¿QUE SE ESPERA DE UN SERMON? Efesios 3:8 INTRODUCCIÓN: Una de las cosas que más me preocupa hoy en día es el sermón que es predicado en las iglesias. El sermón no cabe duda que en muchos casos ha caído en el descrédito. Leemos de los Avivamientos de antaño, de los tremendos sermones predicados por aquellos grandes hombres de Dios, donde los oyentes se sentían que literalmente estaban cayendo al infierno sin tener de donde agarrarse. Conozco una iglesia donde una de sus bancas está quebrada del respaldo porque cuando el hombre de Dios predicaba un oyente que se resistía a venir al altar a aceptar a Jesús como salvador se agarro tan fuerte del respaldo de la banca que tenía enfrente que esta se quebró. Mucho de los sermones de hoy son sermonetes, son sermones “Al vapor” porque los elaboran en 15 minutos, son sermones sin oración, son sermones con “Chiflete” son sermones sin sentido, son sermones sin poder, sin unción, y sin un blanco. 1 Pablo al escribir a la iglesia de Éfeso les dijo: “A mí, que soy menos que el menor de todos los santos, me ha sido conferida esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo” Efesios 3:8 Muchos de los sermones de hoy aun y cuando son predicados en la radio, la iglesia, las carpas, la TV, el Internet, y los seminarios, son sermones que se predican con el propósito de popularizar a cierto predicador. “La gente de hoy no está cansada de la predicación, quizás este cansada de NUESTRA predicación” Con todo esto en mente, quisiera formular esta pregunta: ¿Que debemos de esperar de un sermón? ¿Cuántos de vosotros han sido decepcionados por algún sermón? ¿Cuántas veces vuestros sermones han decepcionado a sus oyentes? Para tener una guía, quisiera que viéramos uno de los más grandes sermones de la historia cristiana, el sermón que Pedro predico el Día de Pentecostés, este sermón es detallado en el Libro de Los Hechos de los Apóstoles 2:14-47 2 Ese sermón tuvo una efectividad tremenda aquel día de tal manera que tres mil almas fueron salvas y adheridas a la Iglesia en aquel día. De aquel sermón podemos aprender que lo que se espera de un sermón es que sea.... 1.- UN SERMON QUE DISTURBE. ¿Te acuerdas como fuimos compungidos con el sermón que fue predicado el día en que fuimos salvos? “Entonces, cuando oyeron esto, se afligieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: --Hermanos, ¿qué haremos?” Hechos 2:37 Infortunadamente hay mucha gente que no quiere ser compungida, no quiere que su corazón sea turbado, no quiere oír de su pecado, quiere que le hagan “Cosquillas en los oídos” quieren venir a la Casa de Dios y pasar “un buen tiempo” Quizás haya algunos de nosotros que nos sentimos como Moisés cuando andaba en el desierto, leemos que se resistió a obedecer a Dios simplemente porque él se sentía más que a gusto en compañía de su suegro, estaba 3 conforme con cuidar el rebaño, no le importaba el pasar toda su vida detrás del ganado. ¡Pero Dios lo quería para liberar y ser el líder de una gran nación! Dos razones que causan tal compungimiento: 1. La exposición de Su Palabra. “La exposición de tu palabra alumbra; hace entender a los ingenuos.” Salmos 119:130 La gente hace cosas en la oscuridad que no haría a la luz. La luz de Dios de Verdad y Santidad molesta, disturba, compunge a un corazón que está lleno de oscuridad. El cambio es lo menos que quiere la gente, esta tan acostumbrada a la oscuridad, malos hábitos, forma de vivir, que lo menos que espera es un cambio. Quieren a Jesús, pero no quieren que interfiera en sus vidas. Quieren dejar de sentir dolor en la muela pero no quieren una ortodoncia. (Es por eso que hay quienes buscan esas 4 campañas donde se “Sacan muelas sin dolor” “Se empastan de oro” etc. 2. Las mentes son despertadas y forzadas a tomar una acción. “¿Qué haremos?” Esta es la respuesta de un corazón compungido. Esto es lo que causa un sermón que es predicado en la voluntad de Dios. Es imposible que cuando un sermón es predicado como Dios lo ha ordenado no haya alguien que se decida a dejar de ser oidor y convertirse en hacedor. Muchos de los predicadores modernos no retan a la gente a hacer algo. Predican y son como nubes sin agua. Empiezan y terminan y nadie supo lo que predicaron. Predican y no hubo ni siquiera una decisión para algo. Aquellos que escucharon el sermón de Pedro estuvieron en lo correcto cuando preguntaron: ¿Qué haremos? 5 2.- UN SERMON DIRECTO. “Pedro les dijo: --Arrepentíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Hechos 2:38 Habían sido compungidos, ahora estaban siendo dirigidos. Habían sido llamados a la acción, ¿Pero a cuál? Pedro ahora les enseña que deben de arrepentirse y bautizarse. A las multitudes debemos de decirles “Que hacer” y ¡Cómo y cuándo hacerlo! Dos cosas: 1.- La claridad con que Pedro les enseñó. No fue: “Arrepiéntete y recibe” o “si sientes” o “Admite tu necesidad y recibe el regalo de Dios” NO, Pedro fue especifico, predicadores como él se necesitan hoy. La claridad del sermón es importante. 6 2.- La certeza de las palabras de Pedro. El mensaje de Pedro estaba fundado en las promesas de Dios. No era de que “Quizás serian salvos” sino ¡Serian salvos! Si no somos predicadores de Dios nuestros sermones son simples especulaciones. Mas si somos de Dios y predicamos Su Palabra, nuestros sermones son ciertos y verdaderos. Hay quienes nos tachan de presuntuosos por la seguridad de nuestras palabras, mas sin embargo tal seguridad no radica en nosotros mismos sino en las promesas de Dios. No es mera presunción, es Palabra del Señor. 3.- UN SERMON QUE DIVIDA. “Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba diciendo: --¡Sed salvos de esta perversa generación!” Hechos 2:40 7 “Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados, y fueron añadidas en aquel día como tres mil personas.” 2:41 Cada oyente tomara su decisión, después de escuchar el sermón su actitud será de aceptación o rechazo. Me maravillo de que ellos hayan recibido la Palabra “Con gozo” La Biblia nos dice que estaban: “Todos estaban atónitos y perplejos” “Pero otros, burlándose” “Se afligieron de corazón” el mensaje del evangelio son buenas nuevas, no hay miseria, hay bendición, hay libertad, hay relación con Dios, hay sabiduría y poder, mas sin embargo un sermón que no entristece, compunge, hace enojar ¡No es sermón! Juan 3:16 Jesús vino para darnos vida y vida en abundancia. Pero volviendo a nuestro punto, la predicación divide. Cada vez que el predicador predica el sermón que Dios le ha dicho, la congregación es dividida. Las actitudes son variadas. CONCLUSIÓN: ¿Cuál será tu actitud después de este sermón? ¿Que aprendiste de este sermón? 8