El Capítulo II de la Exhortación Alegría del Amor nos habla de las familias a la luz de la Palabra. La Biblia, como un álbum fotográfico, expone rasgos, características, luces y sombras, alegrías y sufrimientos de muchas familias. Una de estas familias es la familia de Nazaret. Jesús, dice el Papa, “nace en una familia modesta, que pronto debe huir a una tierra extranjera” (AL 21). Durante su ministerio, Jesús estuvo presente y se interesó por las situaciones que vivían las familas: la enfermedad de la suegra de Pedro, la muerte de la pequeña hija de Jairo y del joven hijo de la viuda, visita familias como la de Zaqueo, Mateo, Marta, María y Lázaro. Se hace presente en una boda, en la casa del fariseo, y presenta el dolor de familias que han perdido algo muy valioso: un hijo, dinero, ganado, etc. Jesús conoció el dolor y el sufrimiento de las familias desde dentro, su familia vivió como refugiados en Egipto. Mateo 2,13-23 narra la huida y regreso de la Sagrada Familia a Egipto. En el texto un ángel se presenta en sueños a José, responsable de Jesús y María, para que los ponga a salvo huyendo a Egipto (Mt 2,13). José, como Padre de familia, sabe escuchar. Comparte el sueño de Dios y es capaz de acciones valientes y audaces en tiempos de crisis. Se da cuenta de que la vida peligra y sin pensarlo dos veces, se levanta dispuesto a lo que sea, lo arriesga todo, con tal de preservarla. “Se levantó, todavía de noche….”(Mt 2,14). Este “todavía de noche” podemos interpretarlo como un momento de confusión e incomprensión de lo que sucedía. José no cuestiona el mandato, no cuestiona su voluntad y se pone en camino inmediatamente. En la noche muchas cosas son confusas, sin embargo, José muestra una plena confianza en Dios. La salida de la propia tierra, en silencio y de prisa desencadena un proceso de vida alternativo, que implica ponerse en camino a una tierra desconocida sin ninguna seguridad. La Sagrada Familia hace un recorrido de Belén a Egipto, días y noches de desierto y soledad para preservar lo más valioso. En cualquier momento la tierra en que buscan refugio puede volverse peligrosa. Dios confía lo mas valioso a una joven generosa y a un hombre justo y los dos, se enfrentan a lo desconocido, otro país, otro idioma, otra gente, para proteger la vida de un ser inocente. Las dificultades de la familia de Nazaret no terminaron ahí. ¿Cuáles fueran los problemas y conflictos que tuvieran que enfrentar como familia, María, José y Jesús? Tanto María como José pertenecían a la clase trabajadora, eran pobres. Nazaret no era un pueblo de tan buena reputación y el país estaba dominado por una nación extranjera: Roma. La gente, sobretodo los pobres, debían pagar impuestos excesivos a Roma, los cobradores de impuestos no los dejaban tranquilos, por eso eran tan odiados por la gente trabajadora. Eran años de crisis, había una gran confusión política y religiosa, que pesaba sobre el pueblo. De hecho, son los mismos líderes religiosos quienes más se oponen a Jesús y terminan entregándolo a las autoridades romanas para ser asesinado. Había mucho sufrimiento, enfermos, desarraigados, pobres, etc. La mujer contaba poco o nada y se vivía bajo amenazas continuas. Las enseñanzas se pasaban de padres a hijos. Jesús aprendió a orar desde niño. De acuerdo a la tradición, José murió y María quedó viuda. Jesús era judío. En la cultura semita, la familia es extensa y está constituida por primos, tíos, y el jefe de familia era el varón. En Jesús, Aproximación Histórica, J osé Pagola subr aya que en el pequeño pueblo de Nazaret, “la familia lo era todo: lugar de nacimiento, escuela de vida y garantía de trabajo”. La identidad de una persona le era otorgada por la pertenencia a su familia. Jesús era conocido como “el hijo el