La religión en las primeras civilizaciones históricas V

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La religión en las primeras
civilizaciones históricas V
Egipto
Para preservar los cuerpos de los difuntos y facilitar su tránsito al más allá,
los egipcios desarrollaron distintos tipos de construcciones funerarias:
mastabas, pirámides e hipogeos.
Egipto
Las mastabas (del árabe
masatib, «banqueta») son
edificios troncopiramidales
de planta rectangular, en
cuyo interior se abren
diversas estancias
decoradas con relieves y
pinturas, entre las que
destacan una sala con un
altar para ofrendas, un
serdab (habitación sin
puerta ni ventanas que
contiene el ajuar del
difunto) y una cámara
funeraria subterránea.
Mastabas de funcionarios reales en la necrópolis de Giza (Imperio Antiguo).
Esquema general de las mastabas de Giza y sección de un pozo y una cámara funeraria.
Mastaba del faraón Shepseskaf
o de El-Faraum, Saqqara (IV
dinastía, h. 2480 a.C.).
Cámara funeraria de la mastaba de Kagemni, uno de los cancilleres del faraón Teti, en Saqqara (VI dinastía, h. 2310 a.C.). Al fondo
aparece una "falsa puerta" que servía para indicar al ba o alma del difunto el lugar por donde podía salir o entrar al edificio.
Cámara funeraria de la mastaba de Kagemni.
Falsas puertas de las mastabas de Kagemni y Mehu (Saqqara).
Mastaba de Mereruka, canciller del
faraón Teti, Saqqara (h. 2300 a.C.).
Reconstrucción de la mastaba de Nefermaat y Atet, Meidum (h. 2600 a.C.)., de cuyo interior
proceden los famosos frescos de Las ocas de Meidum (abajo; Museo de El Cairo).
Egipto
Las pirámides, erigidas durante el Imperio Antiguo, son colosales tumbas
pétreas en las que reposan los restos momificados de los faraones; su
forma exterior, simboliza una escala o rampa que facilitaba la ascensión de
los reyes al cielo. Compactas y macizas, sin entradas visibles, esconden en
su interior diversos pasadizos ideados para obstaculizar el acceso a la
cámara funeraria y asegurar la preservación del cuerpo del difunto.
Pirámides de Giza (Micerinos, Kefrén y Keops), construidas a partir de 2570 a.C.
Egipto
Se conocen unas 120 pirámides dinásticas en todo Egipto, todas ellas
integradas en conjuntos funerarios cuyas diversas dependencias
respondían a las necesidades rituales del enterramiento: el cuerpo del
faraón era transportado hasta un templo del valle, donde se
procedía a su
momificación;
después se le
trasladaba por una
calzada hasta un
templo funerario,
donde se
celebraban diversas
ceremonias antes de
proceder a su
depósito en la
cámara funeraria.
Complejo funerario de la Pirámide de Unis, Saqqara, h. 2320 a.C.
Egipto
En la construcción de una pirámide egipcia cabe distinguir las siguientes fases:
a) Selección del emplazamiento. Siempre en la orilla oeste del Nilo (es decir, el lado por
donde se ponía el sol, y que tradicionalmente se reservaba a los enterramientos), lo
suficientemente lejos del río para evitar el efecto de las crecidas, pero no demasiado, ya que el
Nilo constituía también la vía de transporte fundamental de la piedra empleada en su
construcción. Además, había que localizar un lugar en el que hubiera una sólida plataforma
de roca bajo la arena.
b) Organización de la mano de obra. En la construcción de la pirámide debieron trabajar
esclavos, aunque se piensa que la mayor parte de los operarios debió estar formada por
hombres libres, campesinos que quedaban ociosos en los meses de crecida del Nilo; además,
la tarea constructiva era tan compleja que requería la participación de numerosos técnicos
cualificados. Se estima que en la construcción de la pirámide de Keops pudieron trabajar
entre 20.000 y 25.000 personas (canteros, porteadores, albañiles, estuquistas, empleados de
intendencia, ingenieros y arquitectos): el 1% de la población total de Egipto por esas fechas;
a ellos hay que sumar un cuantioso grupo de sacerdotes, servidores de la corte, empleados
funerarios y artesanos que vivían en las inmediaciones del recinto.
