DIOS ESTÁ EN EL CONTROL DEL RELOJ Predica: Pastor Samuel David Mejía 2 REYES 20: 8 Por cierto que los seres humanos vivimos muy preocupados por el tiempo, tanto así que todos, o por lo menos en su gran mayoría, mantenemos un calendario en casa, o personal, o en el bolsillo, pero de alguna manera nosotros queremos saber cuales son los días que tenemos en cada mes de año, incluso nuestras agendas traen no solo el calendario del año presente, sino también el del año anterior y el del año siguiente, hay personas que tienen planeadores para cinco años. A nosotros nos preocupa mucho el tempo, y hacemos planes, proyectos, propósitos, los escribimos, porque nos preocupamos de que la vida pase y de repente no logremos hacer lo que queríamos hacer; aunque la verdad sea dicha que a algunos no les preocupa, tan solo se limitan a existir, no viven, no tienen propósitos, cada día que pasa es un alivio, “ya pasó un nuevo día que siquiera ya se fue”, en esos términos viven, no saben para donde van, no saben lo que quieren. Pero la verdad es que a la mayoría de los seres humanos, si nos preocupa el tiempo, y en este momento hemos tomado esta parte de la escritura para hablar del tema, Dios está en el control del reloj, porque ahora hablando en términos que todos podamos entender, y que los que ya conocen el evangelio y viven de acuerdo a la salvación que es en Cristo podamos entender, que es importante que esto llegue a quedar claro en nuestro corazón. Realmente no somos nosotros los que controlamos el tiempo, aunque es muy bueno que hagamos planes, pero nosotros realmente no controlamos el tiempo, este es un don de Dios para nosotros, y El es el que tiene el control total de este. Así que en el libro de Santiago, nosotros encontramos al Señor haciendo una referencia a este tema, cuando dice en el capítulo 4 verso 13: “vamos ahora los que decís, hoy y mañana iremos a tal ciudad y estaremos allá un año y traficaremos y ganaremos, cuando no sabéis lo que será mañana, ¿porque qué es vuestra vida? Ciertamente neblina, que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece, en lugar de lo cual deberías decir: Si el Señor quiere viviremos y haremos esto o aquello”. Aquí hay una referencia muy clara de parte del Señor, el Señor dice: “Bueno, ustedes pueden hacer todos los planes que quieran, y háganlos para un año si quieren –dice la palabra- pero más bien, deberían decir si el Señor quiere viviremos y haremos tal y tal cosa”. Porque realmente el tiempo no está bajo nuestro control, sino en el control de Dios, y así mismo, el tiempo de Dios para cada uno se cumple. Quisiera hacer una aclaración que e hecho en algunas ocasiones, y es que el reloj de Dios no es tanto cronológico, o dicho de alguna manera no es un reloj calendario, aunque Dios puede decir las cosas de acuerdo a un calendario, realmente el tiempo de Dios no es un tiempo cronológico, o calendario, para nuestras vidas. A usted le puede parecer extraño lo que le estoy diciendo, pero realmente el tiempo de Dios para nosotros es diferente, no es tanto un tiempo cronológico o calendario sino más bien es un tiempo circunstancial. Es decir cuando se cumplen las circunstancias exactas, y cuando se dan las condiciones que Dios desea, entonces se ejecutan las cosas en un determinado momento, así que no es de extrañan que personas que están en el camino del Señor demoren años, tanto que algunos ya no creen en esa persona y puedan llegar a decir: “¡NO! a ese se le fue toda la vida y no hizo nada”, y de repente esa persona que uno cree que se le está yendo toda la vida , como dice alguien en una forma muy criolla: ¡en menos de lo que canta un gallo se levantó!, y dice uno: ¡en menos de nada hizo una gran cantidad de cosas!. ¿Por qué? Porque el reloj de Dios es circunstancial, es condicional, cuando las condiciones están dadas Idos hace las cosas, y recuerde que el Señor no necesita cuarenta años para realizar un proyecto, puede que nosotros sí, pero no Dios, cuando Él dice voy hacer una cosa así, y así, y así, Él la puede hacer en menos de un año, la puede hacer en menos de seis meses. Cuantas veces una iglesia, por ejemplo, se esfuerza y trabaja y hace, y sigue haciendo, lo cual es bueno, y hace evangelismo, discipulado, cultos al aire libre, programas en la radio, programas en la televisión, programas