Expectations - Volumen 1, Número 1, 2005 Abogando por su hijo por Rick Bowers Cuando el hijo de Steffini Vandever, Jonah, nació en 1997, trajo muchos recuerdos dolorosos. La hija mayor de Steffini, Ashley, había fallecido hacía más de 14 años, cuando sólo tenía 11 meses de vida. Ahora, los doctores le informaban que probablemente Jonah no viviría más de seis meses. Jonah nació prematuro, con las rodillas invertidas, los pies deformes y sin un dedito en ambos pies; sus manos también eran deformes y no tenía frente. “Los doctores pensaban que Jonah no sobreviviría y lo único que debía hacer era llevármelo a casa y dejarlo morir”, explica Steffini. Sin embargo, esta vez, a diferencia de hace 14 años, Steffini estaba preparada para luchar por su hijo. Por lo que le había ocurrido con su hija, ella podía darse cuenta cuando el sistema estaba fallando y cuando debía ponerse fuerte. “Sabía a quién reclamar, cuándo retroceder y cuándo presionar”, afirma. “Estos son detalles realmente importantes que los padres necesitan saber para poder cuidar adecuadamente a su hijo. Si se muestra prepotente, las personas no quieren trabajar con usted. Si se muestra muy débil, ellos controlan la situación”. Steffini manifiesta que cada vez que los médicos le informaban algo sobre su hija, sólo decía: “Está bien”, porque ellos eran los médicos y ella sólo “una persona común y corriente”. Después de consultar con 43 médicos, Steffini Vandever tuvo que hacer amputar las piernas torcidas de su hijo cuando tenía 18 meses de nacido. Ahora, Jonah camina con prótesis por sí solo y va a esquiar cada año. “Sin embargo, con mi hijo pude ver otras posibilidades”, afirma. “Es por eso que es bueno encontrar a alguien que tenga un niño discapacitado que haya pasado por esto antes que usted. Le pueden ayudar a ver cómo hacer las cosas de otra manera”. (Ver la Red de Apoyo para Padres de la Coalición de Amputados de América-ACA, por sus siglas en inglés, página 9). Una vez recuperados del estado de shock, los padres sólo cuentan con muy poco tiempo para empezar a abogar por su hijo o correr el riesgo de perder el control. “Si no lo hace, los médicos empezarán a tomar decisiones por usted”, afirma. “Después del nacimiento de Jonah, el personal médico me hizo sentir que no sabía nada. Simplemente me excluían y me daban información errónea”. En un momento determinado, ella decidió no seguir tolerando más. “Dije, ‘Miren, de esta manera va a funcionar esto. Si no les gusta, está bien; trasladémoslo a otro hospital’”. Y empecé a hacerme cargo de la situación. Realmente tuve que luchar para sacarlo de ese hospital y llevarlo a otro donde sentía que podía hacerme cargo adecuadamente de sus necesidades”. Se les debe dejar bien en claro que usted va a ser miembro del equipo que tome decisiones con respecto a su hijo, explica. Educándose Steffini alienta enérgicamente a los padres para que se eduquen en lo relacionado a la situación de su hijo, y sepan qué opciones existen y cuáles son sus derechos. “Vayan al Internet y lean”, afirma. “A los médicos no les agradará la idea, pero ¿a quién le importa? Es su hijo, no el de ellos”. Steffini aprendió mucho de otros padres una vez que conoció a otras familias de niños discapacitados. “Me enteré, por ejemplo, acerca de Lifeline Pilots, una organización de pilotos sin fines de lucro que ofrece vuelos gratuitos de ida y vuelta a los hospitales para aquellas personas que requieren algún tipo de asistencia médica”. (www.lifelinepilots.org) El ser cortésmente insistente Nancy Ford Springer y Gary Springer enfrentaron los mismos tipos de problemas con su hijo Nick, que contrajo meningitis meningococal, cuando tenía 14 años. Uno de los médicos de Nick estaba equivocado, afirma Gary. “Dijo que había piel nueva que crecía debajo de la piel oscura e infectada de Nick, de modo que nos confiamos un poco”. Hoy en día, Nick es un estudiante de primer año del Eckerd College y juega en el equipo de rugby. El deporte se publicó en el nuevo aclamado documental “Murderball”. Foto de Charles Reeves (Reeves Consulting) Sin embargo, resultó que la condición de Nick era mucho peor de lo que el médico creía. Así que cuando otro médico les informó a los Springer que Nick necesitaba más amputaciones de lo que ellos esperaban, la familia insistió en consultar con otro médico e incluso con el director del hospital