COLECCIÓN DE OBJETOS ENCONTRADOS Diana Esperanza Pacheco Sánchez Candidata al título de maestra en Artes Visuales Con énfasis en Expresión Gráfica PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE ARTES DEPARTAMENTO DE ARTES VISUALES BOGOTÁ Noviembre de 2008 DIANA ESPERANZA PACHECO SÁNCHEZ COLECCIÓN DE OBJETOS ENCONTRADOS Colección de objetos pequeños para guardar mundos en los bolsillos. Asesor Maestro Yesid Vergara PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE ARTES DEPARTAMENTO DE ARTES VISUALES Bogotá Noviembre de 2008 1. Introducción……………………………………………………………….4 2. Objetivos…………………………………………………………………...5 3. Metodología………………………………………………………………..5 4. Problema…………………………………………………………………...6 4.1. Planteamientos..……………………………………………………………7 5. Antecedentes……………………………………………………………...14 5.1. Al querer navegar mentalmente viajo por las calles..………………….14 5.2. El dibujo..…………………………………………………………………20 5.3. De mi “yo” pasado a mi “yo” actual..…………………………………...22 6. Sobre el coleccionismo..………………………………………………….25 6.1. Sobre la colección de los objetos..………………………………………..29 6.2. Sobre la colección y el coleccionismo..…………………………………..31 7. Expediciones del siglo XIX.……………………………………………...34 8. Sobre la autobiografía…………………………………………………...36 8.1. Bitácora...………………………………………………………………....37 8.2. Sobre el viaje...…………………………………………………………....37 8.3. Sobre el contenedor..……………………………………………………..37 9. Referentes teóricos y visuales…………………………………………....38 10. Conclusión………………………………………………………………..43 Bibliografía……………………………………………………………….43 1. Introducción El siguiente proyecto está basado en variadas experiencias que han formado un conocimiento académico y un lenguaje artístico a través del cual cuestiono imágenes y objetos que rodean mi vida. Al ver y analizar estos objetos encontrados busco percibirlos como cuerpo de una colección personal, comprenderlos como registro de una vivencia y parte de una experiencia específica que da cuenta de un lugar y un momento únicos. La colección nace de un interés radicado principalmente en los viajes, específicamente en los recorridos, a partir de los cuales nació un gusto personal por los objetos y el significado que de ellos se pueda revelar para dar cuenta de lugares y experiencias únicas, evocadas por la imaginación y la memoria. Una forma de dar sentido a los objetos es hacerlos parte de una colección. Un ejemplo de estas agrupaciones que nos brindan una lectura determinada de una serie de objetos son los registros de las exploraciones europeas del siglo XIX; en ellas encontramos el modo como se clasificaban, a partir de nuevos conocimientos proporcionados por los estudios de dicha época, formas nuevas y asombrosas de la etnia y la botánica de diversos lugares del planeta. En los viajes realizados trataba de escribir toda clase de información que recopilaba durante los recorridos; esmerándome además en recolectar objetos propios de distintas ciudades. De esta forma pronto obtuve una gran cantidad de objetos encontrados, los cuales clasifiqué dentro de un pequeño diario1 1 Según el diccionario de la Real academia de la Lengua Española (Vigésima Segunda edición ) la entrada para ‘diario’ contiene las siguientes definiciones: 1) Conjunto o agregado de algunos pliegos de papel, doblados y cosidos en forma de libro. 2) Libro pequeño o conjunto de papel en que se lleva cuenta y razón, o en que se escriben algunas noticias, ordenanzas o instrucciones. 4 2. Objetivos General A través de esta colección busco exponer, por medio de dibujos y escritos, la memoria impresa en dichos objetos, los cuales contienen diferentes anécdotas de sus lugares de encuentro. Específicos: -Realizar una colección de objetos encontrados. Ésta se dividirá en tres secciones: la primera relacionada con mi infancia, la segunda con mis viajes y recorridos en general y la última estará relacionada con los diarios y dibujos. - Mediante dibujos, dar cuenta de la colección de objetos encontrados. - Escribir en un diario las anécdotas que puedan generar los objetos respecto a los lugares en que fueron encontrados. - Realizar una documentación de modo similar a como la hicieron los exploradores del Siglo XIX, basada en los dibujos y en la recolección de objetos. 3. Metodología Los objetos se archivarán en un contenedor, donde se ubicarán con la información correspondiente a cada uno de ellos. El contenedor tiene como propósito darle un orden a la colección y permitir que los objetos sean transportados con relativa facilidad. Estos serán clasificados de acuerdo a la hora y al lugar en donde fueron encontrados, como si se tratara de una investigación realizada por un biólogo o un científico, de modo similar a como se realizó en el siglo XIX. A través de ilustraciones mostraré cada objeto en detalle, en un intento por perpetuar algunos de ellos debido al carácter efímero que los determina. 5 4. Problema Este proyecto pretende mostrar, a través de una colección de objetos, la muestra de una memoria y la reflexión de un pasado (ya sea debido a vivencias o a un conocimiento obtenido) atribuidos a dichas cosas. Desarrollo Todos los objetos encontrados o adquiridos se ubicarán en un contenedor con la intención de darles un carácter de colección. Estos, se distribuirán en tres compartimentos para diferenciar los tiempos y espacios a los cuales pertenecen. Esto no implica que los objetos perderán su carácter individual ya que cada uno de ellos conserva una experiencia única en la memoria. Así mismo, todos los objetos que manifiestan mi experiencia estarán acompañados de un escrito para que el espectador tenga una idea más clara en torno a cada objeto y lo pueda relacionar, a partir de su propia experiencia, con mi conocimiento y con lo que pienso sobre cada uno de ellos. La organización de los objetos en el contenedor se realizará de la siguiente manera: En la primera gaveta se ubicarán los objetos encontrados durante los diferentes viajes que he realizado en distintas épocas. Cada uno de estos objetos contará con su respectiva clasificación numérica, en la cual se especificará modo y fecha aproximada de adquisición, así como sus diferentes usos. En la segunda gaveta estarán ubicados, en primer lugar: los diarios que darán cuenta de las diferentes experiencias obtenidas de los encuentros con los objetos que no fue posible obtener físicamente y en segundo lugar, estarán contenidos los dibujos y acuarelas de los que puedan tener un carácter efímero Finalmente, en el último espacio se recopilarán los objetos que guardan relación con mi infancia. Son aquellos que no fueron encontrados en recorridos, sin embargo, tienen la característica de haber sido guardados sin ninguna conciencia de colección en algunos 6 sectores de la casa. Es así que, a medida que pasa el tiempo, estos espacios dan cuenta de un sinnúmero de artículos que traen momentos a la memoria, dándoles así un carácter nuevo y una visión distinta, con lo cual adquieren un valor muy importante a través del recuerdo. Dentro de esta colección incorporo objetos de colecciones pasadas con el fin de demostrar la presencia del pasado ya olvidado, al tiempo que busco expresar con ellos el carácter nostálgico y evocador de un momento que no volverá a ser el mismo y que se encuentra plasmado en un tiempo y una época especifica dentro de mi memoria. 4.1 Planteamientos Al igual que los seres vivos, algunos objetos tienen un proceso, un cambio y un fin. Como uno mismo, todos los objetos nacen y mueren, dejando una huella. A muchos de estos, no les prestamos la atención necesaria, ya sea porque no les adjudicamos una mirada más profunda o porque muchas veces son considerados como cosas comunes y corrientes; sin embargo, tenemos que considerar que al hacer parte de nuestra cotidianidad, estos objetos hacen que el tiempo también deje huella en nosotros. En este sentido, algunas veces nos sumimos en las acciones que nosotros mismos comúnmente realizamos sin darnos cuenta de todo el proceso que les sigue, desencadenado ya sea por nuestra actividad diaria o por las condiciones naturales del ambiente. Lo anterior me lleva a pensar, respecto a las muchas cosas que vemos a nuestro alrededor, lo siguiente: ¿qué pudo haber sido en otro tiempo, ese objeto que veo?, ¿qué pudo llevarlo hasta donde se encuentra actualmente? y ¿qué puede sucederle después? A continuación, a través de ciertas preguntas haré un desarrollo de los problemas a tratar en el proyecto: ¿Qué hace que ciertas cosas llamen nuestra atención? La existencia de “algo” cualquiera que fuese, es el registro de un pasado, una vida, una experiencia. Nuestras vivencias quedan registradas en objetos, que luego alimentan 7 nuestra memoria e imaginación y nos traen además recuerdos, ya sean gratos o dolorosos. Al quedar registradas ciertas experiencias en algunos objetos, mediante las historias que cualquiera puede crear de ellos, estos adquieren un valor tan importante como la memoria misma. Todo tipo de interés que pueda suscitar un objeto depende de su contexto; por eso, al resaltar ciertos objetos que podrían pasar desapercibidos, espero generar en el espectador preguntas que le permitan construir historias y significados sobre ese objeto que antes permanecía alejado de su consideración. ¿De qué modo la gente asimila ciertas imágenes, objetos e ideas? Ninguna persona ve exactamente lo mismo que otra debido a que no pueden existir dos personas que sientan la misma curiosidad por las mismas cosas; esto es debido a que dentro de nuestras vidas interesan ciertos asuntos que sólo se ajustan a nuestro modo de analizar y ver el