aquí, programas allá, peor si las condiciones que Dios espera no están dadas allí vamos, llevándolo, y más oración, más ayuno, más vigilia, y más intercesión, y más sudor, y más cultos, y más predicaciones, pero el asunto no progresa, sino que lo hace a un paso muy lento y los que lo ven pueden decir: “esa iglesia no sabe trabajar” ¿por qué? Porque no está encontrando un equilibrio entre la cantidad de esfuerzo y el resultado que se consigue. Pero extráñese de esto, Hechos capítulo 2: “y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados, y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a habar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos de todas las naciones bajo el cielo, y hecho este estruendo se juntó la multitud y estaban confusos porque cada uno les oía hablar en su propia lengua, y estaban atónitos y maravillados diciendo: mirad no son galileos todos estos que hablan…” Verso 14: “entonces Pedro poniéndose en pie con los once, alzó la voz diciendo: Varones judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio y oíd mis palabras…”; verso 36: “sepa pues ciertisimamente toda la casa de Israel que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y príncipe; al oír esto se compungieron de Corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: ¿varones hermanos que haremos? Pedro les dijo: arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Verso 40: “y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba diciendo, sed salvos de esta perversa generación. Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas y perseveraban”… ¿entiende esto? ¡Y perseveraban! “en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros en el partimiento del pan y en las oraciones” Una iglesia que en el comienzo lo que hay es deserción, porque eran como quinientos los que se fueron para el aposento alto, pero al final solo quedaron ciento veinte, ¿se supone que está avanzando o que está retrocediendo? Dígame usted, cincuenta días atrás habían quinientos, a los cincuenta días hay ciento veinte, se está avanzando o se está retrocediendo, supuestamente se está retrocediendo, y de repente en el día número cincuenta todos fueron llenos del Espíritu Santo, se levanta Pedro y habla la palabra y los que se añadieron aquel día fueron como tres mil personas, y esos no retrocedían sino que perseveraban. Es el tiempo de Dios, el reloj de Dios que no está basado en el esfuerzo de la gente, ciento veinte que no estaban evangelizando, ni discipulando, estaban era orando y esperando una promesa que el Señor Jesucristo les dijo que les enviaría del Padre y reciben esa promesa, y tres mil personas se bautizan ese día, tres mil nuevos miembros, dígame ¿como ciento veinte personas que habían en la iglesia, en el momento que cae el Espíritu Santo, discipulan a tres mil? ¿Dígame como se hace eso? Sencillamente no se puede hacer, no está en las capacidades de ciento veinte, discipular a tres mil. Pero ¿qué es lo que pasa allí? El tiempo de Dios, sabia usted que hay iglesias que crecen porque es el tiempo de Dios para esa iglesia, no crea que es por el trabajo que la iglesia está haciendo, es porque es el tiempo de Dios para esa iglesia; pero cuando el tiempo de Dios no es para una iglesia, esta hace de todo, hace programas, hace cosas hasta fuera de la palabra, de la voluntad de Dios, araña aquí, araña allá, para tratar de mantener a la gente, y no lo logra, ¿Por qué? Porque o no le ha llegado el tiempo o se le fue el tiempo, se paso en el reloj de Dios, se salió, porque las circunstancias nunca llegaron a darse, o roque después de tener las circunstancias que Dios esperaba se perdieron, entonces salió del reloj, del calendario, de ahí en adelante todo será mucho hacer, mucho tratar y poco lograr. Igual pasa en la vida de cualquier persona y por eso leí esta parte de la palabra en segunda de Reyes, donde se presenta una enfermedad en un rey llamado Ezequías, Dios le dice al profeta “vaya dígale que se va a morir, el rey se pone a llorar, entonces Dios dice: “bueno yo le voy a añadir 15 años más y dígale qué prefiere ¿que yo haga adelantar el reloj diez grados o que lo haga devolver diez grados? Dicen los estudiosos que esto es el equivalente más o menos a tres horas, y Dios tiene el control de todo, de tal forma que no le dijo: “dígale