MODERNO PATINÓDROMO DE LA CIUDAD DE SAN JUAN La práctica del patinaje como deporte no es nueva en nuestro país y mucho menos en las provincias cuyanas, de donde han surgido figuras de renombre mundial que, incluso, nos brindaron la satisfacción de lograr los campeonatos de hockey sobre patines en los años 1978 y 1984. Nos ocupamos hoy de otra faceta de este interesante deporte, la de las carreras de patín que, por falta de instalaciones adecuadas, deben con frecuencia realizarse en improvisados circuitos callejeros con las conocidas incomodidades y peligros que ello significa tanto para el deportista como para el público asistente. Con el objeto de superar estos problemas surgió entre los directivos del hockey Club Huarpes de San Juan la inquietud, hoy satisfecha, de construir un patinódromo moderno en su complejo deportivo del Parque de Mayo, decisión avalada por la Confederación Argentina de Patín y respaldada por su ejecución por el Gobierno de San Juan que declaró su construcción de interés provincial. Para satisfacer el propósito de que la obra respondiera a las exigentes condiciones del servicio a que estaba destinada, fue proyectada una pista de hormigón de cemento portland, con armadura distribuida para el control de agrietamiento, que tuviese en sus cuatro circulares, peraltes y transiciones parabólicas, única forma de lograr que la resultante de las fuerzas que solicitan al corredor se mantenga dentro del tercio medio de su cuerpo durante la acción, a fin de evitar la pérdida de estabilidad y a la vez impedir que experimente desagradables sensaciones de opresión orgánica al variar recorrido y pendiente durante su trayectoria longitudinal. Este requisito, aunado a las imprescindibles características de firmeza, lisura superficial y buena adherencia exigidas para el rodaje, fue alcanzado totalmente con el pavimento de hormigón cuya plasticidad, para lograr formas y superficies de cualquier tipo, le asigna cualidades ideales para obras como la presente. La pista, de 5 m de ancho, 0,12 m de espesor y 200 m de largo, medidos a 30 cm del borde interno según lo establece el reglamento internacional de carreras, se moldeó con hormigón vibrado de 350 kg/m3 de contenido de cemento, que asienta sobre una subbase granular de 0,15 m de espesor. Los agregados inertes provienen de los yacimientos aluvionales del río San Juan, empleándose arenas lavadas para evitare los finos perniciosos, responsables de baja calidad en los hormigones, preocupación ésta que ya se ha tornado costumbre en esa región. La malla de acero conformado de 0=3000 kg/cm2 y Ø 4,2 mm, con una cuantía longitudinal de 1,2 cm2/m y transversal de 0,3 cm2/m, dispuesta para satisfacer los requisitos impuestos por el control de agrietamiento, permitió moldear en forma continua de 5 m de ancho por hasta 20 m de largo, lográndose así distanciar significativamente las juntas transversales y suprimir la junta longitudinal. Este fue un aspecto trascendente del proyecto ya que se consiguió así disminuir un muy importante y frecuente factor, origen de desniveles e imperfecciones superficiales, defectos éstos inadmisibles para la práctica del patinaje. Las juntas de expansión se ubican solo al comienzo y fin de cada curva, teniéndose muy especial cuidado en lograr la mejor calidad de terminación. Esto se cuidó particularmente en las adyacentes de las juntas cuya conformación se logró mediante el empleo de un fratás en forma de “T” con una pequeña curva en sus ángulos interiores a fin de eliminar las artistas vivas en ambos bordes de las mismas. Todas las juntas fueron provistas con pasadores, con lo que se aseguró contra la posibilidad de que con el tiempo pudiese llegar a producirse la desnivelación de los bordes como consecuencia de eventuales deformaciones de la subrasante. La ejecución de la superficie en las curvas peraltadas se logró trabajando en base a cotas calculadas para los puntos de una cuadrícula de 0,30 m de lado, materializados mediante pequeños insertos de referencia. El hormigón fue vibrado con una regla de longitud reducida complementada con vibradores de inmersión en las zonas de doble curvatura. El sellado de las juntas se ejecutó con una masilla plástica previa imprimación de los cantos laterales con un líquido adherente. Por último, para realizar el curado, se aplicó el tradicional método de mantenimiento bajo agua durante los primeros 7 días seguidos de 21 días en el ambiente natural. La fotografía que acompaña esta nota muestra los clásicos diquecitos de tierra, muy adaptables a la especial característica de la superficie con su peraltado parabólico que, como dijimos, presentan las curvas y transiciones de la pista. Entre las obras complementarias a este patinódromo, el primero y único de su tipo en Sudamérica, corresponde mencionar una tribuna de hormigón armado con capacidad para 5.000 personas, una valla olímpica de 2,50 m de altura en el perímetro exterior para seguridad del corredor y autoridades de la prueba, un túnel de acceso bajo la pista para llegar sin interrupción de las actividades deportivas desde los camarines ubicados bajo la tribuna y, en la parte interior rodeada por la pista, una cancha para la práctica del hockey de 40 m x 20 m ejecutada con hormigón simple de 0,10 m de espesor en paños de 5 m x 5 m unidos entre sí por barras de acero y cubiertos con un piso de mosaico granítico pulido in situ.