mundo, por lo cual nuestros intereses no se dirigen de una misma manera ni a un mismo punto. Es así que personas poco o nada familiarizadas con el mundo de lo visual o lo artístico, actúan regularmente bajo una rutina a través de la cual estructuran y ven su entorno, lo que les impide sorprenderse del mismo; por ejemplo, es usual que alguien encargado de limpiar ventanas, ya sea por X o Y motivos no pueda darse a la tarea de percibir cosas interesantes en su entorno laboral, el cual puede estar lleno de formas e imágenes atractivas. Así mismo, considero que es en nuestra infancia cuando éramos más propensos a una actitud de sorpresa frente a las cosas en general. El madurar puede llevarnos a actuar mecánicamente y además, si se vive en una sociedad donde lo más importante es mantener una vida común y en exceso monótona, es inevitable vernos obligados a dejar la imaginación en un último plano y reducida solamente al mundo onírico. Nos acostumbramos a creer que solamente en el mundo de los sueños ocurren cosas extraordinarias, sin darnos cuenta que en cualquier momento y a cualquier hora, no necesariamente en los sueños, surgen visiones extraordinarias, ideas interesantes y distintas interpretaciones posibles del mundo. Para ver ciertas cosas se requiere de sensibilidad, de curiosidad, del impulso de querer encontrar algo más y de la capacidad de sorprendernos en todo lo que nos rodea en un 8 mundo lleno de información. Ese gusto por ver más allá de lo evidente es diferente en cada persona. Cuando el ser humano pierde curiosidad por lo que le rodea simplemente actúa mecánicamente y vive inmerso en una rutina constante que no le permite analizar otras cosas. Es así que perdemos interés por todas aquellas cosas que nos motivaban en nuestra infancia, aunque al recordarlas nos traiga una imagen de un momento específico. Es posible que cuando niños fuéramos más curiosos, y tal vez fomentar los recuerdos pueda significar avivar también la curiosidad que nos permite ‘desmecanizar’ nuestra actitud y nuestra forma de entender el mundo. ¿En qué sentido las cosas adquieren un valor único e incondicional? Las cosas adquieren valor según la relación que cada quien tenga con ellas; cada persona les dará un sentido de acuerdo a los recuerdos y experiencias con que relacione cada objeto. Todo objeto, indiferentemente de lo que sea, es susceptible de ser interpretado de múltiples formas, pero una vez entra en relación con alguien, adquiere una lectura específica para esa persona, un valor que vuelve dicho objeto único e imposible de intercambiar. En este sentido, también podemos afirmar que este valor adquirido por las cosas depende en gran medida, tanto de lo que representan para nosotros como de la información que nos dan, por lo cual puede verse como una manera de percepción, de apego a un pasado, como una forma de redescubrimiento del entorno. Es preciso afirmar también que muchas veces las cosas u objetos de la vida cotidiana adquieren el valor de rareza toda vez que ha pasado el tiempo suficiente como para adquirir un valor único o preciado. Así sucede cuando los duplicados de este objeto desaparecen o sus ejemplares son muy pocos, como pasa, por ejemplo, con las estampillas o billetes. ¿Por qué algunos objetos son considerados desecho y otros no? 9 Hay objetos que luego de un tiempo o de un uso prolongado se convierten en desecho; igualmente existen otros muy diversos que sólo son útiles para un momento relativamente corto y se descartan rápidamente debido a que están diseñados solamente para cumplir una función como es el caso de las envolturas de dulce o los volantes, entre otros. Sin embargo, es posible apreciar alguno de estos objetos luego de que algo específico ha sucedido, algo que motive a guardarlo para rememorar luego, a través de él, un recuerdo o anécdota agradable. La persona que lo guarda, luego de un tiempo transcurrido, puede volver a verlo y recordar aquel suceso como si fuera un instante en el presente. También existe la posibilidad de que muchos objetos no hayan sido desechados como tal, sino que estos hayan sido perdidos por sus dueños originales. El perder algún objeto da pie para que este se ensucie, para que su apariencia sea desagradable y sea complicada la decisión y el hecho de recogerlo y recopilarlo. Por otro lado, algunos objetos son considerados “desechos” porque su exceso, su duplicación o su reproducción en masa los convierte en algo común que toda una población conoce y que cada persona en particular puede obtener fácilmente. La masificación puede cambiar la relación que entablamos con los objetos, pero esto no es un impedimento para hacer de cualquiera de ellos una colección, ya que el objeto adquiere valor no sólo gracias a su forma de fabricación sino además dependiendo de la manera como nos relacionemos con el mismo, según su uso. En este sentido hay que tener en cuenta que incluso los objetos producidos en masa alcanzan un punto determinante en el cual dejan de producirse y, con el tiempo, se constituyen en elementos raros o valiosos precisamente porque dejan de ser parte de una producción masiva y de un afán consumista. Sin embargo, años después de que se dejan de producir, se vuelven un fenómeno de evocación para algún sector de la sociedad. Igualmente, algunos artículos con características especiales como, por ejemplo, objetos raros, estampillas que contienen algunas imperfecciones, publicidad vetada al poco tiempo de lanzarse al público, entre otras, empiezan a adquirir un valor único gracias a su carácter especial, a sus rarezas o singularidades. Después de dar esta mirada a los considerados “objetos desecho”, podemos enfocarnos en la imagen del coleccionista. Cualquier persona puede convertirse en coleccionista y 10 cada colección corresponde a la actitud, la individualidad, la forma de pensamiento, el gusto y la historia personal de dicha persona en especial. De este modo, el coleccionista genera por sí mismo un sin numero de mundos, ideas, realidades, sentimientos y sensaciones sobre los que encuentra y colecciona. Teniendo en cuenta los objetos mal llamados desechos, mencionados anteriormente, se puede ver que algunos de ellos se coleccionan porque pueden ser llamativos para el coleccionista o porque pueden poseer algo en particular que los haga únicos; en este sentido, es el coleccionista quien le atribuye un valor y un significado únicos, quien los saca del contexto y los convierte en recuerdos, anécdotas, vidas, pasado, tristeza, alegría, nostalgia, etc. Así se puede observar que la subjetividad es la base de la escala de valores del coleccionista, los sentimientos que afloran con cada objeto son su verdadero valor. El aspecto estrictamente funcional y consumista es lo menos importante cuando se puede vivir nuevamente ese momento de infancia, ese amigo que se fue, nuestros amores y aventuras a través de un simple objeto sin valor monetario, pero con todo el sentido que refuerza la individualidad y nos hace recordar quienes somos. Cada quien le da un valor especial a las cosas que lo rodean y es así que el considerar algo como desecho es relativo para cada persona. Por ejemplo, muchas cosas que se encuentran regularmente podrían ser consideradas por algunos como basura y por otros como objetos de colección; sin embargo, hay que saber escoger qué se colecciona y qué no y qué sensación produce. ¿Por qué usar dibujo? El dibujo para este proyecto se constituye en algo fundamental, no solo porque para mí es un modo de expresión primordial, sino porque se convierte en un medio de comunicación importante, ya que a través de éste puedo transmitir ideas precisas y sentimientos que me sería difícil e insuficiente expresar sólo con palabras. Debido a que entre la idea y el papel no existe ningún tipo de interferencia ni de límite, todo puede ser posible, todo un mundo real e irreal se da ante nosotros: el único limitante se lo impone cada quien. 11 “El artista cuando dibuja cosas, las dibuja tal como las ve emocionalmente de acuerdo con su propia y peculiar manera de percibir la realidad de su entorno. Este tipo de dibujo requiere aptitudes especiales como las personales y naturales. Pero no solo podemos referirnos a la representación de formas ya antes vistas sino creando nuevas imágenes con significado y mensaje propios de esa imagen, paralelo con lo real o establecido”2. En las imágenes busco, por un lado, objetos que sean más llamativos a nivel de color para realizarlos en acuarela y por otro, objetos más llamativos en cuanto a su forma para realizarlos en grafito y así darles un nivel hiperrealista a la imagen. En cada imagen busco mantener un silencio con respecto a la figura, procurando dar dentro de esta imagen la mayor información posible sobre cada objeto, teniendo en cuenta que se trata de una colección, a similitud de las ilustraciones dadas por los científicos y biólogos del siglo XIX. Aunque el dibujo no puede dar una imagen más precisa que una fotografía, a mi modo de ver los detalles que se pueden captar al dibujar dan cuenta al autor de ciertas partes que pasarían por alto si capturara la escena a través del lente. Es decir, el dibujo es una forma de indagar en cada resquicio del objeto visto para plasmarlo con cierta realidad y veracidad, propia del momento vivido por quien genera la imagen, quien al tener más tiempo para penetrar en el objeto o en el momento que quiere plasmar, se permite conocerlo con un tipo de profundidad temporal que el registro fotográfico no permite. ¿Por qué mostrar este mundo desconocido a través de imágenes y experiencias personales? (recorridos) Este proyecto está basado en experiencias personales que han ido dando valor a mi exploración diaria del mundo. Para mí es importante valorar aquellas cosas simples de la vida, dar a entender que es posible redescubrir el mundo de las ideas en su forma más básica, es decir, como percepción e interpretación pura, la cual se ha desarrollado en la infancia como una percepción primaria del mundo. “A partir de la adquisición del lenguaje y de la aparición del juego simbólico, o 2 http://es.wikipedia.org/wiki/Dibujo; Dibujo artístico. 