Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-2038/08) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,… Tipificación del delito de Toma de rehenes. Artículo 1°- Agréguese como artículo 142 ter. del Código Penal el siguiente texto: "Se impondrá pena de reclusión o prisión de 8 a 25 años, a quien se apodere de otra persona o la detenga, y amenace con matarla, herirla o mantenerla detenida, a fin de obligar al Estado o a una persona física o jurídica a una acción u omisión como condición explícita o implícita para la liberación del rehén con el fin de cometer un delito cualquiera, para ocultarlo, asegurar sus resultados, procurar la impunidad para sí o para otro, o para eludir de cualquier modo la acción de la justicia. Si del resultado de su acción se desprende la muerte de la persona ofendida, la pena será de prisión o reclusión perpetua.” Articulo 2º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Silvia E. Giusti.- FUNDAMENTOS Sr. Presidente: El proyecto que vengo a poner a la consideración de este honorable cuerpo ha sido presentado con mi firma en el año 2004 y 2006 quedando el mismo sin estado parlamentario en el presente periodo ordinario de sesiones. En fecha 17 de diciembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por consenso y abrió a la firma de los Estados la Convención internacional contra la toma de rehenes (en adelante, la convención). Siguiendo el modelo de la Convención de La Haya de 1970 para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves, el Convención de Montreal de 1971 para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil y la Convención de Nueva York de 1973 sobre prevención y castigo de delitos contra personas internacionalmente protegidas, inclusive los agentes diplomáticos, tipifica el delito de toma de rehenes y establece el principio de extradición o enjuiciamiento del presunto autor por el Estado, parte en cuyo territorio sea hallado. A tenor del artículo 1º de la convención, comete un delito de toma de rehenes aquella persona que se apodere de otra -el rehén- o la detenga, y amenace con matarla, herirla o mantenerla detenida, a fin de obligar a un tercero, a saber, un Estado, una organización internacional intergubernamental, una persona natural o jurídica o un grupo de personas, a una acción u omisión como condición explícita o implícita para la liberación del rehén. Comete igualmente un delito en el sentido de la convención toda persona que intente cometer un acto de toma de rehenes o participe como cómplice de otra persona que cometa o intente cometer un acto de toma de rehenes. En efecto, la prohibición de la toma de rehenes en el Derecho Bélico comienza ya del artículo 46 y 50 del reglamento anexo a la convención de 1907 concerniente a las leyes y costumbres de la guerra terrestre, el artículo 2º de la Convención de Ginebra de 1929, el acuerdo de 1945 relativo al juicio y castigo de los principales criminales de guerra del Eje Europeo, el artículo 3º, común a la IV convención de Ginebra de 1949, relativo a la protección de las personas civiles en tiempo de guerra, la declaración de las potencias aliadas de 30 de octubre de 1949, relativa a la responsabilidad por los malos tratos infringidos a los rehenes, el articulo 75 del Protocolo Adicional I y el artículo 4º del Protocolo Adicional II de los Convenios de Ginebra de 1977. Con ello, la toma de rehenes, a pesar de los distintos enfoques e interpretaciones que pueda suscitar dado los sistemas ideológicos y los intereses propios de cada Estado, pasa a ser un delito reprobado y sancionado por la comunidad internacional, no solo en el marco del derecho humanitario bélico donde la prohibición de la toma de rehenes es una de sus normas mejor establecidas, sino también en tiempo de paz. La convención ha sido adherida por la Argentina mediante la Ley 23.956. En cuanto al ámbito de aplicación de la convención cabe destacar que el artículo 13 al disponer que la convención no se aplicará en el caso de que el delito haya sido cometido dentro de un solo Estado, el rehén y el presunto delincuente sean nacionales de dicho Estado y éste se encuentre en el territorio de ese Estado. Esto es, la Convención no se aplicará si el delito no tiene conexión internacional y por lo tanto es inválida para cualquier delito cometido en Argentina por y contra sus nacionales. Por lo anteriormente expresado podemos declarar que este es el espíritu de este proyecto ampliar esa penalización de una determinada conducta a nuestro ámbito nacional. Si bien la figura ya seria comprendida por otras similares en los artículos 141, 142 y 142 bis sostenemos que las conductas previstas por esos tipos es demasiado genérica y bien cabe hacer aun más especifica una conducta como lo es la toma de rehenes que ha alcanzado a la preocupación de la comunidad internacional pero no tiene un lugar puntual en nuestro Código Penal. Se supera a la vez cualquier conflicto entre normas penales de modo tal que, ante el concurso de delitos, prime la figura propuesta por ser más especial a un caso en cuestión. Este proyecto considera además, como un antecedente importante, al proyecto de ley caducado del Senador García Arecha (S-2482/00) que ha sido aprobado en la Cámara Alta pero que desafortunadamente no ha logrado la misma suerte en diputados. Por todo lo expuesto, Señor Presidente, es que solicito a mis pares acompañen la sanción del presente proyecto de ley. Silvia E. Giusti.-