que le voy a adelantar tres horas el reloj” sino que lo puso a escoger. Se da cuenta ¿cómo Dios está en el control del reloj? Y como el hombre le pareció que era fácil que se adelantara, pues el reloj siempre iba en este sentido mientras que atrasarse no; en el tiempo de hoy sería fácil porque el reloj que usamos tiene una forma de mover las manecillas, pero resulta que en ese tiempo este reloj no existía, y Acaz un rey que había existido antes de Ezequías había hecho un reloj que se volvió famoso y le llamaban el reloj de Acaz, y era un reloj de sombra, que estaba supuestamente en uno de los jardines del palacio donde al llegar la sombra, a la medida que pasaba el tiempo iba llegando a determinados grados y así se sabía que hora era. Entonces devolver el reloj que nosotros usamos sería fácil, pero aquel otro ya era otra historia, y Dios le dijo; “si quiere lo adelanto, o si prefiere lo atraso” y Ezequías pidió que lo atrasara, entonces el profeta oró a Jehová y Dios hizo volver la sombra por los grados que había dicho en el reloj de Acaz. Dios está en el control del reloj, cuando usted y yo, estamos en esta vida preocupados porque oramos, oramos, oramos y seguimos orando, y ¿por qué no hemos recibido la respuesta que queremos? A ¿cuántos no nos ha pasado así? Que oramos y oramos y oramos y todavía nada, y ha pasado un año, dos, tres, quizás más, y nada, incluso podemos decir: “Señor si no me contestas hoy me muero” pero hace cinco años que está diciendo que se muere y no se ha muerto, ni tampoco ha llegado la respuesta ¿le ha pasado? Hubo un hombre que hizo eso, se llamaba Isaac, se caso y se dio cuenta que la esposa era estéril, así que se puso a orar: “Señor, dame hijos, Padre Celestial, nosotros queremos hijos”, y la Biblia dice que sí, Dios le oyó y le respondió, tenía cuarenta años cuando se casó, y tenía sesenta años cuando le nacieron los hijos. Veinte años orando, para que Dios le diera hijos, y Dios se los dio, Dios le respondió, pero no en el tiempo que Isaac pensaba, sino en el tiempo de Dios, en el tiempo que el reloj de Dios, porque Él está en el control del reloj, y del tiempo. Así que no deje de orar, ¿puede usted alabar y bendecir el nombre de Dios? No deje de orar, no deje de clamar, cada uno de nosotros tenemos un tiempo de Dios para las cosas que Él quiere darnos, y aunque usted y yo lloremos y hagamos, y clamemos, y hagamos lo que hizo el Profeta Elías que dijo: “Señor, ya no aguanto más, mátame ahora”, no se muere en el momento que usted diga, aún le dicen: “a usted le falta largo camino, le hace falta bastante trabajito”, y lo devuelven a trabajar, “vuelvase por el camino por donde vino”. Así es en el Señor, no es cuando usted y yo decimos, es cuando Dios dice. Y acerca de esto en iglesias yo recuerdo la historia que me contó un hermano, miembro de una iglesia, por lo menos en el tiempo que yo estaba allá, y stoy hablando de hace años, yo tenía 15 años, y había en la ciudad una iglesia de cuatro mil miembros, y estoy hablando de hace unos añitos atrás, y un miembro de esta iglesia me contó y me dijo: “hermano, nuetra iglesia no era tan grande, ni nunca hicimos un plan para crecer, nuestro Pastor se llamaba fulano de tal, y con mucho esfuerzo poruqe era misionero, trabajaba y trabajaba y trabajaba, y oraba y trabajaba, y la iglesia no crecía, no habían más de cien personas, pero ellos trabajaban, y oraban, vigilaban, ayunaban y evangelizaban, y pasaron años trabajando ahí…” y la iglesia supuestamente no crecía. Siguió diciéndome: “un día llegó a la ciudad un muchachito de 20 años, y le dijo al pastor” Pastor, yo soy evangelista, y el Señor me ha dicho que venga a esta ciudad”, pero como ni siquiera conocía la ciudad no le escribió a nadie, sino que llegó; y le dijo al Pastor: “pastor, usted quisiera que diéramos una campaña en su iglesia”. El pastor se quedó mirando a aquel muchachito de 20 años y le dijo: “cómo te llamas”, y él le dijo su nombre, y luego el pastor aceptó que se diera la campaña, pues sintió en su corazón la confirmación que Dios había mandado a ese muchachito a dar una campaña” Así que empezó a anunciarlo en su iglesia, que al día siguiente darían inicio a una campaña, con el evangelista que había llegado de visita, y al día siguiente empezaron la campaña. Y este evangelista se paró al frente y