para asegurarse. Los Springer se dieron cuenta a tiempo que “el que no llora no mama”. “Siempre explico a la gente que hay que ser insistente sin perder la cortesía”, afirma Nancy. “Se debe apoyar a estas personas que están haciendo lo que creen que es mejor para su hijo, pero también se debe cuestionarlos”. Aunque ella diga que se debe ser lo más cortés que se pueda, también admite que a veces ella se molesta. “Si llego al punto de explotar” dice, “entonces el sistema no está funcionando correctamente y necesito conseguir otro médico, profesor, protésico o fisioterapeuta con quien pueda trabajar y que forme parte de mi equipo”. Esta solución es mucho mejor que simplemente gritar, afirma.”No se debe tener la reputación de impulsivo porque entonces la gente no le escuchará cuando la necesite. “¡No!” Sin embargo, a veces se debe ser enérgico, argumenta Gary. Recuerda un incidente cuando un interno estaba cambiando una línea intravenosa IV en el cuello de Nick. Estaba practicando en Nick, afirma Gary, y lo estaba haciendo muy mal. “Nancy se molestó mucho” afirma, “y ambos dijimos: No más internos”. En ese tipo de situación, lo único que se debe hacer es decir ¡NO! Sin embargo, no se debe provocar problemas por todo, afirma Nancy. “Se debe escoger los motivos para luchar y concentrarse en las cosas que son importantes para el bienestar de su hijo”. Tomar la iniciativa También se debe tomar la iniciativa (por ejemplo, informar al nuevo director y los maestros de la escuela de su hijo sobre las necesidades de éste), afirma Nancy. No espere hasta que se presente un problema. El abogar en un plano más global es realmente importante, afirma Nancy, porque esto puede ayudar a su hijo y a otros más. Por ejemplo, cuando los Springer tuvieron que firmar los papeles que autorizaban a los médicos para que amputaran las piernas de Nick, fue devastador, debido, en parte, a la falta de información. “Es por eso que me convertí en miembro cofundador de la Asociación Nacional de Meningitis,” agrega Nancy. “Sentí que otros padres debían tener acceso a la información lo más pronto posible”. (Asociación Nacional de Meningitis: nmaus.org) Además, se debe tomar la iniciativa sobre la investigación de los servicios y beneficios con los que cuenta su hijo, afirma Gary. “Nick puede tener una persona que se encargue de tomar notas por él en sus clases y tiempo adicional en los exámenes, etc., pero los padres deben pedirlo. No llegan automáticamente”. El objetivo final “El objetivo final es que los niños se defiendan por sí mismos,” afirma Nancy. “Y nosotros como padres debemos enseñarles a hacerlo correctamente. Si usted es una persona impulsiva, eso es lo que su hijo está aprendiendo, y eso no es lo que quiere que haga. Siendo impulsivo sólo demostrará a otros que los discapacitados tienen mal carácter. Lo que deseamos es que nuestros hijos sean educados y eduquen a otros”. Steffini ha hecho esto con Jonah. “Cuando la gente solía mirar a Jonah,” afirma, “Yo estaba ahí y decía, ‘¿Quieres conocerlo. Su nombre es Jonah’”. Ahora, si estamos en público y alguien lo mira, Jonah hace eso. Dice: “Hola, soy Jonah. ¿Quieres ser mi amigo?” Nick también se siente bien defendiéndose por sí solo o pidiendo ayuda, afirma Nancy. “Si Nick tuviera 20 años y yo siguiera abogando por él, no me sentiría completamente satisfecha de haber logrado los objetivos que tenía trazados para él”. Como padres, afirma Nancy, ella y Gary podrían haber sido un recurso muy valioso para Nick o un gran impedimento. Eso depende de cómo el padre elija actuar frente a esta situación, afirma. En el caso de Steffini, la gran lucha por su hijo realmente valió la pena. El niño que se esperaba viviría sólo 6 meses tiene ahora 7 años, asiste a una escuela normal, puede esquiar en posición erguida, ha aparecido en varias publicaciones, y es una inspiración incluso para los soldados que han perdido sus extremidades en Irak y Afganistán y que participan en el mismo programa de esquí que él. De hecho, lo llaman “El Embajador de la Esperanza.” ¿Valió la pena sobreponerse a otros para llegar hasta aquí? ¡Sin duda! Sólo pregúntele a su mamá. Para más información acerca de las técnicas específicas para abogar por su hijo, vea Haciéndose cargo: ¿Cómo convertirse en el mejor defensor de su hijo? (http://www.amputee-coalition.org/inMotion/may_jun_01/childs.html).