24 septiembre 2008. 12 sea de dos a siete años, rápidamente desarrolla la inteligencia intuitiva. Es la época en que predomina la experiencia mental y la acción simbólica, imagen, representación, juego simbólico. Poco a poco, la inteligencia se liberará definitivamente de la acción y la percepción, de las imágenes y las figuras, y anticipara el resultado”3. En este proyecto me baso en experiencias propias para indagar sobre la creación de las imágenes mentales que cada quien elabora en torno a diversos objetos al relacionarlos con situaciones vividas; en este caso son ideas que yo misma anexo a los objetos adquiridos, tales como pequeñas historias contadas sobre lo que yo imagino que sucedió con cada cosa. Así, materializo en estos objetos ideas y memorias por medio de esta colección personal. Espero que a través de esta colección surja una idea primaria que dé pie para rememorar recuerdos y anécdotas en el espectador, despertar una imagen aleatoria o producir ideas o sensaciones similares o no a las que tales objetos producen en mí. No me interesa establecer relaciones entre países y lugares con la intención de proponer una comparación de los objetos; prefiero que poco o nada se sepa del lugar de origen de cada cosa y así, entre más ambigüedad exista sobre el lugar, se mantendrá una idea clara de las ideas preconcebidas respecto al mismo. Con esto busco mostrar una idea remota, es decir, que cada quien pueda analizar y darse una imagen particular de cualquier suceso en relación con el objeto. Hablar de alguna experiencia personal, a mi modo de ver, es filtrar la información, canalizarla a través de algo específico como un dibujo o un texto, comprender un mundo y un pensamiento distinto y en parte onírico en cuanto a la construcción de un lugar. Es así que al dibujar hago que exista una especie de juego al observar y relacionar las imágenes con aquello que se ha vivido individualmente; con la información personal que poseo y con la que cada quien integre a partir de la idea que surja sobre cada objeto y a partir de la información dada en esta colección. 3 CANIVET, Nella.y VIOLET-CONIL, Madeleine. « Exploración de la mentalidad infantil; teoría y técnica de la investigación”. Buenos Aires: Kapelusz, 1949. Pág. 161. 13 5. Antecedentes Cabe dar consideración a ciertos datos con respecto a algunos hechos que han marcado mi dirección artística y personal; muchos de ellos nacieron como resultado de vivencias dentro de algunas clases o simplemente como experiencias vividas de una cotidianidad, fuera de un ámbito totalmente académico o artístico. 5.1. Al querer navegar mentalmente viajo por las calles. Algo que siempre ha capturado mi interés son los recorridos y los viajes fuera o dentro de la ciudad, las caminatas y en general toda experiencia que pudiera encontrar en cualquier lugar. El imaginario de la ciudad como tal me ha llamado mucho la atención, quizá por la posibilidad de que toda historia que me remita al pasado de lo que veo, cada lugar que me llena de anécdotas, puede ser plasmado de algún modo, ya sea escrito o dibujado. Cursando tercer semestre de la carrera realicé un trabajo llamado “Taxonomía de lo ajeno” con alusión a todo lo que veía y encontraba en la calle, que remitía y daba fe de esa cotidianidad a nivel de imagen. Taxonomía de lo ajeno, Collage 2004 14 Sentía en ese momento el deseo de mostrar muchas de las cosas que hallaba a menudo en mis salidas, encontraba cosas tan interesantes (a pesar de que muchos podrían pensar que son objetos sin valor alguno) que deseé hacer algo con todas ellas. Otros trabajos que realicé al respecto son: “De los recuerdos perdidos” (2005): Serie de pinturas en un formato pequeño (10 x 20 cm cada una aproximadamente) en las cuales muestro imágenes extraídas de fotos que fueron abandonadas en una zona baldía y a través de las cuales busqué evidenciar todas estas experiencias ajenas exhibiendo estos personajes. En estas imágenes usé acrílicos como aguada, para acumular la pintura en ciertas áreas de la superficie del lienzo. Usé colores oscuros para que dieran la impresión de ser fotografías antiguas, mostrando escenas de gente totalmente desconocida en circunstancias típicas de una familia de estrato 3-4. De los recuerdos perdidos, 2005; #3 Pintura acrílica sobre lienzo. 15 De los recuerdos perdidos, 2005; #5, Pintura acrilica sobre lienzo. “De lo intangible con que nos topamos al ver el cielo” (2005): Entrega final de ilustración II. Para esta asignatura realicé un libro sobre todo aquello que está en nuestro espacio aéreo, todas aquellas cosas que componen la ciudad desde esta perspectiva: postes de alumbrado eléctrico, árboles, edificios, etc.; son todas aquellas cosas de cuya presencia no nos percatamos ,excepto cuando algo nos hace elevar la mirada hacia el firmamento y nos permite darnos cuenta de que existe algo nuevo que adorna el cielo citadino para luego imaginarnos la manera como dicho objeto pudo llegar hasta allá arriba. 16 Ilustración del libro De lo intangible con que nos topamos al ver el cielo, 2005; Pág. 19, tinta sobre papel Ilustración del libro De lo intangible con que nos topamos al ver el cielo, 2005; Págs. 20 y 21; tinta sobre papel 17 Hace aproximadamente dos años hice el ejercicio de rememorar muchos de los conceptos que tenía en mi infancia y, con tal fin, realicé un imaginario personal de representaciones pictóricas que se remitían a ellos. “Todo se hacía difícil” (2006): Fue un libro a mano que hice para la clase de diagramación y en el cual creé imágenes sencillas de un cotidiano personal. En cada imagen muestro alguna clase de experiencia y en general me remito a mis días y recuerdos de infancia. Con estas imágenes, realizadas con un estilo de dibujo en el cual no sólo buscaba plasmar una imagen fiel, buscaba plasmar una emoción que me recordaba un determinado lugar. Algunas imágenes fueron hechas con más delicadeza y detalle que otras debido a que en el momento de realizar el libro no siempre tenía la motivación suficiente, por lo cual, quedaron plasmados algunos cambios de ánimo en dichas imágenes. Es por eso que el librillo, cuyo único hilo conductor es una pequeña frase que acompaña cada imagen, es heterogéneo en imágenes y secuencia. Ilustración “De lo que vemos y no podemos ver” Tinta sobre papel, Pág. 23 y 24. 2006 18 “Colección perpetua”: Este último trabajo, realizado en el 2007, hace referencia a todas aquellas cosas que he encontrado y, cuya característica común, es el que hayan tenido vida en algún momento, objetos que alguna vez fueron plantas o animales y que ahora son un recordatorio de esa existencia, apenas visible, en la cual se da el paso de la mortalidad a la inmortalidad a través de una cuidadosa conservación. En este caso quise hacer ilustraciones que fueran alusivas a aquellos exploradores del Siglo XIX que plasmaban en acuarela y grabado todo lo que veían en aquellos nuevos mundos recién descubiertos. Fue así que de un modo similar quise hacer ilustraciones en acuarela que aludieran a todos esos cuerpos, orgánicos pero frágiles, que hallaba dentro de esta ciudad. Ilustración del libro “Colección perpetua”. Pág. 10 y 11 Al viajar a un destino único y diferente al que uno conoce y está acostumbrado, las experiencias para uno como observador extranjero son muy distintas en la medida que la sola obtención de objetos se convierte en algo grandioso, en una forma de adquirir parte de ese mundo único y diferente, y poder llevárselo en los bolsillos, lo cual es gratificante. Así, cada insignificancia se convierte en una experiencia magnífica y 19 permite hacer creer que un pedazo de cualquier lugar puede estar contenido en un pequeño detalle recogido. Ilustración del libro “Colección perpetua”. Pág. 5y 6 5.2. El dibujo La mayoría de los niños posee una motivación natural hacia el dibujo, pero al pasar el tiempo y a medida que se va creciendo y las situaciones diarias de la vida eliminan la capacidad de sorprender la mente ante diversos sucesos, ese deseo de representación desaparece. Sin embargo, si ese deseo y esa capacidad subsisten en la adultez, se convierte en un propósito de ser cada día mejor en el dibujo. Así, si desde los primeros años de colegio se tiene siempre una vocación innata hacia el dibujo (como es mi caso particular) se debe también mantener como meta primordial el evitar que el deseo de sorpresa ante todas las formas del mundo pierda interés, se debe creer que para mantener vivo el deseo del dibujo hay que tener interés en lo que se está dibujando, sentir asombro por esa forma allí dada ante nuestros ojos, redescubrir el 20 objeto y volver a la concepción básica del mundo, captarlo con los sentidos. Desde hace aproximadamente diecinueve años, mucho tiempo antes de empezar la carrera de artes visuales, comencé la tarea de captar la imagen con cierta fidelidad, esmero y exactitud, que se convirtió en una motivación constante. Esta es para mí una labor muy importante ya que ha venido creciendo desde hace mucho tiempo. El