comenzó a predicar, y cuando oró pues almas vinieron a Cristo y enfermos se sanaron; entonces al segundo día la iglesia estaba repleta, pues la gente estaba impactada por lo que había acontecido el día anterior, entonces el segundo día volvió el evangelista a predicar y a hacer la oración por nuevos convertidos, y por los enfermos, y sucedieron cosas aún más grandes que las del día anterior. El tercer día como a las cinco de la tarde, estaba la gente ya ahí, llenó el lugar y aún gente en la calle, y el pastor se asustó y dijo: “ahora que hacemos, el lugar es pequeño y la gente no cabe”, y cómo ya tenían tiempo de estar ahí llamó a algunos conocidos y les preguntó ¿que hacer? Estos le dijeron que la única solución probable, sería armar a toda prisa una plataforma en la calle y realizar el culto en la calle, pues se veía que no iban a caber todos en la iglesia, ya había gente en la calle y apenas eran las cinco de la tarde. Una pregunta más que hizo el Pastor, fue ¿cómo cerrar la calle? Uno de ellos dijo que conocía a un policía y que si deseaba el hablaba con él, así fue y cómo la calle no era muy importante les permitieron cerrar incluso sólo con un laso. Armaron a la carrera una plataforma en la calle, y comenzaron a predicar y había un hombre que toda la ciudad lo conocía porque vendía lotería en el centro de la ciudad de Barranquilla, en un lugar que se conoce como el paseo Bolívar; ese hombre andaba arrastrándose en una planchita con ruedecillas, porque él desde que nació fue paralítico y sus piernas no funcionaban. Y resulta que en este primer culto en la calle, el hombre estaba ahí y cuando se oró por las personas y el evangelista dijo: “si alguien no puede caminar que se levante y camine” pues el hombre se levantó y caminó y se hizo un escándalo tal que al otro día no cabía la gente en toda la cuadra, así que debieron poner el laso en otra esquina, una más alejada. Resumiendo cuando termino la campaña, la iglesia quedó de cuatro mil miembros. Alguna vez usted se ha imaginado algo así, pues eso es lo que le estoy diciendo; ese pastor y esa iglesia, habían trabajado y trabajado, y siempre uno espera que la iglesia vaya creciendo paulatinamente, pero resulta que a esta iglesia no le dio tiempo, sino que en un momentito creció y tuvieron que hace malabares, y comprar un sitió que había allí, grande, y al principio los cultos eran una tribulación para ellos, pues no sabían donde hacerlos. Rápido compraron un sitio, lo arreglaron y allí se reunía una multitud, en la época en la cual una iglesia de cuatro mil miembros ni siquiera se soñaba, era como hablar hoy día de una iglesia de quinientos mil miembros en un solo sitio. Pero es en el tiempo de Dios. Cuando Dios dice voy a hacer algo, no depende del pastor, o de la iglesia, no depende de nadie, depende del Dios que está arriba en el cielo; pero cuando no ha llegado ese tiempo, usted y yo podemos arañar el cielo, como dijo alguien: “vamos a bombardear el cielo con oraciones”, uno puede hacerlo y sí nuestra oración será contestada, ¡pero en el tiempo de Dios! No en el tiempo suyo ni mío. Y los que entramos en el tiempo de Dios, mantengámonos en el reloj de Dios, porque si nos salimos del reloj de Idos, ósea si nos salimos de la circunstancias y de los parámetros que Dios ha establecido para que nuestro tiempo permanezca, entonces sencillamente Dios hace algo: quita el tiempo de uno y viene y se lo trae a otro, y este que nunca parecía llega a tener lo que tenía este otro, y ese otro que parecía que nunca nadie le quitaría llega a ser cómo si nunca hubiera tenido. Ejemplo de esto: Saúl, un rey, elegido por Dios, las cosas están dadas y comienza hacia arriba, se le mete en la cabeza que de ahí ya no lo quita nadie, no importa lo que haga, entonces Dios le dice al profeta: “pues ahora vaya y búsqueme a este otro, y únjalo, porque a Saúl ya se le acabó su tiempo, ya no hay más para él”, y sencillamente Dios vino y quitó lo que estaba en Saúl y vino y se lo puso a David. El tiempo de Dios, Dios está en el control del reloj, ¡por eso es que hay que permanecer fieles al Señor!; si el Señor nos ha dado parámetros y nos ha dicho que nos quedemos en esos parámetros, ahí debemos quedarnos aún cuando parezca que no funcionan, usted no se preocupe de si parece o no parece, quédese ahí donde Dios