El paludismo opone resistencia Durante estos últimos años, se ha emprendido una ambiciosa política mundial de control del paludismo. Sin embargo, a pesar de la importancia de los medios utilizados, los esfuerzos a menudo se ven comprometidos por la aparición de resistencias de los parásitos a los tratamientos y de los mosquitos a los insecticidas, así como por la existencia de frenos económicos y sociales. Parásitos tenaces Los efectos de los medicamentos contra el paludismo pueden disminuir e, incluso, desaparecer a lo largo del tiempo. En efecto, los parásitos son capaces de adaptarse y volverse resistentes, es decir, sobrevivir a la toma de tratamientos. Esto está potenciado por el uso masivo de tratamientos compuestos por una sola molécula antiparasitaria (monoterapia) que, poco a poco, provoca la aparición de cepas de parásitos resistentes y conlleva una sobremortalidad por paludismo. Huevo del parásito en la pared del estómago del mosquito. La cloroquina, medicamento utilizado durante más de 50 años por su eficacia, su bajo coste y su ausencia de efectos secundarios, se ha vuelto ineficaz debido a la resistencia del parásito a esta molécula. Para evitar esta situación, con los derivados de la artemisinina, otro principio activo descubierto más recientemente, la OMS ha pedido la interrupción de la prescripción de cloroquina y recomienda su asociación sistemática con otras moléculas. Mutaciones Determinados mosquitos vectores, con el paso del tiempo, pueden desarrollar resistencias al uso de insecticidas por aspersión en las casas o con los que se impregnan los mosquiteros. Este fenómeno viene derivado de una mutación de un gen de los mosquitos anofeles, que les permite tolerar unas dosis de insecticidas que antes eran mortales. El desafío para la investigación es identificar los mecanismos genéticos responsables de esas resistencias y descubrir nuevos productos que permitan superarlas. Los insecticidas han mostrado su eficacia durante varias décadas. Sin embargo, su impacto sobre el medio ambiente y eventualmente sobre el ser humano, la pérdida de su eficacia, la difícil logística y los costes relacionados con su uso, impiden hoy el recurso masivo a dichos productos. Por ello, los insecticidas se utilizan a pequeña escala u, ocasionalmente, durante los períodos de epidemia, en la estación de las lluvias. Situaciones de riesgo Por falta de información, los peligros del paludismo son a menudo infravalorados por las poblaciones y, a veces, es difícil obtener su adhesión a las campañas de prevención (especialmente para el uso de mosquiteros). Además, en los países más pobres, se venden medicamentos falsificados e ineficaces a muy bajo precio en el mercado negro e, incluso, en las farmacias. Se estima así que el 38% de los medicamentos contra el paludismo comercializados en el Sureste Asiático en 2001 eran falsos. Según la OMS, 200.000 muertes ligadas al paludismo podrían evitarse si los medicamentes fuesen eficaces. Numerosos países afectados por el paludismo soportan unos sistemas de salud pública y de distribución de medicamentos insuficientemente desarrollados, en particular en las regiones rurales. Uno de los retos de la ayuda al desarrollo es prestar apoyo a esos países para reforzar de manera sostenible sus infraestructuras sanitarias a fin de atender mejor a los enfermos. Venta ambulante de medicamentos en la calle en Senegal.