“EL cielo no es aquello donde alcanza nuestra mirada en la nubes…Es un mirar infinito a nuestra riqueza interior alimentada por la fe, las buenas acciones y las sanas costumbres. Nuestro propio cielo podemos generarlo cuando rechazamos todos esos mensajes incoherentes y des informantes, que nos llenan de temor” José “Bute” Márquez. ¿Debe un ser humano buscar su propio cielo en la tierra? <Se entiende por cielo un estado de plenitud de paz y conocimiento> Se cree de manera errónea que sólo se alcanza al morir y que al llegar nuestra alma a un sitio determinado nos será concedido por arte de magia. Qué manera de manipular la debilidad humana y el miedo a lo desconocido y qué manera de envolatar el sufrimiento mientras permanecemos en la Tierra. Por siglos las iglesias y aun los gobiernos convencían a su gente, que la pobreza material y espiritual era propia de este plano y que la resignación era el único camino. Era mucho más fácil y barato vender esa idea que hacer un esfuerzo mancomunado para que todos encontráramos el sendero que nos conduciría a la paz interna. Pero la verdad es otra, las intenciones de los dirigentes o líderes en cualquier punto, la usaban y usan de excusa ya que el esfuerzo de lograrla siempre ha sido un verdadero desafío entre tanta violencia, odio, intriga, y pasiones descontroladas. Callar la conciencia era entonces el camino a seguir; claro acompañado de frases famosas como: ¡Total al morir la encontraré! ¡Total aún estoy muy joven para procurármela! ¡Total sólo es camino para los que desean ser santos! Así se adormecía el deseo interno de cada quién de hacer un esfuerzo constante de depurar su vida, sus acciones y sus intenciones. Así al almacenamiento de dones, virtudes, talentos, riquezas, educación y posición social mucha veces se le ha considerado un deber de la vida para conmigo y suertudo yo que me tocó, ignorando por completo el hecho que le fue otorgado para acrecentarla y compartirla. Entre más alta nuestra ubicación en cualquier aspecto, más debemos agacharnos frente al menos favorecido. Aplazar, aplazar y aplazar, total, <Como nos encontramos en un planeta de lenta vibración, con baja vibración viviremos> (Y de ahí a escribirla como falsa premisa solo hubo un paso). Vemos a través de milenios que el ser humano ha habitado la Tierra en un proceso evolutivo desarrollando la ciencia, la tecnología y hasta su conquista en el espacio. ¿Pero cuánto hemos evolucionado y conquistado cada uno dentro de sí? Difícil decirlo. Sí detenemos un instante nuestro rápido estilo de vida para contemplar qué hay dentro nuestro y en cada quién, sorpresa nos llevaríamos (Entre otras tantas cosas sería largo de enumerar) pero definitivamente, un resentimiento a un planeta que consideramos injusto al dar más a unos que a otros en todos los aspectos; cuando se supone que la igualdad ante los ojos Divinos es un hecho real. ¿Quién hizo la diferencia? ¿Dios? Por favor… a eso nos envió y dio la oportunidad de vivir una experiencia tan maravillosa como es trazar nuestro propio destino; nos dio un mapa para que en nuestra ignorancia no nos perdiéramos; nos doto del libre albedrio para que eligiéramos lo correcto por hacer; pero no, es más simple y requiere menos esfuerzo nublar la conciencia, así esa ruta nos conduzca a una actitud egoísta y vacía. ¿Qué si debemos buscar un cielo dentro nuestro mientras estamos en la Tierra? Qué pregunta más absurda; es que fue justo a eso que vinimos. Esa fue la idea inicial. Acaso le dirías a un estudiante: <Estás en esta escuela pero no necitas estudiar, no necesitas aprender, solo vegeta y desperdicia el tiempo mientras paseas por sus aulas>. Si te caes, aguántate el porrazo; si le estorbas a la sociedad con tu actuar, los que se friegan son ellos. La incoherencia humana tiene nuestro paraíso terrenal hecho un caos y solo se salva si cada uno construye un cielo en su corazón. Lo demás es cuento… MafeV