le puso esos parámetros, que cuando llegue el tiempo de Dios, eso será en un momentito, y nadie podrá detener eso. Quien se iba a imaginar a ese pastorcito de ovejas, que se la pasaba cantando mientras pastoreaba ¿quién se lo iba a imaginar como rey? Nadie, ni el papá lo tenía en cuenta para las reuniones especiales, pero Dios que conoce y sabe las circunstancias dijo: “llegó el tiempo para David” y quien dice no, cuando el Señor dice sí. El tiempo de Dios, Dios tiene el control. Mire lo que dice la palabra en el libro de Génesis en el capítulo 5 verso 32: “y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sen, a Can y a Jafet”, si ve que raro, siendo Noé de quinientos años. Aquí hay una bonita historia para aquellos muchachos y muchachas que viven afanados y desaforados porque creen que nunca les va a llegar su hora, “cálmese, aquiétese, paz a vosotros” ciertamente, ¿no le dice a usted mucho esta frase? “y siendo Noé de quinientos años engendró a Sen, a Can y a Jafet” ¿no es muy diciente esto?, no estoy diciendo que usted no ore, porque en esta época nadie llegará a los quinientos años, pero lo que estoy diciendo no es que mire su edad, sino que crea que Dios tiene todas las cosas, aún el reloj lo tiene en su control. ¿Cómo así? Sí, siendo Noé de quinientos años, y en un solo año, vinieron estos tres, no sé, o si a los quinientos uno, quinientos tres, no sé, pero cuando tenía quinientos, no antes, y luego, en el capitulo 7 verso 6: “era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra” que casualidad podría decir alguno, si Noé hubiera tenido sus hijos cuando él tenía cien años, cuando hubiera venido el diluvio, ya estos muchachitos tendrían quinientos, y ya no serían tan jovencitos, y Dios necesitaba era unos jovencitos porque el resto iba a perecer. Entonces cuando vino el diluvio los hijos de Noé todavía estaban jóvenes, ¿por qué no habían venido antes? Porque Dios necesitaba tres muchachos enteros, jóvenes, cuando se terminara el diluvio, porque con ellos iba a volver a poblar la tierra. Se da cuenta ¿por qué Dios está en el control del reloj? Nunca se le olvide que el control del reloj está en las manos de Dios, no tratemos de forzar a Dios, a veces nuestras oraciones importunan al Señor; como el caso de aquel hombre llamado Balaam: “Dios mío es que yo quiero ir, yo quiero ir, es que la recompensa que me da aquel rey es muy buena, ¿por qué no me dejas ir? Señor si usted me deja ir yo dogo lo que usted diga, pero déjeme ir” hasta que el Señor le permitió que fuera peor el ángel de Jehová se le atravesó en el camino, porque importunó al Señor, pero no era el deseo de Dios que él fuera. Y la asna resultó hablándole y regañando al hombre y diciendo: “¿por qué me pega? ¿A caso en todo ese tiempo no le ge servido bien? Y el hombre estaba tan cerrado de entendimiento que ni siquiera se asustó, sino que empezó a discutir con el asna y le dijo: “pues sí te pego, y si tuviera espada en mi mano te mataría, me has apretado el pie contra esa cerca, si tuviera espada te mataría” pero el asna nada que aflojaba, y yo creo que a lo mejor el asna le dijo: “si quiere mire hacia a delante” y dice que el hombre miró y vio al ángel de Jehová y ese si tenía espada en su mano, importuno tanto al Señor para encontrarse con el ángel con la espada en la mano. Eso es lo que nosotros queremos decir, hay que entender que Dios está en el control de las cosas y nosotros no podemos importunar al Señor, no debemos importunar al Señor, sino decir: “Señor haz todo lo que tú quieras, cuando tú quieras” porque para Dios es más importante que rindamos nuestra voluntad, sabiendo que Él está en el control de todas las cosas. Hay algo más que yo quiero mirar, en el libro de Génesis capítulo 25 verso 7: “y estos fueron los días que vivió Abraham ciento setenta y cinco años. Y exhaló el espíritu y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo. Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macuela en la heredad de Efron hijo de Zohar eteo, que está enfrente de Manre, heredad que compró Abraham de los hijos de Het; y allí fue sepultado Abraham y Sara su mujer” y ponga a tención a esto: “ verso 11: “y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac su hijo; y habitó junto al pozo del viviente que me ve”, así le había puesto a ese pozo por nombre “el viviente que me ve” refiriéndose a Dios. ¿Si ve lo que dice? “y Abraham murió de ciento setenta y cinco años, tenía dos hijos principales Isaac e Ismael, tenia más hijos pero esos eran los principales, lo enterraron en la heredad que el había comprado de los hijos de Het como cementerio, y luego dice el verso 11: “y sucedió que después de muerto Abraham Dios bendijo a <Isaac su hijo” ¿Cuándo lo bendijo? Después de muerto Abraham. Y a veces uno quiere que sea antes y Dios dice: “no es antes, es después que se muera Abraham” Si a usted no le dice nada, a mí si me dice mucho, y ¿por qué no lo bendijo antes? ¿Por qué lo bendijo después? Porque Dios no quería que hubiera competencia entre Abraham e Isaac su hijo, Dios quería honrar a Abraham y también a Isaac por lo tanto le dijo a Isaac: “usted me hace el favor y se espera a que se muera su papá, y después yo lo bendigo a usted, por ahora conténtese con la bendición de su padre, cuando él muera yo lo bendeciré a usted”. Después que enterraron al papá, Dios lo bendijo a él, ¿cómo le parece esto? ¿Sabía usted que Dios tiene el control del reloj?, ¿sabía usted que Dios está esperando ciertas circunstancias antes de darle una respuesta a sus grandes deseos para Dios?; y hay quienes quieren ser bendecidos antes que se muera Abraham, pero Dios no los va a bendecir hasta que eso pase y ¿por qué? Pues porque Dios Sabe lo que hace; no tratemos de forzar cosas que Dios no nos quiere dar todavía. Sabe usted lo que pasa cuando uno quiere tener las cosas que Dios no quiere que uno tenga todavía, le pasa lo de Jacob, pelea, se sacude, engaña, incuso al papá, y después paga con intereses, ¿Cuándo quería bendecir Dios a Jacob? Cuando llegara su momento, ¿Cuándo quería Jacob la bendición? Desde el vientre de su propia madre, y desde pequeño la busco como fuera, engañó al papá, le robó la primogenitura al hermano, hizo de todo, para tener la bendición, cuando todavía no era el tiempo. Hermano, esto es una historia triste de parte de Jacob, engaño a su padre, cuando este era un anciano ciego, lo cual no se hace hermano, pero el que quiere tener una bendición antes de tiempo, es capaza de engañar a su papá que esta ciego, eso es así, eso está escrito; el que quiere tener una bendición antes de tiempo, una bendición que Dios todavía no quiere darle hace lo que sea, pero Dios mío, en que cabeza cabe engañar uno a su propio padre, anciano y ciego, y hacerle una trampa de esa: “yo soy tu hijo Esaú” cuando él no era Esaú, se había echado la loción de su hermano, se había puesto una piel de cabrito encima, para que cuando el papá lo tocara sintiera que era velludo, oiga y lo hizo también, era tan terrible que paso. Pero hubo un lugar donde no pasó, uno puede pasar aquí abajo, pero allá arriba, no pasa mi hermano, haga lo que quiera, póngase piel de cabrito échese el perfume de Esaú, haga lo que quiera por algo que usted anhela pero mientras no sea el tiempo de Dios no se le dará; porque usted puede pasar con el viejito ciego, pero no pasará con aquel que todo lo ve. El tiempo de Dios está en el control de Él, el reloj de Dios está en el control de él, no debemos añorar y querer y buscar; mire hermanos ni como iglesia, algunos podrían decir: “hermano para que esto crezca aflojemos un poquito la doctrina… para que esto crezca cambiemos nuestro estilo pues parece muy antiguo… para que esto crezca hagamos de esta otra manera, hagamos lo que hacen en tal lugar….” Y ¿va a tratar de hacer qué? Si el tiempo de Idos no le ha llegado lo único que haríamos sería amontonar un montón de gente que no se sabe. Hay un pastor en Puerto Rico, que él lo testificó, yo lo oí testificar. Un pastor que estaba pastoreando una iglesia grande, y estando un día bajo una carpa donde se reunían en ese tiempo porque era muy grande, sentado en la plataforma el Señor le dice: “fulano… sal del sitio de reunión, ve afuera” y él no creyó que era el Señor, porque él pensó: “¿cómo me va a decir el Señor que me salga del culto? ¿Si además estoy en la plataforma?” Incluso dijo “gracias Señor porque sé que no eres tú, tú no me mandarías a salir”. Al ratito Dios le repitió: “Fulano, sal del lugar, sal, vete afuera”, y él volvió a decir: “Gracias Señor porque no eres tú, porque yo se que tu nunca me obligarías a salirme del culto”, pero al ratito