carpintero” (Mc 6, 3) Al marcharse al desierto y posteriormente iniciar su predicación por los pueblos y ciudades del país, Jesús se convierte en un “profeta itinerante”. Se desvincula de su familia, rompe con su grupo familiar para reconocerse hermano y hermana de “todos aquellos que acogen la Palabra de Dios y la cumplen” (Mc 3:34-35). Las acciones inéditas y “escandalosas” de Jesús causan diversas reacciones en sus parientes. María “guardaba todo en su corazón” y los familiares creían que se había vuelto loco. En su evangelio, Marcos nos presenta a Jesús como un extraño, incluso para su familia. El capítulo 3 de Marcos nos deja ver algo del sufrimiento de Jesús de cara a su familia y a su pueblo. Mientras que una muchedumbre lo sigue y reconoce que Dios se manifiesta a través de su persona, sus familiares se lo quieren llevar pues lo creen “fuera de si” (Mc, 3, 21). El honor de la familia estaba en juego. Jesús se duele que los suyos no puedan entender su pasión por anunciar el Reino de Dios. Y tiene que sentenciar que “ningún profeta es aceptado en su tierra, entre sus parientes, en su propia casa” (Mc 6,4). Posteriormente, tanto María como sus hermanos, Santiago y Judas pasan a formar parte de su grupo de seguidores. “A los que lo reconocieron, les dio poder de hacerse hijos de Dios” (Jn 1, 12). La invitación era pues la de trascender, y reconocerse hermanos con todos los pueblos. Los hijos e hijas de Dios forman una gran familia, en la cual todos tienen un identidad, una morada y a Dios, compasivo y misericordioso como Padre de todos. REFLEXIONA Y ACTÚA: 1. ¿Qué aspectos de mi vida han quedado por fuera de mi opción de fe? 2. ¿Qué retos plantea a mi vida personal el seguimiento de Jesús y su proyecto? 3. ¿Qué podemos hacer para defender los valores de la vida y de la familia tan amenazados hoy en nuestra sociedad? 4. ¿Sugiere tres cosas concretas que podrías hacer para estar más atentas/os a las necesidades de los otros y más dóciles al Espíritu de Dios? Trabajo en Grupos Lee el capítulo II de la Alegría del Amor, “A la luz de la Palabra” donde el Papa Francisco nos dice que “la Biblia está poblada de familias, de generaciones, de historias de amor y de crisis familiares. Divide el grupo en 7 grupos. Cada grupo elegirá una familia. Compartir por 10 minutes. Ilustrar por medio de un dibujo las respuestas a estas preguntas. 1. Características de esta familia. 2. ¿De qué manera pasaban tradiciones, enseñanzas y la historia del caminar de los antepasados con Dios a las nuevas generaciones? ¿De qué manera se transmiten ahora? 3. ¿Quiénes eran los encargados de cultivar la espiritualidad y fidelidad a la alianza con Dios en la familia? ¿Quiénes son los encargados de cultivar y mantener la alianza ahora? 4. ¿En qué se parece su situación a la de nuestras familias? 5. ¿Cuáles fueron sus dificultades y cómo resolvieron sus problemas? 6. ¿De qué manera esta familia contribuyó a la realización del Plan de Salvación de Dios? Dinámica No. 2. Forma equipos y contesta las siguientes preguntas. Presentar las respuestas en plenario e incorporarlas al Plan de Pastoral Familiar de la Parroquia. EQUIPO 1 1. Compartan situaciones de familias cercanas a ustedes que estén viviendo alguna circunstancia que requiera acompañamiento. Identifiquen que tipo de ayuda requieren. 2. ¿Qué acciones concretas están realizando cada uno de los agentes a la Pastoral Familiar en tu comunidad? EQUIPO 2 1. En su experiencia, ¿cuáles son las mayores dificultades de las familias jóvenes? 2. Identifica algunas situaciones de crisis que puede vivir una pareja (no importa los años que tengan viviendo juntos). 3. ¿Qué está haciendo tu comunidad parroquial para responder a las necesidades y situaciones que enfrentan estas familias?