Egipto
c) Planeamiento. Incluía meses de cuidadosos cálculos y
planos. En primer lugar, cada lado de la pirámide debía mirar a
uno de los puntos cardinales, lo que se lograba estudiando la
trayectoria de las estrellas. En segundo lugar, la planta debía
ser un cuadrado perfecto, lo cual no resultaba fácil teniendo en
cuenta las dimensiones del monumento (la pirámide de Keops
tiene 230 m de lado, y su superficie total es equivale a la de
siete y medio campos de fútbol) y el hecho de que los egipcios
no disponían de instrumentos precisos de medición (se
supone que utilizaban cuerdas). Aún así, la diferencia entre los
lados más largo y más corto de la pirámide de Keops es de
menos de veinte centímetros.
d) Nivelación del terreno. Se lograba tallando en el
cuadrado de la planta, sobre la roca, una retícula de zanjas que
se inundaban con agua del Nilo hasta conseguir un plano
horizontal perfecto; las zanjas se rellenaban posteriormente
con rocas y escombros. Resulta sorprendente la precisión
lograda en este proceso: en la pirámide de Keops, la esquina
sureste está tan solo a un centímetro más de altura que la
esquina noroeste.
Instrumentos de medición
egipcios: vara y plomada.
Egipto
e) Extracción y transporte de la piedra. Se empleaban tres tipos de piedra: piedra caliza
de las proximidades para el núcleo, piedra de Tura (una caliza de mayor dureza) para el
recubrimiento externo y granito (procedente de Asuán) reservado exclusivamente para el
vértice o piramidón. El transporte de la piedra se realizaba mediante trineos sobre la arena
(con la ayuda de rampas de piedra o madera) y en barcazas a través del Nilo.
f) Edificación de la pirámide. Se realizaba por pisos cuya área disminuía progresivamente;
el trabajo era posible gracias al trazado de una gran rampa (o varias) cuya altura se iba
ampliando hasta culminar el edificio, y que posteriormente se iba desmantelando mientras
los operarios pulían la caliza de Tura que servía de revestimiento. Algunas teorías niegan la
posibilidad de construir una rampa tan colosal y hablan del empleo de diversos aparatos
elevadores; es posible también que se combinaran ambos recursos. En cualquier caso,
resultaba crucial el trabajo de los canteros, que debían ser muy precisos en los cortes de los
bloques cúbicos (para el núcleo) y trapezoidales (para el revestimiento) para evitar la
aparición de peligrosas grietas: el espesor de las juntas no alcanza el medio milímetro, y se
rellenó con una lechada de yeso extremadamente resistente. En el armazón de este
gigantesco rompecabezas de piedra había que prever también la existencia de pasillos y
cámaras funerarias.
Edificación de una pirámide mediante el sistema de rampas.
Edificación de una pirámide mediante aparatos elevadores.
Evolución de las pirámides
egipcias, de arriba abajo y
de izquierda a derecha:
Pirámide Escalonada de
Zoser (Saqqara), Pirámide
Escalonada de Snofru
(Meidum), Pirámide
Acodada (Dashur),
Pirámide Roja (Dashur) y
Pirámides de Keops, Kefrén
y Micerinos (Giza).
La primera gran tumba del Imperio Antiguo (y el primer gran edificio de piedra de la historia de la humanidad) fue el
Complejo funerario de Zoser (segundo faraón de la III dinastía) en Saqqara, construido por el arquitecto Imhotep
hacia 2680 a.C. Se trata de un recinto amurallado de planta rectangular que comprende una pirámide escalonada
(resultado de sucesivas ampliaciones de una gran mastaba inicial hasta alcanzar una altura de 60 metros) con su
correspondiente tumba (con la cámara funeraria situada al final de un profundo foso excavado en la roca y diversas
dependencias subterráneas destinadas a almacenar grandes cantidades de provisiones para el más allá); un templo
funerario (con un serdab donde se encontraba la estatua del faraón); una segunda tumba situada en el lado sur del
recinto, que no fue utilizada (es posible que esta duplicación de tumbas responda a la duplicidad de reinos egipcios
–Alto Egipto/Bajo Egipto–); y dos patios ceremoniales (donde se celebraba la fiesta Heb Sed, en la que el faraón se
sometía a una serie de rituales de regeneración y demostraba su capacidad para seguir gobernando).