volvió Dios a darle esa orden, por lo que él le pregunto: “¿eres tu Señor? Y Dios le respondió: “Sí, sal del lugar de reunión” y él salio. Cuando ya estaba fuera del sitio de reunión y le dijo: ¿Señor qué quieres que yo haga? Dios le respondió: “voltea y mira hacia adentro”, y cuando miro hacia adentro, toda la congregación, la cual era muy grande, le preguntó: “¿qué ves? “Señor la preciosa congregación que tú me has dado” – y el testificó esto con sus propias palabras” yo estoy hablando de algo que oí. ¿Sabe que le dijo el Señor? “Si hoy sonara la trompera, si se fueran trece serían muchos”, se lo dijo al propio pastor, y el pastor mismo lo testificó, ese hombre entro llorando al templo, se arrodilló en esa plataforma, ese hombre estaba derretido, y después le testificó eso a la iglesia: “hermanos el Señor me dijo esto….” Gloria a Dios por los pastores que son capaces de decirle esas verdades a la iglesia, porque quien sabe si todos tenemos esa capacidad de decirle la verdad a la gente. Y esa noche el mensaje se fue en sólo lloro y lamento, oración y arreglarse porque qué mas se podía hacer. Pero eso es lo que podría pasarnos si nosotros tratamos de forzar la bendición antes de que se muera Abraham, y no estoy diciendo en términos literales, que necesitamos que se muera alguien, estamos refiriéndonos a una expresión para decir que Dios tiene un tiempo preciso, una circunstancia exacta, cuando Él dice ahora llegó el momento en que yo quiero hacer esto, y cuando llega ese momento, de la nada Dios hace grandes cosas, porque Dios no necesita largos años. Algunos queremos correr para hacerlo antes de que nos volvamos viejos, “pues si estando joven no puedo, viejo menos”, pues se equivocó, Dios no se pone viejo, porque cuando Abraham se murió, Isaac ya tenía 75 años, no estaba tan muchacho, pero era el tiempo de Dios para él. Dios está en el control del reloj. Y mirando una vez la palabra del Señor, me sorprendí estudiando esta parte, con la cual voy terminando, en el libro de Génesis capítulo 15 verso 13 al 16: “entonces Jehová dijo a Abraham: ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años; más también a la nación a la cual servirán también juzgaré yo, y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez, y en la cuarta generación volverán acá porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí”. Que cosas tan tremendas, que realidades tan tremendas, de cómo Dios está en el control, Dios le dice a Abraham que primero haría su descendencia como la arena del mar, y luego ese día que le esta hablando en el capítulo 15, que su descendencia morará en tierra ajena y oprimida por cuatrocientos años en tierra extraña; cualquiera podría decir a Dios: “¿para eso me vas a dar hijos Señor?, que cosa más dura, que realidad más tremenda”. ¿La razón? hay gente a la que Dios le tiene la confianza suficiente para explicarle, y a Abraham se lo explicó. ¿La razón? Porque aún no había llegado la maldad de los amorreos hasta su presencia, serían cuatrocientos años esclavos, durante los cuales la maldad de los amorreos llegaría a su colmo entonces Dios los sacaría para traer al pueblo de Israel y colocarlo en esa tierra. No antes, y no porque los amorreos no fueran malos, sino porque Dios le dijo que aún la maldad no había llegado al colmo, ósea que no había llegado a esa medida que necesitaba que ellos llegasen Mientras el pueblo de Israel hacia trabajo de esclavos, los amorreos se hacían más malos, entonces ¿está Dios en el control del reloj o no? Debemos entender que Dios está en el control del más mínimo detalle de nuestra vida, y así mismo, debemos agradecerle por estar en el control del reloj, aún cuando no lo entendamos, pues todo ya determinado y escrito para nosotros. Este es un mensaje para saber que Dios no deja nada al azar respecto de nuestra vida, y yo le voy a decir una cosa: estos temas no es porque uno tenga mucha cabeza e inteligencia para buscarlos, es porque el Señor le dice al predicador: “quiero que le explique esto a la iglesia”, así que sobre este tema, no es que yo tenga mucha cabeza, o ningún predicador, es que yo estaba orando y el Señor me dijo que le dijera esto, así que esto es para usted y es para mí. Yo no sé realmente ¿por qué?, supongo yo que es que nosotros nos enfrentamos a muchas cosas que no entendemos