dibujo ha sido una de mis primeras fuentes de expresión dentro de las artes y el método de mayor acoplamiento en todo nivel de creación gracias a que es un medio que se ajusta a lo que se desea plasmar y, en el cual no hay ninguna interferencia entre la idea y el papel, por lo cual la fidelidad que se desea se puede lograr en la medida que uno mismo se lo imponga. Es por esta razón que al llegar a la carrera de artes me apasioné de inmediato con la materia de dibujo dictada en la universidad. “Además, es un modo de comunicación internacional, libre de barreras lingüísticas.” (…) “La fotografía no puede, como tampoco un buen texto, reemplazar del todo al dibujo. En general proporciona al lector un conjunto de datos planos, sin interpretación. El documento es muy fiel pero su valor demostrativo es limitado” 4. Dentro del pensum académico existen seis niveles de dibujo, y aunque con todos los niveles que tomé a lo largo de la carrera me sentí muy identificada, los cuatro primeros fueron de mi total agrado e interés y en ellos me sentí completamente complacida con los resultados obtenidos. En el curso de dibujo que tomé en cuarto semestre (Dibujo IV) experimenté un gusto que permanecería a lo largo de la carrera: el recoger, observar y recopilar información que me fuera útil a nivel de imagen. Es así que recopilaba plantas y otros objetos, realizaba bosquejos rápidos o memorizaba algunas imágenes para después plasmarlas en papel o lienzo. 4 http://cevug.ugr.es/guias/3/ilu_cie/guia.html; Ilustración científica; curso de Ilustración botánica de la Universidad de Granada, Centro de enseñanzas virtuales de la Universidad de Granada. 16 de abril del 2008. 21 De esta forma recordé muchas de las cosas que me motivaban a dibujar, por ejemplo, sentir que podía hacer una copia mimética de la realidad. Esto se convertía en un reto que ponía a prueba toda mi capacidad de observación y disposición, además de la capacidad de detalle con que lo veía. Sentía entonces ese deseo, ya olvidado, de volver a ver las cosas no por su forma como tal sino para descubrir en ellas otros signos ocultas. Esto precisamente me hizo volver a ver el mundo desde un punto de vista distinto, único e inocente. Esta inocencia se revela en el hecho de tener la mente preparada para cualquier cosa y sin ningún preconcepto, el ver las cosas no con una actitud crítica predispuesta sino con una disposición totalmente abierta a lo que observamos y vivimos. Ver las cosas con inocencia es ver el mundo olvidando reglas de las cuales nos vamos llenando a medida que crecemos. Cuando empezamos a analizar y comprender el mundo con reglas y normas preestablecidas perdemos interés en el tema o la cosa en sí, debido a que ya comprendemos cómo funciona o para qué sirve y finalmente terminamos perdiendo la emoción, el entusiasmo e incluso la imaginación. Es así entonces que he llegado finalmente a un punto en el cual el dibujo se resume simplemente en una entrega total en el momento de plasmar y que involucra el ser paciente y saber observar todo en detalle, el dar cuenta de todo en su totalidad, el poder enseñar fielmente lo observado a través de lo producido, y el poder plasmar esa esencia tan efímera de las cosas. 5.3. De mi “yo” pasado a mi “yo” actual Dibujos pasados como extraños e incluso ajenos. Con frecuencia, en la realización de dibujos y de escritos, volvemos sobre ellos una y otra vez con el propósito de ver y corregir errores; sin embargo, cuando esto no se realiza por un plazo de tiempo prolongado, se hace presente un juego en el cual es posible no sólo corregir sino aprender de eso que está allí presente. La obra se convierte entonces en un paréntesis del pasado en el presente en el cual las ideas allí impresas son marcas de las emociones y experiencias de lo que se pensaba y vivía en ese entonces. 22 De este modo, el escrito y el trazo propios se sienten como si pertenecieran a una persona totalmente distinta, como si el “yo” de ese instante pasado hubiese escrito o dibujado ese algo para el “yo” presente. El estilo de escritura cambia, junto con las ideas y el ánimo; todo en aquellos instantes de creación será distinto mucho después. La experiencia y el humor del “yo” que éramos y que queda registrado en la obra son diferentes en todo sentido al “yo” presente. Con esto en mente, se puede ver lo anterior como un juego autobiográfico en el cual se escribe y se dibuja para sí mismo y, de algún modo, lo que se pensaba y se decía queda ahí plasmado haciendo que cada instante reviva a través de esta información: “Inciden de nuevo en el carácter dinámico que caracteriza a la autobiografía, por esa dialéctica que se propicia entre los momentos del pasado que se narran y el presente desde el que se evocan o reviven: lo que sucedió se narra y lo que se recuerda tiende a ser reproducido vivencialmente, el autor tiene un puente no solo con ese otro yo que fue en el pasado sino con el yo real e implícito que es todo lector de su obra”5. El tiempo pasado sólo se almacena en nuestra memoria y es totalmente efímero e intangible en el mundo, pero los recuerdos se pueden hacer táctiles cuando se tienen “pruebas reales” de esa existencia ya pasada. Lo anterior fue una motivación grande para interesarme más sobre el dibujo, sobre el tiempo y la memoria como tal. Sin embargo, otro tipo de interés fue creciendo a la par con ese gusto: la recolección de objetos. Por más simples que fueran éstos, sin importar lo que eran y de dónde provenían. La recolección de objetos no es fortuita, ya que nació con dos propósitos que cito a continuación: 5 PUERTAS MOYA, Francisco Ernesto. “Aproximación semiótica a los rasgos generales de la escritura autobiográfica”. Logroño, España: Universidad de la Rioja, Servicio de Publicaciones, 2004. Pág. 25. Capitulo dos. 23 En primera instancia está el fin único de conservar vivas las memorias de mi infancia al ver que inevitablemente ésta se va esfumando con el tiempo. Así mismo, la intención de conservar también ciertos lugares u objetos que fueron efímeros y que su existencia hoy no es visible Es así como empecé a coleccionar cosas primarias como lápices, borradores, dibujos realizados en mi época de infancia y juguetes, entre otros, que pronto se someterían al olvido y por consiguiente, a una muerte, tanto de su memoria en mí, como del objeto mismo. Este interés, nacido en la infancia, se puede ver como la incubación de un proceso que terminará guiando, quizá sin saberlo, al artista hacia la elección de su futuro artístico: “Acaso en los ojos del artista la mirada de coleccionista recobre esa transparencia perdida, ese fulgor que Benjamin retrata en <Niño desordenado>: <Cada piedra que encuentra, cada flor arrancada y cada mariposa capturada son ya, para él, el inicio de una colección sola y única. En él revela esta pasión su verdadero rostro, esa severa mirada india que sigue ardiendo en los anticuarios, investigadores y bibliófilos, sólo que con un brillo turbio y maniático>”6. La segunda causa se dio a partir de viajes realizados cuando tenía seis años de edad a la ciudad de Florencia (Caquetá, Colombia) y que luego se fueron extendiendo a otras partes dentro y fuera del país, en los cuales tan solo recogía lo que me llamaba la atención. Ninguno de los objetos obtenidos tras estas recolecciones tenía como fin ser mostrados a alguien; simplemente era un gusto personal, y en cierto sentido el hecho de poseerlos me traería a la memoria un momento único y una felicidad indescriptible. Lo anterior me incentivó a llenar mi mente de ideas e información sobre todas aquellas cosas que encontraba, a interesarme por todo lo que pudiera estar relacionado con la gente que tuvo contacto con ellas y que me permitiera imaginar cuál pudo ser la importancia individual y el trato hacia todas esas piezas, así como también cuál ha sido el trato y uso que yo misma les daba. No obstante, el darme cuenta de esas imágenes nuevas y las historias recopiladas a través de los objetos que encontraba, esto no ejercía un interés especial en muchos de 6 PARREÑO, José María. “El coleccionismo considerado como una de las bellas artes”. En: Cuadernos Hispanoamericanos. Vol. 50, No. 583. Enero 1999. Pág. 12. WALTER, Benjamin: Dirección Única (Madrid, 1987), pág. 55 24 mis allegados, como sí lo hacía en mí; ellos no le daban importancia a las motivaciones de su uso por el simple hecho de que muchos de estos objetos habían sido desechados o simplemente se consideraban parte del paisaje urbano o natural. Según ellos esta razón era suficiente para que perdiesen su valor e importancia. Sentía de algún modo que guardar diversos objetos a través de la idea inconsciente de conservación se convertiría en una forma de coleccionismo, que lentamente iba tomando forma y un motivo no muy distinto que el apego mismo al pasado, a algo que no puede cambiar y que es totalmente inmutable debido a que se conserva en nuestra memoria tal como lo captamos con nuestros sentidos, de algún modo se convierte en un miedo a perder lo que hace parte de uno. 6. Sobre el coleccionismo “Para coleccionar hay que amar los objetos por encima de todas las cosas, amarlos con las manos, además, acariciándolos.” Estrella de Diego. En el artículo “El coleccionismo considerado como una de las bellas artes” de José María Parreño7, relacionado con el tema del coleccionismo, el autor indica cómo esta cuestión se ha convertido en un punto importante para algunos artistas y en un gusto que se asocia con el hecho de conservar algo especial. El coleccionismo es un medio de canalización de la vida en un mundo interno, propio y personal pero tangible, creado a partir de objetos únicos, tesoros de incalculable valor. El artista no deja de ser coleccionista; muy en el fondo se convierte en amante de objetos, ya sean únicos o comunes, y para él la colección está totalmente confinada para agradar al gusto del propio coleccionista; así mismo, está determinada por el valor que su dueño le dé, cosa que nadie más hará puesto que ese mismo hecho de conservación es tan distinto como lo somos unos de otros: 7 PARREÑO, José María. “El coleccionismo considerado como una de las bellas artes”. En: Cuadernos Hispanoamericanos. Vol. 50, No. 583. ene. 1999. Pág. 7. 