El serdab del
complejo funerario
de Zoser albergaba
una estatua del
faraón, soporte de
su espíritu,
comunicada con el
mundo exterior
únicamente a través
de dos orificios que
la permitían
observar los rituales
celebrados en el
exterior.
El primer faraón de la IV dinastía,
Snefru, construyó en Meidum tres
grandes pirámides. La Pirámide
Escalonada de Snefru (h. 2625
a.C.), que llegó a alcanzar los 85
metros de altura, está compuesta
por una torre central de planta
cuadrada y siete capas de piedra
escalonadas, posteriormente
recubiertas con objeto de lograr
la regularidad piramidal (aunque
el recubrimiento fue expoliado en
época romana). El recinto
piramidal está orientado
siguiendo la trayectoria del sol
(este-oeste) y su sistema de
cámaras anuncia el de las
pirámides posteriores, con la
cámara funeraria sobresaliendo
por encima del subsuelo rocoso
en el cuerpo de la pirámide, y la
entrada (o salida) situada más
arriba, en la cara norte de la
pirámide: este pasillo ascensional
permite el acceso simbólico del
faraón a las estrellas del Cielo del
Norte, donde debería encontrarse
con la barca del dios Sol.
La Pirámide Acodada o Romboidal de Dahsur (h. 2615 a.C.) fue proyectada por
Snefrú como una pirámide perfecta de 150 metros de altura (y no como una mastaba
ampliada, como las pirámides anteriores), pero un fallo en la planificación obligó a un
cambio de inclinación cuando los trabajos se encontraban muy avanzados.
Esquema general de la Pirámide Acodada de Dashur.
La Pirámide Roja de Dashur (h. 2605 a.C.), llamada así por la coloración rojiza de su piedra
arenisca es, con sus 105 metros de altura, la primera pirámide regular construida en Egipto.
En su impresionante cámara funeraria con bóveda por aproximación de hiladas (8,35 m de
longitud y 14,65 m de altura) se enterró finalmente al faraón Snefrú.
Corredor de acceso (arriba) y cámara funeraria
(derecha) de la Pirámide Roja.
La culminación de la
técnica constructiva
de las pirámides se
llevó a cabo en el
Conjunto funerario
de Giza, donde se
encuentran las
pirámides de Keops,
Kefrén y Micerinos
(IV dinastía).
La Pirámide de Keops o “Gran Pirámide” (h. 2585 a.C.), considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, es la
más grande de todas las pirámides construidas en Egipto, con sus 2,3 millones de bloques de piedra, 230 m de lado y 144 m
de altura (equivalentes a un edificio moderno de 40 plantas). Junto a ella se alzan otras tres pirámides subsidiarias,
destinadas a albergar los restos de las esposas del faraón.
La Pirámide de Keops cuenta con tres cámaras funerarias: la Cámara del Rey (10), que albergaba los restos del faraón; la Cámara de
la Reina (7), que pudo contener una estatua de Keops; y una tercera cámara situada a 30 metros bajo tierra (5), de utilidad
desconocida. Dos canales de ventilación (10) suministraban oxígeno a la Cámara del Rey y facilitaban la ascensión de su alma hasta
el cielo. La entrada original (1), actualmente obstruida y sustituida por otra en el siglo IX d.C. (2), daba acceso a diversos pasillos,
pozos y galerías (entre ellas la Gran Galería, 9) que comunicaban las tres cámaras.
El acceso exterior (izquierda) fue sellado y enmascarado bajo un recubrimiento de piedra caliza, hoy desaparecido. La Gran
Galería que antecede a la Cámara del Rey (derecha) es un espectacular corredor escalonado ascendente de 47 metros de
longitud y 8,5 de altura, cubierto con falsa bóveda por aproximación de hiladas.
La Gran Galería,
según un grabado
de la Description
de l’Egypte,
redactada por los
sabios que
acompañaron a la
expedición de
Napoleón en
1798.
