no quedarse atrapados. Ese puñado de hombres y mujeres que son capaces de atravesar esta etapa acceden al siguiente y último trecho del camino: la vejez. Y ya, con toda una vida recorrida, no les queda más que una tarea sencilla y conocida por realizar: seguir caminando. Camino de Santiago, 1999 93 6.b El placer de caminar Retomo la idea de Rousseau: tanto el hombre como la naturaleza obtienen su esplendor en sus condiciones originales. Sin duda esta idea llevaba implícita una crítica al modelo de vida en la ciudad, a la nobleza y a todas los adornos, ya sean de imagen, de roles sociales o de formas culturales que desnaturalizaban al ser humano y a su entorno. Comulgo con la idea. Cuando camino por la naturaleza, solo, con mis hijos, con mi perro, con mi pareja o con amigos, me siento bien. Siento lo natural, lo sencillo y lo auténtico a la vez. Y no hacen falta más palabras. Es así. Y al alcance de todos. “La metáfora de la experiencia sináptica dirige la atención hacia las funciones sensoriomotoras conjugadas, tal como se dan en la experiencia personal, esto es, como conciencia (aspecto sensorio) y como expresión (aspecto motor). Aunque de momento el énfasis recaiga principalmente sobre la sensación, la conciencia de la sensación engendra la expresión, y juntas forman la unidad de experiencia. Podemos sentir esta unidad en muchas ocasiones; por ejemplo, cuando tenemos conciencia de nuestra respiración al hablar, o de nuestra flexibilidad corporal mientras bailamos. La siente el pintor si esta consciente de su propia emoción cuando pinta. Profundos sentimientos de presencia, integridad de la personalidad, claridad de percepción y vibración de la experiencia interna son notas comunes en los momentos en que se conjugan conciencia y expresión.” 35 Caminar por la naturaleza es la forma más sencilla y genuina del ser humano de conjugar conciencia y expresión. Y es la experiencia, quizás más primitiva, que nos vincula con nuestros ancestros. En el fondo, el sentimiento de soledad que procura el viaje nos conduce a tomar consciencia que la vida es un trayecto de un lugar desconocido a otro lugar desconocido, que es quizás el mismo, del nacimiento a la muerte. La marcha es también un indicador fiable del estado de un cierto número de libertades y de placeres: el tiempo libre, el acceso a espacios agradables y la libertad de los cuerpos. Lo sencillo y lo sublime se funden y se confunden en la marcha, como queda magistralmente retratado en esta célebre frase del artista estadounidense Allan Kaprow: "Descubrirán el sentido de lo ordinario gracias a cosas ordinarias, no intentarán convertirlas en extraordinarias y se contentarán con afirmar el sentido real. Gracias a esto podrán concebir lo extraordinario". 35 Polster, Erving y Miriam. (2003). Terapia guestáltica. Buenos Aires: Amorrortu. 94 7 Conclusión A mi parecer, el contacto con la naturaleza y la intensa convivencia a lo largo del fin de semana permite que en estos grupos la terapia Gestalt se abra al mundo, dando la posibilidad de una visión más amplia, más real y, me atrevería a decir también, más sencilla de la terapia. Voy a explicarlo. Son cosas tan sencillas como la alegría que sintió Marga en una de las salidas. Recuerdo su regocijo cuando, después de caminar unas horas, cansados y con hambre, no encontrábamos ningún lugar adecuado para comer. Decidimos pararnos en mitad de un caminito estrecho en la montaña, aparentemente incómodo e inapropiado. Bajo una fina lluvia, extendimos un mantel y nos sentamos en rededor para comer. Este acto sencillo y espontáneo la colmó de júbilo. Se sintió rejuvenecer, permitiéndose ensuciarse de barro y, sobre todo, dando prioridad a la necesidad del momento: el hambre. Sencillo y profundo a la vez. No hizo falta de ningún ejercicio para despertar a su niña interna. Sucedió en la convivencia. Recuerdo también, con mucho cariño, a Jorge, un hombretón fuerte y corpulento. En el grupo semanal (urbano) en el que participaba, se mostraba serio, rígido y formal. He de reconocer que me inspiraba un cierto respeto, casi miedo. Cuando acudió a su primer caminando, apareció vestido con unas mallas, un chaleco de montaña, un