25 “En el artista no ha dejado de vislumbrarse la faz del coleccionista. Coleccionista de nimiedades: un trozo de cuerda, un billete de tranvía, una llave de guitarra. O de objetos íntegros y listos para su uso: un urinario, un botellero. O de absolutamente cualquier cosa en que su mirada descubriera ciertas propiedades: una lata, una tela, una vela. Todo autor de collages, readymades y objetos encontrados habrá desarrollado por fuerza el ojo cinético del coleccionista. Y como éste tendrá los bolsillos o un hangar repletos de tesoros que a la generalidad de los mortales le resultará indiferentes”8. Una característica especial respecto a las colecciones es que estas se atienen al tiempo que le proporcione su dueño. Sólo al morir él, la colección termina: “Porque toda colección es susceptible de aceptar un elemento más, y por tanto nunca llega a estar completa”.9 La relación entre la colección y el coleccionista parece necesaria en la medida que su vida está íntimamente ligada a la de las piezas. Sólo el dueño de la colección es quien le da un valor único y explícito en su propia vida y así, exhibirla es sacar a la luz secretos, pues cada colección mantiene un secreto en sí misma. Así mismo, el hecho de exhibir este secreto no tiene el mismo impacto para los demás ya que los otros no podrán descifrar con exactitud aquello intrigante que hace grande la colección para su poseedor. Según el artículo citado a continuación, cada colección pierde una parte de su valor al ser observada por terceros debido a que un espectador nunca entenderá ni comprenderá el verdadero valor que el propio dueño da a su colección. “Cuando las colecciones se hacen públicas, cuando se convierten en museo, pierden la significación última. De hecho, el paso de la colección al museo es una metamorfosis ciertamente curiosa que implica el desmembramiento de la colección o la preservación de las cosas como debieron estar en vida del coleccionista. Los objetos, para ser visitados, se liberan de las pasiones y se presentan sencillamente como cosas, a menudo desordenadas y heterogéneas, que 8 PARREÑO, José María. “El coleccionismo considerado como una de las bellas artes”. En: Cuadernos Hispanoamericanos. Vol. 50, No. 583. ene. 1999. Pág. 7. 9 MESSAGER, Annette. “El coleccionismo considerado como una de las bellas artes”. En: Cuadernos Hispanoamericanos; Vol.50. no. 583, Enero 1999, pág. 9 26 se homogenizan –se ordenan- sólo en el acto de convertirse en museo” (…) “Las cosas dejan de juzgarse a partir de valores propios del coleccionista –recuerdos, dificultad en conseguirlas- y comparadas, las cosas más queridas adquieren su valor real, el de quincalla” 10. A pesar de estos argumentos, con mi propuesta acepto que las personas no se aproximan a los objetos de la misma manera que yo lo hago, pero remarco la posible importancia de ellos, les doy un contexto determinado y los expongo para una libre interpretación; de esta manera la vida de los objetos no depende de la mía sino de un encuentro continuo con distintas personas que los dotarán siempre de distintos sentidos. Existe otra forma de colección en la cual, intencionalmente o no, se pretende dejar una huella tanto en el espacio como en el coleccionista, es decir, un modo de añoranza de algo que está muriendo o perdiéndose ya sea en el entorno o en sí mismo. Un ejemplo podría ser el coleccionista que pierde la vista y empieza a coleccionar objetos que pueda tocar, o el coleccionista enfermo y próximo a una muerte segura que recopila objetos y los reubica creando un mundo alterno al cual escapar. En este sentido, la colección de objetos de Derek Jarman puede verse como una última comprensión del mundo y del exterior, una especie de nostalgia que establece un paralelo con el modo de coleccionismo en la infancia, una forma de analizar el mundo, de acercarse al conocimiento y comprensión de las cosas que lo rodean. “Debido a una enfermedad terminal, Jarman se aisló del mundo agitado de Londres y se paso a vivir en un sitio inhóspito llamado Dungeness, donde una vez existió una planta nuclear. Ahí se dedico a hacer un jardín que además de plantas estaba armado de cantidades de objetos que recolectaba en paseos frecuentes por las ruinas de las fabricas cercanas”11. Existen otras colecciones que se presentan no sólo como un medio de nostalgia, sino como un modo de ver el mundo por medio de los sentidos, tal y como ocurre cuando en la colección, una vez que el sentido de la vista desaparece, predominan objetos cuyas 10 DIEGO, Estrella de. “Tener lo que falta”. En: Cuadernos Hispanoamericanos. Vol. 50, No. 583 (ene. 1999). pág.22. 11 ORRANTIA GÓMEZ, Rodrigo. “Tres libros: El libro de las cosas que solo se usan una vez, el libro de las relaciones, el libro del poder”. Santafé de Bogotá: Uniandes, 2000. Pág. 26. 27 características son sensibles al tacto. “En ese momento, William (William Carlos Williams. 1960), casi ciego regresa de un viaje de Florida en cuyas costas cálidas va recogiendo conchas, tal vez porque siendo “todo menos ciego”, ve el mundo con otros ojos fuera de los de la visión. Conchas para tocar, caracolas rituales de candomblé para escuchar, antes de volver al frio de la Costa Este donde su colección parece detenerse, como parte de lo pasajero”12. Algo a lo que hace referencia Anette Messager, con respecto a sus colecciones es en gran parte hacer que el espectador se convierta en un “mirón” de cada uno de los objetos que están allí expuestos y por ende dejar al descubierto intimidades. Anette Mesager habla sobre su trabajo titulado Jounaux Intimes: “Trabajar en un diario intimo me daba la posibilidad de enseñarlo sin dar la impresión de enseñarlo, de dejar que la gente lo entreviera casi por casualidad… de esta manera obligas al espectador a convertirse en mirón, a mirar por el ojo de la cerradura”13. En este sentido hay muchos tipos de colecciones, desde cosas demasiado personales, como colecciones totalmente abiertas, a pesar de que estas como tal, necesariamente inician con el gusto personal del autor y esto incluye parte de su personalidad e intimidad. Rodrigo Orrantía menciona en su escrito: “Hay tantas maneras de coleccionar como cantidad de colecciones” (…) “El propósito de una colección no va más allá de agrupar y clasificar;” (…) En un ensamblaje, encontramos una intención más profunda: Crear un nuevo objeto, “darle vida 14 a una creación a través de las relaciones entre los diferentes fragmentos15 de la colección”16. 12 DIEGO, Estrella de. “Tener lo que falta”, Cuadernos Hispanoamericanos. Vol. 50, No. 583. Enero 1999. Pág. 23 13 ROMANO Gianni: “Anette Messager. Petite Grande Histoire”, Revista Lápiz Internacional de Arte, No. 91 (Madrid, Feb. 1993), pág.22. 14 Palabras tomadas de una frase célebre de Robert Dosineau “To explain is to kill, to sugest is to give life” 15 “The fragment can be a bit of newspaper or a theatre ticket, a found object or a ready made” 28 En el caso de mi colección la podría clasificar como “Objetos pequeños con los que pueda guardar un mundo dentro de mis bolsillos”. A partir de allí, el mundo es completamente imaginario, pero, no deseo mostrar este mundo íntimo y secreto que nació de mi imaginación y memoria, y que a partir de los objetos dados cada quien puede iniciar la construcción de su mundo personal. 6.1. Sobre la colección de los objetos Esta colección está compuesta de varias maneras: 1) Objetos encontrados según su forma: si son llamativos, interesantes, según el trato que tuvo, el uso, etc. 2) Objetos encontrados orgánicos e inorgánicos. 3) Objetos encontrados propios o personales. 4) Objetos encontrados totalmente ajenos. 5) Objetos que provienen de diversos espacios: reconocimiento de lugares a través de dichos ellos. Están clasificados por: a) Clasificación por lugar y uso. Taxonomía (Dibujos y acuarelas) b) Clasificación de objetos personales y ajenos. c) Clasificación de objetos provenientes de lugares fuera del país. El valor de colección de estos objetos radica en el simple hecho de ser elementos que hacen parte de la experiencia personal, que traen recuerdos cuya evocación permite traerlos de nuevo intactos como la primera vez que fueron vistos y adquiridos. Además, se convierten en cosas que tienen belleza y pueden hacer parte de la naturaleza y de nuestro entorno; por lo cual adquieren de cierto modo un llamativo visual. Waldman, D., Collage and the new found object, Phaidon Press, 1992 16 ORRANTIA GÓMEZ, Rodrigo. “Tres libros: El libro de las cosas que solo se usan una vez, el libro de las relaciones, el libro del poder”. Santafé de Bogotá: Uniandes, 2000. Pág. 30. 