La Cámara del Rey de la Gran Pirámide, completamente revestida de granito rosa pulimentado, tiene unos 60 m2
de superficie y 5,8 m de altura; en ella aún se conserva el sarcófago del faraón. Sobre su techo se dispusieron
cinco recámaras de descarga rematadas por una cubierta a dos aguas, y su entrada fue sellada con bloques de
granito, lo que no impidió que fuera saqueada, probablemente poco después del enterramiento.
La Pirámide de Kefrén (h. 2550 a.C.; 141 m de altura) conserva en su cúspide parte del
revestimiento calizo original y cuenta con un templo de valle bastante bien
conservado, junto al que se yergue la Gran Esfinge.
Gran Esfinge y templo del valle de la Pirámide de Kefrén.
Recubrimiento calizo del vértice y la base (izquierda) y cámara funeraria (derecha) de la Pirámide de Kefrén.
La estructura interna de la Pirámide de Kefrén, con una única cámara funeraria excavada
en la roca, es más sencilla que la de la Pirámide de Keops.
La Pirámide de Micerinos (h. 2500 a.C.; 65 m de altura) es la menor de las tres grandes
pirámides de la necrópolis de Giza. Cuenta con tres pirámides subsidiarias y presenta una
gran brecha en su lado norte, probablemente realizada por saqueadores.
La Necrópolis de Meroe, en Nubia, alberga más de cien pirámides de pequeño
tamaño (las mayores no superan los 30 m de altura), construidas por los reyes de
Nubia (en el actual Sudán) entre los siglos III a.C. y III d.C. Todas ellas están
precedidas por un templo funerario adosado.
Egipto
A partir del Imperio Nuevo, las tumbas monumentales exentas
comenzaron a ser sustituidas por hipogeos, tumbas subterráneas
excavadas en la roca. En su mayoría se ubicaron frente a la antigua Tebas,
en la orilla oeste del Nilo, en cuatro áreas preferentes:
a) El Valle de los Reyes, reservado a los faraones de las dinastías XVIII,
XIX y XX, así como a algunas de sus esposas y personajes relevantes de la
corte, con un total de 65 enterramientos.
b) El Valle de las Reinas, para reinas y príncipes, con 98 tumbas.
c) El Valle de los Nobles, para altos funcionarios, con 415
enterramientos.
d) El Valle de los Artesanos, para maestros constructores, con unas 500
tumbas (53 de ellas decoradas).
Valle de los Reyes.
Esquema general de la construcción de un hipogeo egipcio.
El Valle de los Reyes.
Tumba de Tausert y Sethnajt, Valle de los Reyes, h. 1185 a.C.
Tumba de Horemheb,
Valle de los Reyes, h.
1295 a.C.
Tumba de Tutankamon, Valle de los Reyes, h. 1327 a.C.
Reconstrucción de la Tumba de Tutankamon.
Durante el Tercer Periodo Intermedio
(h. 1070-650 a.C.), la inestabilidad
política y la proliferación de saqueos
de tumbas propiciaron el traslado de
numerosas momias desde sus
enterramientos originarios en el Valle
de los Reyes hasta un modesto
escondrijo en Deir el-Bahari, hoy
conocido como la tumba DB320.
Descubierta en 1860, en ella se han
hallado restos de momias y del equipo
fúnebre de más de cincuenta reyes
(como Amenofis I, Seti I, Tutmosis II o
Ramsés II, arriba), reinas (como
Hatshepsut), familiares y nobles. En la
imagen inferior, acceso a la tumba.
El Valle de las Reinas.
Tumba de Nefertari, Valle de las Reinas, h. 1250 a.C.
Sala del
sarcófago
de la
Tumba de
Nefertari,
Valle de las
Reinas, h.
1250 a.C.
El Valle de los Nobles.
Pintura procedente
de la Tumba de
Nebamón, h. 1400
a.C., Valle de los
Nobles (British
Museum).
Pintura procedente de la Tumba de Nebamón, h. 1400 a.C., Valle de los Nobles (British Museum).
Tumba del sacerdote Nakht, Valle de los Nobles, h. 1390 a.C.
Tumba del
sacerdote Nakht,
Valle de los
Nobles, h. 1390
a.C.
El Valle de los Artesanos.
Tumba de
Senedjem, Valle de
los Artesanos, h.
1290 a.C.
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