sombrero a lo Indiana Jones y un arsenal de navajas y machetes a cual más bonito. Este hombre había hecho montañismo en su juventud. En los fines de semana que participó en los caminando, pudimos gozar de una faceta que no había mostrado anteriormente: disfrutaba como un niño y, desde su espontaneidad, nos regaló su cariño y su buen humor. Al convivir, la terapia deja de encuadrarse entre paredes y deja de tener horarios. Todo es terapia y todo es convivencia. Siento que se normaliza la terapia y a la vez se agudiza la conciencia en todo momento. No hay barreras. Y el terapeuta, en gran medida, es uno más. La terapia se hace más comunitaria y ayuda a desencorsetar los posibles restos vanos de la figura dominante. El terapeuta come con el grupo, recoge la mesa, convive. Y siento que en este sentido, la naturaleza juega un papel fundamental. De hecho, la naturaleza se convierte en el verdadero terapeuta del grupo. Y ante ella somos todos pequeños e iguales, pacientes y terapeutas por igual. Los espacios naturales abiertos y los cuerpos en movimiento son ya elementos suficientemente poderosos para que ocurran cosas. Es algo así como que no hace falta provocar nada; el escenario y la actividad son, por sí solos, suficientes. Si damos espacio, si nos movemos, ocurren cosas. La autorregulación organísmica recupera su sentido pleno en la convivencia y considero, porque lo he vivido, que es más fácil para el terapeuta colocarse a un mismo nivel que los demás participantes y en muchos momentos, ser uno más. 95 No hemos de olvidar que una sala, en un centro de terapia en una ciudad, es un lugar de deprivación sensorial. No hay viento, la temperatura es estable, los ruidos varían entre cañerías y motores, la luz muchas veces es artificial. Es cierto que en la mayoría de las ocasiones no podemos acceder a lugares naturales. Pero también es cierto que existe el peligro, siempre acechando, de ceder a la comodidad, cementerio de la conciencia, en aras a la funcionalidad y facilidad que ofrece trabajar en una sala y en la ciudad. Considero importante tener en cuenta que cuando trabajamos con grupos en un lugar cerrado seguimos el modelo convencional establecido. Durante toda nuestra infancia y parte de nuestra juventud nos encerraron miles de horas en aulas de algún colegio, para luego seguir encerrándonos en la universidad, convirtiéndonos en prisioneros de un aprendizaje reglado y obligado. Cierto es que el conocimiento deshumanizado que nos transmitieron casaba con el aislamiento forzoso del mundo al que fuimos sometidos. Sin embargo, la terapia Gestalt rompe con este modelo frío recuperando el corazón. Pero a mi entender, el mantener el mismo encuadre de ambiente cerrado, no nos permite recuperar plenamente nuestras piernas, nuestro cuerpo. Cambiamos sillas por cojines, nos descalzamos, pero mantenemos cierta estructura y de ella algo se transmite de los antiguos patrones de relación. Estructura y función se funden y se entremezclan, como decía Perls. Clase, profesor y alumnos. Sala, terapeuta y participantes. Algo al respecto quiso transmitirnos Perls, especialmente en su última etapa, cuando creó el Instituto Gestáltico de Lago Cowichan (Isla de Vancouver, Canadá). Lo denominó "Kibbutz gestáltico". En esta, su última creación, la terapia y la convivencia se hacían indisociables; eran una misma cosa. Y a nivel físico la terapia se abría al mundo. Algo de todo esto me resuena en los tiempos de cambio que estamos viviendo. Florecen y toman fuerza movimientos sociales comunitarios y asamblearios que contienen mucha sabiduría en su funcionamiento. Quiero concluir este trabajo dejando en boca de los participantes lo que para mi significan los Caminando con Gestalt. El entorno natural “La confrontación, en un corro al sol, en un prado, entre flores, tras una noche de mucho compartir.” Pedro “El trino de los pájaros palpitando en mi pecho, durante una pausa de meditación en mitad de una subida.” Pedro “Y concluyo desvelando la sorpresa que supuso descubrir, durante aquellas sesiones de Gestalt en movimiento, que me había olvidado de agradecer al mundo tanta belleza que nos es dado disfrutar.” Pedro 96 “Paz, siempre