29 Clasifico los objetos hallados en dos categorías: primero aquellos con los cuales tengo una relación de afecto, es decir, que los conservo por su significado y porque han generado algún recuerdo y un cariño personal único. Cabe aclarar que en este proyecto el apego a los objetos esta dado por el tiempo que han permanecido en mí poder, entre más tiempo han estado conmigo el valor que se les atribuye es mayor que a aquellos que han estado un menor tiempo. A pesar de todo, estos objetos representan sólo instantes de una situación única y remiten a un momento específico. Ejemplos de lo anterior podrían ser algunos objetos de mi infancia. Hubo una época de mi niñez cuando trataba de salvar a aquellos que conformaron parte de esa infancia, tales como juguetes o lápices de colores. A medida que pasaba el tiempo, veía como poco a poco se iban perdiendo luego de quedar inservibles o agotados después de su uso. Muchos de ellos terminaban en la basura por cuenta de mis padres, pero para mí eran tesoros que guardaban incalculables recuerdos. Otra clasificación corresponde a aquellos objetos que tienen una importancia por ser bellos o únicos, sin importar si no tienen ningún valor para la gente del común. Es necesario aclarar que todo el proceso que he venido desarrollando en este proyecto se concentra únicamente en los objetos de esta segunda categoría, los que no han tenido una repercusión más allá de la representación de un momento y me producen un recuerdo de una experiencia reciente, pero sobre los que no existe un afecto ni un apego fuerte como sí existe con los de la primera categoría. En el momento justo en que sucede algo, por lo general un suceso importante en mi vida, inmediatamente lo relaciono con el objeto encontrado en ese preciso instante y es así que establezco la relación directa entre el objeto y el momento en que dicho suceso aconteció. Todos estos objetos que remiten a un pasado vivido, adquirieron para mí un valor específico dado por un sentimiento de pérdida o afecto hacia un momento determinado y no por un apego permanente hacia el objeto en sí. Los conservo entonces como la evidencia de un evento previo. He hecho una recolección de objetos de naturaleza orgánica, como plantas o animales en algunas ocasiones, realizando el procedimiento de disecación de las plantas. Lo hago 30 con el fin de guardarlas, de conservar ese instante, ese momento que está sucediendo. El miedo a perder algo que trae alguna memoria, tiene como consecuencia el mantener cerca a nosotros ciertos objetos con la intención de que permanezcan lo más posible a nuestro lado. La conservación y el apego a las cosas es consecuencia del miedo a olvidar experiencias que hemos vivido con ellas. Sin embargo, dichos sentimientos no se producirían con cualquier objeto, por el contrario, tendría que ser alguno bastante específicos, de una época en particular y que remita a un hecho exclusivo vivido junto a éste. Yo considero que, por cuestiones prácticas, estos objetos deben ser artículos de tamaño pequeño, algo que pudiéramos guardar y cargar con nosotros, y que nos permita rememorar una fecha única. El miedo a ser olvidado, el miedo a la muerte de nuestra existencia, el miedo a que desaparezcan las huellas que hemos dejado en este mundo mientras vivimos, son preocupaciones constantes y que obligan a considerar la importancia de mantener una herencia, una tradición y una cultura con el fin de recordar nuestras raíces, el lugar y el momento de donde venimos. De nosotros dependen años de conocimiento y tradición cultural. En este sentido, el constante miedo a olvidar nuestro pasado y nuestra existencia, nos lleva a tratar de mantenerlos, de algún modo, a flote en este mundo, donde tendemos a olvidar todo lo que ocurre, donde el tiempo se encarga de borrar nuestras huellas, como si fueran pisadas en la arena borradas por el mar. 6.2. Sobre la colección y el coleccionismo El gusto por adquirir objetos a muy temprana edad es de alguna forma un modo de descubrir el mundo, un modo de clasificarlo y analizarlo, una manera de mantener viva la curiosidad que era imprescindible en mi infancia, la misma que es una quinta esencia del ser humano y que con el paso del tiempo y con el conocimiento adquirido va perdiendo “gracia” en la adultez. “Para terminar diremos algunas palabras sobre la tendencia que ofrece el mayor interés desde el punto de vista psicológico, (…) pero que sigue mas o menos la 31 curva de su desarrollo mental. Se trata del coleccionismo. Antes de los diez años, sólo es una reunión confusa de objetos heteróclitos. Si se profundiza un poco el origen del maremágnum, se comprueba que entre esos objetos existen relaciones que escapan a nuestra lógica de adultos, pero que pueden satisfacer la lógica infantil. El coleccionismo permite al niño adquirir inconscientemente un conocimiento más profundo de los objetos, clasificarlos, ponerlos en serie, compararlos entre sí. El niño establece así categorías, que no siempre se enuncia con claridad a si mismo, pero que no por eso deja de existir, y le permite orientarse, de un modo completamente personal, entre la multiplicidad de objetos y seres que le rodean.”17 Como queda claro en la cita anterior, el gusto por el coleccionismo se da en la infancia como un conocimiento primario del mundo, un descubrimiento del exterior que alimenta el interior en forma de curiosidad y comprensión. Y de este modo, el coleccionismo que se da en la adultez se presenta como un modo de añoranza por ese mundo que se deja de admirar, de distinguir, por los sentidos que cada vez se hacen más débiles en su función. “El gusto de coleccionar surge alrededor de los 6 años de edad, hoy en día los niños coleccionan: taps, cromos, juguetitos que vienen por la compra de alguna cosa. Entrando a la pubertad, hacia los 9 ó 10 años el gusto puede cambiar a colecciones de hojas secas, insectos, monedas y hasta estampillas”18. Aunque con el avance de la tecnología y de la información se ha planteado la interesante posibilidad de que los recuerdos “(…) o historias tienen que ser coleccionados a través del video, así como los cambios que le ocurren a los edificios y al paisaje a través del tiempo se coleccionan “a través de un filme””19, pienso que no necesariamente el video se debe convertir en la única manera de guardar recuerdos como colección; en este sentido considero que la escritura o el diario son también formas bastante confiables de coleccionar un recuerdo, al igual que el dibujo, el cual 17 CANIVET, Nella.y VIOLET-CONIL, Madeleine. « Exploración de la mentalidad infantil; teoría y técnica de la investigación”. Buenos Aires: Kapelusz, 1949. Pág. 117. 18 http://www.webdelbebe.com/colegio/entretenimiento-sano-para-ninos-coleccionar.html; Septiembre 27, 2008. 19 http://cultura.monterrey.gob.mx/porquecoleccionan.pdf; Septiembre 14, 2008. 32 se constituye en una buena fuente de información a través del detalle dado por el autor, y el cual puede transmitirse por distintos medios. La colección como tal se puede dar de distintas formas, cada uno de nosotros hace uso de cualquier medio para conservar los recuerdos, imágenes y memorias, fuera del medio conocido de guardar y conservar objetos. Considero que las colecciones personales van cambiando a medida que vamos creciendo y son estas a las que con el tiempo se le dan diferencias marcadas de estilo, medio y forma, según lo que se quiera conservar en cada colección. El hecho de coleccionar conserva como uno de sus motivos principales el generar un sentido de pertenencia sobre algún objeto, poder decir que algo es propio y personal es un aliciente a conservarlo, también lo considero una forma de mantener la mente ocupada en adquirir nuevas cosas y de conservarlas de diversas maneras (como el video, la fotografía, el dibujo), así la colección se convierte en una motivación constante, al anexar cada vez mas objetos nuevos y atribuirles una idea o una anécdota por más simple que sea. “Se suele, sí, asociar el coleccionismo a un estadio infantil, pues de hecho en los niños se detecta muy tempranamente esa pasión como proceso de la confrontación del territorio propio por una parte, y como instauración de un mundo privado al cual el padre no tiene acceso”20. El mundo privado lo entiendo yo como el mundo de las ideas personales, aquello que tenemos en nuestras mentes y no nos atrevemos a contar, es aquel mundo ajeno y alejado de todo lo que vemos y sentimos en la vida diaria, es un lugar construido por la mente al cual podemos entrar y salir, donde nos llenamos de nuevas ideas, de visiones distintas de este mundo real pero inspirador. Todo esto es producido gracias a las ideas que nos proporcionan los objetos, el lugar de procedencia nos remite no solo al lugar real sino que nos transporta a un lugar imaginario. Lo anterior teniendo en cuenta que en la infancia es mucho más factible interactuar con mundos soñados que en la adultez. 20 DIEGO, Estrella de. “Tener lo que falta”, Cuadernos Hispanoamericanos. Vol. 50, No. 583. Enero 1999. Pág. 24 33 Se puede decir entonces que somos lo que podemos recordar a través de algo, en este caso un objeto que nos permite relacionarlo con una imagen para remitirnos a algo más profundo. El hombre ata un pedacito de su alma a cada objeto coleccionado y ya que cada cosa marca un momento de la vida de cada persona, observando la colección cada persona puede hacer una línea del tiempo de su propia vida a través de objetos simples pero con significados complejos. 