y empezamos a buscar y a mirar el calendario hasta casi romperlo con la mirada y preguntar ¿cuándo será? Pues incluso hay mucha gente que se va de la iglesia por que cree que le van a pasar los años y jamás tendrán lo que siempre le han pedido al Señor, y se van cuando preciso le iban a entregar la respuesta a su petición. Hermano pero es que son cuatrocientos años… hermano eso no es problema mío, no es problema suyo, es problema de Dios, y realmente para Dios no es problema, es su voluntad, cree usted que Dios nos dice esto por casualidad, o es porque el Señor nos conoce y nos mira con lupa, aún cuando a solas decimos cosas, y pensamos que no lo sabe nadie, solamente Dios, pero entonces: ¿cómo lo supo el Pastor? El pastor no lo supo, Dios lo supo. Voy a terminar con este testimonio, estaba un día en una ciudad de Estados Unidos cuando fui invitado a predicar en una convención de jóvenes, y la primera noche yo le digo al hermano que está al frente de la obra allí, al supervisor: “hermano yo voy a saludar a esta gente en ingles, siento una gran necesidad de hacerlo, ¿hay algún problema?” y me dijo que no así que primero los salude en español: “Dios los bendiga, Dios los guarde, me alegro mucho, es un privilegio” y después les dije, ahora voy a saludarlos en ingles porque aquí hay gente que habla ingles como su idioma natal, también hablan español, pero su idioma es el ingles. Y comencé a saludarlos en ingles: “hermanos Dios les bendiga, me alegra estar aquí, me gozo de que el Señor me haya dado la oportunidad de venir a esta convención, me alegro porque usted también haya podido venir, y sé que hay personas aquí, que han estado pensando que tal vez ya no caben en esta obra del Movimiento Misionero Mundial, porque aquí todo se predica es en español, y ustedes pues nacieron en el idioma de acá, y ese es su idioma real…” y por ahí me fui y dije unas cuantas cositas, y había una muchacha que lloraba y lloraba. Cuando se terminó el culto pasamos al restaurante a la hora del almuerzo y cuando yo me senté se me acercó la muchacha, yo estaba junto al supervisor y ella empezó a habar conmigo, y me dijo en ingles llorando: “pastor yo alabo a Dios porque él es grande, mi familia toda es de habla inglesa, yo aprendí español en esta iglesia, porque yo solo sabía ingles, y mi familia toda asiste a otras iglesias de habla inglesa, y la única que asiste a una iglesia que habla español soy yo, y ellos siempre me han presionado, y yo también me he sentido muy mal, y sabe que antes de salir para la convención le dije al Señor y a mi familia, que me permitieran asistir, pues esta sería mi última convención en el Movimiento Misionero Mundial, pues yo entiendo que aquí nunca habrá una obra en ingles, que yo entendía que nosotros los que hablamos ingles, no somos realmente apreciados, pues nunca nos darán en nuestro idioma”. “Así que les pedí que me permitieran asistir a la última convención nacional, con todo m corazón, son gente de Dios y los amo con todo m corazón, pero ya no seguiré”. Me dijo todo esto llorando, y yo en las palabras que di, dije que sabía que había personas que habían dicho que esta sería su última vez en una convención en esta obra, pues encontraban que en ella no se les hablaba en ingles; pero yo también había dicho que no debían irse, porque Dios tenía ya un programa, ya tenia las cosas dichas y organizadas, y ahora iba a empezar lo suyo. Todo esto lo dije en ingles y la muchacha quedó ahí sin poder hacer nada. Y me dijo llorando en el restaurante: “pastor yo había dicho que esta era la última convención, pero ya no lo es, ahora es la primera convención, porque usted me dijo todo eso que yo dije, y me lo dijo en ingles, ya no me voy, ahora me quedo”. ¿Se da cuenta que Dios si sabe lo que le pasa a uno? Y tiene un tiempo, Dios tiene un tiempo y sabe aún lo que uno acaba de decir con su familia, uno se sorprende a veces, de que el pastor diga aún las palabras textuales, pues allá esta su jefe, allá esta su dueño, allá está el que escribió los planes de su vida y organizó el calendario de acuerdo a determinadas circunstancias y parámetros, no de acuerdo a ciertos días, años y meses, y él lo tiene todo escrito allá, pues él nos ve, y después Dios dice que quiere que su pueblo sepa esto, y aquí esta el mensaje ¿ahora que vamos a hacer?