lo digo, la naturaleza me da paz.” Teresa “A partir de ahí, me es más sencillo entender por qué en esas salidas era capaz de experimentar cosas que en terapia individual o en la propia formación me resultaban más complicadas o difusas. Tomar conciencia del cuerpo a partir de la respiración y el ejercicio, sin las interferencias del medio urbano, me permite alinearme con más facilidad, unir el cuerpo a los otros centros y llevarme a un darme cuenta y un aquí y ahora que, como he dicho, me resulta más dificultoso en el día a día.” Javier Darse cuenta - Sentidos y cuerpo “El calor, el sudor me hizo sentir que tenía carne y necesidades”.Teresa “El olor de la humedad del bosque, ese perfume a moho me relaja; la brisa en la cara, me acaricia; las enormes ganas de mear y la poca gracia que me hace hacerlo en el campo me demuestra que tengo vejiga”. Teresa “El calor y el sudor me hacen apreciar el alivio de quitarse ropa y la agradable sensación de un jersey cuando se enfría el cuerpo. El agradable reposo cuando me siento aunque sea en una piedra después de andar todo el rato entre piedras y surcos.” Teresa “Andar, cansarme, sudar, mirar, no ver, calor, sed, hambre, micción,……. Es imposible negar que tengo cuerpo.” Pedro “El hecho de caminar me ayuda a salir de mi cabeza, moviliza mi cuerpo y eso hace que deje de intelectualizar, que no controle todo lo que hago, lo que pienso, lo que siento. He de centrar mis esfuerzos en tareas aparentemente automáticas como caminar, respirar, pero en espacios no habituales, lo que me hace ser más consciente de ellas. Las aprecio, las “VIVO”, las disfruto”. Teresa Necesidades y autoregulación organísmica. “Llevé a cabo cada necesidad que tenía en cada momento: comida (antes de comer ya me había comido unas cuantas nectarinas: tenía hambre), tomé el sol desnuda (tenía ganas hacía días, las marcas no me gustan, me estoy volviendo muy presumida, ¡¡¡JAJAJA!!!), me bañé todas las veces que tuve ganas y dejé de hacerlo también cuando quise, lo hicieran o no el resto .... “Teresa 97 Libertad “De trabajar con un grupo en medio urbano a hacerlo en la naturaleza cambiaba radicalmente el resultado del trabajo. En contacto con la naturaleza se consiguen mayores niveles de profundidad en el trabajo. Podía ver a personas que se transformaban, se volvían más espontáneas, más en contacto con lo lúdico, con el niño, con el cuerpo en definitiva, y eso les ayudaba a salvar bloqueos, a estar menos pendientes del “qué dirán” y, por lo tanto, más entregados al trabajo y la experimentación.” Javier “Hoy, seis años después, sé que era entonces más joven que hoy. Y aun así sé que aquel año no envejecí.” Pedro “Los Caminando han sido un inicio a una nueva manera de vivir. Han sido junto con la terapia individual la ayuda que necesitaba para ver, para aceptar, para mejorar, para disfrutar ..... Me he abierto una nueva ruta para transitar.” Teresa El lugar del terapeuta - Convivencia y espíritu asambleario “Me gusta andar en compañía, me hace sentirme parte de algo más grande, más fuerte, más potente que yo misma. Me hace sentir que formo parte de un grupo y eso me encanta”. Teresa “Fue cohesionándose y la suma de los yo dio un nosotros que aún hoy perdura, aunque hayamos roto el contacto. La suma de yos devino nosotros”. Pedro “Compartir el yo en un marco lo más cercano posible a la naturaleza”. Pedro 98 Bibliografía De Caso, P. (2003). Gestalt, terapia de autenticidad. Barcelona: Kairós. Fagan, Joen, Shepherd, Irma L. (2003). Teoría y técnica de la psicoterapia guestáltica. Buenos Aires: Amorrortu. Endredy, E. (2002). Caminatas para el cuerpo y el espíritu. Madrid: GAIA ediciones. Hesse, H. (2011). Demian: historia de la juventud de Emil Sinclair. Alianza editorial. Marquier, A. (2010). El maestro del corazón. Barcelona: Luciérnaga. Miyo. (1968). Santiago 92. El retorno del Dragón Celeste. México: Mandala ediciones. Moreau, A (1999). Ejercicios y técnicas creativas de la Gestalterapia. Barcelona: Sirio. Naranjo, C. (1999). La vieja y novísima Gestalt. Chile: Cuatro vientos. Naranjo, Claudio (2007). Por una Gestalt Viva. Vitoria: La llave. 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