7. Expediciones del siglo XIX Viaje actual, visión actual. En el siglo XIX, a través de estudios de ciencias como la biología, la medicina y la botánica, todas áreas de gran interés en Europa, se buscaba abordar, de una manera muy precisa, el conocimiento del mundo. El mayor enfoque se dirigía hacia los continentes y países recién conquistados en cuyos nuevos suelos se aprovechó al máximo toda posibilidad de conocimiento adquirido. Un ejemplo de estos científicos europeos es José Celestino Mutis, uno de los primeros estudiosos y científicos españoles que llegaron a las Américas para estudiar la botánica de la joven Colombia. Todo lo concerniente a las Américas y a estas nuevas ciencias era totalmente desconocido para los europeos en ese entonces y poco a poco fueron adquiriendo una claridad con respecto a todos estos oficios y estudios, empezando a comprender, entre otras cosas, todo lo que la naturaleza proporciona para nuestro propio beneficio. A la par de estos científicos se encuentran otros grupos de estudiosos, cuyo interés no era el de analizar el mundo de la botánica o la biología, sino el estudio de toda clase de costumbres, razas, clanes y oficios que se realizaban en estos lugares tan exóticos en ese entonces. Así fueron escritas varias historias por los viajeros refiriéndose a los nativos, detallando relaciones y costumbres que se constituían en todo un privilegio para un testigo extranjero que las veía y las entendía, resumiéndolas en algo único y diverso, nunca antes visto. 34 Para el siglo XIX los diarios de viaje habían alcanzado un auge próspero y con un acercamiento aun más fuerte hacia la gente debido, en gran parte, a la reproductibilidad que hacía que los libros impresos fueran asequibles para todo público. Los libros de viaje le mostraban a un gran público los nuevos territorios que sólo algunos afortunados exploradores podían visitar. Los exploradores describían este mundo, su experiencia y el trato con otras culturas y razas. De este modo muchos lectores hacían viajes imaginarios a estos lugares a partir de algunas fotos y relatos que les llegaban ya impresos. Es interesante destacar el hecho de que no solo eran exploradores y científicos los que escribían sus experiencias de viajes, sino que, desde una perspectiva distinta, los hechos eran narrados también por mujeres que escribían con un sentimiento de afecto y no sólo como un intento de dejar un registro de estudio: “El género de la narrativa de viaje floreció en el siglo XIX con la aparición de libros sobre viajes escritos por mujeres (…)Ya durante el siglo XIX la literatura de viajes era en fenómeno esencialmente angloamericano, la mayoría de las mujeres que escribían sobre sus viajes, especialmente a América del Sur, eran inglesas o estadounidenses. Estas narrativas satisfacían una demanda que surgió de la sociedad industrializada y urbanizada”21. Tomando como referencia la manera como los hombres y mujeres europeos del siglo XIX seleccionaban y ordenaban los objetos que encontraban en el nuevo mundo para mostrarlos y analizarlos a fondo; si los distintos viajes que he emprendido se vieran como una exploración en dicho siglo, varios lugares se presentarían como extraños, únicos y atractivos en la medida que son totalmente distintos de lo que yo, como “explorador”, reconocería. A través de las distintas imágenes que he creado para este proyecto, quise darles un estilo similar a una ilustración botánica del Siglo XIX para que toda la información que el objeto pueda proporcionar se conserve fiel en la imagen realizada, a pesar de todo, está planteando solo una vista del objeto plasmado ya que procuro que sea un solo 21 BUCK, Daniel. “Diarios del camino”. En: Revista Américas. Vol. 50, No.1 (ene.-feb.1998). Pág. 12-14 35 punto de vista, del cual cada espectador puede partir y proporcionar una idea única; que cada uno pueda imaginar que tan grande es, como es el otro lado de la cara de dichos objetos, entre otras cosas. Aquí la relación con el coleccionismo viene ligada al hecho de que cada objeto es un mundo, es un espacio de tiempo y lugar al que deseo hacer referencia como punto de partida, las ideas se las impongo a mi modo de ver el mundo y su libre interpretación, así las ideas que cada uno de mis objetos y mundos le proporcione a cualquier persona, serán para cada uno de los espectadores, quienes se quedaran con una visión particular de ese mundo. 8. Sobre la autobiografía Respecto al tema de la autobiografía cabe aclarar que mi intención no es abordarla como una regresión en el tiempo sino como una proyección del pasado hacia el futuro. El pasado se comprende únicamente por lo que está construido en nuestra memoria. Sin nuestros recuerdos, seriamos totalmente ajenos a este mundo, se tendría una idea vaga del mundo tanto exterior como interior. Sin embargo, es nuestra memoria plasmada la que nos dan una idea más amplia de lo que vivimos y tenemos en nuestra mente, es esta la que nos da una idea del mundo. “La finalidad de la autobiografía es, precisamente, dar una visión comprensiva de sí mismo, por lo que hay una interacción circular en la capacidad comprensiva que el sujeto ejerce mediante la narración de los hechos de su vida en el pasado y la necesidad de que estos tengan un orden que los haga comprensibles y por ello almacenables en el sistema neuronal, por lo que la memoria se convierte –por su carácter estructural de la narración autobiográfica- en el hilo conductor de la normatividad autobiográfica”22. 22 PUERTAS MOYA, Francisco Ernesto. “Aproximación semiótica a los rasgos generales de la escritura autobiográfica”. (2004).Pág. 29. 36 Cualquier hecho, por insignificante o gratificante que sea, queda grabado en la memoria, desde donde puede ser recuperado, recordado y activado en cualquier momento de nuestra existencia. La narración es producto de una acción circular que sucede al recordar el pasado de un hecho activado a través de algo que el sujeto ha escrito y plasmado para luego ser recordado. 8.1. Bitácora Realicé un pequeño diario, hecho totalmente a mano, donde pude plasmar algunos pensamientos que atravesaban por mi mente en distintos instantes que he vivido durante los viajes o recorridos, manteniendo un registro constante. Recordaba algunos animales y objetos, recopilaba sellos de distintos lugares para recordar diversos sitios, de tal manera que pudiera traer luego a mi memoria lo que había pasado en esos días. A través de los viajes y debido a todas las anécdotas adquiridas me fue bastante útil el cargar conmigo un pequeño diario de apuntes, en el cual no sólo describía momentos en diferentes días sino que también guardaba fragmentos de plantas u otros artículos adquiridos durante mis estadías tanto fuera, como dentro del país. 8.2. Sobre los viajes Cada recorrido y viaje que realizo me motiva mucho, pues despierta mi imaginación en cuanto a lo que voy a descubrir y ver, eso es una forma más de coleccionar todo aquello que desconozca o me parezca realmente curioso como para hacerlo parte de una colección, procuro adquirir objetos únicos que me den ideas distintas a las que conozco previamente, como si fueran de un mundo totalmente diferente, y casi mágico, del que uno ya conoce. 8.3. Sobre el contenedor Los objetos estarán exhibidos a través de pequeños cajones dentro de contenedores que 37 vendrán entre la valija como tal y serán ubicados en un orden preciso. Como se trata de un tema alusivo a los viajes realizados, el contenedor tendrá una apariencia de valija o baúl de recuerdos de viaje del siglo XIX, en el cual se guardará cada objeto. Lo que me interesa del contenedor es conservar y exponer de modo práctico los objetos hallados en diferentes lugares, ya que siendo distinto el lugar de origen, se convierte en un muestrario de elementos únicos en la medida que en nuestro país no se hallaría un objeto o una especie similar a la que encontré y traje de ese sitio. A través del contenedor busco que un objeto común se convierta en único y pueda incluso verse vistoso y distinto de otros. El contenedor permite comprender estos objetos desde una perspectiva distinta. Cuando el espectador los observe puede pensar en el lugar de donde provienen o donde estuvieron. Además de tener conciencia de que ellos están allí también puede adoptar, en parte, la mirada de un biólogo o botánico, quien al estudiar las especies da cuenta de su importancia. Igualmente, cuando dichos objetos se consideran parte de una obra adquieren un valor único e incondicional, el cual se une al valor que adquieren al imaginarlos como raros. Dentro del contenedor, los objetos adquieren características de un diario, tales como referencias de una hora, de un día y un lugar específico. Con respecto al libro de las memorias lo hago como un medio de dar una referencia más clara del lugar a partir de imágenes y textos; sin embargo, estos no buscan explicar claramente mis ideas o recuerdos, sino que actúan como pistas para promover un análisis que será llevado a cabo por el espectador. 9. Referentes teóricos y visuales Enuncio los siguientes artistas por la similitud de los temas que ellos han trabajado, sobre los intereses similares y la ayuda teórica que han brindado para el posterior desarrollo de mi proyecto. 38 Sophie Calle Muestra su vida totalmente al descubierto, todas sus intenciones y anhelos se ven plasmados en sus obras que parten de experiencias personales y privadas. La suya es una vida exhibida al máximo tal cual es y sin tapujos, como ella misma dice: sus obras son un ritual personal y privado, a través del cual necesita fijar sus cosas y memorias, debido a que le es imposible poseer retentiva para mantenerlas vivas de otra forma: “Todo este ritual (el ritual del cumpleaños) es una manera de fijar este día y también de tener menos miedo, porque así yo sabía que este día, el día de mi cumpleaños, estaba todo controlado. P.- Y de fijar también los afectos. R.- Sí, porque así yo sé quién ha desaparecido de mi vida y quien no… Yo no tengo memoria ninguna. Necesito inventar algo para fijar las cosas, si no se me olvida todo, pero todo… es como una enfermedad”23. Entiendo lo anterior como una forma que necesariamente usa para mantener vivas sus memorias, y no como una memoria inventada; así como cualquiera mantiene sus ideas y recuerdos vivos a través de algo, en el caso de Calle, ella lo hace a través de la recopilación de regalos de cumpleaños. Es posible entender su obra como una colección de objetos que contienen un sentimiento propio: “El ritual mágico de lo cotidiano, la vulgaridad de los sentimientos de todos, esa sensación de ver la realidad desde afuera… Ésos son los materiales con los que Sophie Calle trabaja. Con la fotografía, la literatura, la realidad y el engaño construye una historia que puede ser real, porque en algún momento todos hemos sentido esas mismas necesidades, esas obsesiones, esa confusión entre el deseo y la realidad”24. Me interesa la obra de esta artista, en especial la obra “Cumpleaños” (1980), donde habla de cómo los objetos pueden ayudarnos a recordar algo o a alguien específico. 23 OLIVARES, Rosa María. “Entrevista con Sophie Calle”. En: Lápiz Revista Internacional de arte. Vol. 16, No. 130 (Mar. 1997).Pág. 35 24 Ibid, Pág. 32. 39 Recibir regalos es como adquirir una parte de la esencia de cada uno de estos personajes. Los siguientes autores me han sido importantes en la organización de la obra y debido al tema general de sus respectivas obras. Marcel Duchamp De su obra “Boîte-en-valise” (la caja en valija) en la cual conserva un diminuto muestrario de sus obras más destacadas y en el cual todo está contenido como un estuche práctico que le permite llevar donde se desee sus obras más importantes, como si fuera un museo en miniatura o una caja de marionetas. El modo en que están organizadas las obras se refiere a un conjunto de ideas sueltas que unidas todas proporcionan una idea específica, dada por su autor. Me encuentro con la obra de Marcel Duchamp para referirme a mi contenedor como la valija que él usa en esta obra. Algo que realmente me llamó la atención de ella, es la forma de guardar toda la información relacionada con las obras realizadas por el artista; contiene además instrucciones de uso y orden con el fin de ubicar al espectador en espacio y tiempo y situarlo de manera que su punto de vista de la obra esté especificado por el artista. Me es interesante en el sentido de que me da una idea más concreta en cuanto a la organización de la colección dentro del contenedor, cada objeto, cada dibujo, cada imagen, organizados de tal modo que de una continuidad de tiempo dentro de su espacio. Mateo López Este artista, con su obra “Topografía anecdótica”, ha relacionado los viajes con el modo en que vivimos a diario; relatos y experiencias son contados a través de dibujos, de maquetas y construcción de nuevos objetos a partir de una base, en cuanto a forma y material, que se opone al mismo objeto, por ejemplo: plumas hechas en papel, paletas 40 hechas en cartón pintado, llaves metálicas gradabas con palabras, entre otras cosas. Crea objetos en su estudio, el cual está montado en la galería, con el fin de mostrar también la forma como hace réplicas de ellos y los convierte en metáforas de algo existente y ajeno al material propio de estos. A través de un viaje anecdótico transforma sus vivencias en objetos únicos creados y transformados por él. El trabajo de Mateo me da un punto de vista distinto al que yo podría considerar dentro de este proyecto, ya que el toma como referencia los viajes y los distintos objetos que hacen alusión al trayecto, sin embargo, los que componen de esta obra son hechos por él, él mismo los construye imponiéndoles una forma y una idea especifica, pero metafórica del viaje y del objeto como tal. Rodrigo Orrantía Gómez Artista plástico cuya tesis ha tenido un gran valor para el desarrollo de algunas de mis ideas. Fue de gran ayuda el tomar como referencia la obra de Rodrigo Orrantía ya que tuve la posibilidad de tener contacto con algunas ideas específicas sobre el uso de los objetos, el valor, el modo en que pueden ser contenidos y qué significado pueden tener a nivel individual. Su tesis contenida en tres libros se refiere a los objetos y a cómo su valor puede ser dado según la situación, el momento, la idea, la condición, y muchos otros factores en alguna situación en particular. Así mismo, se habla de objetos de poder, y del poder que uno ejerce sobre estos, la capacidad de cambiar, y de modificar. En su proyecto me pareció muy importante la relación de colección y ensamblaje, como un medio de darle nueva vida al objeto; y sobre el tipo de colección que él trato en su trabajo (Objetos que se pueden coleccionar dentro de libros). Su proyecto en general está asociado a la colección dándole un punto de vista opuesto al conocido. 41 Derek Jarman Antes de su fallecimiento se retiró lejos de la ciudad, viviendo en un mundo inventado por sí mismo; recopilaba objetos que encontraba alrededor del lugar donde habitaba y los reorganizaba en un jardín para mostrar este espacio que le daba poder, alejándolo de toda realidad y encontrando a través de cada orden, en esa colección, un mundo imaginario. La idea de creación de un entorno la asocie al coleccionismo como tal, a una forma de libertad y creación, donde no había límites de ningún tipo, sino donde predominaba el gusto por “hacer”, lo relacioné como una forma de nostalgia ante una pronta muerte y este hacer crea un mundo perfecto en donde Jarman podría sentirse a gusto. José María Parreño Sus ideas dadas del coleccionismo me fueron sumamente útiles en cuanto al modo de ver las colecciones como arte y las distintas referencias a varios artistas entre ellos Anette Messager, Walter Benjamin, quienes me dieron varios puntos de vista y de partida para continuar mi proyecto. Estrella de Diego En su escrito titulado “Tener lo que falta” me dio una idea bastante interesante sobre los tipos de colección que se pueden generar a partir de las distintas etapas de la vida, en especial en aquella cuando los sentidos empiezan a perderse por el transcurso de los años, el sentido de la vista, por ejemplo, y el tacto son vitales para iniciar una colección. Si fuera coleccionista, según el contexto, estos objetos serian parte de una serie enorme de ellos hallados en distintos lugares; pero al ser artista, estos objetos se vuelven algo más. Tiene que ver con la perspectiva que cada quien le dé; no recojo las cosas por llenar los bolsillos sino que las escojo cuidadosamente cuando las encuentro por su color, forma, tamaño, estado en que están, tal y como el pintor 42 escoge sus colores y pigmentos para hacer su obra. Estos objetos encontrados deben ajustarse a mis parámetros y a una cierta comodidad de movilización, ya que quiero sólo relatar el momento en que estuve allí y pretendo que ese objeto encontrado en ése lugar sirva como evidencia. 10. Conclusión. Durante la investigación que he llevado a cabo me he topado con varios personajes interesantes, a nivel de imagen e ideas, que tocan parte importante de mi trabajo, fundamentales a tener en cuenta durante su desarrollo. De las experiencias que tuve en varios de mis recorridos, la de guardar todo lo que encontré a mi paso fue muy importante; sin embargo, mientras permanecía unos pocos días en estos lugares, todas aquellas cosas empezaban a perder el valor que tenían pues las veía en muchas otras partes, convirtiéndose en parte de mi vida cotidiana. Sin embargo, al regresar a mi casa, todos estos objetos empiezan a adquirir valor de nuevo ya que vuelven a ser escasos y no me es posible seguir viéndolos constantemente. Se añade también a este el valor de objeto raro, único y personal, el cual incluye aquellos que dan cuenta de mi experiencia. El no plasmar estos recuerdos haría que de alguna forma se perdieran en un mundo lleno de incesante información inmediata. Estos objetos hallados nos traen recuerdos gratos, pero no sólo recuerdos sino impulsos vitales, puentes de comunicación con esos otros que fuimos en un tiempo pasado. Quedan impresas memorias, allí puestas según nuestras vivencias y nuestras anécdotas plasmadas a través del tiempo y la memoria. Mi trabajo concluye con un muestrario de objetos encontrados y considerados por mí como únicos y de gran valor individual. Adquieren un valor general al estar contenidos en un lugar único para ser vistos y analizados; sin embargo, es mi acción de contenerlos la que les da este valor. Estos objetos traen como fin único mantener una memoria latente, tanto para mí como 43 para los demás observadores, demostrar que las colecciones son un modo de conocimiento constante del mundo, así mismo, dejar en claro que a través de ésta se puede impedir que la fuerza esencial que nos impulsa al descubrimiento de nuestro entorno muera de manera inminente a medida que nuestro conocimiento de las cosas y del mundo sea cada vez más amplio. Bibliografía BUCK, Daniel. Diarios del camino. En: Revista Américas. Vol. 50, No.1 (ene.-feb.1998). CANIVET, Nella.; VIOLET-CONIL, Madeleine. Exploración de la mentalidad infantil; teoría y técnica de la investigación. Buenos Aires: Kapelusz, 1949. DIEGO, Estrella de. Tener lo que falta. En: Cuadernos Hispanoamericanos. Revista Mensual de Cultura Hispánica. Vol. 50, No. 583 (ene. 1999). JARMAN, Derek; SOOLEY, Howard, Derek Jarman’s Garden, Londres, Ed, Thames and Hudson, 1998. MESSAGER, Annette. 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